16 de maig 2019

PAPA PRIMAVERA


Protagonistas de una “cultura de la resurrección” – Palabras del Papa a los Lasalianos

Hermanos de las Escuelas Cristianas

(16 mayo 2019).- El Papa Francisco ha animado a los Hermanos de las Escuelas Cristianas a ser “los protagonistas de una ‘cultura de la resurrección’”, exhortándoles a buscar a “aquellos que se encuentran en los modernos sepulcros del desamparo, de la degradación, del malestar y de la pobreza para ofrecerles una nueva esperanza de vida”.
Hoy, 16 de mayo de 2019, el Santo Padre se ha reunido en una audiencia con los Hermanos de las Escuelas Cristianas, Lasalianos, una comunidad fundada por San Juan Bautista de La Salle que este año celebra el tercer centenario de su fallecimiento.
Escuela para todos
En el discurso que les ha dirigido, Francisco ha definido a San Juan Bautista de La Salle como un pionero de la educación que soñaba con una escuela abierta a todos, incluidos los pobres.
De este modo, con el fin de acercar la educación a los más desfavorecidos, este santo francés fundó una comunidad de laicos, el Instituto de Hermanos de las Escuelas Cristianas, concebido como una experiencia original de vida consagrada formada por educadores religiosos no sacerdotes.
Se trata de una reinterpretación del papel de los “monjes laicos”, que se encuentran en medio del mundo y cooperan con la sociedad a través de la enseñanza
Enseñanza como misión
San Juan Bautista de La Salle consideraba que la enseñanza 
no es solo un trabajo, sino también una misión.
Soñaba – dijo el Pontífice- con una escuela abierta a todos, por lo que no dudó en enfrentar las necesidades educativas extremas, introduciendo un método de rehabilitación a través de la escuela y el trabajo.”
Por eso, entre las reformas en la enseñanza que promovió este santo en su tiempo, se encuentran la del cambio el latín por el francés como lengua en las aulas, la creación de escuelas dominicales para adultos y de pensionados para proporcionar formación a reclusos.
Anunciar el Evangelio
Finalmente, sobre las formas de predicar el Evangelio, el Papa Francisco indicó a los Hermanos que “deben adaptarse a las situaciones concretas de los diferentes contextos, pero esto también implica un esfuerzo de fidelidad a los orígenes, para que el estilo apostólico propio de vuestra familia religiosa pueda seguir respondiendo a las expectativas de las personas. Sé que este es el compromiso que os impulsa y os exhorto a caminar con valor en esta dirección”.
17.05.19





Francisco exhorta a los trabajadores sanitarios a cuidar a las personas “como hace Dios”

