31 de maig 2014

PARLA FRANCESC (6)




Ser cura no es 'un oficio', sino 'una tarea apasionante'
El Santo Padre responde a una carta enviada por seminaristas cubanos que querían compartir con el obispo de Roma su camino de formación
ROMA, 31 de mayo de 2014 (Zenit.org) - Ser cura no es 'un oficio' sino 'una tarea apasionante'. Responde así el papa Francisco a un grupo de seminaristas cubanos que en algunas semanas atrás le enviaron una carta para dar su testimonio, cercanía y afecto al obispo de Roma, y compartir con él el sentido de su camino formativo.
Se trata de un grupo de doce jóvenes de diversas diócesis cubanas que estudian en el seminario diocesano de San Basilio Magno, de Santiago de Cuba. El Papa respondió a su carta en el mes de abril, pero el texto pontificio ha sido difundido solamente ahora por el sitio web del episcopado cubano.
“Queridos seminaristas: Agradezco mucho la carta que me han enviado, haciéndome partícipe 
de la ilusión de afianzar el llamado de Dios para llegar a ser buenos 
sacerdotes al servicio del santo pueblo de Dios en Cuba. Háganlo con 
alegría, con constancia, con humildad. No se trata de aprender un «oficio», sino de llevar a Cristo en el corazón para poderlo ofrecer sin reservas a los demás, especialmente a quienes más lo necesitan” escribió el Papa.
“Ésta es una tarea apasionante --prosigue el Santo Padre-- que bien vale toda una vida. También los invito a seguir fielmente las orientaciones de los formadores. Ellos saben muy bien la importancia decisiva que tiene para el seminarista, una vida espiritual intensa y constante, una preparación intelectual seria, una experiencia comunitaria y de fraternidad, y la actividad apostólica. Estos son los pilares, que interactúan y se complementan entre sí, sobre los que se funda la vida del seminario”.
Y concluye su misiva: “Les pido por favor que no dejen de rezar por mí y por los frutos de mi servicio a la Iglesia. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Fraternalmente. Francisco”.
La carta de los seminaristas
“Somos doce jóvenes cubanos de diferentes diócesis, que estudiamos en el Seminario Diocesano San Basilio Magno de Santiago de Cuba, con el objetivo de formarnos para llegar a ser buenos sacerdotes que puedan servir a este pueblo que tanto necesita de la Palabra y el Amor de Dios. Queremos aprovechar esta oportunidad para hacerle llegar nuestro saludo y mostrarle nuestra cercanía a su persona que tantas simpatías ha despertado en el mundo entero.
Es nuestro deseo decirle que estamos apoyando su ministerio mediante la oración, y agradecemos mucho que nos exhorte a guiar nuestros pasos al servicio de los más pobres. Tratamos de vivir el Evangelio día a día, para llevarlo a las personas más necesitadas, presentándole a Cristo como el Camino, la Verdad y la Vida, y así, aportar nuestro grano de arena en la construcción del Reino de Dios. Usted conoce la situación de nuestro pueblo, le pedimos que lo tenga presente en sus oraciones.
Además de los estudios, dedicamos parte de nuestro tiempo a la pastoral, tanto en la ciudad como en las comunidades rurales, visitando y llevando la Comunión a los enfermos, celebrando la Palabra e impartiendo catequesis.
Tenemos como rector y formador al P. Rafael Cárceles, sacerdote español perteneciente a la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos y como guía espiritual al portador de esta misiva Mons. Luis del Castillo sj. Queremos que sepa que nos llenaría el corazón de alegría saber que tiene en su agenda una visita a Cuba como lo han hecho ya sus dos antecesores. Gracias por el tiempo que ha dedicado a leer nuestra carta.
Que Dios siempre lo bendiga y que nuestra Madre, la Virgen de la Caridad del Cobre lo acompañe en su Ministerio. Un abrazo en Cristo Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote”.  
 01.06.14


Francisco en el Reg. Coeli: Jesús resucitado está cerca de los cristianos perseguidos
El Santo Padre en el domingo de la Ascensión recuerda que Jesús nos obtiene el perdón del Padre mostrándoles sus heridas
CIUDAD DEL VATICANO, 01 de junio de 2014 (Zenit.org) - Queridos hermanos y hermanas, ¡buen día!
