El Papa en Santa Marta: El camino de conversión cuaresmal pide hacer el bien concretamente
“Convertirse no es ir donde una hada que con la varita mágica nos convierte” sino que se manifiesta en “cosas concretas”
(Ciudad del Vaticano, 14 Mar. 2017).- Alejarse del mal, aprender a hacer el bien y dejarse llevar adelante por el Señor es el camino de conversión cuaresmal. Lo indicó el papa Francisco en su homilía de la misa celebrada este martes en la Residencia Santa Marta. Y precisó que “Convertirse no es ir donde una hada que con la varita mágica nos convierte” sino que se manifiesta en “cosas concretas”.
Francisco reflexionó acerca de las palabras del profeta Isaías en la Primera Lectura del día. “Cada uno de nosotros, cada día, hace algo malo”, y por eso dijo es necesario “no acostumbrarse a vivir en medio de las cosas malas” y alejarse de lo que “envenena el alma” y la hace pequeña, y aprender a hacer el bien.
Y si bien reconoció que “no es fácil hacer el bien. Debemos aprenderlo siempre. Y Él nos enseña. Pero aprendan. Como los niños. En el camino de la vida, de la vida cristiana, se aprende todos los días. Se debe aprender todos los días a hacer algo, a ser mejores que el día anterior. Aprender.
“Alejarse del mal y aprender a hacer el bien: esta es la regla de la conversión, porque convertirse no es ir donde una hada que con la varita mágica nos convierte. ¡No! Es un camino”.
Por tanto es necesario coraje para alejarse y humildad para aprender a hacer el bien, que se ejerce con hechos concretos:
“Él, el Señor, aquí dice tres cosas concretas, aunque hay tantas otras: busquen la justicia, socorran al oprimido, hagan justicia al huérfano, defiendan la causa de la viuda… Cosas concretas. Se aprende a hacer el bien con cosas concretas, no con palabras. Con hechos… Por esto Jesús, en el Evangelio que hemos escuchado, reprocha a esta clase dirigente del pueblo de Israel, porque “dicen y no hacen”, no conocen lo concreto. Y si no existe lo concreto, no puede existir la conversión”.
El Santo Padre exhortó: “Aléjense del mal, aprendan a hacer el bien. ‘Ánimo, levántate, ven, hablemos y sigamos adelante’. – ‘Pero, yo tengo tantos pecados’, – ‘No te preocupes. Si tus pecados fueran como escarlata, se volverían blancos como la nieve’.
Este es el camino de la conversión cuaresmal. Simple. Es un Padre que habla, es un Padre que nos quiere, nos quiere mucho. Y nos acompaña en este camino de conversión. Sólo nos pide que seamos humildes. Jesús les dice a los dirigentes: ‘El que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado’”, dijo.
El Señor es capaz de “hacer este milagro”, es decir, “cambiarnos”, no de un día para el otro, sino en el camino: “Es un Padre que habla, es un Padre que nos quiere, nos ama. Y nos acompaña en este camino de conversión. Sólo pide de nosotros que seamos humildes. Jesús dice a los dirigentes: “El que se ensalce, será humillado y el que se humille será ensalzado”.
El Obispo de Roma concluyó su homilía señalando cuál es “el camino de la conversión cuaresmal”: Alejarse del mal, aprender a hacer el bien, levantarse e ir con Él. Entonces todos nuestros pecados serán perdonados”.
15.03.17
15.03.17
Francisco en la audiencia: ¿Cuál es el secreto para mantenernos alegres en la esperanza?
El Santo Padre retoma las audiencias después de su retiro de cuaresma
(Ciudad del Vaticano, 15 Mar. 2017).- En la última audiencia del período invernal y en una jornada de sol en Roma, el papa Francisco ingresó este miércoles en la plaza de San Pedro donde varios miles de fieles y peregrinos le esperaban. El Santo Padre en el jeep blanco abierto, pasó entre los pasillos de la Plaza, saludando, bendiciendo a los presentes, en particular a los niños, ancianos y enfermos.
Al bajar del vehículo bendijo una imagen peregrina de la Virgen de Fátima, mientras algunos niños con banderas de China se acercaron a saludarlo.
El Santo Padre prosiguió con las catequesis sobre el tema de la esperanza y señaló que “san Pablo nos recuerda que el secreto para mantenernos alegres en la esperanza es reavivar en nuestros corazones el amor de Dios”.
“Todos somos pecadores -dijo el Pontífice- pero el Señor, que es rico en misericordia, abre ante nosotros una vía de libertad y de salvación, que es la posibilidad de vivir el mandamiento del amor, dejándonos guiar por el corazón del Resucitado”.
Señaló así que “vivir y actuar el mandamiento del amor es un don de la gracia de Dios” y advirtió que por “cuando amamos, hay que evitar caer en la hipocresía de buscar nuestros propios intereses, y también en la idea falsa de pensar que si amamos es sólo mérito nuestro”.
Porque “la auténtica caridad nace del encuentro personal con el rostro misericordioso de Jesús, y nos lleva al encuentro sincero con los hermanos”.
“Sólo de esta forma -aseguró el Obispo de Roma- podremos mantenernos alegres en la esperanza, pues sabemos que a pesar de nuestras debilidades y fallos, y hasta en los momentos más difíciles, el amor de Dios nunca nos abandona, y nos impulsa a compartir con nuestros hermanos todo lo que cada día recibimos de él”.
El Papa concluyó su resumen en español, saludando “cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica.”
“En este tiempo de cuaresma -precisó Francisco- los invito a que, alegres en la esperanza, reaviven en sus corazones el amor que han recibido de Dios y lo compartan con todos los hombres con obras de caridad sincera. ¡Que Dios los bendiga!”.
16.03.17
16.03.17
El Santo Padre recibe al presidente del Líbano, país modelo de coexistencia religiosa
Aoun fue elegido después de dos años del Libano sin gobierno
(- Ciudad del Vaticano, 16 Mar. 2017).- El santo padre Francisco recibió hoy jueves en el Vaticano al presidente del Líbano, Michel Aoun, en audiencia oficial.
El papa Francisco salió al encuentro del jefe de Estado, a quien recibió en su biblioteca del Palacio Apostólico en donde tuvieron un coloquio de 18 minutos. Poco después entró su consorte, Nadia Chami Aoun y la delegación que le acompaña.
Antes de partir en declaraciones recogidas por los medios locales, el presidente declaró que “los cristianos en Oriente Medio están en una situación difícil” y calificó este viaje “una luz de esperanza que quiere confirmar al Líbano como un ejemplo de coexistencia pacífica, a pesar de todos los obstáculos que se ven en el camino”.
Es el primer el primer encuentro de Aoun con el papa Francisco y el primer viaje a Europa desde que asumió a la presidencia el 31 de octubre de 2016, después que el país estuvo dos años sin presidente.
“Durante los coloquios –refiere la Oficina de prensa de la Santa Sede– se reafirmaron las buenas relaciones bilaterales entre la Santa Sede y el Líbano, subrayando el rol histórico e institucional de la Iglesia en la vida del País”. En el mismo comunicado “se expresa satisfacción por el empeño de las varias fuerzas políticas para poner fin a la sede vacante presidencial, deseando para el futuro una mayor colaboración enter los miembros de las diversas comunidades étnicas y religiosas a favor del bien común y del desarrollo de la Nación”.
Se habló “de los esfuerzos internacionales para una solución política del conflicto” y el Papa manifestó “aprecio por la acogida que el Líbano está dando a los numerosos prófugos sirios”. Hubo además un “amplio intercambio de puntos de vista sobre el contexto regional”, así como “sobre otros conflictos en curso y la situación de los cristianos en Medio Oriente”.
A continuación el Jefe de Estado encontró al cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, acompañado por Mons. Paul Gallagher, ministro para las Relaciones con los Estados.
Después de la audiencia el presidente escribió en su cuenta twitter: “El Líbano de la coexistencia ocupa un lugar especial en el corazón del papa Francisco, que responderá a la invitación de visitar el país de los cedros”.
El jefe de estado llegó ayer miércoles al aeropuerto militar de Ciampino y la visita prevé la participación a la misa en la iglesia de San Marón en Roma. Encontrará allí a la comunidad maronita residente en Italia.
Conocido popularmente como “General”, Aoun actualmente es presidente del Líbano y líder del partido Movimiento Patriótico Libre, una coalición principalmente cristiana, con una visión secular de la política y actualmente aliada de Hezbolá.
Fue detenido por Siria y enviado al exilio forzado, hasta que retornó al en mayo de 2005, después de la retirada de las tropas sirias del Líbano. En las elecciones generales del Líbano de 2009 fue el segundo partido más votado y pasó así a ser el primer partido de la oposición. Fue designado Presidente del Líbano el 31 de octubre de 2016, después de que el país estuviera sin presidente durante más de dos años.
