20 de juny 2017

PAPA "EXTRES"

Texto completo del discurso del Papa sobre Don Mazzolari

Párroco ‘incómodo’ de la ciudad italiana de Bozzolo
(Roma, 20 de abril. 2017).- A continuación proponemos el texto completo del discurso del papa Francisco sobre Don Primo Mazzolari, hecho este martes en su parroquia de Bozzolo, después de rezar delante de su tumba.
«Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Me han aconsejado que cortase un poco este discurso, porque es algo largo. Traté de hacerlo, pero no pude. Hay tantas cosas que venían, de aquí y allí, … Pero, ¡tened paciencia! Porque no quiero dejar de decir todo lo que quiero decir, de don Primo Mazzolari.
Soy peregrino aquí en Bozzolo y luego en  Barbiana, siguiendo las huellas  de dos párrocos que han dejado una estela de luz, aunque sea “incómoda” en su servicio al Señor y al pueblo de Dios. He dicho muchas veces que los párrocos son la fuerza de la Iglesia en Italia, y lo repito. Cuando son los rostros  de un clero no clerical, como fue este hombre,  dan vida a un verdadero y propio “magisterio de los  párrocos”, que hace tanto bien a todos. Don Primo Mazzolari ha sido llamado “el párroco de Italia”;y Juan XXIII  lo aclamaba como “la tromba del Espíritu Santo en la Baja Padania” .
Creo que la personalidad sacerdotal de Don Primo no es una excepción singular, sino un espléndido fruto de vuestras comunidades, aunque no siempre haya sido comprendido y apreciado. Como el beato Pablo VI dijo: “Caminaba hacia adelante con un paso demasiado largo  y muchas veces no podíamos  ir detrás de él. Y así sufrío él,  y sufrimos también nosotros. Es el  destino de los profetas “(Saludo a los peregrinos de Bozzolo y Cicognara, 1 de mayo, 1970). Su formación es hija de la rica tradición cristiana de esta tierra paduana, lombarda, cremonesa. En su juventud  le llamó la atención  la figura del gran obispo Geremia Bonomelli,  protagonista del catolicismo social, pionero de la pastoral de los migrantes.
No es mi tarea contar  o analizar la obra de Don Primo. Agradezco a quienes a lo largo de los años se han dedicado a ello. Yo prefiero meditar con vosotros – especialmente con mis hermanos sacerdotes que están aquí y también con los de toda Italia: este fue el “párroco de Italia” – meditar sobre la actualidad de su mensaje, que sitúo simbólicamente en tres escenarios que  todos los días llenaban sus ojos y su corazón: el río, la granjay la llanura.
1) El río es una imagen  magnífica, que pertenece a mi experiencia, y también a la vuestra. Don Primo desempeñó su ministerio a lo largo de los ríos,  símbolos de la primacía  y de la potencia de la gracia de Dios que fluye continuamente hacia el mundo. Su palabra, predicada o escrita, sacaba su pensamiento claro y su fuerza persuasiva de la fuente de la Palabra de Dios vivo, del Evangelio meditado y orado, reencontrado  en el Crucificado y en los hombres,  celebrado en gestos sacramentales no reducidos a mero ritual. Don Mazzolari, párroco de  Cicognara y de Bozzolo, no se reparó  del río de la vida, del sufrimiento de su gente, que lo plasmó  como pastor franco y exigente, primero consigo mismo. A lo largo del río aprendía cada día a recibir el don de la verdad y del amor, para hacerse portador  fuerte y generoso.
Predicando  a los seminaristas de Cremona, recordaba: ” Ser un” repetidor “es nuestra fuerza. […] Pero, entre un repetidor muerto, un altavoz y un repetidor  vivo, hay una diferencia.  El sacerdote es un repetidor, pero este repetir suyo no debe ser sin alma, pasivo, sin cordialidad . Al lado de la verdad que repito, tiene que  haber, tengo que poner algo mío, para mostrar que creo en lo que digo; debe hacerse de modo que el hermano se sienta invitado  a  recibir la verdad. “(1)  Su profecía se realizaba en el amar su propia época, en unirse  a la vida de las personas que encontraba, en  aprovechar  todas las oportunidades para proclamar la misericordia de Dios. Don Mazzolari no era uno que añoraba la Iglesia del pasado, sino  que trató de cambiar la Iglesia y el mundo a través del amor apasionado y  la dedicación incondicional.
En su ensayo “La parrocchia”, propone un examen de conciencia sobre los métodos de apostolado, convencido de que las deficiencias de la parroquia de su tiempo se debían a un defecto de  encarnación. Hay tres caminos que no conducen en la dirección evangelica.
