19 de jul. 2016

PAPA I JMJ CRACOVIA



El Papa sobre la JMJ: “Todo va a estar marcado por el signo de la misericordia”
El Santo Padre envía un vídeo mensaje a los miles de jóvenes que acudirán a Cracovia y a toda la nación polaca
19 julio 2016


Logo de la JMJ 2016 en Cracovia
Ciudad del Vaticano).- Quedan tan solo unos días para que dé comienzo la trigésima primera Jornada Mundial de la Juventud. Mientras miles de jóvenes de todo el mundo se preparan y ponen rumbo a Cracovia, el papa Francisco ha querido ya enviar un vídeo mensaje en el que reflexiona brevemente sobre la experiencia que vivirán en Polonia la próxima semana y da las gracias a todos los que están preparando este gran evento.
Deseo mucho encontrarme con vosotros –indica Francisco– para ofrecer al mundo un nuevo signo de armonía, “un mosaico de rostros diferentes, de tantas razas, lenguas, pueblos y culturas, pero todos unidos en el nombre de Jesús, que es el Rostro de la Misericordia”.
En el vídeo mensaje, el Santo Padre subraya que “todo va a estar marcado por el signo de la misericordia, en este Año jubilar, y por la memoria agradecida y devota de san Juan Pablo II, que fue el artífice de la Jornada Mundial de la Juventud, y fue el guía del pueblo polaco en su reciente camino histórico hacia libertad”.
A los jóvenes polacos les asegura que sabe que desde hace tiempo están preparando “sobre todo con la oración, el gran encuentro de Cracovia”. Por eso, les agradece de corazón todo lo que están haciendo y el amor con el que lo hacen. Desde ahora –dice Francisco– os abrazo y os bendigo.
Se dirige también a los jóvenes de toda Europa, África, América, Asia y Oceanía, bendiciendo sus países, sus deseos y sus pasos hacia Cracovia, “para que sean una peregrinación de fe y de fraternidad”. Al respecto, el Pontífice manifiesta su deseo de que el Señor Jesús les conceda la gracia de experimentar sus palabras: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”, lema de esta JMJ.
Finalmente se dirige a los “queridos hijos e hijas de la nación polaca”. En esta línea, el Santo Padre asegura sentir que es “un gran don del Señor el estar entre vosotros”. Porque, explica Francisco, son un pueblo que en su historia ha atravesado tantas pruebas, algunas muy duras, y ha salido adelante con la fuerza de la fe, sostenido por la mano materna de la Virgen María.
Al respecto, el Pontífice se muestra convencido de que la peregrinación al Santuario de Częstochowa será para él “una inmersión en esta fe probada, que me hará mucho bien”.
Para concluir este mensaje, que sirve con anticipo a la llegada del Santo Padre a Cracovia el próximo 27 de junio, Francisco da las gracias por las oraciones con las que están preparando su visita. También agradece a los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, fieles laicos y especialmente a las familias, “a las que llevo en espíritu la Exhortación apostólica postsinodal Amoris laetitia”. De este modo, quiere recordar que la “salud” moral y espiritual de una nación se ve por sus familias. Por eso, “san Juan Pablo II se interesaba especialmente por los novios, los jóvenes esposos y por las familias”. Y así, Francisco les invita a continuar por este camino.
“Permanezcamos unidos en la oración. ¡Y nos vemos en Polonia!”, exclama el Papa.
 20.07.16





Francisco visitará Auschwitz y Birkenau en silencio y oración
En el tercer día del viaje a Polonia con motivo de la JMJ. Sus únicas palabras serán las que escribirá en el libro de los huéspedes de honor
20 julio 2016


Las vías que llevaban al campo de concentración de Auschwitz (Wiki commons - Michel Zacharz AKA Grippenn)

Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco escoge el silencio y la oración durante la visita a los campos de concentración de Auschwitz y Birkenau. No hará ningún discurso y las únicas palabras que tendremos serán las que escriba en el libro de los huéspedes de honor.
Lo indicó este miércoles el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, al ilustrar el programa del viaje del Papa a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Polonia.
Lombardi, que concluirá después de este viaje su mandato como director de la oficina de prensa, fue recibido por los periodistas con un aplauso, que discretamente interrumpió diciendo, “Bueno, ahora pasemos a las cosas serias…”.
De este modo explicó que en su tercer día del viaje apostólico, el viernes, el Papa llegará a Auschwitz a las 8:45, y “no dirá palabras, mantendrá un silencio de dolor y compasión”.