En recientes declaraciones a ZENIT, el el procurador del Patriarcado maronita en Roma, Mons. Françoise Eid, subrayó que en su país, el Líbano hay de acuerdo a la Constitución, igualdad entre cristianos y musulmanes y separa Iglesia de Estado. Pero que “los cristianos libaneses viven un período muy critico. En particular los jóvenes que emigran y no vuelven”. Indicó que los prófugos sirios en su país son 1,8 millones, con 500 mil palestinos refugiados, lo que constituye prácticamente el 50 por ciento de la población. Hay 1.800 campos de refugiados en los que falta todo y peor aún, algunos son dirigidos por islámicos radicales. Se suma a todo esto una desocupación 28 por ciento, dijo. Una situación, dijo que “amenaza la cultura de convivialidad pacífica forjada en los siglos. 17.03.17
Francisco exhorta: ‘Confesionarios siempre abiertos, como el corazón de Dios’
Es indispensable el precioso don de la humildad, para que sea claro que el perdón es un don gratuito y sobrenatural de Dios
(Ciudad del Vaticano) “Confesar es prioridad pastoral. Por favor, que no haya esos carteles ‘Se confiesa sólo los lunes y miércoles a partir de tal hora a tal hora’. Se confiesa cada vez que te lo piden. Y si te quedas allí rezando, estás con el confesionario abierto, que es el corazón de Dios abierto”.
Esta fue la exhortación del Papa Francisco en la audiencia que concedió este viernes en el Aula Pablo VI del Vaticano a los participantes en el Curso anual sobre el Foro interno, promovido del 14 al 17 de marzo por la Penitenciaría Apostólica, en el Palacio de la Cancillería.
Pero, ¿quién es el “buen confesor”? ¿Cómo se convierte en un buen confesor?”. Y señaló tres aspectos que el buen confesor debe tener:
El buen confesor es “un amigo verdadero de Jesús el Buen Pastor”, por lo tanto debe cultivar la oración, tanto aquella personal como aquella para el ejercicio de la tarea de confesores, y para los fieles que se acercan en busca de la misericordia de Dios. Que esté “envuelto con la oración” será reflejo creíble de la misericordia de Dios, y evitará las dificultades y malentendidos que a veces también se podrían generar en el encuentro sacramental.
Además es indispensable el precioso don de la humildad, para que sea claro que el perdón es un don gratuito y sobrenatural de Dios, indicó el Papa.
El segundo punto es que el buen confesor es “un hombre del Espíritu y del discernimiento”. Esto porque el discernimiento permite “distinguir”, es decir, permite “no poner todo en el mismo saco”. “El discernimiento es también necesario porque, aquellos que se acercan al confesionario, pueden venir de muchas situaciones diferentes; también pueden tener trastornos espirituales, cuya naturaleza debe ser sometida a un cuidadoso discernimiento, teniendo en cuenta todas las circunstancias existenciales, eclesiales, naturales y sobrenaturales
.
“El confesor no hace su propia voluntad y no enseña su propia doctrina. Está llamado a hacer siempre y sólo la voluntad de Dios, en plena comunión con la Iglesia, de la que es ministro, es decir servidor”, indicó.
“El confesor no hace su propia voluntad y no enseña su propia doctrina. Está llamado a hacer siempre y sólo la voluntad de Dios, en plena comunión con la Iglesia, de la que es ministro, es decir servidor”, indicó.
“A veces será necesario re-anunciar las más elementales verdades de la fe, el núcleo incandescente, el kerigma, sin el cual la misma experiencia del amor de Dios y de su misericordia se quedaría como muda; a veces, se tratará de indicar los fundamentos de la vida moral, siempre en relación con la verdad, el bien y la voluntad del Señor”, indicó.
Y el tercer punto es que el confesionario es un verdadero y propio “lugar de evangelización”, porque “no hay evangelización más auténtica que el encuentro con el Dios de la misericordia”.
“Queridos hermanos,
Me alegra encontrarles en esta primera audiencia después del Jubileo de la Misericordia con motivo del curso anual sobre el Fuero Interno. Dirijo un cordial saludo al cardenal Penitenciario Mayor, y agradezco sus amables palabras. Saludo al Regente, a los prelados, a los funcionarios y al personal de la Penitenciaría, a los Colegios de los penitenciarios ordinarios y extraordinarios de las basílicas papales en Urbe, y a todos los que participan en este curso.
Les confieso en realidad, que éste de la Penitenciaría, es el tipo de Tribunal que realmente me gusta. Porque es un “tribunal de la misericordia”, al que uno se dirige para obtener esa medicina indispensable para nuestra alma, que es la Misericordia divina.
Vuestro curso sobre el fuero interno, que contribuye a la formación de buenos confesores, es absolutamente útil y yo diría incluso necesario en nuestros días. Por supuesto, no se hacen buenos confesores siguiendo un curso, no: la del confesionario es una “larga escuela “, que dura toda la vida. Pero, ¿quién es el “buen confesor”? ¿ Cómo se convierte uno en buen confesor?
Quisiera indicar a este propósito, tres aspectos.
1. El “buen confesor” es, ante todo, un verdadero amigo de Jesús, el Buen Pastor. Sin esta amistad, será muy difícil que madure esa paternidad, tan necesaria en el ministerio de la Reconciliación. Ser amigos de Jesús significa, sobre todo, cultivar la oración. Que sea una oración personal con el Señor, pidiendo sin cesar el don de la caridad pastoral; que sea una oración específica para el ejercicio de la tarea de confesores y por los fieles hermanos y hermanas que se acercan a nosotros en busca de la misericordia de Dios.
Un ministerio de la Reconciliación “envuelto en oración” será un reflejo creíble de la misericordia de Dios y evitará esas asperezas e incomprensiones que, a veces se podrían generar también en el encuentro sacramental. Un confesor que reza sabe muy bien que él mismo es el primer pecador y el primer perdonado. No se puede perdonar en el Sacramento sin ser consciente de haber sido perdonado antes.
Por lo tanto, la oración es la primera garantía para evitar cualquier actitud de dureza, que juzga inútilmente al pecador y no al pecado. En la oración es necesario implorar el don de un corazón herido, capaz de entender las heridas de los otros y de curarlas con el aceite de la misericordia, aquel que el Buen Samaritano derramó sobre las heridas de aquel desgraciado, de quien nadie tuvo piedad (cf. Lc 10,34).
En la oración debemos pedir el precioso don de la humildad, para que quede siempre claro que el perdón es un don gratuito y sobrenatural de Dios, del que nosotros somos simples, aunque necesarios, administradores por la misma voluntad de Jesús; y Él se complacerá ciertamente si hacemos un uso extensivo de su misericordia.
En la oración, además, invoquemos siempre al Espíritu Santo, que es Espíritu de discernimiento y compasión. El Espíritu nos permite identificarnos con el sufrimiento de nuestros hermanos y hermanas que se acercan al confesionario y acompañarlos con discernimiento prudente y maduro y con verdadera compasión en sus sufrimientos, causados por la pobreza del pecado.
2. El buen confesor es, en segundo lugar,un hombre del Espíritu, un hombre del discernimiento. ¡Cuánto hace daño hace a la Iglesia la falta de discernimiento! ¡Cuánto daño causa en las almas un actuar que no hunda sus raíces en la escucha humilde del Espíritu Santo y de la voluntad de Dios!
El confesor no hace su propia voluntad y no enseña su propia doctrina. Está llamado a hacer siempre y sólo la voluntad de Dios, en plena comunión con la Iglesia, de la que es ministro, es decir servidor.
El discernimiento permite distinguir siempre, para no confundirse, y para no meter nunca “todo en el mismo saco”. El discernimiento educa la mirada y el corazón, y hace posible la delicadeza de ánimo tan necesaria frente al que nos abre el sagrario de su propia conciencia para recibir luz, paz y misericordia.
El discernimiento también es necesario porque, quien se acerca al confesionario, puede venir de las situaciones más disparatadas; podría tener también trastornos espirituales cuya naturaleza debe ser sometida a un cuidadoso discernimiento, teniendo en cuenta todas las circunstancias existenciales, eclesiales, naturales y sobrenaturales.
Cuando el confesor se dé cuenta de la presencia de verdaderos trastornos espirituales –que también pueden ser en gran parte psicológicos, y esto debe apurarse mediante una sana colaboración con las ciencias humanas–, no dudará en referirse a aquellos que, en la diócesis están encargados de este delicado y necesario ministerio, a saber los exorcistas. Pero éstos tienen que elegirse con sumo cuidado y mucha prudencia.
Por último, el confesionario es también un verdadero y propio lugar de evangelización. No hay, efectivamente, evangelización más auténtica que el encuentro con el Dios de la misericordia, con el Dios que es Misericordia. Encontrar la misericordia significa encontrar el verdadero rostro de Dios, así como el Señor Jesús nos lo ha revelado.
El confesionario es, pues, lugar de evangelización y, por lo tanto, de formación. En el breve diálogo que teje con el penitente, aunque sea breve, el confesor está llamada a discernir lo que es más útil y lo que es incluso necesario para el camino espiritual de ese hermano o hermana. A veces será necesario volver a anunciar las verdades más elementales de la fe, el núcleo incandescente, el kerygma, sin el cual la misma experiencia del amor de Dios y de su misericordia permanecería como muda; a veces se tratará de indicar los fundamentos de la vida moral, siempre en relación con la verdad, el bien y la voluntad del Señor. Se trata de una obra de discernimiento rápido e inteligente, que puede hacer muy bien a los fieles.