-El “camino de dejar hacer.” Es el de quien  está a la ventana y mira sin ensuciarse las manos – ese “balconear” la vida-. Se contenta con criticar, con “describir con amarga complacencia y con altivez los errores”  (2) de todo el mundo. Esta actitud deja  la conciencia tranquila, pero no tiene nada de cristiano porque conduce a retirarse, con espíritu de juicio, a veces áspero. Falta una capacidad proactiva, un enfoque constructivo para solucionar los problemas.
El segundo método equivocado es el del “activismo separatista”. Uno se esfuerza en crear instituciones católicas (bancos, cooperativas, círculos, sindicatos, escuelas …). Así la fe se vuelve más activa pero – advertía Mazzolari – puede generar una comunidad cristiana de élite. Se favorecen intereses y clientelas con una  etiqueta católica. Y, sin querer, se construyen barreras que pueden llegar a ser insuperables para el surgimiento de la demanda de fe. Se tiende a afirmar lo que divide respecto  a lo que une. Es un método que no facilita la evangelización,  cierra las puertas y genera desconfianza.
El tercer error es el ‘sobrenaturalismo deshumanizador’. Uno se refugia en lo religioso para evitar  las dificultades y las decepciones que se encuentran. Uno se aleja del mundo, verdadero campo del apostolado, para preferir devociones.  Es la tentación del espiritualismo. El resultado es un apostolado débil, sin amor. “Los alejados no se pueden interesar con una oración  que no se convierta en caridad, con una procesión que no ayude a llevar las cruces de cada hora ” (3) El drama se consume en esta distancia entre la fe y la vida, entre la contemplación y la acción.
2) La granja. En la época de don Primo , se trataba de una “familia de familias”, que vivían juntas en estos campos fértiles, que también sufrían miserias e injusticias, a la espera de un cambio, que después se tradujo en el éxodo a las ciudades. La granja, la casa, nos dicen la idea de la Iglesia que tenía don Mazzolari. También él pensaba en una  Iglesia en salida, cuando meditaba para los sacerdotes con estas palabras: “Para caminar hay que salir de  casa y de  la Iglesia si el pueblo de Dios  ya no viene; y ocuparse y preocuparse  también de  esas necesidades que, aunque no sean  espirituales, son necesidades humanas y, cómo pueden perder al hombre, también pueden salvarlo. El cristiano se ha separado del  hombre, y nuestro discurso no puede entenderse a menos que lo introduzcamos de esta forma,  que parece las  más alejada y es la más segura. […] Para  hacer mucho, (4) hay que amar mucho “. Así decía vuestro párroco. La parroquia es el lugar donde cada hombre se siente esperado, un “hogar que no conoce las ausencias.” Don Mazzolari era un párroco convencido de que “el destino del mundo madura en las periferias “, y que hizo de su propia humanidad un instrumento de la misericordia de Dios, a la manera del padre de  la parábola evangélica, tan bien descrita en el libro “La más bella aventura “.
Él fue llamado con razón, “el párroco de los alejados” porque siempre los amó y los buscó, no se preocupó de preparar en teoría un método de apostolado válido para todos y para siempre, sino de proponer  el discernimiento como una manera de interpretar  el ánimo de cada hombre. Esta mirada misericordiosa y evangélica sobre la humanidad le llevó a dar también valor a la gradualidad necesaria: el sacerdote  no es uno que exige la perfección, sino que ayuda a todos a dar lo mejor.
Contentémonos de lo que pueden dar a nuestras poblaciones. ¡Tengamos sentido común!.  No tenemos que masacrar la espalda de la pobre gente “(5). Esto es lo que me gustaría repetir y repetirlo a todos los sacerdotes de Italia e incluso del mundo:. ¡Tengamos sentido común! ¡No masacremos la espalda de la  pobre gente! Y si, por estas aperturas, era llamado a la obediencia, la vivía de pie, como adulto, como  hombre y, al mismo tiempo.  de rodillas, besando la mano  a su obispo, que no dejaba de amar.
3) El tercer escenario – el primero era el río, el segundo,  la granja – el tercer escenario es el de vuestra gran llanura. Los que han acogido  el “Sermón de la Montaña” no tienen miedo de adentrarse, como viandantes y testigos, en la llanura que se abre, sin  límites tranquilizadores. Jesús prepara a sus discípulos a esto, llevándolos entre la multitud, entre los pobres,  revelando que la cumbre se alcanza  desde la llanura, donde se encarna la misericordia de Dios (cf. Homilía en el Consistorio, 19 de Noviembre, 2016).
