30 de nov. 2016

PAPA AUDIÈNCIES...



El   Papa recuerda que vivos y difuntos “estamos en comunión”
En la última catequesis sobre la misericordia, Francisco explica dos obras de misericordia: “rogar a Dios por vivos y difuntos” y “enterrar a los muertos”
30 noviembre 2016

Audiencia en el Aula Pablo VI

Ciudad del Vaticano).-El papa Francisco ha concluido esta semana la serie de catequesis sobre la misericordia, iniciada con motivo del Año Jubilar. Así, este miércoles ha reflexionado sobre “rezar a Dios por los vivos y por los muertos”. Miles de fieles le han recibido con gran entusiasmo, como cada semana, aunque esta vez debido a las bajas temperaturas, reunidos en el Aula Pablo VI en vez de en la plaza de san Pedro.
En el resumen de la catequesis que el Pontífice hace en español, ha explicado que concluimos este ciclo de catequesis reflexionando sobre dos obras de misericordia: una espiritual que pide rogar a Dios por vivos y difuntos, y otra corporal que invita a enterrar a los muertos.
Para los cristianos, ha observado Francisco, la sepultura es un acto de piedad y de fe, pues esperamos en “la resurrección de la carne”. Y durante la eucaristía “confiamos a los difuntos a la misericordia de Dios con un recuerdo sencillo pero lleno de significado”. Rezamos –ha asegurado– para que estén con Él en el paraíso y con la esperanza de que un día también nosotros nos encontremos con ellos en ese misterio de amor que, si bien no comprendemos plenamente, sabemos que es verdad porque Jesús nos lo ha prometido.
Asimismo, el Santo Padre ha reconocido que este recuerdo de rogar por los difuntos está unido también al de rogar por los vivos, “que junto con nosotros cada día enfrentan las dificultades de la vida”. El Papa ha subrayado que todos, vivos y difuntos, “estamos en comunión”. En esa comunidad “de quienes han recibido el bautismo, se han nutrido del Cuerpo de Cristo y hacen parte de la gran familia de Dios”, ha afirmado.
A continuación, Francisco ha saludado a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España y Latinoamérica. De este modo, les ha invitado a rezar unos por otros “para que las obras de misericordia corporales y espirituales se conviertan cada vez más en el estilo de nuestra vida”.
Hoy, el Santo Padre ha dirigido dos llamamientos al final de la audiencia. Uno con ocasión de la Jornada Mundial contra el SIDA que se celebra este jueves y otro por la Conferencia internacional sobre la protección del patrimonio en las zonas en conflicto que se celebra en Abu Dhabi del 2 al 3 de diciembre.
Francisco ha recordado que millones de personas conviven que la enfermedad del SIDA y solo la mitad de ellos tienen acceso a las terapias. Por eso ha invitado a rezar por ellos y por sus seres queridos y promover la solidaridad para que también “lo más pobres” se puedan beneficiar de “diagnósticos y cuidados adecuados”. De aquí su llamamiento para que “todos adopten comportamientos responsables para prevenir una ulterior difusión de esta enfermedad”.
Por otro lado, ha explicado que por iniciativa de Francia y de los Emiratos Árabes Unidos, con colaboración de la UNESCO, se celebrará en Abu Dhabi, del 2 al 3 de diciembre, una Conferencia internacional sobre protección del patrimonio en las zonas en conflicto. Un tema que “lamentablemente es actual”, ha observado el Papa. Por ello “en la convicción de que la tutela de las riquezas culturales constituye una dimensión esencial de la defensa del ser humano”, el Santo Padre ha deseado que este evento “marque una nueva etapa en el proceso de actuación de los derechos humanos”.
Después de los saludos en las distintas lenguas, el Pontífice ha dirigido, como es habitual, un saludo a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Así, ha recordado que hoy se celebra la fiesta del apóstol Andrés, hermano de san Pedro. Es por ello que el Papa ha pedido a los jóvenes que su carrera hacia el sepulcro del Señor, les recuerde “que nuestra vida es una peregrinación hacia la Casa del Padre”. Por otro lado, a los enfermos les ha pedido que “su fuerza en el afrontar en el martirio” les sostenga cuando “el sufrimiento parece insoportable”. Y finalmente ha deseado para los recién casados que “su apasionado seguimiento al Salvador” les lleve a comprender la importancia del amor en su nueva familia.
También ha aprovechado la ocasión para dedicar unas palabras y felicitar al patriarca Bartolomé y la Iglesia de Constantinopla, que celebra hoy a su patrón.
01.12.16







Francisco a los estudiantes internacionales: la educación es un don, pero no solo para uno mismo
Estudiar en el extranjero “es algo bueno y fecundo”, pero “doloroso” cuando se abandona el propio país porque falta posibilidad de inserción
1 diciembre 2016
 El papa Francisco después del encuentro saluda a los estudiantes internacionales
 
Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco invitó este jueves a los jóvenes estudiantes inmigrantes a ser “centinelas del amanecer”, citando una célebre frase de san Juan Pablo II. Y les exhortó que esto sea cada día “con los ojos dirigidos a Cristo y a la historia”, para así “anunciar la salvación de Jesús” y llevar “su luz en un mundo que con mucha frecuencia está oscurecido por las tinieblas de la indiferencia, del egoísmo y de la guerra”.
La invitación fue dirigida a los participantes del IV Congreso Mundial de pastoral para los estudiantes internacionales provenientes de 36 países, reunidos en Roma del 28 de noviembre al 2 de diciembre, con el título: “Evangelii Gaudium del papa Francisco y los desafíos morales en el mundo intelectual de los estudiantes internacionales hacia una sociedad más sana”. El congreso es organizado por el Pontificio Consejo para los migrantes e itinerantes y el Pontífice les recibió en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano.
El Papa en sus palabras reconoció que “los desafíos morales que es necesario afrontar son muchos y no es siempre fácil luchar para afirmar la verdad y los valores, especialmente cuando uno es joven”, y que deben recordar que “con la ayuda de Dios y la sincera voluntad de hacer el bien, todo obstáculo puede ser superado”. Y les exhortó: “no se detengan nunca ni se desanimen, porque el Espíritu de Cristo les guiará si escuchan su voz”.
El Santo Padre advirtió entretanto que “a la concepción moderna del intelectual empeñado en la realización de sí mismo”, es necesario “contraponer un modelo más solidario que se ocupe del bien común y de la paz”. Y les recordó que poder estudiar es un don, y también una responsabilidad.
Añadió que además el hecho de estudiar en un país diverso al propio, de aprender nuevos idiomas, usos y costumbres, les “permite mirar el mundo desde otra perspectiva” hacia “quien es diverso”, lo que les lleva a ser “más tolerantes y hospitalarios”.
Francisco reiteró que las escuelas y universidades “son un ámbito privilegiado” hacia “un mundo más solidario” y para “llevar adelante un empeño de evangelización de manera interdisciplinaria e integrada”.
Por esto a los docentes y trabajadores pastorales, el Papa les invitó “a infundir en los jóvenes el amor por el evangelio, la ganas de vivirlo concretamente y de anunciarlo a los otros”.  Y que este crecimiento “sea un punto de partida para que una vez regresados a su país de origen den su contribución calificada” también “para transmitir la alegría de la Buena Noticia”. Para ello, precisó, “es necesaria una educación que enseñe a pensar críticamente y que ofrezca un recorrido de maduración en los valores”.
Que los jóvenes decidan ir a estudiar al exterior “es cosa buena y fecunda”, en cambio dolorosa cuando los que tienen preparación “abandonan el propio país porque faltan adecuadas posibilidades de inserción”.
Los estudiantes internacionales son un fenómeno que se ha intensificado a causa de la globalización, y es necesario evitar los mecanismos de defensa delante de la diversidad, como las murallas interiores que no permiten de mirar al hermano en los ojos y darse cuenta de sus reales necesidades. Porque, advirtió Francisco, también entre los jóvenes puede insinuarse la globalización de la indiferencia.
02.12.16