Hoy en Italia y en otros países se celebra la Ascensión del Jesús al cielo, que se registró cuarenta días después de pascua. Los Actos de los Apóstoles cuentan este episodio, la separación final del Señor Jesús de sus discípulos y de este mundo. El evangelio de Mateo en cambio indica el mandato que Jesús le da a los discípulos: la invitación a ir, partir para anunciar a todos los pueblos el mensaje de salvación. 'Salir', o mejor 'partir' se vuelve la palabra clave de la fiesta de hoy: Jesús parte hacia el Padre y les manda a los discípulos que partan hacia el mundo.
Jesús parte, asciende al cielo, o sea vuelve hacia el Padre, quien le había enviado al mundo. Hizo su trabajo y retornó al Padre. Pero no se trata de una separación, porque él se queda siempre con nosotros, de una nueva manera. Con su ascensión el Señor resucitado atrae la mirada de los apóstoles --y también nuestra mirada-- a las alturas del cielo para mostrarnos que la meta de nuestro camino es el Padre. Él mismo dijo que se habría ido para prepararnos un lugar en el cielo.
Entretanto, Jesús se queda presente y operante en las situaciones de la historia humana con la potencia y los dones de su Espíritu; está al lado de cada uno de nosotros: mismo si no lo vemos con los ojos, él está, nos acompaña y guía, nos toma de la mano y nos levanta cuando caemos. Jesús resucitado está cerca de los cristianos perseguidos y discriminados, cercano a cada hombre y mujer que sufre, está cercano de todos nosotros. Incluso está hoy aquí con nosotros en esta plaza. El Señor está con nosotros. ¿Ustedes creen esto?
Lo decimos juntos, todos, 'El Señor está con nosotros'. Otra vez: 'El Señor está con nosotros'.
Cuando Jesús va al cielo, le lleva al Padre un regalo. ¿Han pensado a esto? ¿Cuál es el regalo que Jesús le lleva al Padre?
Sus heridas, este es el regalo que le lleva al Padre. Su cuerpo es hermoso, sin hematomas, sin las llagas de la flagelación, todo hermoso. Pero ha conservado las heridas. Y cuando va a lo del Padre le dice: 'Padre, este es el precio del perdón que Tú nos das'.
¡Y cuando el Padre mira las heridas de Jesús, nos perdona siempre! ¡No porque nosotros somos buenos, sino porque él ha pagado por nosotros!
Viendo las heridas de Jesús el Padre se vuelve más misericordioso, más grande y esto es el gran trabajo que Jesús hace en el Cielo. Y Jesús está también presente mediante la Iglesia que él ha enviado a prolongar su misión. La última palabra de Jesús a los discípulos fue el mandato de partir: “Id por lo tanto y haced discípulos a todos los pueblos”.
¡Es una mandato preciso, no es facultativo! La comunidad cristiana es una comunidad 'en salida', 'que parte'. Más aún la Iglesia nació en 'salida'. Aunque ustedes me dirán: ¿Y las comunidades de clausura? Sí, también éstas, porque están siempre en salida con la oración, con el corazón abierto al mundo, a los horizontes de Dios. ¿Y los ancianos y enfermos? También ellos, con su oración y la unión a las heridas de Jesús.
A sus discípulos misioneros Jesús les dice: 'Yo estaré con ustedes todos los días hasta el final del mundo”. ¡Nosotros solos, sin Jesús, no podemos hacer nada! En la obra apostólica nuestras fuerzas no son suficientes, nuestros recursos, nuestras estructuras, mismo si son necesarias, no bastan.
Sin la presencia del Señor y la fuerza de su Espíritu, nuestro trabajo, mismo estando bien organizado, resulta ineficaz.
Y así vamos a decirle a la gente quién es Jesús. Pero no quiero que se olviden cuál es el regalo que Jesús le llevó al Padre: ¿Cuál es el regalo? Las heridas, así, porque con estas heridas le hace ver al Padre el precio de su perdón.
Y junto con Jesús nos acompaña María, nuestra Madre. Ella está ya en la casa del Padre, es Reina del Cielo y así la invocamos en este tiempo, y Ella como Jesús, está con nosotros, camina con nosotros. Es la Madre de nuestra esperanza”.
“Regina   coeli” ¡
 02.06.14

Francisco: la Virgen no se hace esperar, es la Virgen de la prontitud
El Santo Padre en la Gruta de Lourdes de los jardines vaticanos dirige unas palabras a María para concluir el mes de mayo

CIUDAD DEL VATICANO, 02 de junio de 2014 (Zenit.org) - El sábado por la noche, en los Jardines Vaticanos, tuvo lugar la tradicional procesión con la oración del santo rosario, para finalizar el mes de mayo, dedicado a María. La celebración mariana fue presidida por el cardenal Angelo Comastri, vicario general de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano y arcipreste de la Basílica de San Pedro.