Ante la caridad pastoral de Don Primo se abrían muchos horizontes, en situaciones complejas que tuvo que enfrentar: las guerras, el totalitarismo, los enfrentamientos fratricidas, la fatiga de la democracia en gestación, la miseria de su gente. Os animo, hermanos sacerdotes, a escuchar al mundo, a los que viven y trabajan en él, para hacéos cargo de todas las peticiones  de sentido y esperanza, sin miedo a cruzar los desiertos y las zonas de sombra. Así podemos convertirnos en Iglesia  pobre y con los pobres, la Iglesia de Jesús.
Don Primo definía la de los pobres como una “existencia que incomoda”  y la Iglesia necesita convertirse al reconocimiento de sus vidas para amarlos tal y  como son .”Los pobres deben ser amados como pobres, es decir, tal cual son, sin hacer cálculos sobre su pobreza, sin pretensiones  o derechos de hipoteca, ni siquiera la de hacerlos  ciudadanos del reino de los cielos y mucho menos prosélitos “. (6)
El no hacía proselitismo, porque  no es cristiano. El Papa Benedicto XVI nos dijo que la Iglesia, el cristianismo no crecen por  proselitismo, sino por atracción, es decir, por testimonio. Eso es lo que Don Primo Mazzolari hizo: testimonio. El Siervo de Dios vivió como un sacerdote pobre, no como un pobre sacerdote. En su testamento espiritual escribió: “Alrededor de mi altar, como  alrededor de mi casa y mi trabajo nunca hubo ” sonido del dinero “. Lo poco que ha pasado por  mis manos […] fue  donde tenía que ir. Si  tuviera alguna amargura sobre esta cuestión, incumbiría  a mis pobres y a las obras de la parroquia que hubiera querido ayudar ampliamente”.
Meditó a fondo sobre la diferencia de estilo entre Dios y el hombre: “El estilo de hombre: con mucho hace  poco. El estilo de Dios: con nada hace todo” (7 ‘). Por eso  la credibilidad del anuncio pasa a través de la sencillez y la pobreza de la Iglesia: “Si queremos que  la pobre gente vuelva a su Casa, hace falta que el pobre  encuentre “el aire del Pobre” , es decir, de Jesucristo. En su ensayo “La via crucis del povero” Don Primo recuerda que la caridad es una cuestión de  espiritualidad y de mirada. “El que tiene poca caridad  ve pocos pobres; el que tiene mucha caridad ve muchos pobres; el que no  tien caridad no ve ninguno “(8) Y añade: “El que conoce al pobre, conoce el hermano: el  que ve al hermano ve a Cristo, el que ve a Cristo ve a la vida y su poesía verdadera, porque la caridad es  la poesía del cielo traída a la tierra.”(9) .
Estimados amigos, gracias por haberme recibido hoy en la parroquia de Don Primo. A vosotros y a los obispos os digo: Estad orgullosos de haber generado “sacerdotes así”, y no os canséis de convertíos también vosotros en “sacerdotes y cristianos así”, aunque requiera luchar con vosotros mismos, llamando por su nombre a las tentaciones que nos acosan, dejando que nos cure la  ternura de Dios. Si os dieráis cuenta de no haber recogido la lección de don Mazzolari, hoy os invito a atesorarla.
Que el Señor, que ha suscitado siempre en la Santa Madre Iglesia pastores y profetas según su corazón, nos ayude hoy a no ignorarlos de nuevo. Porque ellos han visto lejos, y seguirles nos habría ahorrado sufrimientos y humillaciones. Tantas veces he dicho que el pastor debe ser capaz de ponerse delante del pueblo para indicar el camino, en medio como signo de cercanía o atrás para alentar a quien se ha quedado atrás. (cfr. Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, 31).
Y don Primo escribía: “Donde veo que el pueblo resbala hacia bajadas peligrosas, me pongo atrás; donde es necesario subir, me pongo delante. Muchos no entienden que es la misma caridad que me mueve en uno o en otro caso y que nadie la puede hacer mejor que un cura”.
Con este espíritu de comunión fraterna, con vosotros y con todos los sacerdotes de la Iglesia en Italia, con aquellos buenos párrocos, -quisiera concluir con una oración de don Primo-  párroco enamorado de Jesús y de su deseo de que todos los hombres se salven».
Así rezaba don Primo:
Has venido para todos:
para aquellos que creen y para aquellos que dicen que no creen.
Los unos y los otros,
a veces estos más que aquellos, trabajan, sufren, esperan
para que el mundo vaya un poco mejor.
Oh Cristo, has nacido ‘fuera de la casa’ y has muerto ‘fuera de la ciudad’,
para ser de manera todavía más visible el cruce y el punto de encuentro.
Nadie está fuera de la salvación, oh Señor,
para que nadie esté fuera de tu amor,
que no se consterna ni se reduce
por nuestras oposiciones y nuestros rechazos”.
Y ahora os daré la bendición. Recemos a la Virgen, primero, que es nuestra Madre: sin Madre no podemos seguir adelante.
Ave María…


