16 de jul. 2018

PAPA ESTIU




Vídeo del Papa a los jóvenes de las Antillas: “Si están instalados la cosa no va”

Invitación a trabajar la ‘Amoris Laetitia’


(16 julio 2018).- “¿Son jóvenes o jóvenes envejecidos? –pregunta el Papa en el vídeo–. Porque si son jóvenes envejecidos no van a poder hacer nada. Tienen que ser jóvenes `jóvenes´”.
El Santo Padre envió un vídeo-mensaje a los participantes en la Asamblea de jóvenes de la Conferencia Episcopal de las Antillas (AECYA), que se celebra en la archidiócesis de Saint-Pierre y Fort-de-France, en Martinica, del 10 al 23 de julio de 2018.
Con toda la fuerza de la juventud para transformar”: Francisco llama así a los jóvenes que quieren transformar la familia del Caribe. “Lindo trabajito”, les confiesa. “Se ve que tienen garra y quieren luchar. Sigan adelante”.
Lo primero que tienen que hacer es ver si se “instalaron”, les aconseja el Pontífice. “No, si están instalados la cosa no va. Tienen que desinstalarse los que están instalados, y empezar a luchar”.
Transformar
Ustedes quieren transformar, quieren llevar adelante y han hecho suyas las directivas de la Exhortación post-Sinodal sobre la familia para llevar adelante la familia, para transformar la familia del Caribe”, señala el Papa. En esta línea, el Santo Padre les anima a “saber describirla, saberla comprender para enfrentar el mañana”.
Para ello, les exhorta a leer el capítulo cuarto de la Exhortación: “ahí está el núcleo. Estúdienlo. Véanlo y van a tener las pautas de progresión. Pero hoy y mañana. Nos queda el ayer. No se puede mirar al mañana sin mirar al ayer. No se puede mirar el futuro sin reflexionar sobre el pasado”.
Raíces
Francisco indica a los jóvenes la importancia de las raíces: “Ustedes se preparan para transformar algo que les fue dado por sus mayores. Ustedes reciben historia de ayer, reciben tradiciones de ayer”.
Ustedes tienen raíces –recuerda el Papa– y sobre esto quiero detenerme un minutito: no se puede hacer nada en el presente ni en el futuro si no estás arraigado en el pasado, en tu historia, en tu cultura, en tu familia; si no tenés las raíces bien metidas adentro. De la raíz te va a venir la fuerza para seguir adelante”.
El Papa explica que todos nosotros no fuimos fabricados en un laboratorio, “tenemos esa historia, esas raíces”. Y lo que hagamos, los frutos que demos, la belleza que podamos hacer en adelante, “vienen de esas raíces”.
Así, les exhortó a mirar hacia atrás también para tener raíces: “miren a sus abuelos, miren a sus viejos y hablen con ellos, y tomen eso y lo llevan adelante. Transformado, pero ahí van a tener las raíces, la fuerza para transformar la familia. Es una tensión transformante. No se puede transformar sin tensión”.
Amoris laetitia
No se olviden de una cosa: El amor tiene fuerza propia”, motiva el Papa argentino a los jóvenes de las Antillas. “Ustedes están transformando algo que es para toda la eternidad. Esa fuerza propia que quedará para siempre”.
El Pontífice les anima a seguir el núcleo de Amoris laetitia para esta misión, el capítulo cuarto de la Exhortación. “Cómo vivir el amor. Cómo vivir el amor de la familia. Hablen entre ustedes sobre el capítulo cuarto. Ahí van a tener mucha fuerza para seguir adelante y hacer la transformación”, aclara...
17.07.18



Francisco celebró un matrimonio por sorpresa en la ciudad del Vaticano

De un guardia suizo y su novia brasileña

(17 julio 2018).- El Papa Francisco ha vuelto a celebrar un matrimonio por sorpresa, esta vez en una iglesia, y no en un avión, como hizo el Pontífice en su viaje a Santiago de Iquique, Chile, el 18 de enero de 2018.
Ocurrió el pasado sábado, 14 de julio de 2018, en la iglesia de San Esteban de los Abisinios, de la Ciudad del Vaticano, informa ‘Vatican News’ en español.
El Santo Padre entró en la sacristía del templo, ante la sorpresa del sacerdote brasileño, Renato dos Santos, quien iba a presidir la ceremonia del matrimonio entre un miembro de la Guardia Suiza y su novia brasileña.
El presbítero se encontró a Francisco sentado y sonriendo, en la sacristía, narra el medio de comunicación vaticano. “Jamás en mi vida –dijo el padre Renato dos Santos– me habría imaginado que iba a encontrarme con el Papa en una sacristía”.
Este gesto del Obispo de Roma hizo que el sacerdote brasileño viera al Papa “como a un verdadero párroco que se ocupa de sus propias ovejas de la parroquia. Tal como lo hizo siempre”.
3 consejos del Papa
La sorpresa fue tal que en su momento –relata Renato dos Santos a ‘Vatican News’– las personas se preguntaban unas a otras si al que venían delante de ellos era realmente el Papa Francisco”.
Por su parte, el Santo Padre Francisco, transmitió a la pareja de novios 3 conceptos fundamentales para el matrimonio: “Comenzar”, “detenerse” y “retomar el camino”. Así, el Papa reflexionó en su homilía sobre cómo vivir el matrimonio en plenitud.
Esto demuestra –subrayó el padre dos Santos– que el Papa siente gran amor por este sacramento que da inicio a una familia que quiere poner a Dios en el centro.
18.07.18