A las 21, el Santo Padre llegó a la Gruta de Lourdes y antes de impartir la Bendición Apostólica dirigió a los presentes estas palabras:
Hemos rezado a la Virgen, hemos cantado muchos de sus títulos... Hoy, al final del mes de María, es la fiesta en la que recordamos la visita que ha hecho a santa Isabel. El Evangelio nos dice que, después del anuncio del Ángel, ella fue deprisa, no perdió tiempo, fue enseguida a servir. Es la Virgen de la prontitud, la Virgen de la prontitud. En seguida está lista a venir en nuestra ayuda cuando la rezamos, cuando nosotros pedimos su ayuda, su protección a nuestro favor. En tantos momentos de la vida en los que necesitamos su ayuda, de su protección, recordamos que ella no se hace esperar: es la Virgen de la prontitud, va enseguida a servir.
03.06.14



Texto completo de la catequesis del papa Francisco. El don de la piedad
Miércoles 4 de junio. Piedad es sinónimo de auténtico espíritu religioso. Es un pertenecer profundamente a Dios, incluso en los momentos más difíciles
CIUDAD DEL VATICANO, 04 de junio de 2014 (Zenit.org) - Queridos hermanos y hermanas, ¡buen día!
Hoy queremos detenernos sobre un don del Espíritu Santo que tantas veces es entendido mal o considerado de manera superficial, y que en cambio toca el corazón de nuestra identidad y de nuestra vida cristiana: se trata del don de la piedad.
Es necesario aclarar enseguida que este don no se identifica con tener compasión de alguien, o tener piedad del prójimo, pero indica nuestra pertenencia a Dios y nuestra relación profunda con Él, una relación que da sentido a toda nuestra vida y que nos mantiene firmes, en comunión con Él, también en los momentos más difíciles y complicados.
Esta relación con el Señor no se debe entender como un deber o una imposición, es una relación que viene desde adentro.
Se trata en de una relación vivida con el corazón: es nuestra amistad con Dios, que nos la dona Jesús, una amistad que cambia nuestra vida y nos llena de entusiasmo y de alegría. Por este motivo, el don de la piedad despierta en nosotros sobre todo la gratitud y la alabanza.
Este es de hecho el sentido más auténtico de nuestro culto y de nuestra adoración. Cuando el Espíritu Santo nos hace percibir la presencia del Señor y todo su amor por nosotros, nos calienta el corazón y nos mueve casi naturalmente a la oración y a la celebración. Piedad, por lo tanto es sinónimo de auténtico espíritu religioso, de confianza filial con Dios, de aquella capacidad de rezarle con amor y simplicidad que es propio de las personas humildes de corazón.
Si el don de la piedad nos hace crecer en la relación y en la comunión con Dios y nos lleva a vivir como hijos suyos, al mismo tiempo nos ayuda a derramar este amor también sobre los otros y a reconocerlos como hermanos. Y entonces sí, que seremos movidos por sentimientos no de 'piadosidad' -no de falsa piedad- hacia quienes tenemos a nuestro lado y a quienes encontramos cada día.
Y digo no de 'piadosidad', porque algunos piensan que tener piedad es cerrar los ojos poner cara de imagencita, hacer teatro de ser como un santo, como lo dice un refán en piamontés:(...)
Seremos capaces de alegrarnos con quien está en la alegría, de llorar con quien llora, de estar cerca de quien está solo y angustiado, de corregir a quien está en el error, de consolar a quien está afligido, de acoger y socorrer a quien está en la necesidad.
Hay na relación entre el don de la piedad y la mitezza el don de la piedad que nos da el Espíritu Santo, hace mansos
Queridos amigos, en la carta a los Romanos el apóstol Pablo afirma: “Todos aquellos que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios. Y ustedes no han recibido un espíritu de esclavos para caer en el miedo, pero han recibido el Espíritu que les vuelve hijos adoptivos, por medio de quien gritamos: “¡Abbá, Padre!”. Pidamos al Señor que el don de su Espíritu puede vencer nuestro temor y nuestras incertezas, y también a nuestro espíritu inquieto e impaciente. Y pueda volvernos testimonios alegres de Dios y de su amor. Adorando al señor en la verdad y en el servicio al prójimo, con la mansedumbre que el Espíritu Santo nos da en la alegría.