El confesor, efectivamente, está llamado a ir todos los días a las “periferias del mal y del pecado”, –¡es una fea periferia¡– y su obra es una verdadera prioridad pastoral. Confesar es prioridad pastoral. Por favor, nada de carteles con: “Se confiesa solamente los lunes y miércoles de tal a tal hora”. Se confiesa cada vez que te lo piden. Y si tu estás ahí (en el confesionario) rezando, estás con el confesionario abierto, que es el corazón de Dios abierto.
Queridos hermanos, les bendigo y les deseo que sean buenos confesores: inmersos en la relación con Cristo, capaces de discernimiento en el Espíritu Santo y dispuestos a aprovechar la oportunidad para evangelizar. Rezad siempre por los hermanos y hermanas que se acercan al sacramento del perdón. Y, por favor, recen también por mí.
Y no quisiera acabar sin algo de lo que me he acordado cuando hablaba el cardenal prefecto. El ha hablado de las llaves y de la Virgen, y me ha gustado, y diré una cosa…dos cosas. A mí, cuando era joven, me hizo mucho bien leer el libro de san Alfonso María de Ligorio sobre la Virgen:Las glorias de María. Al final de cada capítulo hay siempre un milagro de la Virgen a través del cual entraba en medio de la vida y arreglaba las cosas.
Y lo segundo: me han contado que en el Sur de Italia hay una leyenda, una tradición sobre la Virgen: la Virgen de las mandarinas. Es una tierra donde hay tantas mandarinas ¿verdad? Y dicen que sea la patrona de los ladrones (risas). Dicen que los ladrones van a rezar allí.
Y la leyenda –así cuentan- es que cuando los ladrones que rezan a la Virgen de las mandarinas se mueren, forman una fila delante de Pedro, que tiene las llaves y abre y deja pasar a uno, después abre y deja pasar a otro. Y la Virgen cuando ve a uno de éstos, le hace una señal para que se esconda; y después cuando han pasado todos, Pedro cierra y se hace de noche y la Virgen desde la ventana lo llama y lo hace entrar por la ventana.
Es un relato popular, pero es muy bonito: perdonar con la Madre al lado. Porque esta mujer, este hombre que viene al confesionario, tiene una Madre en el cielo que le abrirá la puerta y lo ayudará en el momento de entrar en el cielo. Siempre la Virgen, porque la Virgen nos ayuda también a nosotros en el ejercicio de la misericordia. Doy las gracias al cardenal por estos dos signos: las llaves y la Virgen. Muchas gracias.
Les invito –es la hora– a rezar el ángelus juntos: “Angelus Domini…” (Bendición)
¡No digan que los ladrones van al cielo! ¡No lo digan!” (risas) 18.03.17
Como la Samaritana, encontrarse con Jesús de corazón a corazón
(traducción completa)
“Este Evangelio es para todos nosotros!”, ángelus 19 marzo 2017
(Ciudad del Vaticano, 19 de marzo del 2017). Como la Samaritana, cada bautizado está llamado a encontrarse con Jesús en un “diálogo de corazón a corazón”, explica el papa Francisco comentando el Evangelio de este tercer domingo de cuaresma-, el encuentro de Jesús con la Samaritana-, antes de la oración del ángelus, de este 19 de marzo 2017, desde la ventana del despacho del Vaticano que da a la Plaza San Pedro. La gendarmería vaticana dice que había unos 40.000 visitantes reunidos.
Para el papa, la cuaresma constituye para los bautizados que aún no han “encontrado a Jesús”, una “buena ocasión” para reencontrarlo “en la oración, en un diálogo de corazón a corazón: hablar con él, escucharlo”.
“Queridos hermanos, el agua que da la vida eterna ha sido derramada en nuestros corazones el día de nuestro bautismo; Dios nos ha transformado y llenado de su gracia. Pero puede ser que este gran don lo hayamos olvidado, o reducido a un simple don administrativo; y posiblemente estemos a la búsqueda de “pozos” cuyas aguas no quitan la sed. Cuando olvidamos las verdaderas aguas, vamos en busca de pozos donde las aguas no están limpias.
Por eso, este Evangelio es justo para nosotros! No solamente para la Samaritana, para nosotros”, ha insistido el papa.
Después del ángelus, el papa ha expresado su cercanía con Perú, golpeado por las
inundaciones y corrimientos de tierra, ha saludado también la beatificación de ayer, 18 de marzo en Bolzano (Tirol italiano), de Josef Mayr-Nusser (1910-1945), padre de familia y miembro de la Acción Católica “muerto mártir porque había rechazado adherirse al nazismo por fidelidad al Evangelio”. Ha dado este modelo a los laicos y a los padres de familia, invitando a aplaudir con él a todos los padres por ser la fiesta en Italia como cada 19 de marzo, en honor de San José.
He aquí nuestra traducción íntegra de la alocución del papa antes de la oración del ángelus dominical.
Palabras del papa Francisco antes del ángelus
Queridos hermanos y hermanas, buenos días!
El Evangelio del tercer domingo de cuaresma nos presenta el diálogo de Jesús con la Samaritana (cf. Jn 4,5-42). El encuentro tiene lugar cuando Jesús atraviesa Samaría, región entre Judea y Galilea, habitada por gente que los judíos despreciaban, porque los consideraban cismáticos y herejes. Sin embargo este pueblo será justamente uno de los primeros en adherirse a la predicación cristiana de los apóstoles.
Mientras que los discípulos van de pueblo en pueblo para proveerse de comida, Jesús se queda junto a un pozo y pide de beber a una mujer, que venía a sacar agua. Y comienzan un diálogo.
“Cómo un judío se digna pedir agua a una mujer samaritana?” Jesús responde: “ Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice dame de beber, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva”, un agua que apaga toda sed, y se convierte en fuente inagotable en el corazón de quien la bebe (vv. 10-14).
Ir al pozo a por agua es enojoso y fastidioso: Estaría bien tenera disposición una fuente de la brote agua! Pero Jesús habla de una fuente diferente. Cuando la mujer se da cuenta de que el hombre con quién habla es un profeta, ella le confiesa su vida y le hace preguntas religiosas.
Su sed de cariño y de una vida plena que no ha tenido con sus cinco maridos, al contrario ha tenido experiencias decepcionantes y de engaños. Por eso la mujer está impactada por el respeto que Jesús tiene por ella cuando le habla de la verdadera fe como de una relación con Dios Padre “en espíritu y verdad”, entonces ella tienen la intuición de que este hombre podría ser el Mesías, y Jesús – cosa rarísima – le confirma: “ Yo soy, el que te está hablando” (v. 26 ). El dice ser el Mesías a una mujer que había tenido una vida desordenada.
Queridos hermanos, el agua que da la vida eterna ha sido derramada en nuestros corazones el día de nuestro bautismo: Dios nos ha transformado y colmado de su gracia.
Pero puede ser que este gran don lo hayamos olvidado o reducido a algo administrativo: y quizás estemos en busca de “pozos” cuyas aguas no quitan la sed. Cuando nosotros olvidamos la verdadera agua, vamos en busca de pozos cuyas aguas no están limpias. Entonces este Evangelio es justo para nosotros! No solamente para la Samaritana, para nosotros.
Algunos de nosotros ya le conocemos, pero puede ser que aún no lo hayamos encontrado personalmente. Sabemos quién es Jesús, pero puede ser que no lo hayamos encontrado personalmente hablando con él y no le hemos reconocido como nuestro Salvador.
Este tiempo de cuaresma es una buena ocasión para acercarnos a él encontrándole en la oración, en un diálogo de corazón a corazón: hablar con él, escucharle. Es una buena ocasión para ver su rostro, tanto en el rostro de un hermano o de una hermana que sufre. De esta manera, podemos renovar en nosotros la gracia del bautismo, refrescándonos en la fuente de la Palabra de Dios, y de su Espíritu Santo. Y así descubrir también la alegría de ser artesanos de reconciliación e instrumentos de paz en la vida cotidiana.
Que la Virgen María nos ayude a beber constantemente de la gracia, a ser esta agua que brota de la roca que es Cristo Salvador, para que podamos profesar nuestra fe con convicción y anunciar con alegría las maravillas del amor de Dios misericordioso y fuente de todo bien.
Ave María…. 20.03.17
El papa Francisco es el cuarto Pontífice que peregrina a Fátima
El 12 y 13 de mayo en Portugal, en el santuario mariano de Nuestra Señor
(Ciudad del Vaticano, 20 Mar. 2017).- El programa del viaje del papa Francisco al santuario de Nuestra Señora de Fátima, publicado este lunes por la Oficina de prensa de la Santa Sede, confirma que la visita durará dos días.
Francisco será el cuarto pontífice que visita el Santuario, después de Pablo VI en 1969; Juan Pablo II en 1982, 1991 y 2000: y Benedicto XVI en el 2010.
Con motivo del centenario de la serie de apariciones marianas en Cova de Iría, en el Santo Padre llegará el 12 de mayo a Portugal, a las 14 horas, en la base aérea de Monte Real, donde a continuación de la ceremonia de bienvenida estará con el presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa, con quien se encontró este 17 de marzo.