El  Papa se reúne con el presidente de Uruguay durante 40 minutos
Tabaré Ramón Vázquez viajó a Italia para la audiencia pontificia, en el marco de su gira europea
2 diciembre 2016

Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco recibió este viernes al presidente de Uruguay, Tabaré Ramón Vázquez, en el Palacio Apostólico del Vaticano, en una audiencia que duró en total de 41 minutos incluida la parte privada que se realiza a puerta cerrada. Allí, claramente, no tuvieron necesidad de intérprete.
“¡Cuánto tiempo que pasó, es un gusto!”, fueron las primeras palabras del Pontífice al darle un apretón de manos al presidente que se encuentra en su segundo mandato. En Uruguay no existe la reelección consecutiva. Tabaré fue presidente del año 2005 al 2010 cuando entregó el mando al presidente José Mujica y fue reelecto en el 2015 para su mandato de cinco años.
El médico uruguayo estaba acompañado por su esposa María Auxiliadora Delgado, conocida por su empeño social con la Iglesia, a quien conoció en su barrio popular de La Teja durante una kermesse de los Salesianos.  Estaba también su hijo Álvaro, médico y teólogo; el embajador ante la Santa Sede, Francisco Ottonelli y dos secretarios personales.
Las cordiales conversaciones –informa la oficina de prensa de la Santa Sede– han puesto de manifiesto las buenas relaciones existentes entre la Santa Sede y Uruguay, así como el interés común por el desarrollo integral de la persona, el respeto de los derechos humanos y la paz social. En tal contexto, “se ha puesto de manifiesto el rol y la contribución positiva de las instituciones católicas en la sociedad uruguaya, especialmente en la promoción humana, en la formación y en la asistencia a los más necesitados”. Asimismo, en el desarrollo de las conversaciones se han detenido en la “situación política nacional y regional”, con especial referencia al “desarrollo de las instituciones democráticas y a la situación social y humanitaria del continente”.
El embajador uruguayo ante el Vaticano, Francisco José Ottonelli, sostuvo ayer que el presidente manifestaría al Papa su deseo de que se abran los archivos vaticanos para investigar los delitos de la dictadura en Uruguay, en particular los datos sobre detenidos o desaparecidos entre 1973 y 1985, de acuerdo a cuanto ha sido publicado en la web de Presidencia, iniciativa que contaría con el consentimiento de los obispos locales.
En el intercambio de dones, el Santo Padre le regaló los documentos pontificios Evangelii Gaudium; Amore Laetitia; y Laudato Si’, además de un medallón realizado por un artista italiano que habla del desierto que florece. Por su parte el presidente de Uruguay le regaló una geoda de amatista, piedra típica que se encuentran en el país platense, dentro de la cual hay cristales de dicha piedra semipreciosa.
El mandatario latinoamericano, que además es médico oncólogo, está realizando una gira que inició en España en busca de inversiones para un plan de infraestructuras que comprende ferrocarriles y puertos; siguió en París en donde expuso la experiencia uruguaya de descentralización de Gobierno, y después de su escala en Italia para encontrar al papa Francisco, concluirá en Viena para disertar sobre oncología.
03.12.16



Texto completo del papa Francisco en el ángelus del 4 de diciembre de 2016
El Santo Padre recuerda que con el nacimiento de Jesús en Belén, es Dios mismo que viene a habitar en medio de nosotros para librarnos del egoísmo, del pecado y de la corrupción
4 diciembre 2016
Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco, como cada domingo, ha rezado el ángelus desde el estudio del Palacio Apostólico con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro.
Publicamos a continuación las palabras del Papa para introducir la oración mariana:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En el Evangelio de este segundo domingo de Adviento resuena la invitación de Juan el Bautista: “¡Convertíos porque el reino de los cielos está cerca!” (Mt 3,2). Con estas palabras Jesús dará inicio a su misión en Galilea (cfr Mt 4,17); y tal será también el anuncio que deberán llevar los discípulos en su primera experiencia misionera (cfr Mt 10,7). El evangelista Mateo quiere así presentar a Juan como el que prepara el camino al Cristo que viene, y los discípulos como los continuadores de la predicación de Jesús. Se trata del mismo alegre anuncio: ¡viene el reino de Dios, es más, está cerca, está en medio de nosotros! Esta palabra es muy importante: “el reino de Dios está en medio de vosotros”, dice Jesús. Y Juan anuncia esto que Jesús luego dirá: “El reino de Dios ha venido, ha llegado, está en medio de vosotros”. Este es el mensaje central de toda misión cristiana. Cuando un misionero va, un cristiano va a anunciar a Jesús, no va a hacer proselitismo como si fuera un hincha que busca más seguidores para su equipo. No, va simplemente a anunciar: “¡El reino de Dios está en medio de vosotros!”. Y así el misionero prepara el camino a Jesús, que encuentra a su pueblo. 
¿Pero qué es este reino de Dios, reino de los cielos? Son sinónimos. Nosotros pensamos enseguida en algo que se refiere al más allá: la vida eterna. Cierto, esto es verdad, el reino de Dios se extenderá sin fin más allá de la vida terrena, pero la buena noticia que Jesús nos trae — y que Juan anticipa– es que el reino de Dios no tenemos que esperarlo en el futuro: se ha acercado, de alguna manera está ya presente y podemos experimentar desde ahora el poder espiritual. Dios viene a establecer su señorío en la historia, en nuestra vida de cada día; y allí donde esta viene acogida con fe y humildad brotan el amor, la alegría y la paz.
La condición para entrar a formar parte de este reino es cumplir un cambio en nuestra vida, es decir, convertirnos. Convertirnos cada día, un paso adelante cada día. Se trata de dejar los caminos, cómodo pero engañosos, de los ídolos de este mundo: el éxito a toda costa, el poder a costa de los más débiles, la sed de riquezas, el placer a cualquier precio. Y de abrir sin embargo el camino al Señor que viene: Él no quita nuestra libertad, sino que nos da la verdadera felicidad. Con el nacimiento de Jesús en Belén, es Dios mismo que viene a habitar en medio de nosotros para librarnos del egoísmo, del pecado y de la corrupción, de estas estas actitudes que son del diablo: buscar éxito a toda costa, el poder a costa de los más débiles,  tener sed de riquezas y buscar el placer a cualquier precio.
La Navidad es un día de gran alegría también exterior, pero es sobre todo un evento religioso por lo que es necesaria una preparación espiritual. En este tiempo de Adviento, dejémonos guiar por la exhortación del Bautista: “Preparad el camino al Señor, allanad sus senderos” (v. 3).
Nosotros preparamos el camino del Señor y allanamos sus senderos cuando examinamos nuestra conciencia, cuando escrutamos nuestras actitudes, cuando con sinceridad y confianza confesamos nuestros pecados en el sacramento de la penitencia. En este sacramento experimentamos en nuestro corazón la cercanía del reino de Dios y su salvación. La salvación de Dios es trabajo de una amor más grande que nuestro pecado; solamente el amor de Dios puede cancelar el pecado y liberar del mal, y solamente el amor de Dios puede orientarnos sobre el camino del bien.
Que la Virgen María nos ayude a prepararnos al encuentro con este Amor cada vez más grande que en la noche de Navidad se ha hecho pequeño pequeño, como una semilla caída en la tierra, la semilla del reino de Dios.
Después del ángelus, el Papa ha añadido:
Queridos hermanos y hermanas,
¡Os saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos!
Saludo en particular a los fieles venidos de Córdoba, Jaén y Valencia, de España; de Split y Makarska, en Croacia; de las parroquias de Santa María de la Oración y del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo en Roma.
A todos os deseo un feliz domingo y un buena camino de Adviento. Este preparar el camino al Señor, convertirnos cada día.
Hasta el jueves por la fiesta de María Inmaculada. En estos días rezamos unidos pidiendo su materna internación por la conversión de los corazones y el don de la paz.
Y por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo!
05.12.16  





