27 d’ag. 2017

PAPA ROMA...

Angelus: cada pequeña piedra tiene su lugar en la Iglesia

Pedro, “centro visible de comunión”

(Roma, 27 de agosto de 2017). – “Nosotros aunque pequeños (….) tenemos un lugar y una misión en la Iglesia: es una comunidad de vida, hecha de tantas piedras, todas diferentes, que forman un único edificio, bajo el signo de la fraternidad y de la comunión” : el Papa Francisco ha comentado en estos términos la página evangélica leída en la misa de este domingo 27 de agosto de 2017, antes del ángelus del mediodía desde el despacho del Vaticano que da a la plaza San Pedro.
El Papa también ha evocado la misión de Pedro y de sus sucesores por la unidad: “Jesús ha querido para su Iglesia un centro visible de comunión, en Pedro – el tampoco es una gran piedra, es una pequeña piedra, pero tomada por Jesús se convierte en centro de comunión – en Pedro y en aquellos que le habrían sucedido en la misma responsabilidad primacial que desde los orígenes se han identificado con los obispos de Roma, la ciudad dónde Pedro y Pablo han dado su testimonio por la sangre”
El Papa Francisco ha lanzado también una llamada en favor de la minoría de los Rohingyas del Myanmar, denunciando una “persecución” .
Ha expresado su proximidad a los pueblos de Bangladesh, de Nepal y de la India, golpeados por las inundaciones mortales debidas a un monzón que ha dejado centenares de muertos y miles de desplazados .
Después del ángelus, el Papa Francisco ha recibido, como en los dos años anteriores, a los participantes del congreso de la Organización internacional de los legisladores católicos (International Catholic Legislators Network, ICLN), basado en Austria, acompañados del Cardenal Christoph Schönborn, en la Sala Clementina del Vaticano.


Antes del ángelus
Queridos hermanos y hermanas, buenos días! El Evangelio de este domingo (Mt 16, 13-20) nos lleva a un pasaje clave del camino de Jesús con sus discípulos: el momento en el que él quiere verificar en que punto se encuentra su fe en Él. La gente piensa que Jesús es un profeta, lo que es verdad, pero no captan cual es el centro de su persona ni de su misión. En seguida pregunta a sus discípulos lo que lleva en su corazón, es decir lo que les pregunta directamente: “Y vosotros, quién decís que soy yo?” (v.15). Porque Jesús distingue claramente a los apóstoles de la gente, lo que quiere decir: vosotros, que estáis todos los días conmigo, y que me conocéis de cerca, que es lo que habéis entendido de mí?
El Maestro espera de los suyos una respuesta elevada y diferente de la opinión publica. Y, en efecto, una respuesta elevada y diferente de las de la opinión pública. Una respuesta de este tipo brota del corazón de Simón llamado Pedro: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo” (v.16). Simón Pedro encuentra en sus labios palabras más grandes que él, palabras que no vienen de sus capacidades naturales. Quizá no habría hecho la escuela elemental y era capaz de decir estas palabras, más fuertes que él! Pero son palabras inspiradas por el Padre celestial (cf.v.17), que revela al primero de los Doce la verdadera identidad de Jesús: Es el Mesías, el Hijo enviado por Dios para salvar a la humanidad. Gracias a esta respuesta, Jesús comprende que, gracias a la fe dada por el Padre, hay un fundamento sólido sobre el cual puede construir su comunidad, su Iglesia. Por eso le dice a Simón: “Tu eres Pedro – es decir piedra, roca – y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (v.18).
Hoy, con nosotros también, Jesús quiere continuar construyendo su Iglesia, esta casa con fundamentos sólidos pero donde no faltan fisuras y que tienen necesidad de ser reparadas continuamente, como en tiempos de San Francisco de Asís.
Es verdad que no nos percibimos como rocas, sino solamente como pequeñas piedras. Sin embargo una pequeña piedra no es inútil, al contrario, en las manos de Jesús, se convierte en preciosa, por que Él la coge, la mira con una gran ternura, la trabaja por su Espíritu, y la coloca en un buen lugar, en el cual el ha pensado desde siempre, y donde puede ser útil a toda la construcción. Y todos nosotros, aunque pequeños somos “piedras vivas” porque cuando Jesús toma su piedra en la mano, la hace suya, la hace viva, llena de vida, llena de vida por el Espíritu Santo, llena de vida por su amor y es así como tenemos un lugar y una misión en la Iglesia: es una comunidad de vida, hecha de tantas piedras todas diferentes, que forman un único edificio, bajo el signo de la fraternidad y de la comunión.
Además, el Evangelio de hoy nos recuerda que Jesús también ha querido para su Iglesia un centro visible de comunión, en Pedro – él tampoco es una gran piedra, es una pequeña piedra, pero tomada por Jesús se convierte en centro de comunión –, en Pedro y en aquellos que le habrían sucedido en la misma responsabilidad primacial, que desde los orígenes, han sido identificados con los obispos de Roma, la ciudad donde Pedro y Pablo han dado su testimonio por la sangre.
Confiémonos a María, Reina de los Apóstoles, Madre de la Iglesia. Ella se encontraba en el Cenáculo, al lado de Pedro , cuando el Espíritu descendió sobre los Apóstoles y les ha impulsado a salir, a anunciar a todos que Jesús es el Señor .
Hoy, que nuestra Madre nos sostenga y nos acompañe con su intercesión para que podamos realizar plenamente esta unidad y esta comunión por los cuales Cristo y los Apóstoles han orado y han dado su vida.
Angelus Domini…
Después del ángelus
Queridos hermanos y hermanas!
Estos últimos días, de grandes inundaciones que han golpeado Bangladesh, el Nepal, y la India. Expreso mi cercanía a los pueblos y oro por las víctimas y por aquellos que sufren esta calamidad.
Tristes noticias han llegado sobre la persecución de la minoría religiosa de nuestros hermanos Rohingyas. Quisiera expresarles toda mi cercanía. Y todos nosotros pidamos al Señor que les salve, y de suscitar hombres y mujeres de buena voluntad para venir a ayudarles, que les den sus plenos derechos. Oremos también por nuestros hermanos Rohingyas.
Os saludo a todos, fieles de Roma y peregrinos de Italia y de diferentes países: las familias, los grupos parroquiales, las asociaciones.
En particular, saludo a los miembros de la Tercera Orden carmelita; los jóvenes de Tombelle (diócesis de Padua) – pero, ¡estáis ardientes vosotros! – que hace poco han recibido la Confirmación; y el grupo de Lodivecchio: están bien, porque han recorrido a pie, en peregrinación, la última parte la Vía Francigena. ¡Sed también así en la vida!
Os deseo a todos un buen domingo. No os olvidéis, os lo pido, de orar por mi. ¡Buen almuerzo y adios!   
28.08.17

El Papa viajará a Birmania y a Bangladés (27 de noviembre-2 de diciembre 2017)

Comunicado de la Santa Sede
(28 Ago. 2017).- El Papa Francisco viajará a Birmania y a Bangladés del 27 de noviembre al 2 de diciembre del 2017, anuncia la Santa Sede.
El director de la sala de prensa del Vaticana, Greg Burke, ha anunciado esta mañana, 28 de agosto de 2017, la fecha oficial del viaje a través de un comunicado.
ZENIT publicó hace unos días información sobre este posible viaje del Santo Padre, con motivo del reciente nombramiento del Nuncio apostólico en Birmania y la visita de una delegación vaticana a estos dos países, Birmania y Bangladés.
En Birmania, donde el Papa estará del 27 al 30 de noviembre, el Papa visitará las ciudades de Rangón y Nay Pyi Taw.
El Vaticano publica también los logos oficiales de este viaje:


