De allí va en helicóptero al estadio de Fátima y se dirige en un vehiculo abierto hacia el Santuario. Poco después de las 18 horas rezará en la Capilla de las Apariciones, realizará la bendición de las velas y presidirá el santo rosario.
a Capilla de las Apariciones son el corazón del Santuario de Fátima, lugar en donde los pastorcitos dieron testimonio de las apariciones de la Virgen María. Fue construida “por indicación de la Señora”, indican las memorias de la hermana Lucía. Su construcción concluye en junio de 1919 y la primera misa es en 1921.
El lugar en donde se encuentra la imagen de Nuestra Señora de Fátima “marca el sitio donde estaba la encina sobre la cual la Señora del Rosario se apareció”.
El 13 de mayo día central de la festividad mariana, el Pontífice inicia la jornada encontrándose en la Casa del Carmen con el primer ministro del país, António Luís Santos da Costa. Después visitará la iglesia Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, donde están las sepulturas de los tres pastorcitos de Fátima, Lucía, Jacinta y Francisco.
A las 10 de la mañana en la explanada del Santuario será el evento central: el Santo Padre preside la misa, hace lahomilía y al concluir saludará a los enfermos. Se espera la presencia devarios cientos de miles de peregrinos.
A continuación del evento religioso el Papa almorzará con los obispos y a las 14,45 retornará hacia Roma. La diferencia de huso horario con Roma es de una hora, y el vuelo durará tres horas.
Francisco en Sta. Marta: San José dé a los jóvenes la gracia de soñar cosas grandes
San José es custodio de las debilidades y de los ‘sueños de Dios’
El día después de la fiesta de San José, que por caer este domingo de cuaresma vio postergada la celebración litúrgica a hoy lunes, el papa Francisco celebró la misa su honor en la capilla de la residencia Santa Marta, en el Vaticano.
El Pontíficie centró la homilía en san José y pidió que dé a los jóvenes “la capacidad de soñar, de arriesgar y realizar las tareas difíciles que han visto en sus sueños”. Porque san José es custodio de las debilidades y de los ‘sueños de Dios’.
“Este hombre, este soñador, es capaz de aceptar esta tarea, esta tarea gravosa, y tiene mucho que decirnos a nosotros en este tiempo de fuerte sentido de orfandad. Y así, este hombre toma la promesa de Dios y la lleva adelante en silencio con fortaleza, la lleva adelante para que lo que Dios quiere se cumpla”.
“San José –recuerda el Papa– le obedece al ángel que se presenta en su sueño. Y toma consigo a María, embarazada por obra del Espíritu Santo, como narra el Evangelio de Mateo.
“José es custodio de las debilidades para que se vuelvan sólidas en la fe. Pero esta tarea la recibió en un sueño. Es un hombre capaz de soñar. Y por tanto, también custodio del sueño de Dios. El sueño de Dios de salvarnos a todos, de la redención, le es confiado a él”, dijo.
“Hoy quiero pedir, que nos dé a todos la capacidad de soñar, porque cuando soñamos las cosas grandes, las cosas bellas, nos acercamos al sueño de Dios, a las cosas que Dios sueña para nosotros. Que a los jóvenes dé, porque él era jóven, la capacidad de soñar, de arriesgar y asumir tareas difíciles que han visto en los sueños. Y nos dé a todos nosotros la fidelidad que generalmente crece en la actitud del justo. Él era justo, crece en el silencio, con pocas palabras, y crece en la ternura que es capaz de custodiar las propias debilidades y las de los otros”. 21.03.17
El Papa envía un videomensaje a los jóvenes invitándolos a la JMJ 2019 de Panamá
El Santo Padre les invita a superar el inmovilismo y a luchar por un mundo más justo
(Ciudad del Vaticano, 21 Mar. 2017).- Romper las barreras del inmovilismo con los planteos, sueños e ideales, para abrir caminos hacia un mundo mejor, más justo, menos cruel y más humano, cultivando para ello una relación de familiaridad y amistad con la Virgen santa. Este es la propuesta que el santo padre Francisco hace a los jóvenes que van a participar a la Jornada Mundial de la Juventud 2019 en Panamá, a través de un video enviado a los organizadores, en el cual el Papa asegura: “Si hacen esto no se van a arrepentir”.
Texto del videomensaje:
“Queridos jóvenes:
Con el recuerdo lleno de vida de nuestro encuentro en la Jornada Mundial de la Juventud del 2016 en Cracovia, nos hemos puesto en camino hacia la próxima meta que será, Dios mediante, Panamá en el 2019.
Son muy importantes para mí estos momentos de encuentro y diálogo con ustedes, y quise que este itinerario se hiciera en sintonía con la preparación del próximo Sínodo de los Obispos, que está dedicado a ustedes, los jóvenes.
En este caminar nos acompaña Nuestra Madre, la Virgen María, y nos anima con su fe, la misma fe que ella expresa en su canto de alabanza. María dice: «El Todopoderoso ha hecho cosas grandes en mí» (Lc 1,49). Ella sabe dar gracias a Dios, que se fijó en su pequeñez, y reconoce las cosas grandes que él realiza en su vida; y se pone en camino para encontrar a su prima Isabel, anciana y necesitada de su cercanía.
No se queda encerrada en casa, porque no es una joven-sofá, que busque sentirse cómoda y segura sin que nadie la moleste. Ella se mueve por fe, porque la fe es el corazón de toda la historia de nuestra Madre.
Queridos jóvenes: También Dios se fija en ustedes y los llama, y cuando lo hace está mirando todo el amor que son capaces de ofrecer. Como la joven de Nazaret, pueden mejorar el mundo, para dejar una huella que marque la historia, la de ustedes y la de muchos. La Iglesia y la sociedad los necesitan.
Con sus planteos, con el coraje que tienen, con su sueños e ideales, se caen los muros del inmovilismo y se abren caminos que nos llevan a un mundo mejor, más justo, menos cruel y más humano.
En este camino, los animo a que cultiven una relación de familiaridad y amistad con la Virgen santa. Es nuestra Madre. Háblenle como a una Madre. Con ella, den gracias por el don precioso de la fe que han recibido de sus mayores, y encomiéndenle a ella toda su vida.
Como Madre buena los escucha, los abraza, los quiere, camina con ustedes. Les aseguro que si hacen esto no se van a arrepentir.
Buen peregrinaje hacia la Jornada Mundial de la Juventud de 2019. Que Dios los bendiga”.
Francisco en Santa Marta: ‘Si el Señor me ha perdonado tanto, ¿quién soy yo para no perdonar?’
Es una gracia enorme avergonzarse de los propios pecados y así recibir el perdón
(Ciudad del Vaticano, 21 Mar. 2017).- Hay una maravilla que Dios realiza con su misericordia, y que nos permite de ejercerla después com los outros: ‘Ser perdonados y perdonar, un misterio difícil de entender”.
Lo indicó el santo padre Francisco em su homilía de este martes en la residencia Santa Marta, añadiendo que el primer paso para “entrar en este misterio” que es la gran obra de misericordia de Dios, es tener verguenza de los próprios pecados, una gracia que entretanto no podemos obtenerla por nosotros mismos”.
El protagonista del Evangelio de hoy –ha indicado el Pontífice– no logra hacerlo. Es el siervo que al que el patrón perdona su deuda grande, pero que a su vez es incapaz de perdonar a un deudor pequeño. “No entendió el misterio del perdón”.
“Si pregunto:
–‘¿Todos ustedes son pecadores?’.
–‘Sí, padre, todos’.
–¿Y para obtener el perdón de los pecados?
— ‘Nos confesamos’
— ‘¿Y cómo van a confesarse?’.
–‘Bueno, voy digo mis pecados, el cura me perdona y me da tres Ave María para rezar y después vuelvo en paz’.
–‘¿Todos ustedes son pecadores?’.
–‘Sí, padre, todos’.
–¿Y para obtener el perdón de los pecados?
— ‘Nos confesamos’
— ‘¿Y cómo van a confesarse?’.
–‘Bueno, voy digo mis pecados, el cura me perdona y me da tres Ave María para rezar y después vuelvo en paz’.
“Tú no has entendido –indica el Papa– porque tú solo has ido al confesionario para hacer una operación bancaria, una gestión burocrática. No has ido avergonzado de lo que has hecho. Has visto algunas manchas en tu conciencia y te has equivocado porque has creído que el confesionario era una tintorería para limpiar las manchas. Porque has sido sido incapaz de avergonzarte de tus pecados”.
Sirve por lo tanto, precisa Francisco, la vergüenza y la conciencia del perdón. El perdón de Dios, es esa “maravilla que ha realizado en tu corazón”, pero si no se toma conciencia de esto, “uno sale, encuentra a un amigo e inicia a hablar mal de los otros y sigue pecando”.
O sea: “Solamente puedo perdonar si me siento perdonado”. Sino quedara siempre “esa actitud de querer hacersela pagar a los otros”. Contrariamente “somos incapaces de perdonar. Por esto el perdón es un misterio”.
Francisco explica así que el protagonista del Evangelio tiene la sensación: ‘me salvé’, de haber sido ‘vivo’, encambio “no entendió la generosidad del patrón”.