Miembros de la Asociación Católica de Trabajadores de la Salud

(17 mayo 2019).- “Las personas nunca son iguales, deben ser comprendidas y cuidadas una por una, como hace Dios: Dios hace así. Obviamente, esto requiere un compromiso considerable por parte de los profesionales de la salud, que a menudo no es lo suficientemente comprendido y apreciado”.
Con estas palabras, el Papa Francisco ha querido subrayar la importancia del esfuerzo de los sanitarios por tratar a las personas como tales y no como números, sin dejarse arrastrar por la mentalidad de empresa imperante de abaratar costos y lograr la máxima eficiencia
Hoy, 17 de mayo de 2019, el Santo Padre se ha reunido con los miembros de la Asociación Católica de Trabajadores de la Salud, que celebran el 40 aniversario de su fundación.
Después de saludarlos, el Papa se ha congratulado por este encuentro: “Me alegra encontraros y compartir con vosotros el intento de defender y promover la vida, a partir de aquellos que están más indefensos o que necesitan asistencia porque están enfermos, ancianos o marginados, o porque se asoman a la existencia y piden que se les reciba y se les cuide”.
Discurso del Santo Padre
¡Queridos hermanos y hermanas!
Os saludo a todos, miembros de la Asociación Católica de Trabajadores de la Salud, en particular a vuestro presidente, a quien agradezco sus palabras, -¡ha dicho que me quiere, que me queréis: me hace bien! Y saludo también al consultor eclesiástico. Me alegra encontraros y compartir con vosotros el intento de defender y promover la vida, a partir de aquellos que están más indefensos o que necesitan asistencia porque están enfermos, ancianos o marginados, o porque se asoman a la existencia y piden que se les reciba y se les cuide. A todos ellos, de diferentes maneras, brindáis un servicio insustituible cada vez que, como trabajadores de la salud, les prestáis la atención que necesitan o la cercanía que los sostiene en su fragilidad.
El recuerdo del 40 aniversario de la fundación de ACOS nos impulsa a agradecer al Señor por lo que habéis recibido de la Asociación y porque os ha permitido trabajar en este tiempo para mejorar el sistema sanitario  y las condiciones de trabajo de todos los trabajadores de la salud, así como la condición de los enfermos y sus familias, que son los primeros destinatarios de vuestros esfuerzos.
En las últimas décadas, el sistema de asistencia y de atención ha cambiado radicalmente, y con ello también ha cambiado la forma de entender la medicina y la relación con el paciente. La tecnología ha alcanzado metas sensacionales e inesperadas y ha allanado el camino para nuevas técnicas de diagnóstico y tratamiento, planteando, sin embargo,  problemas éticos cada vez más fuertes. De hecho, muchos creen que cualquier posibilidad ofrecida por la técnica sea de por sí moralmente factible, pero, en realidad, cualquier práctica médica o intervención sobre el ser humano debe evaluarse cuidadosamente para saber si realmente respeta la vida y la dignidad humanas. La práctica de la objeción de conciencia, -hoy se pone en tela de juicio-  en los casos extremos donde la integridad de la vida humana esté en peligro se basa, pues,  en la necesidad personal de no actuar de manera diferente a la propia convicción ética, pero también representa una señal para el ambiente sanitario, en el que uno se encuentra, así como para los pacientes y sus familias.
La elección de la objeción, sin embargo, cuando sea necesaria, debe hacerse con respeto, para que no se convierta en motivo de desprecio o de orgullo lo que debe hacerse con humildad, para no generar en quien os observa un igual desprecio,  que impediría la comprensión de los verdaderos motivos que os empujan. Es bueno, en cambio, buscar siempre el diálogo, especialmente con aquellos que tienen posturas diferentes, escuchando su punto de vista y tratando de transmitir el vuestro, no como alguien que sube a una cátedra, sino como el que busca el verdadero bien de las personas. Hacerse compañero de viaje de quienes nos rodean, especialmente de  los últimos, de los más olvidados, de los excluidos: esta es la mejor manera de comprender a fondo y con verdad las diferentes situaciones y el bien moral que lleva aparejado.
Esta es también la manera de dar el mejor testimonio del Evangelio, que proyecta sobre la persona la luz poderosa que el Señor Jesús continúa proyectando sobre cada ser humano. La humanidad de Cristo es precisamente el tesoro inagotable y la escuela más grande, de la cual aprender continuamente. Con sus gestos y sus palabras, nos hizo sentir el toque y la voz de Dios y nos enseñó que cada individuo, sobre todo el último, no es un número, sino una persona, única e irrepetible. Precisamente el esfuerzo por tratar a los enfermos como personas, y no como números,  se debe llevar a cabo en nuestro tiempo y teniendo en cuenta la forma que el sistema de salud ha adquirido gradualmente. Su transformación en empresa que ha puesto en primer plano las necesidades de reducción de costos y de racionalización del servicio, ha cambiado fundamentalmente el enfoque de la enfermedad y del paciente mismo, dando una preferencia a la eficiencia que no pocas veces ha dejado en  segundo lugar la atención a la persona, que necesita ser entendida, escuchada y acompañada, tanto como necesita un diagnóstico correcto y un tratamiento efectivo.
La curación, entre otras cosas, pasa no solo por el cuerpo sino también por el  espíritu, por la capacidad de recuperar la confianza y de reaccionar; por lo tanto, el paciente no puede ser tratado como una máquina, ni el sistema de salud, público o privado, puede ser concebido como una cadena de montaje. Las personas nunca son iguales, deben ser comprendidas y cuidadas una por una, como hace Dios: Dios hace así. Obviamente, esto requiere un compromiso considerable por parte de los profesionales de la salud, que a menudo no es lo suficientemente comprendido y apreciado.
La atención que prestáis a los enfermos, tan exigente y absorbente, requiere que  también os atiendan a vosotros.  De hecho, en un entorno donde el paciente se convierte en un número,  vosotros también corréis el riesgo de  serlo y de “quemaros” por los turnos de trabajo demasiado duros, por el estrés de las emergencias o por el impacto emocional. Por lo tanto, es importante que los profesionales de la salud tengan garantías adecuadas en su trabajo, reciban el reconocimiento adecuado por las tareas que realizan y puedan usar las herramientas adecuadas para estar siempre motivados y capacitados.
El objetivo de la formación es un objetivo que vuestra asociación siempre ha perseguido, y os invito a llevarlo adelante con determinación, en un momento en que a menudo perdemos de vista los valores más básicos de respeto y protección de la vida de todos. Que la formación que proponéis  no sea solamente comparación, estudio y actualización, sino que ponga también un acento especial  en la espiritualidad, de modo que se redescubre y se aprecie esta dimensión fundamental de la persona, a menudo descuidada en nuestro tiempo, pero tan importante, especialmente para aquellos que viven la enfermedad o está cerca de los que sufren.
También os aliento, hermanos y hermanas,  a valorizar siempre la experiencia asociativa, enfrentando con nuevo entusiasmo los desafíos que os esperan en los ámbitos que juntos hemos considerado. Una buena sinergia entre las sedes regionales garantizará que las fuerzas de los individuos y los diversos grupos locales no permanezcan aisladas, sino que se coordinen y se multipliquen.
Para mantener siempre vivo vuestro espíritu, os exhorto a ser fieles a la oración y a nutriros de  la Palabra de Dios: siempre con el Evangelio en el bolsillo, al alcance de la mano: cinco minutos, se lee, para que entre en nosotros la Palabra de Dios. Que os inspire  el ejemplo de constancia y dedicación de los santos: muchos de ellos han servido con amor y desinterés a los enfermos especialmente a os más abandonados. Respecto al Evangelio en el bolsillo, he leído el relato de un misionero-quizás lo conozcáis, es verdad- de una persona, creo de Amazonas, indígena, que llevaba siempre el Evangelio en el bolsillo. Era analfabeto, no sabía leer, pero llevaba el Evangelio en el bolsillo, todo deshilachado, de tantos años que lo llevaba, Y una vez el misionero le preguntó “¿Por qué llevas el Evangelio si no sabes leer?”  “Es verdad, yo no sé leer, pero Dios sabe hablar”. Esa certeza de que en ese libro, está la Palabra de Dios, que nos habla, siempre. Siempre con el Evangelio en el bolsillo.
Queridos amigos, os acompaño con mi oración en esta preciosa tarea de testimoniar. Os encomiendo al Inmaculado Corazón de María, al cual está consagrada vuestra Asociación. Ese corazón que de forma tan límpida ha practicado la acogida y la caridad siga siendo un refugio para nosotros en nuestro trabajo y un modelo de servicio con nuestros hermanos y hermana. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí, y seguid adelante. ¡Gracias!
18.05.19


Regina Coeli: “El amor nos abre el uno al otro”