29.08.17





Retoman las audiencias en la Plaza de San Pedro

Después de la pausa de verano y las catequesis en el Aula Pablo VI en agosto
(Ciudad del Vaticano, 30 Ago. 2017).- El papa Francisco retomó hoy las audiencias de los miércoles en la plaza de San Pedro, donde le esperaban unas 20 mil personas, con el entusiasmo que las caracteriza.
En julio las audiencias fueron suspendidas por el mes de vacaciones de verano en Europa, de las que gozan muchos empleados del Vaticano. Así las audiencias retomaron el primer miércoles de agosto, pero en el Aula Pablo VI, con capacidad para seis mil personas y aire acondicionado, en un mes particularmente caluroso en Roma.
En cambio la Plaza de San Pedro tiene una capacidad para unas 40 mil personas, motivo por el cual el Santo Padre puede pasearse por los corredores de la misma saludando a los fieles y peregrinos, como lo hizo hoy, bendiciendo en particular a los niños, ancianos y enfermos.
En sus palabras el Papa se detuvo en el tema: “La memoria de la vocación reaviva la esperanza”, a continuación le siguen los resúmenes de la catequesis en los diversos idiomas, seguido por los saludos a los diversos grupos de peregrinos presentes. La audiencia general concluye con el canto del Pater Noster, la bendición apostólica y de los objetos religiosos que los presentes llevaron para ser bendecidos. 


Audiencia: ‘Recordemos el primer encuentro con Jesús’

En la Plaza de San Pedro, el Papa realiza la catequesis de los miércoles
- En la audiencia de este miércoles, ya en la plaza de San Pedro, a continuación de las realizadas en agosto en el Aula Pablo VI, el papa Francisco entró en el papamóvil, encontrando a unas 20 mil personas que le esperaban con cantos, coreando o agitando banderas y pañuelos.
El Santo Padre dedicó casi 20 minutos a saludar a los fieles y peregrinos, haciendo detener el vehículo para saludar y bendecir a niños y ancianos. Incluso hizo subir a un niño en el jeep blanco para que le acompañara durante el recorrido.
El sucesor de Pedro en sus palabras en español recordó que “en la catequesis de hoy reflexionamos sobre la relación entre la esperanza y la memoria de la vocación”.
Y precisó que “los primeros discípulos de Jesús recordaban de forma nítida el momento de su llamada. Juan y Andrés escucharon cómo su maestro Juan el Bautista decía de Jesús: «Ese es el Cordero de Dios»”.
Indicó así que “esta fue la chispa que dio comienzo a su historia de seguimiento. Ellos iniciaron a estar con él y muy pronto se transformaron en misioneros, haciendo que sus hermanos Simón y Santiago también siguieran a Jesús”.
El Pontífice entonces se interrogó: “Nosotros, ¿cómo podemos descubrir nuestra vocación? Se puede hallar de muchas formas, pero toda vocación, ya sea al matrimonio, al sacerdocio o a la vida consagrada, comienza con un encuentro personal con Jesús, que nos llena de inmensa alegría”.
Precisó entretanto que “el Señor no quiere que lo sigamos sin ganas, sino con el corazón lleno de gozo, y esa felicidad de estar con él es la que evangeliza el mundo”. Porque “el cristiano, como la Virgen María, conserva en su corazón la llama del primer encuentro con el Señor, y ante las pruebas de la vida vuelve a ese sagrado fuego, que lo conforta y que fue encendido una vez para siempre”.
El resumen de la catequesis en español terminó con las siguientes palabras: “Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular los grupos provenientes de España y Latinoamérica”.
Los animo -concluyó el Papa- a que se acuerden de ese primer encuentro con Jesús en sus vidas, para que puedan reavivar ese fuego de amor, que los invita a seguirle con alegría y que es llama de esperanza. Muchas gracias”
31.08.17


El Papa reza por las víctimas del huracán Harvey (EEUU)

Condolencias al Arzobispo de Galveston-Houston

(Ciudad del Vaticano, 31 Ago. 2017).- El papa Francisco, profundamente conmovido por la tragedia del huracán Harvey, en EEUU, ora por las víctimas y sus familias.
El telegrama lo ha enviado el Card. Pietro Parolin de parte del papa Francisco, al cardenal arzobispo de Galveston-Houston, Daniel Di Nardode, transmitiendo las condolencias por las víctimas del devastador huracán Harvey, que ha golpeado a Texas y Houston desde el 25 de agosto y ha dejado ya al menos 30 muertos, cientos de heridos e ingentes daños materiales, indicaron las autoridades americanas.
Profundamente conmovido” por la trágica pérdida de vidas y la inmensa devastación material que esta catástrofe natural ha dejado a su paso, el Papa –comunica el cardenal Parolin en el telegrama– “ora por las víctimas y sus familias y para todos aquellos que están comprometidos en el trabajo vital de socorro, recuperación y reconstrucción”.
Su Santidad el papa Francisco pide amablemente al cardenal DiNardo de que “transmita su cercanía espiritual y pastoral” a todos los afectados por el violento huracán que azotó los estados de Texas y Luisiana en estos días.
Él también confía –afirma el secretario de Estado del Vaticano– de que las necesidades inmensas e inmediatas de tantos individuos y comunidades “continúen inspirando una gran efusión de solidaridad y ayuda mutua manteniendo las mejores costumbres de la nación”.
El telegrama concluye con la promesa renovada de sus oraciones: “el Santo Padre envía su bendición como prenda de consolación, fuerza y paz en el Señor”. 
01.09.17


Jornada de Oración por el Cuidado de la Creación: mensaje de Francisco y Bartolomé

Un llamado conjunto del papa Francisco y del patriarca ecuménico Bartolomé al uso responsable de los bienes de la creación