Ángelus: El mensajero del Reino de Dios viaja libre y ligero

Palabras del Papa antes del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de hoy (Mc 6, 7-13) narra el momento donde Jesús envía a los Doce en misión. Después de haberlos llamado por su nombre, uno por uno, “para que estuvieran con él” (Mc 3,14) escuchando sus palabras y observando sus gestos de curación, hoy les convoca de nuevo para “enviarles en misión de dos en dos “(6,7) a los pueblos a los que iba a ir. Es una especie de “práctica” de lo que estarán llamados a hacer después de la Resurrección del Señor con el poder del Espíritu Santo.
El pasaje del Evangelio se detiene en el estilo del  misionero, que podemos resumir en dos puntos: la misión tiene un centro; la misión tiene un rostro.
El discípulo misionero tiene sobre todo un centro de referencia, que es la persona de Jesús. La narración lo indica usando una serie de verbos que tienen a Jesús como sujeto: “los llamó”, “comenzó a enviarlos en misión”, “les dio autoridad”, “los ordenó”, “les dijo otra vez “(vv. 7.8.10) – de modo que el hecho de ir y de obrar de los Doce aparece como la irradiación de un centro, la representación de la presencia y de la obra de Jesús en su acción misionera. Esto manifiesta cuánto los Apóstoles no tienen nada propio que anunciar, ni habilidades para demostrar, sino que hablan y actúan en cuanto “enviados”, en cuanto mensajeros de Jesús.
Este episodio evangélico también nos concierne, y no solo a los sacerdotes, sino a todos los bautizados, llamados a testimoniar en los diversos ambientes de su vida el Evangelio de Cristo. Y para nosotros también, esta misión es auténtica solo desde su centro inmutable que es Jesús. No es una iniciativa de los fieles individuales, ni de los grupos, ni de las grandes agregaciones, sino que es la misión de la Iglesia inseparablemente unida a su Señor. Ningún cristiano anuncia el Evangelio “por su cuenta”, sino solo enviado por la Iglesia que recibió el mandato de Cristo mismo. Precisamente es el bautismo lo que nos hace misioneros. Un bautizado que no sienta la necesidad de proclamar el Evangelio, de anunciar a Jesús, no es un buen cristiano.
La segunda característica del estilo misionero es, por así decirlo, un rostro, que consiste en la pobreza de los medios., pobreza de los medios. Su equipaje responde a un criterio de “sobriedad”. Los Doce, de hecho, tienen la orden “no llevar para el viaje nada más que un bastón; ni pan, ni alforja, ni dinero en sus fajas”(v. 8). El Maestro los quiere libres y ligeros, sin apoyo y sin favores, solo seguros del amor de Aquel que los envía, fuertes de su palabra que anunciarán. El bastón y las sandalias son el equipo de los peregrinos, porque esos son los mensajeros del reino de Dios, no los gerentes todopoderosos, no los funcionarios intratables, no divos en turné. Pensemos por ejemplo, en esta diócesis de la cual soy el obispo. Pensemos en algunos santos de esta diócesis de Roma: San Felipe Neri, San Benito José Labre, San Alessio, Santa Ludovica Albertini, Santa Francisca Romana, San Gaspard Del Bufalo y muchos otros. No eran funcionarios ni empresarios, sino humildes trabajadores del Reino. Tenían este rostro. Y a este “rostro” también pertenece la manera con la cual se recibe el mensaje: de hecho puede suceder que no sea bienvenido o escuchado (ver v. 11). Eso también es pobreza: la experiencia del fracaso. La historia de Jesús, que fue rechazado y crucificado, prefigura el destino de su mensajero. Solo si estamos unidos a Él, muerto y resucitado, logramos encontrar el coraje de la evangelización.
Que la Virgen María, primera discípula y misionera de la Palabra de Dios, nos ayude a llevar al mundo el mensaje del Evangelio en una exaltación humilde y radiante, más allá de todo rechazo, incomprensión o tribulación.
Palabras del Papa después del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas:
Os saludo a todos de todo corazón, romanos y peregrinos de Italia y de diversas partes del mundo: familias, grupos parroquiales, asociaciones.
En particular, saludo a las Hermanas de la Preciosísima Sangre de Monza, a las novicias de las Hijas de María Auxiliadora provenientes de diversos países y a los jóvenes polacos de la diócesis de Pelplin (Polonia), que participan en un curso de ejercicios espirituales en Asís.
A todos os deseo un buen domingo y, por favor, no os olvidéis de rezar por mí. Buen apetito y adiós!
19.07.18


Ángelus: La verdad de Cristo para “encontrar la justa orientación de la vida”

Meditación del Papa Francisco

(22 julio 2018).- “Todos tenemos necesidad de la palabra de verdad, que nos guía e ilumina el camino”. Sin la verdad, que es Cristo mismo, no es posible encontrar la dirección correcta de la vida “, dijo el Papa Francisco en el Ángelus del 22 de julio de 2018.
Presidiendo la oración mariana desde una ventana del Palacio Apostólico con vistas a la Plaza San Pedro donde se congregaron 25,000 personas, el Papa advirtió: “Cuando nos alejamos de Jesús y su amor, nos perdemos y la vida se convierte en una decepción e insatisfacción”.
La mirada de Jesús no es una mirada neutra o, peor aún, fría y desapegada, porque Jesús siempre mira con los ojos del corazón”, subrayó también el Papa. Y su corazón es tierno y lleno de compasión, que sabe cómo captar las necesidades, incluso las más escondidas de las personas”.
Palabras del Papa antes del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de hoy (Mc 6, 30-34) nos dice que los apóstoles, después de su primera misión, regresan a Jesús y le cuentan “todo lo que hicieron y enseñaron” (v.30). ). Después de la experiencia de la misión, ciertamente emocionante pero también agotadora, necesitan descansar. Y Jesús, lleno de comprensión, se preocupa por darles algo de alivio y les dice: “Vengan a un lugar desierto, y descansen un poco” (v. 31). Pero esta vez la intención de Jesús no se puede realizar, porque la multitud, al escuchar el lugar solitario al que iba a ir en bote con sus discípulos, corren allí antes de su llegada.
Lo mismo puede suceder hoy también. A veces no tenemos éxito en nuestros proyectos porque hay una contingencia urgente que altera nuestros programas y exige flexibilidad y disponibilidad para las necesidades de los demás.
En estas circunstancias, estamos llamados a imitar lo que hizo Jesús: “Al desembarcar, Jesús vio una gran multitud. Él fue compasivo con ellos,
porque eran como ovejas sin pastor. Entonces comenzó a enseñarles largamente. “(V.34). En estas frases cortas, el evangelista nos ofrece un destello de singular intensidad, fotografiando los ojos del Maestro divino y su actitud. Observemos los tres verbos de este fotograma: ver, tener compasión, enseñar. Podemos llamarlos verbos del Pastor. La mirada de Jesús no es una mirada neutra o, peor aún fría y desapegada, porque Jesús siempre mira con los ojos del corazón. Y su corazón es tan tierno y compasivo, que sabe cómo captar las necesidades, incluso las más escondidas. Por otra parte, la compasión no se limita a indicar una reacción emocional a una de las personas de situación incómoda, pero es mucho más: es la actitud y la predisposición de Dios para el hombre y la historia.
Como a Jesús le conmovió ver a toda esta multitud que necesitaba guía y ayuda, esperaríamos que hiciera algún milagro. Por el contrario, comenzó a enseñarles muchas cosas. Este es el primer pan que el Mesías ofrece a la muchedumbre hambrienta y perdida: el pan de la Palabra.
Todos necesitamos la palabra de verdad, que nos guía e ilumina el camino. Sin la verdad, que es Cristo mismo, no es posible encontrar la dirección correcta de la vida. Cuando nos alejamos de Jesús y su amor, nos perdemos a nosotros mismos y la vida se transforma en desilusión e insatisfacción. Con Jesús a su lado, podemos avanzar con seguridad, podemos superar las pruebas, progresamos en el amor de Dios y el prójimo. Jesús se ha convertido en un regalo para los demás, convirtiéndose en un modelo de amor y servicio para cada uno de nosotros.
Que la Santísima Virgen María nos ayude a encargarnos de los problemas, los sufrimientos y las dificultades de nuestro prójimo, a través de una actitud de compartir y de servicio.
23.07.18


Grecia: El Papa invoca “consuelo y fortaleza” a las víctimas de los incendios

Telegrama del Santo Padre

(24 julio 2018).- El Papa Francisco invoca “de todo corazón” las bendiciones del Señor de “consuelo y fortaleza” para cuantos sufren por los incendios propalados en Grecia, tres de ellos cerca de Atenas, y encomienda los 60 difuntos, hasta el momento –según el diario El Mundo–, “al amor misericordioso de Dios Todopoderoso”.
El Cardenal Pietro Parolin ha enviado en nombre del Santo Padre un telegrama de pésame a las autoridades eclesiásticas y civiles locales por los incendios forestales en Grecia, este martes, 24 de julio de 2018, informa la Santa Sede.
En el mensaje, Francisco se muestra “entristecido profundamente” al tener noticia de los recientes incendios forestales en Grecia, y manifiesta su “profunda solidaridad” a todos los afectados por esta tragedia.
En particular, encomienda los difuntos  al amor misericordioso de Dios Todopoderoso, y alienta en sus esfuerzos de rescate a las autoridades civiles y al personal de emergencia.