1 P. Mazzolari, Preti così, 125-126.
2 Id., Lettera sulla parrocchia, 51.
3 Ibid., 54.
4 P. Mazzolari, Coscienza sociale del clero, ICAS, Milano, 1947, 32.
5 Id., Preti così, 118-119.
6 Id., La via crucis del povero, 63.
7 Id., La parrocchia, 84.
8 Id., La via crucis del povero, 32.
9 Ibid. 33.
10 Id., Scritti politici, 195.
21.06.17






Audiencia de Papa a los Resurreccionistas:

Anunciar a Cristo con la audacia del Espíritu”

El capítulo general de la orden se realiza del 11 al 25 de junio en Roma

(Ciudad del Vaticano, 24 Jun. 2017).- Los participantes en el XXXII Capítulo General de la Congregación de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo (Resurreccionistas), en curso en Roma del 11 al 25 de junio de 2017 y cuyo tema es “Testigos de la presencia del Señor resucitado: De la comunidad al mundo”, han sido recibidos este sábado por el papa Francisco en el Vaticano.
Así en la Sala del Consistorio, en el Palacio Apostólico, el Pontífice articuló sus palabras en tres puntos:
Primero: “Testigos de la presencia del Señor resucitado” y les propuso como icono a Maria Magdalena, que después de encontrar a Jesús resucitado, lo anuncia a los otros discípulos. Y ser hombres que “saben cómo proclamar, con la audacia que viene del Espíritu, que Cristo está vivo y es el Señor”.
El segundo punto fue “de la comunidad al mundo”, salir a llevar la Buena Nueva de la Resurrección, asumiendo los riesgos y expresarla en la vida fraterna en comunidad. Ser constructores de “comunidades” evangélicas y no meros “consumidores” de ellas.
Y tercero: la luz del misterio pascual  devuelve una “esperanza fiable”. Tener el valor de “bajar a nuestros sepulcros  personales y comunitarios”, y ver “cómo Jesús es capaz de resucitarnos  de ellos”.
Discurso que el Santo Padre :
«Queridos  hermanos,
Os acojo con alegría con ocasión de vuestro capítulo general. Doy las  gracias al Superior General sus palabras; y, a través de vosotros, saludo a todos los hermanos presentes en quince países de cuatro continentes.