(Roma, 1º Sept. 2017).- A continuación presentamos el mensaje de la III Jornada de Oración por el Cuidado de la Creación, que se celebra por el tercer año consecutivo hoy, 1º de septiembre de 2017, escrito conjuntamente por primera vez por el papa Francisco y por el patriarca ecuménico Bartolomé I.
En el mismo ambos hacen un llamado al uso responsable de los bienes de la creación, lo que implica el reconocimiento y el respeto de todas las personas y de todos los seres vivos. La urgente llamada y el desafío de cuidar la creación son una invitación dirigida a toda la humanidad para que trabaje en favor de un desarrollo sostenible e integral.
Señalan que es necesario dar una respuesta concordada y colectiva, con responsabilidad compartida y responsable, dando prioridad a la solidaridad y al servicio.
En este contexto, el Papa ha escrito esta mañana, 1 de septiembre de 2017, en Twitter: “Señor, enséñanos a contemplarte en la belleza de la Creación y despierta nuestra gratitud y nuestro sentido de responsabilidad”. Lo ha hecho en su cuenta oficial @Pontifex, en todos los idiomas.
Texto completo del mensaje:
La historia de la creación nos presenta una vista panorámica del mundo. La Escritura revela que, «en el principio», Dios quiso que la humanidad cooperara en la preservación y protección del medio ambiente. En un primer momento, como se lee en el Génesis, «no había aún matorrales en la tierra, ni brotaba hierba en el campo, porque el Señor Dios no había enviado lluvia sobre la tierra, ni había hombre que cultivase el suelo» (2,5). La tierra nos fue confiada como un don y un legado sublime, del que todos somos responsables hasta que, «al final», todas las cosas en el cielo y en la tierra serán recapituladas en Cristo (cf. Ef 1,10). Nuestra dignidad y bienestar humano están profundamente conectados con nuestro cuidado por toda la creación.
Sin embargo, «mientras tanto», la historia del mundo presenta un contexto muy diferente. Revela un escenario moralmente decadente donde nuestra actitud y comportamiento hacia la creación oscurece nuestra vocación como cooperadores de Dios. Nuestra propensión a interrumpir los delicados y equilibrados ecosistemas del mundo, nuestro deseo insaciable de manipular y controlar los recursos limitados del planeta, y nuestra codicia ilimitada de ganancias en los mercados, todo esto nos ha alejado del sentido original de la creación. No respetamos ya la naturaleza como un regalo compartido; por el contrario, la consideramos una posesión privada. Ya no nos relacionamos con la naturaleza para sostenerla, sino que la dominamos para sostener nuestras propias invenciones.
Las consecuencias de esta cosmovisión alternativa son trágicas y duraderas. El medioambiente humano y el de la naturaleza se están deteriorando juntos, y este deterioro del planeta recae sobre las personas más vulnerables. El impacto del cambio climático afecta, ante todo y más que nada, a los que viven en la pobreza en todos los rincones del mundo. Nuestra obligación de usar los bienes de la tierra con responsabilidad implica el reconocimiento y el respeto de todas las personas y de todos los seres vivos. La urgente llamada y el desafío de cuidar la creación son una invitación dirigida a toda la humanidad para que trabaje en favor de un desarrollo sostenible e integral.
Por tanto, unidos en un mismo interés por la creación de Dios y reconociendo la tierra como un bien a compartir, invitamos fervientemente a todas las personas de buena voluntad a que el 1 de septiembre dediquen un tiempo de oración por el medio ambiente. Con este motivo, queremos dar las gracias al Creador amoroso por el gran don de la creación y comprometernos en su cuidado y preservación por el bien de las generaciones futuras. Después de todo, sabemos que nuestro trabajo es en vano si el Señor no está a nuestro lado (cf. Sal 126-127), si la oración no está en el centro de nuestra reflexión y celebración. En efecto, un objetivo de nuestra oración es cambiar el modo en que percibimos el mundo para modificar la manera de cómo nos relacionamos con él. El objetivo de nuestro compromiso es el de empeñarnos en alcanzar una mayor simplicidad y solidaridad en nuestras vidas.
Hacemos un llamamiento urgente a quienes ocupan puestos de responsabilidad social y económica, así como política y cultural, para que escuchen el grito de la tierra y atiendan las necesidades de los marginados, pero sobre todo para que respondan a la súplica de millones de personas y apoyen el consenso del mundo por el cuidado de la creación herida. Estamos convencidos de que no puede haber una solución sincera y duradera al desafío de la crisis ecológica y del cambio climático si no se da una respuesta concordada y colectiva, si la responsabilidad no es compartida y responsable, si no damos prioridad a la solidaridad y al servicio. 
 02.09.17



El Papa: El cuidado que tenemos por el planeta es indicador de nuestro amor a Dios

Mensaje del Santo Padre a la Expo 2017 de Astana sobre energía renovable

(Ciudad del Vaticano, 2 Set. 2017).- “El modo en el que usamos los recursos energéticos son un indicador de cómo estamos cumpliendo la tarea que de acuerdo a muchas tradiciones religiosas, nos fue confiado por Dios de cuidar el planeta en el que vivimos y de nuestros hermanos en la humanidad”.
Lo indicó este sábado el papa Francisco en el mensaje enviado en ocasión del ‘National Day‘ de la Santa Sede en la Exposición Internacional Expo 2017 en Astana, capital de Kazajistán, dedicada al tema ‘Future Energy’, que inició el pasado 9 de junio y concluye este próximo 10 de septiembre.
Y precisó que “si usamos la energía de manera solidaria, entonces estamos desarrollando bien dicha tarea. Contrariamente, no”.
Es muy importante –precisó el Santo Padre– reflexionar con seriedad y responsabilidad sobre las modalidades con las cuales en los próximos años la humanidad empleará, también mediante las nuevas e innovadoras tecnologías, los recursos energéticos que ha recibido en don, como herencia común”.
Señaló además que “todos somos conscientes” que de tal modalidad dependen “sea la salud del planeta que el bienestar de nuestras sociedades”, un bienestar que es necesario entender “de manera integral y no solamente como prosperidad económica o capacidad de consumo”.
El Santo Padre advirtió por lo tanto que los recursos energéticos “no tienen que ser dejados a la merced de la especulación, ni volverse fuente de conflictos. Por este motivo es necesario “un amplio y sincero diálogo en todos los niveles, entre los diversos sectores de nuestra sociedad”.
La energía del futuro “no es solamente una tarea para los investigadores, técnicos o inversores: también el mundo de la cultura, de la política, de la educación y el religioso son interpelados”, dijo.
El Pontífice invita por todo ello a que “cada uno descubra en su propia fe, las motivaciones y los principios que vuelven posible o que de todos modos favorecen el empeño, el coraje de mejorar y perseverar y vivir juntos la hermandad”.
Está en juego nuestra propia dignidad, está en juego –asegura el sucesor de Pedro– la justicia y la paz”. Y explica que conscientes de ello, la Santa Sede hizo su pabellón en la Expo de Astana, con el título ‘Energía para el bien común: Custodiar nuestra casa común’.
El Papa concluye pidiendo “al Omnipotente Dios Creador, que nos ayude a sacar de la Expo 2017 enseñanzas que duren mucho tiempo y bendiga nuestro empeño común para realizarlas”.  
03.09.17


Angelus: desean al Papa un buen viaje a Colombia

Tres días antes de su partida

(Roma, 3 de septiembre de 2017). – “Quiero daros las gracias, a vosotros que me deseáis un buen viaje!”: entre la gente del ángelus que él celebraba desde una ventana del palacio apostólico del Vaticano que daba a la plaza San Pedro, el 3 de septiembre de 2017, el Papa Francisco ha remarcado a un grupo de peregrinos que llevaban una bandera a su atención.
Buen viaje” se podía leer en italiano sobre la bandera, tres días antes del viaje del Papa a Colombia (6-11 setiembre 2017).
Les ha dado las gracias espontáneamente sonriendo, antes de concluir el ángelus: “Os deseo a todos un buen domingo. Y por favor, no os olvidéis de orar por mí. Buen provecho y adiós!”

