7 de juny 2014

PARLA FRANCESC (7)



ENTREVISTA  DEL  PAPA  A  "LA  VANGUARDIA"






Francisco pide ponerse en juego en la vida como en el deporte
El Santo Padre recibe a los asistentes a la Fiesta organizada por el Centro Deportivo Italiano en la plaza de San Pedro
CIUDAD DEL VATICANO, 07 de junio de 2014 (Zenit.org) - Desde las 9 de la mañana, en vía de la Conciliación ha cobrado vida el "Pueblo del Deporte", albergando canchas de baloncesto, voleibol y fútbol y otros espacios dedicados a distintas actividades gimnásticas, de recreación y movilidad. La plaza de San Pedro ha acogido esta mañana a unas 50.000 personas de las sociedades deportivas procedentes de toda Italia, participantes de la Fiesta promovida por el Centro Deportivo Italiano (CSI) con ocasión del 70 aniversario de la fundación.
Durante todo la tarde, antes de la llegada y también en presencia del Papa, se han compartido testimonios, música, y exhibiciones deportivas. "Una verdadera fiesta del deporte" lo que se ha vivido esta tarde en la plaza de San Pedro, tal y como lo ha definido el Santo Padre.
El Papa ha saludado a atletas, entrenadores y dirigentes de las sociedades deportivas en su discurso. "Conozco y aprecio vuestro compromiso y vuestra dedicación en el promover el deporte como experiencia educativa", ha indicado el Pontífice.
A los jóvenes y adultos que se ocupan de los más pequeños a través de "vuestro precioso servicio" les ha dicho que "sois a todos los efectos educadores". Y esto, ha indicado el Papa, es motivo de orgullo y responsabilidad. Asimismo, el Pontífice ha explicado que el deporte es un camino educador, "yo encuentro tres caminos para los jóvenes, chicos, niños: el camino de la educación, el camino del deporte y el camino del trabajo". Si se dan estos tres caminos no habrá adicciones, ni drogas, ni alcohol, ha observado Francisco. Por esa razón ha exhortado a deportistas, dirigentes, hombres y mujeres de la política a buscar estos tres caminos para la juventud.
A continuación, el Santo Padre ha destacado que es importante que el deporte permanezca como un juego, porque solo si permanece como un juego hace bien al cuerpo y al espíritu. Y así, ha invitado no solo a jugar, sino a ponerse en juego en la vida como en el deporte. "Ponerse en juego en la búsqueda del bien, en la Iglesia y en la sociedad, sin miedo, con valentía y entusiasmo", ha pedido el Papa. De esta forma, ha invitado a no contentarse con caminos tibios, "ir adelante buscando la victoria siempre".
Otro aspecto afrontado por el Santo Padre ha sido la acogida en las sociedades deportivas. "Se acoge a todo atleta que desea formar parte y se acogen los unos a los otros, con sencillez y simpatía", ha pedido Francisco. A los entrenadores les ha pedido ser capaces de tener la puerta abierta para dar a todos una oportunidad de expresarse. Mientras que a los chavales les pide que merezcan cada día la camiseta, "a través de vuestro compromiso y vuestro cansancio".
Por otro lado, Francisco ha exhortado a los presentes a "sentir el gusto, la belleza del juego de equipo, que es muy importante para la vida. ¡No al individualismo!", ha exclamado.
El Papa ha aprovechado la ocasión para hacer memoria del padre Lorenzo Massa, fundador de su equipo de fútbol de Buenos Aires, San Lorenzo de Almagro. Un sacerdote -ha explicado- "que recogió un grupo de jóvenes en torno al campo parroquial y dio vida al que se convertiría en un equipo de fútbol importante". Por esta razón, el Pontífice ha observado que "es bonito cuando una parroquia tiene un grupo deportivo, pero debe estar bien hecho, de forma coherente con la comunidad cristiana, ¡si no es mejor que no lo haya!" Y así, Francisco ha indicado que el deporte en la comunidad puede ser un instrumento misionario óptimo, donde la Iglesia se hace cercana a cada persona para ayudarla a hacerse mejor y a encontrar a Jesucristo. Llegando el final de su discurso, el Obispo de Roma ha confesado que había escuchado como le nombraban capitán, por lo que ha pedido "como capitán os insto a no cerraros en la defensa, sino a ir al ataque, a jugar juntos nuestra partida, que es la del Evangelio". E insiste: "que todos jueguen, no solo los mejores, sino todos, con las ventajas y los límites que cada uno tiene, es más, privilegiando a los más desfavorecidos, como hacía Jesús".
Para finalizar y antes de la bendición final, el Papa ha pedido que recen por él "también yo debo hacer mi juego, que es vuestro juego, que es el de toda la Iglesia. Rezad por mí para que pueda hacer esto hasta el día que el Señor me llame a Él".
08.06.14



El Papa en la misa de pentecostés explica la luz que nos da el Espí­ritu
Texto completo de la homilía del papa Francisco. El día de Pentecostés fue el bautismo de la Iglesia que nació 'en salida'
CIUDAD DEL VATICANO, 08 de junio de 2014 (Zenit.org) - Este domingo de Pentecostés, el santo padre Francisco presidió en la basílica de San Pedro la santa misa, concelebrada con cardenales y obispos.
Una solmene eucaristía que vio también las ceremonias de la bendición del agua, el canto del Ven Espíritu Creador, el Aleluya, y el color rojo vivo de los paramentos como otra de las expresiones de esta festividad.
En su homilía el santo padre dijo:
“Todos fueron colmados por el Espíritu Santo”.
Hablándole a los apóstoles en la Última Cena, Jesús dijo que después de su partida de este mundo les habría enviado a ellos el don del Padre, o sea el Espíritu Santo. Esta promesa se realiza con potencia en el día de Pentecostés, cuando el Espíritu Santo desciende sobre los discípulos reunidos en el Cenáculo. Aquella efusión, además de extraordinaria, no se quedó única y limitada a aquel momento, pero es un evento que se ha renovado y todavía se renueva. Cristo glorificado a la derecha del Padre sigue realizando su promesa, enviando en la Iglesia el Espíritu Vivificante, que enseña, nos recuerda y nos hace hablar.
El Espíritu Santo nos enseña: es el Maestro interior. Nos guía por el camino justo, a través las situaciones de la vida. Él nos enseña el camino, la vía. En los primeros tiempos de la Iglesia, el Cristianismo era llamado “el camino” y Jesús mismo es la vía.
El Espíritu Santo nos enseña a seguirlo, a caminar en sus huellas. Más que un maestro de doctrina, Espíritu es un maestro de via. Y de la vida hace parte también el saber, el conocer, pero dentro del horizonte más amplio y armónico de la existencia cristiana.
El Espíritu Santo nos recuerda todo lo que Jesús ha dicho. Es la memoria viviente de la Iglesia. Y mientras nos hace recordar, nos hace entender las palabras del Señor.
Este recordar en el Espíritu y gracias al Espíritu, no se reduce a un hecho recordativo, es un aspecto esencial de la presencia de Cristo en nosotros y en la Iglesia. El Espíritu de verdad y de caridad nos recuerda todo lo que Jesús nos ha dicho, nos hace entrar siempre más plenamente en el sentido de sus palabras.
Todos nosotros hemos tenido esta experiencia, un momento, alguna situación en la que nos viene otra [inspiración], y se relaciona con una frase de la Escritura. Es el Espíritu que nos hace realizar este camino, el camino de la memoria viviente de la Iglesia.
Esto nos pide una respuesta: más nuestra respuesta es generosa, más las palabras de Jesús se vuelven en nosotros vida, y se vuelve actitudes, gestos, testimonio. En sustancia el Espíritu nos recuerda el mandamiento del amor y nos llama a vivirlo.
Un cristiano sin memoria no es un verdadero cristiano: es un hombre o una mujer prisionera del momento, que no sabe hacer tesoro de su historia, no sabe leerla y vivirla como historia de salvación.
En cambio con la ayuda del Espíritu Santo, podemos interpretar la inspiración interior y los hechos de la vida a la luz de las palabras de Jesús. Y así crece en nosotros la sapiencia de la memoria, la sapiencia del corazón, que es un don del Espíritu. Que el espíritu santo reviva en nosotros la memoria cristiana.
En ese día con los apóstoles estaba la mujer de la memoria, aquella que en el inicio meditaba todas estas cosas en su corazón. Era María nuestra madre, queElla nos ayuda en este camino de la memoria.
Y el Espíritu Santo nos enseña, nos recuerda --es otro aspecto-- nos hace hablar, con Dios y con los hombres. No hay cristianos mudos, mudos de alma, no hay lugar para esto.
Nos hace hablar con Dios en la oración. La oración es un don que recibimos gratuitamente; es diálogo con Él en el Espíritu Santo, que reza en nosotros y nos permite de dirigirnos a Dios llamándolo Padre, Abbá. Y esto no es solamente un modo de decir, pero es la realidad: nosotros somos realmente hijos de Dios. 'De hecho todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los hijos de Dios'.
Nos hace hablar en el acto de fe. Nadie de nosotros puede decir: 'Jesús es el Señor', lo hemos escuchado hoy, sin el Espíritu Santo.
Y el Espíritu nos hace hablar con los hombres en diálogo fraterno. Nos ayuda a hablar con los otros reconociendo en ellos a los hermanos y hermanas; a hablar con amistad, con ternura, con mansedumbre, entendiendo las angustias y las esperanzas, las tristezas y las alegrías de los otros.
Además el Espíritu Santo nos hace hablar también a los hombres en el profecía, o sea, haciéndolos 'canales' humildes y dóciles de la Palabra del Señor. La profecía es hecha con franqueza para mostrar abiertamente las contradicciones y las injusticias, pero siempre con mansedumbre e intención constructiva. Penetrados por el Espíritu de amor, podemos ser signos e instrumentos de Dios que ama, que sirve, que dona la vida.
Recapitulando: el Espíritu Santo nos enseña la vía; nos recuerda y nos explica las palabras de Jesús; nos hace rezar y decir Padre Dios; nos lleva a hablar a los hombres a través del diálogo fraterno y nos hace hablar en la profecía. El día de Pentecostés, cuando los discípulos “fueron colmados por el Espíritu Santo” fue el bautismo de la Iglesia, que nació 'en salida', para anunciar a todos la Buena Noticia.
La Madre Iglesia que parte para servir. Recordemos a esta nuestra otra Madre, que partió con rapidez, para servir; la Madre Iglesia y la Madre María, las dos vírgenes, Madres. Las dos, mujeres.
Jesús había sido perentorio con los apóstoles: no tenían que alejarse de Jerusalén antes de haber recibido desde lo alto la fuerza del Espíritu Santo. Sin Él no hay misión, no hay evangelización. Por esto con toda la Iglesia, con nuestra Madre Iglesia católica invocamos, ¡Ven Espíritu Creador!
09.06.14



Francisco en Sta Marta: Bienaventuranzas y Mateo 25, el programa para la santidad
El Santo Padre en la homilía de este lunes recuerda que el cristianismo no es una religión para pensarla, sino para practicarla
CIUDAD DEL VATICANO, 09 de junio de 2014 (Zenit.org) - Las Bienaventuranzas son el programa de vida del cristiano. Así lo ha recordado el Santo Padre esta mañana en la homilía de la misa celebrada en Santa Marta. De este modo, el Papa ha reflexionado sobre este pasaje del Evangelio observando que es necesario tener la valentía de la mansedumbre para vencer al odio.
El Santo Padre ha afirmado, haciendo referencia al Evangelio de hoy, que las Bienaventuranzas son "el programa", "el carné de identidad del cristiano". Por eso ha indicado que "si alguno de nosotros hace la pregunta: '¿Qué se hace para ser un buen cristiano?'", aquí encontramos la respuesta de Jesús que indica cosas "muy a contracorriente" respecto a lo que habitualmente "se hace en el mundo".
Bienaventurados los pobres de espíritu. "Las riquezas no te aseguran nada. Es más: cuando el corazón es rico, está tan satisfecho de sí mismo, que no tiene lugar para la Palabra de Dios", ha afirmado.
Y prosigue: bienaventurados los que lloran, porque serán consolados: "Pero el mundo nos dice: la alegría, la felicidad, la diversión, eso es lo bonito de la vida. E ignora, mira a otro lado, cuando hay problemas de enfermedad, problemas de dolor en la familia. El mundo no quiere llorar, prefiere ignorar las situaciones dolorosas, cubrirlas. Solamente la persona que ve las cosas como son, y llora en su corazón, es feliz y será consolada. La consolación de Jesús, no la del mundo". También son bienaventurados los mansos en este mundo que desde el inicio es un mundo de guerras, un mundo donde se pelea por todos lados, donde por todos lados hay odio. Y Jesús dice: nada de guerras, nada de odio, paz, mansedumbre". Francisco indica en la homilía de hoy que si yo soy "manso en la vida", "pensarán que soy un tonto". Pero, aunque piensen eso "tú eres manso, porque con esa mansedumbre heredarás la Tierra", subraya el Papa.
Bienaventurados lo que tienen hambre y sed de justicia, bienaventurados "los que luchan por la justicia, para que haya justicia en el mundo". Al respecto el Pontífice ha resaltado que "es muy fácil entrar en las grietas de la corrupción", "esa política cotidiana del intercambio. Todo es negocio".  A lo que observa: "cuántas injusticias. Cuánta gente que sufre por estas injusticias". De este modo, Francisco recuerda que Jesús dice: "bienaventurados aquellos que luchan contra estas injusticias".
A continuación ha reflexionado sobre la bienaventuranza de los misericordiosos, "porque encontrarán misericordia". Los misericordiosos, "los que perdonan, los que entienden los errores de los otros". Así, Francisco recuerda que las palabras de Jesús no fueron "bienaventurados los que hacen venganza, los que se vengan".
Y lo explica así: "bienaventurados lo que perdonan, misericordiosos. ¡Porque todos nosotros somos ejército de perdonados! Todos nosotros hemos sido perdonados. Y por esto es bienaventurado el que va por este camino del perdón". Asimismo ha añadido: "bienaventurados los puros de corazón, que tienen un corazón sencillo, sin suciedades, un corazón que sabe amar con esa pureza tan bonita. Bienaventurados los que trabajan por la paz. Pero, ¡es tan común que seamos trabajadores de guerra o al menos trabajadores de malentendidos! Cuando escucho algo de este y voy donde el otro y se lo digo y hago además una segunda edición un poco más grande y la transmito... El mundo del chismorreo. Esta gente que chismorrea, no hace paz, son enemigos de la paz. No son bienaventurados".
Dando un paso más, bienaventurados los perseguidos por la justicia. El Papa ha recordado cuánta gente "es perseguida, ha sido perseguida simplemente por haber luchado por la justicia".
Tras esta reflexión, el Pontífice ha indicado que las bienaventuranzas "son el programa de vida que propone Jesús", "tan sencillo, pero tan difícil". De este modo ha referido que "si nosotros quisiéramos algo más, Jesús nos da también otras indicaciones", ese "protocolo sobre el cuál seremos juzgados", en el capítulo 25 del Evangelio de Mateo. "Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, estaba enfermo y me visitasteis, estaba en la cárcel y vinisteis a verme". Con las bienaventuranzas y este otro fragmento, el Papa asegura que "se puede vivir la vida cristiana a nivel de santidad".
Para concluir la homilía, el Santo Padre ha afirmado que son "pocas palabras, palabras sencillas, pero prácticas para todos, porque el cristianismo es una religión práctica: no es para pensarla, es para practicarla, para hacerla. Hoy, si tenéis un poco de tiempo en casa, tomad el Evangelio, el Evangelio de Mateo, capítulo 5, al inicio están las bienaventuradas; capítulo 25, están las otras. Y os hará bien leerlo una vez, dos veces, tres veces. Pero leer esto, que es el programa de santidad". Que el Señor nos de la gracia de entender este mensaje suyo"
 10.06.14