Del mismo modo, el Pontífice invoca de todo corazón las bendiciones del Señor de consuelo y fortaleza para cuantos sufren, indica Mons. Pietro Parolin en la carta.
25.07.18


6º aniversario del pontificado de Francisco: El Vaticano estrena una medalla

Sobre el triunfo de la paz


(25 julio 2018).- A partir del 26 de julio de 2018, la medalla del 6º aniversario de Su Santidad Francisco estará disponible en la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica del Estado de la Ciudad del Vaticano y en las instalaciones de la Biblioteca de la Editorial del Vaticano, que tendrá las siguientes características.
La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó del acontecimiento este miércoles, 25 de julio de 2018.
En la cara de la medalla, se representa una paloma difundiendo rayos de luz concéntricos que iluminan el escudo de armas papal y se refieren simbólicamente a los dones que el Espíritu Santo le da a la Iglesia. A continuación, el nombre del artista.
En el borde, la inscripción e civitate vaticana con el número de medalla. Y en el reverso, en la parte superior de la moneda, la paz triunfa (hay una rama de olivo y el abrazo de la madre al niño).
La guerra se representa en cambio en la parte de abajo (alambre de púas, un símbolo de coacción y violencia). Para dividir los dos escenarios opuestos se destaca el símbolo tradicional de la flor de amapola de los caídos en la guerra.
La frase “Nada se pierde con la paz. Todo puede ser con la guerra” está tomada del mensaje de radio del 24 de agosto de 1939 de Pío XII.
Un siglo después del final de la Primera Guerra Mundial, la elección entre la paz y la guerra sigue siendo dramáticamente diaria para todos.
La medalla es obra de Chiara Principe. Cada ejemplar va acompañado de un certificado de garantía, numerado, con sello seco de la Secretaría de Estado y el Instituto Poligráfico y la Casa de la Moneda del Estado Italiano.
26.07.18





Teología: Francisco anima a asumir un “liderazgo renovado” y a trabajar en red

Mensaje del Papa

(27 julio 2018).- Los teólogos y expertos que participan en la 3ª Conferencia Internacional Catholic Theological Ethics in the World Church, en Sarajevo, han recibido un claro mensaje del Papa Francisco: La necesidad de “construir puentes, no muros”, asumir un “liderazgo renovado” y la urgente necesidad de “establecer redes”, ampliando el “diálogo”.
El Santo Padre ha acompañado así a los teólogos e investigadores en este área con motivo de la apertura de los trabajos de la III Conferencia Internacional Catholic Theological Ethics in the World Church que tiene lugar en Sarajevo, en Bosnia y Herzegovina, dal 26 al 29 de julio de 2018 y cuyo tema es A Critical Time for Bridge-Building: Catholic Theological Ethics Today.
El tema de vuestro encuentro es uno sobre el que yo también he llamado a menudo la atención: la necesidad de construir puentes, no muros” –les dice el Obispo de Roma–. “Hace falta un liderazgo que pueda ayudar a encontrar y poner en práctica una forma más justa para que todos vivamos en este mundo como partícipes en un destino común”.
Eliminar los muros
Sin renunciar a la prudencia, estamos llamados a reconocer cada signo y movilizar toda nuestra energía para eliminar los muros de división y construir puentes de fraternidad en todo el mundo”. Francisco ha animado a los teólogos a seguir una “forma particular de competencia, más urgente y compleja hoy” a la que se refiere en el Prólogo de la reciente Constitución Apostólica Veritatis Gaudium.
En este sentido, les recordó que “al mencionar los criterios fundamentales para una renovación y un relanzamiento de los estudios eclesiásticos”, hizo hincapié en la importancia de un “amplio diálogo” (n.° 4b), que pueda servir “de base para esa apertura interdisciplinaria y transdisciplinaria” tan vital también para la teología y para la ética teológica.
Red de reflexión ética
Además, el Pontífice señaló en el prólogo de Veritatis Gaudium “la urgente necesidad de ‘establecer redes’ entre las instituciones de todo el mundo que cultiven y promueven los estudios eclesiásticos”, les indica en la carta.
Mensaje del Papa Francisco
¡Queridos hermanos y hermanas!
Saludo a todos vosotros, participantes en esta Tercera Conferencia mundial sobre Ética Teológica. Se lleva a cabo en Sarajevo, una ciudad de gran valor simbólico por el camino de reconciliación y pacificación después de los horrores de una guerra reciente que acarreó tanto sufrimiento a la gente de esa región.
Sarajevo es una ciudad de puentes. Vuestro encuentro está inspirado en este motivo dominante, que advierte sobre la necesidad de construir, en un ambiente de tensión y división, nuevos caminos de cercanía entre pueblos, culturas, religiones, concepciones de la vida y orientaciones políticas. He apreciado este esfuerzo vuestro desde el principio, cuando los miembros de vuestro comité de planificación me visitaron en el Vaticano el pasado mes de marzo.
El tema de vuestro encuentro es uno sobre el que yo también he llamado a menudo la atención: la necesidad de construir puentes, no muros. Vuelvo a repetirlo con la viva esperanza de que las personas en todas partes presten atención a esta necesidad que cada vez se reconoce más, a pesar de que a veces suscite miedo y formas de regresión. Sin renunciar a la prudencia, estamos llamados a reconocer cada signo y movilizar toda nuestra energía para eliminar los muros de división y construir puentes de fraternidad en todo el mundo.