Palabras del Papa antes del Regina Coeli

(19 mayo 2019).- En este V domingo de Pascua, en el rezo Del Regina Coeli  desde la ventana de su despacho que da a la Plaza san Pedro, el Papa nos invita a amarnos unos a otros, no tanto con nuestro amor sino con el suyo.
Amaos como yo os he amado”. Toda la novedad está en el amor de Jesucristo, aquel que dio su vida por nosotros. Se trata del amor de Dios, universal, sin condiciones y sin límites, que encuentra su apogeo en la cruz.
El amor nos abre el uno al otro, convirtiéndonos en la base de las relaciones humanas.
Palabras del Papa antes del Regina Coeli
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de hoy nos lleva al Cenáculo para hacernos escuchar algunas de las palabras que Jesús dirigió a los discípulos en su “discurso de despedida” antes de su pasión. Después de lavar los pies de los doce, les dice: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado” (Jn 13, 34) . Amaos así unos a otros, también vosotros. ¿En qué sentido Jesús a este mandamiento lo llama “nuevo”? Sabemos que ya en el Antiguo Testamento Dios había ordenado a los miembros de su pueblo que amaran a su prójimo como así mismos (cf. Lv 19,18). Jesús mismo, a los que le preguntaron cuál era el mandamiento más grande de la Ley, contestó que el primero es amar a Dios con todo el corazón y el segundo amar al prójimo como a sí mismo (cf. Mt 22,38-39).
Entonces, ¿cuál es la novedad de este mandamiento que Jesús confía a sus discípulos antes de dejar este mundo?. ¿Por qué lo llama mandamiento “nuevo”?. El antiguo mandamiento del amor se ha vuelto nuevo porque ha sido completado con esta adición, “como yo os he amado”. “Amaos como yo os he amado”. Toda la novedad está en el amor de Jesucristo, aquel que dio su vida por nosotros. Se trata del amor de Dios, universal, sin condiciones y sin límites, que encuentra su apogeo en la cruz. En ese momento de descenso extremo y de abandono al Padre, el Hijo de Dios ha mostrado y dado al mundo la plenitud del amor.
Pensando en la pasión y la agonía de Cristo, los discípulos entendieron el significado de esas palabras suyas: “Como yo os he amado, así también amaos los unos a los otros”.
Jesús nos amó primero, nos amó a pesar de nuestras fragilidades, nuestras limitaciones y nuestras debilidades humanas. Fue Él quien nos hizo dignos de Su amor, que no conoce límites y nunca termina. Al darnos el mandamiento nuevo, nos pide que nos amemos no solamente tanto con nuestro amor, sino con el suyo, que el Espíritu Santo infunde en nuestros corazones si lo invocamos con fe. De esta manera – y sólo de esta manera – podemos amarnos unos a otros no sólo como nos amamos a nosotros mismos sino como Él nos amó, osea, inmensamente más. De hecho, Dios nos ama mucho más de lo que nos amamos a nosotros mismos. Y así podemos esparcir por todas partes la semilla del amor que renueva las relaciones entre las personas y abre horizontes de esperanza. El amor de Jesús es el que abre estos horizontes de esperanza y este amor nos hace hombres nuevos, hermanos y hermanas en el Señor, y nos hace el nuevo Pueblo de Dios, la Iglesia, en la cual todos están llamados a amar a Cristo y en Él amarnos los unos a los otros.
El amor que se ha manifestado en la cruz de Cristo y que Él nos llama a vivir, es la única fuerza que transforma nuestro corazón de piedra en corazón de carne; es la única fuerza capaz de transformar nuestro corazón que nos hace capaces de amar a nuestros enemigos, nosotros amamos con este corazón y perdonar a los que nos han ofendido.
Os hago una pregunta y cada uno  responda en su corazón : “¿Yo soy capaz de amar a mis enemigos?”. Todos tenemos gente que no están con nosotros, que están del otro lado, o alguien tiene gente que le ha hecho daño; “¿Yo soy capaz de amar a esa gente?”,”¿ese hombre o mujer que me ha hecho mal, que me ha ofendido?”, “¿soy capaz de perdonar?”, pregunta el Papa, cada uno tiene que responder dentro de sí mismo, dentro de su corazón y el amor de Jesús nos hace ver al otro como un miembro actual o futuro de la comunidad de amigos de Jesús, eso nos estimula a dialogar y nos ayuda a escucharnos y conocernos. El amor nos abre el uno al otro, convirtiéndonos en la base de las relaciones humanas. Nos hace capaces de superar las barreras de nuestras propias debilidades y prejuicios, el amor de Jesús en nosotros crea puentes, abre puertas, enseña nuevos caminos, desencadena el dinamismo de la fraternidad.
Que la Virgen María nos ayude, con su maternal intercesión, a recibir de su Hijo Jesús, el don de su mandamiento, y del Espíritu Santo la fuerza para ponerlo en práctica en la vida cotidiana.
19.05.19


El Papa insta a los periodistas a “trabajar de acuerdo con la verdad y la justicia”

Audiencia a la prensa extranjera en Italia

(20 mayo 2019).- “El vuestro es un trabajo precioso porque contribuye a la búsqueda de la verdad, y solo la verdad nos hace libres”, recordó el Papa Francisco a unos 400 periodistas extranjeros en Italia, a quienes recibió en audiencia el pasado sábado, 18 de mayo de 2019, en el Vaticano.
Unos 400 profesionales de los medios de comunicación, acreditados en la Asociación de la Prensa Extranjera en Italia, participaron en la audiencia privada, a quienes el Papa aseguró en primer lugar la admiración por su trabajo y la estima de la Iglesia “incluso –dijo– cuando ponéis el dedo en la llaga, y tal vez la llaga está en la comunidad eclesial”.
En esta línea, el Pontífice instó a los profesionales de la comunicación a “trabajar de acuerdo con la verdad y la justicia”, para que la comunicación sea realmente una “herramienta para construir, no para destruir; para encontrarse, no para enfrentarse; para dialogar, no para monologar; para orientar, no para desorientar; para entenderse, no para malinterpretarse; para caminar en paz, no para sembrar odio; para dar voz a los que no tienen voz, no para ser el megáfono de los que gritan más fuerte”.
Gran responsabilidad
El vuestro  -prosiguió el Pontífice- es un rol indispensable, y esto también os da una gran responsabilidad: os pide una atención particular a las palabras que usáis en vuestros artículos, a las imágenes que transmitís en vuestros reportajes, a todo lo que compartís en las redes sociales”.
Así, recordando las palabras de Benedicto XVI, el Papa Francisco renovó su exhortación a todos “en la era digital”: Como dijo el papa emérito, “los medios de comunicación tienden a hacernos sentir ‘espectadores’, como si el mal fuera solamente cosa de otros y algunas cosas nunca pudieran pasarnos a nosotros. En cambio, todos somos ‘actores’ y, tanto en el mal como en el bien, nuestro comportamiento influye en los demás”.

