Las Bienaventuranzas: “Jesús enseña a discernir las situaciones”
“No
busques la felicidad siguiendo a los mercaderes de humo”
(17
febrero 2019).- Por las Bienaventuranzas, Jesús “enseña a
discernir las situaciones con fe”, a “confiar en Dios” y “no
a confiar en las cosas materiales y pasajeras y a no buscar la
felicidad siguiendo los mercaderes de humo, los profesionales de la
ilusión”.
El
Papa Francisco presidió la oración del Ángelus este domingo 17 de
febrero de 2019, desde la ventana del despacho del Palacio Apostólico
Vaticano, que da a la Plaza de San Pedro.
Antes
del Ángelus, el Papa comentó el Evangelio de este domingo (6º
Domingo del Tiempo Ordinario – Año C): las Bienaventuranzas.
“Que
la Virgen María nos ayude a escuchar este evangelio con la mente
abierta y el corazón, para que fructifique en nuestras vidas y
seamos testigos de la felicidad que no defrauda”, concluyó el Papa
antes de orar el Ángelus dominical.
Aquí
está nuestra traducción, rápida, de trabajo, de las palabras
pronunciadas por el Papa antes del Ángelus, en italiano.
Palabras
del Papa antes del Ángelus
Queridos
hermanos y hermanas, ¡Buenos días!
El
Evangelio de hoy ( Lucas 6 : 17-20-26) presenta las Bienaventuranzas
en la versión de Lucas. El texto está articulado en cuatro
bienaventuranzas y cuatro advertencias formuladas con la expresión
“ay de ti”. Con estas palabras, fuertes e incisivas, Jesús abre
nuestros ojos, nos hace ver con su mirada, más allá de las
apariencias, más allá de la superficie, y nos enseña a discernir
las situaciones con fe.
Jesús
declara bienaventurados los pobres, los hambrientos, los afligidos,
los perseguidos; y advierte a los ricos, saciados, riendo y aclamados
por el pueblo. La razón de esta beatitud paradójica reside en el
hecho de que Dios está cerca de quienes sufren e interviene para
liberarlos de su esclavitud; Jesús ve esto, y ve la dicha más allá
de la realidad negativa. Y de manera similar, la “desgracia para
ti”, dirigida a aquellos que hoy viven bien, sirve para
“despertarlos” de la peligrosa ilusión del egoísmo y para
abrirlos a la lógica del amor, siempre y cuando todavía tengan
tiempo
La
página del Evangelio de hoy nos invita a reflexionar sobre el
significado más profundo de tener fe, que es confiar completamente
en el Señor. Se trata de romper los ídolos mundanos para abrir su
corazón al Dios vivo y verdadero. Solo él puede dar a nuestra
existencia esa plenitud tan deseada y difícil de alcanzar. De hecho,
incluso hoy en día, muchos se presentan a sí mismos como
distribuidores de la felicidad: prometen éxito en poco tiempo,
grandes ganancias a la mano, soluciones mágicas para todos los
problemas, etc. Y allí, es fácil deslizarse sin darse cuenta en el
pecado contra el primer mandamiento: idolatría, para reemplazar a
Dios por un ídolo. La idolatría y los ídolos son como cosas de
antaño, ¡pero en realidad son de todos los tiempos.
Es
por eso que Jesús abre nuestros ojos a la realidad. Estamos llamados
a la felicidad, a ser bendecidos, y nos convertimos así desde el
momento en que nos colocamos del lado de Dios, de su reino, del lado
de lo que no es efímero sino difícil para la vida eterna. Nos
alegramos si reconocemos a los “necesitados” delante Dios, y es
muy importante: “Señor, te necesito” y si, como Él y con Él,
estamos cerca de los pobres, los afligidos y los hambrientos.
Nosotros también estamos en la presencia de Dios: somos pobres,
estamos afligidos, tenemos hambre delante de Dios. Nos volvemos
capaces de gozar cada vez que, al poseer los bienes de este mundo, no
los transformamos en ídolos para vender nuestra alma, sino que
podemos compartirlos con nuestros hermanos.
Hoy
la liturgia nos invita una vez más a interrogarnos sobre esto y a
tener la verdad en nuestro corazón.
Las
Bienaventuranzas de Jesús son un mensaje decisivo, que nos empuja a
no confiar en las cosas materiales y transitorias, a no buscar la
felicidad siguiendo a los comerciantes de humo, que a menudo son
comerciantes de la muerte, los profesionales de la ilusión No
debemos seguirlos porque son incapaces de darnos esperanza. El Señor
nos ayuda a abrir los ojos, a obtener una visión más penetrante de
la realidad, a sanar de la miopía crónica que el espíritu del
mundo nos transmite. A través de su palabra paradójica, nos sacude
y nos hace reconocer lo que realmente nos enriquece, nos sacia, nos
da alegría y dignidad. En resumen, lo que realmente da sentido y
plenitud a nuestras vidas.Que la Virgen María nos ayude a escuchar
este evangelio, con la mente abierta y el corazón abierto, para que
fructifique en nuestras vidas y seamos testigos de una felicidad que
no decepciona, la de Dios nunca decepciona.
18.02.19
Santa Marta: “¿Dónde esta tu hermano en tu corazón?”
Problemas
perturbadores y respuestas comprometedoras
(18
febrero 2019).- “¿Dónde está tu hermano en tu corazón?”:
Esta es la pregunta que el Papa Francisco invitó a meditar en la
Misa de la mañana que celebró en la Casa Santa Marta el 18 de
febrero de 2019.
En
la homilía reportada por Vatican
News,
el Papa meditó sobre “preguntas inquietantes y respuestas de
compromiso”, especialmente en la Primera Lectura, donde Caín
responde en sustancia: “¿Pero qué tengo que hacer en la vida de
mi hermano? ¿Soy su guardián? Me lavo las manos. Y él “busca
huir de los ojos de Dios”.
La
pregunta de Dios a Caín es “una pregunta perturbadora”, señaló
el Papa, enumerando las respuestas de compromiso: “pero, es su
vida, la respeto, me lavo las manos … No interfiero”. en la vida
de los demás… respondemos un poco con principios generales que no
dicen nada, pero que lo dicen todo.
Así,
el Papa ha recreado los diálogos: “¿Dónde está tu hermano?”.”No
sé”. “¡Pero tu hermano tiene hambre! “. “Sí, sí,
ciertamente está en la cena de la parroquia de Caritas. Sí,
seguramente le darán algo de comer”, y con esa respuesta, de
compromiso, me salvo la piel. “No, el otro, el enfermo…” –
“¡Definitivamente está en el hospital!” – “¡Pero no hay
sitio en el hospital! ¿Y tiene medicinas?”. “Pero esta es su
vida, no puedo entrometerme en la vida de otros … seguramente
tendrá padres que le darán medicina”, y me lavo las manos.
“¿Dónde está tu hermano, el prisionero?”- “Ah, él tiene lo
que merece. Él hizo eso, paga…”.
“Dónde
esta tu hermano?”, insistió el papa. “¿Dónde está tu hermano
explotado, el trabajador negro, el que no tiene ropa, el hermano
pequeño que no puede ir a la escuela, el drogadicto… ¿dónde
está? ¿Dónde está tu hermano en tu corazón? ¿Hay espacio para
estas personas en nuestros corazones?”.
“Estamos
acostumbrados a dar respuestas de compromiso, respuestas para escapar
del problema, no para ver el problema, no para tocar el problema”,
continuó, antes de advertir: “Cuando vivimos … sin tomar en la
mano lo que el Señor nos ha enseñado, el pecado está en la puerta,
al acecho, esperando entrar. Y destruirnos. ”
También
en el Génesis, “Adán se esconde de la vergüenza, del miedo. Tal
vez sintamos esta vergüenza. Dónde esta tu hermano? ¿Dónde estás?
¿En qué mundo vives, sin percibir estas cosas, estos sufrimientos,
estos dolores? ¿Dónde esta tu hermano ? ¿Dónde estás ? No te
escondas de la realidad. En conclusión, el Papa nos invitó a
“responder abiertamente, con lealtad y también con alegría a
estas dos preguntas del Señor”.
19.02.19
Santa Marta: “Nuestro Dios tiene sentimientos”
Cuando
los más débiles pagan el precio de la guerra
(19
febrero 2019).- “Nuestro Dios tiene sentimientos”, dijo el Papa
Francisco en la misa de la mañana de este 19 de febrero de 2019 en
Santa Marta. En un momento que no es mejor que el del Diluvio,
denunció: “son los débiles, los pobres, los niños … quienes
pagan el precio de la fiesta”.
Dios
“no es abstracto”, y él “sufre”, dijo el Papa Francisco en
su homilía informada por Vatican News . Se detuvo en
“los sentimientos de Dios, Dios Padre que nos ama, y el amor
es una relación, pero puede también enojarse y enfadarse …
Nuestro Dios tiene sentimientos”.
“Nuestro
Dios nos ama con su corazón, no nos ama con sus ideas, nos ama con
su corazón”, insistió el Papa. Y cuando nos acaricia, nos
acaricia con su corazón y cuando nos reprende, lo hace con el
corazón, sufre más que nosotros … No es sentimentalismo, es la
verdad”.
“Los
tiempos de hoy no son diferentes a los del diluvio”, no creo, dijo,
refiriéndose a “las personas que mueren en la guerra porque las
bombas se lanzan como caramelos … son los débiles, los pobres, los
niños, los que no tienen recursos para vivir, que pagan el precio de
la fiesta”:” Las calamidades son más o menos las mismas, las
víctimas son más o menos las mismas. Pensemos por ejemplo en
los más débiles, los niños. El número de niños hambrientos,
niños sin educación: no pueden crecer en paz. Sin padres,
porque fueron masacrados por las guerras … niños soldados … solo
piensen en estos niños”.
El
Papa Francisco invitó a pedir “un corazón como el corazón de
Dios … un corazón de hermano con sus hermanos, de padre con sus
hijos, de hijos con su padre. Un corazón humano, como el de
Jesús, es un corazón divino”. Si Dios “es capaz de tener
problemas, nosotros también podremos tener problemas ante Él”,
agregó.
Y
para animar: “Pensemos que el Señor está afligido en su corazón
y acerquémonos al Señor y hablemos con él:” Señor, mira esto,
te entiendo “. Consolemos al Señor: “Te comprendo y te
acompaño”, te acompaño en la oración, en la intercesión por
todas esas calamidades que son el fruto del diablo que quiere
destruir la obra de Dios”.
20.02.19
Audiencia general, 20 de febrero de 2019 – Catequesis completa
‘Padre
que estás en los cielos’ – 7ª catequesis del ‘Padre Nuestro
(20
febrero 2019).- Esta mañana, a las 9:10 horas, antes de la audiencia
general el Santo Padre Francisco ha recibido en la basílica de San
Pedro a los participantes en la peregrinación de la archidiócesis
de Benevento.
Sucesivamente,
a las 9:45 horas en el Aula Pablo VI el Papa ha encontrado grupos de
peregrinos y fieles de Italia y de todo el mundo y, retomando el
ciclo de catequesis sobre el Padre nuestro, se ha centrado en el tema
“Padre que estás en los cielos” (Pasaje
bíblico: Isaías 49, 14-16)
Tras
resumir su discurso en diversas lenguas, el Santo Padre ha saludado
en particular a los grupos de fieles presentes procedentes de todo el
mundo.
Catequesis
del Santo Padre
Queridos
hermanos y hermanas, ¡buenos días!
La
audiencia de hoy se desarrolla en dos lugares. Primero he encontrado
a los fieles de Benevento que estaban en San Pedro y ahora a
vosotros. Esto se debe a la delicadeza de la Casa Pontificia que no
quería que os resfriaseis: démosles las gracias por ello. Gracias.
Continuamos
la catequesis sobre el “Padre nuestro”. El primer paso de cada
oración cristiana es el ingreso en un misterio, el de la paternidad
de Dios. No se puede rezar como cotorras. O tu entras en el
misterio, en la certeza de que Dios es tu Padre o no rezas. Si yo
quiero rezar a Dios, Padre mío, comienzo por el misterio. Para
entender en qué medida Dios es nuestro padre, pensemos en las
figuras de nuestros padres, pero, de alguna manera tenemos siempre
que “refinarlas”, purificarlas. El Catecismo de la Iglesia
Católica también dice esto. Dice así “La purificación del
corazón concierne a imágenes paternales o maternales,
correspondientes a nuestra historia personal y cultural, y que
impregnan nuestra relación con Dios.” (No. 2779).
Ninguno
de nosotros ha tenido padres perfectos, ninguno; como nosotros,
a nuestra vez, nunca seremos padres o pastores perfectos. Todos
tenemos defectos, todos. Vivimos siempre nuestras relaciones de amor
bajo el signo de nuestros límites y también de nuestro egoísmo,
por lo que a menudo están contaminadas por deseos de posesión o
manipulación del otro. Por eso, a veces, las declaraciones de amor
se convierten en sentimientos de rabia y hostilidad. Pero mira, estos
dos se querían tanto la semana pasada; hoy se odian a muerte: ¡esto
lo vemos todos los días!. Es por eso, porque todos tenemos dentro
raíces amargas, que no son buenas y a veces salen y hacen daño.
Por
eso, cuando hablamos de Dios como “padre”, mientras pensamos en
la imagen de nuestros padres, especialmente si nos han querido, al
mismo tiempo tenemos que ir más allá. Porque el amor de Dios es el
del Padre “que está en los cielos”, según la
expresión que nos invita a usar a Jesús: es el amor total que en
esta vida solo saboreamos de manera imperfecta. Los hombres y las
mujeres son eternamente mendigos del amor, -nosotros somos mendigos
de amor, necesitamos amor- buscan un lugar donde ser amados
finalmente, pero no lo encuentran. ¡Cuántas amistades y cuántos
amores defraudados hay en nuestro mundo!¡Cuántos!
El
dios griego del amor, en la mitología, es el más trágico de todos:
no está claro si es un ser angelical o un demonio. La mitología
dice que es el hijo de Poros y de Penía, que es astuto y pobre,
destinado a llevar algo de la fisonomía de estos padres. Desde aquí
podemos pensar en la naturaleza ambivalente del amor humano: capaz de
florecer y de dominar la vida en una hora del día, e inmediatamente
después de marchitarse y morir; lo que atrapa, siempre se le escapa
(ver Platón, Symposium, 203). Hay una expresión del
profeta Oseas que enmarca despiadadamente la debilidad congénita de
nuestro amor: “Vuestro amor es como nube mañanera, como rocío
matinal que pasa” (6: 4). Esto es lo que nuestro amor suele ser:
una promesa que es difícil cumplir, un intento que pronto se seca y
se evapora, un poco como cuando sale el sol por la mañana y se lleva
el rocío de la noche.
Cuántas
veces los hombres hemos amado de esa manera tan débil e
intermitente. Todos hemos pasado por esta experiencia: hemos amado
pero luego ese amor ha cesado o se ha vuelto débil. Deseosos de
amar, nos hemos tenido que enfrentar, en cambio, con nuestros
límites, con la pobreza de nuestras fuerzas: incapaces de mantener
una promesa que en los días de gracia parecía fácil de lograr.
Después de todo, incluso el apóstol Pedro tuvo miedo y escapó. El
apóstol Pedro no fue fiel al amor de Jesús. Siempre hay una
debilidad que nos hace caer. Somos mendigos que en el camino corren
el peligro de no encontrar nunca por completo el tesoro que buscan
desde el primer día de su vida: el amor.
Sin
embargo, hay otro amor, el del Padre “que está en los cielos“.
Nadie debe dudar que es destinatario de este amor. Nos ama. “Me
ama”, podemos decir. Si incluso nuestro padre y nuestra madre no
nos hubieran amado, -es una hipótesis histórica- hay un Dios en el
cielo que nos ama como nadie en la tierra nunca lo ha hecho ni lo
podrá hacer. El amor de Dios es constante. El profeta Isaías
dice: “¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin
compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque esas llegasen a
olvidar yo no te olvido. Míralo, en las palmas de mis manos te tengo
tatuada “(49: 15-16). Hoy están de moda los tatuajes: “En las
palmas de mis manos te tengo tatuada”. Me he hecho un tatuaje
tuyo en las manos. Yo estoy en las manos de Dios, así, y no
puedo borrarlo. El amor de Dios es como el amor de una madre que
nunca se puede olvidar . ¿Y si una madre se olvidase? “Yo no me
olvidaré”, dice el Señor. Este es el amor perfecto de Dios, así
nos ama. Si todos nuestros amores terrenales se desmoronasen, y no
quedase nada más que polvo, siempre queda para todos nosotros,
ardiente, el amor único y fiel de Dios.
En
el hambre de amor que todos sentimos, no buscamos algo que no existe:
es, en cambio, la invitación a conocer a Dios que es padre. La
conversión de San Agustín, por ejemplo, pasó por esa cima: el
joven y brillante retórico buscaba sencillamente entre las criaturas
algo que ninguna criatura podría darle, hasta que un día tuvo el
coraje de mirar hacia arriba. Y ese día conoció a Dios. A
Dios que ama.
La frase “en los cielos” no quiere expresar una distancia, sino una diferencia radical de amor, otra dimensión de amor, un amor incansable, un amor que permanecerá siempre, todavía más, que está al alcance de la mano. Solo hace falta decir: “Padre nuestro que estás en los cielos” y ese amor viene.
La frase “en los cielos” no quiere expresar una distancia, sino una diferencia radical de amor, otra dimensión de amor, un amor incansable, un amor que permanecerá siempre, todavía más, que está al alcance de la mano. Solo hace falta decir: “Padre nuestro que estás en los cielos” y ese amor viene.
Por
lo tanto,¡ no tengáis miedo! Ninguno de nosotros está solo. Si,
hasta por desgracia, tu padre terrenal se hubiera olvidado de ti y
tú quizás sintieras rencor por él, no se te niega la
experiencia fundamental de la fe cristiana: saber que eres un
hijo amadísimo de Dios y que no hay nada en la vida que
pueda extinguir su apasionado amor por ti.
21.02.19
21 puntos de reflexión para trabajar en ‘La protección de los menores en la Iglesia’
Propuestos
por el Papa como “punto de partida”
(21
febrero 2019).- El Papa Francisco ha entregado 21 puntos de reflexión
a los 190
participantes en
el Encuentro sobre ‘La protección de los menores en la Iglesia’,
formulados a la vez por las diferentes Comisiones y Conferencias
Episcopales como contribución a la reflexión en el curso de los
trabajos.
Esta
mañana, jueves, 21 de febrero de 2019, ha comenzado
el Encuentro convocado
por el Papa para afrontar el problema de los abusos sexuales en la
Iglesia, con la “la finalidad de que todos los obispos tengan
absolutamente claro lo que se necesita hacer para prevenir y combatir
el drama mundial de los abusos a menores”.
Esta
mañana, el Pontífice ha
pronunciado unas palabras al
inicio de la reunión, remarcando la necesidad de disponer de
“medidas concretas y efectivas” para combatir este mal en el seno
de la Iglesia Católica. “Es necesario la concreción”, ha
reiterado.
Por
ello, el Santo Padre ha dado a todos los participantes estos 21
puntos de reflexión para trabajar estos días. Se trata de unas
líneas orientativas “para ayudar a nuestra reflexión”, ha
explicado a los sacerdotes y religiosos. “Son un punto sencillo de
partida, que viene de vosotros y vuelve a vosotros, y que no quita la
creatividad que debe tener este encuentro”.
21
puntos de reflexión
1.
Elaborar un vademecum práctico
en el que se especifiquen los pasos a seguir por la autoridad en
todos los momentos clave de la aparición de un caso.
2.
Proveerse de estructuras de escucha, compuestas por personas
capacitadas y expertas, donde se realiza un primer discernimiento de
los casos de presuntas víctimas.
3.
Establecer criterios para la implicación directa del Obispo o del
Superior Religioso.
4.
Implementar procedimientos compartidos para el análisis de las
acusaciones, la protección de las víctimas y el derecho de defensa
de los acusados.
5.
Informar a las autoridades civiles y a las autoridades eclesiásticas
superiores de acuerdo con las normas civiles y canónicas.
6.
Revisar periódicamente los protocolos y normas para salvaguardar un
ambiente protegido para los menores en todas las estructuras
pastorales; protocolos y normas basados en los principios de la
justicia y la caridad, y que deben ser integrados para que la acción
de la Iglesia, también en este campo, se ajuste a su misión.
7.
Establecer protocolos específicos para el manejo de las acusaciones
contra los Obispos.
8.
Acompañar, proteger y atender a las víctimas, ofreciéndoles todo
el apoyo necesario para su completa sanación.
9.
Aumentar la conciencia de las causas y consecuencias del abuso sexual
a través de iniciativas de formación permanente de obispos,
superiores religiosos, clérigos y agentes pastorales.
10.
Preparar caminos para la atención pastoral de las comunidades
heridas por los abusos, así como caminos penitenciales y de
recuperación para los culpables.
11.
Consolidar la colaboración con todas las personas de buena voluntad
y con los medios de comunicación para poder reconocer y discernir
los casos verdaderos de los falsos, las acusaciones de las calumnias,
evitando rencores e insinuaciones, rumores y difamaciones
(cf. Discurso a la Curia Romana, 21 de diciembre de
2018).
12.
Elevar la edad mínima para contraer matrimonio a 16 años.
13.
Establecer disposiciones que regulen y faciliten la participación de
expertos laicos en las investigaciones y en los diferentes grados de
juicio de los procesos canónicos sobre abuso sexual y/o de poder.
14.
El derecho a la defensa: también es necesario salvaguardar el
principio de derecho natural y canónico de la presunción de
inocencia hasta que se pruebe la culpabilidad del acusado. Por lo
tanto, es necesario evitar la publicación de las listas de los
acusados, incluso por parte de las diócesis, antes de la
investigación previa y la condena definitiva.
15.
Respetar el principio tradicional de proporcionalidad de la pena con
respecto al delito cometido. Dictaminar que los sacerdotes y obispos
culpables de abuso sexual de menores abandonen el ministerio público.
16.
Introducir reglas concernientes a los seminaristas y candidatos al
sacerdocio o a la vida religiosa. Para esto, introducir programas de
formación inicial y permanente para consolidar su madurez humana,
espiritual y psicosexual, así como sus relaciones interpersonales y
su comportamiento.
17.
Para los candidatos al sacerdocio y a la vida consagrada, se ha de
realizar una evaluación psicológica por parte de expertos
cualificados y acreditados.
18.
Indicar las normas que rigen el traslado de un seminarista o de un
aspirante religioso de un seminario a otro; así como de un sacerdote
o religioso de una diócesis o congregación a otra.
19.
Formular códigos de conducta obligatorios para todos los clérigos,
religiosos, personal de servicio y voluntarios, con el fin de definir
límites apropiados en las relaciones personales. Especificar los
requisitos necesarios para el personal y los voluntarios, y verificar
sus antecedentes penales.
20.
Ilustrar toda la información y datos sobre los peligros del abuso y
sus efectos, sobre cómo reconocer las señales de abuso y cómo
denunciar a las sospechas de abuso sexual. Esto debe hacerse en
colaboración con los padres, profesores, profesionales y las
autoridades civiles.
21.
Donde aún no se ha hecho, es necesario instituir un organismo de
fácil acceso para las víctimas que deseen denunciar los delitos. Un
organismo que goce de autonomía también con respecto a la autoridad
eclesiástica local, y que esté compuesto por personas expertas
(clérigos y laicos), que sepan expresar la atención de la Iglesia a
aquellos que, en este campo, se consideran ofendidos por actitudes
inadecuadas por parte de clérigos.
22.02.19
Papa Francisco: “Integrar a la mujer como una figura de la Iglesia en nuestro pensamiento”
Intervención
en el Encuentro de Protección de Menores en la Iglesia
(22
febrero 2019).- “La mujer es la imagen de la Iglesia, que es mujer,
es esposa, es madre. Un estilo. Sin este estilo, hablaríamos del
pueblo de Dios, pero como una organización, quizás un sindicato,
pero no como una familia nacida de la Iglesia Madre”, ha aclarado
el Papa.
“Al
escuchar a Linda Ghisoni, escuché a la Iglesia hablar de sí misma”,
ha comentado el Papa Francisco esta tarde, viernes, 22 de febrero de
2019, en la 2ª jornada del Encuentro sobre ‘La Protección de
los Menores en la Iglesia’, después de escuchar la Relación
pronunciada por la Subsecretaria para los Laicos en el Dicasterio
para los Laicos, la Familia y la Vida, y su respuesta a una de las
preguntas recibidas por la Asamblea.
“Es
decir –ha matizado– todos hablamos de la Iglesia. En todas las
intervenciones. Pero esta vez fue la propia Iglesia la que habló. No
es solo una cuestión de estilo: el genio femenino que se refleja en
la Iglesia, que es mujer”. “Creo que este es el paso que debemos
hacer con mucha fuerza”, ha propuesto el Obispo de Roma.
Este
mediodía, durante la sesión de la tarde, a partir de las 16
horas, el Pontífice intervino de manera voluntaria
(podía intervenir en cualquier momento) en la reunión que se
celebra en el Vaticano con 190 representantes
católicos,
entre ellos los presidentes de las conferencias episcopales,
superiores y superioras generales de órdenes religiosas,
líderes de las Iglesias Orientales Católicas y otros sacerdotes.
Heridas
de una madre
“Invitar
a una mujer a hablar no es entrar en el modo de un feminismo
eclesiástico, porque al final todo feminismo termina
siendo machismocon
falda. No. Invitar a una mujer a hablar sobre las heridas de la
Iglesia es invitar a la Iglesia a hablar sobre sí misma, sobre las
heridas que tiene”, ha aclarado el Santo Padre en la sesión de
hoy, segundo día de la cumbre mundial.
La
lógica del pensamiento de la Dra. Ghisoni era solo la de una madre,
y terminó con la historia de lo que sucede cuando una mujer da a luz
a un niño. Es el misterio femenino de la Iglesia, que es esposa y
madre”, ha explicado el Papa.
“No
se trata de otorgar más funciones a la mujer en la Iglesia –ha
anunciado– sí, esto es bueno, pero esto no resuelve el problema,
se trata de integrar a la mujer como una figura de la Iglesia en
nuestro pensamiento. Y pensar también en la Iglesia con las
categorías de mujer”.
“Gracias
por tu testimonio”, se ha dirigido a Linda Ghisoni.
23.02.19
Tercer día del
Encuentro: “Como el hijo pródigo, debemos volver limpios y
comenzar de nuevo”
Cumbre
de la Protección de Menores en la Iglesia
(24
febrero 2019).-El tercer día de la Cumbre sobre la Protección de
los Menores en la Iglesia, del 21 al 24 de febrero de 2019, se centró
en la transparencia, con llamamientos de los obispos africanos que
dijeron, como el Hijo Pródigo, que los obispos debemos venir limpios
y comenzar de nuevo, Mujeres, laicas y religiosas, que decían no más
hipocresía.
El arzobispo
de Tamale, Philip Naameh,
presidente de la Conferencia Episcopal de Ghana, pronunció la
homilía en la Celebración Penitencial que tuvo lugar a las 17:30
horas, en la Sala Regia del Palacio Apostólico del Vaticano.
El
obispo africano reflexionó sobre el Evangelio del Hijo Pródigo y
observó que, como obispos, “se olvidan fácilmente de aplicar esta
escritura a nosotros mismos, de vernos como somos, a saber, como
hijos pródigos”.
“Al
igual que el hijo pródigo en el Evangelio, también exigimos nuestra
herencia, la obtuvimos y ahora estamos ocupados en derrocharla”,
dijo, y señaló que la actual crisis de abuso es una expresión de
esto.
“El
Señor nos ha confiado el manejo de los bienes de salvación, confía
en que cumpliremos su misión, proclamaremos la Buena Nueva y
ayudaremos a establecer el reino de Dios. ¿Pero qué hacemos?
¿Hacemos justicia a lo que se nos confía?”, Preguntó,
lamentándose: “No podremos responder a esta pregunta con un
sincero sí, más allá de todas las dudas”.
“Demasiado
a menudo hemos guardado silencio”
“Con
demasiada frecuencia nos hemos mantenido en silencio, hemos mirado
para otro lado, hemos evitado los conflictos, estábamos demasiado
presumidos para enfrentarnos con los lados oscuros de nuestra
Iglesia. De este modo, hemos desperdiciado la confianza depositada en
nosotros, especialmente con respecto al abuso dentro del área de
responsabilidad de la Iglesia, que es principalmente nuestra
responsabilidad. “No le hemos otorgado a las personas la protección
a la que tienen derecho, han destruido las esperanzas y las personas
fueron violadas masivamente en cuerpo y alma”.
El
Arzobispo recordó que el hijo pródigo en el Evangelio lo pierde
todo, no solo su herencia, sino también su estatus social, su buena
reputación, su reputación “No
deberíamos sorprendernos si sufrimos un destino similar, si la gente
habla mal de nosotros, si hay desconfianza hacia nosotros, si algunos
amenazan con retirar su apoyo material”.
El
arzobispo Naameh dijo que no deberíamos quejarnos por esto, sino que
preguntamos qué deberíamos hacer de manera diferente. “Nadie
puede eximirse, nadie puede decir: pero yo personalmente no he hecho
nada malo. Somos una hermandad, somos responsables no solo de
nosotros mismos, sino también de todos los demás miembros de
nuestra hermandad y de la hermandad en su conjunto “.
Aceptar
las consecuencias
¿Qué
debemos hacer de manera diferente y por dónde empezar?
Miremos nuevamente al hijo pródigo en el Evangelio. “Para él, la
situación comienza a mejorar cuando él decide ser muy humilde,
realizar tareas muy simples y no exigir privilegios.
“Su
situación cambia cuando se reconoce a sí mismo, y admite haber
cometido un error, se lo confiesa a su padre, habla abiertamente de
ello y está listo para aceptar las consecuencias”, y como
resultado, observó, el Padre experimenta una gran alegría. al
regreso de su hijo pródigo, y facilita la aceptación mutua de los
hermanos.
