14 de febr. 2018

PAPA QUARESMA

Cuaresma 2018: “¡Detente para mirar y contemplar!” invita el Papa

Homilía del Papa Francisco, Miércoles de Ceniza

(14 feb. 2018).- “La Cuaresma es un tiempo rico para desenmascarar tentaciones y dejar que nuestro corazón vuelva a latir al palpitar del Corazón de Jesús”.
Ha anunciado Francisco en su homilía, en la Misa de imposición de las cenizas, el 14 de febrero de 2018, celebrada en la Basílica de Santa Sabina.
Las 3 palabras clave en su mensaje son: “detente”, “mira” y “vuelve”. El Papa Francisco exhorta a detenernos ante la “agitación”, y de “correr sin sentido”, que llena el alma con la amargura de sentir que nunca se llega a ningún lado.
¡Detente para mirar y contemplar!” ha dicho el Pontífice. “Mira los signos que impiden apagar la caridad, que mantienen viva la llama de la fe y la esperanza. Rostros vivos de la ternura y la bondad operante de Dios en medio nuestro”.


Homilía del Papa Francisco
El tiempo de Cuaresma es tiempo propicio para afinar los acordes disonantes de nuestra vida cristiana y recibir la siempre nueva, alegre y esperanzadora noticia de la Pascua del Señor. La Iglesia en su maternal sabiduría nos propone prestarle especial atención a todo aquello que pueda enfriar y oxidar nuestro corazón creyente.
Las tentaciones a las que estamos expuestos son múltiples. Cada uno de nosotros conoce las dificultades que tiene que enfrentar. Y es triste constatar cómo, frente a las vicisitudes cotidianas, se alzan voces que, aprovechándose del dolor y la incertidumbre, lo único que saben es sembrar desconfianza. Y si el fruto de la fe es la caridad —como le gustaba repetir a la Madre Teresa de Calcuta—, el fruto de la desconfianza es la apatía y la resignación. Desconfianza, apatía y resignación: esos demonios que cauterizan y paralizan el alma del pueblo creyente.
La Cuaresma es tiempo rico para desenmascarar éstas y otras tentaciones y dejar que nuestro corazón vuelva a latir al palpitar del Corazón de Jesús. Toda esta liturgia está impregnada con ese sentir y podríamos decir que se hace eco en tres palabras que se nos ofrecen para volver a «recalentar el corazón creyente»: Detente, mira y vuelve.
Detente un poco de esa agitación, y de correr sin sentido, que llena el alma con la amargura de sentir que nunca se llega a ningún lado. Detente de ese mandamiento de vivir acelerado que dispersa, divide y termina destruyendo el tiempo de la familia, el tiempo de la amistad, el tiempo de los hijos, el tiempo de los abuelos, el tiempo de la gratuidad… el tiempo de Dios.
Detente un poco delante de la necesidad de aparecer y ser visto por todos, de estar continuamente en «cartelera», que hace olvidar el valor de la intimidad y el recogimiento.
Detente un poco ante la mirada altanera, el comentario fugaz y despreciante que nace del olvido de la ternura, de la piedad y la reverencia para encontrar a los otros, especialmente a quienes son vulnerables, heridos e incluso inmersos en el pecado y el error.
Detente un poco ante la compulsión de querer controlar todo, saberlo todo, devastar todo; que nace del olvido de la gratitud frente al don de la vida y a tanto bien recibido.
Detente un poco ante el ruido ensordecedor que atrofia y aturde nuestros oídos y nos hace olvidar del poder fecundo y creador del silencio.
Detente un poco ante la actitud de fomentar sentimientos estériles, infecundos, que brotan del encierro y la auto-compasión y llevan al olvido de ir al encuentro de los otros para compartir las cargas y sufrimientos.
Detente ante la vacuidad de lo instantáneo, momentáneo y fugaz que nos priva de las raíces, de los lazos, del valor de los procesos y de sabernos siempre en camino.
¡Detente para mirar y contemplar!
Mira los signos que impiden apagar la caridad, que mantienen viva la llama de la fe y la esperanza. Rostros vivos de la ternura y la bondad operante de Dios en medio nuestro.
Mira el rostro de nuestras familias que siguen apostando día a día, con mucho esfuerzo para sacar la vida adelante y, entre tantas premuras y penurias, no dejan todos los intentos de hacer de sus hogares una escuela de amor.
Mira el rostro interpelante de nuestros niños y jóvenes cargados de futuro y esperanza, cargados de mañana y posibilidad, que exigen dedicación y protección. Brotes vivientes del amor y de la vida que siempre se abren paso en medio de nuestros cálculos mezquinos y egoístas.
Mira el rostro surcado por el paso del tiempo de nuestros ancianos; rostros portadores de la memoria viva de nuestros pueblos. Rostros de la sabiduría operante de Dios.
Mira el rostro de nuestros enfermos y de tantos que se hacen cargo de ellos; rostros que en su vulnerabilidad y en el servicio nos recuerdan que el valor de cada persona no puede ser jamás reducido a una cuestión de cálculo o de utilidad.
Mira el rostro arrepentido de tantos que intentan revertir sus errores y equivocaciones y, desde sus miserias y dolores, luchan por transformar las situaciones y salir adelante.
Mira y contempla el rostro del Amor crucificado, que hoy desde la cruz sigue siendo portador de esperanza; mano tendida para aquellos que se sienten crucificados, que experimentan en su vida el peso de sus fracasos, desengaños y desilusión.
Mira y contempla el rostro concreto de Cristo crucificado por amor a todos y sin exclusión.
¿A todos? Sí, a todos. Mirar su rostro es la invitación esperanzadora de este tiempo de Cuaresma para vencer los demonios de la desconfianza, la apatía y la resignación. Rostro que nos invita a exclamar: ¡El Reino de Dios es posible!
Detente, mira y vuelve. Vuelve a la casa de tu Padre.
¡Vuelve!, sin miedo, a los brazos anhelantes y expectantes de tu Padre rico en misericordia (cf. Ef 2,4) que te espera.
¡Vuelve!, sin miedo, este es el tiempo oportuno para volver a casa; a la casa del Padre mío y Padre vuestro (cf. Jn 20,17). Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón… Permanecer en el camino del mal es sólo fuente de ilusión y de tristeza. La verdadera vida es algo bien distinto y nuestro corazón bien lo sabe. Dios no se cansa ni se cansará de tender la mano (cf. Bula Misericordiae vultus, 19).
¡Vuelve!, sin miedo, a participar de la fiesta de los perdonados.
¡Vuelve!, sin miedo, a experimentar la ternura sanadora y reconciliadora de Dios. Deja que el Señor sane las heridas del pecado y cumpla la profecía hecha a nuestros padres: «Les daré un corazón nuevo y pondré en ustedes un espíritu nuevo: les arrancaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne» (Ez 36,26).
¡Detente, mira y vuelve!
15.02.18



EEUU: Francisco reza para que cesen los “actos de violencia sin sentido”

Después de un nuevo tiroteo en un instituto en Florida

(15 feb. 2018).-“Con la esperanza de que tales actos de violencia sin sentido puedan cesar”, el Papa Francisco invoca las bendiciones divinas de paz y fortaleza sobre todos los afectados.
Francisco ha asegurado su “cercanía espiritual” y su oración por el eterno descanso de los 17 fallecidos en el trágico tiroteo en el Instituto Marjory Stoneman Douglas, en Parkland, y por la “curación” y el “consuelo” de los 12 heridos y víctimas.
El Santo Padre, “profundamente entristecido” al enterarse de la noticia, ha enviado un telegrama de condolencias a Mons. Thomas Gerard Wenski, Arzobispo de Miami, a través del Card. Pietro Parolin, Secretario de Estado.
16.02.18