Y si “saliendo del confesionario setimos esto, que nos hemos zafado” esto no es recibir el perdón, pero es “la hipocresia de robar un perdón”.
El Santo Padre concluyó su homilía invitando a “pedir hoy al Señor la gracia de entender esto: ‘setenta veces siete’”. Y “pedir la gracia de la vergüenza delante de Dios. Es una gracia enorme avergonzarse de los propios pecados y así recibir el perdón y la gracia de la generosidad de dar el perdón a los otros. Porque si el Señor me ha perdonado tanto, ¿quién soy yo para no perdonar? 22.03.17
El Papa en la audiencia: La esperanza no depende de nosotros sino de la ayuda de Dios y de su fidelidad
En
la audiencia de este miércoles el Papa prosiguió con las catequesis
sobre la esperanza
La
esperanza cristiana se apoya en dos actitudes importantes: la
perseverancia y la consolación. Esta precisación la hizo el santo
padre Francisco en la catequesis de este miércoles en la Plaza
de san Pedro, subrayando que la esperanza no depende de nuestras
cualidades sino de la ayuda de Dios y de su fidelidad.
Al
ingresar el la Plaza de San Pedro en el vehículo abierto, el Santo
Padre pasó entre los corredores saludando a los presentes que le
recibían, con el entusiasmo característico de estos momentos. E
hizo detener el jeep y subir a varios niños que con sus gorros
amarillos le acompañaron en el recorrido.
Al
retomar la serie de las catequesis sobre la esperanza, el Pontífice
preciso que “San Pablo continúa ayudándonos a comprender
mejor en qué consiste la esperanza cristiana”, y señaló “dos
actitudes importantes para nuestra vida y nuestra experiencia de fe:
la perseverancia y la consolación”.
“La
Sagrada Escritura nos muestra –prosiguió el Papa– que la
perseverancia o paciencia es la capacidad de soportar, de permanecer
fieles, sobre todo en medio de las situaciones adversas”. Por otra
parte, la consolación “es la gracia de saber acoger y mostrar en
todo momento, especialmente en aquellos marcados por el sufrimiento y
la desilusión, la presencia y la acción compasiva de Dios que nunca
nos abandona y permanece siempre fiel a su amor por nosotros”.
Por eso,
dice el Santo Padre que “el Apóstol afirma que somos fuertes, pues
en la lógica del Evangelio nuestra fuerza no viene de nosotros sino
del Señor, que nos concede experimentar su consolación y su amor
fiel”. Y que además nos da “la capacidad de estar cerca de los
hermanos más débiles y de hacernos cargo de su fragilidad”.
La
Palabra de Dios alimenta en nosotros la esperanza, que se traduce
concretamente “en servicio recíproco y en el compartir”, indicó
el Pontífice. Esto es posible sólo “cuando en el centro está
Cristo y su Palabra, porque él es el “hermano fuerte” que nos
cuida y nos carga sobre sus hombros de “Buen Pastor”, tierno y
solícito”.
Después
del resumen que Francisco hizo en español, saludó a los
peregrinos provenientes de España y Latinoamérica. “Agradezcamos
al Señor el don de su Palabra y no olvidemos que nuestra esperanza
no depende de nuestras capacidades, sino de la ayuda de Dios y de la
fidelidad de su amor”.
Texto completo de la catequesis del papa Francisco en la audiencia general
La
esperanza cristiana no es optimismo, no se funda en nuestras
capacidades sino en Dios y en la fidelidad de su amor
(
Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco retomó en la audiencia de
este miércoles el tema de la esperanza cristiana. A continuación el
texto completo.
“Queridos
hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Desde
hace algunas semanas el Apóstol Pablo nos está ayudando a
comprender mejor en que cosa consiste la esperanza cristiana. Y hemos
dicho que no era un optimismo, no: era otra cosa. Y el Apóstol nos
ayuda a entender que cosa es esto. Hoy lo hace uniéndola a dos
actitudes aún más importantes para nuestra vida y nuestra
experiencia de fe: la ‘perseverancia’ y la ‘consolación’. En
el pasaje de la Carta a los Romanos que hemos apenas escuchado son
citados dos veces: la primera en relación a las Escrituras y luego a
Dios mismo. ¿Cuál es su significado más profundo, más verdadero?
Y ¿En qué modo iluminan la realidad de la esperanza? Estas dos
actitudes: la perseverancia y la consolación.
La
perseverancia podríamos definirla también como paciencia: es la
capacidad de soportar, llevar sobre los hombros, soportar, de
permanecer fieles, incluso cuando el peso parece hacerse demasiado
grande, insostenible, y estamos tentados de juzgar negativamente y de
abandonar todo y a todos. La consolación, en cambio, es la gracia de
saber acoger y mostrar en toda situación, incluso en aquellas
marcadas por la desilusión y el sufrimiento, la presencia y la
acción compasiva de Dios. Ahora, San Pablo nos recuerda que la
perseverancia y la consolación nos son transmitidas de modo
particular por las Escrituras (v. 4), es decir, por la Biblia. De
hecho, la Palabra de Dios, en primer lugar, nos lleva a dirigir la
mirada a Jesús, a conocerlo mejor y a conformarnos a Él, a
asemejarnos siempre más a Él. En segundo lugar, la Palabra nos
revela que el Señor es de verdad ‘el Dios de la constancia y del
consuelo’, que permanece siempre fiel a su amor por nosotros, es
decir, que es perseverante en el amor con nosotros, no se cansa
de amarnos, ¡no!, es perseverante: ¡siempre nos ama!, y también se
preocupa por nosotros, curando nuestras heridas con la caricia de su
bondad y de su misericordia, es decir, nos consuela. Tampoco, se
cansa de consolarnos.
En esta
perspectiva, se comprende también la afirmación inicial del
Apóstol: ‘Nosotros, los que somos fuertes, debemos sobrellevar las
flaquezas de los débiles y no complacernos a nosotros mismos’.’Esta
expresión «nosotros, los que somos fuertes’ podría parecer
arrogante, pero en la lógica del Evangelio sabemos que no es así,
es más, es justamente lo contrario porque nuestra fuerza no viene de
nosotros, sino del Señor.
Quien
experimenta en su propia vida el amor fiel de Dios y su consolación
está en grado, es más, en el deber de estar cerca de los hermanos
más débiles y hacerse cargo de sus fragilidades. Si nosotros
estamos cerca al Señor, tendremos esta fortaleza para estar cerca a
los más débiles, a los más necesitados y consolarlos y darles
fuerza. Esto es lo que significa.
Esto
nosotros podemos hacerlo sin auto-complacencia, sino sintiéndose
simplemente como un canal que transmite los dones del Señor; y así
se convierte concretamente en un sembrador de esperanza. Es esto lo
que el Señor nos pide a nosotros, con esa fortaleza y esa capacidad
de consolar y ser sembradores de esperanza. Y hoy, se necesita
sembrar esperanza, ¿Verdad? No es fácil.
El fruto
de este estilo de vida no es una comunidad en la cual algunos son de
‘serie A’, es decir, los fuertes, y otros de ‘serie B’, es
decir, los débiles. El fruto en cambio es, como dice Pablo, “tener
los mismos sentimientos unos hacia otros a ejemplo de Cristo Jesús”.
La Palabra de Dios alimenta una esperanza que se traduce
concretamente en el compartir, en el servicio recíproco.
Porque
incluso quien es ‘fuerte’ se encuentra antes o después con la
experiencia de la fragilidad y de la necesidad de la consolación de
los demás; y viceversa en la debilidad se puede siempre ofrecer una
sonrisa o una mano al hermano en dificultad. Y así se vuelve una
comunidad que “con un solo corazón y una sola voz, glorifica a
Dios”.
Pero todo
esto es posible si se pone al centro a Cristo, su Palabra, porque Él
es el ‘fuerte’, Él es quien nos da la fortaleza, quien nos da la
paciencia, quien nos da la esperanza, quien nos da la consolación.
Él es el ‘hermano fuerte’ que cuida de cada uno de nosotros:
todos de hecho tenemos necesidad de ser llevados en los hombros del
Buen Pastor y de sentirnos acogidos en su mirada tierna y solícita.
Queridos
amigos, jamás agradeceremos suficientemente a Dios por el don
de su Palabra, que se hace presente en las Escrituras. Es allí que
el Padre de nuestro Señor Jesucristo se revela como ‘Dios de la
perseverancia y de la consolación’.
Y es ahí
que nos hacemos conscientes de como nuestra esperanza no se funda en
nuestras capacidades y en nuestras fuerzas, sino en el fundamento de
Dios y en la fidelidad de su amor, es decir, en la fuerza de Dios y
en la consolación de Dios. Gracias”. 23.03.17
Francisco en Santa Marta: cuando seguimos a los ídolos del mundo nos volvemos “católicos ateos”
Las
dos cosas que hacen perder la fidelidad son: no escuchar la palabra
de Dios y el corazón endurecido
(Ciudad
del Vaticano).- Cuando nos alejamos de Dios nos volvemos
sordos a su Palabra y llegamos a ser católicos infieles e incluso
“católicos ateos”, porque si no escuchamos su palabra corremos
en riesgo de que el corazón se endurezca.