Francisco en la audiencia: 'Una infancia serena permite mirar la vida con confianza'
En la catequesis de hoy, el Papa hace un llamamiento por Jornada mundial contra la explotación laboral infantil
CIUDAD DEL VATICANO, 11 de junio de 2014 (Zenit.org) - Tras dos días de descanso, el santo padre Francisco ha retomado su actividad y ha acudido a la plaza de San Pedro esta mañana para la audiencia general como cada miércoles, aunque algunos minutos antes de lo habitual, alrededor de las 9.25.
Pero, antes de comenzar la audiencia, el Papa se ha encontrado en el Aula Pablo VI del Vaticano con un grupo de enfermos a los que ha saludado: "Hemos pensado que era mejor que estuvieran aquí, tranquilos ... un poco más frescos, ¿eh? Y no bajo este sol que cocina, ¡verdad! Podrán ver la audiencia a través de las pantallas gigantes. ¿Dónde estará la pantalla gigante? Es eso. Allí pueden ver todo, seguir todo sin sufrir este sol; dicen que hoy será el día más caluroso. Gracias. Ahora, todos juntos rezamos a la Virgen y a continuación, daré la bendición".
Mientras tanto, una gran multitud venida de todas las partes del mundo esperaba con alegría y entusiasmo, protegidos del intenso calor por paraguas y sombreros. A su llegada, Francisco ha pasado por los pasillos de la plaza para saludar y bendecir a los presentes desde el jeep descubierto. Además, los más pequeños entre los peregrinos, eran acercados hasta el jeep para poder recibir la caricia del Papa.
Mañana, 12 de junio, se celebra la Jornada Mundial Contra la Explotación Laboral Infantil. Por eso, el Santo Padre ha recordado hoy que "decenas de millones de niños son obligados a trabajar en condiciones degradantes, expuestos a formas de esclavitud y explotación, como también a abusos, maltratos y discriminaciones". Así, el Pontífice ha hecho un llamamiento para que la "Comunidad internacional pueda extender la protección social de los menores para vencer esta plaga. Renovamos todos este compromiso, en particular las familias, para garantizar a cada niño y niña la salvaguardia de su dignidad y la posibilidad de un crecimiento sano. Una infancia serena permite a los niños mirar con confianza a la vida y al futuro".
En un momento del recorrido previo a la catequesis, el Santo Padre ha bajado del papamóvil y se ha detenido unos minutos para saludar más de cerca y conversar unos instantes con la delegación de trabajadores de la localidad de Pomigliano. Este grupo ha entregado un auto Panda azul producido en la fábrica Giambattista Vico de Fiat. De esta forma han podido coronar un deseo expresado en una carta dirigida al Papa en octubre del 2013, tras la visita a Asís, durante la cual utilizó otro Panda producido en esta fábrica.
"Nos llena de orgullo que el coche que nosotros fabricamos haya contribuido, aunque sea modestamente, a difundir el mensaje de paz y esperanza traído por usted a Asís. Es también motivo de orgullo pensar que el Santo Padre utilice un coche como este que nosotros usamos cotidianamente para llegar a nuestras casas, a lo de nuestras familias y al lugar de trabajo", se leía en la carta.
La idea de los trabajadores de regalar al Papa y llevar al Vaticano un coche "accesible a todos, fruto del trabajo de tantos hombres y mujeres italianos que creen en lo que construyen" fue acogida con entusiasmo por la dirección de la fábrica. Así, 250 trabajadores de Pomigliano, con sus uniformes de trabajo, fueron invitados a la audiencia general de la plaza y una delegación se ha encargado de entregar al Papa el Panda azul fabricado a propósito para él.
En la catequesis de hoy, el Santo Padre ha proseguido con la serie sobre los dones del Espíritu Santo. Esta mañana ha reflexionado sobre el temor de Dios. Publicamos a continuación sus palabras en el resumen que hace en español: ""El temor de Dios, don del Espíritu Santo no quiere decir tener miedo a Dios, pues sabemos que Dios es nuestro Padre, que nos ama y quiere nuestra salvación. Cuando el Espíritu Santo habita en nuestro corazón, nos infunde consuelo y paz, aquella actitud de quien deposita toda su confianza en Dios y se siente protegido, como un niño con su papá. Este don del Espíritu Santo nos permite imitar al Señor en humildad y obediencia, no con una actitud resignada y pasiva, sino con valentía y gozo. Nos hace cristianos convencidos de que no estamos sometidos al Señor por miedo, sino conquistados por el amor del Padre. Finalmente, el temor de Dios es una “alarma”. Cuando una persona se instala en el mal, cuando se aparta de Dios, cuando se aprovecha de los otros, cuando vive apegado al dinero, la vanidad, el poder o el orgullo, entonces el santo temor de Dios llama la atención: Así no serás feliz, así terminarás mal... Que el temor de Dios nos permita comprender que un día todo terminará y que debemos dar cuentas a Dios.
A continuación ha saludo con afecto "a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos venidos de España, Nicaragua, El Salvador, México, Argentina y otros países latinoamericanos. Pidamos al Señor que el don del temor de Dios nos haga sentir su amor y su misericordia en nuestras vidas. Muchas gracias".
Finalmente, ha dirigido un saludo especial a los jóvenes, los enfermos y a los recién casados. Francisco ha recordado que en el mes de junio la liturgia invita a rezar al Sagrado Corazón de Jesús. "Tal devoción les enseñe, queridos jóvenes, (…),  a amar con la misma intensidad; les haga fuertes, queridos enfermos, en el llevar con paciencia la cruz del sufrimiento; y sea de apoyo con vosotros, queridos recién casados, en el edificar vuestra familia sobre la fidelidad y sobre el temor de Dios".
 12.06.14



En Sta. Marta: Jesús nos pide ponernos de acuerdo para detener el odio
El Santo Padre en la homilía de este jueves recuerda las indicaciones de Jesús para el amor fraterno
CIUDAD DEL VATICANO, 12 de junio de 2014 (Zenit.org) - Jesús nos enseña tres criterios para superar los conflictos entre nosotros: realismo, coherencia y filiación. Lo ha explicado el papa Francisco en la misa de esta mañana en la Casa Santa Marta, en una homilía centrada en el amor fraterno que Jesús enseñó a sus discípulos.
"¿Cómo debe ser el amor entre nosotros según Jesús?" Esta pregunta ha servido de guía en la homilía de hoy. Jesús, ha observado el Papa, nos dice que debemos amar al prójimo, pero no como los fariseos que no eran coherentes y "hacían tantos matices en las ideas, porque eran ideólogos". Francisco ha indicado que la actitud de éstos "no era amor", era "indiferencia hacia el prójimo". Y a continuación ha explicado los tres criterios que nos da Jesús.
"Primero, un criterio de realismo: de sano realismo. Si tú tienes algo contra alguien y no puedes arreglarlo, buscar una solución, pero hay que ponerse, al menos; pero, ponerse de acuerdo con el adversario, mientras estás en camino. No será lo ideal, pero el acuerdo es una cosa buena. Es realismo", ha afirmado.
A propósito, el Pontífice indica que también hay quien cree que "el esfuerzo de hacer un acuerdo" es "algo demasiado vulgar". Para salvar muchas cosas "se debe llegar a un acuerdo. Y uno da un paso, el otro da otro y al menos hay paz: una paz muy provisional, pero la paz del acuerdo", ha reiterado el Papa. De este modo, ha señalado que Jesús "dice también esto, la capacidad de hacer acuerdos entre nosotros y superar la justicia de los fariseos, de los doctores de la ley, de esta gente". Así ha explicado que hay muchas situaciones humanas y "mientras estamos en camino, hacemos un acuerdo", "así paramos el odio, la lucha entre nosotros".El segundo criterio que ha indicado el Papa es "el criterio de la verdad". Al respecto, el Santo Padre ha advertido que "hablar mal del otro es matar, porque en la raíz está el mismo odio", "lo matas de otra manera: con los chismorreos, con las calumnias, con la difamación". Y Jesús nos advierte: "el que dice estúpido, esto está matando al hermano, porque tiene una raíz de odio".
El Santo Padre lo ha explicado así: "y hoy pensamos que no matar al hermano sea no asesinarlo, pero no: no matarlo es no insultarlo. El insulto nace de la misma raíz del crimen: es la misma. El odio. Si tu no tienes odio, no matarás a tu enemigo, a tu hermano no lo insultarás tampoco. Pero buscar insultos es una costumbre muy común entre nosotros. ¡Hay gente que para expresar su odio contra otra persona tiene una capacidad de hacer germinar estas flores de insultos, impresionante, mucho! Y esto hace mal. Gritar. El insulto... no, seamos realistas. Con el criterio del realismo, el criterio de la coherencia. No matar, no insultar".
El tercer y último criterio del que ha hablado el Obispo de Roma en la homilía de hoy es el criterio "de filiación". "Si tú, si nosotros no debemos matar al hermano es porque es hermano, es decir, tenemos el mismo Padre. Yo no puedo ir donde el Padre si no tengo paz con mi hermano", ha observado Francisco. Así, ha añadido que "no hablar con el Padre si no estás en paz con tu hermano, al menos con un acuerdo".
Para concluir el Pontífice ha reiterado: "no hablar con el Padre sin estar en paz con el hermano. Tres criterios: un criterio de realismo, un criterio de coherencia, es decir no matar ni tampoco insultar, porque quien insulta mata, asesina; y un criterio de filiación: no se pude hablar con el Padre si no puedo hablar con mi hermano. Y esto es superar la justicia de los escribas y los fariseos. Este programa no es fácil, ¿no? Pero es la camino que Jesús nos indica para ir adelante".
Por esta razón, Francisco ha invitado a pedir al Señor la gracia de ir adelante en paz entre nosotros, aunque sea con los acuerdos pero siempre con coherencia y con espíritu de filiación".
 13.06.14



En Sta. Marta: Cuando Dios nos da un misión, nos prepara para ella
En la homilía de este viernes, el Santo Padre invita a dejarse conducir por el Señor
CIUDAD DEL VATICANO, 13 de junio de 2014 (Zenit.org) - Francisco en la homilía de Santa Marta ha recordado este viernes que cuando el Señor quiere confiarnos una misión, "nos prepara" para hacerla "bien". Y nuestra respuesta debe basarse en la oración y la fidelidad.
Un día se puede ser un valientes adversarios de la idolatría al servicio de Dios y al día siguiente deprimirse a tal punto de querer morir porque alguno, durante nuestra misión, nos ha asustado. Así, ha explicado el Santo Padre, que para equilibrar estos dos extremos de la fuerza y de la fragilidad humana está y estará siempre Dios, siempre que se permanezca fiel a Él.
El Papa ha tomado la historia del profeta Elías como modelo de la experiencia de cada persona de fe. El pasaje litúrgico del día muestra a Elías en el Monte Oreb que recibe la invitación a salir de la caverna donde se encontraba y a presentarse a la presencia de Dios. Se materializa un fuerte viento, un terremoto y un fuego, pero en ninguno de ellos Dios se manifiesta. Después llega un soplo delicado de brisa y es aquí que Elías reconoce que "el Señor pasaba", ha indicado el Papa.
Y prosigue: "el Señor no estaba en el viento, en el terremoto, en el fuego, sino que estaba en ese susurro de una brisa ligera, en la paz o, como dice el original con una expresión bellísima: 'El Señor estaba en un hilo de silencio sonoro'. Parece una contradicción: estaba en ese hilo de silencio sonoro. Elías sabe discernir donde está el Señor, y el Señor lo prepara con el don del discernimiento. Y después, da la misión".
La misión que Dios confía a Elías es la de ungir al nuevo rey de Israel y al nuevo profeta llamado a sustituir al mismo Elías. El Pontífice ha llamado la atención de forma particular sobre la delicadeza y el sentido de paternidad con la que esta tarea es confiada a un hombre que, capaz de fuerza y celo en un momento, ahora parece solo un derrotado. "El Señor prepara el alma, prepara el corazón y lo prepara en la prueba, lo prepara en la obediencia, lo prepara en la perseverancia", ha indicado.
A continuación el Santo Padre ha observado que "el Señor, cuando quiere darnos una misión, quiere darnos un trabajo, nos prepara. Nos prepara para hacerlo bien, como ha preparado a Elías. Y lo más importante de esto no es que Elías haya encontrado al Señor. La importancia es todo el recorrido para llegar a la misión que el Señor confía. Y esta es la diferencia entre la misión apostólica que el Señor nos da y una tarea: ¡Ah, tú debes hacer esta tarea, debes hacer esto...', una tarea humana, honesta, buena... Cuando el Señor da una misión, siempre nos hace entrar en un proceso, un proceso de purificación, un proceso de discernimiento, un proceso de obediencia, un proceso de oración".
De este modo, el papa Francisco ha añadido que "la fidelidad a este proceso" es la de "dejarse conducir por el Señor". Y en el caso de Elías, con la ayuda de Dios supera el miedo desatado en él por la reina Jezabel, que le había amenazado con matarlo.
Así, el Pontífice ha concluido indicando que "esta reina era una reina mala y amenazaba a sus enemigos. Y él tiene miedo. Pero el Señor es más poderoso. Pero lo hace sentir como si él, el grande y bueno, también necesita la ayuda del Señor y de la preparación para la misión. Veamos esto: él camina, obedece, sufre, discierne, reza, encuentra al Señor". Finalmente Francisco ha deseado que "el Señor nos de la gracia para que nos dejemos preparar todos los días el camino de nuestra vida, para que podamos testimoniar la salvación de Jesús".
 14.06.14