Angelus: la “regla de oro” de la naturaleza humana

Palabras del Papa antes del ángelus
(Roma, 3 de septiembre de 2017). – “La regla de oro que Dios ha inscrito en la naturaleza humana” es “que solo el amor da sentido y felicidad a la vida”, ha afirmado el Papa Francisco en el ángelus del 3 de septiembre de 2017.
Presidiendo la oración mariana en la plaza San Pedro, el Papa ha advertido: “Gastar sus talentos, sus energías y su tiempo solo para salvarse, protegerse y realizarse si mismo, conduce en realidad a perderse, es decir a una existencia triste y estéril”.
Si al contrario, ha añadido, vivimos para el Señor y fundamentamos nuestra vida sobre el amor;  como lo ha hecho Jesús, podremos saborear la alegría auténtica y nuestra vida no será estéril, sino que será fecunda.”
Denunciando la “tentación de querer seguir un Cristo sin cruz”, el Papa Francisco ha animado “a no dejarnos absorber por la visión de este mundo, sino a ser cada vez más conscientes de la necesidad y de los esfuerzos para nosotros cristianos de avanzar contracorriente y cuesta arriba.”
Esta es nuestra traducción completa de las palabras que el Papa ha pronunciado en la introducción a la oración mariana.
Palabras del Papa Francisco
Queridos hermanos y hermanas, buenos días!
El pasaje del evangelio del día (cf. Mt 16,21-27) es la continuación de la del domingo pasado, en la cual resaltaba la profesión de fe de Pedro, “roca” sobre la cuál Jesús quiere construir su Iglesia. Hoy, en un  llamativo contraste, Mateo nos muestra la reacción del mismo Pedro cuando Jesús revela a sus discípulos que en Jerusalén deberá sufrir, ser condenado a muerte y resucitar (cf. v. 21). Pedro toma al Maestro aparte y le reprende porque eso-le dice-no le puede pasar a Él, al Cristo. Pero Jesús,  a su vez reprende a Pedro con palabras duras: “Apártate de mí, Satanás, eres para mí ocasión de caída: tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres.” (v.23). Un momento antes, el apóstol era bendecido del Padre, porque había recibido esta revelación del Padre; él era una “piedra” sólida sobre la que Jesús podía construir su comunidad, y de repente él se convierte en un obstáculo, una piedra, pero no para construir, una piedra de tropiezo en el camino del Mesías. Jesús sabe bien que Pedro y los otros tienen mucho camino aún para hacer par convertirse en sus apóstoles!
En este punto, el Maestro se dirige a todos aquellos que le siguen, presentándoles con claridad el camino a recorrer: “Si alguno quiere venir en pos de mí, que renuncie a sí mismo, tome su cruz, y me siga” (v.24). Siempre, y aún hoy, la tentación es la de querer seguir a un Cristo sin cruz, o más bien, de enseñar a Dios el camino justo. Como Pedro: no, no, Señor, eso no… eso no pasará. Pero Jesús nos recuerda que su camino, es el camino del amor, y no hay verdadero amor sin el don de sí. Somos llamados a no dejarnos absorber por la visión de este mundo, sino a ser siempre más conscientes de la necesidad y de los esfuerzos para nosotros cristianos  de avanzar en contracorriente y cuesta arriba.
Jesús completa su proposición con palabras que expresan una gran sabiduría siempre válida, porque desafían la mentalidad y los comportamientos egocéntricos. Exhorta: “El que quiera salvar su vida la perderá, pero el que pierda su vida a causa de mí la guardará” (v.25). En esta paradoja, está contenida la regla de oro que Dios ha inscrito en la naturaleza humana creada en Cristo: la regla que solo el amor da sentido y felicidad a la vida. Gastar sus talentos, sus energías y su tiempo solo para salvarse, protegerse y realizarse uno mismo, conduce en realidad a perderse, es decir a una existencia triste y estéril. Si al contrario vivimos para el Señor y fundamentamos nuestra vida en el amor, como hace Jesús, podremos saborear la alegría auténtica y nuestra vida no será estéril, sino que será fecunda.
En la celebración de la Eucaristía, revivimos el misterio de la cruz; no solamente recordamos, sino que cumplimos el memorial del Sacrificio redentor, donde el Hijo de Dios se pierde completamente Él mismo para recibirse de nuevo del Padre y así encontrarnos, nosotros que estábamos perdidos, con todas las criaturas. Cada vez que participamos en la Santa Misa, el amor de Cristo crucificado y resucitado se comunica a nosotros como alimento y bebida, para que podamos seguirle en el camino de cada día, en el servicio concreto de los hermanos.
Que la Santa Virgen María, que ha seguido a Jesús hasta el Calvario, nos acompañe a nosotros también y nos ayude a no tener miedo de la cruz, pero con Jesús crucificado, no una cruz sin Jesús: la cruz con Jesús, que es la cruz de sufrir por amor de Dios y de los hermanos, porque este sufrimiento, por la gracia de Cristo, es fecundo de resurrección.
 04.09.17





El Papa a la Comunidad Shalom: “Diálogo entre jóvenes y ancianos”