 05.06.14


En Sta. Marta: atención a los cristianos 'uniformistas', 'alternativistas' y 'ventajistas'
El Santo Padre en la homilía de este jueves recuerda que la Iglesia tiene que ser considerada por los cristianos como casa propia, no como un alquiler
CIUDAD DEL VATICANO, 05 de junio de 2014 (Zenit.org) - La Iglesia “no es rígida”, la Iglesia “es libre”. Así lo ha indicado el Santo Padre esta mañana en la homilía de la misa celebrada en Casa Santa Marta. El Papa ha advertido sobre tres grupos de personas que pretenden llamarse cristianos: los "uniformistas", los "alternativistas" y los "ventajistas". Para ellos -observa el Papa- la Iglesia no es su casa, la toman "en alquiler".
Jesús reza por la Iglesia y pide al Padre que entre sus discípulos "no haya divisiones ni disputas". El Papa ha hecho referencia del Evangelio del día para detenerse precisamente sobre la unidad en la Iglesia. "Muchos dicen estar en la Iglesia", pero "están con un pie dentro y el otro aún no ha entrado". Por eso, el Papa ha aclarado que "para esta gente la Iglesia no es su casa, no la sienten como propia. Para ellos es un alquiler". Al respecto, Francisco menciona tres grupos de cristianos: en el primero están "los que quieren que todos sean iguales en la Iglesia". "Martirizando un poco la lengua italiana", ha bromeado, podremos definirlos los "uniformistas".
Y lo ha explicado así: "los uniformistas. La rigidez. ¡Son rígidos! No tienen esa libertad que da el Espíritu Santo. Y confunden lo que Jesús ha predicado en el Evangelio con su doctrina, la doctrina de la igualdad. Y Jesús nunca ha querido que la Iglesia fuera tan rígida. Y estos, por esta actitud, no entran en la Iglesia. Se dicen cristianos, se dicen católicos, pero su actitud rígida les aleja de la Iglesia".
El segundo grupo del que ha hablado el Pontífice son los "alternativistas", los que tienen siempre una idea propia, "que no quieren que sea como la de la Iglesia, tienen una alternativa". De este grupo, Francisco explica que "yo entro en la Iglesia, pero con esta idea, con esta ideología. Y así su pertenencia a la Iglesia es parcial. También estos tienen un pie fuera de la Iglesia. También para estos la Iglesia no es su casa, no es propia.  Alquilan la Iglesia a un cierto punto. ¡Al principio de la predicación evangélica estaban! Pensemos en los gnósticos, que el apóstol Juan regaña fuerte ¿no? 'Somos... sí, sí...., somos católicos, pero con estas ideas'. Una alternativa. No comparten ese sentir propio de la Iglesia".
A continuación ha pasado al tercer grupo: "los ventajistas". Son aquellos que "se dicen cristianos, pero no entran en el corazón de la Iglesia". Son aquellos que "buscan las ventajas, y van a la Iglesia, pero por ventaja personal y terminan haciendo negocios de la Iglesia". De estos, habla así el Santo Padre: "Los hombres de negocios. ¡Los conocemos bien! Pero desde el principio había. Pensemos en Simón el Mago, pensemos en Anania y Saffira. Estos se aprovechaban de la Iglesia para el propio beneficio. Y les hemos visto en las comunidades parroquiales o diocesanas, en las congregaciones religiosas, algunos benefactores de la Iglesia, muchos, ¡eh! Se pavoneaban de ser benefactores y al final, detrás de la mesa, hacían sus negocios. Y estos, tampoco siente la Iglesia como madre, como propia. Y Jesús dice: '¡No! La Iglesia no es rígida, una, sola: la Iglesia es libre!'"
En Pontífice ha indicado que en la Iglesia "¡hay muchos carismas, hay una gran diversidad de personas y de dones del Espíritu!" El Señor nos dice -recuerda- "si quieres entrar en la Iglesia, que sea por amor" para dar "todo el corazón y no para hacer negocios en tu provecho". Y subraya de nuevo que la Iglesia no es una "casa para alquilar", es "una casa para vivir", "como madre propia".
Por otro lado, Francisco ha reconocido que esto no es fácil, porque "las tentaciones son muchas". Pero, añade, para hacer la unidad en la Iglesia, "la unidad en la diversidad, en la libertad, en la generosidad, solamente es el Espíritu Santo", "esta es su tarea".