Francisco: la sociedad que no cuida a sus jóvenes y ancianos no tiene esperanza
El Santo Padre visita la Basí­lica de Santa Marí­a en Trastévere en un encuentro con la Comunidad de San Egidio
CIUDAD DEL VATICANO, 15 de junio de 2014 (Zenit.org) - El santo padre Francisco ha llegado al barrio romano del Trastévere a las 16.30 de esta tarde de domingo para el encuentro con la Comunidad de San Egidio. A pesar del mal tiempo y la fuerte tormenta prevista para la tarde, miles de fieles esperaban la llegada del Obispo de Roma. A su llegada a la plaza San Calisto, el Papa ha paseado a pie saludando a la gran multitud de fieles reunidos en los alrededores de la plaza mientras se escuchaban cantos en español para animar la espera. Sin prisa, el Santo Padre ha saludado y dado la mano a los presentes, incluso tuvo ocasión de tomar mate, bendecir el vientre de una embarazada y hacerse algún selfie con grupos de jóvenes.
El Papa ha sido acogido por el fundador y el presidente de la Comunidad, Andrea Riccardi y Marco Impagliazzo y por el párroco de S. María en Trastévere, monseñor Marco Gnavi.
El encuentro en la Basílica ha comenzado a las 17.05. El Santo Padre ha entrado saludando a las personas que se encontraban a ambos lados de los pasillos. Después, ha hecho una ofrenda floral a la Virgen.
Riccardi ha comenzado dando las gracias al Papa por la visita de hoy y ha hecho un breve repaso de la historia de la Comunidad de San Egidio y su labor. "No hemos renunciado al sueño de cambiar el mundo", ha indicado. Como estaba previsto, antes de la intervención del Santo Padre, se ha dedicado un tiempo para escuchar testimonios.
El primero en compartir su experiencia ha sido el arzobispo ortodoxo Jean Kawak, quien ha recordado el drama que está viviendo esta nación y la necesidad urgente de paz. Una mujer italiana de 90 años, ha dado las gracias al Papa por sus discursos a favor de los ancianos y en contra de la sociedad del descarte, así como ha dado su testimonio como voluntaria en la Comunidad de San Egidio y cómo este servicio le ayuda a dar sentido a su vejez.
El tercer testimonio ha sido el de una adolescente de la periferia de Roma que ha hablado de su servicio en "Jóvenes por la paz". Inmediatamente después, un joven de 28 años, casado y padre de 3 hijos ha hablado sobre las dificultades para encontrar trabajo a causa de la crisis.
Le ha seguido la intervención de una mujer con una discapacidad, miembro de la Comunidad. Su testimonio ha versado sobre cómo ha luchado desde pequeña por salir adelante, dando también las gracias por su marido, sus amigos y la fe.
A continuación un joven gitano con padres yugoslavos inmigrantes en Roma, ha hecho memoria de su infancia marcada por la marginación y la exclusión. Ahora puede decir orgulloso que no se dejó llevar, tiene trabajo y anima a otros gitanos para que lo logren.
Un joven musulmán que huyó de Afganistán cuando aún era menor de edad, ha recordado su viaje hasta Roma y cómo aquí conoció a la Comunidad de San Egidio, donde le han ayudado a "encontrar la paz que tanto he deseado". Finalmente, un hombre llamado Jaime nacido en El Salvador, ha explicado el trabajo de San Egidio contra la violencia de las pandillas y el narcotráfico en este país.
Por su parte, el Santo Padre ha iniciado su discurso dando las gracias por la calurosa acogida. Francisco ha observado que esta antigua Basílica "se ha convertido en lugar de oración cotidiana para tantos romanos y peregrinos. Rezar en el centro de la ciudad no quiere decir olvidar las periferias humanas y urbanas, significa escuchar y acoger aquí el Evangelio del amor para ir al encuentro de los hermanos y hermanas en las periferias de las ciudades del mundo". Asimismo les ha recordado que "la oración es la primera obra de vuestra comunidad, y consiste en escuchar la palabra de Dios. Este pan, el pan que nos da fuerza, nos hace ir adelante". El Papa ha invitado a mirar a Jesús para que "vuestros rostros estén radiantes".
De este modo, ha hecho mención a la labor de San Egidio con los más desfavorecidos, y ha subrayado que "en los pobres está presente Jesús, quien se identifica con ellos".
Por eso, les ha pedido que permanezcan "una comunidad para los pobres" y ha añadido "veo entre vosotros muchos ancianos, estoy contento que seáis sus amigos y vecinos". Al respecto, Francisco ha explicado que el trato a los ancianos y a los niños es "un indicador para ver la calidad de una sociedad". Y así, el Papa ha subrayado lo buena que es la alianza entre jóvenes y ancianos, "donde todos dan y reciben". Los ancianos y su oración son una riqueza para San Egidio, ha afirmado.
El Santo Padre ha querido reafirmar que "un pueblo que no cuida a sus ancianos, a sus jóvenes, es un pueblo sin futuro, sin esperanza. Porque los jóvenes, los niños y los ancianos llevan adelante la historia". Los jóvenes y los niños por su fuerza biológica y los ancianos dándoles la memoria, ha explicado el Papa. Por esta razón, "cuando una sociedad pierde la memoria, está terminada, está terminada. Es feo ver una sociedad, un pueblo, una cultura, que ha perdido la memoria".  
A continuación, el Pontífice ha hecho referencia a la anciana de 90 años que ha hablado de la cultura del descarte, -"¡es buena! ¿eh?" Francisco ha indicado que para mantener un equilibrio así, donde al centro de la economía mundial no está ni en el hombre ni en la mujer, sino que está en el ídolo dinero, es necesario descartar cosas: los niños, los ancianos... "Lo que no produce se descarta", y este rechazo hacia los ancianos es una "eutanasia escondida", ha observado. Del mismo modo ha querido abordar el problema de 75 millones de jóvenes ni-ni, que ni estudian ni trabajan.
Y todo esto, ha indicado, sucede en Europa. "Esta Europa cansada. Esta Europa que se ha cansado, no ha envejecido, está cansada. No sabe que hacer", ha reflexionado el Papa. Por esta razón, Francisco ha propuesto ayudar a Europa, "a rejuvenecer, a encontrar sus raíces. Es verdad, ha renegado de sus raíces, es verdad. Pero debemos ayudar a reencontrarlas".
Jesús dijo de sí mismo que "la piedra que descartaron los arquitectos es ahora la piedra angular". Y así, el Pontífice ha señalado que los pobres son también, de alguna manera, la piedra angular para la construcción de la sociedad.
Por otro lado, ha hecho un llamamiento para la paz. "Trabajar por la paz no da resultados rápidos, sino que es una obra de artesanos pacientes que buscan lo que une y dejan a parte lo que divide". Y ha añadido que es necesario "más oración y más diálogo". Y el diálogo -ha precisado- solo es posible desde la propia identidad.
Para concluir su mensaje, Francisco les ha pedido que vayan adelante sobre este camino: oración, pobres y paz. "Y caminando así, ayudad a hacer crecer la compasión en el corazón de la sociedad, que es la verdadera revolución, la de la compasión, la ternura", ha exhortado.
Al finalizar las palabras del Papa, la celebración ha continuado con la lectura del Evangelio y la oración de los fieles: peticiones por la paz, por las naciones que sufren, por los inmigrantes, por la unidad de los cristianos. Para concluir, todos han rezado juntos el Padre Nuestro y Francisco ha impartido la bendición. Después, han entregado al Papa un icono de la Virgen María. 
A las 18.30 el Santo Padre ha salido de la Basílica para dirigirse a la sede de la Comunidad en la plaza de San Egidio. Allí ha pasado unos minutos y al salir de la sede, ha dirigido unas últimas palabras a los presentes. Ha pedido que se rece por los "nuevos pobres" -los que no pueden pagar el alquiler y tienen que dejar sus casas- y por la paz. Para finalizar, ha pedido que recen por él, "sabéis que mi trabajo es un trabajo 'insalubre' y necesito extraordinarias en oración".
 16.06.14



El Papa invita a ser parte de una Iglesia que sea madre y que sepa dar ternura
El Obispo de Roma abrió un congreso con el que se concluye el año pastoral de su diócesis
CIUDAD DEL VATICANO, 16 de junio de 2014 (Zenit.org) - El santo padre Francisco, obispo de Roma, abrió este lunes por la tarde en el Vaticano, un congreso con el que se concluye el año pastoral de la diócesis, y que tiene por tema 'Un pueblo que genera a sus hijos. Comunidad y familia en las grandes etapas de la iniciación cristiana'.
En el aula Pablo VI repleta de fieles que le recibieron y siguieron con tanto entusiasmo, el papa Francisco escuchó algunos planteamientos sobre de la Iglesia de hoy. En particular la dificultad de llegar a los adolescentes respecto a la facilidad de catequizar a los niños.
“Nuestros niños sufren de orfandad. Necesitan ideales que les calienten el corazón -dijo el Santo Padre- porque esta es la sociedad de los huérfanos, sin memoria de familia, porque los abuelos son alejados a las casas de reposo. Sin el afecto diario, o con un afecto rápido, porque papá está cansado, y la mamá va a dormir, y ellos se quedan huérfanos de gratuidad, huéfanos de un papá y una mamá que sepan perder el tiempo para jugar con los hijos”.
Invitó por lo tanto a reavivar “el sentido de gratuidad, en la familia, en la parroquia, en el colegio”, porque “si no tenemos ese sentido de la gratuidad nos será muy difícil entender lo que es la gracia de Dios, esa gracia que no se vende ni se compra”.
Y el Santo Padre recordó que “Jesús nos dio una gran promesa: No les dejaré huérfanos”. E invitó a decirle a los jóvenes “tú no estás huérfano porque tenemos a Jesús”. El Papa lamentó que la sociedad considere a los jóvenes como descarte. “Piensen qué significa que 75 millones de jóvenes europeos de menos de 25 años no tengan trabajo” dijo.
“Somos un pueblo -dijo Francisco- que quiere hacer crecer a sus hijos con la certeza de tener una familia, un padre y una madre”. Recordó que Pablo VI indicaba que la sociedad tecnológica entretiene a la persona, con tantas comodidades y cosas lindas, ¿pero la alegría donde está? Y precisó que esas cosas “después se vuelven ídolos”.
El papa Francisco también invitó a la conversión pastoral misionera. “Un camino que es necesario hacer y tenemos la gracia para poder hacerlo”, aunque reconoció que “la conversión no es fácil, signifca cambiar de vida, de método, es cambiar el alma”. Si bien ese “camino de conversión” será el que “nos dará la identidad de un pueblo que sabe general hijos, no un pueblo estéril” porque “si como Iglesia no sabemos generar hijos hay algo que no funciona”. Y reiteró que necesitamos la maternalidad de la Iglesia, porque si la Iglesia no es fecunda sevuelve una solterona. La identidad es evangelizar, o sea hacer hijos”.
Advirtió entretanto, que no es cuestión de ir a tocar timbres, de ir a hacer prosélitos, a llenar una ficha y decir: 'un socio más'. Y citando a Benedicto XVI recordó que “la Iglesia no crece por proselitismo, sino por atracción”.
El Santo Padre reconoció entretanto que “la Madre Iglesia ha envejecido un poco, tenemos que rejuvenecerla, pero no llevándola al médico que pone cosméticos. La Iglesia se vuelve más joven cuando es capaz de dar más hijos. La Iglesia tiene nuestro amor de hijos, estar en la Iglesia es estar en casa, en la casa de mamá”
Pidió por ello “recuperar la memoria de la iglesia que es pueblo de Dios. Hoy nos falta el sentido de la historia, tenemos miedo del tiempo, ningún recorrido, vivimos en el reino del presente”. Esto también en la comunicación, con un leguaje más reducido y veloz “porque somos esclavos de la coyuntura” dijo.
Invitó a los presentes a ser acogedores en las iglesias y a tener ternura porque “una madre es tierna, saber acariciar” y recordó en cambio que existen quienes cierran las puertas, “y esa gente no se siente en casa de mamá”, porque las secretarias de las parroquias deben “abrir la puerta a la casa de la Madre”.
Reconoció que “los sacerdotes, párrocos y vice párrocos tienen mucho trabajo, lo entiendo pero un párroco impaciente no hace bien”. Como uno que pedía que pagaran para dar los sacramentos. “Esto no es acoger, es cerrar la puerta” dijo.
De manera que “cuando la gente llega a la parroquia, sea recibida con corazón grande”. O sea “Tener el corazón de Jesús que viendo la multitud sintió compasión. Me gusta soñar con una Iglesia que viva la compasión de Jesús”.
Otra cosa que el Santo Padre le ha pedido a los presentes es la capacidad “de anunciar el Evangelio con nuevas modalidades. Donde la puerta esté siempre abierta”. Donde se dé el testimonio de fe, “que se respire un aire de fe, porque se cree en el Señor Jesús”.
Y añadió que “es más fácil ejercer de obispo que de párroco, porque nosotros obispos tenemos siempre la posibilidad de tomar distancia y defendernos detrás del 'su excelencia'. En cambio el párroco tiene que escuchar los problemas de la familia, o cuando vienen a conversar.. etc.”
Y concluyó recordando que si la Iglesia italiana es tan fuerte, es gracias a los párrocos. Gracias a ustedes, a estos párrocos que dormían con el teléfono en la mesa de luz y se levantaban a cualquier hora para ir a visitar a un enfermo. Para que nadie se muriera sin los sacramentos”.
 17.06.14




(COMENTANT  UNA  ENTREVISTA  AL  PAPA  FRANCESC)
Tomado del muro de Carles Such, sobre la entrevista en "Cuatro" del Papa Francisco:
Casi sin tiempo para digerir lo escuchado siento la necesidad de poner algunos pensamientos en (des)orden por escrito:

- Me preocupa que cuando habla lo entiende mi abuela y mi sobrino pequeño, ¡qué puede pasar cuando se nos entienda a los curas y religiosos!