Recordó también que solo en esos dos campos de concentración fueron exterminados  aproximadamente 1,1 millones de personas. Ente ellos san Maximiliano Kolbe y santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), si bien precisó que no hay un lugar de sepultura en donde rezarles porque fueron incinerados en los hornos crematorios.
En cambio sí visitará la celda en la que el sacerdote Kolbe murió de hambre. Esto sucederá el 29 de julio, cuando se cumplen 75 años de la sentencia a muerte del sacerdote polaco que dio su vida por la de un padre de familia judío.
Lombardi recordó también que ya de regreso del viaje en Armenia, el Santo Padre había indicado que quería ir “a ese lugar de horror”, el del holocausto, “sin discursos, sin gente, solamente los pocos necesarios” para “que el Señor me dé la gracia de llorar”.
Señaló además que el Santo Padre rezará silenciosamente en la Plaza del Llamado, donde justamente se leía la lista de los que iban a ejecutar. Allí encontrará a diez sobrevivientes y encenderá una lámpara que quedará en el lugar como regalo del papa Francisco.
De allí pasa a Brikenau o Auschwitz II, situado a unos tres kilómetros de distancia, donde encuentra a ‘veinticinco justos de las naciones’, mientras el canto del salmo 130, el De Profundis, será cantado por un rabino en hebreo. Y después recitado por un párroco polaco procedente de un pueblo en donde asesinaron a una familia entera, incluidos los niños, por haber hospedado a judíos que huían, y sobre los cuales ha sido abierta una causa de beatificación.
21.07.16




Francisco se reúne con los obispos polacos en la histórica catedral de Cracovia
En su primer día en Polonia, conversa con los responsables de la Iglesia en la nación
27 julio 2016


Catedral de Cracovia (Wiki commons - Lestat (Jan Mehlich)

 Roma).- En su primer día en Polonia, después de haber llegado al aeropuerto internacional Juan Pablo II en Cracovia,  el santo padre Francisco se reunió en el patio de honor del castillo de Wawel, lugar simbólico de la historia del país, con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático. A ellos invitó a “mirar con esperanza el futuro y a las cuestiones que es necesario afrontar”.

A continuación se reunió a pocos pasos de allí con los obispos de Polonia, también en la colina de Wawel, donde está la catedral de Cracovia, dedicada a los santos Estanislao y Venceslao.  La Basílica fue construida poco después del nacimiento de la diócesis en el año 1000 y su aspecto actual se remonta al 1364.
Así hacia las 18:30 horas, el Santo Padre fue recibido por el arzobispo de Cracovia, el cardenal Stanisław Dziwisz, ex secretario personal del papa Juan Pablo II, que le presentó al Capítulo la catedral, sede de la arquidiócesis.
El Santo Padre, antes de conversar con ellos, quiso rezar algunos instantes en silencio en el oratorio de san Estanislao, donde se encuentran también las reliquias de san Juan Pablo II, quien fue arzobispo de esta ciudad. Minutos después se dirigió a la capilla para venerar el Santísimo Sacramento.
A continuación el Papa se reunió con los aproximadamente 130 obispos polacos, muchos de los cuales ya conocía. El encuentro comenzó con el saludo del cardenal Dziwisz.
En el encuentro, el Santo Padre tomó la palabra e inició un diálogo informal y como en otras ocasiones similares, quiso que se hablara libremente. Al tratarse de una reunión en privado, no se disponen de imágenes, ni de un discurso escrito del Papa o las preguntas de los obispos. El Santo Padre hablará en español y un intérprete traducirá en polaco.
Finalmente, el Santo Padre sale en coche hasta el arzobispado de Cracovia, donde pasa la noche. Está previsto que después de la cena se asome a la ventana del arzobispado para saludar a los fieles allí reunidos, donde habrá un espacio reservado a un grupo de jóvenes con discapacidad y huérfan
 28.07.16



Los jóvenes reciben al Papa en el parque Blonia con emoción y entusiasmo
En el segundo día de la JMJ, le aguardaban unos 600 mil jóvenes en el parque ubicado a pocos kilómetros de Cracovia
28 julio 2016


Roma).- Miles de jóvenes llegados desde todo el mundo para la ‘Jornada Mundial de la Juventud – Cracovia 2016’, recibieron al papa Francisco en el Parque Jordán en Błonia, a unos cinco kilómetros del centro de Cracovia, manifestando gran emoción y entusiasmo.