La humildad del periodista
La Asociación de la Prensa tiene su sede en la romana Via dell’Umiltá (Calle de la Humildad) y el Papa aprovechó esa coincidencia para recordar a los periodistas que “en una época en que muchos tienden a juzgar todo y a todos, la humildad también ayuda al periodista a no ser dominado por la prisa, a tratar de detenerse, a encontrar el tiempo necesario para comprender. La humildad nos acerca a la realidad y a los demás con una actitud de comprensión. El periodista humilde trata de conocer correctamente los hechos en su totalidad antes de contarlos y comentarlos”.
Cuando muchos difunden fake news —les exhortó Francisco– la humildad os impide mercadear el alimento podrido de la información errónea y os invita a ofrecer el buen pan de la verdad.
Cuidado con el lenguaje
Después se refirió al lenguaje, en especial al de las redes sociales, que en ocasiones puede ser  “violento y despectivo, con palabras que lastiman y algunas veces destruyen a las personas”. “Se trata, en cambio,-observó- de calibrar el lenguaje y, como decía vuestro  patrón, San Francisco de Sales… en usar la palabra como el cirujano usa el bisturí.
En una época de demasiadas palabras hostiles, donde el hablar mal de los demás se ha convertido para muchos en una costumbre, junto con la de clasificar a las personas –advirtió el Pontífice– siempre se debe recordar que toda persona tiene una  dignidad intangible, que nunca se le puede arrebatar”.
Libertad de prensa
También hizo hincapié en la libertad de prensa y de expresión a las que definió “un indicador importante del estado de salud de un país”. “No olvidemos que una de las primeras medidas de  las dictaduras es eliminar la libertad de prensa o “disfrazarla”, no dejar libre a  la prensa”, matizó.
En cambio “necesitamos un periodismo libre, al servicio de lo verdadero, de lo bueno, de lo correcto, un periodismo que ayude a construir la cultura del encuentro. Necesitamos periodistas que estén del lado de las víctimas, del lado de los perseguidos, del lado de los excluidos, de los rechazados, de los discriminados.
No olvidar, la realidad continúa
El Papa insistió en la necesidad del buen periodismo para ayudar a los demás a “no olvidar tantas situaciones de sufrimiento, que a menudo no están bajo los reflectores, o lo están por un momento y luego regresan a la oscuridad de la indiferencia”.
Como ejemplo, el Santo Padre recordó la pregunta de un periodista: “Me viene al corazón y a la memoria una pregunta que uno de vosotros me hizo hace poco –reveló- “¿Qué piensa de las guerras olvidadas?” ¿Pero qué guerras olvidadas ? Esas guerras que aún continúan, pero que las personas olvidan, porque no son de actualidad en los periódicos, en los medios de comunicación. Tened cuidado: no olvidéis la realidad, porque la exclusiva ha pasado. No, la realidad continúa”.
Agradecimiento
Por eso quiero agradeceros lo que hacéis. Porque nos ayudáis a no olvidar las vidas que son asfixiadas antes de que nazcan; las que apenas nacidas, se apagan por el hambre, la carestía, la falta de atención, de las guerras; las vidas de los niños soldados, las vidas de los niños violados. Nos ayudáis a no olvidar a tantas mujeres y hombres perseguidos por su fe o su origen étnico”.
Así, el Papa planteó la pregunta: “¿Quién habla hoy de los Rohingya? ¿Quién habla de los Yazidíes? Se olvidan y continúan sufriendo. Nos ayudáis a no olvidar que el que se ve obligado – por las catástrofes, las guerras, el terrorismo, el hambre, la sed- a abandonar su tierra no es un número, sino un rostro, una historia, un deseo de felicidad”. El Santo Padre exhortó también a no olvidar “este Mediterráneo que se está transformando en un cementerio”.
Contar lo bueno
Por último, invitó a los presentes a “tratar de contar lo bueno, aunque más a menudo el mal sea lo que hace noticia”.
Por favor, -exclamó- seguid contando también esa parte de la realidad que gracias a Dios sigue siendo la más extendida: la realidad de quienes no se dan por vencidos ante  la indiferencia, a los que no huyen ante la injusticia, sino que construyen pacientemente en silencio. Hay un océano de bien sumergido que merece ser conocido y que fortalece nuestra esperanza”.
21.05.19



Santa Marta: La paz, “don prometido por Jesús”


Compatible con la tribulación





(21 mayo 2019).- Según informa Vatican News, la homilía del Santo Padre de hoy, 21 de mayo de 2019, ha versado sobre la paz, un don prometido por Jesús antes de despedirse de los discípulos.

Como es habitual, la celebración de la eucaristía ha tenido lugar en la capilla de la Casa de Santa Marta.

La paz en las tribulaciones

Para Francisco, las tribulaciones y persecuciones que experimentó san Pablo en los Hechos de los Apóstoles son compatibles con las palabras de Jesús en la Última Cena (“Les dejo la paz, les doy mi paz”) porque así está reconocido en la última de las Bienaventurazas: “Bienaventurados ustedes cuando los insultarán, los perseguirán y, mintiendo, dirán todo tipo de mal contra ustedes por mi causa”.
El Pontífice explicó que “la paz de Jesús va con esta vida de persecución, de tribulación. Una paz que está muy por debajo, muy por debajo, muy profunda en todas estas cosas. Una paz que nadie puede quitar, una paz que es un don, como el mar que está tranquilo en las profundidades y en la superficie hay ola”.
Los santos no pierden la paz
El Pontífice añadió que solo de esta manera se puede entender la razón por la que tantos santos no perdieron la paz, incluso cuando iban a ser martirizados.
No obstante, no es un don que podamos obtener por medios humanos “yendo, por ejemplo, al médico o tomando ansiolíticos”.
Se trata de una paz profunda que proviene “del Espíritu Santo dentro de nosotros”, describió el Santo Padre, que nos proporciona la fortaleza para seguir adelante.
Soportar
Y continuó expresando que esta paz de Jesús nos enseña a soportar, esto es, “llevar sobre los hombros la vida, las dificultades, el trabajo, todo, sin perder la paz. Es más, llevar sobre los hombros y tener el valor de seguir adelante. Esto sólo se lo entiende cuando el Espíritu Santo está dentro de nosotros y nos da la paz de Jesús”.
En contraposición, según el Obispo de Roma, si cuando vivimos nos dejamos llevar por el nerviosismo y perdemos la paz, “hay algo que no funciona”.
Paz y sentido del humor
En definitiva, una vez que tenemos en nuestro interior el “don prometido por Jesús”, que no procede del mundo o del dinero que hay en el banco, se pueden afrontar hasta las dificultades “más feas” y se sigue adelante.
Además, Francisco señaló que “la persona que vive esta paz jamás pierde el sentido del humor. Sabe reírse de sí misma, de los demás, es más también de su propia sombra, se ríe de todo… Este sentido del humor que está tan cerca de la gracia de Dios”.
Finalmente, el Santo Padre exhortó: “Que el Señor nos dé esta paz que viene del Espíritu Santo, esta paz que le es propia y que nos ayuda a soportar, a continuar, las tantas dificultades en la vida”.
22.05.19



Nunca dejemos de hablar al Padre de nuestros hermanos y hermanas” – Catequesis completa