El Papa en Sta. Marta: Dios no quiere maquillajes sino transformarnos el corazón
El Pontífice señala que debemos pedir la gracia de reconoce nuestros pecados, con motivo de la Navidad que se acerca
5 diciembre 2016
 Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha puesto en guardia ante el peligro de maquillar nuestros pecados sin realmente avergonzarnos de ellos dentro de nuestro corazón. Lo hizo este lunes en su homilía en la misa matutina de la casa Santa Marta, precisando que debemos dejarnos transformar por Jesús, y saber dar nombre y apellido a nuestros pecados.
El desierto florecerá, los ciegos verán, los sordos escucharán, indica la primera lectura del profeta Isaías. Y esto, señaló Francisco, “nos habla de renovación” y esto “era lo que el Pueblo de Israel se esperaba del Mesías”.
La gente “no lo seguía porque estaba a la moda: lo seguía porque el mensaje de Jesús llegaba al corazón”, dijo. Añadió que “Jesús no solo cambiaba lo feo en hermoso, de lo malo en bueno: Jesús producía una transformación”. No era “un problema de maquillaje”.
Hay un mensaje del Evangelio que se ve claro: antes de curar a ese hombre, Jesús le perdona sus pecados. Y crea nuevamente a ese hombre transformándolo de pecador a justo”. Y esto “escandaliza”. Por este motivo –aseguró el Papa– los doctores de la Ley “iniciaron a discutir y a murmurar”, porque no podían aceptar su autoridad.
“Jesús es capaz de transformarnos a nosotros los pecadores en personas nuevas”. Recordó así que la Magdalena “tenía dentro una llaga, porque era una pecadora” y que ella “intuyó que aquel hombre podría curarle la llaga del alma, re-crearla”.
El Pontífice señaló que cuando uno se confiesa y después sigue igual… cuando uno no se deja re-crear por el Señor, pasa a creer que con dos pinceladas de pintura se ha resuelto la historia.
“No, mis pecados tienen nombre y apellido: yo hice esto, esto  y esto, y siento vergūenza en el corazón y abro el corazón”. Lamentó que “siempre tratamos de esconder la gravedad de nuestros pecados”, por ejemplo disminuyéndolos, como la gravedad de la envidia, que “es una cosa horrible, semejante al veneno de la serpiente”, que intenta “destruir al otro”.
Francisco subrayó una historia que contaba de un hombre santo estudioso de la Biblia, que tenía un carácter muy fuerte, que profería palabras de ira, pero pedía perdón al Señor.  Y después de cada penitencia le preguntaba:
-¿Estás contento Señor?
– No, le respondía.
– Pero te he dado todo.
– No, falta algo, le respondía.
Así este pobre hombre hacia otra y otra penitencia y se sentía repetir:
– No, falta algo.
– ¿Pero que falta Señor?
– Faltan tus pecados. Dame tus pecados, le dijo.
“Esto es lo que el Señor nos pide: dame tus pecados y te haré un hombre nuevo y una mujer nueva. Que el Señor nos de fe para creer en esto”.
06.12.16




El Papa inicia una serie de catequesis sobre la esperanza
El Santo Padre, en la audiencia general, hace un llamamiento por la jornada contra la corrupción y la jornada de los derechos humanos
7 diciembre 2016
Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco, en la audiencia general de este miércoles ha iniciado una nueva serie de catequesis sobre la esperanza cristiana. Miles de fieles, venidos de todas las partes del mundo han recibido al Santo Padre en el Aula Pablo VI, con alegría y emoción. Banderas y pancartas ondeaban a la llegada del Papa, y los peregrinos se acercaban a ambos lados del pasillo para poder dar la mano y decirle algunas breves palabras.
En el resumen hecho en español de la catequesis, el Pontífice ha indicado que en esta primera reflexión, “el profeta Isaías nos invita a llevar el consuelo de Dios a nuestros hermanos”. Isaías –ha observado el Papa– habla a un pueblo en el exilio y le presenta la posibilidad de regresar a su hogar, que en definitiva es volver a Dios. Para ello “hay que eliminar los obstáculos que nos detienen, preparar un camino llano y ancho, un camino de liberación y esperanza que se extiende por el desierto”, ha subrayado el Papa.
De este modo, ha añadido que san Juan Bautista, retomando las palabras de Isaías, “nos llama a la conversión”, para que “abramos un camino de esperanza en nuestros corazones”.
En esta misma línea, Francisco ha señalado que el cristiano necesita hacerse pequeño para este mundo, “como lo fueron los personajes del Evangelio de la infancia”: María y José, Zacarías e Isabel o los pastores. Eran insignificantes para los grandes y poderosos de entonces –ha aseverado–  pero sus vidas estaban llenas de esperanza, abiertas a la consolación de Dios.
A continuación, el Papa ha dirigido un saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Pidamos al Señor –ha exhortado– la gracia de trasformar el desierto de nuestra vida, de nuestro sufrimiento y de nuestra soledad, en un camino llano que nos lleve al encuentro con el Señor y con los hermanos.
Después de los saludos en las distintas lenguas, el Pontífice ha dedicado unas palabras a los jóvenes, los enfermos y los recién casados. Así, ha señalado que el tiempo litúrgico del adviento es una ocasión de particular gracia para reflexionar sobre nuestro camino al encuentro del Señor. Del mismo modo, ha pedido que la Virgen María, de quien mañana celebramos su Inmaculada Concepción, sea “el modelo para la preparación interior a la Navidad” para que “el corazón de cada uno se convierta en cuna que acoge al Hijo de Dios, rostro de la misericordia del Padre, con la escucha de su palabra, las obras de caridad fraterna y la oración”.
Al concluir la audiencia general, el Santo Padre ha recordado que en los próximos días se celebran dos jornadas importantes de las Naciones Unidas. El día 9 de diciembre es la jornada contra la corrupción y el 10 de diciembre la de los derechos humanos. Son dos realidades –ha explicado el Papa– estrechamente unidas. La corrupción es el “aspecto negativo que debemos combatir”, comenzado por la conciencia personal y vigilando los ámbitos de la vida civil, especialmente sobre los que están más en riesgo. Los derechos humanos, ha precisado el Papa, son el aspecto positivo, para promover siempre con decisión renovada, para que nadie sea excluido del efectivo reconocimiento de los derechos fundamentales de la persona humana. “El Señor nos sostenga en este doble compromiso”, ha concluido.
08.12.16





Francisco a María Inmaculada: ”No vengo solo: traigo conmigo a aquellos que tu Hijo me ha confiado”
En la Plaza de España pide a María por los niños explotados, las familias en dificultad, a los desempleados y para que aprendamos a amar desinteresadamente
8 diciembre 2016


El papa Francisco reza a los piés de la Inmaculada
 Roma).- El santo padre Francisco visitó hoy por la tarde en Roma, Piazza di Spagna, donde está la famosa columna con la imagen de María Inmaculada, para el tradicional acto de veneración. Ese año además de la cesta de flores, ha sido puesto un cesto con panes, para recordar el recién concluido Jubileo de la Misericordia y a quienes tienen dificultad para el sustentamiento cotidiano.
Habiendo superado importantes medidas de seguridad, miles de personas le esperaban allí, donde llegó el Santo Padre, mientras el coro de la Capilla Sixtina cantaba las letanías en honor de María y el Tota Pulcra est Maria
