Hijos espirituales de  Bogdan Janski, apóstol de los emigrados polacos en Francia durante el siglo XIX, habéis  nacido para dar testimonio de que la resurrección de Cristo es el fundamento de la vida cristiana, para anunciar la necesidad de una resurrección personal y apoyar a la comunidad en su misión al servicio del Reino de Dios. En estrecha relación con el carisma del Instituto,  habéis elegido para este capítulo el tema “Testigos de la presencia del Señor resucitado: de la comunidad al mundo.” Me gustaríar eflexionar sobre  tres expresiones.
1. Testigos de la presencia del Señor resucitado: Es decir, misioneros, apóstoles del Viviente. Por eso  os propongo como  icono a Maria Magdalena, la apóstola de los apóstoles, que en la mañana de Pascua, después de encontrar a Jesús resucitado, lo  anuncia a los otros discípulos. Buscaba a Jesús muerto y lo encuentra  vivo. Y esa es la alegre Buena Nueva  que lleva a los demás: Cristo está vivo y tiene el poder para vencer la muerte y darnos la vida eterna.
A partir de aquí se deriva una primera reflexión:  La nostalgia de un pasado que ha podido ser fructífero en vocaciones y obras grandiosas no os debe impedir ver la vida que el Señor hace brotar  a vuestro lado en el momento presente. No seáis hombres nostálgicos, sino hombres que, movidos por la fe en el Dios de la historia y de la vida, anuncian la llegada del alba, incluso en la oscuridad de la noche (Is 21.11 a 12).
Hombres contemplativos que,  con los ojos del corazón fijos en el Señor, saben ver lo que otros no ven, impedidos por las preocupaciones de este mundo; hombres que saben cómo proclamar, con la audacia que viene del Espíritu, que Cristo está vivo y es el Señor.

Una segunda consideración es la siguiente: María Magdalena y las otras van al sepulcro (cf. Lc 24.1 a 8) son mujeres “en salida”: abandonan su “nido” y se ponen en camino, saben arriesgarse. El Espíritu os llama, también a vosotros,  Hermanos de la Resurrección  a ser hombres en camino, un Instituto “en salida” hacia las periferias humanas , allí donde es necesario  llevar la luz del Evangelio.
Les llama a ser buscadores del rostro de Dios allí donde se encuentra:  no en las tumbas – “¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?” (V. 5) -, sino donde El vive: en la comunidad y en la misión.
2. De la comunidad al  mundo. Como los discípulos de Emaús, dejad que os alcance el Resucitado, sea individualmente que como comunidad, especialmente a lo largo de los caminos de la decepción y el abandono (cf. Lc 24,11ss). Y este encuentro os hará correr de nuevo, llenos de alegría y sin demora, a la comunidad, y de ella a todo el mundo para anunciar: “¡Verdaderamente el Señor ha resucitado!” (V. 34).
Los que creen en el Resucitado tienen el coraje de “salir” a llevar la Buena Nueva de la Resurrección, asumiendo los riesgos del testimonio, como hicieron los apóstoles. ¡Cuántos esperan esta alegre noticia! No podemos privarles de ella. Si la resurrección de Cristo es nuestra mayor certeza y el tesoro más preciado,¿ Cómo no podemos correr a anunciarlo  a los demás?
Y una forma concreta de expresarla  es la vida fraterna en comunidad. Se trata de acoger a los hermanos que  Señor nos da: no a los que elegimos nosotros, a los que el Señor nos da.Puesto que Cristo ha resucitado ya no se nos permite, como dice el Apóstol Pablo, mirar a los otros  a la manera humana (cf. 2 Co 5:16). Los vemos y los acogemos como un regalo del Señor. El otro es un regalo que no puede ser manipulado o despreciado; un regalo para recibirlo con respeto, porque en él, sobre todo si es débil y frágil, sale a mi encuentro Cristo.