35º aniversario de la fundación de Comunidad Shalom

Enseñar y ayudar al diálogo entre jóvenes y ancianos” es la recomendación que ha dado el papa Francisco a los miembros de la Comunidad Católica Shalom. “Ellos tienen la sabiduría, y ellos, más aun, tienen necesidad de que les golpees el corazón para que te den la sabiduría”, ha dicho de los ancianos.
El Papa ha recibido en audiencia esta mañana, 4 de septiembre de 2017, a los miembros de la Comunidad Católica de Shalom para conmemorar los 35 años de su fundación y les ha concedido la indulgencia plenaria coincidiendo con la peregrinación a Roma.
En el encuentro, celebrado en la Sala Pablo VI, ha participado Moysés Azevedo, quien fundó la Comunidad ofreciendo su vida por la evangelización de los jóvenes ante el entonces papa Juan Pablo II, en 1982.
A continuación, ofrecemos el texto completo de las palabras que ha dirigido el papa Francisco a los miembros de la Comunidad Shalom tras escuchar los testimonios de jóvenes: Juan, Justine y Matteus.
Palabras del Papa
Muchas gracias por los testimonios. Pregunté si podía hablar en español (gritos y aplausos) y no en italiano porque así me puedo expresar mejor, pero hablando en español se habla un poco de “portuñol” y un poco “cocoliche”, que es italiano y español junto, así que con el español nos arreglamos.
Juan, encontraste en la oración el sentido de tu vida. En la vida fraterna, en comunidad y en la evangelización, o sea rezando, compartiendo y evangelizando te diste cuenta de que tu vida tenía un sentido. Fíjate que los tres verbos que usaste para explicar esto son verbos de movimiento, de salir de vos mismo. Saliste de vos mismo en la oración para encontrarte con Dios, saliste de vos mismo en compartir la fraternidad para encontrarte con los hermanos, y saliste de vos mismo para ir a evangelizar, para dar una buena noticia, y la buena noticia es la misericordia en un mundo marcado por la esperanza y por la diferencia.
Es curioso, la misericordia es algo absoluto, vos no “podés” hablar de la misericordia solamente, la “tenés” que testimoniar, la “tenés” que compartir, la “tenés” que enseñar saliendo de vos mismo, para hablar de misericordia hay que poner la carne sobre el asador, sino no se entiende. Ese testimonio de no estar encerrado en uno mismo, en los propios intereses, sino en salir, salir buscando a Dios, no es fácil buscar a Dios, es todo un camino… Salir compartiendo con los demás, no jugando al nene privilegiado a quien le regalan todos los juguetes y todo para él, y salir para contarles a los demás que Dios es bueno y que Dios te está esperando aun en los peores momentos de la vida. Y ese es quizás el mensaje de la misericordia que uno puede dar, ¿no?
Acordate” del pasaje del hijo que vuelve a la casa, Lucas, capítulo 15. Hay una frase que dice que “El padre lo vio venir de lejos”. Se había ido algunos años antes, lo que le llevó gastar toda la plata que tenía, lo vio venir de lejos, eso a mí me hace pensar que ese padre todos los días y quizás a cada rato subía a la terraza a ver si el hijo volvía. Así es Dios con nosotros, aun en los peores momentos de pecado, aun en los momentos difíciles y sigue el Evangelio: Y el padre, al verlo de lejos, se conmovió, con ese verbo que e hebrero significa “se le removieron las entrañas”, esas entrañas paternas y maternas de Dios.
Y salió corriendo y se le tiró al cuello”, ese hijo estaba en el peor de los pecados, en la pero de las situaciones y cuando dijo voy a mi padre, el padre ya lo estaba esperando. Esa es la misericordia. No desesperar nunca. Además, parece que nuestro Dios tiene una especial predilección por los pecadores, incluso los de pura sangre, los peores, nos espera. Así que yo te sugeriría eso, seguís saliendo de vos mismo, y “hacele” entender a todos que siempre hay un Padre que nos espera con cariño y con ternura al primer paso que nosotros queramos dar. Eso es lo que se me ocurre decirte. Gracias.
¡Rompan el espejo!
Justine, vos recibiste el Bautismo en el Jubileo de la Misericordia, lindo. Vos te diste cuenta que el haber encontrado a Dios te llevó a despojarte, salir de estar centrado en sí mismo, hacia fuera, hacia la alegría de vivir por Dios y para Dios.
Una de las cosas, acá son todos jóvenes, e incluso ustedes, que son jóvenes en la segunda vuelta, son todos jóvenes, jóvenes de la segunda etapa. Una de las cosas que caracteriza la juventud y la eterna juventud de Dios, porque Dios es eternamente joven, es la alegría, la “gioia”, la alegría. A la alegría se opone la tristeza, una tristeza que es precisamente de lo que vos saliste, vos saliste de algo que produce tristeza, que es estar centrado en uno mismo, la autoreferencialidad. Un joven que se mete en sí mismo, que vive solamente para sí mismo, termina (y espero que entiendan el verbo porque es un verbo argentino) termina “empachado” de autorreferencialidad, es decir, lleno de atuorreferencialidad.
Hay una imagen que me viene ahora, esta cultura que nos toca vivir, como es muy egoísta, muy así (hace un gesto con las manos) de mirarse a sí mismo, tiene una dosis muy grande de narcisismo, de ese estar contemplándose a sí mismo, y por lo tanto ignorar a los demás. El narcisismo te produce tristeza porque “vivís” preocupado de maquillarte el alma todos los días, de aparecer mejor de lo que “sos”, de contemplarte si “tenés” una belleza mejor que la de los demás, es la enfermedad del espejo. Jóvenes, ¡rompan el espejo! no se miren al espejo, porque el espejo engaña.
Miren hacia fuera, miren hacia los demás, escapen de este mundo, de esta cultura que estamos viviendo a la que vos hiciste referencia, que es consumista y narcisista, y si algún día quieren mirarse en el espejo, les doy un consejo: ¡Mírense al espejo para reírse de sí mismos! hagan la prueba un día, miren y empiecen a reírse de eso que ven ahí, se les va a refrescar el alma, saber reírse de sí mismo, eso da alegría y nos salva de la tentación del narcisismo. Gracias Justine.
Arraigos del corazón
Matteus, hablaste “portugués brasileiro”, yo tengo que hacerte una pregunta: ¿Quién es mejor? ¿Pelé o Maradona? (Todos se ríen) Por mucho tiempo pasaste por el túnel de la droga, y es uno de los instrumentos que tiene la cultura en la cual vivimos para dominarnos, y es por otro lado, como una necesidad que nosotros tenemos para hacernos sutiles, invisibles a nosotros mismos, como si fuéramos de aire.
La droga nos lleva a negar todo lo que tenemos de arraigo, de arraigo carnal, de arraigo histórico, de arraigo problemático, todo lo que sea arraigo, te quita la raíz y te hace vivir en un mundo sin raíces, desarraigado de todo: desarraigado de proyectos, desarraigado del presente, desarraigado de tu pasado, de tu historia, desarraigado de tu patria, de tu familia, de tu amor, de todo. Uno vive en un mundo sin ningún arraigo, y ese es el drama de la droga, jóvenes totalmente desarraigados, sin compromisos reales, es decir, sin verdaderos compromisos de carne, porque en la droga ni tu propio cuerpo sentís.
Y después de haber pasado por esa experiencia de invisibilidad, y después de haber vuelto a tomar conciencia, te diste cuenta de todos los arraigos que hay en el corazón. Yo le pregunto a cada uno de ustedes: ¿son conscientes de todos los arraigos que hay en el corazón? ¿Son conscientes de sus raíces? ¿Son conscientes de sus amores?¿Son conscientes de sus proyectos?¿Son conscientes de la capacidad creativa que tienen? ¿Son conscientes de que son poetas en este universo para crear cosas nuevas y lindas?
Salir de la droga es ir tomando conciencia de eso, testimonio de uno que viene, por eso nos pone esta pregunta que yo os acabo de hacer, cada uno que se responda: ¿Yo soy consciente de tener los pies sobre la tierra, con todo lo que significa de arraigo histórico, social, de arraigo de sabiduría, de amor, de proyectos, de capacidad creativa? Y vos, queréis corresponder al plan de Dios y te das cuenta de que para ti es consolar los dolores de la humanidad y “decís” que en este camino sinodal “querés”, que en este camino sinodal todos tenemos que discernir nuestra vocación, como vos decís, para ver que nos quiere decir el Señor en vistas a una misión.
Dar gratuitamente
Yo lo voy a decir con una sola palabra, que no es mía: Dar gratuitamente. Si vos estás acá, si nosotros estamos acá es porque gratuitamente nos trajeron acá. Por favor demos gratuitamente lo que hemos recibido. Dar gratuitamente lo que hemos recibido. Y dar gratuitamente te llena el alma, te des-comercializa, te hace magnánimo, te enseña a abrazar y a besar, te hace sonreír, te desata de todo interés de tipo egoísta, da gratuitamente lo que gratuitamente recibiste. Esa es la enseñanza que Él nos está invitando a hacer ¿De acuerdo?
Los miembros de Comunidad Shalom responden: Siiiiiii. El Papa dice: Ay Dios mío, ¡como están! Parece que yo en vez de darles ánimos, les estoy dando un calmante nervioso para dormirlos. (Los jóvenes gritan y silban, el Papa y todos se ríen).
Los más adultos, los más antiguos de la Comunidad Shalom, ¿qué tienen que hacer? ¿qué servicios nos está pidiendo hoy este mundo, este carisma, esta comunidad? ¿qué servicio? Aquí hay una cosa que está lindo, los más antiguos y los más jóvenes. El servicio que se les pide es el diálogo, el diálogo entre ustedes, pasar la antorcha, pasar la herencia, pasar el carisma, pasar la vivencia interior de ustedes, pero quiero ir más allá y uno de los desafíos que hoy este mundo nos pide es el diálogo entre los jóvenes y los ancianos, y en esto me baso en el testimonios de ustedes.
Diálogo entre los jóvenes y los ancianos
Sí, padre, ya se lo oímos decir”, y me lo van a escuchar decir varias veces más. Diálogo entre los jóvenes y los ancianos. Los jóvenes necesitamos escuchar a los ancianos, y los ancianos necesitamos escuchar a los jóvenes. “¿Y yo qué voy a hacer?” puede preguntar un joven, “¿qué voy a hacer, hablar con un anciano…? que aburrido va a ser eso”.
Yo tengo la experiencia de haberlo visto muchas veces en la otra diócesis, ir con grupos de jóvenes, por ejemplo a una casa de reposo, a un asilo y tocar la guitarra a los ancianos, y bueno, sí, tocan la guitarra… y después empieza el diálogo espontáneo, se da, nace solo, y los jóvenes no se quieren ir de ahí, porque de los ancianos sale sabiduría, pero una sabiduría que les llega al corazón y los empuja a ir adelante.
Los ancianos, para ustedes jóvenes, ¡los ancianos no son para guardarlos en el ropero! los ancianos no son para tenerlos escondidos, los ancianos están esperando que un joven vaya y los haga hablar, que los haga soñar y ustedes, jóvenes, necesitan recibir de esos hombres y de esas mujeres esos sueños, esas ilusiones que los hagan revivir.
Esa sería mi respuesta a la experiencia que los más antiguos en diálogo con los más jóvenes del Movimiento Shalom tendrían que hacer: Enseñar y ayudar al diálogo entre jóvenes y ancianos. “Sí, yo hablo con mi mamá, con mi papá…”. No, tu mamá y tu papá no son ancianos, “hablá” con tu abuelo y tu abuela, o sea, una generación más alta. Ellos tienen la sabiduría, y ellos más aun, tienen necesidad de que les golpees el corazón para que te den la sabiduría, y esa sería la recomendación que yo les doy.
Anímense, anímense a ese diálogo, ese diálogo es promesa para el futuro, ese diálogo nos va a ayudar a ir adelante. No sé si respondí tu pregunta, muy bien, gracias.
No sé como sigue el programa ahora… pero me quedó una duda al final de la última pregunta, en el diálogo jóvenes y ancianos: Moisés, ¿es joven o anciano?. (Risas y aplausos)
  05.09.17