Poco antes, en la mañana de este segundo día del viale apostólico se registró otra gran manifestación de fe, en el santuario de la Virgen de Czestochowa, donde participaron cientos de miles de personas, si bien eran principalmente polacos y de todas las edades.
En el parque Blonia, en cambio le esperaban unos 600 mil jóvenes. Allí el Santo Padre ha llegado en un ‘tranvía de linea’, para valorizar este medio de transporte bastante utilizado en las capitales europeas y que emplea energía limpia. En el tranvía estaba acompañado por jóvenes con discapacidades y a su paso por las calles de Cracovia, miles de personas le esperaban para saludarlo, agitando sus manos, pañuelos y banderas
El tranvía le ha dejado a unos 700 metros del palco desde donde Francisco en el papamóvil circuló entre los jóvenes para saludarlos, quienes no solo no se desanimaron por la lluvia, pero exultaban agitando miles de banderas de los países más diversos. Fueron tocadas varias canciones, entre las cuales el ‘Tango de la misericordia’, interpretado por la comunidad artístico-cultural Banuev, de Buenos Aires.
En la ceremonia se ha leído el evangelio, en dos idiomas, polaco y paleoeslavo para hacer referencia a occidente y oriente, “los dos pulmones de la Iglesia” de los que hablaba san Juan Pablo II.
En las palabras de bienvenida le recordaron al Papa que este martes pasado en este mismo lugar se celebró la misa de inicio de la Jornada Mundial de la Juventud, en la tierra de san Juan Pablo II, y en el Jubileo de la Misericordia.
Le señalaron también que “jóvenes que provienen desde todo el mundo comparten la experiencia de la fe y se alegran de pertenecer a la Iglesia”. Y porque en un mundo ‘golpeado por conflictos y violencias queremos ser personas de paz, testimonios de la misericordia de Dios, misericordiosos como el Padre, para construir con Jesús un mundo más humano y solidario’.
Le regalaron también un kit del peregrino y en sus palabras le agradecieron que “venga a hablarnos de Dios, que es misericordia”. Y no faltó una demostración de bailes, como un lenguaje universal y armónico de los diversos países. Y diversas coreografías y representaciones sobre los santos y los 187 países participantes.

Queridos jóvenes, ¡finalmente nos encontramos!”
Texto completo de las palabras del papa Francisco a los jóvenes en el parque de Blonia, en Cracovia

  ¡Finalmente nos encontramos! exclamó el papa Francisco al dirigir sus palabras a los cientos de miles de jóvenes que le esperaban en el Parque Blonia, a pocos kilómetros del centro de Cracovia. De hecho el Santo Padre había tenido ayer miércoles dos encuentros parciales con los jóvenes: en video con ‘La fiesta de los italianos’, y desde el balcón del Palacio Arzobispal.
Hoy por la mañana en cambio fue la misa ante miles de personas en el Santuario de Czestochowa, pero este es el primer encuentro con la totalidad de los jóvenes, unos 600 mil según se ha calculado.
El Papa en sus palabras agradeció a san Juan Pablo II “que soñó e impulsó estos encuentros” y recordó que “Jesús es quien nos ha convocado” y nos enseña: “Felices aquellos que saben perdonar, que saben tener un corazón compasivo, que saben dar lo mejor de sí a los demás”.

Cuando Jesús toca el corazón de un joven, de una joven, este es capaz de actos verdaderamente grandiosos, dijo. En campo es triste encontrar a jóvenes que parecen haberse «jubilado» antes de tiempo, que «tiraron la toalla» antes de empezar el partido. Y de otro lado, ver a jóvenes que dejan la vida buscando el «vértigo», de caminos oscuros, lo que acaban pagando caro.
¿Vértigo alienante o fuerza de la gracia? Para ser plenos hay una respuesta se llama Jesucristo, dijo. El Papa concluyó sus palabras invitando a pedirle al Señor: Lánzanos a la aventura de la misericordia de construir puentes y derribar muros, de socorrer al pobre, al que se siente solo y abandonado, al que ya no le encuentra sentido a su vida.

Texto completo
Queridos jóvenes, muy buenas tardes.
Finalmente nos encontramos. Gracias por esta calurosa bienvenida. Gracias al Cardenal Dziwisz, a los Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas y a todos aquellos que los acompañan. Gracias a los que han hecho posible que hoy estemos aquí, que se la «han jugado» para que pudiéramos celebrar la fe. O sea, celebrar la fe. Hoy nosotros aquí todos juntos estamos celebrando la fe.
En esta, su tierra natal, quisiera agradecer especialmente a san Juan Pablo II, que soñó e impulsó estos encuentros. Desde el cielo nos está acompañando viendo a tantos jóvenes pertenecientes a pueblos, culturas, lenguas tan diferentes con un solo motivo: celebrar a Jesús que está vivo en medio de nosotros. ¿Lo han entendido? Celebrar a Jesús que está vivo en medio de nosotros. Y decir que está vivo, es querer renovar nuestras ganas de seguirlo, nuestras ganas de vivir con pasión su seguimiento.
¡Qué mejor oportunidad para renovar la amistad con Jesús que afianzando la amistad entre ustedes! ¡Qué mejor manera de afianzar nuestra amistad con Jesús que compartirla con los demás! ¡Qué mejor manera de vivir la alegría del Evangelio que queriendo «contagiar» su Buena Noticia en tantas situaciones dolorosas y difíciles!
Jesús es quien nos ha convocado a esta 31 Jornada Mundial de la Juventud; es Jesús quien nos dice: «Felices los misericordiosos, porque encontrarán misericordia» (Mt 5,7). Felices aquellos que saben perdonar, que saben tener un corazón compasivo, que saben dar lo mejor de sí a los demás. Lo mejor, no lo que le sobra, lo mejor.
Queridos jóvenes, en estos días Polonia, esta noble tierra se viste de fiesta; en estos días Polonia, quiere ser el rostro siempre joven de la Misericordia. Desde esta tierras con ustedes y también unidos a tantos jóvenes que hoy no pueden estar aquí, pero que nos acompañan a través de los diversos medios de comunicación, todos juntos vamos a hacer de esta jornada una auténtica fiesta Jubilar, en este jubileo de la Misericordia.
En los años que llevo como obispo he aprendido una cosa, he aprendido tantas pero una quiero decirla ahora: no hay nada más hermoso que contemplar las ganas, la entrega, la pasión y la energía con que muchos jóvenes viven la vida. Esto es hermoso.
¿Y de dónde viene esta belleza? Cuando Jesús toca el corazón de un joven, de una joven, estos son capaces de actos verdaderamente grandiosos. Es estimulante escucharlos, compartir sus sueños, sus interrogantes y sus deseos y sus ganas de rebelarse contra todos aquellos que dicen que las cosas no pueden cambiar. A quienes llamo los ‘quietistas’, nada se puede cambiar. No, los jóvenes tienen esa fuerza para oponerse a estos. Pero algunos no están seguro de esto. Y les pregunto ¿Yo les pregunto,  las cosas se pueden cambiar?
Bien. Es un regalo del cielo poder verlos a muchos de ustedes que, con sus cuestionamientos, buscan hacer que las cosas sean diferentes. Es lindo, y me conforta el corazón, verlos tan exhuberantes. La Iglesia hoy les mira, diré aún más, el mundo hoy les mira y quiere aprender de ustedes para renovar su confianza en que la Misericordia del Padre tiene rostro siempre joven y no deja de invitarnos a ser parte de su Reino, que es un Reino de alegría, de felicidad que siempre nos lleva adelante. Es un Reino capaz de darnos la fuerza de cambiar las cosas. Me he olvidado, ¿Las cosas se pueden cambiar? … De acuerdo…
Conociendo la pasión que ustedes le ponen a la misión, me animo a repetir: la misericordia siempre tiene rostro joven. Porque un corazón misericordioso se anima a salir de su comodidad; un corazón misericordioso sabe ir al encuentro de los demás, logra abrazar a todos. Un corazón misericordioso sabe ser refugio para quienes nunca tuvieron casa o la han perdido; sabe construir hogar y familia para aquellos que han tenido que emigrar, sabe de ternura y compasión.
Un corazón misericordioso, sabe compartir el pan con el que tiene hambre, un corazón misericordioso se abre para recibir al prófugo y al migrante. Decir misericordia junto a ustedes, es decir oportunidad, es decir mañana, es decir compromiso, es decir confianza, apertura, hospitalidad, compasión, es decir sueños. ¿Pero ustedes son capaces de soñar?…
Y cuando el corazón está abierto y es capaz de soñar hay lugar para la misericordia, hay lugar para acariciar a quienes sufren, hay lugar para ponerse al lado de quienes no tienen paz en el corazón o les falta lo necesario para vivir, o les falta la cosa más linda, la fe. Misericordia, digamos juntos esta palabra, Misericordia, otra vez.., otra vez para que el mundo sienta…
También quiero confesarles otra cosa que aprendí en estos años. No quiero ofender a nadie. Me genera dolor encontrar a jóvenes que parecen haberse «jubilado» antes de tiempo. Esto me causa dolor, jóvenes que parece se fueron en pensión a los 23, 24 o 25 años. Me genera dolor. Me preocupa ver a jóvenes que «tiraron la toalla» antes de empezar el partido. Que se han rendido sin haber comenzado a jugar. Me causa dolor ver a jóvenes que caminan con rostros tristes, como si su vida no valiera. Son jóvenes esencialmentes aburridos… y aburridores de los otros, y esto me causa dolor.
Es difícil, y a su vez cuestionador, por otro lado, ver a jóvenes que dejan la vida buscando el «vértigo», o de sensación de sentirse vivos por caminos oscuros, que al final terminan «pagando»…y lo pagan caro. Piensen a muchos jóvenes que ustedes conocen y eligieron este camino.  Hace pensar cuando se ve que hay jóvenes que pierden hermosos años de su vida y sus energías corriendo detrás de vendedores de falsas ilusiones, y los hay ¿verdad? vendedores de falsas ilusiones. (En mi tierra natal diríamos «vendedores de humo»), que les roban lo mejor de ustedes mismos, y esto me causa dolor. Estoy seguro que entre ustedes no los hay, pero quiero decirles que hay jóvenes pensionados, que tiran la toalla antes del partido y los que entran con los vértigos de las falsas ilusiones y acaban en la nada. 
Por eso, queridos amigos, nos hemos reunidos para ayudarnos mutuamente, porque no queremos dejarnos robar lo mejor de nosotros mismos, no queremos permitir que nos roben las energías, la alegría, los sueños con falsas ilusiones.
Queridos amigos, les pregunto: ¿Quiéren para sus vidas ese vértigo alienante o quieren sentir esa fuerza que los haga sentirse vivos, plenos? ¿Vértigo alienante o fuerza de la gracia?, qué quieren, ¿vértigo alienante o fuerza de plenitud?  No se escucha bien…
Para ser plenos, para tener fuerza renovada, hay una respuesta, que no se vende, que no se compra, una respuesta que no es una cosa, que no es un objeto: es una persona y se llama Jesucristo. Un aplauso…
Me pregunto, ¿Jesucristo se puede comprar?…  ¿Se vende en los negocios?…  Jesucristo es un don, un regalo del Padre, el don de Nuestro Padre. Todos: Jesucristo es un don… Es un regalo del Padre…
Jesucristo es quien sabe darle verdadera pasión a la vida, Jesucristo es quien nos mueve a no conformarnos con poco y a dar lo mejor de nosotros mismos; es Jesucristo quien nos cuestiona, nos invita y nos ayuda a levantarnos cada vez que nos damos por vencidos. Es Jesucristo quien nos impulsa a levantar la mirada y a soñar alto.
Pero padre, alguien podrá decirme que es tan difícil y soñar alto, que están difícil estar siempre en subida. Padre soy débil, caigo, me esfuerzo pero acabo abajo. Los alpinos cuantos unen las montañas cantan una canción hermosa que dice así: en el arte de subir lo importante no es no caer, sino no quedarse caído. Si tú eres débil o caes, mira un poco hacia lo alto y está la mano tendida de Jesús que te dice levántate y ven conmigo. Y si sucede otra vez, también. Y si sucede otra vez, también. Pedro una vez le preguntó al Señor, ¿Señor pero cuantas veces? y le dijo setenta veces siete. La mano de Jesús está siempre tendida para levantarnos cuando caemos. ¿Lo han entendido?
En el Evangelio hemos escuchado que Jesús, mientras se dirige a Jerusalén, se detiene en una casa –la de Marta, María y Lázaro– que lo acoge. De camino, entra en su casa para estar con ellos; las dos mujeres reciben al que saben que es capaz de conmoverse. Las múltiples ocupaciones nos hacen ser como Marta: activos, distraídos, constantemente yendo de acá para allá…; pero también solemos ser como María: ante un buen paisaje, o un video que nos manda un amigo al móvil, nos quedamos pensativos, en escucha.
En estos días de la JMJ, Jesús quiere entrar en nuestra casa; en tu casa, e mi casa. En el corazón de cada uno de nosotros. Quiere entrar y verá nuestras preocupaciones, en nuestro andar acelerado, como lo hizo con Marta… y esperará que lo escuchemos como María; que, en medio del trajinar, nos animemos a entregarnos a él. Que sean días para Jesús, dedicados a escucharnos, a recibirlo en aquellos con quienes comparto la casa, la calle, el club o el colegio.
Y quien acoge a Jesús, aprende a amar a Jesús. Entonces él nos pregunta si queremos una vida plena y yo en su nombre les pregunto: ¿Quieren una vida plena?…  Empieza desde ahora a dejarte conmover porque la felicidad germina y aflora en la misericordia: esa es su respuesta, esa es su invitación, su desafío, su aventura, la misericordia.
La misericordia tiene siempre rostro joven; como el de María de Betania sentada a los pies de Jesús como discípula, que se complace en escucharlo porque sabe que ahí está la paz. Como el de María de Nazareth, lanzada con su «sí» a la aventura de la misericordia, y que será llamada bienaventurada por todas las generaciones, llamada por todos nosotros «la Madre de la Misericordia».Invoquémosla todos juntos: María Madre de misericordia. Todos: María Madre de misericordia…
Ahora  cada uno repita en su corazón en silencio: Señor, lánzanos a la aventura de la misericordia. Lánzanos a la aventura de construir puentes y derribar muros, sean cercos o alambrados, lánzanos a la aventura de socorrer al pobre, al que se siente solo y abandonado, al que ya no le encuentra sentido a su vida. Lánzanos a acompañar a aquellos que no te conocen y decirle lentamente y con tanto respeto tú nombre y el porqué de nuestra fe.
Impúlsanos a la escucha, como María de Betania, de quienes no comprendemos, de los que vienen de otras culturas, de otros pueblos, incluso de aquellos a los que tememos porque creemos que pueden hacernos daño. Haznos volver nuestra mirada, como María de Nazareth con Isabel, a nuestros ancianos a nuestros abuelos para aprender de su sabiduría.
Les pregunto ¿ustedes hablan con sus abuelos?, ¿así así?… Busquen a sus abuelos, ellos tienen sabiduría sobre la vida y les dirán cosas que conmoverán vuestros corazones.
Aquí estamos, Señor. Envíanos a compartir tu Amor Misericordioso. Queremos recibirte en esta Jornada Mundial de la Juventud, queremos afirmar que la vida es plena cuando se la vive desde la misericordia, y que esa es la mejor parte, es la parte más dulce, y es la parte que nunca nos será quitada. Amén.
29.07.16





El Papa a los jóvenes: ¿Dónde está Dios si hay niños que sufren?
E indica que Jesús está en ellos, sufre en ellos. Y les invita a ser protagonistas ante las necesidades y sufrimientos de la humanidad con el sacrificio de sí mismo: la vía de la cruz
29 julio 2016


Roma).- En el tercer día del papa en Polonia, después de visita realizada en silencio y oración en los campos de exterminio de Auschwitz y Birkenau, y por la tarde de un hospital pediátrico en donde tantos niños luchan contra enfermedades difíciles, el Papa se dirigió al parque de Blonia, para participar al Vía Crucis.
“¿Dónde está Dios? ¿Dónde está Dios, si en el mundo existe el mal, si hay gente que pasa hambre o sed, que no tienen hogar, que huyen, que buscan refugio?” Así interrogó el Santo Padre a los cientos de miles de jóvenes que lo esperaban desde hacía algunas horas para esta vigilia.
“Sólo podemos mirar a Jesús -dijo Francisco- y preguntarle a él. Y la respuesta de Jesús es esta: «Dios está en ellos», Jesús está en ellos, sufre en ellos, profundamente identificado con cada uno. Él está tan unido a ellos, que forma casi como «un solo cuerpo»”. Así lo explicó en esta manifestación sobre “La vía de la misericordia”, con las 14 estaciones dedicadas a las obras de misericordia corporal y espiritual.
Un Vía Crucis que fue animado por coreografías, con la participación de refugiados, sin techo, asociaciones que se encargan de realizar obras de misericordia, cantos, oraciones, proyecciones video y los grupos de diversos países que cargaban la cruz.
A continuación las palabras del papa Francisco después del Vía Crucis
«Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme» (Mt 25,35-36).
Estas palabras de Jesús responden a la pregunta que a menudo resuena en nuestra mente y en nuestro corazón: «¿Dónde está Dios?». ¿Dónde está Dios, si en el mundo existe el mal, si hay gente que pasa hambre o sed, que no tienen hogar, que huyen, que buscan refugio? ¿Dónde está Dios cuando las personas inocentes mueren a causa de la violencia, el terrorismo, las guerras? ¿Dónde está Dios, cuando enfermedades terribles rompen los lazos de la vida y el afecto?
¿O cuando los niños son explotados, humillados, y también sufren graves patologías? ¿Dónde está Dios, ante la inquietud de los que dudan y de los que tienen el alma afligida? Hay preguntas para las cuales no hay respuesta humana. Sólo podemos mirar a Jesús, y preguntarle a él. Y la respuesta de Jesús es esta: «Dios está en ellos», Jesús está en ellos, sufre en ellos, profundamente identificado con cada uno. Él está tan unido a ellos, que forma casi como «un solo cuerpo».
Jesús mismo eligió identificarse con estos hermanos y hermanas que sufren por el dolor y la angustia, aceptando recorrer la vía dolorosa que lleva al calvario. Él, muriendo en la cruz, se entregó en las manos del Padre y, con amor que se entrega, cargó consigo las heridas físicas, morales y espirituales de toda la humanidad. Abrazando el madero de la cruz, Jesús abrazó la desnudez y el hambre, la sed y la soledad, el dolor y la muerte de los hombres y mujeres de todos los tiempos. En esta tarde, Jesús —y nosotros con él— abraza con especial amor a nuestros hermanos sirios, que huyeron de la guerra. Los saludamos y acogemos con amor fraternal y simpatía.
Recorriendo la Via Crucis de Jesús, hemos descubierto de nuevo la importancia de configurarnos con él mediante las 14 obras de misericordia. Ellas nos ayudan a abrirnos a la misericordia de Dios, a pedir la gracia de comprender que sin la misericordia no se puede hacer nada, sin la misericordia yo, tú, todos nosotros, no podemos hacer nada.
Veamos primero las siete obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento; dar de beber al sediento; vestir al desnudo; acoger al forastero; asistir al enfermo; visitar a los presos; enterrar a los muertos. Gratis lo hemos recibido, gratis lo hemos de dar. Estamos llamados a servir a Jesús crucificado en toda persona marginada, a tocar su carne bendita en quien está excluido, tiene hambre o sed, está desnudo, preso, enfermo, desempleado, perseguido, refugiado, emigrante. Allí encontramos a nuestro Dios, allí tocamos al Señor. Jesús mismo nos lo ha dicho, explicando el «protocolo» por el cual seremos juzgados: cada vez que hagamos esto con el más pequeño de nuestros hermanos, lo hacemos con él (cf. Mt 25,31-46).
Después de las obras de misericordia corporales vienen las espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia a las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los difuntos. Nuestra credibilidad como cristianos depende del modo en que acogemos a los marginados que están heridos en el cuerpo y al pecador herido en el alma. Allí se juega nuestra credibilidad, no en las ideas.
Hoy la humanidad necesita hombres y mujeres, y en especial jóvenes como ustedes, que no quieran vivir sus vidas «a medias», jóvenes dispuestos a entregar sus vidas para servir generosamente a los hermanos más pobres y débiles, a semejanza de Cristo, que se entregó completamente por nuestra salvación. Ante el mal, el sufrimiento, el pecado, la única respuesta posible para el discípulo de Jesús es el don de sí mismo, incluso de la vida, a imitación de Cristo; es la actitud de servicio. Si uno, que se dice cristiano, no vive para servir, no sirve para vivir. Con su vida reniega de Jesucristo.

En esta tarde, queridos jóvenes, el Señor les invita de nuevo a que sean protagonistas de vuestro servicio; quiere hacer de ustedes una respuesta concreta a las necesidades y sufrimientos de la humanidad; quiere que sean un signo de su amor misericordioso para nuestra época. Para cumplir esta misión, él  señala la vía del compromiso personal y del sacrificio de sí mismo: es la vía de la cruz.
La vía de la cruz es la única que vence el pecado, el mal y la muerte, porque desemboca en la luz radiante de la resurrección de Cristo, abriendo el horizonte a una vida nueva y plena. Es la vía de la esperanza y del futuro. Quien la recorre con generosidad y fe, da esperanza y futuro y a la humanidad. Quien la recorre con generosidad y con fe, siembra esperanza y yo quisiera que ustedes sean sembradores de esperanza.
Queridos jóvenes, en aquel Viernes Santo muchos discípulos regresaron a sus casas tristes, otros prefirieron ir a la casa de campo para olvidarse un poco de la cruz
Les pregunto, pero responda cada uno de ustedes en silencio en el propio corazón. ¿Cómo desean regresar esta noche a vuestras casas, a vuestros alojamientos, a vuestras tiendas? ¿Cómo desean volver esta noche a encontrarse con ustedes mismos? El mundo les mira, a cada uno de ustedes le corresponde responder al desafío de esta pregunta.
 30.07.16



Francisco reza pidiendo el final de la violencia y del terrorismo
Reza junto a las reliquias de los dos franciscanos polacos asesinados por Sendero luminoso. Texto de la oración
30 julio 2016
Roma).- Esta tarde, poco antes de llegar al Campus Misericordiae donde le esperaban cientos de miles de jóvenes para la vigilia de oración, el santo padre Francisco visitó la Iglesia de San Francisco, cercana al arzobispado donde rezó una oración pidiendo por la paz y defensa de la violencia y del terrorismo
En este templo se veneran las reliquias de dos mártires franciscanos, Zbigniew Strzałkowski y Michał Tomaszek, asesinados el 9 agosto 1991 en Perú, por Sendero luminoso, en la localidad de Pariacoto. Ellos fueron beatificados el 5 de diciembre junto al sacerdote italiano Alessandro Dordi, de la diócesis de Bergamo.
Junto a los franciscanos y algunos familiares de los sacerdotes mártires que estaban en la iglesia, el Papa recitó la siguiente plegaria.
“Oración por la paz y defensa de la violencia y del terrorismo”
“Dios omnipotente y misericordioso, Señor del Universo y de la historia humana.
Todo lo que has creado es bueno, y tu compasión por el hombre, que te abandona una y otra vez, es inagotable.
Venimos hoy a implorarte que ampares al mundo y a sus habitantes con la paz, alejando de él el destructivo oleaje del terrorismo, restaurando la amistad y derramando en los corazones de tus criaturas el don de la confianza y la prontitud para perdonar.
Dador de la vida, te pedimos también por todos los que han muerto, víctimas de los brutales ataques terroristas. Concédeles la recompensa y la alegría eternas. Que intercedan por el mundo, sacudido por la angustia y desgracias.
Jesús, Príncipe de la Paz, te rogamos por los heridos en los ataques terroristas: los niños y los jóvenes, las mujeres y los hombres, los ancianos, las personas inocentes y los que han sido agredidos por casualidad. Sana su cuerpo y el corazón, que se sientan fortalecidos por tu consuelo, aleja de ellos el odio y el deseo de la venganza.
Santo Espíritu Consolador, visita a las familias que lloran la pérdida de sus familiares, víctimas inocentes de la violencia y el terrorismo. Cúbreles con el manto de tu divina misericordia. Que encuentren en Ti la fuerza y el valor para continuar siendo hermanos y hermanas de los demás, especialmente de los extranjeros y los inmigrantes, testimoniando con su vida tu amor.
Mueve los corazones de los terroristas para que reconozcan la maldad de sus acciones y vuelvan a la senda de la paz y el bien, el respeto por la vida y la dignidad de cada ser humano, independientemente de su religión, origen o status social.
Dios, Eterno Padre, escucha compasivo esta oración que se eleva hacia Ti entre el estruendo y la desesperación del mundo. Llenos de confianza en tu infinita Misericordia, confiando en la intercesión de tu Santísima Madre, fortalecidos con el ejemplo de los beatos mártires de Perú, Zbigniewa y Michała, que has convertido en valientes testigos del Evangelio hasta derramar su sangre, nos dirigimos a Ti con gran esperanza, suplicando el don de la paz y pidiendo que alejes de nosotros el látigo del terrorismo.
Por Jesucristo, nuestro Señor Amén”.
31.07.16





El Papa regresa a Roma
Concluyó el viaje apostólico de cinco días en el cual participó a la Jornada Mundial de la Juventud
31 julio 2016
Francisco se despide de Polonia
Roma).- El avión de las lineas aéreas polacas que lleva a papa Francisco a Roma partió a las 19:30 horas locales hacia el aeropuerto Leonardo Da Vinci, en Fiumicino.

La aeronave de la Polish Airlines realiza un vuelo de casi dos horas recorriendo una distancia de unos 1.100 kilómetros y cruzando el espacio aéreo de Polonia, Eslovaquia, Austria e Italia.
Se calcula que el Papa a su llegada a Roma, antes de ir a la Ciudad del Vaticano pueda pasar a rezar por la iglesia de Santa María la Mayor, para agradecer a la Virgen Salus Populi Romani por su viaje, en un momento de no poca tensión internacional debido a los últimos atentados terroristas.
01.08.16

 






Francesc als joves: "Déu compta amb tu pel que ets, no pel teu telèfon mòbil"
Cloenda de la Jornada Mundial de Joventut a Polònia, amb la missa final presidida pel papa Francesc. Com cada dos anys aquesta trobada mundial aplega milers de joves, que en aquest acte final a les afores de Cracòvia els organitzadors han xifrat en dos milions.
El missatge final del papa ha estat una invitació als joves catòlics a deixar-se canviar per Jesús i a construir un món nou "predicant l'esperança" i "sent una benedicció per a l'única família humana". En una homilia llarga i en italià, Francesc ha fet aquest invitació a partir de l'experiència de Zaqueu, recaptador d'impostos de mala fama que saber superar tots els "obstacles" que el separaven de Jesús. Una homilia amb diverses picades d'ullet que feien referència als instruments de comunicació digital que utilitzen avui els joves. El papa ha completat així la crida que va fer als joves aquest divendres durant el Via Crucis.
La idea que ha volgut transmetre el papa al joves es que "Déu ens estima tal com som, i no hi ha pecat, defecte o error que el faci canviar d'idea. Per a Jesús -ens ho mostra l'Evangeli-, ningú és inferior i distant, ningú és insignificant, sinó que tots som predilectes i importants". I els ha insistit en que "Tu ets l'important! I Déu compta amb tu pel que ets, no pel que tens: davant seu, res val la roba que portes o el telèfon mòbil que utilitzes; no li importa si vas a la moda; li importes tu, tal com ets. Als seus ulls, vals; i el que vals no té preu".
És la recepta de Francesc davant "del perill de quedar-nos lluny de Jesús perquè no ens sentim a l'altura, perquè tenim una baixa consideració de nosaltres mateixos". Perquè "viure descontents i pensar en negatiu significa no reconèixer la nostra identitat més autèntica: és com donar l'esquena quan Déu vol fixar els seus ulls en mi; significa voler impedir que es compleixi el seu somni en mi". Jesus és "el nostre més irreductible dels 'tifosi'".
Davant d'això, "la tristesa no és digne de la nostra alçada espiritual. És més, és un 'virus' que ens infecta i ho paralitza tot, que tanca qualsevol porta, que impedeix redreçar la vida". I a Jesús, "que ens dóna la vida, no podem respondre-li amb un pensament o un simple 'missatget'". La crida del papa és a "no deixar-se anestesiar l'ànima" i "un 'no' fort al dopatge de l'èxit a qualsevol preu i a la droga de pensar només en si mateix i en la pròpia comoditat". 
També el papa ha demanat superar "la multitud que murmura" i els que "tracten de fer-vos creure que Déu és distant, rígid i poc sensible, bo amb els bons i dolent amb els dolents". I que davant "la força mansa i humil de la misericòrdia", pot ser que "us jutgin com uns somiadors, perquè creieu en una nova humanitat, que no accepta l'odi entre els pobles, ni veu les fronteres dels països com una barrera i custòdia els seus hàbits culturals sense egoisme i ressentiment".
Francesc ha acabat recordant que "la mirada de Jesús va més enllà dels defectes per veure la persona; no s'atura en el mal del passat, sinó que albira el bé en el futur; no es resigna davant de l'entossudiment, sinó que busca el camí de la unitat i de la comunió; enmig de tots, no s'atura en les aparences, sinó que mira al cor. Jesús mira el nostre cor; el teu, el meu!". També per això, ha remarcat que l'experiència de "la Jornada Mundial de la Joventut, podríem dir, comença avui i continua demà, a casa, perquè és allà on Jesús vol trobar-nos a partir d'ara": "Que el seu Evangeli sigui teu, i es converteixi en el teu 'navegador' en el camí de la vida".
Al final de JMJ de Polònia s'ha anunciat oficialment que la propera, d'aqui a dos anys, serà a Panamà. En aquesta edició hi han participat uns 3.000 joves catalans. En tancar la celebració amb l'Angelus, al papa se l'ha vist més somrient del que és habitual. 
 01.08.16


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