- Me preocupa que apenas dice nada nuevo… ¡pero cómo transmite y llega! ¿Qué hemos estado haciendo durante tantos años con un mensaje y una sabiduría tan desbordante, vital y necesaria con la que hemos ahuyentado a la gente? Será que hemos de aprender a hablar lo que entiende el pueblo y no los ilustrados y sabios de despacho. Si no fuera por lo atrevida de la comparación diría que habla como Jesús de Nazaret, para la gente sencilla y rural.
- Me preocupa que en 45 minutos de entrevista no haya salido el sexo, la homosexualidad y otros temas morales que, al menos aquí en España han llenado documentos, homilías y declaraciones en las últimas décadas.
- Me preocupa que sea tan evangélico y tan poco oportunista. Si ha de decir que le preocupa la cuestión catalana, lo dice, sin partidismo ni demagogia, sin juzgar el hecho sino lo que mueve de fondo el planteamiento independentista (¿emancipación o secesión?).
- Me preocupa verme tan lejos de su entraña evangélica, de su verbo rápido y meditado, de sus imágenes simples y locuaces, de su tino y su acierto… ¡Cuánto he de rezar, leer, escuchar, ver, pensar, estudiar… todavía!
- Me preocupa que muestre tan poco “respeto” al protocolo, al boato, las formas, lo políticamente correcto y los tratos eclesiásticos. Este hombre huele demasiado a pueblo y poco a monseñores; huele mucho a calle y poco a despacho; huele mucho a casa de campo y poco a palacio…
- Me preocupa que sea tan poco autorreferencial, y no le importe reconocer errores y valores en otros… “Para saber y acertar con el diálogo Fe-Ciencia lean el Magisterio de Benedicto XVI”.
- Me preocupa que le preocupe la paz, la convivencia de las religiones, las persecuciones de los cristianos, el fundamentalismo religioso (también el nuestro), el paro juvenil, el descarte de los viejos y los niños, el capitalismo atroz, la idolatría del dinero, ¡y hasta el fútbol como deporte que ennoblece y es lugar de encuentro!
- Me preocupa ver a un hombre mayor tan cansado con tantísima sabiduría por compartir y comunicar. Mi oración desde hoy: “Señor, dale salud y vida al Papa Francisco, pues tu pueblo lo necesita”.
- Me preocupa que meta en todo a Dios, en sus aciertos, en el mundo, en la naturaleza, en las relaciones y hasta ¡en la política! ¡Vaya definición nos ha dejado! “La más alta expresión de la caridad, pues busca el bien del otro”. Si no somos políticos, somos egoístas, si hacemos política pensando en nosotros, somos corruptos. ¿Debatirán de esto mañana en las Cortes y los Plenos de Ayuntamiento?
- Me preocupa, y me encanta preocuparme por un Papa que se hace tan tierno, cercano y amable que dan ganas de cogerle los mofletes, hacerle una carantoña y darle un fuerte abrazo de hijo.
- Y siento que me preocupa escribir a golpe de sentimiento, pero necesitaba hacerlo tras escuchar la entrevista de Henrique Cymerman al Papa Francisco en la Cuatro.
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Francisco: "La corrupción de los poderosos la pagan los pobres"

"Cuando uno tiene autoridad se siente casi Dios", denuncia el Papa en Santa Marta

Bergoglio pide rezar por "los mártires de la corrupción política, económica y eclesiástica"

Si hablamos de los corruptos políticos o de los economistas corruptos, ¿quién paga esto? Pagan los hospitales sin medicinas, los enfermos que no tienen cuidados, los niños sin educación

Radio Vaticana, 16 de junio de 2014
La corrupción de los poderosos termina siendo "pagada por los pobres", quienes por avidez de los demás terminan sin aquello que necesitan y a lo que tienen derecho. Lo afirmó el Papa Francisco esta mañana en la Misa matutina en la Casa de Santa Marta. "El único camino" para vencer "el pecado de la corrupción" - concluyó - es "el servicio" a los demás que purifica el corazón.
Una historia muy triste que, aunque es muy antigua, sigue siendo un reflejo de uno de los pecados más "a la mano": la corrupción. El Papa Francisco reflexiona sobre la página de la Biblia, según lo propuesto por la liturgia, que cuenta la historia de Nabot, propietario de un viñedo por generaciones.
Cuando el rey Acab con la intención - dijo el Papa - "de ensanchar un poco su jardín", le pide que se lo venda, Nabot se niega porque no tiene la intención de deshacerse de "la herencia de sus padres". El Rey tomó el rechazo muy mal, por lo que su esposa Jezabel teje una trampa: con la ayuda de testigos falsos, hace llevar a la corte a Nabot, que termina condenado y apedreado hasta la muerte.
Y al final, entrega la viña deseada a su marido, quien- observa Papa Francisco - la recibe "tranquilo, como si nada hubiera pasado". "Esta historia" - comenta - "se repite continuamente entre los que tienen poder material o poder político o poder espiritual".
"En los periódicos leemos muchas veces: ah, fue llevado al tribunal aquel político que se ha enriquecido mágicamente. Estuvo en el tribunal, fue llevado a la corte aquel jefe de empresa "mágicamente" enriquecido, es decir, por la explotación de sus trabajadores. Se habla demasiado de un prelado que se ha enriquecido mucho y ha dejado su deber pastoral para cuidar su poder. Así, los corruptos políticos, los corruptos de los negocios y los corruptos eclesiásticos. Están por todas partes. Y tenemos que decir la verdad: la corrupción es precisamente "el" pecado "a la mano", que tiene aquella persona con autoridad sobre los demás, sea económica, sea política, sea eclesiástica. Todos somos tentados a la corrupción. Es un pecado "a la mano". Porque cuando uno tiene autoridad se siente poderoso, se siente casi Dios".
 Por otra parte - prosiguió Papa Francisco - se corrompe a lo largo del "camino de la propia seguridad". Con el bienestar, el dinero, el poder, la vanidad, el orgullo... Y a partir de ahí, todo. "Incluso matar". Pero - se pregunta el Papa - "¿quién paga la corrupción?" ¿El que te lleva la tangente? ¡No! "Esto es lo que hace el intermediario. La corrupción en realidad, la paga el pobre".
"Si hablamos de los corruptos políticos o de los economistas corruptos, ¿quién paga esto? Pagan los hospitales sin medicinas, los enfermos que no tienen cuidados, los niños sin educación. Ellos son los modernos Nabot, que pagan la corrupción de los grandes. ¿Y quién paga la corrupción de un prelado? La pagan los niños, que no saben hacerse el signo de la cruz, que no saben la catequesis, que no son cuidados.
La pagan los enfermos que no son visitados, la pagan los encarcelados que no tienen atención espiritual. Los pobres pagan. La corrupción la pagan los pobres: pobres materiales, pobres espirituales".
En cambio "el único camino para salir de la corrupción", - afirmó el Sucesor de Pedro - "el único camino para vencer la tentación, el pecado de la corrupción es el servicio". Porque, explicó, la corrupción viene del orgullo, de la soberbia, y el servicio, te humilla: es la "caridad humilde por ayudar a los demás":
"Hoy, ofrecemos la Misa por estos - tantos, tantos - que pagan la corrupción, que pagan la vida de los corruptos. Estos mártires de la corrupción política, de la corrupción económica y de la corrupción eclesiástica. Rezamos por ellos. Que el Señor nos acerque a ellos. Seguramente estaba muy cerca de Nabot, en el momento de la lapidación, así como estaba muy cerca de Esteban. Que el Señor esté cerca de ellos y les dé la fuerza para ir hacia adelante en su testimonio, en el propio testimonio.

 

 

 

“L’únic camí per fugir de la corrupció és el servei”

Dm, 17/06/2014 - Papa Francesc
Homilia del Papa Francesc a la casa de Santa Marta. Dilluns 16 de juny de 2014
Una història “molt trista” que, tot i que és molt antiga, segueix essent el reflex d’un dels pecats “més a l’abast de la mà”: la corrupció. El Papa Francesc reflexiona sobre la pàgina de la Bíblia, proposada per la litúrgia, que explica la història de Nabot, propietari d’una vinya durant generacions. Quan el rei Acab –que volia, diu el Papa, “eixamplar una mica el seu jardí”– li demana que la hi vengui, en Nabot no ho vol perquè no té la intenció de desprendre’s de “l’herència dels seus pares”. El rei s’agafa molt malament el refús, per això la seva dona Jezabel prepara una trampa: amb la complicitat de testimonis falsos, fa portar davant el tribunal a Nabot arrossegant-lo, que acaba essent condemnat i apedregat fins a la mort. I al final, lliura al marit la vinya que volia, el qual –remarca el Papa Francesc- l’agafa “tranquil com si no hagués passat res”. “Aquesta història –comenta– es repeteix contínuament” entre els que tenen “poder material o poder polític o poder espiritual”:
“En els diaris llegim tantes vegades: ha estat portat al tribunal aquell polític que s’ha enriquit màgicament. Ha estat portat davant el tribunal aquell amo d’una propietat que ràpidament s’ha fet ric, és a dir ha explotat els seus treballadors. Es parla massa sovint d’un prelat que s’ha enriquit massa i ha deixat les seves obligacions pastorals per tenir més poder. Així els polítics corruptes, els homes de negocis corruptes i els eclesiàstics corruptes. N’hi ha pertot arreu. I hem de dir la veritat: la corrupció és el pecat que està més a l’abast de la mà, que té autoritat sobre els altres, ja sigui econòmica, política o eclesiàstica. Tots tenim la temptació de la corrupció. És un pecat a l’abast de la mà. Perquè quan hom té autoritat se sent poderós, se sent gairebé Déu”.
D’altra banda, segueix el Papa Francesc, hom es torna corrupte seguint “el camí de la pròpia seguretat”. Amb el benestar, els diners, després el poder, la vanitat, l’orgull...I a partir d’aquí tot. “Fins i tot matar”. Però, es pregunta el Papa, “qui paga la corrupció?” Qui et porta per la tangent”?. No, diu, això ho fa “l’intermediari”. La corrupció “la paga el pobre”.
“Si parlem dels polítics corruptes o dels corruptes econòmics, qui ho paga això? Ho paguen els hospitals sense medicaments, els malalts que no poden ser ben atesos, els nens que no poden ser educats. Ells són els Nabot moderns, que paguen la corrupció dels grans. I qui paga la corrupció d’un prelat? La paguen els nens que no saben senyar-se, que no tenen catequesi, que no són atesos. La paguen els malalts que no són visitats, la paguen els presoners que no reben atenció espiritual. La paguen els pobres. La corrupció la paguen els pobres materials, els pobres espirituals”.
Al contrari, diu el Papa Francesc, “l’únic camí per fugir de la corrupció, l’únic camí per vèncer la temptació, el pecat de la corrupció, és el servei”. Perquè, explica, “la corrupció ve de l’orgull, de la supèrbia, i el servei t’humilia”: és la “caritat humil per ajudar els altres”:
“Oferim avui la Missa per aquests –tants, tants- que paguen la corrupció, que paguen la vida dels corruptes. Aquests màrtirs de la corrupció política, de la corrupció econòmica o de la corrupció eclesiàstica. Preguem per ells. Que el Senyor ens apropi a ells. Segurament era molt proper de Nabot, quan va ser lapidat, com era molt proper d’Esteve. Que el Senyor els sigui proper i els doni força per seguir endavant amb el seu testimoni”.
Traducció: Josep M. Torrents –Catalunya Religió





"Los corruptos matan, su única salida es el arrepentimiento"

Francisco vuelve a arremeter contra la corrupción política, económica y eclesiástica

Quien entra en este camino "quita la vida, usurpa y se vende"

La puerta de salida para los corruptos, para los corruptos políticos, para los corruptos negociantes y para los corruptos eclesiásticos: ¡pedir perdón!

 Radio Vaticana, 17 de junio de 2014
 "El corrupto irrita a Dios y hace pecar a su pueblo". Es lo que ha destacado Papa Francisco en la Misa matutina en Santa Marta. El Papa ha vuelto a hablar del martirio de Nabot, narrado en el 1º Libro de los Reyes.
El Papa ha afirmado que para los corruptos solo hay una única vía de salida: "pedir perdón", de otro modo se encontrarán con la maldición de Dios.
Cuando uno "entra" en "el camino de la corrupción", "quita la vida, usurpa y se vende". Papa Francisco ha vuelto a elevar una vibrante denuncia sobre la corrupción. La ocasión la ha tomado de la Primera Lectura, centrada en el asesinato de Nabot por voluntad del corrupto rey Acab que tomó posesión de su viña. El profeta Elías, destaca el Papa, dice que el corrupto Acab se "vendió". Es como "si dejase de ser una persona" y se convirtiese en mercancía, "compra y vende".
Esta es la definición: ¡Es una mercancía! ¡Qué hará el Señor con los corruptos, sea cual sea su corrupción... Ayer dijimos que había tres tipos, tres grupos: el corrupto político, el corrupto negociante y el corrupto eclesiástico. Todos hacen mal a los inocentes, a los pobres, porque ¡son los pobres los que pagan la fiesta de los corruptos! La cuenta va a su cargo. El Señor dice claramente lo que hará: ‘Te dejaré sin descendencia, te exterminaré todo israelita varón, esclavo o libre".
"¡El corrupto, prosigue, irrita a Dios y hace pecar a su pueblo!". Jesús, prosiguió, lo dijo claramente: "El que escandalice entre vosotros que se tire al mar", el corrupto "escandaliza a la sociedad, escandaliza al pueblo de Dios". El Señor anuncia aquí el castigo para los corruptos "porque escandalizan, porque se aprovechan de los que no se pueden defender, esclavizan": "Te devorarán los pájaros del cielo". El corrupto, prosigue Francisco, "se vende para hacer el mal, pero él no los sabe: él cree que se vende para tener más dinero, más poder"
Pero, afirma el Papa, en realidad "se vende para hacer el mal, para matar". Por esto, advierte: "cuando nosotros decimos: ‘Este hombre, esta mujer, son corruptos...'. Detengámonos un poco: ‘¿tienes pruebas?'". Porque, evidencia el Papa, "decir que una persona es corrupta, es decir: estás condenada, el Señor te expulsa".
"Los corruptos son traidores, pero más aún. La primera cosa es la definición de un corrupto es uno que roba, uno que mata. La segunda cosa: ¿qué espera a los corruptos? Esta es la maldición de Dios, porque se han aprovechado de los inocentes, de los que no pueden defenderse y lo han hecho con el guante blanco, desde lejos, sin ensuciarse las manos. La tercera cosa: ¿hay una salida, una puerta de salida para los corruptos? ¡Sí!
‘Cuando escuchó estas palabras Acab se rasgó las vestiduras, se vistió de sayal y ayunó. Se humilló con el sayal y caminaba con la cabeza baja. Comenzó a hacer penitencia'".
Esta, evidencia el Papa, "es la puerta de salida para los corruptos, para los corruptos políticos, para los corruptos negociantes y para los corruptos eclesiásticos: ¡pedir perdón!". Y añade, "al Señor esto le gusta". El Señor, destaca de nuevo, "perdona, pero perdona cuando los corruptos hacen lo que hizo Zaqueo: ‘He robado, Señor ¡Devolveré cuatro veces lo que robé!'".
"Cuando leemos en los periódicos que este es un corrupto, que aquel otro también, que ha hecho esta corruptela y que las comisiones van de un lado a otro y muchas cosas de algunos prelados, como cristianos nuestro deber es el de pedir perdón por ellos y que el Señor les dé la gracia de arrepentirse, que no mueran con el corazón corrupto..."
"Condenar a los corruptos ¡sí!", concluyó el Papa, "pedir la gracia de nos convertirse en corruptos, ¡sí!" y "rezar por su conversión".
 18-06.14