Francisco confía a María su viaje a Colombia

En la Basílica Santa María la Mayor en la víspera de su partida

(Ciudad del Vaticano, 5 Sept. 2017).- El papa Francisco visitó este martes por la tarde en Roma la Basílica de Santa María la Mayor, para rezar a los pies del cuadro de la Virgen María, invocada con el nombre de Salus populi romani, para confiarle el viaje que realizará en Colombia desde mañana miércoles 6 hasta el domingo 11.
El Papa depositó un ramo de flores sobre el altar de la capilla y permaneció algunos instantes en oración. Es la visita número 51 a este santuario en la cual el Santo Padre se acerca antes y después de cada viaje apostólico.
 06.09.17




Viaje a Colombia: el Papa en el vuelo pide oraciones por Venezuela

El avión hará una pequeña desviación debido al Huracán Irma

(Ciudad del Vaticano, 6 Sept. 2017).- El papa Francisco pidió oraciones por su viaje a Colombia, para que el país vaya adelante en su camino de paz y solicitó también oraciones por Venezuela con cuyos obispos se reunirá.
Lo dijo al saludar a los periodistas al inicio del vuelo de Alitalia que partió este miércoles por la mañana desde Roma. El vuelo que le lleva a Colombia para una visita apostólica de cinco días llegará a Bogotá a las 16:30 locales (20:30 de Roma),
Este viaje es un poco especial porque es un viaje para ayudar a Colombia a ir adelante en su camino de paz. Les pido también una oración por esto durante el viaje”, dijo el Sucesor de Pedro.
Quisiera decir que durante este vuelo sobrevolaremos Venezuela y pedirles que recen para que pueda haber un diálogo, para que el País encuentre una hermosa estabilidad y un diálogo con todos”.
Las manifestaciones en Venezuela en contra y a favor del gobierno de Nicolás Maduro, han causado en los últimos cinco meses más de 120 muertos. Además, según la ONG Foro Penal, más de 5.000 personas han sido detenidas.
La crisis política venezolana se agravó con la elección de una asamblea constituyente controlada por el ejecutivo, dotada de poderes casi ilimitados y que se arrogó las prerrogativas del parlamento actual, en manos de la oposición desde las últimas elecciones libres.
Por su parte la Conferencia Episcopal de Venezuela, en su cuenta twitter señalo que el “Papa Francisco recibirá a los obispos Venezolanos este jueves 07 de septiembre, después de la misa en Bogotá”.
Se indicó también que desde el avión se enviará un telegrama al presidente Nicolás Maduro, como se hace con todos los jefes de Estado de los países que sobrevuela el vuelo papal.
El avión además hará una pequeña desviación debido al huracán Irma que está azotando Centroamérica y que llegará a Florida (EEUU) este próximo sábado. 07.09.17




21 d’ag. 2017

MISSATGE DEL PAPA "EMIGRACIÓ"

El Papa pide recibir y proteger, pero también integrar a los inmigrantes y refugiados

Difunden el mensaje de la 104º Jornada Mundial de los emigrantes y refugiados que se celebrará el 14 de enero de 2018