Fue esta
la idea central de la homilía del papa Francisco en la misa que ha
celebrado este jueves en la capilla de la residencia Santa Marta,
inspirándose en un pasaje tomado del Libro del Profeta Jeremías.
Y si no
se escucha la voz del Señor, se escuchan otras voces”, dijo, y al
final “nos volvemos sordos a la Palabra de Dios”. Añadió que
“si hoy nos detenemos un poco y miramos dentro de nuestro corazón
todos nosotros veremos cuántas veces nos hemos vuelto sordos”.
“Y
cuando un pueblo, una comunidad, digamos también una comunidad
cristiana, una parroquia, una diócesis, cierra los oídos y se
vuelve sorda a la Palabra del Señor, busca otras voces, otros
señores, y termina con los ídolos, los ídolos que el mundo, la
mundanidad, la sociedad, le ofrecen. Se aleja del Dios vivo”. Se
pasa a vivir entonces “en aquel mundo, en aquel clima que no hace
bien y aleja cada día más de Dios”.
Reiteró
que las dos cosas que hacen perder la fidelidad son: no escuchar la
palabra de Dios y el corazón endurecido.
“Una
infidelidad que se colma con la confusión. No se sabe dónde está
Dios, dónde no está, se confunde a Dios con el diablo”, y al
final “se acaba diciendo blasfemias”.
“Cada
uno de nosotros hoy puede interrogarse: ‘¿Me detengo a escuchar la
Palabra de Dios? ¿Tomo la Biblia en la mano, que me está
hablando? ¿Mi corazón se ha endurecido? ¿Me he alejado del Señor?
¿He perdido la fidelidad al Señor y vivo con los ídolos que me
ofrece la mundanidad de cada día? ¿He perdido la alegría del
estupor del primer encuentro con Jesús?’.
“Hoy
es –concluyó el sucesor de Pedro– una jornada para escuchar.
‘Escuchar, hoy, la voz del Señor’, hemos rezado. ‘No
endurezcan su corazón’. Pidamos esta gracia: la gracia de escuchar
para que nuestro corazón no se endurezca”. 24.03.17
El Santo Padre indica a los líderes europeos los pilares identificativos para un camino de esperanza
En
la Sala Regia del palacio apostólico del Vaticano, en presencia de
representantes de las instituciones europeas
(Ciudad
del Vaticano, 23 Mar. 2017).- Los
pilares de la construcción europea hace 60 años, son los hitos para
trazar su futuro y un camino de esperanza, indicó el papa Francisco
que además señaló: “la centralidad del hombre, una solidaridad
efectiva, la apertura al mundo, la continuación del paz y del
desarrollo, la apertura al futuro”.
Sus
palabras fueron este viernes en el Vaticano, al recibir a los
responsables europeos con ocasión del 60 aniversario de la firma de
los Tratados de Roma, el 25 de marzo de 1957.
Es la
cuarta vez en cuatro años de pontificado que el papa Francisco
ofrece una visión sobre el futuro de Europa, la primera vez en el
discurso en Estrasburgo, el 25 de noviembre de 2014; siguiendo por el
realizado al Parlamento y al Consejo de Europa; y al recibir el 6 de
mayo de 2016 el premio Carlomagno.
El
Papa ha evocado a los “Padres de Europa e invitado a los europeos a
dejarse “provocar por sus palabras, por la actualidad de sus
pensamientos, por el involucrarse apasionadamente por el bien común
que los ha caracterizado, por la seguridad de hacer parte de una obra
más grande que sus personas y por el gran ideal que les ha animado”.
“Su
denominador común ha sido el espiritu de servicio, unido a la pasión
política y a la consciencia de que “en el origen de esta
civilización europea se encuentra el cristianismo”, sin el cual
los valores occidentales de dignidad, libertad y justicia se vuelven
completamente incomprensibles”, afirmó claramente el Papa.
El
Pontífice ha planteado el tema del futuro, teniendo como fondo de
cuadro la crisis: “¿Cuál es la llave de interpretación con la
cual podemos leer las dificultades del presente y encontrar respuesta
para el futuro? El recuerdo del pensamiento de los padres sería de
hecho estéril, si no sirviera para indicarnos un camino” y una
“fuente". 24.03.17
El Papa en el Duomo de Milán: No hay que temer el desafío de una sociedad multicultural
Formar
en el discernimiento, en un escenario muy insidioso, sin condenar ni
santificar
(Roma,
25 Mar. 2017).- En
el Duomo de Milán, la catedral gótica medioeval y corazón de la
Iglesia ambrosiana, el papa Francisco encontró al clero de la
ciudad, presidido por los tres cardenales milaneses. Después de
saludarles entró en el templo, donde le recibieron con aplausos.
En el
lugar del Duomo llamado “Scurolo di San Carlo”, el Santo Padre se
detuvo en oración y adoración al Santísimo Sacramento.
Aquí, en
el primer encuentro con el clero de Milán, en la nave central del
Duomo, después del saludo del cardenal Scola, el sacerdote diocesano
Gabriele Gioia le preguntó cómo enfrentar la secularización y
evolución de la sociedad, plural, multiétnica, multicultural y
multirreligiosa.
Recordó
que no siempre “se pesca”, lo importantes sí es salir a navegar,
sabiendo que somos siervos inútiles, con la alegría de evangelizar.
El Papa
señaló que “en cada época desde los primeros cristianos ha
tenido múltiples desafíos” y recordó el episodio de Pedro en la
casa de Cornelio en Cesarea. “No debemos temer los desafíos y es
bueno que existan. Son signo de una fe viva, de una comunidad que
busca al Señor y tiene los ojos y el corazón abierto”, dijo. Y
añadió: “Más bien temamos una fe sin desafíos que se considera
completa como si todo hubiera sido realizado”. Porque los desafíos
“nos ayudan a hacer que nuestra fe no se vuelva ideológica”.
Y sobre
una sociedad “multicultural, multireligiosa y multiétnica”
señaló que la historia de la Iglesia tiene mucho que enseñarnos y
ayudarnos sobre la cultura de la diversidad. Porque “el Espíritu
Santo es el maestro de la diversidad”. Invitó así a mirar a las
diócesis, comunidades religiosas, congregaciones, con tantos
carismas y modos de realizar la experiencia de los creyentes. “La
Iglesia -dijo el Papa- es una experiencia multiforme, una pero
multiforme”.
También
señaló el Evangelio en sus cuatro versiones, lo que enriquece.
Invitó por ello a no confundir unidad con uniformidad, pluralidad
con pluralismo. “Todo lo que no asume el drama humano puede ser una
teoría muy clara y distinguida, pero no coherente con la Revelación
y por lo tanto ideológica”, dijo. Porque la fe para ser cristiana
y no ilusoria tiene que configurarse en el interior de los procesos
humanos si reducirse a ellos.
Por ello
como pastores no podemos evitar de “formar el discernimiento” en
un “escenario muy insidioso”, en una cultura de la abundancia,
que presenta tantas posibilidades como válidas y buenas, en la cual
nuestros jóvenes están expuestos al zapping continuo, pudiendo
navegar en dos o tres pantallas al mismo tiempo, en diversos
escenarios virtuales.
“Nos
guste o no es el mundo en el cual están insertados y es nuestro
deber como pastores ayudarlos a atravesar este mundo. Por lo tanto
considero que sea importante enseñarles a discernir, para que tengan
los instrumentos y los elementos que les ayuden a recorrer el camino
de la vida sin que se extinga el Espíritu Santo que está en ellos”.
“Cuando
somos niños -señaló el Pontífice- es fácil que el papá y la
mamá digan qué hacer, y está bien. Pero a mediad que crecemos en
medio a una multitud de voces en las que aparentemente todas tienen
razón, el discernimiento de lo que nos lleva a la Resurrección, a
la vida y no a una cultura de la muerte es crucial”. 26.03.17
El Papa en el ángelus da las gracias a los milaneses por la acogida con “el corazón en la mano”
El
Pontífice señala que se sintió “verdaderamente en casa”
(Ciudad
del Vaticano).- Al
día siguiente de su visita pastoral a Milán, realizada ayer 25 de
marzo del 2017, el papa Francisco ha dado las gracias a los milaneses
por su acogida realizada con “el corazón en la mano”.
En
el ángelus rezado hoy domingo 26 de marzo en la plaza San Pedro, el
Papa ha evocado su desplazamiento de un día a la capital lombarda,
al norte de Italia:”Quisiera dar las gracias al cardenal arzobispo
( Angelo Scola) y a todo el pueblo milanés por la calurosa acogida
de ayer”.
“Verdaderamente,
me sentí como en casa con todos los creyentes y no creyentes” ha
confiado el Papa. “Les doy las gracias queridos milaneses y les voy
a decir una cosa: He constatado que es verdad lo que se dice de
ustedes: en Milán se recibe con el corazón en la mano”.