El Papa en la audiencia: también Jesús fue un refugiado, recemos por todos ellos
Invitó a "estar cerca de los refugiados, compartiendo sus miedos y su incertidumbre por el futuro y aliviando concretamente sus sufrimientos"
CIUDAD DEL VATICANO, 18 de junio de 2014 (Zenit.org) - Un miércoles más, en el cual el santo padre Francisco ha pasado la mañana en la plaza de San Pedro rodeado de fieles y peregrinos llegados desde todas las partes del mundo. Banderas argentinas, irlandesas, españolas o croatas ondeaban mientras todos gritaban y saludaban con energía ante el paso del Pontífice en el jeep descubierto. El Papa ha bendecido y besado a los niños, e incluso en un momento ha firmado un libro que le han acercado. Antes de salir a la plaza, Francisco ha pasado unos minutos en el aula Pablo VI, donde ha podido saludar a otro grupo que allí se encontraba.
El Papa ha recordado que pasado mañana, 20 de junio, se celebra la Jornada Mundial del Refugiado, que la comunidad internacional dedica a quién está obligado a dejar la propia tierra para huir de los conflictos y de las persecuciones. "El número de estos hermanos refugiados está creciendo y en estos últimos días, otras miles de personas han sido empujadas a dejar sus casas para salvarse", ha observado. Asimismo ha subrayado que millones de familias refugiadas en tantos países y de diversa fe religiosa viven en su historia, dramas y heridas que difícilmente podrán ser sanadas". Por eso, el Santo Padre ha invitado a "volvernos cercanos a ellos, compartiendo sus miedos y su incertidumbre por el futuro y aliviando concretamente sus sufrimientos". Finalmente el Papa ha pedido que "el Señor apoye a las personas y a las instituciones que trabajan con generosidad para asegurar a los refugiados acogida y dignidad, y darles motivos de esperanza".   
"Pensemos que Jesús ha sido un refugiado, ha tenido que huir para salvar la vida. Con san José y la Virgen. Ha tenido que irse a Egipto. Él ha sido un refugiado", ha recordado el Papa. De este modo el Francisco ha pedido rezar a la Virgen "que conoce los dolores de los refugiados". Y  ha rezado un Ave María con todos los presentes.
Pasado el temporal de lluvias y tormentas en Roma los últimos días, el sol ha salido tímidamente esta mañana para que los peregrinos pudieran disfrutar del encuentro con el Pontífice.
La semana pasada, Francisco concluyó la serie de catequesis sobres los dones del Espíritu Santo, y hoy ha comenzado una nueva serie. En el resumen leído en español por Francisco ha indicado:
"Queridos hermanos y hermanas: hoy comienzo una serie de catequesis sobre la Iglesia. Es como un hijo que habla de su madre, de su familia, porque la Iglesia no es una ONG, ni debe restringirse al clero y al Vaticano. La Iglesia somos todos. La Iglesia es una realidad muy amplia, abierta a toda la humanidad, y con una historia muy antigua. Fue fundada por Cristo, pero hunde sus raíces en el Antiguo Testamento. Tres puntos quiero indicar sobre esta historia: Lo primero que llama la atención es que al inicio Dios no llamó a Abrahán solo, como individuo aislado, sino que acogió también su casa, su familia, sus siervos. Quiso formar un pueblo, para que llevara su bendición a toda la tierra. Segundo: no es Abrahán quien convoca ese pueblo; no es una obra humana para la que se pide la bendición de Dios: es Dios quien toma la iniciativa. Su amor es la clave de todo. El tercer punto nos hace entender que, pese a ponernos en camino como Abrahán, muchas veces fallamos, nos resistimos. Es la historia de la fidelidad de Dios y de la infidelidad del pueblo. Es la paciencia de Dios la que no se cansa de educarnos, como un hijo, no se cansa de las personas. El hecho de reconocernos pecadores nos permite acoger su misericordia; esto hace crecer la Iglesia y no nuestros méritos, sino la experiencia cotidiana del amor de Dios.
A continuación el Pontífice ha saludado "cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular, a los grupos provenientes de España, México, Puerto Rico, Argentina y otros países latinoamericanos". Y ha invitado a todos a pedir al Señor fidelidad a su Palabra y docilidad para llevar su bendición y su amor a toda la Tierra. Muchas gracias".
Tras los saludos en diversos idiomas que el Papa dirigió a los peregrinos, dio un saludo especial a los jóvenes, enfermos y recién casados. Al recordar que estamos en la vigilia del Corpus Domini, el Pontífice ha pedido: "Queridos jóvenes, la Eucaristía sea el alimento principal de nuestra fe; queridos enfermos, no os canséis de adorar al Señor también en la prueba; y los queridos recién casados, aprendan a amar sobre el ejemplo de aquel que, por amor, se ha hecho víctima por nuestra salvación".
 19.06.14



Francisco en el Corpus: Mi memoria, ¿del Señor o de las cebollas?
Invitó a distinguir "el pan falso que engaña y corrompe, porque es fruto del egoísmo, de la autosuficiencia y del pecado
CIUDAD DEL VATICANO, 19 de junio de 2014 (Zenit.org) - Cuando el pueblo de Israel salió de Egipto y de la condición de esclavitud, y una vez establecido en su tierra, el pueblo elegido alcanza una cierta autonomía, un cierto bienestar y "corre el riesgo de olvidarse de las situaciones tristes del pasado, superadas gracias a la intervención de Dios y a su infinita bondad". Por eso las Escrituras exhortan a recordar, a hacer memoria de todo el camino hecho en el desierto, en el tiempo del hambre y la desesperación. Así lo ha recordado el santo padre Francisco esta tarde, en la homilía de la misa celebrada en la catedral de Roma, San Juan de Letrán, en la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.
De este modo, el Papa ha indicado que "además del hambre físico el hombre lleva consigo otro tipo de hambre, un hambre que no puede ser saciado con la comida ordinaria". Y ha explicado que "es hambre de vida, hambre de amor, hambre de eternidad. Y el signo del maná --como toda la experiencia del éxodo-- contenía en sí también esta dimensión: era figura de una alimento que sacia el hambre profunda que hay en el hombre".
Francisco ha explicado que Jesús nos da este alimento, es más, "es Él mismo el pan vivo que da la vida al mundo". Asimismo, ha recordado que "no es un simple alimento con el que saciar nuestros cuerpos, como el maná; el Cuerpo de Cristo es el pan de los últimos tiempos, capaz de dar vida, y vida eterna, porque la sustancia de este pan es Amor".
Al respecto, el Pontífice ha observado que en la Eucaristía se comunica el amor del Señor por nosotros: "un amor tan grande que nos nutre con Sí mismo, un amor gratuito, siempre a disposición de cualquier persona hambrienta y necesitada de regenerar las propias fuerzas". Es por eso, ha proseguido, que vivir la experiencia de la fe "significa dejarse nutrir por el Señor y construir la propia existencia no sobre los bienes materiales, sino sobre la realidad que no perece: los dones de Dios, su Palabra y su Cuerpo".
Por otro lado, el Santo Padre ha recordado que si miramos a nuestro alrededor "nos damos cuenta que hay muchas ofertas de alimento que no vienen del Señor y que aparentemente satisfacen más". Así, ha puesto como ejemplo que algunos se alimentan con el dinero, la vanidad, el poder el orgullo. Y ha reafirmado que el alimento que nos nutre de verdad y que nos sacia es solamente el que nos da el Señor y que "el alimento que  nos ofrece el Señor es distinto de los otros, y quizá no nos parece sabroso como ciertos alimentos que nos ofrece el mundo". Por esta razón, "soñamos otras comidas", como el pueblo de Israel en el desierto.
Francisco ha invitado a los presentes a preguntarse "y yo, ¿dónde quiero comer? ¿En qué mesa quiero nutrirme? ¿En la mesa del Señor? ¿O sueño con comer alimentos sabrosos, pero en la esclavitud? ¿Cuál es mi memoria? ¿La del Señor que me salva, o la del ajo y las cebollas de la esclavitud? ¿Con qué memoria sacio mi alma?"
Y así, el Papa ha exhortado a recuperar la memoria y aprender a reconocer "el pan falso que engaña y corrompe, porque es fruto del egoísmo, de la autosuficiencia y del pecado". 
Para finalizar la homilía, Francisco ha mencionado que dentro de poco, en la procesión, "seguiremos a Jesús realmente presente en la Eucaristía". Por eso ha querido recordar que "la hostia es nuestro maná, mediante el cual el Señor se da a nosotros". Con confianza, ha pedido dirigirse a Jesús pidiéndole: "defiéndenos de las tentaciones del alimento mundano que nos hace esclavos; purifica nuestra memoria, para que no se quede prisionera en la selectividad egoísta o mundana, sino que sea memoria viva de tu presencia a lo largo de la historia de tu pueblo, memoria que se hace 'memorial' de tu gesto de amor redentor".
 20.06.14



En Sta. Marta: ¿un euro más nos da la felicidad?
Francisco en la homilí­a de hoy invita a reflexionar sobre los tesoros a los que está unido nuestro corazón
CIUDAD DEL VATICANO, 20 de junio de 2014 (Zenit.org) - Jesús nos pide tener el corazón libre de dinero, vanidad y poder. Lo ha recordado el papa Francisco en la homilía de esta mañana en la Casa Santa Marta. El Santo Padre ha indicado que las verdaderas riquezas son las que hacen "luminoso" el corazón como la adoración a Dios y el amor al prójimo. Y así, ha advertido sobre los tesoros mundanos que pesan y encadenan nuestro corazón.
El papa Francisco ha desarrollado su homilía sobre el consejo de Jesús en el Evangelio de hoy "no acumuléis, para vosotros, tesoros en la tierra". Este es un "consejo de prudencia", porque los tesoros sobre la tierra "no son seguros: se estropean, vienen los ladrones y se los llevan". Y, ¿en qué tesoros piensa Jesús?, se ha preguntado el Papa. Y responde: "principalmente en tres y siempre vuelve sobre el mismo argumento".
"El primer tesoro: el oro, el dinero, las riquezas...'Pero no estás seguro con esto porque, quizá, te lo robarán ¿no?' ; 'no, ¡estoy seguro con las inversiones!'; '¡quizá cae la Bolsa y tú te quedas sin nada! Dime, ¿un euro más te hace más feliz o no? Las riquezas, tesoro peligroso, peligroso... Pero las riquezas son buenas, sirven para hacer muchas cosas buenas, para llevar adelante la familia: ¡esto es verdad! Pero si tú las acumulas como un tesoro, ¡te roban el alma! Jesús en el Evangelio vuelve a este tema, sobre las riquezas, sobre el peligro de las riquezas, sobre poner la esperanza en las riquezas".
A continuación el Pontífice ha hablado del segundo tesoro: la vanidad, "el tesoro de tener prestigio, de hacerse ver". Y esto siempre es condenado por Jesús, ha recordado el Papa. De esto modo, ha invitado a pensar lo que Jesús "dice a los doctores de la ley, cuando ayunan, cuando dan limosna, cuando rezan para hacerse ver". El Santo Padre ha citado a san Bernardo cuando afirmaba: "tu belleza terminará por ser comida de gusanos".
Finalmente el tercer tesoro es "el orgullo", "el poder". El Papa ha hecho referencia a la Primera Lectura donde se narra la caída de la reina Atalía. "Su gran poder duró siete años, después fue asesinada. ¡El poder termina!", ha recordado. Y ha añadido: "cuántos grandes, orgullosos, hombres y mujeres de poder han terminado en el anonimato, en la miseria o en prisión". Es de ahí de donde viene la exhortación de no acumular dinero, vanidad, orgullo, poder. Estos tesoros "no sirven" ha insistido.
El Señor nos pide acumular "tesoros del cielo", ha afirmado Francisco. "Aquí está el mensaje de Jesús: 'Pero si tu tesoro está en las riquezas, en la vanidad, en el poder, en el orgullo, ¡tu corazón estará encadenado ahí!" Tu corazón será esclavo de las riquezas, de la vanidad, del orgullo'. ¡Y Jesús nos quiere con un corazón libre! Este es el mensaje de hoy. 'Pero, por favor, ¡debemos tener un corazón libre!', nos dice Jesús. Nos habla de la libertad del corazón. Y tener un corazón libre solamente se puede tener con los tesoros del cielo: el amor, la paciencia, el servicio a los otros, la adoración a Dios. Estas son las verdaderas riquezas que no son robadas. Las otras riquezas pesan en el corazón. Pesan en el corazón: lo encadenan, ¡no le da libertad!", ha explicado el Santo Padre.
Asimismo, el Papa ha hablado de un "corazón esclavo" que "no es un corazón luminoso: será tenebroso". Y si nosotros acumulamos tesoros de la tierra, "¡acumulamos oscuridades, que no sirven!" El Papa ha advertido que estos tesoros "no nos dan la alegría, pero sobre todo no nos dan la libertad". Sin embargo, "un corazón libre es un corazón luminoso, que ilumina a los otros, que hace ver el camino que lleva a Dios".
Para finalizar la homilía, el Santo Padre ha insistido en la idea de "un corazón luminoso, que no está encadenado, un corazón que va adelante y que también envejece bien, porque envejece como el buen vino: cuando el buen vino envejece es un buen vino envejecido. Sin embargo, el corazón que no es luminoso es como el vino malo: pasa el tiempo y se estropea más y se hace vinagre". Y así, Francisco ha pedido "que el Señor nos dé esta prudencia espiritual, para entender bien donde está mi corazón, a qué tesoro está unido mi corazón. Y también nos dé la fuerza de desencadenarlo, si está encadenado, para que se haga libre, luminoso y nos dé esta felicidad bella de los hijos de Dios: esa verdadera libertad".
21.06.14