Ayunar con coherencia, no para hacerse ver”, exhorta el Papa

Misa en Santa Marta, primer viernes de Cuaresma

(16 feb. 2018).- “El ayuno es uno de los deberes de la Cuaresma”, recordó Francisco. Y sugirió: “Si no puedes hacer un ayuno total, ese que te hace sentir el hambre hasta en los huesos, haz un ayuno humilde, pero verdadero”.
En su homilía de la Misa celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta este tercer viernes de febrero, el Papa Francisco puso en guardia ante el ayuno incoherente, exhortando a preguntarnos cómo nos comportamos con los demás.
Desatar las correas del yugo”
El Papa ha reflexionado a partir de la Primera Lectura, tomada del Libro del Profeta Isaías, y ha aclarado cuál es el ayuno que quiere el Señor: “Soltar las cadenas injustas, desatar las correas del yugo, liberar a los oprimidos y quebrar todos los yugos”.
Ayunar con coherencia, “no para hacerse ver, despreciando a los demás o entre disputas y altercados” ha sido el mensaje que ha lanzado el Papa a los fieles presentes en la capilla de Santa Marta.
Ayunen con coherencia”
Ya no ayunen como hacen hoy, de manera que se escuche fuerte su ruido –ha sugerido el Papa– es decir, nosotros ayunamos, somos católicos, practicamos; yo pertenezco a esta asociación, nosotros ayunamos siempre, hacemos penitencia. Pero ayunen con coherencia o hagan la penitencia incoherentemente como dice el Señor, con rumor, para que todos la vean y digan: ‘Pero qué persona justa, qué hombre justo, qué mujer justa…’. Esto es un truco; es trucar la virtud”.
Ayunar también es humillarse
Ayuna “para ayudar a los demás, pero siempre con la sonrisa”, exhortó Francisco. Y explicó que el ayuno también consiste en humillarse y esto se realiza pensando en los propios pecados y pidiendo perdón al Señor.
Yo pienso en tantas empleadas domésticas que ganan el pan con su trabajo: humilladas, despreciadas… Jamás he podido olvidar aquella vez que fui a casa de un amigo siendo niño. Vi a la mamá que daba un sopapo a la doméstica. 81 años… No me he olvidado de eso”.
El Pontífice ha planteado: “¿Cómo me comporto yo con la doméstica que tengo en casa, con las empleadas domésticas que están en casa?”. “¿Les pagas lo justo, les das las vacaciones, es una persona o es un animal que te ayuda en tu casa? Sólo piensen esto”.
Al concluir su reflexión exhortó a “hacer penitencia”, a “sentir un poco el hambre”, a “rezar más” durante la Cuaresma y a preguntarnos cómo nos comportamos con los demás:
Mi ayuno ¿llega a ayudar a los demás? Si no llega, es ficticio, es incoherente y te lleva por el camino de una doble vida. Hago de cuenta que soy cristiano, justo… como los fariseos, como los saduceos. Pero por dentro, no lo soy. Pedir humildemente la gracia de la coherencia. La coherencia. Si yo no puedo hacer una cosa, no la hago. Pero no hacerla incoherentemente. Hacer sólo lo que yo puedo hacer, pero con coherencia cristiana. Que el Señor nos dé esta gracia”   
17.02.18

Ángelus: La Cuaresma, no es misión “imposible”

El remedio, es la confianza en el amor de Dios

(18 febrero 2018).- La Cuaresma, es “vivir los días con el deseo de acoger el amor que viene de Dios y que quiere transformar nuestra vida y el mundo entero”, ha explicado el Papa Francisco, antes del Ángelus de este domingo 18 de febrero de 2018, en la Plaza San Pedro, con la gente arrebujada bajo el paraguas. “¡No es imposible!” ha exclamado el Papa, y el remedio es la “confianza” en el amor de Dios.
El Papa ha hablado más rápido de lo habitual, en italiano, como si tuviera prisa de que la gente, las 20.000 personas pudieran cobijarse de la lluvia batiente.
En su catequesis sobre la Cuaresma, el Papa ha invitado a los bautizados a “tener el coraje de rechazar todo lo que nos conduce fuera del camino; los falsos valores que nos equivocan atrayendo nuestro egoísmo de manera astuta”.
Ha indicado el remedio: en la “confianza”: “al contrario, debemos tener confianza en el Señor, en su bondad, y en su proyecto de amor para cada uno de nosotros”.
El Papa también ha invitado a vivir la Cuaresma en la “alegría”: “La Cuaresma es un tiempo de penitencia, sí,  pero ¡no es tiempo triste!. Es un tiempo de penitencia, pero no un tiempo triste, de duelo. Es un compromiso gozoso y serio para despojarnos de nuestro egoísmo, de nuestro hombre viejo, y para renovarnos según la gracia de nuestro bautismo”.
Solo Dios puede darnos la verdadera felicidad, ha declarado el Papa: es inútil perder nuestro tiempo buscando fuera: en las riquezas, en los placeres, en el poder, en la carrera…El Reino de Dios, es la realización de todas nuestras aspiraciones, porque es al mismo tiempo, salvación del hombre y gloria de Dios”.
Y este amor transforma a las personas y al mundo, ha seguido explicando el Papa: “en este primer domingo de Cuaresma, estamos llamados a escuchar con atención y a acoger esta llamada de Jesús a convertirnos y a creer en el Evangelio. Somos exhortados a comenzar con compromiso el camino hacia Pascua, para acoger cada vez más la gracia de Dios que quiere transformar el mundo en un reino de justicia, de paz y de fraternidad.
Que la Virgen María nos ayude a vivir esta Cuaresma en la fidelidad a la Palabra de Dios, y con oración continua, como lo hizo Jesús en el desierto.¡No es imposible! Se trata de vivir los días con el deseo de recibir el amor que proviene de Dios y que quiere transformar nuestra vida y el mundo entero”, ha insistido el Papa...  
19.02.18



Pablo VI será santo este año, confirma el Papa Francisco

La fecha oficial se sabrá próximamente

(19 feb. 2018).- “Pablo VI será santo este año” anunció el Papa Francisco.
Durante su discurso en el encuentro con los párrocos de Roma que tuvo lugar el jueves, 15 de febrero de 2108, en la Basílica de san Juan de Letrán.
El Papa anunció que el Beato Pablo VI será canonizado en 2018. Se trata de un gran acontecimiento para la Iglesia Universal, para el cual aún no se ha establecido una fecha oficial.
Hay dos obispos de Roma (recientes) ya santos (Juan XXIII y Juan Pablo II). Pablo VI será santo este año”, declaró el Santo Padre.
Asimismo, el Pontífice Francisco señaló que Juan Pablo I podría ser beatificado, ya que su causa está abierta en la Congregación Pontificia. El Papa argentino añadió bromeando: “Y Benedicto y yo, estamos en lista de espera: recen por nosotros”.
Milagro
Los cardenales expresaron el pasado 8 de febrero su opinión favorable para el reconocimiento de un milagro debido a la intercesión de Pablo VI.
El 13 de diciembre de 2017, los teólogos de la Congregación para las Causas de los Santos aprobaron el reconocimiento del “milagro”, mientras que la comisión médica había emitido previamente una opinión favorable.
La ncuración, que se produjo en 2014, se refiere a una niña pequeña de la región de Verona (Italia), Amanda, que, antes de su nacimiento, sobrevivió a un riesgo comprobado de aborto. Ella hará tres años en Navidad.
Beatificación
El Papa Francisco beatificó a Pablo VI (1897-1978) el 19 de octubre de 2014, al final del primer sínodo de obispos sobre la familia.
El Papa Benedicto XVI aprobó el decreto reconociendo que Pablo VI vivió las virtudes cristianas y humanas de una manera “heroica”, 20 de diciembre de 2012.
Para la Beatificación, el milagro fue la inexplicable curación de un niño en el seno de su madre en California 18 años antes. El niño estaba amenazado de muerte o de graves malformaciones, lo que llevó a los médicos a aconsejar el aborto.
20.02.18

Francisco responde a 6 difíciles preguntas sobre Dios y el destino

Formuladas por niños rumanos de un orfanato

(20 feb. 2018).- ¿Por qué hay padres que aman a los niños sanos y no a los enfermos?; ¿Por qué nosotros hemos tenido este destino?; ¿Por qué mi madre no me acepta?…
Son algunas de las preguntas formuladas al Papa Francisco por los niños y niñas del orfanato rumano ayudado por la ONG FDP “Protagonistas de la educación”, con quienes el Santo Padre se encontró el pasado 4 de enero de 2018, en el Vaticano.
Hay muchos `¿por qué?´. A algunos de estos `¿por qué?´ puedo dar una respuesta, a otros no; solo Dios puede darla”, señaló el Papa.
Sin embargo, el Papa contestó una a una las preguntas de estos niños: “Dios transforma nuestro corazón con su misericordia y también transforma nuestra vida. No somos siempre iguales, nos están “trabajando”. Dios nos trabaja el corazón, es Él, y somos trabajados como barro en las manos del alfarero; y el amor de Dios toma el lugar de nuestro egoísmo” explicó a los pequeños.
La organización FDP “Protagonistas de la educación” fue creada en 1996 por voluntarios italianos y rumanos, con el apoyo de la organización italiana AVSI. El nombre inicial de la organización fue ‘Fundación para el Desarrollo del Pueblo’.
Respuestas del Papa a las preguntas de los niños y niñas rumanos:
Queridos muchachos, queridos hermanos y hermanas:
Os doy las gracias por este encuentro y por la confianza con que me habéis hecho vuestras pregunta, en las que se siente la realidad de vuestra vida.
Tengo vuestras preguntas aquí y ya las había leído. Pero antes de responder, me gustaría dar las gracias al Señor por vosotros, porque estáis aquí, porque Él, con la colaboración de muchos amigos, os ha ayudado a avanzar y a crecer. Y juntos recordamos a tantos niños y jóvenes que se fueron al cielo: oramos por ellos y rezamos por aquellos que viven en situaciones de gran dificultad, en Rumania y en otros países del mundo. Confiamos a Dios y a la Virgen Madre a todos los niños y niñas, a los chicos y chicas que sufren por las enfermedades, las guerras y las esclavitudes de hoy.
Y ahora me gustaría responder a vuestras preguntas. Lo haré como pueda, porque nunca puedes responder completamente una pregunta que sale del corazón. En estas preguntas, la frase que más utilizáis es “¿por qué?”: Hay muchos “¿por qué?”. A algunos de estos “¿por qué?” puedo dar una respuesta, a otros no; solo Dios puede darla. En la vida hay muchos “¿por qué?” a los que no podemos responder. Solo podemos mirar, sentir, sufrir y llorar.
Primera pregunta¿Por qué la vida es tan difícil y entre nosotros, que somos amigos, a menudo nos peleamos? ¿Y nos engañamos ? Vosotros, los sacerdotes nos decís que vayamos a la iglesia, pero apenas salimos nos equivocamos y cometemos pecados. Entonces, ¿por qué entré en la Iglesia? Si considero que Dios está en mi alma, ¿por qué es importante ir a la iglesia?
Papa Francisco: Tus “¿por qué?” tienen una respuesta: es el pecado, el egoísmo humano: por eso, como dices, -“a menudo peleamos”-, “nos hacemos daños, nos engañamos”. Tú mismo lo has reconocido: incluso si vamos a la iglesia, volvemos a equivocarnos, seguimos siendo pecadores. Entonces, con razón te preguntas: ¿de qué sirve ir a la iglesia? Sirve para ponernos frente a Dios tal como somos, sin “maquillarnos”, tal como estamos ante Dios, sin maquillaje. Para decir: “Aquí estoy, Señor, soy un pecador y te pido perdón”. Ten piedad de mí “. Si voy a la iglesia para fingir que soy una buena persona, no me sirve. Si voy a la iglesia porque me gusta escuchar música o porque me siento bien, no sirve. Sirve si al principio, cuando entro en la iglesia, puedo decir: “Aquí estoy, Señor. Tú me amas y yo soy un pecador. Ten piedad de nosotros”. Jesús nos dice que si hacemos esto, regresamos a casa perdonados. Acariciados por Él, más amados por Él, sintiendo esta caricia, este amor. Entonces, lentamente, Dios transforma nuestro corazón con su misericordia y también transforma nuestra vida. No somos siempre iguales, nos están “trabajando”. Dios nos trabaja el corazón, es Él, y somos trabajados como barro en las manos del alfarero; y el amor de Dios toma el lugar de nuestro egoísmo. Por eso creo que es importante ir a la iglesia: No solo mirar a Dios, dejándonos mirar por Él. Esto es lo que pienso. Gracias.
Segunda pregunta: ¿Por qué hay padres que aman a los niños sanos y en cambio no quieren a  los que están enfermos o tienen problemas?
Papa Francisco: Tu pregunta es sobre los padres, su actitud hacia los niños sanos y hacia los que están enfermos. Te diría esto: frente a las fragilidades de los demás, como las enfermedades, hay algunos adultos que son más débiles, no tienen la fuerza de soportar las fragilidades. Y esto porque ellos mismos son frágiles. Si tengo una piedra grande, no puedo apoyarla en una caja de cartón, porque la piedra aplasta el cartón. Hay padres que son frágiles. No tengáis miedo de decir esto, de pensar esto. Hay padres que son frágiles, porque siempre son hombres y mujeres con sus límites, sus pecados y la fragilidad que llevan dentro, y tal vez no hayan tenido la buena suerte de recibir ayuda cuando eran pequeños. Y así con esas fragilidades continúan en la vida porque no les han ayudado, no han tenido la oportunidad de encontrar un amigo, como lo hemos encontrado nosotros,  que nos tome de la mano y nos enseñe a crecer y hacernos fuertes para superar esa fragilidad. Es difícil obtener ayuda de padres frágiles y, a veces, somos nosotros los que tenemos que ayudarlos. En lugar de reprochar a la vida porque me dio padres frágiles y yo no soy tan frágil, ¿por qué no cambiar la situación y decir gracias a Dios, gracias a la vida porque  yo puedo ayudar a la fragilidad de los padres para que la piedra no aplaste la caja de cartón? . ¿Estáis de acuerdo? Gracias.
Tercera preguntaEl año pasado murió uno de nuestros amigos que se había quedado en el orfanato. Murió en Semana Santa, el Jueves Santo. Un sacerdote ortodoxo nos dijo que murió pecador y que por eso no irá al cielo. Yo no lo creo.Papa Francisco: Tal vez ese sacerdote no sabía lo que estaba diciendo, tal vez ese día ese sacerdote no estaba bien, tenía algo en su corazón que le hizo responder así. Ninguno de nosotros puede decir que una persona no ha ido al cielo. Te digo algo que tal vez te sorprenda: ni siquiera de Judas podemos decirlo. Tú has recordado a tu amigo que murió. Y recuerdas que murió el Jueves Santo. Parece muy extraño lo que habéis oído decir a ese sacerdote,  habría que entenderlo mejor, tal vez no se explicó bien … Pero yo os digo que Dios quiere llevarnos a todos al cielo, sin excepción, y durante la Semana Santa se celebra precisamente eso: la Pasión de Jesús, que como Buen Pastor dio su vida por nosotros, que somos sus pequeñas ovejas. Y si una oveja se pierde, Él la busca hasta que la encuentra. Es así. Dios  no está sentado, va, cómo nos hace ver el Evangelio: Él está siempre en camino para encontrar a esa oveja, y no se asusta  cuando nos encuentra, incluso si estamos en un estado de gran vulnerabilidad, si estamos sucios de pecados, si estamos abandonados por todos y por la vida, Él nos abraza y nos besa. Podía no haber venido, pero el Buen Pastor vino por nosotros. Y si una oveja se pierde, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros y, lleno de alegría, se la lleva a casa. Puedo decirte algo: Estoy seguro, conociendo a Jesús, estoy seguro de que esto es lo que hizo el Señor en esa Semana Santa con tu amigo.
Cuarta pregunta¿Por qué nosotros hemos tenido este destino? ¿Por qué? ¿Qué sentido tiene?
Papa Francisco: Sabes, hay “¿por qué?” que no tienen respuesta. Por ejemplo: ¿por qué los niños sufren? ¿Quién puede responder a esto? Nadie. Tu “¿por qué?” es uno de esos que no tienen una respuesta humana, sino solo divina. No puedo decirte por qué tuviste “este destino”. No sabemos el “por qué” en el sentido del motivo. ¿Qué hice mal para tener este destino? No lo sabemos. Pero sabemos el “por qué” en el sentido del fin que Dios quiere dar a tu destino, y el fin es la curación – el Señor siempre sana- la curación y la vida. Jesús lo dice en el Evangelio cuando conoce a un hombre ciego de nacimiento. Y éste seguramente se preguntaba: “¿Pero por qué nací ciego?”. Los discípulos le preguntan a Jesús: “¿Por qué es así? ¿Por él o por sus padres?” Y Jesús responde: “No, no es culpa suya ni de sus padres, sino para que en él se manifiesten las obras de Dios” (Jn 9,1-3). Significa que Dios, frente a tantas situaciones malas en las que podemos encontrarnos desde pequeños, quiere sanarlas, curarlas, quiere llevar vida donde hay muerte. Esto es lo que hace Jesús, y esto también lo hacen los cristianos que están verdaderamente unidos a Jesús. Vosotros lo habéis experimentado. El “por qué” es un encuentro que sana del dolor, de la enfermedad, del sufrimiento y da el abrazo de la curación. Pero es un “por qué” para el después; al principio no podemos saberlo. Yo no sé el “por qué”, ni siquiera puedo pensarlo; sé que esos “¿por qué?” no tienen respuesta. Pero si has experimentado el encuentro con el Señor, con Jesús que cura, que cura con un abrazo, con las caricias, con el amor, entonces, después de todo el mal que podéis haber vivido, al final habéis encontrado esto. Aquí está el “por qué”.
Quinta preguntaSucede que me siento sola y no sé qué sentido tiene mi vida. Mi hija está en un hogar familiar  y algunas personas me juzgan y dicen que no soy una buena madre. En cambio, creo que mi hija está bien y que también he decidido correctamente porque nos vemos a menudo.
Papa Francisco: Estoy de acuerdo contigo en que la acogida puede servir de ayuda  en determinadas situaciones difíciles. Lo importante es que todo se haga con amor, con atención para las personas, con gran respeto. Entiendo que a menudo te sientas sola. Te aconsejo que no te cierres en ti misma, busca la compañía de la comunidad cristiana: Jesús vino para formar una nueva familia, su familia, donde nadie está solo y todos somos hermanos y hermanas, hijos de nuestro Padre del cielo  y de la Madre que Jesús nos dio, la Virgen María. Y en la familia de la Iglesia todos podemos encontrarnos, curando nuestras heridas y superando los vacíos de amor que a menudo existen en nuestras familias humanas. Tú misma dijiste que crees que tu hija está bien en el hogar familiar porque sabes que allí se preocupan por ella y también por ti. Y luego dijiste: “La veo a menudo”. A veces, la comunidad de hermanos y hermanas cristianos nos ayuda de esta manera. Acogerse el uno al otro. No solo a los niños. Cuando uno siente algo en el corazón, se confía a su amiga, a su amigo y hace que ese dolor salga del corazón. Confiarse fraternalmente el uno con el otro, esto es hermoso y lo enseñó Jesús. Gracias.
Sexta preguntaCuando tenía dos meses, mi madre me abandonó  en un orfanato. A los 21 años busqué a mi madre y me quedé con ella durante 2 semanas, pero no se portaba bien conmigo y me fui. Mi papá está muerto. ¿Qué culpa tengo si ella no me quiere? ¿Por qué no me acepta?
Papa Francisco: Entendí bien esta pregunta porque la dijiste en italiano. Quiero ser sincero contigo. Cuando leí tu pregunta, antes de dar instrucciones para pronunciar el discurso, lloré. Estuve cerca de ti con un par de lágrimas. Porque no sé, me diste tanto; los otros también, pero quizás me pillaste  con las defensas bajas. Cuando se habla de la madre siempre hay algo … y en ese momento me hiciste llorar.  Tu “¿por qué?” se parece a la segunda pregunta, sobre los padres. No es una cuestión de culpabilidad, es una cuestión de gran fragilidad de los adultos, debido en vuestro caso a tanta miseria, a tantas injusticias sociales que aplastan a los pequeños y a los pobres, y también a tanta pobreza espiritual. Sí, la pobreza espiritual endurece los corazones y provoca lo que parece imposible, que una madre abandone a su propio hijo: Este es el fruto de la miseria material y espiritual, el resultado de un sistema social equivocado, inhumano que endurece los corazones y hace que nos equivoquemos , que no encontremos el camino justo. Pero sabes, esto llevará tiempo: tú has buscado algo más profundo que su corazón. Tu madre te ama pero no sabe cómo hacerlo, no sabe cómo expresarlo. No puede porque la vida es dura, es injusta. Y ese amor que está cerrado en ella no sabe cómo decirlo y cómo acariciarte. Te prometo que rezaré para que un día pueda mostrarte ese amor. No seas escéptico, ten esperanza. Simona Carobene (responsable de la iniciativa): Me impresionó mucho el mensaje con motivo de la Jornada de los Pobres. Me sobresaltó  porque me preguntaba: “Y yo ¿cómo veo a mis muchachos?”. A veces me doy cuenta de que tengo tanto que hacer que me olvido de porqué Jesús nos ha unido. Es necesario que todavía recorra un camino de conversión, y este camino es continuo y nunca se puede dar por hecho. Por eso continúo siguiendo a mis muchachos, porque son “mis santos”. Y sigo pegada a la Santa Madre Iglesia a través del carisma de don Giussani, que es la manera concreta que me hizo amar a Jesús. Al mismo tiempo, sin embargo, la llamada de su mensaje era muy concreto. Se hablaba de verdadero intercambio. He empezado a preguntarme si tal vez no haya llegado el momento de dar un paso más en mi vida, un paso de acogida y de compartir. Es un deseo que está naciendo en mi corazón  y que me gustaría verificar en breve. ¿Cuáles son los signos a considerar para entender cuál es mi proyecto? ¿Qué significa vivir la vocación de la pobreza hasta el final?
Papa Francisco: Simona, gracias por tu testimonio. Sí, nuestra vida es siempre un camino, un camino detrás del Señor Jesús, que con amor paciente y fiel nunca deja de educarnos, de hacernos crecer de acuerdo con su plan. Y a veces nos da sorpresas, para romper nuestros esquemas. Tu deseo de crecer en el intercambio y en la pobreza evangélica proviene del Espíritu Santo: esto no se puede comprar, ni alquilar; solo el Espíritu puede hacerlo y te ayudará a avanzar por este camino en el que tú y tus amigos lo habéis hecho muy bien. Habéis ayudado al Señor a cumplir sus obras por estos muchachos.
Gracias de nuevo a todos vosotros. Conoceros me ha hecho tanto bien. Os llevo en mis oraciones. Y por favor, también vosotros rezad por mí porque lo necesito. ¡Gracias!   
21.02.18



17 años de la creación del Cardenal Jorge Mario Bergoglio

Fue creado cardenal de manos de S. Juan Pablo II

(21 feb. 2018).- Hoy se cumplen 17 años de la creación del Cardenal Jorge Mario Bergoglio, hoy Pontífice de la Iglesia.
El 21 de febrero de 2001, San Juan Pablo II creó 44 cardenales en el Consistorio Ordinario Público. Entre los primeros purpurados del nuevo milenio, estaba el Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, señala la plataforma `Vatican News´.
En la página web de las noticias del Vaticano han publicado un vídeo con imágenes del Consistorio Ordinario Público y  de su magisterio en la capital argentina hasta el saludo a Benedicto XVI, antes del Cónclave en el que fue elegido pontífice con el nombre de Francisco.
Jorge Mario Bergoglio
El Papa Francisco recibió la ordenación sacerdotal el 13 de diciembre de 1969 de manos del arzobispo Ramón José Castellano.
El 20 de mayo de 1992 Juan Pablo II le nombra obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires. El 27 de junio recibe en la catedral la ordenación episcopal de manos del purpurado.
Es nombrado enseguida vicario episcopal de la zona de Flores y el 21 de diciembre de 1993 se le encomienda también la tarea de vicario general de la arquidiócesis. Por lo tanto no sorprendió que el 3 de junio de 1997 fuera promovido como arzobispo coadjutor de Buenos Aires.
Antes de nueve meses, a la muerte del cardenalQuarracino, le sucede, el 28 de febrero de 1998, como arzobispo, primado de Argentina.
Tres años después, en el Consistorio del 21 de febrero de 2001, Juan Pablo II le crea cardenal, asignándole el título de san Roberto Bellarmino. En esa ocasión, invita a los fieles a no acudir a Roma para celebrar la púrpura y a destinar a los pobres el importe del viaje.
Mientras, en América Latina su figura se hace cada vez más popular. A pesar de ello, no pierde la sobriedad de trato y el estilo de vida riguroso, por alguno definido casi «ascético».
Conferencia episcopal argentina
Con este espíritu en 2002 declina el nombramiento como presidente de la Conferencia episcopal argentina, pero tres años después es elegido y más tarde reconfirmado por otro trienio en 2008. Entre tanto, en abril de 2005, participa en el cónclave en el que es elegido Benedicto XVI.
Hasta el inicio de la sede vacante era miembro de las Congregaciones para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, para el clero, para los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica; del Consejo pontificio para la familia y de la Comisión pontificia para América Latina.
El 13 de marzo de 2013, el cónclave que se celebró tras la renuncia de Benedicto XVI eligió como papa a Jorge Mario Bergoglio, quien manifestó su voluntad de ser conocido como ‘Francisco’ en honor al santo de Asís.
Bergoglio es el primer papa jesuita y el primero proveniente del hemisferio sur. Es el primer pontífice originario de América y el primero no europeo desde el sirio Gregorio III ―fallecido en 741―.          
22.02.18


Jóvenes: El mundo espera vuestra respuesta a esa llamada única

Mensaje del Papa Francisco para la JMJ en las diócesis

(22 feb. 2018).- “Los cristianos auténticos no tienen miedo de abrirse a los demás, compartir su espacio vital transformándolo en espacio de fraternidad”, dice el Papa a los jóvenes.
La Santa Sede ha publicado este jueves, 22 de febrero de 2018, el mensaje que el Papa Francisco envía a los jóvenes de todo el mundo con motivo de la XXXIII Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en ámbito diocesano el 25 de marzo de 2018, Domingo de Ramos y cuyo tema es No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios (Lc 1,30).
Mensaje del Papa Francisco
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios» (Lc 1,30)
Queridos jóvenes:
La Jornada Mundial de la Juventud de 2018 es un paso más en el proceso de preparación de la Jornada internacional, que tendrá lugar en Panamá en enero de 2019. Esta nueva etapa de nuestra peregrinación cae en el mismo año en que se ha convocado la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema: Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. Es una buena coincidencia. La atención, la oración y la reflexión de la Iglesia estarán puestas en vosotros, los jóvenes, con el deseo de comprender y, sobre todo, de «acoger» el don precioso que representáis para Dios, para la Iglesia y para el mundo.
Como ya sabéis, hemos elegido a María, la joven de Nazaret, a quien Dios escogió como Madre de su Hijo, para que nos acompañe en este viaje con su ejemplo y su intercesión. Ella camina con nosotros hacia el Sínodo y la JMJ de Panamá. Si el año pasado nos sirvieron de guía las palabras de su canto de alabanza: «El Poderoso ha hecho obras grandes en mí» (Lc1,49), enseñándonos a hacer memoria del pasado, este año tratamos de escuchar con ella la voz de Dios que infunde valor y da la gracia necesaria para responder a su llamada: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios» (Lc 1,30). Son las palabras pronunciadas por el mensajero de Dios, el arcángel Gabriel, a María, una sencilla jovencita de un pequeño pueblo de Galilea.
 No temas
Es comprensible que la repentina aparición del ángel y su misterioso saludo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» (Lc 1,28) hayan causado una fuerte turbación en María, sorprendida por esta primera revelación de su identidad y de su vocación, desconocida para ella entonces. María, como otros personajes de las Sagradas Escrituras, tiembla ante el misterio de la llamada de Dios, que en un instante la sitúa ante la inmensidad de su propio designio y le hace sentir toda su pequeñez, como una humilde criatura. El ángel, leyendo en lo más profundo de su corazón, le dice: «¡No temas!». Dios también lee en nuestro corazón. Él conoce bien los desafíos que tenemos que afrontar en la vida, especialmente cuando nos encontramos ante las decisiones fundamentales de las que depende lo que seremos y lo que haremos en este mundo. Es la «emoción» que sentimos frente a las decisiones sobre nuestro futuro, nuestro estado de vida, nuestra vocación. En esos momentos nos sentimos turbados y embargados por tantos miedos.
Y vosotros jóvenes, ¿qué miedos tenéis? ¿Qué es lo que más os preocupa en el fondo? En muchos de vosotros existe un miedo de «fondo» que es el de no ser amados, queridos, de no ser aceptados por lo que sois. Hoy en día, muchos jóvenes se sienten obligados a mostrarse distintos de lo que son en realidad, para intentar adecuarse a estándares a menudo artificiales e inalcanzables. Hacen continuos «retoques fotográficos» de su imagen, escondiéndose detrás de máscaras y falsas identidades, hasta casi convertirse ellos mismos en un «fake». Muchos están obsesionados con recibir el mayor número posible de «me gusta». Y este sentido de inadecuación produce muchos temores e incertidumbres. Otros tienen miedo a no ser capaces de encontrar una seguridad afectiva y quedarse solos. Frente a la precariedad del trabajo, muchos tienen miedo a no poder alcanzar una situación profesional satisfactoria, a no ver cumplidos sus sueños. Se trata de temores que están presentes hoy en muchos jóvenes, tanto creyentes como no creyentes. E incluso aquellos que han abrazado el don de la fe y buscan seriamente su vocación tampoco están exentos de temores. Algunos piensan: quizás Dios me pide o me pedirá demasiado; quizás, yendo por el camino que me ha señalado, no seré realmente feliz, o no estaré a la altura de lo que me pide. Otros se preguntan: si sigo el camino que Dios me indica, ¿quién me garantiza que podré llegar hasta el final? ¿Me desanimaré? ¿Perderé el entusiasmo? ¿Seré capaz de perseverar toda mi vida?
En los momentos en que las dudas y los miedos inundan nuestros corazones, resulta imprescindible el discernimiento. Nos permite poner orden en la confusión de nuestros pensamientos y sentimientos, para actuar de una manera justa y prudente. En este proceso, lo primero que hay que hacer para superar los miedos es identificarlos con claridad, para no perder tiempo y energías con fantasmas que no tienen rostro ni consistencia. Por esto, os invito a mirar dentro de vosotros y «dar un nombre» a vuestros miedos. Preguntaos: hoy, en mi situación concreta, ¿qué es lo que me angustia, qué es lo que más temo? ¿Qué es lo que me bloquea y me impide avanzar? ¿Por qué no tengo el valor para tomar las decisiones importantes que debo tomar? No tengáis miedo de mirar con sinceridad vuestros miedos, reconocerlos con realismo y afrontarlos. La Biblia no niega el sentimiento humano del miedo ni sus muchas causas. Abraham tuvo miedo (cf. Gn 12,10s.), Jacob tuvo miedo (cf. Gn31,31; 32,8), y también Moisés (cf. Ex 2,14; 17,4), Pedro (cf. Mt 26,69ss.) y los Apóstoles (cf. Mc4,38-40, Mt 26,56). Jesús mismo, aunque en un nivel incomparable, experimentó el temor y la angustia (Mt 26,37, Lc 22,44).
«¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?» (Mc 4,40). Este reproche de Jesús a sus discípulos nos permite comprender cómo el obstáculo para la fe no es con frecuencia la incredulidad sino el miedo. Así, el esfuerzo de discernimiento, una vez identificados los miedos, nos debe ayudar a superarlos abriéndonos a la vida y afrontando con serenidad los desafíos que nos presenta. Para los cristianos, en concreto, el miedo nunca debe tener la última palabra, sino que nos da la ocasión para realizar un acto de fe en Dios… y también en la vida. Esto significa creer en la bondad fundamental de la existencia que Dios nos ha dado, confiar en que él nos lleva a un buen final a través también de las circunstancias y vicisitudes que a menudo son misteriosas para nosotros. Si por el contrario alimentamos el temor, tenderemos a encerrarnos en nosotros mismos, a levantar una barricada para defendernos de todo y de todos, quedando paralizados. ¡Debemos reaccionar! ¡Nunca cerrarnos! En las Sagradas Escrituras encontramos 365 veces la expresión «no temas», con todas sus variaciones. Como si quisiera decir que todos los días del año el Señor nos quiere libres del temor.
El discernimiento se vuelve indispensable cuando se trata de encontrar la propia vocación. La mayoría de las veces no está clara o totalmente evidente, pero se comprende poco a poco. El discernimiento, en este caso, no pretende ser un esfuerzo individual de introspección, con el objetivo de aprender más acerca de nuestros mecanismos internos para fortalecernos y lograr un cierto equilibrio. En ese caso, la persona puede llegar a ser más fuerte, pero permanece cerrada en el horizonte limitado de sus posibilidades y de sus puntos de vista. La vocación, en cambio, es una llamada que viene de arriba y el discernimiento consiste sobre todo en abrirse al Otro que llama. Se necesita entonces el silencio de la oración para escuchar la voz de Dios que resuena en la conciencia. Él llama a la puerta de nuestro corazón, como lo hizo con María, con ganas de entablar en amistad con nosotros a través de la oración, de hablarnos a través de las Sagradas Escrituras, de ofrecernos su misericordia en el sacramento de la reconciliación, de ser uno con nosotros en la comunión eucarística.
Pero también es importante hablar y dialogar con otros, hermanos y hermanas nuestros en la fe, que tienen más experiencia y nos ayudan a ver mejor y a escoger entre las diversas opciones. El joven Samuel, cuando oyó la voz del Señor, no lo reconoció inmediatamente y por tres veces fue a Elí, el viejo sacerdote, quien al final le sugirió la respuesta correcta que debería dar a la llamada del Señor: «Si te llama de nuevo, di: “Habla Señor, que tu siervo escucha”» (1 S 3,9). Cuando dudéis, sabed que podéis contar con la Iglesia. Sé que hay buenos sacerdotes, consagrados y consagradas, fieles laicos, muchos de ellos jóvenes a su vez, que pueden acompañaros como hermanos y hermanas mayores en la fe; movidos por el Espíritu Santo, os ayudarán a despejar vuestras dudas y a leer el designio de vuestra vocación personal. El «otro» no es únicamente un guía espiritual, sino también el que nos ayuda a abrirnos a todas las riquezas infinitas de la existencia que Dios nos ha dado. Es necesario que dejemos espacio en nuestras ciudades y comunidades para crecer, soñar, mirar nuevos horizontes. Nunca perdáis el gusto de disfrutar del encuentro, de la amistad, el gusto de soñar juntos, de caminar con los demás. Los cristianos auténticos no tienen miedo de abrirse a los demás, compartir su espacio vital transformándolo en espacio de fraternidad. No dejéis, queridos jóvenes, que el resplandor de la juventud se apague en la oscuridad de una habitación cerrada en la que la única ventana para ver el mundo sea el ordenador y el smartphone. Abrid las puertas de vuestra vida. Que vuestro ambiente y vuestro tiempo estén ocupados por personas concretas, relaciones profundas, con las que podáis compartir experiencias auténticas y reales en vuestra vida cotidiana.
2. María
«Te he llamado por tu nombre» (Is 43,1). El primer motivo para no tener miedo es precisamente el hecho de que Dios nos llama por nuestro nombre. El ángel, mensajero de Dios, llamó a María por su nombre. Poner nombres es propio de Dios. En la obra de la creación, él llama a la existencia a cada criatura por su nombre. Detrás del nombre hay una identidad, algo que es único en cada cosa, en cada persona, esa íntima esencia que sólo Dios conoce en profundidad. Esta prerrogativa divina fue compartida con el hombre, al cual Dios le concedió que diera nombre a los animales, a los pájaros y también a los propios hijos (Gn2,19-21; 4,1). Muchas culturas comparten esta profunda visión bíblica, reconociendo en el nombre la revelación del misterio más profundo de una vida, el significado de una existencia.
Cuando Dios llama por el nombre a una persona, le revela al mismo tiempo su vocación, su proyecto de santidad y de bien, por el que esa persona llegará a ser alguien único y un don para los demás. Y también cuando el Señor quiere ensanchar los horizontes de una existencia, decide dar a la persona a quien llama un nombre nuevo, como hace con Simón, llamándolo «Pedro». De aquí viene la costumbre de asumir un nuevo nombre cuando se entra en una orden religiosa, para indicar una nueva identidad y una nueva misión. La llamada divina, al ser personal y única, requiere que tengamos el valor de desvincularnos de la presión homogeneizadora de los lugares comunes, para que nuestra vida sea de verdad un don original e irrepetible para Dios, para la Iglesia y para los demás.
Queridos jóvenes: Ser llamados por nuestro nombre es, por lo tanto, signo de la gran dignidad que tenemos a los ojos de Dios, de su predilección por nosotros. Y Dios llama a cada uno de vosotros por vuestro nombre. Vosotros sois el «tú» de Dios, preciosos a sus ojos, dignos de estima y amados (cf. Is 43,4). Acoged con alegría este diálogo que Dios os propone, esta llamada que él os dirige llamándoos por vuestro nombre.
3. Has encontrado gracia ante Dios
El motivo principal por el que María no debe temer es porque ha encontrado gracia ante Dios. La palabra «gracia» nos habla de amor gratuito e inmerecido. Cuánto nos anima saber que no tenemos que conseguir la cercanía y la ayuda de Dios presentando por adelantado un «currículum de excelencia», lleno de méritos y de éxitos. El ángel dice a María que ya ha encontrado gracia ante Dios, no que la conseguirá en el futuro. Y la misma formulación de las palabras del ángel nos da a entender que la gracia divina es continua, no algo pasajero o momentáneo, y por esto nunca faltará. También en el futuro seremos sostenidos siempre por la gracia de Dios, sobre todo en los momentos de prueba y de oscuridad.
La presencia continua de la gracia divina nos anima a abrazar con confianza nuestra vocación, que exige un compromiso de fidelidad que hay que renovar todos los días. De hecho, el camino de la vocación no está libre de cruces: no sólo las dudas iniciales, sino también las frecuentes tentaciones que se encuentran a lo largo del camino. La sensación de no estar a la altura acompaña al discípulo de Cristo hasta el final, pero él sabe que está asistido por la gracia de Dios.
Las palabras del ángel se posan sobre los miedos humanos, disolviéndolos con la fuerza de la buena noticia de la que son portadoras. Nuestra vida no es pura casualidad ni mera lucha por sobrevivir, sino que cada uno de nosotros es una historia amada por Dios. El haber «encontrado gracia ante Dios» significa que el Creador aprecia la belleza única de nuestro ser y tiene un designio extraordinario para nuestra vida. Ser conscientes de esto no resuelve ciertamente todos los problemas y no quita las incertidumbres de la vida, pero tiene el poder de transformarla en profundidad. Lo que el mañana nos deparará, y que no conocemos, no es una amenaza oscura de la que tenemos que sobrevivir, sino que es un tiempo favorable que se nos concede para vivir el carácter único de nuestra vocación personal y compartirlo con nuestros hermanos y hermanas en la Iglesia y en el mundo.
4. Valentía en el presente
La fuerza para tener valor en el presente nos viene de la convicción de que la gracia de Dios está con nosotros: valor para llevar adelante lo que Dios nos pide aquí y ahora, en cada ámbito de nuestra vida; valor para abrazar la vocación que Dios nos muestra; valor para vivir nuestra fe sin ocultarla o rebajarla.
Sí, cuando nos abrimos a la gracia de Dios, lo imposible se convierte en realidad. «Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?» (Rm 8,31). La gracia de Dios toca el hoy de vuestra vida, os «aferra» así como sois, con todos vuestros miedos y límites, pero también revela los maravillosos planes de Dios. Vosotros, jóvenes, tenéis necesidad de sentir que alguien confía realmente en vosotros. Sabed que el Papa confía en vosotros, que la Iglesia confía en vosotros. Y vosotros, ¡confiad en la Iglesia!
A María, joven, se le confió una tarea importante, precisamente porque era joven. Vosotros, jóvenes, tenéis fuerza, atravesáis una fase de la vida en la que sin duda no faltan las energías. Usad esa fuerza y esas energías para mejorar el mundo, empezando por la realidad más cercana a vosotros. Deseo que en la Iglesia se os confíen responsabilidades importantes, que se tenga la valentía de daros espacio; y vosotros, preparaos para asumir esta responsabilidad.
Os invito a seguir contemplando el amor de María: un amor atento, dinámico, concreto. Un amor lleno de audacia y completamente proyectado hacia el don de sí misma. Una Iglesia repleta de estas cualidades marianas será siempre Iglesia en salida, que va más allá de sus límites y confines para hacer que se derrame la gracia recibida. Si nos dejamos contagiar por el ejemplo de María, viviremos de manera concreta la caridad que nos urge a amar a Dios más allá de todo y de nosotros mismos, a amar a las personas con quienes compartimos la vida diaria. Y también podremos amar a quien nos resulta poco simpático. Es un amor que se convierte en servicio y dedicación, especialmente hacia los más débiles y pobres, que transforma nuestros rostros y nos llena de alegría.
Quisiera terminar con las hermosas palabras de san Bernardo en su famosa homilía sobre el misterio de la Anunciación, palabras que expresan la expectativa de toda la humanidad ante la respuesta de María: «Oíste, Virgen, que concebirás y darás a luz a un hijo; oíste que no será por obra de varón, sino por obra del Espíritu Santo. Mira que el ángel aguarda tu respuesta. También nosotros esperamos, Señora, esta palabra de misericordia. Por tu breve respuesta seremos ahora restablecidos para ser llamados de nuevo a la vida. Esto mismo te pide el mundo todo postrado a tus pies. Oh Virgen, da pronto tu respuesta» (Homilía 4, 8-9: Opera Omnia, Ed. Cisterciense, 4 [1966] 53-54).
Queridos jóvenes: el Señor, la Iglesia, el mundo, esperan también vuestra respuesta a esa llamada única que cada uno recibe en esta vida. A medida que se aproxima la JMJ de Panamá, os invito a prepararos para nuestra cita con la alegría y el entusiasmo de quien quiere ser partícipe de una gran aventura. La JMJ es para los valientes, no para jóvenes que sólo buscan comodidad y que retroceden ante las dificultades. ¿Aceptáis el desafío?
Vaticano, 11 de febrero de 2018,
23.02.18