Os exhorto  a ser constructores de “comunidades” evangélicas y no meros “consumidores” de  ellas;  a asumir  la vida fraterna en la comunidad como la primera forma de evangelización. Las comunidades estén abiertas a la misión y huyan de la referencia a sí mismas,  que lleva a la muerte.  Que los problemas – siempre  los hay – no os ahoguen; cultivad, en cambio,  “la mística del encuentro” y buscad, junto con los hermanos que el Señor os  ha dado e iluminados ” por la relación de amor que recorre las tres Personas Divinas ” el camino y el método para ir adelante (cf. Carta apostólica
A todos los consagrados , 21 de noviembre de 2014, I, 2). En una sociedad que tiende a nivelar y uniformar, donde la injusticia contrapone y divide, en un mundo desgarrado y agresivo,¡ no dejés que falte el testimonio de la vida fraterna en comunidad!
3. Profetas de la alegría y  la esperanza pascual. El Señor resucitado ha derramado sobre sus discípulos dos formas de consuelo: la alegría interior y la luz del misterio pascual. La alegría de reconocer la presencia del Resucitado os introduce en su Persona y en su voluntad: por eso  lleva a la misión.
Por otro lado, la luz del misterio pascual  devuelve la esperanza, una “esperanza fiable”, como dijo el Papa Benedicto XVI (Enc. Spe salvi, 2). Resucitados para  resucitar, liberados  para liberar, generados a  nueva vida para generar nueva vida en todos los que encontramos en nuestro camino. Esta es vuestra vocación y la misión de los Hermanos de la Resurrección.
¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?” (Lc 24,5). Que en vuestros corazones resuene constantemente  esta palabra. Os  ayudará a salir de los momentos de tristeza y os abrirá a horizontes de alegría y esperanza.
Hará revertir las piedras de los sepulcros  y os dará las fuerzas para anunciar la Buena Noticia en esta cultura tantes veces marcada por la muerte. Si tenemos el valor de bajar a nuestros sepulcros  personales y comunitarios, veremos  cómo Jesús es capaz de resucitarnos  de ellos. Y redescubriremos así  la alegría, la felicidad y la pasión de los primeros momentos de nuestro darnos.
Queridos hermanos, concluyo recordando lo que tantas veces he dicho a los  consagrados  especialmente durante el Año de la Vida Consagrada: mirar al  pasado con gratitud, vivir el presente con pasión, abrazar el futuro con esperanza. Recuerdo grato del pasado: no  arqueología, porque el carisma es siempre una fuente de agua viva, no una botella de agua destilada. Pasión para mantener siempre vivo y joven el primer amor, que es Jesús. Esperanza:sabiendo que Jesús está con nosotros y guía nuestros pasos como ha guiado los pasos de nuestros fundadores.
Maria, que de manera singular  vivió y vive el misterio de  la resurrección de su Hijo, vele como una madre vuestro camino. Os  acompañe también mi bendición. Y, por favor, no os  olvidéis de rezar por mí. Gracias».
25.06.17



Francisco cumple 25 años de ordenación episcopal: Levántate, mira, ten esperanza y sueña