Fin del ciclo sobre el Padre Nuestro
( 22 mayo 2019).- El Papa Francisco ha exhortado a que, en la oración, “nunca dejemos de hablar al Padre de nuestros hermanos y hermanas en la humanidad, para que ninguno de ellos, especialmente los pobres, permanezca sin un consuelo y una porción de amor”.
En la audiencia general de hoy, miércoles 24 de abril de 2019, el Santo Padre ha finalizado el ciclo de catequesis sobre el Padre Nuestro. A lo largo de ella, el Pontífice ha subrayado la necesidad de cultivar la oración y de dirigirnos a Dios como Padre, siendo el Espíritu Santo el que nos hace rezar verdaderamente como hijos de Dios.
Audacia de llamar a Dios “Padre”
Catequesis del Santo Padre
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hoy terminamos el ciclo de catequesis sobre el “Padre Nuestro”. Podemos decir que la oración cristiana nace de la audacia de llamar a Dios con el nombre de “Padre”. Esta es la raíz de la oración cristiana: llamar “Padre” a Dios. ¡Hace falta valor! No se trata  tanto de una fórmula, como de una intimidad filial en la que somos introducidos por gracia: Jesús es el revelador del Padre y nos da familiaridad con Él. ” No nos deja una fórmula para repetirla de modo mecánico). Como en toda oración vocal, el Espíritu Santo, a través de la Palabra de Dios, enseña a los hijos de Dios a hablar con su Padre. “(Catecismo de la Iglesia Católica, 2766). Jesús mismo usó diferentes expresiones para rezar al Padre. Si leemos con atención los Evangelios descubrimos que estas expresiones de oración que emergen en los labios de Jesús recuerdan el texto del “Padre Nuestro”.
Por ejemplo, en la noche de Getsemaní, Jesús reza así: “¡Abba, Padre! Todo es posible para ti: ¡aparta de mí esta copa! pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú “(Mc 14:36). Ya hemos recordado este texto del Evangelio de Marcos. ¿Cómo podemos dejar de reconocer en esta oración, por muy breve que sea, un rastro del “Padre Nuestro”? En medio de las tinieblas, Jesús invoca a Dios con el nombre de “Abbà”, con confianza filial y, aunque sienta temor y angustia, pide que se cumpla su voluntad.
En otros pasajes del Evangelio, Jesús insiste con sus discípulos para que cultiven un espíritu de oración. La oración debe ser insistente, y sobre todo, debe recordar a los hermanos, especialmente cuando vivimos relaciones difíciles con ellos. Jesús dice: “Y cuando os pongáis de pie para orar, perdonad, si tienes algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone vuestras ofensas” (Mc 11, 25). ¿Cómo podemos dejar de reconocer la similitud con el “Padre Nuestro” en estas expresiones? Y los ejemplos podrían ser numerosos, también para nosotros.
En los escritos de San Pablo no encontramos el texto del “Padre Nuestro”, pero su presencia emerge en esa estupenda síntesis donde la invocación del cristiano se condensa en una sola palabra: “Abbà” (véase Rom 8:15; Gal 4 , 6). En el Evangelio de Lucas, Jesús satisface plenamente la petición de los discípulos que, al verlo a menudo aislarse y sumergirse en la oración, un día deciden preguntarle: “Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan (el  Bautista) a sus discípulos” ( 11.1). Y entonces el Maestro les enseñó la oración al Padre.
Considerando el Nuevo Testamento en conjunto, resalta claramente que el primer protagonista de toda oración cristiana es el Espíritu Santo. No lo olvidemos: el protagonista de toda oración cristiana es el Espíritu Santo. Nosotros no podríamos rezar nunca sin la fuerza del Espíritu Santo. Es él quien reza en nosotros y nos mueve a rezar bien. Podemos pedir al Espíritu Santo que nos enseñe a rezar, porque Él es el protagonista, el que hace la verdadera oración en nosotros. Él  sopla en el corazón de cada uno de nosotros que somos discípulos de Jesús. El Espíritu nos hace capaces de orar como hijos de Dios, como realmente somos por el Bautismo. El Espíritu nos hace rezar en el “surco” que Jesús excavó para nosotros. Este es el misterio de la oración cristiana:  la gracia nos atrae a ese diálogo de amor de la Santísima Trinidad.
Jesús rezaba así. A veces usaba expresiones que ciertamente están muy lejos del texto del “Padre Nuestro”. Pensad en las palabras iniciales del Salmo 22, que Jesús pronuncia en la cruz: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mt 27:46). ¿Puede el Padre celestial abandonar a su Hijo? No, desde luego. Y sin embargo, el amor por nosotros, los pecadores, llevó a Jesús a este punto: al punto de experimentar el abandono de Dios, su lejanía, porque había tomado sobre sí todos nuestros pecados. Pero incluso en el grito de angustia, permanece el ” Dios mío, Dios mío“. En ese “mío” está el núcleo de la relación con el Padre, está el núcleo de la fe y de la oración. 
Por eso, a partir de este núcleo, un cristiano puede rezar en cualquier situación. Puede asumir todas las oraciones de la Biblia, especialmente de los Salmos; pero puede rezar también con tantas expresiones que en milenios de historia han brotado del corazón de los hombres. Y nunca dejemos de hablar al Padre de nuestros hermanos y hermanas en la humanidad, para que ninguno de ellos, especialmente los pobres, permanezca sin un consuelo y una porción de amor.
Al final de esta catequesis, podemos repetir esa oración de Jesús: “Te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes y se las has revelado a pequeños” (Lc 10:21 ). Para rezar tenemos que hacernos pequeños, para que el Espíritu Santo venga a nosotros y sea Él quien nos guíe en la oración.
23.05.19



El “camino” de la Iglesia, según el Papa: “¡Las personas antes que los programas!”

Homilía en la Asamblea de Caritas Internationalis

(23 mayo 2019).- “Las personas antes que los programas”, este es el lema que dio el Papa Francisco a Caritas Internationalis: “con la mirada humilde de quien sabe buscar en otros la presencia de Dios, que no vive en la grandeza de lo que hacemos, sino en la pequeñez de los pobres que encontramos”.
El Santo Padre ha celebrado la Misa este jueves de la quinta semana de Pascua, el 23 de mayo de 2019, en el altar de la Cátedra de San Pedro de la Basílica Vaticana, con motivo de la inauguración de la 21ª Asamblea General de Caritas Internationalis sobre el tema: “Una sola familia humana, una casa común“, que está inspirada en la encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco. La Asamblea tendrá lugar en Roma del 23 al 28 de mayo.
Evangelio, “nuestro programa de vida”
Contra “la tentación de la eficiencia, pensar que a la Iglesia le va bien si tiene todo bajo su control, si vive sin conmociones, con una agenda siempre en orden”, ha dicho el Pontífice, Jesús envía el Espíritu. Santo que “no viene trayendo el orden del día” sino que “viene como un fuego”. Y ha agregado: “La fe no es una hoja de ruta, sino un ‘Camino'”. Jesús mismo vivió “en el camino”. En una palabra, “nuestro programa de vida” es el Evangelio.
Francisco destacó “tres elementos esenciales para la Iglesia en el camino: la humildad de escuchar, el carisma de estar juntos y el valor de la renuncia”. La renuncia, porque “para seguir al Señor, tienes que caminar rápido y caminar rápido, tienes que aliviar, incluso si cuesta”. Y de manera similar, para anunciar “de manera transparente y creíble” que Dios es amor, el Papa explicó que “las convicciones y tradiciones humanas que son obstáculos en lugar de ayuda, pueden y deben dejarse atrás”.
Las intenciones de la oración universal se han expresado en español, inglés, francés e italiano: para obtener verdadera caridad, para gobernantes solidarios, para voluntarios, para los pobres.
24.05.19




Lo mejor de jugar con una pelota es poder hacerlo junto con otros” asegura el Papa

En el Encuentro el “Fútbol que amamos”