Los tres puntos focales de vuestro encuentro se intersecan a lo largo de este camino de construcción de puentes en un momento crítico como el nuestro. Habéis dado un lugar central al desafío ecológico, ya que algunos de sus aspectos pueden crear graves desequilibrios no solo en términos de la relación entre el hombre y la naturaleza, sino también entre generaciones y personas. Este desafío, tal como emerge de la Encíclica Laudato Si ‘, no es simplemente uno entre muchos, sino el escenario más amplio para una comprensión tanto de la ética ecológica como de la ética social. Por esta razón, vuestra preocupación por el tema de los inmigrantes y refugiados es muy seria y provoca una metanoia que puede fomentar la reflexión ética y teológica, incluso antes de inspirar actitudes pastorales adecuadas y políticas responsables y cuidadosamente planificadas.
En este escenario complejo y exigente, se necesitan individuos e instituciones capaces de asumir un liderazgo renovado. No es necesario, por otro lado, gritar slogans que a menudo quedan vacíos, o del antagonismo entre las partes que compiten por el primer puesto. Hace falta un liderazgo que pueda ayudar a encontrar y poner en práctica una forma más justa para que todos vivamos en este mundo como partícipes en un destino común.
Con respecto a la cuestión de cómo la ética teológica pueda dar su propia contribución específica, encuentro incisiva vuestra propuesta de crear una red entre personas en los diversos continentes que, con diferentes modalidades y expresiones, puedan dedicarse a la reflexión ética en una clave teológica en un esfuerzo para encontrar recursos nuevos y efectivos. Con tales recursos, se pueden llevar a cabo análisis adecuados, pero, lo que es más importante, se pueden movilizar energías para una praxis compasiva y atenta a situaciones humanas trágicas, preocupada por acompañarlas con un cuidado misericordioso. Para crear una red así, es urgente construir puentes entre vosotros, compartir ideas y programas, y desarrollar formas de acercamiento. Huelga decir que esto no significa luchar por la uniformidad de los puntos de vista, sino más bien buscar con sinceridad y buena voluntad una convergencia de propósitos, con apertura dialógica y con la  discusión de perspectivas diferentes. Os será útil una forma particular de competencia, más urgente y compleja hoy, a la que me referí en el Prólogo de la reciente Constitución Apostólica Veritatis Gaudium. Al mencionar los criterios fundamentales para una renovación y un relanzamiento de los estudios eclesiásticos, hice hincapié en la importancia de un “amplio diálogo” (n.° 4b), que pueda servir de base para esa apertura interdisciplinaria y transdisciplinaria tan vital también para la teología y para la ética teológica. También señalé “la urgente necesidad de ‘establecer redes’ entre las instituciones de todo el mundo que cultiven y promueven los estudios eclesiásticos” (n.° 4d).
Os animo, como hombres y mujeres que trabajan en el campo de la ética teológica, a apasionaros por este diálogo y a trabajar en red. Este enfoque puede inspirar análisis que serán aún más perspicaces y atentos a la complejidad de la realidad humana. Vosotros mismos aprenderéis cada vez mejor cómo ser fieles a la palabra de Dios que nos desafía en la historia, y a mostrar solidaridad con el mundo, que no estáis llamados a juzgar sino, más bien a ofrecerle nuevos caminos, acompañar itinerarios, restañar heridas y sostener debilidades.
Tenéis ya más de diez años de experiencia en la construcción de esos puentes en vuestra asociación, Catholic Theological Ethics in the World Church. Vuestros encuentros internacionales en Padua (2006) y Trento (2010), vuestros encuentros regionales en diferentes continentes y vuestras diversas iniciativas, publicaciones y actividades docentes, os han enseñado un estilo de intercambio que confío en que persevere de una manera que resulte fructífera para toda la Iglesia. Me uno a vosotros para dar las gracias a los oficiales que han llegado al final de su mandato y a los que ahora asumen sus responsabilidades; os recordaré en mis oraciones. A todos vosotros imparto cordialmente mi bendición, y os pido, por favor, que recéis por mí.
Desde el Vaticano, 11 de julio de 2018
28.07.18




Ángelus: Que prevalezca la solidaridad en el mundo


(29 julio 2018).- A las 12 del mediodía el Papa Francisco se ha asomado a la ventana del despacho que da a la Plaza San Pedro para recitar el Ángelus ante 25.000 fieles reunidos.
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! ¡Qué valor que tienen con este calor que hace en la Plaza! El Evangelio de hoy (Jn 6,1-15) presenta el relato de la multiplicación de los panes y los peces. Al ver a la gran multitud que lo había seguido cerca del lago de Tiberíades, Jesús se dirigió al apóstol Felipe y le preguntó: “¿Dónde podemos comprar pan para que ellos tengan comida?” (V. 5). De hecho, el poco dinero que poseen Jesús y los apóstoles no es suficiente para alimentar a esa multitud. Y he aquí que Andrés, otro de los Doce, lleva ante Jesús a un muchacho que le proporciona todo lo que tiene: cinco panes y dos peces; pero ciertamente- dice Andrés – no es casi nada para toda esa multitud (v. 9) ¡Bravo este muchacho! Valiente.
Él también vio a la multitud y vio sus cinco panes. Él dice: “Tengo esto: si sirve, estoy a vuestra disposición”. Este muchacho nos hace pensar … Ese coraje …ese valor.. Los jóvenes son así, tienen coraje. Debemos ayudarlos para que lleven adelante este valor. Sin embargo, Jesús les ordena a los discípulos que hagan que la gente se siente en el suelo, luego toma esos panes y esos peces, le da gracias al Padre y los distribuye (v. 11), y todos pueden comer hasta la saciedad. Todos comieron lo que querían.
Con este pasaje del Evangelio, la liturgia nos lleva a no apartar la mirada de aquel Jesús que, el domingo pasado, en el Evangelio de Marcos, viendo “una gran multitud, tuvo compasión de ellos” (6:34). Incluso ese muchacho de los cinco panes ha comprendido la situación de esa pobre gente, “yo tengo esto”, la compasión, la compasión lo llevó a ofrecer lo que tenía.
De hecho, hoy Juan nos muestra nuevamente a Jesús atento a las necesidades primarias de las personas. El episodio surge de un hecho concreto: las personas están hambrientas y Jesús involucra a sus discípulos para que su hambre sea saciada. Este es el hecho concreto. Jesús no se limitó a dar esto a la muchedumbre, sino que ofreció su Palabra, su consuelo, su salvación, finalmente su vida, pero ciertamente también hizo esto: se ocupó de la comida para el cuerpo.
Y nosotros, sus discípulos, no podemos hacer como quién no quiere la cosa. Solo escuchando las más sencillas peticiones de la gente y estando al lado de sus situaciones existenciales concretas, se puede escuchar cuando se habla de valores más elevados. El amor de Dios por la humanidad hambrienta de pan, de libertad, de justicia, de paz y, sobre todo, de su gracia divina, nunca falla. Jesús sigue dando de comer también hoy, sigue haciéndose presencia viva y consoladora, y lo hace a través de nosotros.
Por lo tanto, el Evangelio nos invita a estar disponibles y a ser laboriosos, como ese muchacho que se da cuenta de que tiene cinco panes y dice: “Doy esto, después se verá …”. Ante el grito de hambre -todo tipo de “hambre” – de tantos hermanos y hermanas en todas partes del mundo, no podemos permanecer distantes y tranquilos espectadores. La proclamación de Cristo, pan de la vida eterna, exige un compromiso generoso de solidaridad con los pobres, los débiles, los últimos, y los indefensos. Esta acción de proximidad y caridad es la mejor verificación de la calidad de nuestra fe, tanto a nivel personal como a nivel comunitario.
Luego, al final del relato, Jesús, cuando todos estaban satisfechos, les dijo a los discípulos que recogieran los pedazos que habían sobrado para que nada se perdiera. Y me gustaría proponeros esta frase de Jesús: “Recoge los pedazos que han sobrado para que nada se desperdicie”, (v. 12). Pienso en personas que tienen hambre y cuánta comida que sobra tiramos … Cada uno de nosotros debe pensar: la comida que sobra en el almuerzo, en la cena, ¿a dónde va? En mi casa, ¿qué se hace con el almuerzo, con la comida que sobra, ¿se tira? No. Si tienes esta costumbre, te aconsejo que hables con tus abuelos que han conocido el periodo posterior a la guerra, que te digan lo que hacían con el pan que sobraba. No tiréis nunca la comida que sobra. Se prepara o se da, jamás tirar el pan que sobra. Es un consejo y un examen de conciencia: ¿qué haces en casa con la comida que sobra? Recemos a la Virgen María, para que en el mundo prevalezcan los programas dedicados al desarollo, a la alimentación, a la solidaridad y no a los del odio, los armamentos y la guerra.
Después de la bendición: Y no olvidéis dos cosas: una imagen y una pregunta. El icono del valiente joven que da lo poco tiene para saciar a una gran muchedumbre. Tened valor, siempre. Y la frase, que es una pregunta, un examen de conciencia: ¿qué haces en casa con la comida que sobra? ¡Gracias!
30.07.18