A los pies de la imagen de María, el Papa recitó esta oración:
Oh María, Madre nuestra Inmaculada,
en el día de tu fiesta vengo a ti,
y no vengo solo: traigo conmigo
a todos aquellos que tu Hijo me ha confiado,
en esta ciudad de Roma y en el mundo entero,
para que tú los bendigas y los salves de los peligros.
Te traigo Madre, a los niños,
especialmente a aquellos solos, abandonados,
y que por este motivo son engañados y explotados.
Te traigo Madre, a las familias,
que llevan adelante la vida y la sociedad
con su empeño cotidiano y escondido;
de manera particular a las familias que hacen más esfuerzo
debido a tantos problemas internos y externos.
Te traigo Madre, a todos los trabajadores, hombres y mujeres,
y te confío especialmente a quien por necesidad,
se esfuerza para realizar un trabajo indigno
y a quien perdió el trabajo y no logra encontrarlo.
Tenemos necesidad de tu mirada inmaculada,
para encontrar la capacidad de mirar a las personas
o las cosas con respeto y reconocimiento,
sin intereses egoístas o hipocresías.
Necesitamos de tu corazón inmaculado,
para amar de manera gratuita,
sin segundas intenciones sino buscando el bien del otro,
con simplicidad y sinceridad,
renunciando a máscaras y maquillajes.
Necesitamos tus manos inmaculadas,
para acariciar con ternura, para tocar la carne de Jesús
en los hermanos pobres, enfermos despreciados,
para levantar a quien ha caído y dar apoyo a quien vacila.
Tenemos necesidad de tus pies inmaculados,
para ir hacia quien no sabe dar el primer paso,
para caminar por los senderos de quien está perdido,
para ir a encontrar a las personas solas.
Te agradecemos, oh madre, porque mostrándote
a nosotros libre de toda mancha de pecado,
tú nos recuerdas que antes de todo está la gracia de Dios,
está el amor de Jesucristo que ha dado la vida por nosotros,
está la fuerza dl Espíritu Santo que renueva todo.
Haz que no cedamos al desánimo,
sino que confiando en tu constante ayuda
nos empeñamos a fondo para renovarnos nosotros
a esta ciudad y al mundo entero.
Reza por nosotros, Santa Madre de Dios.
Concluida la oración el Santo Padre saludó a diversos enfermos en silla de ruedas que se encontraban presentes.
Los bomberos tienen el honor de llevar la corona de flores cada año, en particular quienes están por retirarse. Lo hicieron por la mañana temprano. La corona de flores ha sido llevada a 28 metros de altura y allí debidamente sujetada al brazo de la imagen. Un poco más abajo, en la plataforma situada a 23 metros de altura serán llevados otros ramos de flores. Roma está muy ligado a la imagen de la Inmaculada pues fue inaugurada en 1857 gracias al trabajo de 220 bomberos.
La plaza de España toma el nombre de la embajada de España ante la Santa Sede, que allí tiene su sede y delante de la cual se celebra la ceremonia.
El papa Francisco, después de rendir homenaje a la Madre de Jesús en la Plaza de España, se dirigió a la basílica de Santa María la Mayor, deteniéndose en oración delante del ícono de la Virgen que lleva la invocación de “Salus Populi Romani”.
 09.12.16




El Papa a los seminaristas del Pio XI: ´Cercanos de la gente dejándose inspirar por el Espíritu Santo’
Las cuatro columnas de la formación del seminarista: vida espiritual y oración, vida comunitaria, vida de estudio, y vida apostólica
10 diciembre 2016

Seminaristas del Pio XI de Puglia

Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco recibió este sábado a la comunidad del Pontificio Seminario ‘Pio XI’ de la región italiana Puglia, a quienes les recordó que “un sacerdote que no es un padre, no sirve” exhortándolos así a ser “padres en la propia comunidad”.
En la audiencia en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano, el Santo Padre les indicó que hay “una historia llena de buenos párrocos” que y ellos “nos dan coraje para proseguir hacia adelante”. Y les contó que conocía a un buen párroco de un pueblo, que sabía el nombre de cada persona que visitaba e incluso el nombre de los perro de ellos.
“Cercanía” por lo tanto es la palabra clave: “No se puede ser sacerdotes estando lejos del pueblo”, contrariamente “no se es capaz de dar el mensaje de Jesús”. Lo que significa “quemar la vida” porque el servicio al pueblo de Dios “cansa”. Y añadió que “es hermoso cuando un sacerdote que concluye el día cansado dueme y sin necesidad de somníferos”,
Subrayó además que “la Iglesia no es una Ong y la pastoral no es un plan “sino “un coloquio continuo con la gente”. Porque “la pastoral va adelante por el Espíritu Santo y no por el Consejo pastoral”. Exhortando así a los seminaristas a preguntarse cuál relación tienen con el Espíritu Santo y a saber discernir la obra del Espíritu Santo en el propio corazón.
Les invitó por ello a poner en primer lugar la oración a “no dejar solo al Señor en el tabernáculo” y a no temer incluso si alguna vez uno se duerme allí delante.
Indicó a este punto que hay cuatro columnas igualmente necesarias para la formación del seminarista: “La vida espiritual y la oración; la vida comunitaria; la vida de estudio; y la vida apostólica.
Sobre el estudio indicó que la gente no tolera el papelón de un cura que no entiende, que no conoce los fundamentos. Pero que todas las columnas son igualmente importantes.
Recordó cuando era joven y veía “el teléfono en la mesa de luz del párroco” esos “buenos párrocos que se levantaban a cualquier hora de la noche para ir a la casa de un enfermo a dar los sacramentos. Eso es celo apostólico: emplear la propia vida para los otros”. Francisco concluyó preguntándose: “¿Y al final que nos queda?”, para responder: “la alegría del servicio del Señor”.
11.12.16




Texto completo del papa Francisco en el ángelus del 11 de diciembre de 2016
El papa Francisco hace un nuevo llamamiento por la paz en Siria
11 diciembre 2016

 Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco, como cada domingo, ha rezado el ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico, acompañado por los fieles reunidos en la plaza de San Pedro, en este tercer domingo de adviento.
Estas son las palabras del Papa para introducir la oración mariana:  
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hoy celebramos el tercer domingo de adviento, caracterizado por la invitación de san Pablo: “Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir, alégrense. El Señor está cerca” (Fil 4, 4-5). No es una alegría superficial o puramente emotiva a la que nos exhorta el apóstol. Y tampoco esa mundana o esa alegría del consumismo, no no es esa. Se trata de una alegría más auténtica, de la que estamos llamados a redescubrir el sabor, el sabor de la verdadera alegría. Es una alegría que toca la intimidad de nuestro ser, mientras que esperamos a Jesús, que ya ha venido a traer la salvación al mundo, el Mesías prometido, nacido en Belén de la Virgen María. La liturgia de la Palabra nos ofrece el contexto adecuado para comprender y vivir esta alegría. Isaías habla de desierto, de tierra árida, de estepa (cfr 35,1); el profeta tiene delante de sí manos débiles, rodillas vacilante, corazones perdidos, ciegos, sordos y mudos (cfr vv. 3-6). Es el cuadro de una situación de desolación, de un destino inexorable sin Dios.
Pero finalmente la salvación es anunciada: “Sed fuertes, no temáis –dice el prófeta–.  Mirad a vuestro Dios, […] os salvará” (cfr Is 35,4). Y enseguida todo se transforma: el desierto florece, la consolación y la alegría impregnan  los corazones (cfr vv. 5-6). Estos signos anunciados por Isaías como reveladores de la salvación ya presente, se realizan en Jesús. Él mismo lo afirman respondiendo a los mensajeros enviados por Juan Bautista. ¿Qué dice Jesús a estos mensajeros? “Los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan” (Mt 11,5). No son palabras, son hechos que demuestran cómo la salvación traída por Jesús, aferra a todo el ser humano y lo regenera. Dios ha entrado en la historia para liberar de la esclavitud del pecado; ha puesto su tienda en medio de nosotros para compartir nuestra existencia, sanar nuestras llagas, vendar nuestras heridas y donarnos la vida nueva. La alegría es el fruto de esta intervención de salvación y de amor de Dios.
Estamos llamados a participar del sentimiento de júbilo, este júbilo, esta alegría. Pero un cristisno que no está alegre, algo le falta a este cristiano, o no es cristiano. La alegría del corazón, la alegría dentro que nos lleva adelante y da el valor. El Señor viene, viene a nuestra vida como liberador, viene a liberarnos de todas las esclavitudes interiores y exteriores. Es Él quien nos indica el camino de la fidelidad, de la paciencia y de la perseverancia porque, a su llegada, nuestra alegría será plena.
La Navidad está cerca, los signos de su aproximarse son evidentes en nuestras calles y en nuestras casas; también aquí en la Plaza se ha puesto el pesebre y al lado el árbol. Estos signos externos nos invitan a acoger al Señor que siempre viene y llama a nuestra puerta; llama a nuestro corazón para acercarse. Nos invitan a reconocer sus pasos entre los de los hermanos que pasan a nuestro lado, especialmente los más débiles y necesitados.
Hoy somos invitados a alegrarnos por la venida inminente de nuestro Redentor; y estamos llamados a compartir esta alegría con los otros, donando consuelo y esperanza a los pobres, a los enfermos, a las personas solas e infelices. La Virgen María, la “sierva del Señor”, nos ayude a escuchar la voz de Dios en la oración y a servirlo con compasión en los hermanos, para alcanzar preparados el encuentro con la Navidad, preparando nuestro corazón a acoger a Jesús.  
Después del ángelus, el Santo Padre ha añadido:
Queridos hermanos y hermanas,
Cada día estoy cerca, sobre todo en la oración, de la gente de Alepo. No debemos olvidar que Alepo es una ciudad, que allí hay gente: familias, niños, ancianos, personas enfermas… Lamentablemente ya nos hemos acostumbrado a la guerra, a la destrucción, pero no debemos olvidar que Siria es un país lleno de historia, de cultura, de fe. No podemos aceptar que esto sea negado por la guerra, que es un cúmulo de abuso de poder y falsedad. Hago un llamamiento al compromiso de todos, para que se haga una elección de civilización: no a la destrucción, sí a la paz, sí a la gente de Alepo y de Siria.
Y rezamos también por las víctimas  de algunos brutales ataques terroristas que en las últimas horas han golpeado varios países. Son varios los lugares pero lamentablemente única es la violencia que siembra muerte y destrucción. Y única es también la respuesta: fe en Dios y unidad en los valores humanos y civiles.
Quisera expresar una cercanía especial a mi querido hermano papa Tawadros II y a su comunidad, rezando por los muertos y los heridos.
Hoy, en Vientiane, en Laos, son proclamados beatos Mario Borzaga, sacerdote de los misioneros oblatos de María Inmaculada; Paolo Thoj Xyooj, fiel laico catequista  y catorce compañeros asesinados por odio a la fe. Su heroica fidelidad a Cristo pueda ser de aliento y de ejemplo a los misioneros y especialmente a los catequistas, que en las tierras de misión desarrollan una preciosa e insustituible obra apostólica, por la cual toda la Iglesia les está agradecida. Pensemos en nuestros catequistas, mucho trabajo hacen, buen trabajo, ser catequistas es algo bellísimo, es llevar el mensaje del Señor para que crezca en nostros. ¡Un aplauso a los catequistas, a todos!
Os saludo con afecto a todos vosotros, queridos peregrinos procedentes de distintos países. Hoy el primer saludo está reservado a los niños y chicos de Roma, venidos para la tradicional bendición de las figuras del “Niño Jesús” organizada por los oratorios parroquiales y las escuelas católicas romanas. Queridos niños, cuando recéis delante de vuestro pesebre con vuestros padres, pedid al Niño Jesús que nos ayude a todos a amar a Dios y al prójimo. Y recordad rezar también por mí, como yo me acuerdo de vosotros. Gracias
Saludo a los profesores de la Univerdad Católica de Sydney, la coral de Mosteiro de Grijó en Portugal, los fieles de Barbianello y Campobasso.
Os deseo a todos un feliz domingo. Y no os olvidéis de rezar por mí. Y una cosa quisiera decir a los niños y y chicos, queremos escuchar un canción vuestra ¡Buen almuerzo y hasta pronto! Cantad
12.12.16





El Papa invita a aprender de la “fe recia y servicial” de María
El Santo Padre celebra la misa con ocasión de la fiesta litúrgica de la Virgen de Guadalupe
12 diciembre 2016
 Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha celebrado esta tarde, en la Basílica Vaticana, la celebración eucarística con ocasión de la fiesta litúrgica de la Virgen de Guadalupe. Como no podía ser de otra manera, la imagen de la “morenita” estaba presente en el altar. Además, muy cerca ondeaban banderas de todo América Latina. Es el tercer año consecutivo en el que el Santo Padre preside en San Pedro la misa en honor a la patrona de toda América.
Así, en la homilía, el Papa ha advertido qué difícil es presumir de la sociedad del bienestar “cuando vemos que nuestro querido continente americano se ha acostumbrado a ver a miles y miles de niños y jóvenes en situación de calle que mendigan y duermen en las estaciones de trenes, del subte o donde encuentren lugar”. Niños y jóvenes –ha condenado– explotados en trabajos clandestinos u obligados a conseguir alguna moneda en el cruce de las avenidas limpiando los parabrisas de nuestros autos…, y sienten que en el “tren de la vida” no hay lugar para ellos. Al mismo tiempo, el Santo Padre ha observado cuántas familias van quedando marcadas por “el dolor al ver a sus hijos víctimas de los mercaderes de la muerte”. Qué duro, ha lamentado el Papa, es ver cómo hemos normalizado la exclusión de nuestros ancianos obligándolos a vivir en la soledad, simplemente porque no generan productividad; o ver la situación precaria que afecta la dignidad de muchas mujeres. Algunas, tal y como ha indicado el Papa, “desde niñas y adolescentes, son sometidas a múltiples formas de violencia dentro y fuera de casa”.
Son situaciones, ha reconocido, que nos pueden paralizar, que pueden poner en duda nuestra fe y especialmente nuestra esperanza, nuestra manera de mirar y encarar el futuro.  Frente a todas estas situaciones, el Santo Padre ha invitado a decir con Isabel: “Feliz de ti por haber creído”, y aprender “de esa fe recia y servicial que ha caracterizado y caracteriza a nuestra Madre”.
Por otro lado, el Santo Padre también ha explicado que Dios nos visita en las entrañas de una mujer, movilizando las entrañas de otra mujer con un canto de bendición y alabanza, con un canto de alegría, ha recordado el Papa en la homilía. De este modo, ha explicado que la escena evangélica lleva consigo todo el dinamismo de la visita de Dios: “cuando Dios sale a nuestro encuentro moviliza nuestras entrañas”, “pone en movimiento lo que somos hasta transformar toda nuestra vida en alabanza y bendición”.  Cuando Dios nos visita nos deja inquietos, con la sana inquietud de aquellos que se sienten invitados a anunciar que Él vive y está en medio de su pueblo. Así lo vemos en María, “la primera discípula y misionera”. Así lo hizo también en 1531: “corrió al Tepeyac para servir y acompañar a ese Pueblo que estaba gestándose con dolor, convirtiéndose en su Madre y la de todos nuestros pueblos”, ha precisado el Pontífice.
María –ha asegurado el Papa– es así icono del discípulo, de la mujer creyente y orante que sabe acompañar y alentar nuestra fe y nuestra esperanza en las distintas etapas que nos toca atravesar.  También ha subrayado que tenemos que aprender de esa “fe recia y servicial” que la caracteriza.
El Pontífice, ha indicado que la sociedad que estamos construyendo para nuestros hijos está cada vez más marcada por “los signos de la división y fragmentación”, dejando “fuera de juego a muchos”, especialmente a aquellos a los que “se les hace difícil alcanzar los mínimos para llevar adelante su vida con dignidad”. En esta línea ha advertido de que se trata “una sociedad que le gusta jactarse de sus avances científicos y tecnológicos”, pero que “se ha vuelto cegatona e insensible frente a miles de rostros que se van quedando por el camino, excluidos por el orgullo que ciega de unos pocos”. Una sociedad que “termina instalando una cultura de la desilusión, el desencanto y la frustración en muchísimos de nuestros hermanos”, e inclusive “de angustia”.

Celebrar a María es hacer memoria “de la madre”, “de que no somos ni seremos nunca un pueblo huérfano”. Y donde está la madre “hay siempre presencia y sabor a hogar”, “los hermanos se podrán pelear pero siempre triunfará el sentido de unidad”, “no faltará la lucha a favor de la fraternidad”.
Al respecto, Francisco ha reconocido que siempre le ha impresionado ver, en distintos pueblos de América Latina, “esas madres luchadoras que, a menudo ellas solas, logran sacar adelante a sus hijos”. Mirar la Guadalupana — ha explicado el Papa– es recordar que la visita del Señor pasa siempre por medio de aquellos que logran hacer carne su Palabra, que buscan encarnar la vida de Dios en sus entrañas, volviéndose signos vivos de su misericordia.
Celebrar la memoria de María “es celebrar que nosotros, al igual que ella, estamos invitados a salir e ir al encuentro de los demás con su misma mirada, con sus mismas entrañas de misericordia, con sus mismos gestos”. Su presencia –ha indicado Francisco– nos lleva a la reconciliación, dando fuerza “para generar lazos en nuestra bendita tierra latinoamericana”, diciéndole “sí” a la vida y “no” a todo tipo de indiferencia, de exclusión, de descarte de pueblos o personas.
Finalmente, el Santo Padre ha invitado a no tener miedo de salir a mirar a los demás con su misma mirada.
13.12.16 




El Papa en Sta. Marta advierte sobre los clérigos que se sienten superiores
En la homilía de este martes, el Santo Padre asegura a los seducidos por el clericalismo que “los pecadores y las prostitutas irán delante de vosotros en el Reino de los cielos”
13 diciembre 2016
 Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco, en la homilía de este martes en Santa Marta, ha advertido de que el espíritu del clericalismo es un mal presente también hoy en la Iglesia y la víctima es el pueblo, que se siente descartado, abusado. Hoy, además, el Santo Padre celebra el 47º aniversario de su ordenación sacerdotal y la misa estaba acompañado por los cardenales del Consejo. En su predicación, el Santo Padre ha señalado el peligro de los pastores de convertirse en intelectuales de la religión con una moral lejos de la Revelación de Dios.
El pueblo humilde y pobre que tiene fe en el Señor es la víctima de los “intelectuales de la religión”, “los seducidos por el clericalismo”, que en el “Reino de los cielos serán precedidos por los pecadores arrepentidos”.
El Papa, citando a Jesús que en el Evangelio de Mateo de hoy se dirige a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos del pueblo, se detiene precisamente en su rol. “Tenían autoridad jurídica, moral, religiosa”, “decidían todo”, ha recordado. Anás y Caifás, por ejemplo, “han juzgado a Jesús”, eran los sacerdotes y los jefes que han “decidido matar a Lázaro” o incluso, fue donde ellos Judas para “negociar” y así “fue vendido Jesús”. Un estado de “prepotencia y tiranía hacia el pueblo” al que han llegado instrumentalizando la ley.
Al respecto, ha observado que rehicieron la ley muchas veces, hasta llegar incluso a 500 mandamientos. “Pero era un ley sin memoria, habían olvidado el primer mandamiento, que Dios dio a nuestro padre Abrahán: camina en mi presencia y sé irreprensible”. Ellos no caminaba, ha lamentado el Pontífice, han estado parados siempre en las propias convicciones.
Y la víctima, como lo fue Jesús, es el “pueblo humilde y pobre que confía en el Señor”, “ los que son descartados”, que conocen el arrepentimiento también si no cumplen la ley, y sufren estas injusticias.
El Papa ha subrayado que estas personas se sienten “condenadas”, “abusadas”, por quien es “vanidoso, orgulloso, soberbio”. Por eso ha puesto el ejemplo de Judas, que fue un “descarte de esta gente”.
Así, el Pontífice ha asegurado que Judas fue un traidor, que es un pecado fuerte y feo, pero que después se arrepintió y fue a devolverles las monedas. Y ellos no le dijeron “pero tú has sido nuestro socio, quédate tranquilo… nosotros tenemos el poder de perdonar todo” sino “arréglatelas como puedas, es tu problema”. Y lo dejaron “solo, descartado”, ha lamentado el Santo Padre. “El pobre Judas traidor y arrepentido no ha sido acogido por los pastores”, ha observado Francisco. Porque estos –ha señalado– habían olvidado qué era un pastor. “Eran los intelectuales de la religión, los que tenían el poder, que llevaban adelante la catequesis del pueblo con una moral hecha por su inteligencia y no de la Revelación de Dios”, ha precisado el Papa.
En esta misma línea, Francisco ha asegurado que también hoy en la Iglesia suceden estas cosas. “Está ese espíritu del clericalismo”, “los clérigos se sienten superiores, se alejan de la gente”, no tienen tiempo para escuchar a los pobres, los que sufren, los presos, los enfermos. En esta línea, el Santo Padre ha asegurado que el mal del clericalismo es algo muy feo: “es una edición nueva de esta gente”. Y la víctima es la misma: “el pueblo pobre y humilde, que espera en el Señor”.
El Hijo de Dios no entró en ese juego y fue con los enfermos, los pobres, los descartados, los publicanos, los pecadores, las prostitutas. También hoy Jesús “nos dice a todos nosotros y a los que están seducidos por el clericalismo: “los pecadores y las prostitutas irán delante de vosotros en el Reino de los cielos”. 
14.12.16




Francisco pide a los Gobiernos que asuman un estilo no violento
El Santo Padre recibe a los nuevos embajadores de Suecia, Fiji, Moldavia, Mauricio, Túnez y Burundi
15 diciembre 2016
 Ciudad del Vaticano).- Los que cubren cargos institucionales en ámbito nacional o internacional, están llamados a asumir en la propia conciencia y en el ejercicio de sus funciones, un estilo no violento. Un estilo que no es sinónimo de debilidad y pasividad, sino al contrario, presupone fuerza de ánimo, valentía y capacidad de afrontar las cuestiones y los conflictos con honestidad intelectual, buscando verdaderamente el bien común antes y más que cualquier interés de parte tanto ideológico, como económico y político.
Lo ha explicado el papa Francisco, en el encuentro que ha tenido esta mañana con los nuevos embajadores de Suecia, Fiji, Moldavia, Mauricio, Túnez y Burundi. Procedentes de “regiones del mundo bien distantes y diferentes entre ellas” y este hecho constituye siempre aquí, en Roma, un motivo de complacencia porque el “horizonte de la Santa Sede es por su naturaleza universal”, a causa de la vocación y de la misión que Dios ha encomendado al sucesor del apóstol Pedro, ha explicado el Santo Padre en su discurso.  Una “misión esencialmente religiosa, que sin embargo asume en la historia también la dimensión de las relaciones con los Estados y sus gobernantes”.
Asimismo, el Papa ha precisado que en tal ambiente histórico la Iglesia católica, que tiene en la Santa Sede, por así decir, su centro unificador y propulsor, “está llamada a transmitir y testimoniar esos valores espirituales y morales que están fundados en la naturaleza misma del ser humano y de la sociedad” y que como tal son compartidos por todos aquellos que persiguen la promoción del bien común.
Entre estos valores –ha observado el Papa– ocupa un lugar destacado el de la paz, como demuestra, en la época contemporánea, el hecho que desde hace cincuenta años los Sumos Pontífices han dedicado la jornada del 1 de enero, dirigido a las autoridades civiles y religiosas del mundo y a todos los hombres y las mujeres de buena voluntad un Mensaje particular.
Haciendo referencia al mensaje del año que viene, el Santo Padre ha indicado que “la no violencia es un ejemplo típico de valor universal” que encuentra en el Evangelio de Cristo su cumplimiento pero que pertenece también a otros nobles y antiguas tradiciones espirituales. En este mundo de hoy, “la elección de la no violencia como estilo de vida se vuelve cada vez más una exigencia de responsabilidad a todos los niveles”, de la educación familiar, al compromiso social y civil, hasta la actividad política y a las relaciones internacionales. Se trata de, ha explicado el Pontífice, en toda circunstancia, rechazar la violencia como método de resolución de los conflictos y de afrontarlos sin embargo siempre mediante el diálogo y la negociación. Por otro lado, ha asegurado que en el siglo pasado, devastado por guerras y genocidios de proporciones inauditas, podemos recordar también ejemplos luminosos de como la no violencia, abrazada con convicción y practicidad con coherencia, “pueda obtener resultados importantes también en el plano social y político”. 
En esta misma línea, el Santo Padre ha señalado que algunas poblaciones, y también enteras naciones, gracias al compromiso de líderes no violentos, “han conquistado metas de libertad y de justicia de forma pacífica”. Este es el camino –ha subrayado el Pontífice– para seguir en el presente y en el futuro. Este es el camino de la paz, “no esa proclamada de palabra pero no de hecho negado persiguiendo estrategias de dominio, soportados de gastos escandalosos para los armamentos, mientras que muchas personas están privadas de lo necesario para vivir”.
Finalmente, el Pontífice ha señalado que es su deseo y el de la Santa Sede “llevar adelante juntos con los Gobiernos de vuestros países este proceso de promoción de la paz, como también de los otros valores que contribuyen al desarrollo integral del ser humano y de la sociedad”.
16.12.16



El Papa en Sta. Marta propone a Juan Bautista como modelo de humildad
En la homilía de este viernes, el Santo Padre invita a preguntarse si la propia vida está plena del gesto de “indicar a Jesús”
16 diciembre 2016

 Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco, en la homilía de la misa celebrada esta mañana en la residencia Santa Marta, ha asegurado que los cristianos miran al “gran” Juan Bautista como a un modelo de testimonio humilde de Jesús, que se aniquila a sí mismo hasta la muerte, para indicar la venida del Hijo de Dios. Estaban presentes en la misa, religiosos, obispos, sacerdotes y parejas en su 50 aniversario de vida consagrada o matrimonial.
La liturgia de la Iglesia también hoy, como en los últimos dos días, reflexiona sobre la figura de Juan Bautista, presentado en el Evangelio como el “testigo”. “Y esta es su vocación”, ha explicado Francisco, “dar testimonio de Jesús”, “indicar a Jesús”, como hace la “lámpara” que indica dónde está la luz, da testimonio de la luz. Él era la voz. Él mismo dice de sí: “yo soy la voz que grita en el desierto”.
Así, Francisco ha indicado que “él era la voz pero que da testimonio de la Palabra, indica la Palabra, el Verbo de Dios, la Palabra”. Él solamente voz. La Palabra. Él era el predicador de la penitencia que bautizaba, el bautista, pero lo deja claro, dice claramente: “Después de mí tiene otro que es más fuerte que yo, es más grande que yo, al cual no soy digno de desatarle las sandalias. Y bautizará con fuego y Espíritu Santo”.
Juan es, por tanto, el “provisional que indica el definitivo” y el definitivo es Jesús. Esta –ha observado Francisco– es su grandeza que demostraba cada vez que el pueblo y los doctores de la ley le preguntaban si era o no el Mesías, y él de forma clara respondía: “yo no lo soy”.
De este modo, el Santo Padre ha observado que Juan es “humilde”, “se aniquila”, “tomando el mismo que camino que después tomará Jesús”, el de “vaciarse de sí”. Y será así hasta el final: “en lo oscuro de una celda, en la cárcel, decapitado, por el capricho de una bailarina, la envidia de una adúltera y la debilidad de un borracho”.
Dirigiéndose a los presentes que celebraban su 50 aniversario, el Santo Padre ha subrayado que es un bonito día para preguntarse sobre la propia vida cristiana, si la propia vida cristiana tiene siempre abierto el camino a Jesús, si la propia vida ha estado plena del gesto: indicar a Jesús.
“Dar las gracias por muchas que lo han hecho, dar las gracias y comenzar de nuevo, después del 50 aniversario, con esta vejez joven o juventud envejecida –¡como el buen vino!– dar el paso adelante para continuar siendo testigos de Jesús”, es la exhortación que ha hecho el Papa.
Finalmente, el Santo Padre ha deseado que Juan, “el gran testigo”, les ayude en este nuevo camino que después del 50º aniversario, de sacerdocio, de vida consagrada y de matrimonio, comienzan.
17.12.16






Francisco en la misa de su cumpleaños: “Recen para que mi vejez sea fecunda”
Ha celebrado privadamente en la Capilla Paulina en el Vaticano, junto a cardenales y obispos
17 diciembre 2016
 Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco inició este sábado, día de sus 80 años, celebrando muy temprano una misa en la Cappella Paolina en el Vaticano, junto con los cardenales que residen en Roma.
Francisco en la homilía se dirigió a ellos improvisando y habló de memoria y gratitud, de gracia y pecado, de alegría y fidelidad. Les agradeció “porque me acompañan”, y añadió que “desde hace algunos días me viene en mente una palabra que puede parecer fea y asusta: vejez”, y si bien se dice que la vejez es sed de sabiduría, “esperemos que lo sea también para mi”.
Y ha citado el poema de Plinio que dice: ‘La vejez se nos viene, llega de golpe. Pero también es una etapa de la vida, para dar vida, alegría y esperanza. La vejez es tranquila, religiosa y también fecunda’.
“Recen –le ha solicitado el Papa a los presentes– para que la mía sea así: tranquila, religiosa y fecunda. Y también gozosa”. Les ha invitado además a no perder “la gracia de la memoria”, porque “es parte del amor mirar la historia, de donde venimos, a nuestros padres y predecesores, el camino de la fe”.
Ha precisado que “mirar hacia atrás” nos ayuda a “ir mejor hacia adelante”, porque como dice el Evangelio, recorriendo la vía de los recuerdos pasados “siempre encontramos gracia y pecado” lo que nos “hace sentir la necesidad de la salvación”. Y justamente esta “es nuestra seguridad, porque cuando necesitamos la salvación es que confesamos nuestra fe”.
Se trata, señaló el Pontífice, de un camino vigilante de espera y preparación hacia el “encuentro definitivo” con el Señor, sin olvidarnos de todo lo que hizo por nosotros. Así se entiende, precisó, “por qué la Iglesia nos hace leer este pasaje de la genealogía de Jesús que puede parecer un poco aburrido, y que es la historia de un Dios que ha querido caminar con su pueblo, hacerse hombre, uno de nosotros”.
18.12.16







El  Papa en el ángelus invita a prepararnos a la verdadera Navidad, la de Jesús

El Santo Padre invita a encontrar algún momento de silencio en el cual prepararnos para recibir la gracia de esta fiesta.
18 diciembre 2016
Ciudad del Vaticano).- Al medio día de este domingo soleado y frío de Roma, el papa Francisco rezó desde la ventana de su estudio que da hacia la Plaza de San Pedro la oración del ángelus, ante miles de fieles y peregrinos que allí le esperaban.
El Papa recordó que el próximo domingo es Navidad y nos invitó en esta semana a “encontrar algún momento para detenernos, hacer un poco de silencio, e imaginar a la Virgen y a san José que están yendo hacia Belén: el camino, el cansancio, pero también la gloria, la conmoción, como el ansia por poder encontrar un lugar, la preocupación…, etc”. Recordó también que para esto ayuda mucho el pesebre. Invitó así a entrar en la verdadera Navidad, la de Jesús, para recibir la gracia de amor, de humildad y de ternura.
A continuación el texto del ángelus
“¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!”. La liturgia de la cuarta y último domingo de Adviento se caracteriza por el tema de la cercanía de Dios a la humanidad. El pasaje del evangelio (cfr Mt 1,18-24) nos muestra a dos personas que más que todas las otras fueron involucradas en este misterio de amor: la Virgen María y su esposo san José.
María es presentada a la luz de la profecía que dice: “”La Virgen concebirá y dará a luz un hijo”. El evangelista Mateo reconoce que esto sucedió en María, quien concibió a Jesús por obra del Espírtu Santo, sin necesidad de José. El Hijo de Dios “viene” a sus entrañas para volverse hombre y Ella lo acoge.
Así, de manera única, Dios se ha acercado al ser humano tomando la carne de una mujer. También para nosotros, de manera diversa, Dios se acerca con su gracia para entrar en nuestra vida y ofrecernos como un don a su Hijo.
¿Y nosotros qué hacemos? Lo recibimos o lo rechazamos? Como María, que ofreciéndose libremente al Señor de la historia le ha permitido cambiar el destino de la humanidad, así también nosotros recibamos a Jesús y busquemos de seguirlo cada día, para cooperar con su designio de salvación sobre nosotros mismos y sobre el mundo.
çMaría aparece por lo tanto como modelo al que es necesario mirar y un apoyo sobre el cual contar en nuestra búsqueda de Dios y en nuestro empeño para construir la civilización del amor.
El otro protagonista del evangelio de hoy es san José. El evangelista pone en evidencia como José por si mismo no puede explicarse lo sucedido que ve verificar bajo sus ojos, o sea que María estaba embarazada.
Justamente entonces, Dios le es cercano con su mensajero y él es iluminado sobre la naturaleza de aquella maternidad: “El Niño engendrado en ella proviene del Espíritu Santo”. Así delante del hecho extraordinario, que seguramente suscita muchos interrogantes, se confía totalmente en Dios y siguiendo su invitación no rechaza a la prometida esposa, sino que la toma consigo.
Recibiendo a María, José acoge sin saberlo y con amor a Aquel que en ella ha sido concebido por obra admirable de Dios, para quien nada es imposible. José, hombre humilde y justo nos enseña a confiar siempre en Dios, a dejarnos guiar por Él con voluntaria obediencia.
Estas dos figuras, María y José, que recibieron primeros a Jesús mediante la fe, nos introduzcan en el misterio de la Navidad. María nos ayuda a ponernos en una actitud de disponibilidad para recibir al Hijo de Dios en nuestra vida concreta, en nuestra carne. José nos incita a buscar siempre la voluntad de Dios y a seguirla con plena confianza
“La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel”, que traducido significa: «Dios con nosotros»”. Este anuncio de esperanza que se cumple en Navidad lleve a su cumplimiento la espera de Dios también en cada uno de nosotros, en toda la Iglesia y en tantos pequeños que el mundo desprecia, pero que Dios ama”.
El Papa reza el ángelus y después dice:
“Queridos hermanos y hermanas, saludo a todos los fieles, romanos y peregrinos que han venido desde diversos países, a las familias, a los grupos parroquiales, a las asociaciones. En particular saludo al nutrido grupo de Unitalsi de Roma, que ha dado vida a un pesebre viviente que incluye a personas con discapacidad, así como a los estudiantes del Instituto Calabrés de Política Internacional.
Les deseo a todos un buen domingo. ¡El tiempo está lindo!
El próximo domingo es Navidad. En esta semana tratemos de encontrar algún momento para detenerlos, hacer un poco de silencio, e imaginar a la Virgen y a san José que están yendo hacia Belén: el camino, el cansancio, pero también la gloria, la conmoción, como el ansia por poder encontrar un lugar, la preocupación…, etc.
En esto nos ayuda mucho el pesebre. Busquemos entrar en la verdadera Navidad, la de Jesús, para recibir la gracia de esta fiesta, que es una gracia de amor, de humildad y de ternura. Y en estos momentos acuérdense de rezar también por mi”. Y concluyó con la frase “¡Buon pranzo e arrivederci!”.
19.12.16








El Papa pone tarea a los niños de Acción Católica: “Escuchar y hablar con los abuelos”
Francisco les recuerda que “Nuestro Padre es siempre fiel a nosotros y no para un instante de querernos”
19 diciembre 2016

El Papa con los niños de Acción Católica Italia 

Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha recibido esta mañana a una representación de los niños de Acción Católica Italiana, para la felicitación navideña. En Navidad resonará el anuncio del ángel a los pastores: “No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor”.
El nacimiento de Jesús –ha asegurado el Papa– es anunciado como una “gran alegría”, originada por el descubrimiento que Dios nos ama y, a través del nacimiento de Jesús, se hace cercano a nosotros para salvarnos. “Somos amados por Dios, ¡qué cosa maravillosa!”, ha exclamado.
Cuando estamos un poco tristes, cuando parece que todo va mal, cuando un amigo o una amiga nos decepciona, o más bien nosotros nos decepcionamos a nosotros mismos, pensemos: “Dios me ama”, “Dios no me abandona”, ha sido la invitación del Papa.
“Nuestro Padre es siempre fiel a nosotros y no para un instante de querernos, de seguir nuestros pasos y también y también de seguirnos cuando nos alejamos un poco. Por esto en el corazón del cristiano siempre hay alegría”, ha añadido.
Y esta alegría –ha asegurado– se multiplica compartiéndola. “La alegría acogida como un don pide ser testimoniada en todas nuestras relaciones”, ha recordado el Pontífice.
Haciendo referencia al eslogan que este año tiene los niños de Acción Católica “CIRCOndati de GIOIA”, (rodeados de alegría), el Santo Padre ha asegurado que es sugerente la metáfora del circo, que es una experiencia de fraternidad, de alegría y de vida “nómada”.
La imagen del circo –ha precisado– puede ayudar a sentir la comunidad cristiana y el grupo al que pertenecen como una realidad misionera, como se mueven de país en país, de camino en camino “CIRCOndando” de alegría a los que encuentran cada día.
De este modo, el Santo Padre ha asegurado que anunciando a todos el amor y la ternura de Jesús, convirtiéndose en apóstoles de la alegría del Evangelio. “Y la alegría es contagiosa”, ha añadido.
El Santo Padre ha dado a los niños una tarea. Esta alegría contagiosa debe ser compartida con todos pero de forma especial “con los abuelos”. De este modo, les ha pedido que hablen a menudo con los abuelos, preguntarles cosas, escucharles, porque ellos tienen “la memoria de la historia, la experiencia de la vida”. Y esto será un gran don que “os ayudará en vuestro camino”.
Finalmente, el Pontífice ha observado que también es contagioso “vuestro compromiso por la paz”. Tal y como ha recordado el Papa, este año los niños han unido la palabra “paz” con la palabra “solidaridad”, con una iniciativa a favor de sus coetáneos de un barrio desfavorecido de Nápoles. “Es un buen gesto, que indica el estilo con el que queréis anunciar el rostro de Dios que es amor”, ha precisado. 
Para concluir, Francisco les ha deseado una feliz y santa Navidad.
20.12.16