Unión espiritual con Sudán del Sur y Rep. Democrática del Congo

Jornada mundial de ayuno y oración por la paz

(23 feb. 2018).- La Iglesia reza hoy por la paz en la República Democrática del Congo y en Sudán del Sur, dos países africanos lacerados por conflictos que están matando y haciendo morir de hambre a las poblaciones locales, pero la intención de oración se extiende a todo el mundo en guerra.
El Papa Francisco convocó esta Jornada Mundial de ayuno y oración en el Ángelus del pasado 4 de febrero con un fuerte llamamiento en el que “pidió compromiso en escuchar el grito de angustia que que sale de estas tierras”, señala ‘Vatican News’.
Asimismo, el Santo Padre se unió a las oraciones por la paz en la República Democrática del Congo, en el Ángelus del 11 de febrero de 2018, que presidió en la plaza San Pedro en presencia de unas 30.000 personas.
Dirijo una llamada insistente para que nosotros también escuchemos este grito y, que cada uno, en conciencia, delante de Dios, nos preguntemos: `¿Qué puedo hacer yo mismo por la paz?´”, planteó el Papa desde el balcón del Palacio Apostólico.
31 guerras en 2017
La llamada del Santo Padre para pedir por la paz es una respuesta concreta al grito silencioso de tantas víctimas en todo el mundo. Un total de 31 guerras y conflictos armados tuvieron lugar en 2017, según estudios realizados por el Grupo de Investigación de Causas de Guerra de la Universidad de Hamburgo en Alemania., apunta Ayuda a la Iglesia Necesitada.
La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, que ha apoyado el continente africano con casi dos mil proyectos y más de 24 millones de euros durante el 2017,  invita a todos su benefactores y colaboradores a unirse a la jornada de oración y ayuno el viernes, 23 de febrero.
Deseo del Papa de visitar estos países
El Santo Padre conoce muy bien la trágica situación por la que están pasando ambos países”, apunta el prelado congoleño. “El Papa tenía el gran deseo de visitar ambos lugares”, asegura el obispo congoleño de Kikwit, Mons. Timothée Bodika Mansiyai, pero tuvo que cancelar ambos viajes.
No ha podido estar físicamente presente en estos países, pero nos acompaña espiritualmente”, declaró el obispo africano a Ayuda a la Iglesia Necesitada– “que sigue de cerca la tensa situación que atraviesa la República Democrática del Congo la represión y abusos de los que son víctimas los sacerdotes, los religiosos, las religiosas y los cristianos católicos. Dios escucha las lágrimas de su pueblo”  
24.02.18



Perú: El Papa lamenta el trágico accidente de tráfico en Arequipa

44 personas han fallecido y hay al menos 23 heridos

(23 feb. 2018).- El Papa Francisco ha lamentado el trágico accidente de autobús en Arequipa, al sur de Perú, ocurrido el miércoles, 21 de febrero de 2018, y expresa su “cercanía” y “afecto” en estos duros momentos de dolor a todos los hijos de ese “amado pueblo”.
Mons. Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, ha enviado en nombre del Santo Padre, un telegrama de condolencias a Mons. Javier del Río Alba, Arzobispo de Arequipa, para las víctimas del accidente de tráfico.
Según el diario ‘Perú 21’, tras la caída del bus de la empresa ‘Rey Latino’ han muerto al menos 44 personas y el número de heridos ha ascendido a 23 (datos actualizados el 23 de febrero a las 9:10 am).
El Papa Francisco “desea hacer llegar a vuestra excelencia y a todos los hijos de ese amado pueblo, su cercanía y afecto en estos duros momentos de dolor” –apunta el Card. Parolin en la carta–.

Su Santidad “eleva sus oraciones al Señor y encomienda muy especialmente a su misericordia el eterno descanso de todas las víctimas, así como a los heridos y a sus familias”, escribe el Secretario de Estado.         
25.02.18