Durante
su visita, el Santo Padre ha sido recibido por familias de un
barrio desfavorecido: dos familias italianas y una familia marroquí
musulmana le han acogido en su casa. A continuación fue el
encuentro con el clero y personas consagradas, y después también ha
ido a la prisión San
Vittore donde
ha almorzado con un centenar de detenidos. A continuació de una
gran misa con los milaneses, el Pontífice ha tenido un encuentro con
80.000 jóvenes que se han confirmado y sus familias en el
estadio San Siro.27.03.17
El Papa a los obispos de Canadá: favorecer el diálogo interreligioso
Se
encuentran en Roma en visita ‘ad limina’
(Roma
– 27 Mar. 2017).- El papa Francisco recibió este
martes a los obispos de Canadá quienes se encuentran en Roma
en visita ‘ad limina’.
Los temas
tratados fueron muchos, indicó la Radio Vaticano, retos sociales y
temas pastorales para la Iglesia en ese país, uno de los más
secularizados del mundo y donde se permiten prácticas que desafían
temas éticos, como la reproducción asistida, la clonación humana,
la eutanasia y el suicidio asistido.
La
Iglesia por su parte insiste sobre temas como la paz mundial, el
desarme, el desarrollo sostenible y la prtoección del medio
ambiente. También sobre los inmigrantes y refugiados.
Entre los
temas tratados los casos de maltrato de menores en casos de abusos
que se produjeron en el pasado, de los cuales la Iglesia canadiense
ha pedido perdón y las mediadas que es necesario tomar para que
nunca más se repitan.
En
audiencia con el Papa, los obispos también conversaron de la
fructífera labor ecuménica e interreligiosa, en favor de la defensa
de los principios de la solidaridad y la convivencia de los pueblos,
con motivo del reciente ataque a la mezquita en Quebec y las medidas
restrictivas de migración del Presidente de los Estados Unidos,
Donald Trump.
Su
población de 35 millones de habitantes, es un mosaico de personas de
diversos orígenes, agrupados en dos áreas culturales y lingüísticas
vinculadas a la colonización: el país es bilingüe y multicultural,
con Inglés y francés como lenguas oficiales. El 40 por ciento de la
población es bautizada Católica, otro tercio es protestante; Los
musulmanes son el 2 por ciento, seguido por los judíos, los budistas
e hindúes con 1 por ciento de la población. 28.03.17
El Papa en Sta. Marta: la amargura paraliza, recordar la alegría del primer encuentro
El
Santo Padre explica el milagro de Jesús con el paralítico
Ciudad del Vaticano – 28 Mar. 2017).- Echarle la culpa al otro y vivir amargado porque uno se ha olvidado de la alegría del primer encuentro. Este fue el centro de la homilía del papa Francisco en la misa de este martes en la residencia Santa Marta en el Vaticano.
El Santo Padre parte del Evangelio del día, que narra la curación del paralítico por Jesús. Un hombre enfermo desde hacía 38 años en el borde de una pileta en Jerusalén, llamada en hebreo Betzatá y donde se decía que un ángel agitaba las aguas y los primeros que se sumergían en ellas quedaban curados.
Jesús le pregunta ¿Quieres curarte? Una palabra ante la cual los enfermos, ciegos, cojos, paralíticos habrían dicho: sí, Señor, sí.
“Pero este es un hombre extraño que le responde a Jesús: ‘Señor no tengo a nadie que me sumerja en la pileta cuando el agua se agita y mientras estoy por ir otro baja antes que yo. Una respuesta que contiene una queja.
Un hombre, observa el Papa, que es como un árbol plantado a lo largo de los cursos de agua del que habla el primer salmo: “pero tenía las raíces secas” y “a esas raíces no llegaba el agua”. O sea, una actitud de lamentarse, de hecharle la culpa a los otros. “Este es un pecado feo, el de la amargura”.
Este hombre, explica el Papa, está enfermo no tanto por la parálisis pero porque está amargado, que es peor que tener el corazón tibio. Está vivo porque vive, pero no tiene la alegría de ir hacia adelante, no tener ganas de hacer nada en la vida, haber perdido la memoria de la alegría”. Se ve el “resentimiento y la amargura en el corazón”.
Pero Jesús no lo reprende, sino que le dice: “Levántate, toma tu camilla y camina”. El paralítico se cura, pero los doctores de la Ley le dicen que no es lícito cargar la camilla porque era sábado y le preguntan quién lo ha curado en este día: ‘Va contra el código, ese hombre no es de Dios’.
El Papa señala que el paralítico ni siquiera le dio las gracias a Jesús, ni siquiera le preguntó el nombre. La amargura, explica el Papa, es un pecado que paraliza, nos vuelve paralíticos. No nos deja caminar.
Hoy el Señor nos dice a cada uno: “Levántate, toma tu vida como viene, sea linda, fea o como sea, tomarla e ve hacia adelante. No tengas miedo, ve hacia adelante con tu camilla”. – Pero Señor, no es el último modelo…’ ¡Pero ve adelante!, con aquella camilla quizás fea, pero anda.
“¿Quieres curarte?, es la primera pregunta que hoy el Señor nos hace? ‘¡Sí Señor!’. ‘¡Levántate!’ Y si nosotros le decimos al Señor, ‘sí’, quiero sanarme. Sí Señor quiero levantarme, sabremos lo que es la alegría de la salvación”.29.03.17
El Papa en la audiencia subraya la estrecha relación entre fe y esperanza
Estamos
llamados a vivir una esperanza que no se apoya en razonamientos, sino
que hunde sus raíces en la fe en la Palabra de Dios
(Ciudad
del Vaticano, 28 Mar. 2017).- El santo padre Francisco ha realizado
este miércoles en la Plaza de San Pedro una nueva audiencia durante
la cual ha profundizado en la catequesis el tema de la esperanza.
A
su ingreso en la plaza en el vehículo abierto, el Papa pasó entre
los pasillos saludando a los peregrinos y fieles allí presentes,
deteniéndose para bendecir en particular a niños y ancianos.
En
sus palabras en español, el Pontífice hizo un resumen de la
catequesis, indicando que “hoy hemos visto la estrecha
relación que hay entre la fe y la esperanza”.
“En
la carta a los Romanos, san Pablo nos dice que Abraham, «apoyado en
la esperanza, creyó contra toda esperanza». El patriarca, a pesar
de sus muchos años y la esterilidad de su mujer Sara, siguió
creyendo en la promesa que Dios le había hecho de darle una gran
descendencia”.
O
sea que ante “la evidencia de una realidad contraria a toda
esperanza humana, él se fía de Dios con la certeza de que el Señor
cumplirá sus promesas”.
“También
nosotros –subrayó el Papa– estamos llamados a vivir una
esperanza como la de Abraham, que no se apoya en razonamientos,
previsiones o cálculos humanos, sino que hunde sus raíces en la fe
en la Palabra de Dios. Así nuestra vida se iluminará con la certeza
de saber que Aquél que ha resucitado a su Hijo de la muerte nos
resucitará también a nosotros y nos hará ser una sola cosa con Él,
junto a todos nuestros hermanos en la fe”.
El
Papa concluyó saludando a los peregrinos de lengua española:
“Pidamos a la Virgen María que en este tiempo de cuaresma nos
ayude a intensificar nuestra preparación espiritual para que la
celebración del misterio pascual de Cristo renueve nuestra fe y
esperanza. Que el Señor los bendiga”.
A
continuación el texto completo:
“Queridos
hermanos y hermanas, ¡buenos días!
La frase
de la Carta de San Pablo a los Romanos que hemos apenas escuchado nos
ofrece un gran don. De hecho, estamos acostumbrados a reconocer
en Abraham a nuestro padre en la fe; hoy el Apóstol nos hace
comprender que Abraham es para nosotros padre de la esperanza; no
solo padre en la fe, sino también padre en la esperanza. Y esto
porque en su historia podemos ya adquirir un anuncio de la
Resurrección, de la vida nueva que vence el mal y la misma muerte.
El texto
dice que Abraham creyó en Dios “que da vida a los muertos y llama
a la existencia a las cosas que no existen”; y luego precisa: “Su
fe no flaqueó, al considerar que su cuerpo estaba como muerto y que
también lo estaba el seno de Sara”. Así, esta es la experiencia a
la cual estamos llamados a vivir también nosotros. El Dios que se
revela a Abraham es el Dios que salva, el Dios que hace salir de la
desesperación y de la muerte, el Dios que llama a la vida. En la
historia de Abraham todo se convierte en un himno al Dios que libera
y regenera, todo se hace profecía.
Y lo hace
para nosotros, para nosotros que ahora reconocemos y celebramos el
cumplimiento de todo esto en el misterio de la Pascua. Dios de
hecho, “resucitó a nuestro Señor Jesús de los muertos “, para
que también nosotros podamos pasar en Él de la muerte a la vida. Y
de verdad entonces Abraham puede bien llamarse ‘padre de muchos
pueblos’, en cuanto resplandece como anuncio de una humanidad nueva
– nosotros – rescatada por Cristo del pecado y de la muerte e
introducida una vez para siempre en el abrazo del amor de Dios.