Asimismo, ha recordado que el Espíritu Santo hace la armonía en la Iglesia, "la unidad en la Iglesia es armonía". Todos, ha observado, "somos diferentes, no somos iguales, gracias a Dios", sino, "¡sería un infierno!" Pero, recuerda, "todos estamos llamados a la docilidad del Espíritu Santo" y precisamente esta docilidad "es la virtud que nos salvará del ser rígidos, del ser 'alternativistas' y del ser 'ventajistas' u hombres de negocios en la Iglesia: la docilidad del Espíritu Santo". Y es precisamente "esta docilidad que transforma la Iglesia de una casa en alquiler en una casa propia".
Para finalizar la homilía, el Santo Padre ha pedido que "el Señor nos envíe el Espíritu Santo y que haga esta armonía en nuestras comunidades -comunidades parroquiales, diocesanas, comunidades de los movimientos- que sea el Espíritu quien haga esta armonía, porque como decía un Padre de la Iglesia: el Espíritu, Él mismo es la armonía".
06.06.14


En Sta. Marta: para los sacerdotes Jesús debe ser como el primer amor
En la homilí­a de este viernes, el Papa recuerda a los sacerdotes los aspectos importantes de su relación con Cristo
CIUDAD DEL VATICANO, 06 de junio de 2014 (Zenit.org) - Los sacerdotes son pastores antes que estudiosos, no se olvidan nunca de Cristo, su "primer amor", y permanecen siempre a su lado. Así lo ha afirmado Santo Padre en la homilía de Santa Marta esta mañana.
¿Cómo va el primer amor? Es decir, ¿estoy enamorado de ti como el primer día? ¿Estoy feliz contigo o te ignoro? Son preguntas que hay que hacerse a menudo, ha indicado el papa Francisco. Pero no solo los cónyuges dentro de la pareja, sino también los sacerdotes, frente a Jesús. Por Él, les pregunta cada día como hizo con Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?"
Así, en la homilía, el Papa hace referencia a este diálogo del Evangelio en el que Cristo pregunta tres veces al primero de los apóstoles si lo ama más de tres veces, una forma de llevarle "al primer amor".
Francisco invita a preguntarse a los obispos y sacerdotes si siguen enamorados de Jesús cómo el primer día o "el trabajo, las preocupaciones me hacen mirar otras cosas, y olvidar un poco el amor?" Pero-advierte- los cónyuges pelean, pelean. Y eso es normal. Pero cuando no hay amor, no se pelea: se rompe".
Por eso, el Papa invita a no olvidar nunca el primer amor. A propósito ha mencionado otros tres aspectos a tener en cuenta en la relación de diálogo de un sacerdote con Jesús. Ser antes que nada -antes del estudio, antes de querer convertirse en "un intelectual de la filosofía o de la teología o de la patrología- un pastor, como Jesús pidió a Pedro: "apacienta mis ovejas". El resto, afirma el Papa, viene después. "Apacienta. Con la teología, con la filosofía, con la patrología, con lo que estudias, pero apacienta. Sé pastor. Porque el Señor nos ha llamado para esto. Y las manos del obispo sobre nuestra cabeza es para ser pastores", ha exhortado. Y hace otra pregunta "¿soy pastor, o soy un empleado de esta ONG que se llama Iglesia"?
Al respecto, el Papa ha advertido que no hay ni "gloria" ni "majestad" para el pastor consagrado a Jesús. "No, hermano. Terminará de la forma más común, también más humillante, muchas veces: en la cama, te dan de comer, te deben vestir... Pero inútil, allí, enfermo..."Y es que el destino es "terminar como terminó Él", recuerda el Pontífice. Amor que muere "como la semilla de grano y así después dará fruto. Pero yo no lo veré".
Finalmente, el cuarto aspecto, la "palabra más fuerte", con la que Jesús concluye su diálogo con Pedro: "sígueme". Y lo explica así: "si nosotros hemos perdido la orientación y no sabemos cómo responder sobre el amor, no sabemos cómo responder sobre este ser pastores, no sabemos cómo responder y no tenemos la certeza de que el Señor no nos dejará solos en los momentos más difíciles de la vida, en la enfermedad. Él dice: 'sígueme'. Y esta es nuestra certeza. Sobre las huellas de Jesús. Sobre ese camino. 'Sígueme'".
Para concluir la homilía, el Santo Padre pide para que Dios dé la gracia a sacerdotes y obispos "de encontrar siempre o recordar el primer amor, de ser pastores, de no tener vergüenza de terminar humillados sobre una cama o de perder la cabeza. Y que siempre nos dé la gracia de ir detrás de Jesús, sobre las huellas de Jesús: la gracia de seguirlo".
 07.06.14



Francisco: palabras hemos escuchado muchas, necesitamos que se trabaje
30.000 miembros de la Condeferación nacional de las Misericordias y de los grupos Fratres acuden a San Pedro para un encuentro con el Santo Padre
CIUDAD DEL VATICANO, 14 de junio de 2014 (Zenit.org) - El santo padre Francisco se ha reunido esta mañana en la plaza de san Pedro con la Confederación nacional de las Misericordias y los grupos de Donantes de sangre "Fratres" de Italia. A las 12 de la mañana el Papa ha entrado a la plaza en el jeep descubierto y ha dedicado 20 minutos a pasear por los pasillos y saludar a los presentes.
El Papa, en su discurso, ha mostrado su "aprecio por la obra importante que realizáis en favor del prójimo que sufre" a los más de 30.000 fieles presentes. El Pontífice ha recordado que las "Misericordias", antigua expresión del laicado católico y bien arraigado en el territorio italiano, están comprometidas en testimoniar el Evangelio de la caridad entre los enfermos, los ancianos, los discapacitados, los menores, los inmigrantes y los pobres. "Todo vuestro servicio toma sentido y forma de esta palabra: 'misericordia', palabra latina cuyo significado etimológico es 'miseris cor dare', 'dar el corazón a los pobres'", ha indicado el Santo Padre.
Además, ha observado que eso es lo que ha hecho Jesús: "ha abierto su Corazón a la miseria del hombre. El Evangelio tiene muchos episodios que presentan la misericordia de Jesús, la gratuidad de su amor por los que sufren y los débiles".
Y de este modo, ha señalado que de los episodios evangélicos podemos recoger "la cercanía, la bondad, la ternura con la que Jesús se acercaba a las personas que sufren y las consolaba, les aliviaba y a menudo les curaba". Francisco ha invitado a seguir el ejemplo de nuestro Maestro: "estamos llamados a hacernos cercanos, a compartir la condición de las personas que encontramos. Es necesario que nuestras palabras, nuestros gestos, nuestras actitudes expresen solidaridad, la voluntad de no permanecer extraños al dolor de los otros, y esto con calor fraterno y sin caer en ninguna forma de paternalismo".
Asimismo, el Papa ha observado que tenemos a disposición muchas informaciones y estadísticas sobre la pobreza y las tribulaciones humanas. Por eso ha advertido que "se corre el riesgo de ser espectadores informadísimos y desencarnados de esta realidad, o de hacer buenos discursos que se concluyen con soluciones verbales y una retirada respecto a los problemas reales".
"Demasiadas palabras, demasiadas palabras, demasiadas palabras y no se hace nada, esto es un riesgo. No es vuestro. ¡Vosotros trabajáis bien!", ha reconocido el Papa. Asimismo, ha compartido que cuando él escucha conversaciones entre personas que conocen las estadísticas y le dicen "¡qué barbaridad, padre!", Francisco se pregunta: "¿y qué haces tú por esta barbaridad? Nada, hablo. Pues esto no remedia nada". A propósito, el Santo Padre ha advertido que "palabras hemos escuchado muchas, lo que necesitamos es el trabajar, el testimonio cristiano, ir donde los que sufren, acercarse como Jesús lo ha hecho".
De ahí la invitación de Francisco de imitar a Jesús: "Él va por los caminos y no ha planificado ni los pobres, ni los enfermos, ni los inválidos que cruza en el camino; pero con el primero que se encuentra se para, convirtiéndose en presencia que socorre, signo de la cercanía de Dios que es bondad, providencia y amor".
Al concluir, el Pontífice ha dicho a los presentes que su actividad se inspira en las siete obras de misericordia corporal, como le gusta llamarlas: "dar de comer a los enfermos, vestir a los desnudos, alojar a los peregrinos, visitar a los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos". Y así, Francisco les ha animado a llevar adelante con alegría su acción y a "modelarla sobre la de Cristo, dejando que todos los que sufren puedan encontraros y contar con vosotros en el momento de la necesidad". Finalmente, el Papa les ha dado las gracias y ha impartido su bendición.
15.06.14