Roma: El Papa visitó por sorpresa a una anciana enferma

Cerca de la Plaza Buenos Aires

(30 julio 2018).- El Papa Francisco visitó en la tarde del domingo, 30 de julio de 2018, a una anciana, conocida suya, que por la enfermedad que padece no puede salir de casa, y había pedido en varias ocasiones ver al Santo Padre.
A última hora de la tarde –informa ‘Vatican News’ en español– el Obispo de Roma llegó inesperadamente dentro de su Ford Focus azul a la Vía Alessandria dentro del barrio Salario de Roma, para visitar en persona a dicha señora.
Algunas personas del barrio reconocieron el automóvil azul del Papa y esperaron a que saliera, a pesar del calor, en frente de la puerta, narra el medio vaticano. La visita del Papa, que iba acompañado por los gendarmes y algunos policías vestidos de paisanos, duró alrededor de una hora.
Abrazos y sonrisas
Francisco saludó al todos los vecinos del barrio que lo esperaban abajo en la calle, cuando salió del edificio. El Pontífice, con “gran afecto, estrechó la mano a cada uno de ellos y regaló abrazos y sonrisas”, describen en ‘Vatican News’.
Varias personas se acercaron el Pontífice, entre ellos destaca un hombre enfermo, que vive en el mismo edificio que la anciana. Este señor más que un estreche de manos, pedía el consuelo y la oración del Papa.
Durante esos minutos de cercanía, el Papa se detuvo para jugar con un niño, mientras que una mujer joven al verlo, no pudo contener las lágrimas de la emoción. También fue especialmente emotivo el momento en el que un vecino se acercó al Santo Padre para regalarle un pequeño crucifijo.
Según narra ‘Vatican News’, el Papa Francisco conoce el barrio, ya que a escasos metros, concretamente en la Plaza Buenos Aires, está la iglesia argentina de Santa María de los Dolores, donde, el Papa cuando era cardenal, iba en autobús para buscar a los cohermanos.

31.07.18





60.000 monaguillos del ‘Coetus Internationalis Ministrantium’ peregrinan a Roma

Audiencia con el Papa Francisc

(31 julio 2018).- El Papa Francisco se reunirá en audiencia con más de 60.000 monaguillos del Coetus Internationalis Ministrantium (CIM), procedentes de 18 países, en peregrinación en Roma.
La audiencia tendrá lugar a las este martes, 31 de julio de 2018, a las 18 horas en la Plaza de San Pedro en Roma.
Del 30 de julio al 3 de agosto de 2018 tendrá lugar en Roma la Peregrinación internacional de monaguillos y muchachas del Coetus Internationalis Ministrantium(CIM). Se esperan más de 60.000 monaguillos, acompañados por el presidente del CIM, el obispo Ladislav Nemet S.V.D. (Zrenjanin, Serbia).
Son 18 los países que participan en esta convocatoria: Antigua y Barbuda, Austria, Bélgica, Croacia, República Checa, Francia, Alemania, Hungría, Luxemburgo, Portugal, Rumania, Rusia, Serbia, Eslovaquia, Suiza, Ucrania, Reino Unido y Estados Unidos
Los aproximadamente 50.000 monaguillos de Alemania están acompañados por el obispo salesiano Stefan Michaelis (Passau), Presidente de la Comisión Pastoral Juvenil de los obispos alemanes ‘Conferencia y numerosos miembros de la Conferencia Episcopal Alemana’.
Este año la Peregrinación Internacional de los servidores del altar está dedicado al lema Busca la paz y síguela (Salmo 34: 15b).
Paz – el lema de la Peregrinación Internacional
Salmo 34: 15b: La comunidad más allá de todas las fronteras y la certeza de que los jóvenes y los jóvenes adultos serán un ejemplo de un futuro común al servicio de Jesucristo.
01.08.18



4 de jul. 2018

PAPA JULIOL


Misa del Papa Francisco para los migrantes en la Basílica de San Pedro

5º aniversario del viaje a Lampedusa

(4 julio 2018).- El ‘Papa de los pobres’ celebrará la Misa para los migrantes, en el Altar de la Cátedra de la basílica de San Pedro, el próximo viernes, 6 de julio de 2018, coincidiendo con el 5º aniversario de la visita de Francisco a Lampedusa (8 de julio de 2013).
La Eucaristía será a las 11 horas y será una “ocasión de oración por los muertos, por los supervivientes y por aquellos que los asisten”, ha informado el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Greg Burke, esta mañana en un comunicado.
Se esperan aproximadamente 200 personas, entre los cuales refugiados y personas que se ocupan de ellos.
La participación está reservada a las personas con entrada, que es siempre gratuita, ha señalado Burke.
05.07.18



Migración: La única respuesta sensata es la de la “solidaridad” y la “misericordia”

Homilía del Papa Francisco


(6 julio 2018).- “Frente a los desafíos migratorios de hoy, la única respuesta sensata es la de la solidaridad y la misericordia; una respuesta que no hace demasiados cálculos, pero exige una división equitativa de las responsabilidades, un análisis honesto y sincero de las alternativas y una gestión sensata” ha puntualizado Francisco en la homilía de la Eucaristía.
Esta mañana, a las 11 horas en el Altar de la Cátedra de la basílica de San Pedro, el Santo Padre Francisco ha celebrado la Misa por los migrantes en el quinto aniversario de su visita a Lampedusa (Italia). Han participado alrededor de 200 personas, entre las cuales refugiados y personal que los atiende.
Homilía del Papa Francisco
«Escuchad esto, los que pisoteáis al pobre y elimináis a los humildes […]. Vienen días en que enviaré hambre al país: […] hambre de escuchar las palabras del Señor» (Am8,4.11).
La advertencia del profeta Amós resulta aún hoy de candente actualidad. Cuántos pobres hoy son pisoteados. Cuántos pequeños son exterminados. Todos son víctimas de esa cultura del descarte que ha sido denunciada tantas veces. Y entre ellos, no puedo dejar de mencionar a los emigrantes y refugiados, que continúan llamando a las puertas de las naciones que gozan de mayor bienestar.