La homilí­a del Papa en Calabria: Los mafiosos están excomulgados
Texto completo con las improvisaciones que el Santo Padre hizo contra la criminalidad local N'drangheta
ROMA, 21 de junio de 2014 (Zenit.org) - En la visita del papa Francisco a Calabria, en el trayecto realizado desde Cassano all'Jonio hacia Marina de Sibari, el auto se detuvo en la iglesia parroquial San Giuseppe, donde el fue asesinado el 3 de marzo pasado por un inmigrante, el sacerdote diocesano Lazzaro Longobardi.
Llegado a la planicie del ex área industrial, en la Piana di Sibari, a las 16 horas, el papa Francisco presidió la santa misa, concelebrada con los obispos de Calabria y cientos de sacerdotes. El evangelio fue proclamado en griego, porque en esta región existen comunidades de origen albanés pertenecientes a los ritos católicos orientales.
El Papa dirigió a los fieles la siguiente homilía, en la que improvisó algunas frases muy duras contra la criminalidad, la mafia local llamada N'drangheta.
Palabras del Santo Padre:
“En la fiesta del Corpus Domini celebramos a Jesús 'pan vivo bajado del cielo', alimento para nuestra hambre de vida eterna, fuerza para nuestro camino. Agradezco al Señor que hoy me permite celebrar el Corpus Christi con ustedes, hermanos y hermanas de esta Iglesia que está en Cassano all Jonio.
La de hoy es la fiesta en la cual la Iglesia alaba al Señor por el don de la Eucaristía. Mientras que el jueves santo recordamos su institución en la Última Cena, hoy predomina la acción de gracias y la adoración. De hecho es tradicional en este día la procesión con el Santísimo Sacramento. Adorar a Jesús Eucaristía ycaminar con Él. Estos son dos aspectos inseparables de la fiesta de hoy, dos aspectos que dan fisonomía a toda la vida del pueblo cristiano: un pueblo que adora a Dios y camina con Él, que no se queda quieto, camina.
Primero de todo nosotros somos un pueblo que adora a Dios. Nosotros adoramos a Dios que es amor, que en Jesucristo se ha dado a sí mismo por nosotros, se ha ofrecido en la cruz para expiar nuestros pecados y por la potencia de este amor ha resucitado de la muerte y vive en su Iglesia. Nosotros no tenemos otro Dios fuera de esto.
Cuando a la adoración del Señor se sustituye la adoración del dinero, se abre el camino al pecado, al interés personal y al abuso.. Cuando no se adora a Dios, el Señor, uno se vuelve adoradore del mal, como los que viven de criminalidad y violencia.
Vuestra tierra tan hermosa conoce las heridas de este pecado, la N'drangheta es esto: la adoración del mal y el desprecio del bien común. (aplausos) Este mal se combate, se aleja, es necesario decirle No. La Iglesia que está tan empeñada en educar a las conciencias tiene siempre que emplearse para que el bien pueda prevalecer. Nos lo piden nuestros jóvenes, lo solicitan nuestros jóvenes necesitados de esperanza. Para responder a estas exigencias la fe nos puede ayudar. Los que han tomado este mal camino en su vida, como los mafiosos, no están en comunión con Dios, están excomulgados.
Hoy lo confesamos con la mirada dirigida a Corpus Crhisti, al sacramento del altar. Y por esta fe nosotros renunciamos a Satanás y a todas sus seducciones, a los ídolos, al dinero, a la vanidad del poder. Nosotros cristianos no queremos adorar nada ni nadie en este mundo que no sea Jesucristo y que está presente en la sagrada eucaristía.
Quizás no siempre nos damos cuenta hasta el fondo de lo que significa esto, de las consecuencias que tiene o debería tener esta nuestra profesión de fe. Esta fe en la presencia real de Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre en el pan y vino consagrado, es auténtica si nos empeñamos a caminar detrás de Él y con Él. Adorar y caminar. Un pueblo que adora y un pueblo que camina.
Caminar con Él y detrás de Él, intentando poner en práctica su mandamiento, el que ha dado a los discípulos justamente en la Última Cena. 'Como yo les he amado, así ustedes ámense los unos a los otros'. El pueblo que adora a Dios en la eucaristía es el pueblo que camina en la caridad. Adorar a Dios en la eucaristía, caminar con Dios en la caridad fraterna.
Hoy como obispo de Roma estoy aquí para confirmarlos no solamente en la fe pero también para acompañarles y animarles en el camino con Jesús Caridad.
Quiero expresar mi apoyo al obispo, a los presbíteros y diáconos de esta Iglesia, y también a la Eparchia de Lungro, de rica tradición griego-bizantina. Y lo hago extensivo a todos, los pastores y fieles de la Iglesia en Calabria, empeñada con coraje en la evangelización y en favorecer estilos de vida e iniciativas que pongan al centro las necesidades de los pobres y de los últimos. Y lo extiendo también a las autoridades civiles que intentan vivir el empeño político y administrativo para dar un servicio al bien común.
Les animo a todos a dar testimonio de solidaridad concreta con los hermanos, especialmente con los más necesitados de justicia, de esperanza, de ternura. La ternura de Jesús, la ternura eucarística, este amor tan delicado, tan fraternal y tan puro.
Gracias a Dios hay tantas señales de esperanza en vuestras familias, en las parroquias, en las asociaciones, en los movimientos eclesiales. El Señor Jesús no deja de suscitar gestos de caridad en su pueblo en camino.
Un signo concreto de esperanza es el Proyecto Policoro, para jóvenes que quieren ponerse en juego y crear posibilidades de trabajar para si y para los otros. Ustedes queridos jóvenes, no se dejen robar la esperanza. Lo he dicho tantas veces y lo repito: no se dejen robar la esperanza.
Adorando a Jesús en vuestros corazones y quedando unidos a Él sabrán oponerse al mal, a las injusticias, a la violencia con la fuerza del bien, de la verdad y de la belleza.
Queridos hermanos y hermanas, la eucaristía nos ha reunido aquí. El Cuerpo del Señor hace de nosotros una sola cosa, una sola familia. El Pueblo de Dios reunido en torno a Jesús, pan de vida.
Lo que he dicho a los jóvenes lo digo también a todos: si adorarán a Cristo y caminarán atrás de Él, y con Él, vuestra Iglesia diocesana y estas parroquias crecerán en la fe y en la caridad, en la alegría de evangelizar. Serán una Iglesia en la cual padres, madres, sacerdotes, religiosos, catequistas, niños, ancianos, jóvenes caminan uno al lado del otro, se apoyan, se ayudan, se aman como hermanos, especialmente en los momentos de dificultad.
María nuestra Madre, mujer eucarística, que se venera en tantos santuarios, especialmente en el de Castrovillari, les precede en esta peregrinación de la fe. Ella les ayude siempre a quedarse unidos para que, también a través de vuestro testimonio, el Señor pueda continuar a dar la vida al mundo. Que así sea”.
(Aplausos)
 22.06.14



En el ángelus: Volvernos 'pan partido'. La tortura es pecado mortal
El Santo Padre invita a seguir a Jesús eucaristía donándonos a nuestro prójimo
CIUDAD DEL VATICANO, 22 de junio de 2014 (Zenit.org) - El santo padre Francisco rezó este domingo 22, la oración del ángelus desde la ventana de su estudio que asoma a la plaza de San Pedro, en donde una multitud le esperaba. Y les dirigió las siguientes palabras:
"Queridos hermanos y hermanas
En Italia y en muchos otros países del mundo se celebra este domingo la fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo, y se usa frecuentemente el nombre en latín: Corpus Domini, o Corpus Christi. La comunidad eclesial se recoge entorno a la eucaristía para adorar el tesoro más precioso que Jesús nos ha dejado.
El evangelio de Juan nos presente el discurso sobre el 'pan de vida', que Jesús realizó en la sinagoga de Cafarnaún, en el cual afirmó: 'Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Si uno come este pan vivirá eternamente y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo”.
Jesús subraya que no vino a este mundo para traer alguna cosa, pero para dar su vida, para nutrir a quienes tiene fe en Él. Esta comunión con el Señor nos empeña a nosotros sus discípulos, a imitarlo, haciendo de nuestra existencia, con nuestra actitud un pan partido para los otros, como el Maestro ha partido el pan que es su realmente su carne. Para nosotros en cambio son las actitudes generosas hacia el prójimo lo que lo demuestran.
Cada vez que participamos a la Santa Misa y nos nutrimos del Cuerpo de Cristo, la presencia de Jesús y del Espíritu Santo actúa en nosotros, llena nuestro corazón y nos comunica actitudes interiores que se traducen en comportamientos según el Evangelio.
Sobre todo la palabra de Dios, después la fraternidad entre nosotros, el coraje del testimonio cristiano, la fantasía de la caridad, la capacidad de dar esperanza a los desanimados, de acoger a los excluidos.
De esta manera la eucaristía hace madurar un estilo de vida cristiano. La caridad de Cristo acogida con el corazón abierto nos cambia, nos transforma, nos vuelve capaces de amar, no según una medida humana, siempre limitada, sino según la medida de Dios, o sea sin medida.
¿Y cuál es la medida de Dios?, sin medida. La medida de Dios no tiene medida, todo, todo, todo. No se puede medir el amor de Dios, porque no tiene medida. Y entonces nos volvemos capaces de amar también a quien no nos ama. Y no es fácil amar a quien no nos ama, no es fácil, porque si sabemos que una persona no nos quiere, también nosotros tenemos ganas de no quererlo. Y no, tenemos que amar también a quien no nos ama, de oponernos al mal con el bien, de perdonar, de compartir, de acoger.
Gracias a Jesús y al Espíritu, también nuestra vida se vuelve “pan partido” para nuestros hermanos. Y viviendo así descubrimos la verdadera alegría, la alegría de volverse don, para devolver el gran don que nosotros recibimos primero sin tener mérito. Es bello esto, nuestra vida se hace don, esto es imitar a Jesús.
Querría recordar dos cosas. Primero: la medida de amar a Dios es amar sin medida. ¿Está claro esto? Nuestra vida con el amor de Jesús recibiendo la eucaristía, se hace un don, como fue la vida de Jesús. No nos olvidemos de estas dos cosas: La medida del amor de Dios es amar sin medida. Siguiendo a Jesús con la eucaristía, hacemos de nuestra vida un don.
Jesús, pan de vida eterna, descendió del cielo y se hizo carne gracias a la fe de María Santísima. Después de haberlo llevado en sí con inefable amor, Ella lo ha seguido fielmente hasta la cruz y la resurrección. Pidamos a la Virgen que nos ayude a descubrir la belleza de la eucaristía, a hacerla el centro de nuestra vida, especialmente en la misa dominical y en la adoración".
El Santo Padre rezó el ángelus y a continuación ha recordado que "el 26 de junio próximo es la Jornada de las Naciones Unidas por las víctimas de la tortura. En esta circunstancia reitero la firme condena de todo tipo de tortura e invito a los cristianos a empeñarse para colaborar a la abolición y apoyar a las víctimas y a sus familiares. Torturar a las personas es un pecado mortal, un pecado mortal muy grave".
Y concluyó sus palabras saludando “a todos los romanos y peregrinos aquí presentes”, a los estudiantes de diversas escuelas y a algunas iniciativas varias. Y se despidió de los presentes con su “buona domenica e un buon pranzo. Arrivederci”.
 23.06.14



En Sta. Marta: la persona que juzga se equivoca, se confunde y termina derrotada
En la homilía de este lunes, el Santo Padre advierte sobre el riesgo de juzgar y hablar mal de los demás
CIUDAD DEL VATICANO, 23 de junio de 2014 (Zenit.org) - Quien juzga a un hermano se equivoca y terminará por ser juzgado del mismo modo. Dios es "el único juez" y quien es juzgado podrá contar siempre con la defensa de Jesús, el primer defensor. Esta ha sido la idea sobre la que el santo padre Francisco ha meditado esta mañana en la homilía de Santa Marta.
Usurpador de un lugar y de un rol que no le corresponde y, a la vez, también una derrota, porque terminará víctima de su falta de misericordia. Esto es lo que sucede a quien juzga a un hermano. El Santo Padre ha tomado como referencia la lectura del Evangelio sobre la paja en el ojo ajeno y la viga en el ojo propio. El apelativo "hipócritas" que Jesús da varias veces a los doctores de la ley en realidad es dirigido a cualquiera. También porque --ha señalado Francisco-- quien juzga lo hace "en seguida", mientras que "Dios para juzgar se toma su tiempo".
Y lo ha explicado así: "quien juzga se equivoca, simplemente porque toma un lugar que no es suyo. Pero no solo se equivoca, también se confunde. Está tan obsesionado con lo que quiere juzgar, de esa persona -¡tan tan obsesionado!- que esa idea no le deja dormir. ... Y no se da cuenta de la viga que él tiene. Es un fantasioso. Y quien juzga se convierte en un derrotado, termina mal, porque la misma medida será usada para juzgarle a él. El juez que se equivoca de sitio porque toma el lugar de Dios termina en una derrota. ¿Y cuál es la derrota? La de ser juzgado con la medida con la que él juzga".
Asimismo, el Papa ha recordado que el único que juzga es Dios y a los que Dios da la potestad de hacerlo. De este modo ha propuesto la actitud de Jesús como ejemplo a imitar.
"Jesús, delante del Padre, ¡nunca acusa! Al contrario: ¡defiende! Es el primer Paráclito. Después nos envía el segundo, que es el Espíritu Santo. Él es defensor: está delante del Padre para defendernos de las acusaciones. ¿Y quién es el acusador? En la Biblia se llama "acusador" al demonio, satanás. Jesús nos juzgará, sí: al final de los tiempos, pero mientras tanto intercede, defiende...", ha indicado el Pontífice.
Al respecto, el Santo Padre ha querido señalar que quien juzga "es un imitador del príncipe del mundo, que va siempre detrás de las personas para acusarlas delante del Padre". Por ello, el Papa ha pedido que el Señor "nos dé la gracia de imitar a Jesús intercesor, defensor, abogado nuestro y de los demás" y "no imitar al otro, que al final nos destruirá".
Finalmente, el Obispo de Roma ha indicado que "si nosotros queremos ir sobre el camino de Jesús, más que acusadores debemos ser defensores de los otros delante del Padre. Yo veo algo malo en otra persona, ¿voy a defenderlo? ¡No! ¡Pero cállate! Ve a rezar y defiéndelo delante del Padre, como hace Jesús. ¡Reza por él, pero no lo juzgues! Porque si lo haces, cuando tú hagas algo mal, serás juzgado".
 24.06.14



Francisco en Sta. Marta: un cristiano no se anuncia a sí mismo, anuncia al Señor
El Santo Padre explica la vocación de Juan Bautista: preparar, discernir, disminuir
CIUDAD DEL VATICANO, 24 de junio de 2014 (Zenit.org) - El papa Francisco, ha reflexionado sobre la triple vocación de Juan Bautista: preparar, discernir, disminuir. Lo ha hecho durante la homilía de la misa matutina en Santa Marta, en la solemnidad de la natividad de san Juan Bautista. "Preparar la venida del Señor, discernir quién es el Señor, disminuir para que el Señor crezca". Con esta tres ideas el Santo Padre ha desarrollado su homilí de hoy.
Francisco ha recordado que Juan preparaba el camino a Jesús "sin tomar nada para él. Era un hombre importante: la gente lo buscaba, lo seguía porque sus palabras eran fuertes". Sus palabras llegaban al corazón, ha indicado. Y allí tuvo quizás "la tentación de creer que era importante, pero no ha caído", ha advertido el Santo Padre. De hecho, cuando se acercaron los doctores a preguntarle si era el Mesías, Juan respondió:"soy voz, sólo voz" pero "he venido a preparar el camino al Señor". Francisco ha señalado aquí la primera vocación del Bautista: "preparar al pueblo, preparar el corazón del pueblo para el encuentro con el Señor".
Pero ¿quién es el Señor?, se ha preguntado el Papa y ha respondido así: "esta es la segunda vocación de Juan: discernir, entre tanta gente buena, quién era el Señor. Y el Espíritu le ha revelado esto y él ha tenido la valentía de decir: 'Es éste. Éste es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo'. Los discípulos miraron a este hombre que pasaba y lo dejaron ir. Al día siguiente, sucedió lo mismo. '¡Es ese! Es más digno que yo'. Los discípulos fueron detrás de Él. En la preparación, Juan decía: 'Detrás de mí viene uno...' Sabiendo discernir y señalar al Señor, dice: 'Delante de mí... ¡está Él!'"
La tercera vocación sobre la que ha hablado el Pontífice es la de disminuir. "Su vida comenzó a abajarse, a disminuir para que creciera el Señor, hasta anularse a sí mismo", ha observado.  Y ha explicado a continuación que "esta ha sido la etapa difícil de Juan, porque el Señor tenía un estilo que él no había imaginado, hasta tal punto que en el cárcel -porque estaba en la cárcel en este momento- sufrió no solo la oscuridad de la celda, sino la oscuridad del corazón: 'Pero, ¿será Éste? ¿No me habré equivocado? Porque el Mesías tiene un estilo tan a mano... No se entiende...' Y como era hombre de Dios, pide a sus discípulos ir donde Él a preguntar: 'Pero, ¿eres Tú realmente o debemos esperar a otro?'"
El Santo Padre ha afirmado que la "humillación de Juan es doble: la humillación de su muerte como precio de un capricho" pero también "la humillación de la oscuridad del alma". De este modo, Francisco ha recordado que Juan que ha sabido "esperar" a Jesús,  que ha sabido "discernir", "ahora ve a Jesús lejos".
Y ha proseguido Francisco: "esa promesa se ha alejado. Y termina solo. En la oscuridad, en la humillación". Se queda solo "porque se ha destruido mucho para que el Señor creciera".
Para finalizar la homilía de esta mañana, el Obispo de Roma ha señalado que Juan ve que el Señor está "lejos" y él "humillado, pero con el corazón en paz". "Tres vocaciones en un hombre: preparar, discernir, dejar crecer al Señor y disminuirse a sí mismo. También es bonito pensar a la vocación del cristiano así. Un cristiano no se anuncia a sí mismo, anuncia a otro, prepara el camino a otro: al Señor. Un cristiano debe saber discernir, debe conocer como discernir la verdad, cuando lo que parece verdad y no es: hombre de discernimiento. Y un cristiano debe ser un hombre que sepa abajarse para que el Señor crezca, en el corazón y en el alma de los otros", ha concluido el Papa.
25.05.14



El Papa en la audiencia ha invitado a 'ser y sentirse Iglesia'
A pesar del tiempo inestable recorre toda la plaza saludando a los miles de peregrinos
CIUDAD DEL VATICANO, 25 de junio de 2014 (Zenit.org) - El papa Francisco realizó este 25 de junio como todos los miércoles, la audiencia en plaza San Pedro. A su entrada, en un largo recorrido en el jeep descubierto, saludó a los miles de peregrinos reunidos a pesar del tiempo inestable, caluroso y con chaparrones. A las 6 de la mañana ya comenzaban a llegar los peregrinos para la audiencia que comienza poco antes de las 10.
Le acercaron al Papa como es costumbre a diversos niños a quienes besó y saludó, como también a ancianos, en medio del entusiasmo generalizado.
Concluida de la audiencia fueron los saludos particulares. Entre los presentes estaba Jorge Bergoglio, no el papa Jorge María Bergoglio, sino un primo del Pontífice que desde la ciudad argentina de Córdoba vino a saludarle, con su familia.
En la audiencia entre los grupos de numerosos países estaba el conformado por diversas parroquias de Madrid, con el cardenal Antonio Rouco Varela y los obispos auxiliares. Los había también de México, Honduras, Colombia, Chile Argentina y Brasil.
En el resumen de la catequesis en español a los presentes, el Santo Padre indicó:
Dios ha querido formar un pueblo que lleve su bendición a todos los pueblos de la Tierra. En Jesucristo, lo establece como signo e instrumento de unión de los hombres con Dios y entre ellos. De ahí la importancia de pertenecer a este pueblo”.Nosotros no somos cristianos a título individual, cada uno por su cuenta. Nuestra identidad es pertenencia. Decir «soy cristiano» equivale a decir: «Pertenezco a la Iglesia». Soy de ese pueblo con el que Dios estableció desde antiguo una alianza, a la que siempre es fiel”.
De aquí nuestra gratitud a los que nos han precedido y acogido en la Iglesia, quienes nos han transmitido la fe, enseñado a rezar y pedido para nosotros el Bautismo. Nadie se hace cristiano por sí mismo.”
La Iglesia es una gran familia, que nos acoge y nos enseña a vivir como creyentes y discípulos del Señor. Y no sólo somos cristianos gracias a otros, sino que únicamente podemos serlo junto con otros. En la Iglesia nadie va «por libre»”.
Quien dice creer en Dios pero no en la Iglesia, tener una relación directa con Cristo fuera de ella, cae en una dicotomía absurda. Dios ha confiado su mensaje salvador a personas humanas, a testigos, y se nos da a conocer en nuestros hermanos y hermanas”.
En los saludos finales se dirigió a los peregrinos de lengua española, en particular a los peregrinos de la Archidiócesis de Madrid y de La Escuela Franciscana, de San Pedro Sula, así como a los demás grupos provenientes de España, México, Honduras, Colombia, Chile, Argentina y otros países latinoamericanos.
Recuerden que, como cristianos, no podemos prescindir de los demás, de la Iglesia; no podemos salvarnos por nosotros solos”. Dijo.
 26.06.14



Francisco en Sta. Marta: las palabras de Jesús asombran el corazón del pueblo
En la homilía de este jueves, el Santo Padre explica porqué la gente del tiempo de Jesús le seguía a Él en vez de a otros
CIUDAD DEL VATICANO, 26 de junio de 2014 (Zenit.org) - El pueblo sigue a Jesús porque reconoce que es el Buen Pastor. Lo ha indicado el papa Francisco en la misa de este jueves en Santa Marta. El Santo Padre ha advertido sobre quienes reducen la fe a moralismo, los que llevan a cabo una liberación política o buscan acuerdos con el poder.
Hoy el Papa se ha preguntado en la homilía ¿por qué tanta gente seguía a Jesús? Y así, Francisco ha explicado que Jesús era seguido por las masas porque "estaban impresionadas por su enseñanza", sus palabras "asombraban su corazón, el asombro de encontrar algo bueno, grande". Los otros sin embargo "hablaban, pero no llegaban al pueblo". De este modo, el Santo Padre ha enumerado cuatro grupos de personas que hablaban en el tiempo de Jesús. De los fariseos ha dicho el Papa que "hacían del culto a Dios, de la religión, una serie de mandamientos y de los diez que había, hacían más de trescientos" cargando "este peso" sobre las espaldas del pueblo. Y así "¡era una reducción de la fe en el Dios Vivo a la casuística!", ha señalado. Francisco ha reflexionado sobre las "contradicciones de la casuística más cruel": "¡Pero tú debes --por ejemplo-- cumplir el cuarto mandamiento! ¡Sí, sí, sí!; '¡Debes dar de comer a tu papá anciano, a tu mamá anciana!'; ¡Sí, sí, sí!; 'Pero sabe, yo no puedo porque he dado mi dinero al templo!'; '¿Tú no lo haces? ¡Los padres mueren de hambre!' Así: contradicción de la casuística más cruel. El pueblo los respetaba, porque el pueblo es respetuoso. ¡Los respetaba, pero no les escuchaba! Se iba...".
El Pontífice ha indicado a otro grupo: el de los saduceos. "Estos no tenían fe, ¡habían perdido la fe! Su tarea religiosa la hacían en la calle de acuerdo con los poderes: los poderes políticos, los poderes económicos. Eran hombres de poder", ha explicado.  El tercer grupo del que ha hablado ha sido el de los "revolucionarios" o los zelotes que "querían hacer la revolución para liberar al pueblo de Israel de la ocupación romana". Francisco ha señalado que el pueblo "tiene un buen sentido y ¡sabe distinguir cuando la fruta está madura y cuando no lo está! ¡Y no les seguía!"
A continuación, el Santo Padre ha indicado el cuarto grupo: "Era gente buena, se llamaban los esenios". De estos, el Papa ha indicado que "eran monjes que consagraban su vida a Dios". Sin embargo "estaban lejos del pueblo y el pueblo no podía seguirles". Así, Francisco ha explicado que estas "eran las voces que llegaban al pueblo y ninguna de estas voces tenía la fuerza de calentar el corazón del pueblo". Pero, "¡Jesús sí!", ha añadido. El Pontífice ha subrayado que "las multitudes estaban impresionadas: escuchaban a Jesús y el corazón se calentaba; ¡el mensaje de Jesús llegaba al corazón!" Y es que Jesús "se acercaba al pueblo" y "sanaba el corazón del pueblo", entendía las dificultades. Jesús --ha proseguido el Papa-- "no tenía vergüenza de hablar con los pecadores, iba a buscarles", "sentía alegría, le gustaba ir con su pueblo". Y esto sucede porque "Jesús es el Buen Pastor, las ovejas escuchan su voz y lo siguen".
El Pontífice ha indicado que por esto el pueblo seguía a Jesús, porque era el Buen Pastor: "no era ni un fariseo casuístico moralista, ni un saduceo que hacia negocios políticos con los poderosos, ni un guerrillero que buscaba la liberación política de su pueblo, ni un contemplativo del monasterio. ¡Era un pastor! Un pastor que hablaba la lengua de su pueblo, se hacía entender, decía la verdad, las cosas de Dios: ¡no negociaba nunca las cosas de Dios! Pero las decía de tal forma que el pueblo amaba las cosas de Dios. Por esto lo seguían".
En este punto, el Santo Padre ha invitado a preguntarse: "¿A mí a quién me gusta seguir? A quienes me hablan de cosas abstractas o de casuísticas morales; los que se dicen del pueblo de Dios, pero no tienen fe y negocian todo con los poderes políticos, económicos; los que quieren siempre hacer cosas extrañas, cosas destructivas, guerras llamadas de liberación, pero que al final no son el camino del Señor; o un contemplativo lejano?"
Para finalizar la homilía, el Santo Padre ha pedido que esta pregunta "nos haga llegar a la oración y pedir a Dios, el Padre, que nos haga llegar cerca de Jesús para seguir a Jesús, para asombrarnos de lo que Jesús nos dice".
 27.06.14



En Santa Marta: Dios busca al hombre, con una relación papá-niño
El papa Francisco explica este viernes, que para entender el amor de Dios, el hombre tiene que buscar la pequeñez
CIUDAD DEL VATICANO, 27 de junio de 2014 (Zenit.org) - Este viernes, fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, el papa Francisco en la homilía de su misa diaria en la Domus Santa Marta, indicó que Dios necesita que el hombre se haga pequeño para poder comunicarle su amor.
Porque Dios no espera pero da, no habla sino actúa. El Santo Padre habla del 'corazón' de Jesús, celebrado en la liturgia. Dios, dijo, “nos da la gracia, la alegría de celebrar en el corazón de su Hijo las grandes obras de su amor. Se puede decir que hoy es la fiesta del amor de Dios en Jesucristo, del amor de Dios por nosotros”.
“Hay dos aspectos del amor. Primero, el amor está más en el dar que en el recibir. El segundo: el amor está más en las obras que en las palabras. Cuando decimos que está más en el dar que en el recibir, es porque el amor se comunica: siempre comunica. Y es recibido por el amado. Y cuando decimos que está más en las obras que en las palabras, es porque el amor siempre da la vida, hace crecer”.
Para entender el amor de Dios, el hombre tiene que buscar una dimensión inversamente proporcional a la inmensidad: es la pequeñez, “la pequeñez del corazón”. 
Moisés, ha indicado el Papa, le explica al pueblo judío que fueron elegidos por Dios porque eran 'el más pequeño de todos los pueblos'. Y Jesús en el evangelio alaba al Padre porque “ha escondido las cosas divinas a los doctos y las ha revelado a los pequeños”. O sea que Dios busca al hombre, con “una relación papá-niño” y lo acaricia y le dice: “Yo estoy contigo”. “Esta es la ternura del Señor, en su amor; Él nos comunica esto, y nos da la fuerza de su ternura. Pero si nos sentimos fuertes, nunca tendremos la experiencia de la caricia del Señor, las caricias tan bellas del Señor... tan bellas.
“No temas, yo estoy contigo y te tomo de la mano...”. Son palabras del Señor que nos hacen sentir aquel misterioso amor que Él tiene por nosotros. Y cuando Jesús habla de sí mismo, nos dice: “Yo soy manso y humilde de corazón”. También Él, el Hijo de Dios se abaja para recibir el amor del Padre”. Otra prueba particular del amor de Dios --indicó el Pontífice-- es que Èl nos ha amado primero, Él se encuentra siempre antes que nosotros, y nos espera.
Y el papa Francisco, concluye su homilía pidiendo a Dios la gracia “de entrar en este mundo tan misterioso, de anonadarnos y de tener este amor que se comunica, que nos da alegría y nos lleva por el camino de la vida como un niño, de la mano”.
“Cuando nosotros llegamos, Él está, cuando lo buscamos, Él nos ha buscado antes. Él siempre esta adelante de nosotros, nos espera para recibirnos en su corazón, en su amor.
Y estas dos cosas pueden ayudarnos a entender este misterio del amor de Dios hacia nosotros. Para expresarse necesita de nuestra pequeñez, de nuestro abajarnos. Y también necesita nuestro estupor cuando lo buscamos y lo encontramos allí, esperándonos”.
 28.06.14



Francisco acoge a delegación de la 'Iglesia hermana de Costantinopla'
El Papa expresó su alegría al verlos e invitó a todos a hacer una 'teología de rodillas' para que la reflexión sobre temas aún abiertos no sea simplemente una disputa académica
CIUDAD DEL VATICANO, 28 de junio de 2014 (Zenit.org) - El santo padre Francisco ha recibido este sábado por la mañana en audiencia a la delegación del Patriarcado Ecuménico de Costantinopoli, la cual ha llegado a Roma como es tradición, en ocasión de la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, que se celebra este domingo 29 de junio.
La delegación enviada por su santidad Bartolomeo I está guiada por su eminencia Ioannis (Zizioulas) metropolita de Pérgamo y co-presidente de la Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa.
El Santo Padre al recibirlos les manifestó su alegría de encontrar a una delegación “de la Iglesia hermana de Constantinopla” y envió su agradecimiento “al patriarca ecuménico, su santidad Bartolomé I y al Santo Sínodo, por haberles enviado a compartir con nosotros la alegría de esta fiesta".
“Mantengo vivo en mi mente el recuerdo de los recientes encuentros con el amado hermano Bartolomé” indicó el Santo Padre, y precisó que “durante nuestra común peregrinación en la tierra de Jesús hemos podido revivir la gracia del abrazo dado hace cincuenta años, en la ciudad de Jerusalén, entre nuestros venerables predecesores: Atenágora I y Pablo VI”.
El Papa agradeció a Dios porque después de ese gesto profético “el camino no se detuvo nunca”. Y añadió que “la alegría del reciente encuentro en Jerusalén con Bartolomé “se renovó cuando juntos hemos idealmente concluido esa peregrinación elevando aquí, en la tumba de san Pedro, una fervorosa invocación a Dios pidiendo el don de la paz en Tierra Santa, junto a los presidentes de Israel y Palestina”.
Hablando del encuentro fraterno tenido con Bartolomé, añadió: “Sabemos bien que esta unidad es un don de Dios, y que Altísimo nos da desde ahora la gracia para obtenerlo cada vez que, por la fuerza del Espíritu Santo, logramos a mirarnos los unos a los otros con los ojos de la fe”.
Y consideró que “si aprenderemos, guiados por el Espíritu Santo, a mirarnos siempre los unos a los otros en Dios, entonces será aún más rápido nuestro camino y más ágil la colaboración en tantos sectores de la vida cotidiana que ya ahora felizmente nos une”.
Por este motivo el Papa confió que reza por el trabajo de la Comisión mixta internacional, para que sea expresión de esta comprensión profunda, de esta teología “hecha de rodillas”.
De este modo “la reflexión sobre conceptos de primado y sinodalidad, sobre la comunión en la Iglesia universal, sobre el ministerio del obispo de Roma, no será entonces un ejercicio académico ni una simple disputa entre posiciones irreconciliables”. Y concluyó indicando que “necesitamos todos” abrirnos con coraje y confianza a la acción del Espíritu Santo”, en este camino “de tantos hermanos que confesando la fe en Jesucristo el Señor, han cumplido el ecumenismo de la sangre”.
 29.06.14



El Papa en el ángelus pide por Irak, que no sea desmembrado
Texto completo del Papa antes de la oración realizada ante miles de fieles en la plaza de san Pedro. Dios nos perdona y transforma nuestra oscuridad del pecado en un alba de luz
CIUDAD DEL VATICANO, 29 de junio de 2014 (Zenit.org) - Después de la solemne misa por la fiesta de los apóstoles san Pedro y san Pablo, el papa Francisco desde su estudio en el Vaticano, que da hacia la plaza de San Pedro, rezó el ángelus junto a los miles de peregrinos allí presentes y les dirigió las siguientes palabras.
“Queridos hermanos y hermanas, buenos días.
Desde los tiempos antiguos la Iglesia de Roma celebra a los apóstoles Pedro y Pablo en una única fiesta, el mismo día, el 29 de junio. La fe en Jesucristo los ha vuelto hermanos y el martirio los ha hecho volverse una sola cosa. San Pedro y san Pablo, tan distintos entre ellos en el plano humano, fueron elegidos personalmente por el Señor Jesucristo y respondieron a su llamada ofreciendo toda su vida. En ambos la gracia de Cristo ha cumplido grandes cosas, los ha transformado: ¡Y cómo los ha transformado!
Simón había negado a Jesús en el momento dramático de la pasión; Saulo había perseguido duramente a los cristianos. Pero ambos acogieron el amor de Dios y se dejaron transformar por su misericordia. Así se volvieron apóstoles y amigos de Cristo. Por esto ambos siguen hablando a la Iglesia y aún hoy nos indican el camino de la salvación.
También a nosotros, que si por caso cayéramos en los pecados más graves y en la noche más oscura. Dios es siempre capaz de transformarnos como transformó a Pedro y Pablo, transformarnos el corazón y perdonarnos todo, transformando así nuestra oscuridad del pecado en un alba de luz. Porque Dios es así, nos perdonanos transforma siempre como lo hizo con Pedro y como lo hizo con Pablo.
El libro de los Actos de los Apóstoles muestra muchos aspectos de su testimonio. Pedro por ejemplo nos enseña a mirar a los pobres com mirada de fe y a donarle a ellos lo más precioso que tenemos: la potencia en el nombre de Jesucristo. Esto ha hecho con aquel paralítico, le dio todo lo que tenía, a Jesús.
Sobre Pablo se cuenta tres veces el episodio del llamado en el camino de Damasco, que marca el cambio de su vida, marcando claramente un antes y después. Antes Pablo era un acérrimo enemigo de la Iglesia. Después pone toda su existencia al servicio del evangelio.
También para nosotros, el encuentro con la palabra de Cristo puede transformar completamente nuestra vida. No es posible escuchar esta Palabra, y quedarse quietos en el propio lugar, quedarse detenido en las propias costumbres. Esta nos lleva a vencer el egoísmo que tenemos en el corazón para seguir con decisión a aquel Maestro que ha dado la vida por sus amigos.
Porque es Él que con su palabra nos cambia, es Él que nos transforma, es Él que perdona todo si abrimos el corazón y pedimos perdón.
Queridos hermanos y hermanas, esta fiesta despierta en nosotros una gran alegría, porque nos pone delante de la obra de la misericordia de Dios en el corazón de dos hombres, es la obra de la misericordia de Dios, en estos dos hombres que eran grandes pecadores. Y Dios que quiere colmarnos también a nosotros con su gracia, como lo hizo con Pedro y Pablo.
Que la Virgen María nos ayude a acogerla como ellos, con corazón abierto, a no recibirla en vano. Y nos sostenga en la hora de la prueba, para dar testimonio de Jesús y de su Evangelio. Lo pedimos en particular hoy, para los arzobispos metropolitas que han sido nombrados en el último año, que esta mañana han celebrado conmigo la eucaristía en San Pedro. Los saludamos junto a sus fieles y familiares y rezamos por ellos".
Agelus Domini...
Después de rezar el ángelus el Papa indicó su preocupación “Las noticias que nos llegan desde Irak, son lamentablemente muy dolorosas. Me uno a los obispos del país y hago un llamado a los gobernantes para que a través del diálogo se pueda preservar la unidad nacional y evitar la guerra. Estoy cercano de las miles de familias, especialmente cristianas, que han tenido que dejar sus casas porque están en grave peligro. La violencia genera otra violencia; el diálogo es la única vía hacia la paz. Y rezó por esta intención un Ave María junto a los fieles y peregrinos.
Saludó también a los fieles de Roma en la fiesta de sus santos patronos, así como a los familiares de los arzobispos metropolitas que esta mañana recibieron el palio, así como a las delegaciones que les acompañaron.
Y también a los artistas “de tantas partes del mundo que han realizado esta 'infiorata'” (una gran alfombra con pétalos de flores a lo largo de cuatro cuadras. Y añadió: “Son buenos estos artistas de tantas partes del mundo que han realizado esta gran 'infiorata'” Y reiteró: “son buenos, felicitaciones”.
A continuación saludó a varios grupos de peregrinos entre los cuales los españoles de Cádiz, Elche de la Sierra y de Parla, Madrid, así como a los numerosos alfombristas que han participado en la gran muestra floral. 
Y concluyó pidiendo oraciones por él y con su ya famoso "Buona domenica" y "buon pranzo". 
 30.06.14


En Sta. Marta: hoy hay más mártires que en los primeros siglos
El papa Francisco indicó este lunes que son perseguidos o 'expulsados con guantes blancos'. Los mártires son los mayores testigos
CIUDAD DEL VATICANO, 30 de junio de 2014 (Zenit.org) - "Hay más mártires en la Iglesia que en los primeros siglos", perseguidos, como en Oriente Medio, o "expulsados de forma elegante, con guantes blancos".
Lo indicó este lunes el papa Francisco en su misa cotidiana en la Casa de Santa Marta, en el día de la memoria de los santos mártires de los primeros tiempos de la Iglesia romana, inmolados a los pies de la colina del Vaticano por orden de Nerón tras el incendio de Roma en el año 64.
El Papa ha recordado la oración inicial de la misa, donde se recuerda que el Señor ha "fertilizado con la sangre de los mártires de los primeros brotes de la Iglesia de Roma" como "del crecimiento de una planta" y esto nos hace pensar en lo que Jesús dijo:"el reino de los cielos es como un hombre que ha arrojado la semilla, luego se va a su casa" y dormido o despierto "la semilla crece, brota, sin que él sepa cómo".
Esta semilla -precisó el Santo Padre-- es la Palabra de Dios que crece en el Reino de Dios, se convierte en la Iglesia gracias a "la fuerza del Espíritu Santo" y "el testimonio de los cristianos."

"Sabemos que no hay crecimiento sin el Espíritu: es Él quien hace crecer a la Iglesia, es Él que llama a la comunidad de la Iglesia, pero también requiere del testimonio de los cristianos. Y cuando el testimonio llega al final, cuando las circunstancias históricas nos piden un testimonio fuerte, están los mártires, los mayores testigos. Y la Iglesia viene regada por la sangre de los mártires. Y esta es la belleza del martirio. Comienza con el testimonio día tras día, y puede terminar como Jesús, el primer mártir, el primer testigo, el testigo fiel: con la sangre" dijo.
"Pero hay una condición -recordó Francisco- para el testimonio, para ser verdad debe ser sin condiciones". "
Hemos escuchado el Evangelio que narra de uno que le dice al Señor que lo seguirá, pero después de ir a enterrar a su padre... el Señor se lo impide:"¡No! '. Porque “el testimonio es sin condiciones. Debe ser firme, debe ser decisivo, debe ser con el lenguaje que Jesús nos lo dice, tan fuerte: 'Vuestro lenguaje es sí, sí, no, no'. Este es el lenguaje de los testigos".
Es cierto que muchos cristianos han sido perseguidos en la época de Nerón, recordó el santo padre Francisco, pero "hoy en día no son menos."  porque "hoy  hay tantos mártires en la Iglesia, muchos cristianos son perseguidos. Pienso en el Medio Oriente, los cristianos que han de huir de la persecución, los cristianos asesinados por sus perseguidores. También a los cristianos expulsados en forma tan elegante, con guantes blancos: es también una persecución. Hoy son muchos los testigos, hay más mártires en la Iglesia que en los primeros siglos”.
E invitó a seguir la santa misa “recordando nuestros gloriosos antepasados, aquí en Roma, también pensamos en nuestros hermanos y hermanas que viven perseguidos, que sufren y que con su sangre hacen crecer la semilla de muchas iglesias pequeñas que nacen. Oremos por ellos y por nosotros".
 01.07.14




El Papa a los enfermos: ser testimonio del don precioso que es la vida
Videomensaje del Santo Padre al hospital Gemelli de Roma
ROMA, 14 de julio de 2014 (Zenit.org) - El Papa Francisco envió el domingo por la mañana un vídeo mensaje a los pacientes del Hospital romano Agostino Gemelli en el que se disculpó por haber faltado, a causa de una improvisada indisposición, el pasado 27 de junio a la visita que tenía prevista realizar. ''Entiendo la decepción no sólo de los responsables, sino también de todos los que han trabajado con tanto esfuerzo y pasión. Entiendo la decepción de los enfermos, que se habían preparado para rezar juntos durante la Santa Misa y a los que hubiera querido saludar personalmente''.

Francisco en el vídeo animó a los enfermos a cultivar en la oración el gusto de las cosas de Dios, ''sed testigos de que sólo en Dios está la fuerza. Vosotros enfermos, que experimentáis la fragilidad del cuerpo, podéis fuertemente testificar a las personas que están cerca, cómo el don precioso de la vida es el Evangelio, el amor misericordioso del Padre y no el dinero o el poder. De hecho, incluso cuando una persona es ''importante'' en la lógica mundana, no puede agregar un solo día a su vida''.

Asimismo, el Papa recordó las dos caras del verano, '''muchos parten para descansar un poco -dijo- Pero el verano es también un momento difícil para los ancianos y los enfermos que se quedan solos y que con gran dificultad encuentran asistencia en las grandes ciudades. De esta manera el tiempo del descanso es también un momento en el que las dificultades de la vida se incrementan''. Antesde finalizar, el Pontífice destacó la pasión y dedicación del personal del Hospital y les agradeció encarecidamente su trabajo. ''Sabed que deseaba mucho este encuentro pero, como bien sabéis, nosotros no somos dueños de nuestra vida y no podemos decidir a nuestro gusto. Tenemos que aceptar las fragilidades. Conmigo cultiváis la confianza de que sólo en Dios esta nuestra fuerza. Os confío a María y vosotros continuad a rezar por mi, porque lo necesito''.
 15.07.14














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