A este
punto, Pablo nos ayuda a poner en evidencia el vínculo estrecho
entre la fe y la esperanza. Él de hecho afirma que Abraham “creyó,
esperando contra toda esperanza”. Nuestra esperanza no se apoya en
razonamientos, previsiones o cálculos humanos; y se manifiesta ahí
donde no hay más esperanza, donde no hay nada más en que esperar,
justamente como sucedió con Abraham, ante su muerte inminente y la
esterilidad de su mujer Sara. Era el final para ellos, no podían
tener hijos y ahí, en esa situación, Abraham cree y tuvo esperanza
contra toda esperanza. ¡Y esto es grande!
La gran
esperanza hunde sus raíces en la fe, y justamente por esto es capaz
de ir más allá de toda esperanza. Sí, porque no se funda en
nuestra palabra, sino en la Palabra de Dios. También en este
sentido, entonces, estamos llamados a seguir el ejemplo de Abraham,
quien, a pesar de la evidencia de una realidad que parece destinada a
la muerte, confía en Dios, “plenamente convencido de que Dios
tiene poder para cumplir lo que promete”. Me gustaría hacerles una
pregunta, ¿verdad?: ¿Nosotros, todos nosotros, estamos convencidos
de esto? ¿Estamos convencidos que Dios nos quiere mucho y que todo
aquello que nos ha prometido está dispuesto a llevarlo a
cumplimiento? Pero Padre, ¿Cuánto debemos pagar por esto?. “Hay
un precio: abrir el corazón”. Abran sus corazones y esta fuerza de
Dios llevará adelante y hará cosas milagrosas y les enseñará que
cosa es la esperanza. Este es el único precio: abrir el corazón a
la fe y Él hará el resto.
¡Esta es
la paradoja y al mismo tiempo el elemento más fuerte, más alto de
nuestra esperanza! Una esperanza fundada en una promesa que del punto
de vista humano parece incierta e impredecible, pero que no disminuye
ni siquiera ante la muerte, cuando a prometer es el Dios de la
Resurrección y de la vida. Esto no lo promete uno cualquiera, ¡no!
Quien lo promete, es el Dios de la Resurrección y de la vida.
Queridos
hermanos y hermanas, pidamos hoy al Señor la gracia de permanecer
instaurados no tanto en nuestras seguridades, en nuestras
capacidades, sino en la esperanza que surge de la promesa de Dios,
como verdaderos hijos de Abraham. Cuando Dios promete, lleva a
cumplimiento aquello que promete. Jamás falta a su palabra.
Y
entonces nuestra vida asumirá una luz nueva, en la conciencia de que
Quien ha resucitado a su Hijo, resucitará también a nosotros y nos
hará de verdad una cosa sola con Él, junto a todos nuestros
hermanos en la fe. Todos nosotros creemos.
Hoy
estamos todos en la plaza, alabemos al Señor, cantaremos el Padre
Nuestro, luego recibiremos la bendición… pero esto pasa. Pero
esto, también, es una promesa de esperanza. Si nosotros hoy tenemos
el corazón abierto, les aseguro que todos nosotros nos encontraremos
en la plaza del Cielo para siempre, que no pasa nunca. Y esta es
la promesa de Dios. Y esta es nuestra esperanza, si nosotros abrimos
nuestros corazones. Gracias. 30.03.17
Texto de la carta del papa Francisco a los organizadores del IX Encuentro Mundial de la Familia
La
JMF se realizará del 21 al 26 de agosto de 2018 en Dublín, Irlanda,
sobre el tema “El Evangelio de la Familia: alegría para el mundo”
(Ciudad
del Vaticano, 30 Mar. 2017).- Publicamos a continuación la carta que
el santo padre Francisco ha enviado al prefecto del dicasterio para
los Laicos, Familia y Vida, cardenal Kevin Farrell, teniendo en vista
la preparación del IX Encuentro Mundial de las Familias.
Este
evento se realizará del 21 al 26 de agosto de 2018 en Dublín,
Irlanda, sobre el tema “El Evangelio de la Familia: alegría para
el mundo”.
Al
Venerado Hermano el cardenal Kevin Farrell, prefecto del dicasterio
para los Laicos, la Familia y la Vida Al final del VIII Encuentro
Mundial de las Familias, celebrado en Filadelfia en septiembre de
2015, anuncié que el encuentro sucesivo con las familias católicas
de todo el mundo tendría lugar en Dublín.
Ahora,
con el deseo de comenzar su preparación, me complazco en confirmar
que se desarrollará del 21 al 26 de agosto de 2018, sobre el tema:
“El Evangelio de la familia: alegría para mundo”. Y con respecto
a este tema y a su desarrollo quisiera ofrecer algunas indicaciones
más precisas.
Deseo,
efectivamente, que las familias puedan profundizar en la reflexión y
compartir los contenidos de la Exhortación Apostólica
post-sinodal Amoris
Laetitia.
Nos
podríamos preguntar: ¿El Evangelio sigue siendo alegría para el
mundo? Y también: ¿La familia sigue siendo una buena noticia para
el mundo de hoy? ¡Yo estoy seguro de que sí! Y este “sí” está
firmemente fundado en el plan de Dios.
El amor
de Dios es su “sí” a toda la creación y al corazón de la
misma, que es el hombre. Es el “sí” de Dios a la unión entre el
hombre y la mujer, abierta a la vida y al servicio de ella en todas
sus fases; es el “sí” y el compromiso de Dios con una humanidad
a menudo herida, maltratada y dominada por la falta de amor.
La
familia, por lo tanto, es el “sí” del Dios Amor. Solamente
partiendo del amor la familia puede manifestar, difundir y regenerar
el amor de Dios en el mundo. Sin amor no se puede vivir como hijos de
Dios, como cónyuges, padres y hermanos.
Quiero
hacer hincapié en la importancia de que las familias se pregunten a
menudo si viven partiendo del amor, por el amor y en el amor. Esto
significa concretamente darse, perdonarse, no perder la paciencia,
anticiparse al otro, respetarse. ¡Cómo mejoraría la vida familiar
si cada día se vivieran las tres sencillas palabras “permiso”,
“gracias”, “lo siento”!
Todos los
días experimentamos la fragilidad y la debilidad, y por eso todos
nosotros, familias y pastores, necesitamos una humildad renovada que
plasme el deseo de formarnos, de educarnos y de ser educados, de
ayudar y de ser ayudados, de acompañar, discernir e integrar a todos
los hombres de buena voluntad.
Sueño
con una Iglesia en salida, no autorreferencial, una Iglesia que no
pase lejos de las heridas del hombre, una Iglesia misericordiosa que
anuncie el corazón de la revelación de Dios Amor que es la
Misericordia.
Es la
misma misericordia que nos hace nuevos en el amor; y sabemos cuanto
las familias cristianas sean lugares de misericordia y testigos de
misericordia; después del Jubileo extraordinario lo serán todavía
más, y el Encuentro de Dublín podrá dar señales concretas.
Invito,
pues, a toda la Iglesia a recordar estas indicaciones en la
preparación pastoral para el próximo Encuentro Mundial.
Ante
Usted, querido Hermano, junto con sus colaboradores, se presenta la
tarea de conjugar de una forma especial la enseñanza de Amoris
Laetitia, con la cual la Iglesia desea que las familias estén
siempre en camino, en esa peregrinación interior que es una
manifestación de vida auténtica. Mi pensamiento se dirige de manera
especial a la archidiócesis de Dublín y a toda la querida Nación
irlandesa, por la generosa hospitalidad y el esfuerzo que implica
organizar un evento de esta magnitud.
¡Que el
Señor les recompense a partir de ahora, concediéndoles en
abundancia favores celestes! La Sagrada Familia de Nazaret guíe,
acompañe y bendiga vuestro servicio y a todas las familias
involucradas en la preparación del gran Encuentro Mundial de Dublín.
Desde el
Vaticano, 25 de marzo de 2017
31.03.17
31.03.17
El Santo Padre retoma ‘los viernes de la misericordia’ visitando un instituto para ciegos
En
el centro para ciegos ‘Sant’Alessio – Margherita di Savoia’
(Roma,
31 Mar. 2017).- El papa Francisco ha retomado las
visitas de los “viernes de la misericordia”, realizando hoy en
Roma una visita al centro para ciegos ‘Sant’Alessio –
Margherita di Savoia’.
Lo
informó en un comunicado la oficina de prensa de la Santa Sede,
precisando que el instituto, inicialmente llamado ‘Cristobal
Colón’, realiza actividades destinadas a incluir socialmente a no
videntes o personas con poca vista.
Este tipo
de visitas iniciaron una vez al mes con el Jubileo de la Misericordia
que se desarrolló el año pasado, de manera privada y realizando las
obras de misericordia espiritual y material con aquellos que viven
situaciones de exclusión física o social.
En la
visita de esta tarde, el Santo Padre tendrá un encuentro con los
huéspedes de la estructura, personas que sufren discapacidad
sensorial de la vista, personas ciegas de nacimiento, o a causa de
Entre
ellos también 50 niños que frecuentan este centro para recibir
formación especial en las actividades cotidianas, y 37 ancianos y
adultos residentes fijos en la estructura.
A su
llegada, el Papa fue recibido por las autoridades del centro, una de
ellas con ceguera adquirida durante la vida, además del personal
médico y voluntarios en servicio. Durante la visita el Papa ha
dejado un don al Instituto y ha firmado el pergamino para
la capilla del centro. 01.04.17
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada