Texto de la homilía del papa
Francisco en el II domingo de Pascua o de la Divina Misericordia
En la basílica de San Pedro en el
Vaticano, durante la conmemoración del genocidio armenio y la proclamación de
San Gregorio de Narek como doctor de la Iglesia
CIUDAD DEL
VATICANO, 12 de abril de 2015 (Zenit.org) - HOMILIA DEL
SANTO PADRE II DOMINGO DE PASCUA O DE LA DIVINA MISERICORDIA
San Juan, que estaba presente en el Cenáculo con los
otros discípulos al anochecer del primer día de la semana, cuenta cómo Jesús
entró, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros», y «les enseñó las manos y
el costado» (20,19-20), les mostró sus llagas. Así ellos se dieron cuenta de
que no era una visión, era Él, el Señor, y se llenaron de alegría.
Ocho días después, Jesús entró de nuevo en el Cenáculo
y mostró las llagas a Tomás, para que las tocase como él quería, para que
creyese y se convirtiese en testigo de la Resurrección.
También a nosotros, hoy, en este Domingo que san Juan
Pablo II quiso dedicar a la Divina Misericordia, el Señor nos muestra, por
medio del Evangelio, sus llagas. Son llagas de misericordia. Es verdad: las
llagas de Jesús son llagas de misericordia.
Jesús nos invita a mirar sus llagas, nos invita a
tocarlas, como a Tomás, para sanar nuestra incredulidad. Nos invita, sobre
todo, a entrar en el misterio de sus llagas, que es el misterio de su amor
misericordioso.
A través de ellas,
como por una brecha luminosa, podemos ver todo el misterio de Cristo y de Dios:
su Pasión, su vida terrena –llena de compasión por los más pequeños y los
enfermos–, su encarnación en el seno de María. Y podemos recorrer hasta sus
orígenes toda la historia de la salvación: las profecías –especialmente la del
Siervo de Yahvé–, los Salmos, la Ley y
la alianza, hasta la liberación de Egipto, la primera pascua y la sangre de los
corderos sacrificados; e incluso hasta los patriarcas Abrahán, y luego, en la
noche de los tiempos, hasta Abel y su sangre que grita desde la tierra. Todo
esto lo podemos verlo a través de las llagas de Jesús Crucificado y Resucitado
y, como María en el Magnificat, podemos reconocer que «su misericordia llega a
sus fieles de generación en generación» (Lc 1,50).
Ante los trágicos
acontecimientos de la historia humana, nos sentimos a veces abatidos, y nos
preguntamos: «¿Por qué?». La maldad humana puede abrir en el mundo abismos,
grandes vacíos: vacíos de amor, vacíos de bien, vacíos de vida. Y nos
preguntamos: ¿Cómo podemos salvar estos abismos? Para nosotros es imposible;
sólo Dios puede colmar estos vacíos que el mal abre en nuestro corazón y en
nuestra historia. Es Jesús, que se hizo hombre y murió en la cruz, quien llena
el abismo del pecado con el abismo de su misericordia.
San Bernardo, en
su comentario al Cantar de los Cantares (Disc. 61,3-5; Opera omnia 2,150-151),
se detiene justamente en el misterio de las llagas del Señor, usando
expresiones fuertes, atrevidas, que nos hace bien recordar hoy. Dice él que
«las heridas que su cuerpo recibió nos dejan ver los secretos de su corazón;
nos dejan ver el gran misterio de piedad, nos dejan ver la entrañable
misericordia de nuestro Dios».
Es este, hermanos
y hermanas, el camino que Dios nos ha abierto para que podamos salir,
finalmente, de la esclavitud del mal y de la muerte, y entrar en la tierra de
la vida y de la paz. Este Camino es Él, Jesús, Crucificado y Resucitado, y
especialmente lo son sus llagas llenas de misericordia.
Los Santos nos
enseñan que el mundo se cambia a partir de la conversión de nuestros corazones,
y esto es posible gracias a la misericordia de Dios. Por eso, ante mis pecados
o ante las grandes tragedias del mundo, «me remorderá mi conciencia, pero no
perderé la paz, porque me acordaré de las llagas del Señor. Él, en efecto, “fue
traspasado por nuestras rebeliones” (Is 53,5). ¿Qué hay tan mortífero que no
haya sido destruido por la muerte de Cristo?» (ibíd.).
Con los ojos fijos
en las llagas de Jesús Resucitado, cantemos con la Iglesia: «Eterna es su
misericordia» (Sal 117,2). Y con estas palabras impresas en el corazón,
recorramos los caminos de la historia, de la mano de nuestro Señor y Salvador,
nuestra vida y nuestra esperanza.
13.04.15
13.04.15
El Papa usa la palabra 'genocidio'
armenio, Turquía protesta
Francisco leyó un mensaje sobre la
deportación y exterminio de 1,5 millones de armenios. Ankara retira a su
embajador ante la Santa Sede y convoca al Nuncio
ROMA, 13 de abril de 2015 (Zenit.org) - El santo
padre Francisco durante la misa que
celebró esta mañana en la basílica de San Pedro, con motivo de los cien años de
la deportación y exterminio de 1,5 millones de armenios, calificó el hecho histórico como
el primer genocidio del siglo XX, citando una declaración firmada por Juan
Pablo II y el patriarca armenio Karekin II en 2001.
En la misa además, su beatitud Nerses Bedros XIX
Tarmouni recordó el genocidio iniciado el 24 de abril de 1915, e indicó que la
Iglesia armenia declarará mártires el 23 de abril próximo a todos aquellos que
aceptaron la muerte cristianamente durante las deportaciones forzadas.
Turquía reconoce la muerte de parte de la población
armenia deportada, pero niega que haya sido un genocidio y lo atribuye como una
consecuencia de la alianza de los armenios con los rusos y a las vicisitudes de
la Primera Guerra Mundial.
Un problema que permanece para el reconocimiento es
que si Turquía acepta el genocidio, se plantearía la necesidad restituir parte
del territorio de los armenios que fueron ocupados.
Ankara en señal de protesta por las palabras del Papa,
retiró a su embajador ante la Santa Sede, Mehmet Pacaci. El diplomático había
convocado en la embajada para este domingo una conferencia de prensa, que el
sábado fue suspendida.
El 10 de febrero
pasado, cuando el diplomático invitó a un almuerzo en la embajada a tres
periodistas, Fausto Gasparoni la agencia de noticias ANSA, Andrea Tornielli de
La Stampa, y al coordinador de ZENIT en español que firma esta nota, consideró
que la posición de Turquía sobre la deportación y muerte de los armenios había
iniciado a cambiar, con las recientes declaraciones del presidente Erdogan y
otras actitudes, pero admitió que sería necesario mucho tiempo para logar
conciliar la versión que indican los descendientes de los deportados que
sobrevivieron.
Por su parte el
ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu escribió hoy en su cuenta en Twitter: “La posición del
Papa, sea desde el punto de vista histórico que jurídica es simplemente
inaceptable”.
Y poco antes en
otro twitt: “Las funciones religiosas no pueden ser un medio para favorecer el
odio y la animosidad a través de argumentos no fundados”.
El ministerio de
Exteriores de Turquía además convocó en Ankara, al nuncio ante la Santa Sede el
arzobispo Antonino Lucibello, para que de explicaciones sobre el motivo por el
cual el Santo Padre utilizó la palabra “genocidio” durante la misa en la
Basílica de San Pedro.
En un comunicado
citado por medios turcos, y retrasmitidos por la agencia AFP, el Ministerio de
Exteriores turco expresa su contrariedad por las declaraciones de Francisco,
pues considera que ha “tomado partido”, ignorando así el sufrimiento de los
musulmanes y de otros grupos religiosos en el mismo periodo. Y añade que las
declaraciones del Papa “contradicen el mensaje de paz, reconciliación y de
diálogo” que Francisco llevó en noviembre durante su visita a Turquía.
Entre los signos de apertura,
gobierno de Turquía autorizó la construcción de una iglesia cristiana de rito
siríaco en el distrito Yeşilköy, afuera de Estambul, noticia conocida el 5 de
enero pasado. Es la primera vez que sucede desde 1928, cuando fue el inicio de
la república, en un país en el que menos del 1 por ciento de la población turca
es cristiana, con gran variedad de ritos.
A su regreso de
Turquía el Papa durante la audiencia general, indicó que allí tuvo la
oportunidad de reafirmar la importancia de que se garantice la libertad de
culto. También recordó la declaración que firmó con el Patriarca Ecuménico
de Constantinopla, en la que renuevan su compromiso de trabajar por restablecer
"la plena comunión”.
14.04.15
Francisco en Santa Marta: lo
cristiano es compartir las riquezas
En la homilía de este martes, el
Santo Padre invitó a pedir la gracia de la paciencia y la armonía
CIUDAD DEL VATICANO, 14 de abril de 2015 (Zenit.org) - Una comunidad renacida en el
Espíritu Santo busca la armonía y es paciente ante los sufrimientos. Estas
son las palabras del papa Francisco durante la celebración matutina de la Santa
Misa en la capilla de la Casa Santa Marta. El Santo Padre también advirtió
de que los cristianos no deben acumular riquezas, sino ponerlas al servicio de
los necesitados, como lo hizo la primera comunidad guiada por los Apóstoles.
¿Qué frutos trae el Espíritu Santo en una comunidad?
El Pontífice se centró en su homilía de este martes en el pasaje de los Hechos
de los Apóstoles que describe la vida de la primera comunidad de cristianos.
Hay, subrayó, dos signos de “renacimiento de una
comunidad”. El primer signo es la armonía.
“La comunidad renacida o de los que renacen en el
Espíritu tiene esta gracia de la unidad, la armonía. El único que nos puede dar
la armonía es el Espíritu Santo, porque él también es la armonía entre el Padre
y el Hijo, es el don que hace la armonía. El segundo signo es el bien común, es
decir: 'No había entre ellos ningún necesitado, nadie consideraba propiedad
suya lo que le pertenecía', estaba al servicio de la comunidad. Sí, algunos eran
ricos, pero para servir. Estos son dos signos de una comunidad que vive en el
Espíritu”.
Esto, señaló el
Papa, es un paso “curioso”, porque “poco después empiezan” algunos problemas en
la comunidad, por ejemplo, la entrada de Ananías y Safira que tratan de
“engañar a la comunidad”. “Estos son los dueños de los benefactores que se
acercan a la Iglesia, entran para ayudarla y usar a la Iglesia para sus propios
negocios, ¿no? Luego están las persecuciones que fueron anunciadas por Jesús.
La última de las Bienaventuranzas de Mateo: 'Bienaventurados cuando los
insulten, los perseguirán por mi causa... Alégrense'. Y así se leen tantas
persecuciones de esta comunidad. Jesús promete esto, promete muchas cosas
hermosas, la paz, la abundancia: 'Tendrán cien veces más con las
persecuciones'”.
En la “primera
comunidad renacida por el Espíritu Santo -- recordó Francisco-- hay esto: la
pobreza, el bien común, pero también los problemas, dentro y fuera”. Problemas
dentro, como “esa pareja de negociantes, y fuera, las persecuciones”. Pero
Pedro dice a la comunidad que no se sorprenda por estas persecuciones, porque
es “el fuego que purifica el oro”. Y la comunidad renacida por el Espíritu
Santo se purifica precisamente “en medio de las dificultades, de las
persecuciones”. Existe, pues, un tercer signo de un renacer de la comunidad:
“la paciencia al soportar: soportar los problemas, soportar las dificultades,
soportar las maledicencias, las calumnias, soportar las enfermedades, soportar
el dolor” de la pérdida de un ser querido.
La comunidad
cristiana, prosiguió, “demuestra que renació en el Espíritu Santo, cuando es
una comunidad que busca la armonía”, no la división interna; “cuando busca la
pobreza”, “no la acumulación de riquezas para sí, porque las riquezas son para
servir”. Y cuando “no se enfada inmediatamente ante las dificultades y se
siente ofendida”, sino que es paciente como Jesús.
“En esta segunda
semana de Pascua, durante la cual celebramos los misterios pascuales, nos hará
bien pensar en nuestras comunidades, ya sean diocesanas, parroquiales,
familiares o muchas otras, y pedir la gracia de la armonía que es más unidad
--la unidad armoniosa, la armonía, que es el don del Espíritu-- pedir la gracia
de la pobreza --no de la miseria, de la pobreza: ¿qué significa? Que tengo lo
que tengo y tengo que gestionarlo bien por el bien común y con generosidad-- y
pedir la gracia de la paciencia, de la paciencia”.
El Señor,
concluyó, “nos haga entender a todos que no sólo cada uno de nosotros recibió
esta gracia de renacer en el Espíritu en el Bautismo, sino también nuestras
comunidades”.
15.04.15
Texto completo de la catequesis del
Papa en la audiencia del 14 de abril de 2015
El santo padre Francisco en la
audiencia general indica que el hombre y la mujer unidos en el sacramento del
matrimonio son imagen y semejanza de Dios
Por
Redacción
CIUDAD DEL VATICANO, 15 de abril de 2015 (Zenit.org) - En la
audiencia general de este miércoles 14 de abril, el papa Francisco profundizó
el tema del hombre y la mujer como gran don que Dios dio a la humanidad. A
continuación el texto completo.
«¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días! La
catequesis de hoy está dedicado a un tema central: el gran don que Dios dio a
la humanidad con la creación del hombre y de la mujer y con el sacramento del
matrimonio. Esta catequesis y la próxima se refiere a la diferencia y a la
complementariedad entre el hombre y la mujer, que están en la cumbre de la
creación divina; los próximas dos serán sobre el tema del matrimonio.
Iniciamos con un breve comentario a la primera
narración sobre la creación, en el libro del Génesis. Aquí leemos que Dios,
después de haber creado el universo y a todos los seres vivientes, creó su obra
maestra, o sea el ser humano, que hizo a su propia imagen: “A imagen de Dios
los creó: varón y mujer los creó”. (Gen 1,27). Así dice el libro del Génesis.
Como todos sabemos, la diferencia sexual está presente
en tantas formas de vida, en la amplia escala de los vivientes. Aunque
solamente en el hombre y la mujer esta lleva en sí la imagen y semejanza de
Dios: ¡el texto bíblico lo repite nada menos que tres veces en dos estrofas
(26-27)!
El hombre y la
mujer son creados a imagen y semejanza de Dios. Esto nos dice que no solamente
el hombre en sí es a imagen de Dios, no solamente la mujer tomada en sí es a
imagen de Dios, pero también el hombre y la mujer como pareja, lo son a imagen
y semejanza de Dios. La diferencia entre hombre y mujer no es contraposición, o
la subordinación, pero para la comunión y la generación, siempre a imagen y
semejanza de Dios.
La experiencia nos
enseña: para conocerse bien y crecer armónicamente el ser humano tiene
necesidad de la reciprocidad entre hombre y mujer. Cuando esto no sucede, se
ven las consecuencias. Estamos hechos para escucharnos y ayudarnos mutuamente.
Podemos decir que sin en enriquecimiento recíproco en esta relación --en el
pensamiento y en la acción, en los afectos y en el trabajo, y también en la
fe-- los dos no pueden ni siquiera entender hasta el fondo qué significa ser
hombre y mujer.
La cultura moderna
y contemporánea ha abierto nuevos espacios, nuevas libertados y nuevas
profundidades para enriquecer la comprensión de esta diferencia. Pero ha
introducido también muchas dudas y mucho escepticismo.
Por ejemplo me
pregunto si la así llamada teoría de género no sea también expresión de una
frustración y de una resignación, que tiene en vista borrar la diferencia
sexual porque no sabe más confrontarse con ella. Sí, corremos el riesgo de
hacer un paso hacia atrás. La remoción de la diferencia de hecho, es el
problema, no la solución. Para resolver su problema de relaciones, el hombre y
la mujer tienen en cambio que hablarse más, escucharse más, conocerse más,
quererse más. Tiene que tratarse con respeto y cooperar con amistad. Con estas
bases humanas, sostenidas por la gracia de Dios, es posible proyectar la unión
matrimonial y familiar para toda la vida.
La relación
matrimonial y familiar es una cosa seria, y lo es para todos, no solamente para
los creyentes. Querría exhortar a los intelectuales a no disertar sobre el
tema, como si fuera secundario para el empeño en favor de una sociedad más
libre y más justa.
Dios ha confiado a
la tierra la alianza del hombre y de la mujer: su fracaso vuelve árido el mundo
de los afectos y oscurece el cielo de la esperanza. Los señales son ya
preocupantes y los vemos. Querría indicar, entre muchos, dos puntos que creo
deban empeñarnos con más urgencia.
El primero. Es
indudable que debemos hacer mucho más a favor de la mujer, si queremos dar más
fuerza a la reciprocidad entre hombres y mujeres. Es necesario de hecho, que la
mujer no solamente sea más escuchada, sino que su voz tenga un peso real, un
prestigio reconocido en la sociedad y en la iglesia.
El modo mismo con
el cual Jesús ha considerado a las mujeres -el evangelio lo indica así- era un
contexto menos favorable del nuestro, porque en esos tiempos la mujer era
puesta en segundo lugar. Pero Jesús la considera de una manera que da una luz
potente que ilumina un camino que lleva lejos, del cual hemos recorrido
solamente un tramo. Aún no hemos entendido en profundidad cuales son las cosas
que nos puede dar el genio femenino de la mujer en la sociedad. Tal vez haya
que ver las cosas con otros ojos para que se complemente el pensamiento de los
hombres. Es un camino que es necesario recorrer con más creatividad y más
audacia.
Una segunda
reflexión se refiere al tema del hombre y de la mujer creados a imagen y
semejanza de Dios. Me pregunto si la crisis de confianza colectiva en Dios, que
nos hace tanto mal, y nos hace enfermar volviéndonos resignados delante de la
incredulidad y del cinismo, no esté conectada a la crisis de alianza entre el
hombre y la mujer. De hecho la narración bíblica con el gran cuadro simbólico
sobre el paraíso terrenal y el pecado original, nos dice justamente que la comunión
con Dios se refleja en la comunión de la pareja humana y que la pérdida de la
confianza en el Padre celeste genera división y conflicto entre el hombre y la
mujer.