Hace cinco años, durante mi visita a Lampedusa, recordando a las víctimas de los naufragios, me hice eco de ese perenne llamamiento a a responsabilidad humana: «“¿Dónde está tu hermano?, la voz de su sangre grita hasta mí”», dice Dios. Ésta no es una pregunta dirigida a otros, es una pregunta dirigida a mí, a ti, a cada uno de nosotros» (Homilía, Visita a Lampedusa, 8 julio 2013). Lamentablemente, las respuestas a este llamamiento ―aun siendo generosas― no han sido suficientes, y hoy nos encontramos llorando a millares de muertos.
El Evangelio que hoy ha sido proclamado incluye la invitación de Jesús: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré». El Señor promete alivio y liberación a todos los oprimidos del mundo, pero tiene necesidad de nosotros para que su promesa sea eficaz. Necesita nuestros ojos para ver las necesidades de los hermanos y las hermanas. Necesita nuestras manos para prestar ayuda. Necesita nuestra voz para denunciar las injusticias cometidas en el silencio ―a veces cómplice― de muchos. En efecto, tendría que hablar de muchos silencios: el silencio del sentido común, el silencio del «siempre se ha hecho así», el silencio del «nosotros» contrapuesto al «vosotros». El Señor necesita sobre todo nuestro corazón para manifestar el amor misericordioso de Dios hacia los últimos, los rechazados, los abandonados, los marginados.
En el Evangelio de hoy, Mateo narra el día más importante de su vida, en el que fue llamado por el Señor. El evangelista recuerda claramente el reproche de Jesús a los fariseos, que se dan con facilidad a retorcidas murmuraciones: «Andad, aprended lo que significa “Misericordia quiero y no sacrificio”» (9,13). Es una acusación directa contra la hipocresía estéril de quien no quiere «ensuciarse las manos», como el sacerdote y el levita de la parábola del Buen Samaritano. Se trata de una tentación muy frecuente también en nuestros días, que se traduce en una cerrazón respecto a quienes tienen derecho, como nosotros, a la seguridad y a una condición de vida digna, y que construye muros ―reales o imaginarios― en vez de puentes.
Frente a los desafíos migratorios de hoy, la única respuesta sensata es la de la solidaridad y la misericordia; una respuesta que no hace demasiados cálculos, pero exige una división equitativa de las responsabilidades, un análisis honesto y sincero de las alternativas y una gestión sensata. Una política justa es la que se pone al servicio de la persona, de todas las personas afectadas; que prevé soluciones adecuadas para garantizar la seguridad, el respeto de los derechos y de la dignidad de todos; que sabe mirar al bien del propio país teniendo en cuenta el de los demás países, en un mundo cada vez más interconectado. Es este mundo al que miran los jóvenes.
El salmista nos ha indicado cuál es la actitud apropiada que en conciencia se ha de asumir delante de Dios: «Escogí el camino verdadero, deseé tus mandamientos» (v. 30). Un compromiso de fidelidad y de recto juicio que deseamos llevar adelante junto a los gobernantes de la tierra y a las personas de buena voluntad. Por eso seguimos con atención el trabajo de la comunidad internacional para responder a los desafíos que plantean las migraciones contemporáneas, armonizando con sabiduría la solidaridad y  la subsidiaridad e identificando responsabilidades y recursos.
Deseo concluir con algunas palabras en español, dirigidas particularmente a los fieles que han venido de España.
Quise celebrar el quinto aniversario de mi visita a Lampedusa con ustedes, quienes representan a los socorristas y a los rescatados en el Mar Mediterráneo. A los primeros quiero expresar mi agradecimiento por encarnar hoy la parábola del Buen Samaritano, quien se detuvo a salvar la vida del pobre hombre golpeado por los bandidos, sin preguntarle cuál era su procedencia, sus razones de viaje o sus documentos…: simplemente decidió hacerse cargo y salvar su vida. A los rescatados quiero reiterar mi solidaridad y aliento, ya que conozco bien las tragedias de las que se están escapando. Les pido que sigan siendo testigos de la esperanza en un mundo cada día más preocupado de su presente, con muy poca visión de futuro y reacio a compartir, y que con su respeto por la cultura y las leyes del país que los acoge, elaboren conjuntamente el camino de la integración.
Pido al Espíritu Santo que ilumine nuestra mente y encienda nuestro corazón para superar todos los miedos y las inquietudes y nos transforme en instrumentos dóciles del amor misericordioso del Padre, dispuestos a dar la propia vida por los hermanos y las hermanas, como lo hizo Nuestro Señor Jesucristo por cada uno de nosotros.
07.07.18




Ángelus: Cómo prepararse para las sorpresas de Dios

Una “escucha humilde” y una “espera dócil”

( 8 julio 2018).- “El Señor nos invita hoy a adoptar una actitud de escucha humilde y de espera dócil”, afirma el Papa Francisco, quien comentó el Evangelio antes de la oración del Ángelus del mediodía, en la Plaza de San Pedro, este domingo 8 de julio de 2018.
Y esta docilidad permite estar atento y receptivo a las sorpresas de Dios: “Porque la gracia de Dios a menudo se nos presenta de una manera sorprendente, que no coincide con nuestras expectativas. Dios no se ajusta a los prejuicios. Debemos esforzarnos para abrir nuestros corazones y nuestras mentes, para acoger la realidad divina que viene a nuestro encuentro. Se trata de tener fe: la falta de fe es un obstáculo para la gracia de Dios”.
El Papa Francisco dio como ejemplo a la Madre Teresa de Calcuta.
Palabras del Papa Francisco antes del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El pasaje del Evangelio de hoy (Marcos 6: 1-6) muestra a Jesús regresando a Nazaret, y en el día de reposo comienza a enseñar en la sinagoga. Desde que se fue y comenzó a predicar por las ciudades y pueblos cercanos, no había vuelto a poner un pie en su tierra natal. Por lo tanto, habrá ido toda la aldea para escuchar a este hijo del pueblo, cuya reputación de sabio maestro y poderoso sanador se extendió ahora a través de Galilea y más allá. Pero lo que podría ser un éxito, se convirtió en un rechazo rotundo, hasta el punto de que Jesús ya no podía realizar ningún milagro, sino solo algunas sanidades (ver v. 5). La dinámica de este día es reconstruida en detalle por el evangelista Marcos: la gente de Nazaret escucha primero y se queda asombrada; entonces se preguntan, perplejos: “¿De dónde vienen estas cosas”, esta sabiduría? y al final se escandaliza, reconociendo en él al carpintero, el hijo de María, a quien vieron crecer (vv 2-3). Por lo tanto, Jesús concluye con la expresión proverbial: “Nadie es profeta en su tierra” (v.4).
Nos preguntamos: ¿cómo los conciudadanos de Jesús pasan de la maravilla a la incredulidad? Ellos comparan el origen humilde de Jesús con sus habilidades actuales: él es carpintero, no estudió, pero predica mejor que los escribas y hace milagros. Y en lugar de abrirse a la realidad, se escandalizan. Según los habitantes de Nazaret, ¡Dios es demasiado grande para rebajarse a hablar a través de un hombre tan simple! Es el escándalo de la encarnación: el evento desconcertante de un dios hecho carne, que piensa con una mente humano, trabaja y actúa con las manos del hombre, ama con el corazón de un hombre, un Dios que lucha, come y duerme como uno de nosotros. El Hijo de Dios derroca cada esquema humano: no son los discípulos quienes lavaronn los pies del Señor, sino el Señor que lavó sus pies a los discípulos (Jn 13, 1-20).
Es un objeto de escándalo e incredulidad, no solo en ese momento, en ningún momento, incluso hoy en día.
La inversión de Jesús compromete a sus discípulos de ayer y de hoy a una verificación personal y comunitaria. De hecho, incluso hoy, podemos tener prejuicios que nos impiden captar la realidad. Pero el Señor nos invita hoy a adoptar una actitud de escucha humilde y de espera dócil, porque la gracia de Dios a menudo se nos presenta de una manera sorprendente, que no corresponde a nuestras expectativas.
Piense, por ejemplo, en la Madre Teresa de Calcuta, una mujercita por la que nadie habría dado ni 10 liras por ella (…). Iba por las calles para  coger a los moribundos y pudieran tener una muerte digna. Y esta pequeña hermanita con la oración y su obra ha hecho maravillas. La pequeñez de una mujer ha revolucionado la obra de la caridad en la Iglesia. Es un ejemplo de nuestros días
Dios no se ajusta a los prejuicios. Debemos esforzarnos para abrir nuestros corazones y nuestras mentes, para dar la bienvenida a la realidad divina que se nos presenta. Se trata de tener fe: la falta de fe es un obstáculo para la gracia de Dios. Muchos bautizados viven como si Cristo no existiera: repetimos gestos y señales de fe, pero sin corresponderles una verdadera adhesión a la persona de Jesús y su Evangelio. Por el contrario, cada cristiano, cada uno de nosotros, está llamado a profundizar en esta pertenencia fundamental, tratando de dar testimonio de ella mediante una actitud coherente de vida, cuyo hilo conductor siempre será la caridad.
Pidamos al Señor, por intercesión de la Virgen María, que ablande la dureza de los corazones y la estrechez de la mente, para que estemos abiertos a su gracia, a su verdad y a su misión de bondad y misericordia, que se da a todos, sin exclusión.
09.07.18

Francisco en Bari: “¡Basta de usar a Oriente Medio para obtener beneficios!”