(Ciudad del Vaticano, 21 Ago. 2017).- El santo padre Francisco escribió un mensaje para la 104º Jornada Mundial de los emigrantes y refugiados que se celebrará el 14 de enero de 2018, en la que pide “acoger” y “proteger” a los inmigrantes y refugiados, sin olvidarse de  “promover e integrar” a los recién llegados en la sociedad que les acoge.
En concreto, más corredores y visas humanitarias, alternativas a la detención, evitar deportaciones hacia países que no respetan los derechos humanos, conceder la ciudadanía y favorecer la reunificación familiar. Pide también se aprueben en el 2018 en la ONU los dos Global Compacts, uno dedicado a los refugiados y otro a los emigrantes.
En este mensaje fechado el 15 de agosto, día de la Asunción de María y difundido hoy por la Oficina de prensa de la Santa Sede, el Santo Padre recuerda su preocupación desde el inicio de su pontificado por la “triste situación de tantos emigrantes y refugiados que huyen de las guerras, de las persecuciones, de los desastres naturales y de la pobreza”, y asegura que se trata de un ‘signo de los tiempos’ que desde su visita a Lampedusa, en 2013, ha “intentado leer invocando la luz del Espíritu Santo”.
Señala también que en el nuevo Dicasterio que instituyó para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, creó una sección especial dirigida por él como expresión de la solicitud de la Iglesia hacia los emigrantes, los desplazados, los refugiados y las víctimas de la trata, y recuerda citando el evangelio de Mateo que “cada forastero que llama a nuestra puerta es una ocasión de encuentro con Jesucristo, que se identifica con el extranjero acogido o rechazado en cualquier época de la historia”.
En concreto el Papa propone cuatro puntos o verbos, en la que cada uno debe dar una respuesta de acuerdo a sus posibilidades: “acoger, proteger, promover e integrar”.
Acoger. El Papa pide incrementar y simplificar la concesión de visas por motivos humanitarios y por reunificación familiar; más corredores humanitarios; evitar las expulsiones colectivas y arbitrarias de emigrantes y refugiados, en particular hacia países que no respetan la dignidad ni los derechos fundamentales.
Proteger. Francisco indica que la protección empieza en la patria del migrante, prosiguiendo en el país de inmigración. Señala que la Convención internacional sobre los derechos del niño ofrece una base jurídica universal los emigrantes menores de edad. Y pide evitar crear personas apátridas gracias a “leyes relativas a la nacionalidad” de acuerdo con el “derecho internacional”.
Promover. El Santo Padre señala que todos los emigrantes y refugiados deben tener la posibilidad de realizarse como personas en todas las dimensiones, y que se respete “la dimensión religiosa” garantizando “la libertad de profesar y practicar su propia fe”.
Integrar. El Pontífice precisa que la integración no es “una asimilación, que induce a suprimir o a olvidar la propia identidad cultural”. Y reitera el compromiso de la Iglesia que debe dar, junto a la comunidad política y la sociedad civil, cada una según sus propias responsabilidades.
El Santo Padre Santo Padre señala también en su mensaje, que en la Cumbre de la ONU de 2016, los Estados se comprometieron a elaborar y aprobar antes de finales de 2018 dos pactos globales (Global Compacts), uno dedicado a los refugiados y otro a los emigrantes, e invita a “compartir este mensaje” con quienes están interesados en la aprobación de los dos pactos globales.
El Papa recuerda con motivo de la fiesta de la Asunción, cuando firmó el mensaje, que la Virgen María experimentó en sí la dureza del exilio, acompañó amorosamente al Hijo en su camino hasta el Calvario y ahora comparte eternamente su gloria.
Y concluye :“A su materna intercesión confiamos las esperanzas de todos los emigrantes y refugiados del mundo y los anhelos de las comunidades que los acogen, para que, de acuerdo con el supremo mandamiento divino, aprendamos todos a amar al otro, al extranjero, como a nosotros mismos.
Acoger, proteger, promover e integrar a los emigrantes y refugiados

Queridos hermanos y hermanas: ‘El emigrante que reside entre vosotros será para vosotros como uno de vuestro pueblo: lo amarás como a ti mismo, porque emigrantes fuisteis en Egipto. Yo soy el Señor vuestro Dios’ (Lv 19,34).
Durante mis primeros años de pontificado he manifestado en repetidas ocasiones cuánto me preocupa la triste situación de tantos emigrantes y refugiados que huyen de las guerras, de las persecuciones, de los desastres naturales y de la pobreza. Se trata indudablemente de un «signo de los tiempos» que, desde mi visita a Lampedusa el 8 de julio de 2013, he intentado leer invocando la luz del Espíritu Santo.
Cuando instituí el nuevo Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, quise que una sección especial –dirigida temporalmente por mí– fuera como una expresión de la solicitud de la Iglesia hacia los emigrantes, los desplazados, los refugiados y las víctimas de la trata.
Cada forastero que llama a nuestra puerta es una ocasión de encuentro con Jesucristo, que se identifica con el extranjero acogido o rechazado en cualquier época de la historia (cf. Mt 25,35.43).
A cada ser humano que se ve obligado a dejar su patria en busca de un futuro mejor, el Señor lo confía al amor maternal de la Iglesia.[1] Esta solicitud ha de concretarse en cada etapa de la experiencia migratoria: desde la salida y a lo largo del viaje, desde la llegada hasta el regreso.
Es una gran responsabilidad que la Iglesia quiere compartir con todos los creyentes y con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, que están llamados a responder con generosidad, diligencia, sabiduría y amplitud de miras –cada uno según sus posibilidades– a los numerosos desafíos planteados por las migraciones contemporáneas.
A este respecto, deseo reafirmar que «nuestra respuesta común se podría articular en torno a cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar».[2]
AcogerConsiderando el escenario actual, acoger significa, ante todo, ampliar las posibilidades para que los emigrantes y refugiados puedan entrar de modo seguro y legal en los países de destino. En ese sentido, sería deseable un compromiso concreto para incrementar y simplificar la concesión de visados por motivos humanitarios y por reunificación familiar.
Al mismo tiempo, espero que un mayor número de países adopten programas de patrocinio privado y comunitario, y abran corredores humanitarios para los refugiados más vulnerables. Sería conveniente, además, prever visados temporales especiales para las personas que huyen de los conflictos hacia los países vecinos.
Las expulsiones colectivas y arbitrarias de emigrantes y refugiados no son una solución idónea, sobre todo cuando se realizan hacia países que no pueden garantizar el respeto a la dignidad ni a los derechos fundamentales.[3] Vuelvo a subrayar la importancia de ofrecer a los emigrantes y refugiados un alojamiento adecuado y decoroso.
«Los programas de acogida extendida, ya iniciados en diferentes lugares, parecen sin embargo facilitar el encuentro personal, permitir una mejor calidad de los servicios y ofrecer mayores garantías de éxito».[4]
El principio de la centralidad de la persona humana, expresado con firmeza por mi amado predecesor Benedicto XVI,[5] nos obliga a anteponer siempre la seguridad personal a la nacional. Por tanto, es necesario formar adecuadamente al personal encargado de los controles de las fronteras. Las condiciones de los emigrantes, los solicitantes de asilo y los refugiados, requieren que se les garantice la seguridad personal y el acceso a los servicios básicos. En nombre de la dignidad fundamental de cada persona, es necesario esforzarse para preferir soluciones que sean alternativas a la detención de los que entran en el territorio nacional sin estar autorizados.[6]
Proteger
El segundo verbo, proteger, se conjuga en toda una serie de acciones en defensa de los derechos y de la dignidad de los emigrantes y refugiados, independientemente de su estatus migratorio. [7] Esta protección comienza en su patria y consiste en dar informaciones veraces y ciertas antes de dejar el país, así como en la defensa ante las prácticas de reclutamiento ilegal.
[8] En la medida de lo posible, debería continuar en el país de inmigración, asegurando a los emigrantes una adecuada asistencia consular, el derecho a tener siempre consigo los documentos personales de identidad, un acceso equitativo a la justicia, la posibilidad de abrir cuentas bancarias y la garantía de lo básico para la subsistencia vital.
Si las capacidades y competencias de los emigrantes, los solicitantes de asilo y los refugiados son reconocidas y valoradas oportunamente, constituirán un verdadero recurso para las comunidades que los acogen. [9]
Por tanto, espero que, en el respeto a su dignidad, les sea concedida la libertad de movimiento en los países de acogida, la posibilidad de trabajar y el acceso a los medios de telecomunicación. Para quienes deciden regresar a su patria, subrayo la conveniencia de desarrollar programas de reinserción laboral y social.
La Convención internacional sobre los derechos del niño ofrece una base jurídica universal para la protección de los emigrantes menores de edad. Es preciso evitarles cualquier forma de detención en razón de su estatus migratorio y asegurarles el acceso regular a la educación primaria y secundaria. Igualmente es necesario garantizarles la permanencia regular al cumplir la mayoría de edad y la posibilidad de continuar sus estudios.
En el caso de los menores no acompañados o separados de su familia es importante prever programas de custodia temporal o de acogida. [10] De acuerdo con el derecho universal a una nacionalidad, todos los niños y niñas la han de tener reconocida y certificada adecuadamente desde el momento del nacimiento.
La situación de apátridas en la que se encuentran a veces los emigrantes y refugiados puede evitarse fácilmente por medio de «leyes relativas a la nacionalidad conformes con los principios fundamentales del derecho internacional».[11] El estatus migratorio no debería limitar el acceso a la asistencia sanitaria nacional ni a los sistemas de pensiones, como tampoco a la transferencia de sus contribuciones en el caso de repatriación.
PromoverPromover quiere decir esencialmente trabajar con el fin de que a todos los emigrantes y refugiados, así como a las comunidades que los acogen, se les dé la posibilidad de realizarse como personas en todas las dimensiones que componen la humanidad querida por el Creador.[12]
Entre estas, la dimensión religiosa ha de ser reconocida en su justo valor, garantizando a todos los extranjeros presentes en el territorio la libertad de profesar y practicar la propia fe. Muchos emigrantes y refugiados tienen grados profesionales que hay que certificar y valorar convenientemente.
Así como «el trabajo humano está destinado por su naturaleza a unir a los pueblos»,[13] animo a esforzarse en la promoción de la inserción socio-laboral de los emigrantes y refugiados, garantizando a todos –incluidos los que solicitan asilo– la posibilidad de trabajar, cursos formativos lingüísticos y de ciudadanía activa, como también una información adecuada en sus propias lenguas.
En el caso de los emigrantes menores de edad, su participación en actividades laborales ha de ser regulada de manera que se prevengan abusos y riesgos para su crecimiento normal.
En el año 2006, Benedicto XVI subrayaba cómo la familia es, en el contexto migratorio, «lugar y recurso de la cultura de la vida y principio de integración de valores».[14] Hay que promover siempre su integridad, favoreciendo la reagrupación familiar –incluyendo los abuelos, hermanos y nietos–, sin someterla jamás a requisitos económicos.
Respecto a emigrantes, solicitantes de asilo y refugiados con discapacidad hay que asegurarles mayores atenciones y ayudas. Considero digno de elogio los esfuerzos desplegados hasta ahora por muchos países en términos de cooperación internacional y de asistencia humanitaria. Con todo, espero que en la distribución de esas ayudas se tengan en cuenta las necesidades –por ejemplo: asistencia médica y social, como también educación– de los países en vías de desarrollo, que reciben importantes flujos de refugiados y emigrantes, y se incluyan de igual modo entre los beneficiarios de las mismas comunidades locales que sufren carestía material y vulnerabilidad.[15]
IntegrarEl último verbo, integrar, se pone en el plano de las oportunidades de enriquecimiento intercultural generadas por la presencia de los emigrantes y refugiados. La integración no es «una asimilación, que induce a suprimir o a olvidar la propia identidad cultural. El contacto con el otro lleva, más bien, a descubrir su “secreto”, a abrirse a él para aceptar sus aspectos válidos y contribuir así a un conocimiento mayor de cada uno. Es un proceso largo, encaminado a formar sociedades y culturas, haciendo que sean cada vez más reflejo de los multiformes dones de Dios a los hombres».[16]
Este proceso puede acelerarse mediante el ofrecimiento de la ciudadanía, desligada de los requisitos económicos y lingüísticos, y de vías de regularización extraordinaria, a los emigrantes que puedan demostrar una larga permanencia en el país. Insisto una vez más en la necesidad de favorecer, en cualquier caso, la cultura del encuentro, multiplicando las oportunidades de intercambio cultural, demostrando y difundiendo las «buenas prácticas» de integración, y desarrollando programas que preparen a las comunidades locales para los procesos de integración.
Debo destacar el caso especial de los extranjeros obligados a abandonar el país de inmigración a causa de crisis humanitarias. Estas personas necesitan que se les garantice una asistencia adecuada para la repatriación y programas de reinserción laboral en su patria. De acuerdo con su tradición pastoral, la Iglesia está dispuesta a comprometerse en primera persona para que se lleven a cabo todas las iniciativas que se han propuesto más arriba.
Sin embargo, para obtener los resultados esperados es imprescindible la contribución de la comunidad política y de la sociedad civil, cada una según sus propias responsabilidades.
Durante la Cumbre de las Naciones Unidas, celebrada en Nueva York el 19 de septiembre de 2016, los líderes mundiales han expresado claramente su voluntad de trabajar a favor de los emigrantes y refugiados para salvar sus vidas y proteger sus derechos, compartiendo esta responsabilidad a nivel global. A tal fin, los Estados se comprometieron a elaborar y aprobar antes de finales de 2018 dos pactos globales (Global Compacts), uno dedicado a los refugiados y otro a los emigrantes.
Queridos hermanos y hermanas, a la luz de estos procesos iniciados, los próximos meses representan una oportunidad privilegiada para presentar y apoyar las acciones específicas, que he querido concretar en estos cuatro verbos.
Los invito, pues, a aprovechar cualquier oportunidad para compartir este mensaje con todos los agentes políticos y sociales que están implicados –o interesados en participar– en el proceso que conducirá a la aprobación de los dos pactos globales.
Hoy, 15 de agosto, celebramos la solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María al Cielo. La Madre de Dios experimentó en sí la dureza del exilio (cf. Mt 2,13-15), acompañó amorosamente al Hijo en su camino hasta el Calvario y ahora comparte eternamente su gloria.
A su materna intercesión confiamos las esperanzas de todos los emigrantes y refugiados del mundo y los anhelos de las comunidades que los acogen, para que, de acuerdo con el supremo mandamiento divino, aprendamos todos a amar al otro, al extranjero, como a nosotros mismos. Vaticano,
15 de agosto de 2017 Solemnidad de la Asunción de la Virgen María
FRANCISCO
[1] Cf. Pío XII, Const. ap. Exsul Familia, Titulus Primus, I.
[2] Discurso a los participantes en el Foro Internacional «Migraciones y paz» (21 febrero 2017).
[3] Cf. Intervención del Observador Permanente de la Santa Sede en la 103 Sesión del Consejo de la Organización Internacional para las Migraciones (26 noviembre 2013).
[4] Discurso a los participantes en el Foro Internacional «Migraciones y paz» (21 febrero 2017).
[5] Cf. Benedicto XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 47.
[6] Cf. Intervención del Observador Permanente de la Santa Sede en la 20 Sesión del Consejo de Derechos Humanos (22 junio 2012).
[7] Cf. Benedicto XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 62.
[8] Cf. Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, Instr. Erga migrantes caritas Christi, 6.
[9] Cf. Benedicto XVI, Discurso a los participantes en el Congreso Mundial sobre la Pastoral de los Emigrantes y los Refugiados (9 noviembre 2009).
[10] Cf. Benedicto XVI, Mensaje para la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado 2010; Intervención del Observador Permanente de la Santa Sede en la 26 Sesión Ordinaria del Consejo de los Derechos Humanos. Los derechos humanos de los emigrantes (13 junio 2014).
[11] Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes y Pontificio Consejo Cor Unum, Acoger a Cristo en los refugiados y en los desplazados forzosos (2013), 70.
[12] Cf. Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 14.
[13] Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 27.
[14] Benedicto XVI, Mensaje para la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado 2007.
[15] Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes y Pontificio Consejo Cor Unum, Acoger a Cristo en los refugiados y en los desplazados forzosos (2013), 30-31.
[16] Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado 2005.