De aquí se ve la
gran responsabilidad de la Iglesia y de todos los creyentes, y sobretodo de las
familias creyentes, para descubrir la belleza del plan creador que pone la
imagen de Dios, también en la alianza entre el hombre y la mujer. La tierra se
llena de armonía y de confianza cuando la alianza ente el hombre y la mujer se
vive en el bien. Y si el hombre y la mujer la buscan juntos entre ellos y
con Dios, sin dudas la encuentran. Jesús nos anima explícitamente al testimonio
de esta belleza, que es la imagen de Dios. Gracias».
16.04.15
Santa Marta: el que no dialoga
quiere callar a quien anuncia a Dios
El papa Francisco indica la dureza
del corazón, causada por el cerrarse delante del prójimo y por no querer
obedecer a Dios
CIUDAD DEL VATICANO, 16 de abril de 2015 (Zenit.org) - El papa
Francisco celebró la misa de este jueves pidiendo por su predecesor, Benedicto
XVI, que hoy cumple 88 años.
En su homilía, el Santo Padre se refirió a la liturgia
del día, que habla de la obediencia. La obediencia --observó el Pontífice-- “a
menudo nos lleva a un camino diverso del que pensábamos”.
Obedecer es “tener el valor de cambiar de rumbo cuando
el Señor nos pide", dijo y añadió que "los que obedecen tiene la vida
eterna”, mientras que “quien no obedece tiene la ira de Dios sobre él”.
En la primera lectura de los Actos de los Apóstoles,
los sacerdotes y los jefes le prohiben a todos los discípulos de Jesús predicar
el Evangelio a la gente. Están furiosos, celosos, porque en su presencia
ocurren los milagros y la gente los sigue. Los discípulos son encarcelados,
pero por la noche, el ángel de Dios los libera y vuelven a anunciar el
Evangelio. Detenidos e interrogados de nuevo, Pedro responde ante las amenazas
del sumo sacerdote: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”. Los
sacerdotes no comprenden: son testarudos.
“Entre tanto --precisó el Papa-- estos eran los
doctores, habían estudiado la historia del pueblo, habían estudiado las
profecías, la ley, conocían toda la teología del pueblo de Israel, la
revelación de Dios, lo sabían todo, eran doctores, y no fueron capaces de
reconocer la salvación de Dios”.
Pero, ¿cómo se
entiende esta dureza de corazón? No eran cabeza dura, no sólo era “terquedad”.
Porque “la historia de esta terquedad --dijo el Santo Padre-- es cerrarse en sí
mismo, es no hablar, es la falta de diálogo”.
“Ellos no sabían
dialogar, no sabían dialogar con Dios, porque no sabían orar y escuchar la voz
del Señor, y no sabían hablar con los demás. Solamente interpretaban como era
la ley para hacerla más precisa, y estaban cerrados a los signos de Dios en la
historia, se cerraron a su pueblo. Estaban cerrados y la falta de diálogo, y el
cierre del corazón, les llevó a no obedecer a Dios. Este es el drama de estos
doctores de Israel, de estos teólogos del pueblo de Dios: no sabían escuchar,
no sabían dialogar. El diálogo se hace con Dios y con los demás”.
“Ellos son los
mismos --recordó el Pontífice- que le pagaron a los guardianes del sepulcro
para decir que los discípulos habían robado el cuerpo de Jesús. Hacen de todo
para no abrirse a la voz de Dios”.
Al concluir la
homilía, Francisco indicó que “en esta misa rezaremos por los profesores de los
profesores, de los que le enseñan al pueblo sobre Dios. Para que no se cierren,
para que dialoguen y así se salven de la ira de Dios que, si no cambian de
actitud permanecerá sobre ellos”.
17.04.15
Santa Marta: 'La humillación
cristiana no es masoquismo'
En la homilía de este viernes, el
Santo Padre invitó a imitar el camino de Jesús
CIUDAD DEL VATICANO, 17 de abril de 2015 (Zenit.org) - La humillación por si misma es
masoquismo, mientras que se sufre y soporta en nombre del Evangelio nos hace
parecidos a Jesús. Lo afirmó el papa Francisco en la homilía de la misa
matutina celebrada este viernes en la capilla de la Casa Santa Marta, invitando
a los cristianos a nunca cultivar sentimientos de odio, sino tomarse un poco de
tiempo para descubrir dentro de sí los sentimientos y las actitudes que le
gustan a Dios: el amor y el diálogo.
¿Es posible para el hombre reaccionar ante una
situación difícil con las maneras de Dios? Lo es, apuntó el Santo Padre, y es
toda una cuestión de tiempos. El tiempo de dejarse imbuir por los sentimientos
de Jesús. Lo explicó el Pontífice analizando el episodio contenido en la
lectura de los Hechos de los Apóstoles. Estos últimos son juzgados ante el
sanedrín, acusados de predicar ese evangelio que los doctores de la ley no
quieren escuchar.
Sin embargo, un fariseo del sanedrín, Gamaliel, de
modo franco sugiere dejarles hacer, porque --sostuvo, citando casos análogos
del pasado-- si la doctrina de los Apóstoles “fuese de origen humano será
destruida”, mientras que no sucedería si viene de Dios. El sanedrín acepta la
sugerencia, es decir --subrayó el Papa-- elige tomarse “tiempo”. No reacciona
siguiendo el instintivo sentimiento de odio.
Y esto, prosiguió el Santo Padre, es un remedio
correcto para todo ser humano.
“Dar tiempo al
tiempo. Esto nos sirve a nosotros, cuando tenemos malos pensamientos contra los
demás, malos sentimientos, cuando tenemos antipatía, odio, no dejarlos crecer.
Hay que pararse y darle tiempo al tiempo. El tiempo pone las cosas en armonía y
nos hace ver lo correcto de las cosas. Pero si uno reacciona en el momento de
la furia, seguro que será injusto. Y también se hará daño a sí mismo. Este es
un consejo: dar tiempo al tiempo en el momento de la tentación”.
Cuando alimentamos
un resentimiento, señaló el Pontífice, es inevitable que estalle. “Estalla en
el insulto, en la guerra”, observó, y “con estos sentimientos malos contra los
demás, luchamos contra Dios”, mientras que “Dios ama a los demás, ama la
armonía, ama el amor, ama el dialogo, ama caminar juntos”. También “me pasa a
mí”, dijo el Papa: “Cuando una cosa no me gusta, el primer sentimiento no es el
de Dios, es malo, siempre”. “Detengámonos” en cambio, exhortó, y demos “espacio
al Espíritu Santo” para que “nos haga llegar a lo correcto, a la paz”. Como los
Apóstoles, que son flagelados y dejan el sanedrín “contentos” de haber sufrido
“ultrajes en nombre de Jesús”.
“En este momento,
tantos hermanos y hermanas nuestros son martirizados en el nombre de Jesús,
están en este estado, tienen en este momento la alegría de haber sufrido
ultrajes, incluso la muerte, en el nombre de Jesús”. “Para huir del orgullo de
los primeros, solo está el camino de abrir el corazón a la humildad, y a la
humildad no se llega sin la humillación. Esta es una cosa que no se entiende
naturalmente. Es una gracia que debemos pedir”.
La gracia,
concluyó Francisco, de la “imitación de Jesús”. Una imitación testimoniada no
sólo por los mártires de hoy, sino también por esos “muchos hombres y mujeres
que sufren humillaciones cada día por el bien de su familia” y “cierran la boca,
no hablan, soportan por amor de Jesús”.
“Y esta es la
santidad de la Iglesia, esta es alegría que da la humillación, no porque la
humillación sea bonita, no, eso sería masoquismo, no: porque con esa
humillación se imita a Jesús. Dos actitudes: la de la cerrazón que te lleva al
odio, a la ira, a querer matar a los demás, y la de la apertura a Dios en el
camino de Jesús, que te hace aceptar las humillaciones, incluso las fuertes,
con esta alegría interior porque estas seguro de estar en el camino de Jesús”.
18.04.15
El Papa pide firmeza a Europa para
frenar las muertes en el Mediterráneo
Francisco agradece al presidente
Mattarella la labor de acogida y socorro de Italia a los refugiados. También
hace un llamamiento para que se solucione la falta de trabajo
CIUDAD DEL VATICANO, 18 de abril de 2015 (Zenit.org) - El papa Francisco ha expresado este
sábado su “gratitud por el esfuerzo que Italia está realizando” al socorrer y
acoger a refugiados que navegan por el Mediterráneo, y ha realizado un
llamamiento internacional para haya “una implicación mucho más amplia”.
“Deseo expresar mi gratitud por el esfuerzo que Italia
está realizando para acoger a numerosos inmigrantes que, arriesgando su vida,
solicitan acogida”, ha afirmado el Santo Padre durante una audiencia mantenida con
el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, en el Vaticano.
“Es evidente que las proporciones del fenómeno
requieren una implicación mucho más amplia. No debemos cansarnos de solicitar
un empeño más extenso a nivel europeo e internacional”, ha indicado el
Pontífice.
Una opinión compartida por Mattarella que ha subrayado
como “Italia trabaja con generosidad para afrontar la emergencia de la llegada
de refugiados y pide desde hace tiempo una intervención firme de Europa para
frenar esta continua pérdida de vidas humanas en el Mediterráneo”.
La falta de trabajo y el cuidado del medio ambiente
han sido otros de los temas que el papa Francisco ha destacado en su discurso
de esta mañana.
Así, el Santo Padre ha afirmado que el trabajo debe
estar relacionado con la “dignidad de las personas, con la posibilidad de
construir una existencia digna y libre”.
En este contexto,
el problema de la escasez de trabajo para los jóvenes es un “grito de dolor que
interpela a los poderes públicos, las organizaciones intermedias, los
empresarios privados y la comunidad eclesial” con el fin de que se realicen
todos los esfuerzos “para solucionar este problema dándole su justa prioridad”.
Porque, como ha enfatizado, la dignidad y el futuro residen en la
disponibilidad de trabajo.
El Pontífice
también ha insistido en la atención especial que se debe prestar al medio
ambiente, “para tratar de mitigar los crecientes desequilibrios y
contaminaciones, que a veces provocan verdaderos desastres ambientales”. En
este sentido, ha recordado, “es necesario adquirir plena conciencia de nuestros
comportamientos sobre la creación”.
Asimismo, ha
apuntado que dentro de pocos días se inaugurará la Exposición Universal en la
ciudad italiana de Milán, dedicada al tema “Nutrir el planeta. Energía para la
vida”, y ha deseado que gracias a esta iniciativa se reflexione “sobre las
causas de la degradación ambiental”.
El papa Francisco
y el presidente de la República italiana han mantenido una reunión privada
de cerca de 20 minutos. El Obispo de Roma ha agradecido a Mattarella su visita
a dos meses de su elección y le ha asegurado que este gesto demuestra las
buenas relaciones existentes entre la Santa Sede e Italia.
Después del encuentro con el
Pontífice, el Jefe del Estado italiano, acompañado por el ministro de Asuntos
Exteriores y de Cooperación Internacional, Paolo Gentiloni, se ha reunido con
el cardenal Pietro Parolín, secretario de Estado de Su Santidad y con el
arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los
Estados del Vaticano.
19.04.15
Francisco en el Regina Coeli: 'El
testigo es uno que ha cambiado de vida'
Texto completo. El Papa recuerda que
el cristiano no se puede dejar llevar por las comodidades, las vanidades y el
egoísmo
CIUDAD DEL VATICANO, 19 de abril de 2015 (Zenit.org) - Como cada domingo, durante el tiempo
pascual, el papa Francisco rezó la oración del Regina Coeli desde la
ventana de su estudio en el Palacio Apostólico, ante una multitud que le
atendía en la Plaza de San Pedro.
Dirigiéndose a los fieles y peregrinos venidos de todo
el mundo, que le acogieron con un largo y caluroso aplauso, el Pontífice
argentino les dijo:
“Queridos
hermanos y hermanas ¡buenos días!
En las lecturas bíblicas de la liturgia de hoy resuena
por dos veces la palabra “testigos”. La primera vez, en los labios de Pedro:
él, después de la curación del paralítico ante la puerta del templo de
Jerusalén, exclama: “Mataron al autor de la vida. Pero Dios lo resucitó de
entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos”. La segunda vez es en
los labios de Jesús resucitado: Él, la tarde de Pascua, abre la mente de los
discípulos al misterio de su muerte y resurrección y les dice: “Ustedes son
testigos de todo esto”. Los Apóstoles, que vieron con los propios ojos a Cristo
resucitado, no podían callar su extraordinaria experiencia. Él se había
mostrado a ellos para que la verdad de su resurrección llegara a todos mediante
su testimonio. Y la Iglesia tiene la tarea de prolongar en el tiempo esta
misión; cada bautizado está llamado a dar testimonio, con las palabras y con la
vida, que Jesús ha resucitado, que Jesús está vivo y presente en medio de
nosotros. Todos nosotros estamos llamados a dar testimonio de que Jesús está
vivo.
Podemos
preguntarnos: pero, ¿quién es el testigo? El testigo es uno que ha visto, que
recuerda y cuenta. Ver, recordar y contar son los tres verbos que describen la
identidad y la misión. El testigo es uno que ha visto, con ojo objetivo,
ha visto una realidad, pero no con ojo indiferente; ha visto y se ha dejado
involucrar por el acontecimiento. Por eso recuerda, no solo porque sabe
reconstruir en modo preciso los hechos sucedidos, sino también porque aquellos
hechos le han hablado y él ha captado el sentido profundo. Entonces el testigo
cuenta, no de manera fría y distante sino como uno que se ha dejado poner en
cuestión y desde aquel día ha cambiado de vida. El testigo es uno que ha
cambiado de vida.
El contenido del
testimonio cristiano no es una teoría, no es una ideología o un complejo
sistema de preceptos y prohibiciones o un moralismo, sino que es un mensaje de
salvación, un acontecimiento concreto, es más, una Persona: es Cristo
resucitado, viviente y único Salvador de todos. Él puede ser testimoniado por
quienes han hecho una experiencia personal de Él, en la oración y en la
Iglesia, a través de un camino que tiene su fundamento en el Bautismo, su
alimento en la Eucaristía, su sello en la Confirmación, su continúa conversión
en la Penitencia. Gracias a este camino, siempre guiado por la Palabra de Dios,
cada cristiano puede transformarse en testigo de Jesús resucitado. Y su
testimonio es mucho más creíble cuanto más transparenta un modo de vivir
evangélico, gozoso, valiente, humilde, pacífico, misericordioso. En cambio, si
el cristiano se deja llevar por las comodidades, por las vanidades, por el
egoísmo, si se convierte en sordo y ciego ante la pregunta sobre la
“resurrección” de tantos hermanos, ¿cómo podrá comunicar a Jesús vivo, como
podrá comunicar la potencia liberadora de Jesús vivo y su ternura infinita?
María, nuestra
Madre, nos sostenga con su intercesión para que podamos convertirnos, con
nuestros límites, pero con la gracia de la fe, en testigos del Señor
resucitado, llevando a las personas que nos encontramos los dones pascuales de
la alegría y de la paz”.
Al término de
estas palabras, el Santo Padre rezó la oración del Regina Coeli:
Regina coeli, laetare, alleluia...
Al concluir la
plegaria, el Papa se refirió al naufragio de un viejo pesquero con
centenares de inmigrantes ocurrido este domingo frente a las costas de Libia:
“Queridos hermanos y hermanas,
están llegando en
estas horas noticias relativas a una nueva tragedia en las aguas del
Mediterráneo. Una embarcación cargada de migrantes volcó la pasada noche a unas
60 millas de la costa libia y se teme que haya centenares de víctimas.
Expreso mi más
sentido dolor ante tal tragedia y aseguro para los desaparecidos y sus familias
mi recuerdo y mi oración. Dirijo un apremiante llamamiento para que la
comunidad internacional actúe con decisión y rapidez, para evitar que similares
tragedias se repitan.
Son hombres y
mujeres como nosotros, hermanos nuestros que buscan una vida mejor,
hambrientos, perseguidos, heridos, explotados, víctimas de guerras, buscan una
vida mejor… Buscaban la felicidad…
Les invito a rezar
en silencio antes y después todos juntos por estos hermanos y hermanas”.
Tras un momento de
silencio, el Pontífice y los fieles presentes en la Plaza de San Pedro rezaron
un Ave María:
Ave María…
A continuación,
llegó el turno de los saludos que tradicionalmente realiza el Obispo de Roma:
“Dirijo un cordial
saludo a todos ustedes, venidos de Italia y de tantas partes del mundo: a los
peregrinos de la diócesis de San Andrés, en Brasil, a los de Berlín, Múnich y
Colonia, a los estudiantes de Grafton (Australia) y a los de Sant Feliu de
Llobregat (España). Saludo a los polacos de la diócesis de Rzeszów y manifiesto
mi cercanía a los participantes en la “Marcha por la santidad de la vida” que
se desarrolla en Varsovia, animando a defender y a promover siempre la vida
humana.
Saludo a la Acción
Católica de Formia, los fieles de Milán, Lodi, Limbiate y Torre Boldone
(Bérgamo); a los chicos de Turín, Senigallia, Almenno San Salvatore,
Villafontana y Grássina; a los jóvenes de Noventa Vicentina y Catania; al coro
de Trecate y a los socios del Lions Club.
Un saludo especial
al grupo de la Universidad Católica del Sagrado Corazón, con ocasión de la
actual Jornada Nacional de apoyo a este gran Ateneo. Es importante que pueda
continuar para seguir formando a los jóvenes en una cultura que conjugue fe y
ciencia, ética y profesionalidad”.
El Santo Padre
dedicó también unas palabras a la exposición de la Sábana Santa de Turín: “Hoy
comienza en Turín la solemne ostensión de la sagrada Síndone. También yo, si
Dios quiere, iré a venerarla el próximo 21 de junio. Espero que este acto de
veneración nos ayude a todos a encontrar en Jesucristo el rostro misericordioso
de Dios y nos ayude a reconocerlo en los rostros de los hermanos, especialmente
en los que más sufren”.
Como de costumbre, Francisco concluyó su
intervención diciendo:
“Por favor, no se
olviden de rezar por mí. Les deseo a todos un buen domingo y ¡buen
almuerzo!”
20.04.15
En Santa Marta. El ejemplo de los
mártires: no trasformar la fe en poder
El papa en la homilía de este lunes
recuerda el peligro de querer ganar algo aprovechándose de la religión
CIUDAD DEL VATICANO, 20 de abril de 2015 (Zenit.org) - El papa Francisco celebró este lunes
la santa misa en la capilla de la Casa Santa Marta y comentó el evangelio donde
Jesús mira a multitud después de la multiplicación de los panes y los peces y
ve que le siguen no “por el estupor religioso que lleva a adorar a Dios”, sino
“por el interés material”.
El papa Francisco señaló que en la fe, existe el
riesgo de no entender la verdadera misión del Señor: esto sucede cuando se
aprovecha de Jesús, pensando en 'el poder'.
"Esta actitud se repite en los evangelios. Muchos
siguen a Jesús por interés. Incluso entre sus apóstoles: los hijos de Zebedeo
querían ser, uno, primer ministro y el otro, ministro de economía, querían el
poder.
Esa gracia de llevar la buena noticia a los pobres, la
libertad a los cautivos y la vista a los ciegos, la libertad a los oprimidos y
proclamar un año de gracia, se vuelve oscura, se pierde y se convierte en
querer algo del poder".
El Papa señaló que "siempre existió esa tentación
del poder y de la hipocresía”, de pasar del estupor religioso que Jesús nos da
cuando nos encuentra, a querer sacar una ventaja personal".
"Esta fue
también la propuesta del diablo a Jesús en las tentaciones. Una la del pan, la
otra la del espectáculo: "Vamos a hacer un gran espectáculo, así todas las
personas van a creer en ti". Y la tercera, la apostasía, es decir, la
adoración de los ídolos. Y esta es una tentación diaria de los cristianos, nuestra,
de todos los que son de la Iglesia: la tentación no del poder, de la potencia
del Espíritu, sino la tentación del poder mundano".
Así se cae en
letargo religioso que lleva a lo mundano, el torpor que termina creciendo,
crece, crece, esa actitud que Jesús llama hipocresía". Por
ello Dios nos despierta con el testimonio de los santos y de los mártires.
Como dijo Jesús:
"En verdad en verdad os digo: me buscáis, no porque habéis visto las
señales, sino porque habeis comido aquellos panes y os habéis saciado". Es
la tentación de "caer en el mundanismo, hacia los poderes" y así
"la fe se debilita", así como la misión y la Iglesia”.
"El Señor nos
despierta con el testimonio de los santos, de los mártires, que cada día nos
anuncian que la misión es recorrer el camino de Jesús: anunciar el año de
gracia.
La gente entiende
la advertencia de Jesús y le preguntan: '¿Qué debemos hacer para realizar las
obras de Dios?'. Jesús le respondió: 'La obra de Dios es que creáis en el que
él ha enviado', es decir, la fe en Él, solo en Él, confiar en Él y no en otras
cosas que nos alejan de Él. Esta es la obra de Dios, creer que él le ha enviado
".
El Papa concluyó
su homilía con esta oración al Señor: "Que Dios nos dé esta gracia del
estupor del encuentro y también nos ayude a no caer en el espíritu de
mundanidad, es decir, el espíritu que en detrás o debajo de un barniz de
cristianos nos lleva a vivir como los paganos".
21.04.15
Francisco en Santa Marta: 'Nuestra
Iglesia es una Iglesia de mártires'
En la homilía de este martes, el
Santo Padre recordó a cuantos hoy son perseguidos y asesinados por ser
cristianos
CIUDAD DEL VATICANO, 21 de abril de 2015 (Zenit.org) - “¡En estos días, cuántos Esteban
hay en el mundo! Pensemos en nuestros hermanos degollados en una playa de
Libia. Pensemos en ese chiquillo quemado vivo por sus compañeros, por ser
cristiano. Pensemos en esos migrantes que, en alta mar, fueron tirados al mar,
por ser cristianos. Pensemos, en esos etíopes asesinados, antes de ayer, por
ser cristianos y en tantos otros… Tantos otros que no sabemos, que sufren en
cárceles, por ser cristianos… Hoy la Iglesia es Iglesia de mártires: ellos
sufren, dan su vida y nosotros recibimos la bendición de Dios por su
testimonio”.
Lo indicó el papa Francisco en la homilía de este
martes en Santa Marta, recordando que la verdadera historia de la Iglesia
es la de los santos y los mártires. Durante la celebración reflexionó sobre la
lapidación de san Esteban y con palabras emocionadas, recordó a cuantos hoy son
perseguidos y asesinados por ser cristianos.
Partiendo de la Primera Lectura de los Hechos de los
Apóstoles, que hace referencia al juicio del Sanedrín contra Esteban y su
lapidación, el Santo Padre hizo hincapié en que, al igual que el primer mártir
de la Iglesia, también los que padecen hoy el martirio no buscan ‘otro pan’ que
no sea Jesús, su ‘único pan’.
Como Jesús,
también Esteban debe afrontar falsos testimonios y la sublevación del pueblo
que lo lleva a juicio. Esteban les recuerda cuántos profetas han sido matados
por haber sido fieles a la Palabra de Dios y cuando ‘confiesa su visión de
Jesús’, entonces sus perseguidores se escandalizan, se tapan los oídos para no
escucharlo y lo arrastran fuera de la ciudad para apedrearlo.
“La Palabra de
Dios disgusta siempre a ciertos corazones. La Palabra de Dios fastidia cuando
tienes un corazón duro, cuando tienes un corazón de pagano. Porque la Palabra
de Dios te interpela a ir adelante, buscándote y quitándote el hambre con ese
pan del que hablaba Jesús. En la historia de la Revelación, tantos mártires han
sido asesinados por fidelidad a la Palabra de Dios, a la Verdad de Dios”.
El martirio de
Esteban se asemeja al de Jesús, muere ‘con esa magnanimidad cristiana del
perdón, de la oración por los enemigos’, que perseguían a los profetas, así
como a Esteban, ‘creyendo que daban gloria a Dios, creyendo que de esta forma
eran fieles a la Doctrina de Dios’, apuntó el Santo Padre, añadiendo que ‘hoy’
quería recordar que la historia de la Iglesia, la verdadera historia de la Iglesia,
es la historia de los santos y de los mártires: los mártires perseguidos,
muchos asesinados, por aquellos que creían que daban gloria a Dios, por
aquellos que creían que tenían la ‘verdad’: corazón corrupto, pero la verdad.
“¡En estos días,
cuántos Esteban hay en el mundo! Pensemos en nuestros hermanos degollados en
una playa de Libia. Pensemos en ese chiquillo quemado vivo por sus compañeros,
por ser cristiano. Pensemos en esos migrantes que, en alta mar, fueron tirados
al mar, por ser cristianos. Pensemos, en esos etíopes asesinados, antes de
ayer, por ser cristianos y en tantos otros… Tantos otros que no sabemos, que
sufren en cárceles, por ser cristianos… Hoy la Iglesia es Iglesia de mártires:
ellos sufren, dan su vida y nosotros recibimos la bendición de Dios por su
testimonio”.
También hay
‘mártires escondidos, aquellos hombres y aquellas mujeres fieles’ a la ‘voz del
Espíritu, que buscan caminos nuevos para ayudar a los hermanos y para amar
mejor a Dios, a los que se mira con sospecha, son calumniados, perseguidos por
tantos sanedrines modernos que se creen dueños de la verdad: tantos mártires
desconocidos’.
“Y también tantos
mártires escondidos que, por ser fieles en su familia, sufren tanto por
fidelidad. Nuestra Iglesia es una Iglesia de mártires. Y ahora, en nuestra
celebración, vendrá a nosotros el primer mártir, el primero que dio su
testimonio y, aún más, la salvación a todos nosotros. Unámonos a Jesús en la
Eucaristía y unámonos a tantos hermanos y hermanas que sufren el martirio de la
persecución, de la calumnia y de la muerte por ser fieles al único pan que
sacia, es decir a Jesús”.
22.04.15
Texto completo de la catequesis del
Papa en la audiencia del miércoles 22 de abril
Es necesario reparar en las nuevas
generaciones la desconfianza contra la alianza del hombre y de la mujer y
revalorizar el matrimonio y la familia
CIUDAD DEL
VATICANO, 22 de abril de 2015 (Zenit.org) - En la
audiencia realizada este miércoles 22 de
abril en la plaza de San Pedro, papa Francisco realizó la siguiente
catequesis, cuyo texto completo ofrecemos a continuación
"Queridos
hermanos y hermanas, buenos días.
En la catequesis precedente sobre la familia, me
detuve en el primer pasaje de la creación del ser humano, en el primer capítulo
de la Génesis, donde está escrito: Dios creó al hombre a su imagen: a imagen de
Dios lo creó, hombre y mujer los creó. Hoy quisiera completar la reflexión con
el segundo pasaje, que encontramos en el segundo capítulo. Aquí leemos que el
Señor, después de haber creado el cielo y la tierra, “el Señor Dios modeló al
hombre con arcilla del suelo y sopló en su nariz un aliento de vida. Así el
hombre se convirtió en un ser viviente”. Es el pináculo de la creación. Después
Dios puso al hombre en un jardín bellísimo para que lo cultivara y lo cuidara.
El Espíritu Santo, que ha inspirado toda la Biblia,
sugiere por un momento la imagen del hombre solo, y le falta algo sin la mujer.
Y sugiere el pensamiento de Dios, casi el sentimiento de Dios que lo mira, que
observa a Adán solo en el jardín: es libre, es señor… pero está solo. Y Dios ve
que esto “no va bien”: es como una falta de comunión, falta una comunión, una
falta de plenitud. “No está bien” --dice Dios-- y añade: “quiero darle una
ayuda que le corresponde”.
Entonces Dios
presenta al hombre a todos los animales; el hombre da a cada uno de ellos su
nombre-- y esta es otra imagen de la señoría del hombre sobre sobre la
creación--, pero no encuentra en ningún animal, otro que sea parecido a él.
Pero el hombre continúa solo. Cuando finalmente Dios le presenta a la mujer, el
hombre reconoce exultante que esa criatura, y solo esa, es parte de él: “hueso
de mis huesos, carne de mi carne”. Finalmente, hay un reflejo de sí, una
reciprocidad.
Y cuando una
persona --es un ejemplo para entender bien esto-- quiere dar la mano a
otra, debe tener otro adelante: si uno da la mano y no tiene nada, la mano está
allí, le falta la reciprocidad. Así era el hombre, le faltaba algo para llegar
a su plenitud, le faltaba reciprocidad.
La mujer no es una
“réplica” del hombre; viene directamente del gesto creador de Dios. La imagen
de la “costilla” no expresa inferioridad o subordinación, sino, al contrario,
que hombre y mujer son de la misma sustancia y son complementarios. Y el hecho
de que --siempre en la parábola-- Dios plasme la mujer mientras el hombre
duerme, subraya precisamente que ella no es de ninguna manera criatura del
hombre, sino de Dios. Y también sugiere otra cosa: para encontrar a la
mujer y podemos decir, para encontrar el amor en la mujer, para encontrar la
mujer, el hombre primero debe soñarla, y luego la encuentra.
La confianza de
Dios en el hombre y en la mujer, a los cuáles confía la Tierra, es generosa,
directa, plena. Pero es aquí donde el maligno introduce en su mente la
sospecha, la incredulidad, la desconfianza. Y finalmente, llega la
desobediencia al mandamiento que les protegía. Caen en ese delirio de
omnipotencia que contamina todo y destruye la armonía. También nosotros lo
sentimos dentro de nosotros, tantas veces, todos.
El pecado genera
desconfianza y división entre el hombre y la mujer. Su relación se verá
amenazada por miles de formas de prevaricación y de sometimiento, de seducción
engañosa y de prepotencia humillante, hasta las más dramáticas y violentas. La
historia lleva las huellas. Pensemos, por ejemplo, a los excesos negativos de
las culturas patriarcales. Pensemos en las múltiples formas de machismo. Donde
la mujer es considerada de segunda clase. Pensemos en la instrumentalización y
mercantilización del cuerpo femenino en la actual cultura mediática. Pero
pensemos también en la reciente epidemia de desconfianza, de escepticismo, e
incluso de hostilidad que se difunde en nuestra cultura --en particular a
partir de una desconfianza comprensible de las mujeres-- en relación a una
alianza entre hombre y mujer que sea capaz, al mismo tiempo, de afinar la
intimidad de la comunión y de custodiar la dignidad de la diferencia.
Si no encontramos
una oleada de simpatía por esta alianza, capaz de establecer las nuevas
generaciones a la reparación de la desconfianza y de la indiferencia, los hijos
vendrán al mundo cada vez más desarraigados desde el vientre materno. La
desvalorización social por la alianza estable y generativa del hombre y de la
mujer es ciertamente una pérdida para todos. ¡Debemos revalorizar el matrimonio
y la familia! Y la Biblia dice una cosa bella: el hombre encuentra la mujer,
ellos se encuentran, y el hombre debe dejar algo para encontrarla plenamente. Y
por esto, el hombre dejará a su padre y a su madre para ir con ella. ¡Es bello!
Esto significa comenzar un camino. El hombre es todo para la mujer y la mujer
es toda para el hombre.
El cuidado de esta
alianza del hombre y de la mujer, también si son pecadores y están heridos,
confundido o humillados, desconfiados e inciertos, es por tanto para nosotros
creyentes una vocación exigente y apasionante, en la condición actual. El mismo
pasaje de la creación y del pecado, en su final, no entrega un icono bellísimo:
“El Señor Dios hizo al hombre y a su mujer unas túnicas de pieles y los
vistió”. Es una imagen de ternura hacia esa pareja pecadora que nos deja con la
boca abierta: la ternura de Dios por el hombre y por la mujer. Es una imagen de
custodia paterna de la pareja humana. Dios mismo cuida y protege a su obra
maestra.
23.04.15
Este jueves, el onomástico del Papa
La Iglesia recuerda el 23 de abril a
san Jorge
CIUDAD DEL VATICANO, 23 de abril de 2015 (Zenit.org) - Este jueves
es día festivo en el Vaticano porque se celebra el onomástico del Papa, Jorge
Mario Bergoglio. Y es que el 23 de abril, la Iglesia recuerda a san Jorge.
Uno de sus más estrechos colaboradores, monseñor
Guillermo Karcher, sacerdote argentino y ceremoniero pontificio asegura en una
entrevista en Radio Vaticano que “pensar hoy, en esta fiesta onomástica, en el
santo del Papa --siendo su nombre de bautismo Jorge-- es bonito porque cuando
pienso en él, y le veo actuar, puedo decir que es un 'San Jorge moderno', en el
sentido de que es un gran luchador contra las fuerzas del mal y lo hace con un
espíritu verdaderamente cristiano”.
Asimismo, monseñor Karcher afirma que “es a Cristo a
quien veo en él, que siembra el bien para combatir el mal. Y este es un
ejemplo, porque lo hacía ya en Buenos Aires y continúa haciéndolo ahora con
esta sencillez que lo caracteriza, pero que es tan fuerte, tan importante en
este momento del mundo, en el que es necesaria la presencia del bien”.
Jorge de Capadocia es el nombre de un hipotético
soldado romano de Capadocia, en la actual Turquía, que al parecer fue mártir.
Se le atribuye haber nacido entre 275 o 280, y muerto el 23 de abril de 303. En
Italia, el culto a Jorge de Capadocia fue muy difundido. En Roma, Belisario,
hacia 527, colocó bajo la protección de Jorge la Puerta de San Sebastián y la
iglesia de San Jorge en Velabro, a donde fue trasladada una presunta reliquia
del santo. Algunas ciudades, como Génova, Ferrara y Regio de Calabria, tienen a
san Jorge por patrón.
La leyenda --posiblemente originada en el siglo
IV- cuenta la historia de Jorge, un romano que tras morir su padre se trasladó
con su madre hasta la ciudad natal de ésta: Lydda, actual Lod, Israel. Allí, la
madre educó cristianamente a su hijo y al ser mayor de edad se enroló en el
ejército romano. No tardó en ascender y, antes de cumplir los 30 años era
tribuno y comes, siendo destinado a Nicomedia como guardia personal del
emperador Diocleciano (284-305).
En 303, el emperador inició
la persecución de los cristianos. Jorge confesó que él también era
cristiano. Diocleciano ordenó que le torturaran y, al no conseguir que renegara
de su fe, que le ejecutaran. Tras ser decapitado frente a las murallas de
Nicomedia el 23 de abril de 303, el cuerpo de Jorge fue enviado a Lydda para
que fuera enterrado.
24.04.15
Sta. Marta: 'Dios nos pide no
olvidar nuestro primer amor con Él'
En la homilía de este viernes, el
Santo Padre invita a pensar en las historia de encuentro con Jesús que están en
el Evangelio, encuentros que cambian la vida
CIUDAD DEL VATICANO, 24 de abril de 2015 (Zenit.org) - El papa Francisco ha invitado a
pedir la “gracia de la memoria” para recordar siempre el día en el que nos
encontramos por primera vez con Jesús, día del que Él nunca se olvida. Así lo
ha deseado en la homilía de la misa celebrada este viernes en Santa Marta.
La forma que Jesús elige para cambiar la vida de los
otros es el encuentro, ha recordado el Papa. Como el episodio de Pablo de
Tarso, perseguidor de cristianos que al llegar a Damasco se convierte en
apóstol. De este modo, Francisco se ha detenido en el célebre episodio
propuesto por la liturgia de hoy y ha ampliado la mirada a la gran cantidad de
encuentros que hay en las narraciones del Evangelio.
El Pontífice ha hablado del “primer encuentro” con
Jesús, el que “cambia la vida” de quien está frente a Él. Juan y Andrés que
pasan con el Maestro toda la noche, Simón que se hace “piedra” de la nueva
comunidad, la Samaritana, el leproso que vuelve para dar las gracias por haber
sido sanado, la mujer enferma que se cura al tocar su manto. Así, Francisco ha
asegurado que estos encuentros decisivos deben llevar a un cristiano a no
olvidar nunca su primer encuentro con Jesús.
“Él nunca olvida,
pero nosotros olvidamos el encuentro con Jesús. Y esto sería una bonita tarea
para hacer en casa, pensar: ‘¿Cuándo he escuchado realmente al Señor cerca de
mí? ¿Cuándo he escuchado que tenía que cambiar mi vida y ser mejor o perdonar a
una persona? ¿Cuándo he escuchado al Señor que me pedía algo? ¿Cuándo he
encontrado al Señor?’ Porque nuestra fe es un encuentro con Jesús. Este es el
fundamento de la fe: he encontrado a Jesús como Saulo hoy”, ha explicado el
Papa.
Por otro lado, el
Santo Padre ha invitado a preguntarse con sinceridad “¿cuándo me has dicho algo
que ha cambiado mi vida o me has invitado a dar ese paso adelante en mi vida?”
Por esto, el
Pontífice ha asegurado que esta es una bonita oración y ha aconsejado hacerla
cada día. “Y cuando te acuerdes, alégrate en ello, en ese recuerdo que es un recuerdo
de amor. Otra tarea bonita sería tomar el Evangelio y mirar tantas historias
ahí y ver como Jesús encuentra a la gente, como elige a los apóstoles, como…
tantos encuentros que están allí con Jesús. Quizá alguno de esos se parece al
mío. Cada uno tiene el suyo propio”, ha añadido el Santo Padre.
Para concluir la
homilía, Francisco ha pedido no olvidar que Cristo entiende la “relación con
nosotros” en el sentido de una predilección, una relación de amor “de tú a tú”.
Y así, ha finalizado: “rezar y pedir la gracia de la memoria. ‘Cuando, Señor,
fue ese encuentro, ese primer amor?’ Para no escuchar ese reproche que el Señor
hace en el apocalipsis: ‘Tengo esto contra ti, que te has olvidado del primer
amor”.
25.04.15
Francisco reza por las víctimas del
terremoto en Nepal
El seísmo deja más de un millar de
fallecidos. Se ha sentido en varios países vecinos
CIUDAD DEL VATICANO, 25 de abril de 2015 (Zenit.org) - Un terremoto de magnitud 7,9
en Nepal que ha tenido lugar este sábado ha provocado ya más de mil
víctimas mortales. El seísmo, con epicentro a 180 kilómetro al norte de la
capital, se ha sentido además en varios países vecinos. El papa Francisco ha
sido informado de lo sucedido y está siguiendo en oración y con gran
preocupación el desarrollo de la situación, participando del dolor de todos los
afectados, según informa Radio Vaticano.
Los cuerpos sin vida recuperados entre los escombros
son por ahora más de mil y casi dos mil los heridos, según las últimas
informaciones. Además, en la capital se han derrumbado numerosos edificios
aunque aún no hay noticias precisas de los daños sufridos en otras ciudades ni
en las zonas rurales.
El terremoto ha provocado también una avalancha en el
Everest, donde habrían fallecido al menos diez personas, según el ministro de
Turismo de Nepal.
El Papa en el Regina Coeli: 'El buen
pastor ofrece la vida por las ovejas'
Texto completo. El Padre nos ha dado
el amor más alto y más puro, porque no está motivado por ninguna necesidad
CIUDAD DEL VATICANO, 26 de abril de 2015 (Zenit.org) - El santo
padre Francisco se ha asomado a la ventana del estudio del Palacio Apostólico
para rezar el Regina Coeli con los fieles presentes en la plaza de San Pedro.
Publicamos a
continuación las palabras del Papa para introducir las oración mariana.
Queridos
hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Cuarto Domingo de Pascua, llamado “Domingo del Buen
Pastor”, cada año nos invita a redescubrir, siempre con nuevo asombro, esta
definición que Jesús ha dado de sí mismo, leyéndola a la luz de su pasión,
muerte y resurrección. “El buen pastor ofrece la vida por las ovejas”: estas
palabras se realizan plenamente cuando Cristo, obedeciendo libremente la
voluntad del Padre, se ha inmolado en la Cruz. Entonces queda completamente
claro qué significa que Él es “el buen pastor”: da la vida ha ofrecido su vida
en sacrificio por nosotros. Por ti, por ti, por ti, por mí, por todos ¡Por eso
es el buen pastor!
Cristo es el
verdadero pastor, que realiza el modelo más alto de amor por el rebaño: Él
dispone libremente de su vida, nadie se la quita, sino que la dona a favor de
las ovejas. En abierta oposición a los falsos pastores, Jesús se presenta como
el verdadero y único pastor del pueblo: el mal pastor piensa en sí mismo y
explota a las ovejas; el pastor bueno piensa en sus ovejas y se dona a sí
mismo. A diferencia del mercenario, Cristo pastor es un guía pensativo que
participa en la vida de su rebaño, no busca otro interés, no tiene otra
ambición que la de guiar, alimentar y proteger a sus ovejas. Y todo esto al
precio más alto, el del sacrificio de la propia vida.
En la figura de
Jesús, buen pastor, nosotros comtemplamos la Providencia de Dios, su preocupación
paterna por cada uno de nosotros. La consecuencia de esta contemplación de
Jesús Pastor verdadero y bueno, es la exclamación de asombro conmovido que
encontramos en la segunda Lectura de la liturgia de hoy: “Mirad qué amor nos ha
tenido el Padre, mirad qué amor nos ha tenido el Padre, …” Es realmente un amor
sorprendente y misterioso, porque donándonos Jesús como Pastor que da la vida
por nosotros, ¡el Padre nos ha dado todo lo más grande y precioso que podía
darnos! Es el amor más alto y más puro, porque no está motivado por ninguna
necesidad, no está condicionado por ningún cálculo, no es atraído por ningún
deseo de intercambio interesado. Frente a este amor de Dios, nosotros
experimentamos una alegría inmensa y nos abrimos al reconocimiento por lo que
hemos recibido gratuitamente.
Pero contemplar y
dar gracias no basta. Es necesario también seguir al Buen Pastor. En
particular, los que tienen la misión de guías en la Iglesia --sacerdotes,
obispos, Papas-- están llamados a asumir no la mentalidad del líder sino la de
siervo, imitando a Jesús, que despojándose de sí mismo, nos ha salvado con su
misericordia. A este estilo de vida pastoral están llamados también los nuevos
sacerdotes de la diócesis de Roma, que he tenido la alegría de ordenar esta
mañana en la Basílica de San Pedro. Dos de ellos se asomarán para dar las
gracias por vuestras oraciones y para saludaros.
María Santísima
obtenga para mí, para los obispos y para los sacerdotes de todo el mundo la
gracia de servir al pueblo santo de Dios mediante la alegre predicación del
Evangelio, la sentida celebración de los sacramentos y la paciencia y mansa
guía pastoral.
27.04.15
Francisco pide preservar el
patrimonio frágil del diálogo con el islam
En el discurso a los obispos de
Benín, habla de la vitalidad de la Iglesia, la pastoral familiar y la atención
a los sacerdotes y religiosos
CIUDAD DEL VATICANO, 27 de abril de 2015 (Zenit.org) - El santo padre Francisco ha
llamado la atención sobre la importancia de promover el encuentro entre culturas
así como el diálogo entre las religiones, sobre todo con el Islam, y hacerlo
sin renunciar en nada a la verdad revelada por el Señor. Lo ha hecho durante la
audiencia en la que ha recibido a los obispos de Benín, en Roma para la visita
ad limina. De este modo, el Papa ha señalado que como es sabido, este país es
un ejemplo de armonía entre las religiones presentes en su territorio. “Hay que
prestar atención, dado el clima global actual, a preservar este patrimonio
frágil”, ha asegurado el Pontífice en el discurso entregado a los prelados. Y
se ha mostrado satisfecho de que recientemente se haya celebrado, bajo la
presidencia del cardenal Tauran, un simposio internacional sobre el diálogo
interreligioso, que ha sido apreciado por todos.
Otros temas afrontados en el discurso del Santo Padre
a los obispos de Benín han sido la vitalidad de la Iglesia, la pastoral de la
familia, la atención a los sacerdotes y religiosos y las relaciones con las
autoridades civiles.
En el texto, el Papa elogia el dinamismo de la vida
parroquial, la numerosa participación de los fieles en las ceremonias y el
aumento de las vocaciones al sacerdocio, pero también advierte de que la fe que
anima todas estas manifestaciones, si bien cada vez es más generalizada, pueda
adolecer de superficialidad y carecer de fuerza. "Por eso es importante
que el deseo de un conocimiento profundo del misterio cristiano no sea
prerrogativa de una élite, sino que se difunda a todos los fieles, ya que todos
están llamados a la santidad", pide el Pontífice.
Entre los desafíos
de la Iglesia en Benin, está el de la familia al que el próximo Sínodo
intentará dar respuesta. Por eso el Santo Padre agradece a los obispos sus
oraciones por esa asamblea y la movilización de la que están dando prueba en
sus diócesis para participar en una reflexión tan importante. "No puedo
por menos que animaros en vuestra determinación de apoyar a las familias, tanto
en su fe como en su vida diaria. Sé que la pastoral del matrimonio sigue siendo
difícil, dada la situación concreta, social y cultural de vuestro pueblo”,
reconoce. Pero no hay que desanimarse –asegura--, sino perseverar
constantemente. Porque la familia, así como la defiende la Iglesia católica, es
una realidad querida por Dios; es un don de Dios que aporta, a las personas y
las sociedades, la alegría, la paz, la estabilidad, la felicidad. Es un reto
importante porque la familia, por ser la unidad básica de la sociedad como de
la Iglesia, es el lugar donde se transmiten los auténticos valores humanos y
evangélicos.
Por otro lado, el
Papa observa que si bien la crisis económica mundial está afectando a muchos
países, es necesario ir con valentía a contracorriente, luchando contra la
cultura del "descarte" extendida por todas partes y difundiendo los
valores evangélicos de la hospitalidad y del encuentro. “El servicio de la
caridad es una dimensión constitutiva de la misión de la Iglesia, y es una
expresión de su esencia”, recuerda el Pontífice. Pero advierte que “no se trata
nunca de una simple asistencia social, sino de la manifestación de la ternura y
la misericordia de Jesús que se inclina sobre las lesiones y las debilidades de
sus hermanos. Es así como se anuncia la alegría del Evangelio de la forma más
eficaz a la humanidad”.
Francisco agradece
además la generosa entrega de los sacerdotes de Benín al servicio del Evangelio
y reitera que el gran número de vocaciones lleva a la Iglesia beninesa "a
compartir generosamente sus recursos con otras regiones que carecen de
iglesias”. No obstante, señala que cuando se envía a los presbíteros a estudiar
fuera o en misión externa, “hay que hacerlo con discernimiento sin olvidar las
necesidades de las propias iglesias”.
Finalmente, en el
discurso habla de la buena relación de la Iglesia con las autoridades civiles
del país. Por eso, invita a los prelados "a seguir ocupando el lugar que
os corresponde en la vida pública del país, especialmente en estos tiempos” y a
tener cuidado “de no entrar directamente en el juego político ni en las
querellas de partido”. La guía de los asuntos públicos --concluye-- compete a
los laicos, a los que tenéis el importante deber de formar y alentar sin cesar.
28.04.15
En Sta. Marta: 'No tener miedo de
las sorpresas del Espíritu Santo'
En la homilía de este martes, el
Santo Padre recuerda que es necesario rezar y discernir para distinguir la voz
de Dios
CIUDAD DEL VATICANO, 28 de abril de 2015 (Zenit.org) - El santo padre Francisco ha
recordado que es necesario tener “valentía apostólica” para no hacer de “la
vida cristiana, un museo de recuerdos”. Lo ha hecho durante la homilía de este
martes en la misa celebrada en Santa Marta.
Los discípulos de Jesús llegaron a Antioquía e
iniciaron a predicar no solo a los judíos, sino también a los griegos, a los
paganos y un gran número de ellos creyeron y se convirtieron al Señor. De este
modo, el papa Francisco ha hecho referencia al pasaje de los Hechos de los
Apóstoles, en la Primera Lectura del día, para subrayar lo fundamental de
abrirse a las novedades del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia. Así, ha
señalado que muchos estaban inquietos en la época al escuchar que el Evangelio
fuera predicado también a los no judíos, pero cuando Bernabé llegó a Antioquía
estuvo feliz porque vio que estas conversiones de los paganos eran obra de
Dios.
El Santo Padre ha explicado que muchos no entendían
que el Señor había venido a salvar a todos los pueblos. “No entendían. No
entendían que Dios es el Dios de las novedades: ‘yo hago nuevas todas las
cosas’, nos dice. Que el Espíritu Santo ha venido precisamente para esto, para
renovarnos y hace este trabajo de renovarnos continuamente. Esto causa un poco
de miedo. En la historia de la Iglesia podemos ver desde este momento hasta
ahora cuantos miedos hacia las sorpresas del Espíritu Santo. Es el Dios de las
sorpresas".
Pero --ha exclamado-- ¡hay novedades y novedades! A
propósito, el Papa ha especificado que algunas novedades “se ven que son de
Dios”, otras “no”.
¿Y cómo se pueden
distinguir? Francisco ha observado que tanto Bernabé como Pedro se dice que son
hombres llenos de Espíritu Santo. “En los dos está el Espíritu Santo que hace
ver la verdad. Nosotros solos no podemos. Con nuestra inteligencia no podemos”,
ha indicado. Y ha añadido que “podemos estudiar toda la Historia de la
Salvación, podemos estudiar toda la Teología pero sin el Espíritu no podemos
entender. Es precisamente el Espíritu quien nos hace entender o --usando las
palabras de Jesús-- es el Espíritu que nos hace conocer la voz de Jesús”.
Por otro lado, el
Pontífice ha recordado en la homilía que “el ir adelante de la Iglesia es obra
del Espíritu Santo”, que nos hace escuchar la voz del Señor. Por eso ha
preguntado: “¿y cómo puedo estar seguro de que esa voz que escucho es la voz de
Jesús, que cuanto escuchado sobre lo que debo hacer está inspirado por el
Espíritu Santo?”. Y la respuesta es sencilla: rezar.
“Sin oración, no
hay sitio para el Espíritu. Pedir a Dios que nos mande este don: ‘Señor, danos
el Espíritu Santo para que podamos discernir en cada momento qué debemos
hacer’, que no es siempre lo mismo. El mensaje es el mismo: la Iglesia va
adelante, la Iglesia va adelante con estas sorpresas, con estas novedades del
Espíritu Santo”. Del mismo modo, Francisco ha recordado que “es necesario
discernirlas, y para discernirlas es necesario rezar, pedir esta gracia”.
El Pontífice ha señalado
que "Bernabé estaba lleno del Espíritu Santo y entendió enseguida; Pedro
vio y dijo: ‘¿Pero quién soy yo para negar aquí el Bautismo?’ Es él quien hace
que no nos equivoquemos. ‘Pero, padre, ¿por qué meterse en tantos problemas?
Hagamos las cosas como las hemos hecho siempre, que estamos más seguros…"
Al respecto,
Francisco ha advertido que hacer las cosas como se han hecho siempre es una
alternativa “de muerte”. Por eso ha exhortado a “correr el riesgo, con la
oración, también con la humildad, de aceptar lo que el Espíritu Santo”, nos
pide “cambiar”. Este es el camino.
Finalmente,
el Santo Padre ha invitado a pedir “la gracia de no tener miedo cuando el
Espíritu, con seguridad, me pide dar un paso adelante”, así como “tener la
valentía apostólica de llevar vida y no hacer de nuestra vida cristiana un
museo de recuerdos”.
29.04.15
El Papa en la audiencia: ¿por qué
los jóvenes de hoy no quieren casarse?
En la catequesis de este miércoles,
Francisco reflexiona sobre el sacramento del matrimonio y recuerda que es una
unión protegida por Dios
CIUDAD DEL VATICANO, 29 de abril de 2015 (Zenit.org) - El santo padre Francisco ha estado
acompañado por dos invitados de honor en el papamóvil esta mañana. Un joven con
síndrome de down y un monaguillo han seguido desde el jeep descubierto todo el
recorrido por la plaza mientras el Papa saludaba a los fieles venidos de todas
las partes del mundo para participar en la audiencia general.
Gracias a que la intensa lluvia que estos días ha sido
protagonista en Roma ha cesado hoy, los peregrinos han podido disfrutar más la
mañana de este miércoles en compañía del Pontífice. Como es habitual, durante
el recorrido previo a la catequesis, Francisco ha bendecido a los más pequeños
que le acercaban hasta el papamóvil y ha saludado e intercambiado algunas
palabras con los fieles de las primeras filas.
Esta semana, el Santo Padre ha proseguido con las
catequesis sobre la familia, y en concreto hoy sobre el matrimonio.
En el resumen
hecho en español, Francisco ha indicado: “Queridos hermanos y hermanas: La
presencia de Jesús en las bodas de Caná nos revela de modo nuevo la bondad y
dignidad del matrimonio a los ojos de Dios”. Se trata --ha añadido-- de un
mensaje cuya vigencia es más actual que nunca, precisamente en estos momentos
en que en tantos países aumentan las separaciones y desciende el número de
matrimonios. Debemos reflexionar seriamente para comprender por qué los jóvenes
de hoy no quieren casarse, a pesar de que casi todos desean una seguridad
afectiva estable y un matrimonio sólido. Asimismo, ha recordado que “junto a
otras causas, hay un miedo a equivocarse y fracasar que impide confiar en la
gracia que Cristo ha prometido a la unión conyugal. El matrimonio consagrado
por Dios protege esa unión entre el hombre y la mujer, que el mismo Dios ha
bendecido desde la creación del mundo, y que es fuente de paz y de bien para
las personas y para la sociedad”. Finalmente, el Papa ha recordado que “los
esposos que se casan en el Señor se transforman así en un signo eficaz del amor
de Dios en el mundo. El mejor modo de mostrar al mundo de hoy la belleza y la
bondad del matrimonio es el testimonio de vida de los mismos esposos y de la
familia”.
A continuación, el
Papa ha saludado a los peregrinos de lengua española, en particular “a los
grupos provenientes de España, Argentina, México, Costa Rica, Nicaragua,
Uruguay, Chile y otros países latinoamericanos”. De este modo, Francisco ha
invitado a pedir a la Virgen María “que interceda por todos los esposos,
especialmente por los que pasan por dificultades, para que vivan su matrimonio
como un signo eficaz del amor de Dios. Muchas gracias y que Dios los bendiga”.
Al concluir los
saludos en todas las lenguas, el Papa ha dirigido un pensamiento especial a los
jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. El Santo Padre ha recordado que
hoy celebramos la fiesta de santa Catalina de Siena, patrona de Italia y de
Europa. Por eso ha pedido que “su existencia haga comprender” a los jóvenes,
“el significado de la vida vivida para Dios. Igualmente ha pedido que la fe
inquebrantable de la santa ayude a los enfermos “a confiar en el Señor en los
momentos de desconsuelo”. Y finalmente ha pedido que “su fuerza con los
poderosos” indique a los recién casados los “valores que verdaderamente cuentan
en la vida familiar”.
30-04.15
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