Ángelus: La Pasión de Cristo es sobretodo un don de amor

El Papa medita sobre la Transfiguarción

(25 febrero 2018).- “La transfiguración ayuda a los discípulos, y a nosotros también a comprender que la pasión de Cristo es un misterio de sufrimiento, pero es sobretodo un don de amor, de amor infinito por parte de Jesús”, ha subrayado el Papa Francisco en el Ángelus del 25 de febrero de 2018.
Desde la Plaza San Pedro, en presencia de unas 15.000 personas, el Papa ha introducido la oración mariana meditando sobre el Evangelio del día: la Transfiguración, que es “una aparición pascual anticipada”, ha explicado.
Palabras del Papa antes del Ángelus
¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!.
El Evangelio de hoy, segundo domingo de Cuaresma, nos invita a contemplar la transfiguración de Jesús, (Mc 9,2 -10). Este episodio está relacionado con lo que sucedió seis días antes, cuando Jesús reveló a sus discípulos que en Jerusalén tendría que “sufrir mucho y ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que debía ser condenado a muerte y resucitar después de tres días” (Mc 8,31). Este anuncio puso en crisis a Pedro y a todo el grupo de discípulos que rechazaron la idea de que Jesús fuera rechazado por los líderes del pueblo y asesinado. Esperaban un Mesías poderoso, fuerte, dominador. Al contrario, Jesús se presenta como un siervo humilde, dulce, servidor de Dios, servidor de los hombre, que debería dar su vida en sacrificio, pasando por el camino de la persecución, del sufrimiento y de la muerte. ¿Cómo poder seguir un Maestro y Mesías cuyo hecho terrenal se habría terminado de aquel modo? es lo que ellos pensaban. La respuesta llega justo por la  transfiguración: ¿Qué es la transfiguración de Jesús?. Una aparición pascual anticipada.
Jesús tomó consigo a los tres discípulos Pedro, Santiago y Juan y los condujo, a ellos solos aparte a lo alto de un “monte”, (Mc 9,2) y allí, por un momento, muestra su gloria, gloria del Hijo de Dios. Este acontecimiento de la transfiguración les permite así a los discípulos de afrontar la pasión de Jesús de manera positiva, sin ser arrollados. Le han visto como sería después de la Pasión, glorioso. Y así Jesús les prepara para la prueba. La transfiguración ayuda a los discípulos, y también a nosotros, a comprender que la pasión de Cristo, es un misterio de sufrimiento, pero es sobre todo un don de amor infinito de parte de Jesús. El acontecimiento de Jesús que se transfigura en la montaña nos hace también comprender mejor su resurrección. Para comprender mejor el misterio de la cruz. Para comprenderlos, en efecto, es necesario saber con antelación que el que sufre y que es glorificado no es sólo un hombre, sino que es el Hijo de Dios, que por su amor fiel hasta la muerte, nos ha salvado. El Padre renueva así, su declaración mesiánica sobre el Hijo, que ya hizo en las orillas del Jordán después del bautismo, y exhorta: “¡Escuchadle!” (v.7) .Los discípulos están llamados a seguir al Maestro con confianza y esperanza, a pesar de su muerte;  la divinidad de Jesús tiene que manifestarse justamente sobre la cruz, justamente en su muerte  ”de esta manera”, a tál punto que aquí el evangelista Marcos pone en la boca del Centurión la profesión de fe:”¡Verdaderamente, este hombre es el Hijo de Dios!”,  (15,39).
Ahora dirigimos nuestra oración a la Virgen María, la criatura humana transformada interiormente por la gracia de Cristo. Nos encomendamos confiados a su ayuda materna  para continuar con fe y generosidad el camino de la Cuaresma.
26.02.18



No juzguen y no serán juzgados”: Misa en Santa Marta

El Papa invita a “perdonar” en vez de “juzgar” al prójimo

(26 feb. 2018).- “No juzguen y no serán juzgados”: El Papa Francisco ha invitado en la Misa matutina a no juzgar a los demás, a perdonar al prójimo y a pedir la gracia de la vergüenza por los propios pecados, señala ‘Vatican News’.
En la homilía pronunciada en Santa Marta este lunes, 26 de febrero de 2018, el Papa ha insistido con fuerza en esta invitación de Jesús que se lee en el Evangelio propuesto por la liturgia del día (Lc 6, 36-38) en este tiempo de Cuaresma en que la Iglesia nos invita a renovarnos.
Así, Francisco ha recordado que nadie podrá evitar el juicio de Dios, tanto el personal como el universal; puesto que todos seremos juzgados. Y desde este punto de vista, la Iglesia propone reflexionar sobre la actitud que tenemos con nuestro prójimo y con Dios.
¡Cuántas veces el tema de nuestras conversaciones es juzgar a los demás!” –ha dicho el Papa–. “Juzgar a los demás es algo malo porque el único juez es el Señor” que conoce esta tendencia del hombre de juzgar a los demás. En este sentido, el Santo Padre ha animado a “perdonar” en vez de “juzgar” al prójimo.
Asimismo, el Santo Padre ha propuesto “ser misericordiosos con los demás puesto que, del mismo modo, el Señor será misericordioso con nosotros”.
Por otra lado, el Pontífice destacó que hoy la Iglesia también a “tener una actitud de humildad con Dios, que consiste en el hecho de reconocernos pecadores”.
Nosotros sabemos que la justicia de Dios es misericordia –ha indicado el Papa–. Pero es necesario decirlo: ‘A Ti te compete la justicia; a nosotros, la vergüenza’. Y cuando se encuentran la justicia de Dios con nuestra vergüenza, allí está el perdón.
Así, el Papa ha lanzado las preguntas: ¿Yo creo que he pecado contra el Señor? ¿Yo creo que el Señor es justo? ¿Yo creo que es misericordioso? ¿Yo me avergüenzo ante Dios, de ser pecador? Así de sencillo: a Ti la justicia, a mí la vergüenza. Y pedir la gracia de la vergüenza”.
Por último, Francisco reafirmó la invitación a pedir la gracia para que “jamás nos falte la vergüenza ante Dios”.
Es una gran gracia, la vergüenza. Así recordamos: la actitud hacia el prójimo, recordar que con la medida con la que yo juzgo, seré juzgado; no debo juzgar. Y si digo algo sobre el otro, que sea generoso, con tanta misericordia. La actitud ante Dios, este diálogo esencial: “A Ti la justicia, a mí la vergüenza”, ha explicado el Santo Padre.
27.02.18



El Señor perdona con la dulzura y la confianza de un Padre”

Homilía del Papa en la Misa matutina de Santa Marta

(27 feb. 2018).- “El Señor dice: ‘Ven, vamos. Ven y discutamos. Hablemos un poco’. No nos asusta. Es como el papá del hijo adolescente que ha hecho una travesura y debe reprenderlo”, ha señalado Francisco.
El Papa Francisco se refirió en la Misa celebrada esta mañana, 27 de febrero de 2018, en la capilla de Santa Marta, a la “actitud especial” de Jesús ante nuestros pecados, inspirándose en la lectura tomada del primer libro del Profeta Isaías que ofrece una verdadera “llamada a la conversión”.
La Cuaresma es un tiempo que nos ayuda en la conversión, en el acercamiento a Dios, en el cambio de nuestra vida. “Ésta es una gracia que hay que pedir al Señor”, ha recordado el Papa esta mañana.
En esta línea, el Santo Padre ha dicho: “El Señor no se cansa de llamar a cada uno para que cambiemos nuestra vida, para que demos un paso hacia Él a fin de convertirnos”.
Jesús no amenaza
De modo que Jesús, como el padre con respecto a un hijo adolescente, con un “gesto de confianza acerca al perdón y cambia el corazón”, ha asegurado el Pontífice, y ha indicado que Jesús “no amenaza, sino que llama con dulzura, dando confianza”.
Vengan y discutamos” son las palabras del Señor a los jefes de Sodoma y al pueblo de Gomorra, al que –tal como explicó el Papa– ya ha indicado el “mal” que hay que evitar y el “bien” que hay que seguir. Y así también lo hace con nosotros:
Hablemos, discutamos”
El Señor en este pasaje nos llama así: ‘Vamos, vengan. Tomemos un café juntos. Hablemos, discutamos. No tengan miedo, no quiero aporrearlos’. Y dado que sabe que el hijo piensa: ‘Pero yo he hecho algunas cosas’… Inmediatamente: ‘Incluso si tus pecados fueran como la escarlata, se volverían blancos como la nieve. Si fueran rojos como la púrpura, llegarían a ser como lana”, ha descrito el Santo Padre.
Pero ven, no te asustes, ven. El perdón está”: El Señor sabe que todos nosotros estamos a mitad de camino y muchas veces tenemos necesidad de esto, de escuchar esta palabra, ha explicado el Papa.
A mí me ayuda ver esta actitud del Señor: el papá con el hijo que se cree grande, que se cree crecido y aún está a mitad de camino. Y esto nos anima. Ir hacia el Señor con el corazón abierto: es el Padre que nos espera”, ha comentado.   
28.02.18


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