En la Capilla Paulina recuerda que Dios quiere que los más ancianos transmitan su sueño a las generaciones jóvenes
(Ciudad del Vaticano, 27 Jun. 2017).- No quedarse sentado, sino levantarse y salir, como Abraham, a quien el Señor lo invita siendo ya anciano, para así transmitir los sueños y horizontes en particular a los más jóvenes.
Este fue el tema de la homilía del santo padre Francisco en la misa que concelebró con los cardenales presentes en Roma, en la Capilla Paulina en el Vaticano, con motivo de sus 25 años de ordenación episcopal.
El Santo Padre partió del ‘levántate’ y ‘anda’ de Abraham que “estaba siempre en camino” y “el símbolo es la tienda” y precisó que “nunca construyó una casa para él”, sino “solamente construyó un altar”.
Mira’, dijo, es segundo imperativo: levanta los ojos, “mira el horizonte, non construyas muros, mira siempre y ve adelante”. “Es la mística del horizonte” que cuanto más de va hacia adelante “más grande es el horizonte”.
El tercer imperativo es ‘ten esperanza’: el heredero saldrá de ti, dicho a un hombre que no podía tener descendencia sea por su edad que por la esterilidad de su mujer. “Mira al cielo y cuenta las estrellas si logras, así será tu descendencia”.
El Santo Padre recordó que “cuando fue llamado tenía más o menos nuestra edad, para ir en pensión o a reposarse”, en cambio “inició a esa edad”.
Un hombre anciano, con el peso de la edad, con sus achaques, como si fuera un jovencito: ‘ve’. “Como si fuera un scout: ve”. “Esta palabra es también para nosotros, con nuestra edad, como la de Abraham, aunque hay algunos más jóvenes aquí entre nosotros”. Señor nos dice, levántate, mira y ten esperanza. “Nos dice que nuestra historia está abierta hasta el final”.

Algunos que no nos quieren, dicen que somos la gerontocracia de la Iglesia, es una burla, no somos gerontos, somos abuelos, y si no lo sentimos debemos pedir la gracia de sentirlo”.

Por eso aseguró debemos darles a ellos un sentido de la vida con nuestra experiencia. No cerrados en la tristeza sino abiertos. Somos abuelos llamados a soñar y transmitir nuestro sueño a la juventud de hoy, porque ellos tomarán de nuestros sueños la capacidad de profetizar y de realizar sus tareas.
Recordó también “Simeon y Ana, qué capacidad de soñar tenían”. Y Ana iba por todas partes indicando que Jesús, que él era el mesías. Aseguró que los más jóvenes “esperan en nuestra experiencia y sueños positivos”.
Pido al Señor para todos nosotros, la gracia de ser abuelos, de soñar y dar este sueño a nuestros jóvenes, grandes sueños”.
El cardenal Sodano al papa Francisco: ‘Usted ya tiene un lugar en nuestro corazón’
El Papa a los cardenales: ‘Gracias por la compañía fraterna, perdón por mis pecados, fe, esperanza y caridad’
28.06.17



El Santo Padre creó cinco nuevos cardenales

En el consistorio realizado en la Basílica de San Pedro impuso birrete, anillo y entregó la diaconía
(Ciudad del Vaticano, 29 Jun. 2017).- El santo padre Francisco presidió este miércoles por la tarde en la basílica de San Pedro, el cuarto Consistorio Ordinario Público para la creación de cinco nuevos cardenales.





Ellos son: Mons. Juan José Omella, Arzobispo de Barcelona, España; Mons. Gregorio Rosa Chávez, obispo titular de Mulli, auxiliar de la arquidiócesis de San Salvador, El Salvador; Mons. Jean Zerbo, arzobispo de Bamako, Mali; Mons. Anders Arborelius, OCD, Obispo de Estocolmo, Suecia; y Mons. Louis-Marie Ling Mangkhanekhoun, obispo titular de Acque nuove di Proconsolare, vicario apostólico de Paksé, Laos.
En una emotiva ceremonia, con la presencia casi un centenar de cardenales, acompañada por el polifónico del coro de la Capilla Sixtina, el Santo Padre después de rezar en silencio ante la tumba de san Pedro, subió al altar para la elevación de los nuevos cardenales.
El electo cardenal español, Juan José Omella le dirigió unas palabras en las que señalaba el deseo de “entregar toda nuestra vida gratuitamente, hacer de esta una oblación eucarística al Padre de todas las misericordias en Cristo en el Espíritu”, así como el deseo de “no ser una Iglesia autorreferencial”, sino “peregrina en los caminos del mundo, buscando a todos”.
Después de la lectura del Evangelio de Marco, sobre Emaús, el Santo Padre dirigió unas palabras, en las que les invitó no a ser príncipes, sino a servir y a no dejarse distraer por intereses varios.
Señaló así lo que es la realidad de hoy: “Son los inocentes que sufren y mueren a causa de las guerras y el terrorismo; es la esclavitud que no cesa de pisar la dignidad también en la época de los derechos humanos; la realidad es la de los campos de prófugos que a veces se asemejan más a un infierno que a un purgatorio; la realidad es el descarte sistemático de todo lo que ya no sirve, incluidas las personas”. Y aseguró que esto fue lo que Jesús vio mientras caminaba a Jerusalén.
A continuación, el Papa proclamó los nombres de los nuevos cardenales y su título o diaconía, a lo que siguió la profesión de fe y el juramento.
Así el Pontífice uno a uno les fue entregando el birrete, el anillo y el título de una iglesia romana, concluyendo con un abrazo fraterno.
El Santo Padre dijo al colocar sobre la cabeza el birrete, rojo: “como signo de la dignidad del oficio de cardenal y significa que estás preparado para actuar con fortaleza hasta el punto de derramar tu sangre por el crecimiento de la fe cristiana, por la paz y armonía entre el pueblo de Dios, por la libertad y la extensión de la Santa Iglesia Católica Romana”.
Y señaló al entregar el anillo cardenalicio que es “signo de la dignidad de solicitud pastoral y de más sólida comunión con la Santa Sede del Apóstol san Pedro”.
Luego asigno el título de una iglesia de Roma o diaconía, como signo de su participación en el cuidado pastoral del Papa por la ciudad y le entregó la bula de Creación de Cardenales y el título de dicha diaconía.
Por ejemplo el cardenal Omella recibió el título de la iglesia de Santa Cruz en Jerusalén, mientras que el cardenal Gregorio Rosa Chávez, el de la iglesia del Santísimo Sacramento en Tor de Schiavi.
Con estos nuevos nombramientos, el Colegio cardenalicio contará con 121 cardenales electores.
29.06.17



Solemnidad de Pedro y Pablo: el Pontífice bendice los palios

Presente en la celebración una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, enviada por su beatitud Bartolomeo
(Ciudad del Vaticano, Abr. 2017).- El papa Francisco ha bendecido en la solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo, los palios destinados a los arzobispos metropolitanos nombrados durante el presente año.
El palio, una vestidura que se pone entorno al cuello y sobre el busto, será después impuesto a cada arzobispo metropolita por el nuncio o representante pontificio, en la respectiva sede metropolitana.
Después del rito de la bendición de los palios, el Papa presidió la celebración eucarística con los cardenales, incluidos los cinco elevados ayer, con los arzobispos metropolitanos y con los obispos y sacerdotes.
Como es costumbre en ocasión de la fiesta de los santos apóstoles Pedro y Pablo, patronos de la Ciudad de Roma, estaba presente en la celebración una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, enviada por su beatitud Bartolomeo y guiada por su eminencia Job, arzobispo de Telmessos, acompañado por los sacerdotes Ambrosios Chorozidis y Agathanghelos Siskos.
Después de la lectura del Evangelio, el Papa pronunció su homilía en la que invitó a interrogarse “si somos cristianos de salón, de esos que comentan cómo van las cosas en la Iglesia y en el mundo, o si somos apóstoles en camino, que confiesan a Jesús con la vida porque lo llevan en el corazón”.
Recordó también que incluso hoy en día, en varias partes del mundo, a veces en un clima de silencio no sin complicidades, muchos cristianos son marginados, calumniados, discriminados, víctimas de una violencia incluso mortal.
El Santo Padre señaló también que “la oración nos hace sentir amados y nos permite amar. Nos hace ir adelante en los momentos más oscuros, porque enciende la luz de Dios. En la Iglesia, la oración es la que nos sostiene a todos y nos ayuda a superar las pruebas”.
Y concluyó señalando que el Señor, que desea ardientemente ver a todo su rebaño reunido, bendiga y proteja también a la delegación del Patriarcado Ecuménico, y al querido hermano Bartolomé, que la ha enviado como señal de comunión apostólica.  
30.06.17


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