(24 mayo 2019).- El Papa ha recibido esta mañana en audiencia a los participantes en el encuentro el “Fútbol que amamos”, organizado por el periódico deportivo La Gazzetta dello Sport en colaboración con el Ministerio de Educación, Universidad e Investigación (MIUR), la Federación Italiana de Fútbol y la Liga Serie A al que asisten alrededor de 6.000 niños y niñas de las regiones del Lacio y los Abruzos.
El deporte es una gran oportunidad para aprender a dar lo mejor de ti mismo, con sacrificio y compromiso, pero sobre todo no solos – observó el Santo Padre- Escuchadme bien: el deporte, no solos. Vivimos en una época en la que, gracias también a la presencia masiva de nuevas tecnologías, es fácil aislarse, crear lazos virtuales con muchos, pero a distancia. Lazos, pero solos. Lo mejor de jugar con una pelota es poder hacerlo junto con otros, pasarlo en medio del campo, aprender a construir acciones de juego, unirse en equipo”.
El balón se convierte en un “medio de invitar a las personas reales a compartir amistades, a encontrarse en un espacio, a mirarse a la cara, a desafiarse para poner a prueba sus habilidades”, destacó el Pontífice. Queridos amigos: el fútbol es un juego de equipo, ¡no puedes divertirte solo! Y si se vive así, realmente puede hacer mucho bien sea a la cabeza como al corazón en una sociedad que exaspera al subjetivismo,  es decir la centralidad del propio yo, casi como un principio absoluto… Jugar te hace feliz porque puedes expresar tu libertad, competir de una manera divertida, vivir un tiempo gratis, simplemente porque te gusta… Se corre tras un sueño sin volverse necesariamente un campeón. La Carta de los Derechos de los Niños al Deporte también reafirma el derecho de todo niño a “no ser un campeón” (Artículo 10).
Después invitó a los padres a transmitir a sus hijos esa mentalidad del  juego, de la gratuidad, y de la sociabilidad “para animarlos en los momentos difíciles, especialmente después de una derrota… Y para ayudarles a entender que el banco no es una humillación, sino una oportunidad de crecer y una oportunidad para otra persona. Que tengan siempre  el gusto de dar lo mejor, porque más allá del juego está la vida que les espera”.
En esta aventura, los entrenadores tienen un papel importante, porque representan un punto de referencia para los niños que entrenan. “Todo lo que decís y hacéis y la forma en que lo decís y lo hacéis, se convierte en una enseñanza para vuestros atletas, es decir, dejará una marca indeleble en su vida, para bien o para mal”, advirtió el Papa.
También se dirigió a los campeones del fútbol en los que se inspiran estos jóvenes atletas. “No olvidéis desde dónde empezasteis: en ese campo de periferia, en ese oratorio, en esa pequeña sociedad… Os deseo que sintáis siempre gratitud por vuestra historia hecha de sacrificios, victorias y derrotas. Y también que sintáis la responsabilidad educativa, demostrada con la coherencia de vida y la solidaridad con los más débiles, de animar a los más jóvenes a volverse grandes dentro y tal vez incluso campeones en la vida.
Las últimas palabras fueron para los directivos a quienes exhortó a defender siempre el espíritu amateur del juego. “Que no termine la belleza del fútbol en un do ut des de los negocios financieros”.
25.05.19


Regina Coeli: “Docilidad a la acción del Espíritu Santo”

Palabras del Papa antes del Regina Coeli

(26 mayo 2019).- “La Iglesia no puede permanecer estática”, animó el Papa Francisco en Regina Coeli el 26 de mayo de 2019. Nos invitó a “liberarnos de las ataduras mundanas que representan nuestras ideas, nuestras estrategias, nuestros objetivos, que a menudo pesan sobre el camino de la fe”, y a “escuchar dócilmente la palabra del Señor”.
En efecto, la misión del Espíritu Santo es “hacer comprender en plenitud y animar a poner en práctica las enseñanzas de Jesús”. Y es también “la misión de la Iglesia”, dijo a los peregrinos reunidos para la oración mariana bajo la lluvia en la Plaza de San Pedro.
Palabras del Papa antes del Regina Coeli
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de este VI Domingo de Pascua nos presenta el pasaje del discurso que Jesús dirigió a los Apóstoles en la Última Cena (cf. Jn 14,23-29). Él habla de la obra del Espíritu Santo y hace una promesa: “El Paráclito, el Espíritu Santo que el Padre enviará en mi nombre, os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os he dicho” (v. 26). Como en el momento de la cruz Jesús asegura a los Apóstoles que no se quedarán solos: con ellos estará siempre el Espíritu Santo, el Paráclito, que los apoyará en su misión de llevar el Evangelio por todo el mundo. En el idioma griego original, el término “Paráclito” significa el que está al lado, para apoyar y consolar. Jesús regresa al Padre, pero continúa instruyendo y animando a sus discípulos a través de la acción del Espíritu Santo.
¿Cuál es la misión del Espíritu Santo que Jesús promete como don? Él mismo dice: Él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os he dicho. En el transcurso de su vida terrena Jesús ya ha transmitido todo lo que quería confiar a los Apóstoles, llevó a término la Revelación divina, es decir, todo lo que el Padre quiso decir a la humanidad mediante la encarnación del Hijo. La tarea del Espíritu Santo es hacer que la gente recuerde, es decir, hacerlas comprender plenamente e inducirlas a poner en práctica concretamente las enseñanzas de Jesús. Esta es también la misión de la Iglesia, que la lleva a cabo a través de un estilo de vida preciso caracterizado por ciertas exigencias: la fe en el Señor y la observancia de su Palabra; la docilidad a la acción del Espíritu, que hace vivo y presente continuamente al Señor Resucitado; la acogida de su paz y del testimonio que se le ha dado con una actitud de apertura y de encuentro con los demás.
Para lograr todo esto, la Iglesia no puede permanecer estática, sino que, con una participación activa de cada bautizado, está llamada a actuar como comunidad en camino, animada y sostenida por la luz y el poder del Espíritu Santo, así es el Espíritu de Dios quien nos guía y guía a la Iglesia para que resplandezca el auténtico rostro de de ella, bello y luminoso querido por Cristo.
Hoy el Señor nos invita a abrir nuestros corazones al don del Espíritu Santo, para que nos guíe por los caminos de la historia. Día a día, nos enseña la lógica del Evangelio, la lógica del amor acogedor enseñándonos todo y “recordándonos todo lo que el Señor nos ha dicho”.
Que María que en este mes de mayo veneramos y rezamos con especial devoción como nuestra madre celestial, proteja siempre a la Iglesia y a toda la humanidad. Que ella que con humilde y valiente fe cooperó plenamente con el Espíritu Santo, para la Encarnación del Hijo de Dios, nos ayude también a dejarnos instruir y guiar por el Paráclito, para que podamos acoger la Palabra de Dios y dar testimonio de ella con nuestra vida.
Después de la oración de Regina Coeli, que reemplaza al Ángelus en el tiempo pascual, en la Plaza de San Pedro, también bendijo a los peregrinos polacos que participaban en una peregrinación al Santuario Mariano de Piekari Slaskie.
Palabras del Papa Francisco
Queridos hermanos y hermanas!
Os saludo a todos, romanos y peregrinos: familias, grupos parroquiales, asociaciones. En particular, saludo a los fieles de Malta y Madrid, a la “Banda Juvenil 504” de Honduras, a la ópera Kolping de Alemania.
Saludo a los jóvenes de la Confirmación de Génova, a los estudiantes de la escuela “Caterina di Santa Rosa” en Roma, a los niños y adolescentes de Torre Gaia y a los fieles de Berchiddeddu con el coro “Laudato sii”.
Les envío saludos y bendiciones a los peregrinos polacos, que participan en la gran peregrinación al Santuario Mariano de Piekari Slaskie. Con motivo del “Día de la Alivio”, dirijo un pensamiento especial a todos los reunidos en el Hospital Gemelli para promover iniciativas de fraternidad con los enfermos.
Les deseo a todos un buen domingo.Por favor, no se olviden de orar por mí. ¡Buen almuerzo y adiós!
27.05.19



El Papa abraza al jefe indígena Raoni Metuktire, de la tribu brasileña Kayapó

Reunión en preparación para el Sínodo

(27 mayo 2019).- El Santo Padre se ha despedido con un abrazo fraternal del jefe indígena amazónico Raoni Metuktire, “Cacique” de la tribu Kayapó en el estado de Mato Grosso, en la Amazonia brasileña, tras la audiencia privada que han mantenido esta mañana, 27 de mayo de 2019, en la Casa de Santa Marta, residencia habitual del Papa.
Con este encuentro, el Papa Francisco quiere “reiterar su atención por la población y el ambiente de la región amazónica y su compromiso en la protección de la Casa Común”, declaró Alessandro Gisotti, directo interino de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el domingo, 26 de mayo de 2019, en un comunicado a los periodistas.
La reunión con Raoni se enmarca en la preparación a la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la región Panamazónica, que se realizará del 6 al 27 de octubre próximo, con el tema “Amazonía: Nuevos Caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral“.
Tribu Kayapó
Los “Kayapó” son un pueblo indígena que habita en las tierras planas de Mato Grosso y Pará, en Brasil, al sur de la Amazonia, en la región del río Xingú y sus afluentes, entre el río Curuá y el río Fresco, y entre éste y el río Araguaia. Son más de 10.000 personas
Sobre una superficie de 11 millones de hectáreas, de selva tropical y sabana, los pueblos indígenas –entre los que se incluye la tribu Kayapó– han sabido proteger sus tierras. Más de 10.000 personas viven en 46 aldeas dispersas sobre un área tan grande como Bulgaria. El territorio de los Kayapó es el más grande de su tipo en la región.
Los Kayapó son los conservacionistas más eficaces contra la tala ilegal, la ganadería y la explotación minera de los yacimientos de oro, según informa el blog ecología “Semana Sostenible”.
Los indígenas, en el centro
El Papa Francisco convocó esta Asamblea especial del Sínodo el pasado 15 de octubre de 2017, con el objetivo de “encontrar nuevos caminos para la evangelización de aquella porción del Pueblo de Dios, sobre todo de los indígenas, muchas veces olvidados y sin una perspectiva de un futuro sereno, también por la causa de la crisis de la foresta amazónica, pulmón de fundamental importancia para nuestro planeta”.
El Instrumentum laboris del Sínodo sobre la Amazonía será presentado en junio. Este documento es el que tendrán los padres sinodales durante las tres semanas de duración de la Asamblea para reflexionar ampliamente sobre las cuestiones a tratar sobre la Amazonía. Es un texto que recopila y resume todo el material recibido de la consulta realizada por la Secretaría General a través del Documento preparatorio, que incluye un cuestionario, y que se presentó el pasado 8 de junio de 2018.
Documento preparatorio 
El Documento Preparatorio está estructurado en tres partes: “Ver”, “Discernir” y “Actuar”, método ya utilizado previamente en el Sínodo de los obispo sobre la familia. Al final del Documento se incluía un cuestionario dirigido a los pastores para que ellos lo respondan consultando al Pueblo de Dios, a través de los medios más adecuados según las propias realidades locales.
La primera parte del Documento, dedicada a “ver”, describe la “identidad del Panamazonas y la urgencia de la escucha”. Los temas que se abordan son: el territorio; la variedad sociocultural; la identidad de los pueblos indígenas; la memoria eclesial histórica; la justicia y los derechos de los pueblos, así como la espiritualidad y la sabiduría de los pueblos amazónicos.
28.05.19




Santa Marta: “La tristeza no es una actitud cristiana”

El Espíritu Santo “nos sostiene”

(28 mayo 2019).- “La tristeza no es una actitud cristiana”, ha señalado el Papa en la homilía, publicada en Vatican News, sobre el evangelio en el que Jesús se dirige a los apóstoles antes de ascender al cielo. Estos estaban tristes porque escucharon que su Maestro les iba a dejar.
En la mañana de hoy, 28 de mayo, el Papa Francisco ha celebrado la habitual eucaristía en la capilla de la Casa de Santa Marta.
El cristiano triste “no va”
El Pontífice reconoce que el sentimiento de la tristeza puede estar presente en las personas y que, contra ella, “en la oración, pedimos al Señor que mantenga en nosotros la renovada juventud del espíritu”.
Un cristiano triste es un triste cristiano: no va”, remarcó el Pontífice. Es el Espíritu Santo el que nos hace capaces de llevar la cruz: “El Espíritu Santo es aquel que nos acompaña en la vida, el que nos sostiene”.
Siempre jóvenes
Y continuó explicando que este Espíritu es “el Paráclito”, que quiere decir “’aquel que está a mi lado para sostenerme’ para que yo no caiga, para que siga adelante, para que conserve esta juventud del Espíritu”.
Porque “el cristiano siempre es joven: siempre. Y cuando el corazón del cristiano comienza a envejecer, comienza a disminuir su vocación de cristiano. O eres joven de corazón, de alma, o no eres plenamente cristiano”, añadió Francisco.
Diálogo con el Espíritu
Según el Obispo de Roma, para que sea posible mantener la juventud y la esperanza es preciso “un diálogo cotidiano con el Espíritu Santo, que está siempre junto a nosotros. Es el gran don que Jesús nos ha dejado: este soporte, que te hace ir adelante”.  El pecado, por su parte, siempre envejece el alma, pero el Espíritu Santo también ayuda a arrepentirnos y a mirar al frente.
El cristiano nunca se retira
Finalmente, el Santo Padre terminó la homilía pidiendo al Señor “que no perdamos esta juventud renovada, que no seamos cristianos retirados que han perdido su alegría y no se dejan llevar adelante… El cristiano nunca se retira; el cristiano vive, vive porque es joven, cuando es un verdadero cristiano”.
29.05.19