“¿Podemos
también hacer esto? ¿Estamos dispuestos a hacerlo? La reunión
actual revelará esto, debe revelar esto, si queremos mostrar que
somos hijos dignos del Señor, nuestro Padre Celestial “.
Reunión
es un paso de muchos
Si
bien “nos queda un largo camino por recorrer, implementar realmente
todo esto de manera sostenible”, y hemos avanzado, incluso si
“alcanzamos [a] velocidades diferentes”, el obispo señaló que
esta reunión actual fue ” Sólo un paso de muchos “.
El
prelado africano observó que solo porque hemos empezado a cambiar
algo juntos, eso no significa que todas las dificultades hayan sido
eliminadas.
“Al
igual que con el hijo que regresa a casa en el Evangelio, todo aún
no se ha cumplido, por lo menos, todavía debe ganarse a su hermano
nuevamente. También deberíamos hacer lo mismo: conquistar a
nuestros hermanos y hermanas en las congregaciones y comunidades,
recuperar su confianza y restablecer su disposición a cooperar con
nosotros, a contribuir al establecimiento del reino de Dios “.
Coraje
para cambiar tu mente, no restes importancia
La
primera fue dada por la hermana
Veronica Openibo,
quien condenó el abuso y el encubrimiento, y destacó que: “En
algunas partes del mundo, como África y Asia, decir que nada es un
error terrible”. También destacó que incluso si los países y
ciertas áreas Estamos viviendo situaciones de guerra y conflicto,
que esto, aunque terrible, no es una razón para “minimizar” el
abuso sexual en esos lugares.
Refiriéndose
a cuando el papa Francisco inicialmente defendió a un obispo chileno
culpable de encubrir a Karadima, pero luego se corrigió a sí mismo
y aceptó su renuncia, ella dijo: lo suficientemente humilde para
cambiar de opinión, pedir disculpas y actuar, un ejemplo para todos
nosotros “.
Redefinir
la confidencialidad y el secreto
El
Cardenal Reinhard Marx, en su discurso que siguió se refirió a la
trazabilidad y la transparencia, observó que “los pensamientos de
algunas víctimas de abuso se pueden resumir de la siguiente manera:
‘Si la Iglesia dice actuar en nombre de Jesús, sin embargo, soy
muy mal tratado por el Iglesia o su administración, entonces también
me gustaría no tener nada que ver con este Jesús “.
Al
pedir concreción, subrayó: “es necesario redefinir la
confidencialidad y el secreto y distinguirlos de la protección de
datos. “Si no tenemos éxito, o bien desperdiciamos la oportunidad
de mantener un nivel de autodeterminación con respecto a la
información, o nos exponemos a la sospecha de encubrirnos”.
“Dada
la urgencia del tema, las medidas más importantes deben iniciarse
inmediatamente”, ha solicitado el arzobispo de Múnich y Frisinga,
Presidente de la Conferencia episcopal alemana.
Estas
medidas son: 1. Definición del objetivo y de los límites del
secreto pontificio; 2. Normas de procedimiento transparentes y reglas
para los procesos eclesiásticos; 3. Comunicación al público del
número de los casos y de los detalles relativos en la medida de lo
posible; 4. Publicación de los sumarios judiciales.
El
discurso de esta tarde, antes de la Liturgia Penitencial, fue
impartido por la periodista mexicana Valentina Alazraki, que ha
estado cubriendo el Vaticano durante 40 años y cubrió no menos de
150 viajes papales. Ella dijo que les estaba hablando como a una
madre.
Ella
le dijo a los prelados: “Informa cosas cuando las conozcas. Por
supuesto, no será agradable, pero es la única manera, si quiere que
lo creamos cuando dice: “a partir de ahora ya no toleraremos los
encubrimientos”.
Alazraki
también les dio una fuerte advertencia: “Si no decides de manera
radical estar del lado de los niños, las madres, las familias, la
sociedad civil, tienes razón al temernos, porque los periodistas,
que buscamos el El bien común, serán tus peores enemigos “.
Hoy,
también hubo una conferencia de prensa en la tarde, durante la cual
el presidente de la Conferencia de Obispos de Malta, el arzobispo
Charles Scicluna, el investigador de confianza del abuso sexual
clerical del Papa, pareció sugerir que el secreto pontificio en los
casos de abuso se está reconsiderando: “Hay un movimiento, [para]
no vincular estos procedimientos con un alto nivel de
confidencialidad”.
24.02.19
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