Discurso del Santo Padre
(10 julio 2018).- “No hay alternativa posible a la paz”, anunció el Papa Francisco. “La paz no vendrá gracias a las treguas sostenidas por muros y pruebas de fuerza, sino por la voluntad real de escuchar y dialogar”.
En su visita a Bari, el pasado sábado, 7 de julio de 2018, el Papa Francisco mantuvo un diálogo a puerta cerrada en la basílica de San Nicolás, con los Patriarcas de las Iglesias Orientales. Al terminar este diálogo, salieron al exterior del templo y en presencia de los fieles que esperaban en la plaza, el Papa leyó unas palabras de saludo. Sucesivamente el Santo Padre y los Patriarcas fueron en autobús al arzobispado para almorzar.
El Pontífice advirtió que no se puede levantar la voz para hablar de paz mientras a escondidas se siguen desenfrenadas carreras de rearme. “Es una gravísima responsabilidad que pesa sobre la conciencia de las naciones, especialmente de las más poderosas”, señaló.
En esta línea, el Papa denunció la explotación de Oriente Medio: “¡Basta del beneficio de unos pocos a costa de la piel de muchos! ¡Basta de las ocupaciones de las tierras que desgarran a los pueblos! ¡Basta con el prevalecer de las verdades parciales a costa de las esperanzas de la gente! ¡Basta de usar a Oriente Medio para obtener beneficios ajenos a Oriente Medio!”, ha dicho.

Palabras del Papa Francisco
Queridos hermanos y hermanas
Estoy muy agradecido por este encuentro que hemos tenido la gracia de vivir. Nos hemos ayudado a redescubrir nuestra presencia como cristianos en Oriente Medio, como hermanos. Y será tanto más profética cuanto más manifieste a Jesús, el Príncipe de la paz (cf. Is 9,5). Él no empuña la espada, sino que le pide a los suyos que la metan de nuevo en la vaina (cf. Jn 18,11). También nuestro modo de ser iglesia se ve tentado por la lógica del mundo, lógica de poder y de ganancia, lógica apresurada y de conveniencia. Y está nuestro pecado, la incoherencia entre la fe y la vida, que oscurece el testimonio. Sentimos una vez más que debemos convertirnos al Evangelio, garantía de auténtica libertad, y hacerlo con urgencia ahora, en la noche del Oriente Medio en agonía. Como en la noche angustiosa de Getsemaní, no será la huida (cf. Mt26,56) o la espada (cf. Mt 26,52) lo que anticipe el radiante amanecer de la Pascua, sino el don de sí a imitación del Señor.
La buena noticia de Jesús, crucificado y resucitado por amor, que nos llegó desde las tierras de Oriente Medio, ha conquistado el corazón del hombre a lo largo de los siglos porque no está ligada a los poderes del mundo, sino a la fuerza inerme de la Cruz. El Evangelio nos obliga a una conversión diaria a los planes de Dios, a que encontremos solo en él seguridad y consuelo, para anunciarlo a todos y a pesar de todo. La fe de las personas sencillas, tan profundamente arraigada en Oriente Medio, es la fuente en la que debemos saciarnos y purificarnos, como sucede cuando volvemos a los orígenes, yendo como peregrinos a Jerusalén, a Tierra Santa o a los santuarios de Egipto, Jordania, Líbano, Siria, Turquía y de otros lugares sagrados de esa región.
Alentándonos mutuamente, hemos dialogado fraternalmente. Ha sido un signo de que el encuentro y la unidad hay que buscarlos siempre, sin temer las diferencias. Así también la paz: hay que cultivarla también en las áridas tierras de las contraposiciones, porque hoy, a pesar de todo, no hay alternativa posible a la paz. La paz no vendrá gracias a las treguas sostenidas por muros y pruebas de fuerza, sino por la voluntad real de escuchar y dialogar. Nosotros nos comprometemos a caminar, orar y trabajar, e imploramos que el arte del encuentro prevalezca sobre las estrategias de confrontación, que la ostentación de los amenazantes signos de poderdeje paso al poder de los signos de esperanza: hombres de buena voluntad y de diferentes credos que no tienen miedo de hablarse, de aceptar las razones de los demás y de cuidarse unos a otros. Solo así, cuidando que a nadie le falte pan y trabajo, dignidad y esperanza, los gritos de guerra se transformarán en cantos de paz.

Para ello es esencial que quien tiene el poder se ponga decidida y sin más dilaciones al servicio verdadero de la paz y no al de los propios intereses. ¡Basta del beneficio de unos pocos a costa de la piel de muchos! ¡Basta de las ocupaciones de las tierras que desgarran a los pueblos! ¡Basta con el prevalecer de las verdades parciales a costa de las esperanzas de la gente! ¡Basta de usar a Oriente Medio para obtener beneficios ajenos a Oriente Medio!
La guerra es la plaga que trágicamente asalta esta amada región. Quien lo sufre es sobre todo la gente pobre. Pensemos en la martirizada Siria, especialmente en la provincia de Deraa, donde se han reanudado intensos combates que han provocado un gran número de personas desplazadas, expuestas a terribles sufrimientos. La guerra es hija del poder y la pobreza. Se vence renunciando a la lógica de la supremacía y erradicando la miseria. Muchos conflictos han sido fomentados también por formas de fundamentalismo y fanatismo que, disfrazados de pretextos religiosos, han blasfemado en realidad el nombre de Dios, que es paz, y han perseguido al hermano que desde siempre ha vivido al lado. Pero la violencia se alimenta siempre de las armas. No se puede levantar la voz para hablar de paz mientras a escondidas se siguen desenfrenadas carreras de rearme. Es una gravísima responsabilidad que pesa sobre la conciencia de las naciones, especialmente de las más poderosas. No olvidemos el siglo pasado, no dejemos de lado las lecciones de Hiroshima y Nagasaki, no convirtamos las tierras de Oriente, donde apareció el Verbo de paz, en oscuras extensiones de silencio. Basta de contraposiciones obstinadas, basta de la sed de ganancia, que no se detiene ante nadie con tal de acaparar depósitos de gas y combustible, sin ningún cuidado por la casa común y sin ningún escrúpulo en que el mercado de la energía dicte la ley de la convivencia entre los pueblos.
Que para abrir caminos de paz, se vuelva la mirada en cambio hacia quien suplica poder vivir fraternalmente con los demás. Que se proteja la presencia de todos no solo de los que son mayoría. Que se abra también de par en par en Oriente Medio el camino del derecho a una común ciudadanía, camino para un futuro renovado. También los cristianos son y ha de ser ciudadanos a título pleno, con los mismos derechos.
Profundamente angustiados, pero nunca privados de esperanza, volvemos la mirada a Jerusalén, ciudad para todos los pueblos, ciudad única y sagrada para los cristianos, judíos y musulmanes de todo el mundo, cuya identidad y vocación ha de ser preservada más allá de las distintas disputas y tensiones, y cuyo status quo exige que sea respetado de acuerdo con lo deliberado por la Comunidad internacional y repetidamente formulado por las comunidades cristianas de Tierra Santa. Solo una solución negociada entre israelíes y palestinos, firmemente deseada y favorecida por la Comunidad de naciones, podrá conducir a una paz estable y duradera, y asegurar la coexistencia de dos Estados para dos pueblos.
La esperanza tiene el rostro de los niños. En Oriente Medio, durante años, un número aterrador de niños llora a causa de muertes violentas en sus familias y ve amenazada su tierra natal, a menudo con la única posibilidad de tener que huir. Esta es la muerte de la esperanza. Son demasiados los niños que han pasado la mayor parte de sus vidas viendo con sus ojos escombros en lugar de escuelas, oyendo el sordo estruendo de las bombas en lugar del bullicio festivo de los juegos. Que la humanidad – os ruego – escuche el grito de los niños, cuya boca proclama la gloria de Dios (cf. Sal 8,3). Solo secando sus lágrimas el mundo encontrará la dignidad.
Pensando en los niños -¡No nos olvidemos de los niños!-, dentro de poco lanzaremos al aire, junto con algunas palomas, nuestro deseo de paz. Que el anhelo de paz se eleve más alto que cualquier nube oscura. Que nuestros corazones se mantengan unidos y vueltos al cielo, esperando que, como en los tiempos del diluvio, regrese el tierno brote de la esperanza (cf. Gn 8,11). Y que Oriente Medio no sea más un arco de guerratensado entre los continentes, sino un arca de paz acogedora para los pueblos y los credos. Amado Oriente Medio, que desaparezcan de ti las tinieblas de la guerra, del poder, de la violencia, de los fanatismos, de los beneficios injustos,de la explotación, de la pobreza, de la desigualdad y de la falta de reconocimiento de los derechos. «Que la paz descienda sobre ti» (Sal 122,8) – repitamos juntos: «Que la paz descienda sobre ti»-, en ti la justicia, sobre ti descienda la bendición de Dios. Amén.
11.07.18