Francisco a los hispanohablantes: Ser testigos del amor de Dios con “palabras y obras”

Catequesis sobre los Hechos de los Apósotoles
(29 mayo 2019).- “Pidamos a Dios el don del Espíritu Santo que nos asista en nuestra vida y nos dé la fuerza para que con nuestras palabras y obras podamos ser testigos misioneros de su amor con todos los que están a nuestro alrededor”.
Estas son las palabras del Papa Francisco dirigidas a los hispanohablantes durante la Audiencia general celebrada hoy, 29 de mayo de 2019, en la plaza de San Pedro.
El Santo Padre ha iniciado una serie de catequesis en torno al Libro de los Hechos de los Apóstoles, que relata “la sobreabundancia de la vida del Resucitado en la Iglesia”.
El Papa también ha saludado a los peregrinos de lengua española procedentes de España y América Latina. Finalmente, les ha ofrecido a todos su bendición.

Saber cómo esperar ‘los pasos’ de Dios” – Catequesis del Papa Francisco

Oración perseverante y paciencia
(29 mayo 2019).- “El Resucitado invita a sus seguidores a no vivir el presente con ansiedad, sino a hacer una alianza con el tiempo, a saber cómo esperar el desenlace de una historia sagrada que no se ha interrumpido sino que avanza, a saber cómo esperar los “pasos” de Dios, Señor del tiempo y del espacio”.
Con estas palabras, el Papa Francisco ha manifestado la necesidad de respetar los tiempos de Dios y de vivir el día a día sin temor a lo que ocurrirá.
Hoy, miércoles 29 de mayo de 2019, el Santo Padre ha iniciado una serie de catequesis sobre los Hechos de los Apóstoles. Se trata de un libro del Nuevo Testamento escrito por San Lucas que cuenta la difusión del Evangelio por medio de dos protagonistas: la Palabra de Dios y el Espíritu Santo.
La fuerza de la Palabra de Dios

El Pontífice apuntó al Salmo (147.4) que expone que “Dios ‘envía su mensaje’”. “La Palabra de Dios corre, es dinámica, riega todo el terreno en el que cae. ¿Y cuál es su fuerza?”, preguntó.
San Lucas describe que la palabra humana se hace efectiva gracias al Espíritu Santo, no a la retórica. El Espíritu, explicó el Papa, es el “dýnamis de Dios, su fuerza, que tiene el poder de purificar la palabra, para que sea portadora de la vida”.
Dinamita
Francisco añadió que “cuando el Espíritu visita la palabra humana, se vuelve dinámico, como ‘dinamita’, que es capaz de encender corazones y hacer estallar patrones, resistencias y muros de división, abriendo nuevos caminos y expandiendo los límites del pueblo de Dios”.
El bautismo en el Espíritu
El Santo Padre hizo referencia a que, después de que el evangelio concluya con la resurrección y ascensión de Jesús, el libro de los Hechos de los Apóstoles relata “la sobreabundancia de la vida del Resucitado en la Iglesia”.
El bautismo en el Espíritu Santo, describió el Pontífice, “es la experiencia que nos permite entrar en una comunión personal con Dios y participar en su voluntad salvífica universal, adquiriendo el don de la parresia, es decir, la capacidad de pronunciar una palabra ‘como hijos de Dios’”.
Entrar en el don de Dios
Francisco reveló que no hay que luchar para ganar o merecer dicho don de Dios “todo se da gratis y a su debido tiempo”. No debemos sufrir la ansiedad de saber cuándo sucederá esto porque el mismo Jesús explicó que es algo que no nos corresponde determinar y que solo el Señor decidirá el momento.
Oración perseverante y paciencia
Tal y como hicieron los apóstoles, para lograr dicha fuerza del Espíritu solo conviene esperar y rezar con perseverancia, pues es “a través de la oración que uno supera la soledad, la tentación, la sospecha y abre su corazón a la comunión”.
Así, finalmente, el Obispo de Roma pidió a Dios “paciencia para esperar sus pasos, para no ‘fabricarnos’ su obra y permanecer dóciles orando, invocando al Espíritu y cultivando el arte de la comunión eclesial”.
30.05.19

Comunidad de Bose: La liturgia, fuente y cumbre de una vida “llena de fraternidad”

Mensaje del Papa Francisco

(30 mayo 2019).- El Papa Francisco ha enviado un mensaje al Fundador del Monasterio de Bose, Hermano Enzo Bianchi, con motivo del XVII Convenio Litúrgico Internacional bajo el tema “El altar – Adquisiciones recientes, nuevos problemas” que se celebra en el templo desde el 30 de mayo hasta el 1 de junio de 2019.
El Pontífice expresa en la carta su deseo de que las reflexiones del simposio “maduren cada vez más la comprensión de la liturgia como la fuente y la cumbre de una vida eclesial y personal llena de fraternidad” y se formen de esta manera “en la escuela del Evangelio”, informa Vatican News en español.
El fundador de la comunidad ha leído las palabras del Santo Padre ante sus participantes al inicio de la sesión inaugural de la asamblea plenaria que ha tenido lugar esta mañana a las 9:30 horas.
Al final del mensaje –firmado por el Secretario de Estado de la Santa Sede, el Cardenal Pietro Parolin–, Francisco destaca sus “buenos deseos” y su cordial saludo a todos los participantes, así como su bendición apostólica a los promotores, los relatores y todos los presentes, señala el portal de información vaticano.
Que todos sean uno”
La Comunidad nació el 8 de Diciembre de 1965, en el mismo día de la clausura del Concilio Vaticano II, cuando Enzo Bianchi empezó a vivir solo, en una casa alquilada, en la sección del pueblo de Magnano llamada Bose. Los primeros Hermanos llegaron tres años después, entre ellos una mujer y un Pastor reformado.
Desde entonces, por la mañana, al mediodía y por la tarde, se celebra la Liturgia de las Horas cantada, se trabaja, se acoge a los huéspedes, se estudian las Escrituras y la tradición monástica y se vive la difícil pero fecunda aventura monástica y ecuménica.
Hoy día la comunidad está formada por cerca de 80 personas, hombres y mujeres, algunos protestantes, seis presbíteros y un pastor. Sin esa pretensión inicial pero como un don del Espíritu, desde el principio, pertenecen a la comunidad cristianos de varias confesiones. Por ello, se ha intentado transformar este don en un compromiso por la Unidad de todos los cristianos en fidelidad a la palabra de Cristo: “Que todos sean uno” (Jn 17,21).
31.05.19

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