Ángelus: El mensajero del Reino de Dios viaja libre y ligero

Palabras del Papa en la oración mariana

(15 julio 2018).- Los misioneros viajan “libres y ligeros, sin apoyo y sin favores, solo seguros del amor de Aquel que los envía”: no son “gerentes todopoderosos, ni funcionarios intratables, ni estrellas de gira”, dijo el Papa Francisco en el Ángelus el 15 de julio de 2018.
Al presentar la oración mariana en la Plaza San Pedro en presencia de 15.000 personas, el Papa insistió sobre “la pobreza de los medios” en la misión. Y ha recordado que todos los cristianos son misioneros por el bautismo: “Un  bautizado que no siente la necesidad de anunciar el Evangelio, de anunciar a Jesús, no es un buen cristiano”.
Ningún cristiano anuncia el Evangelio ‘por su cuenta’, también dijo, sino solo enviado por la Iglesia que recibió el mandato del mismo Cristo”
Palabras del Papa antes del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de hoy (Mc 6, 7-13) narra el momento donde Jesús envía a los Doce en misión. Después de haberlos llamado por su nombre, uno por uno, “para que estuvieran con él” (Mc 3,14) escuchando sus palabras y observando sus gestos de curación, hoy les convoca de nuevo para “enviarles en misión de dos en dos “(6,7) a los pueblos a los que iba a ir. Es una especie de “práctica” de lo que estarán llamados a hacer después de la Resurrección del Señor con el poder del Espíritu Santo.
El pasaje del Evangelio se detiene en el estilo del  misionero, que podemos resumir en dos puntos: la misión tiene un centro; la misión tiene un rostro.
El discípulo misionero tiene sobre todo un centro de referencia, que es la persona de Jesús. La narración lo indica usando una serie de verbos que tienen a Jesús como sujeto: “los llamó”, “comenzó a enviarlos en misión”, “les dio autoridad”, “los ordenó”, “les dijo otra vez “(vv. 7.8.10) – de modo que el hecho de ir y de obrar de los Doce aparece como la irradiación de un centro, la representación de la presencia y de la obra de Jesús en su acción misionera. Esto manifiesta cuánto los Apóstoles no tienen nada propio que anunciar, ni habilidades para demostrar, sino que hablan y actúan en cuanto “enviados”, en cuanto mensajeros de Jesús.
Este episodio evangélico también nos concierne, y no solo a los sacerdotes, sino a todos los bautizados, llamados a testimoniar en los diversos ambientes de su vida el Evangelio de Cristo. Y para nosotros también, esta misión es auténtica solo desde su centro inmutable que es Jesús. No es una iniciativa de los fieles individuales, ni de los grupos, ni de las grandes agregaciones, sino que es la misión de la Iglesia inseparablemente unida a su Señor. Ningún cristiano anuncia el Evangelio “por su cuenta”, sino solo enviado por la Iglesia que recibió el mandato de Cristo mismo. Precisamente es el bautismo lo que nos hace misioneros. Un bautizado que no sienta la necesidad de proclamar el Evangelio, de anunciar a Jesús, no es un buen cristiano.
La segunda característica del estilo misionero es, por así decirlo, un rostro, que consiste en la pobreza de los medios., pobreza de los medios. Su equipaje responde a un criterio de “sobriedad”. Los Doce, de hecho, tienen la orden “no llevar para el viaje nada más que un bastón; ni pan, ni alforja, ni dinero en sus fajas”(v. 8). El Maestro los quiere libres y ligeros, sin apoyo y sin favores, solo seguros del amor de Aquel que los envía, fuertes de su palabra que anunciarán. El bastón y las sandalias son el equipo de los peregrinos, porque esos son los mensajeros del reino de Dios, no los gerentes todopoderosos, no los funcionarios intratables, no divos en turné. Pensemos por ejemplo, en esta diócesis de la cual soy el obispo. Pensemos en algunos santos de esta diócesis de Roma: San Felipe Neri, San Benito José Labre, San Alessio, Santa Ludovica Albertini, Santa Francisca Romana, San Gaspard Del Bufalo y muchos otros. No eran funcionarios ni empresarios, sino humildes trabajadores del Reino. Tenían este rostro. Y a este “rostro” también pertenece la manera con la cual se recibe el mensaje: de hecho puede suceder que no sea bienvenido o escuchado (ver v. 11). Eso también es pobreza: la experiencia del fracaso. La historia de Jesús, que fue rechazado y crucificado, prefigura el destino de su mensajero. Solo si estamos unidos a Él, muerto y resucitado, logramos encontrar el coraje de la evangelización.
Que la Virgen María, primera discípula y misionera de la Palabra de Dios, nos ayude a llevar al mundo el mensaje del Evangelio en una exaltación humilde y radiante, más allá de todo rechazo, incomprensión o tribulación.
Palabras del Papa después del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas:
Os saludo a todos de todo corazón, romanos y peregrinos de Italia y de diversas partes del mundo: familias, grupos parroquiales, asociaciones.
En particular, saludo a las Hermanas de la Preciosísima Sangre de Monza, a las novicias de las Hijas de María Auxiliadora provenientes de diversos países y a los jóvenes polacos de la diócesis de Pelplin (Polonia), que participan en un curso de ejercicios espirituales en Asís.
A todos os deseo un buen domingo y, por favor, no os olvidéis de rezar por mí. Buen apetito y adiós!
16.07.18