26 de jul. 2015

UN PROFETA...






"El peor error es que la Iglesia no cambie con los tiempos"
Jorge Costadoat sj: "Los Papas se equivocan"
"El profeta incomoda. Nunca tiene toda la razón. Es insoportable. Nadie lo acalla"
Jorge Costadoat, 02 de agosto de 2015
Este Papa es muy libre. Se salta los protocolos. No se deja presionar

Benedicto XVI y la conquista de América









(Jorge Costadoat, SJ).- El concilio de Constantinopla III (681) condenó al papa Honorio por negarle una voluntad humana a Cristo. Recortaba su humanidad. Un Cristo así concebido no habría sido un ser humano capaz de discernir su camino a Dios como debe hacerlo cualquier cristiano.
El papa Bonifacio VIII le "aserruchó" el piso al papa Celestino. Lo obligó a renunciar. El papa Julio II emprendió la guerra contra Francia. ¡Qué hace un Papa con lanza en ristre!
El papa Pío IX condenó a quienes postulaban la libertad de culto. El Estado, según él, sólo debía admitir una única religión, la católica. El Vaticano II lo habría condenado a él. Este Concilio innovó en la doctrina. Admitió la libertad religiosa. Pero sería tal vez un anacronismo condenar a Pío IX a posteriori. Los tiempos cambian. El peor error es que la Iglesia no cambie con los tiempos.







Todos los Papas han debido confesarse. Dudo que alguno no se haya considerado pecador. Pablo VI se equivocó. Juan Pablo II declaró líder de juventudes a Marcial Maciel. Mal. Lo engañaron. Hicieron que se equivocara.
Benedicto XVI puso remedio al error anterior. Redujo a Maciel. Pero se equivocó en Aparecida (2007): enalteció la llegada del cristianismo con la Conquista de América. A los diez días tuvo que dar explicaciones.
El papa Francisco, según los chilenos, no debió hablar del mar en Bolivia. Se esperaba que no lo hiciera. Sus propios consejeros diplomáticos han debido decirle que mejor no hiciera. Pero este Papa es muy libre. Se salta los protocolos. No se deja presionar. Ha hablado del mar justo cuando se revisa un tema en La Haya. ¿No sabe que Chile ha querido establecer relaciones diplomáticas con Bolivia y que Bolivia no ha querido? ¿Alguien le dijo que si insinuaba una solución justa en favor de nuestros vecinos, cerraba las puertas a convertirse a futuro en un mediador entre los dos países, como lo fue Juan Pablo II en el diferendo con Argentina? Se perdió esta posibilidad. Un error. ¿Uno o varios errores?

Pero también cabe la posibilidad de que Francisco no se haya equivocado. Tal vez los chilenos no hemos prestado suficiente atención a la opinión que tienen los demás países sobre nosotros. Decimos que los tratados no se tocan: pacta sunt servanda! Éste es el quicio del derecho internacional. Tocarlos podría llevar al planeta al caos. Sí, pero el derecho cambia. Otras fuentes nutren la idea actual de justicia. Dicen.
El Papa ha dicho que no es injusto que Bolivia reclame. Hoy no se puede insistir tan fácilmente en que las guerras generen títulos de dominio justos. Puede ser que la apelación del Papa sea profética, como otras muchas suyas. El profeta incomoda. Nunca tiene toda la razón. Es insoportable. Nadie lo acalla. Reclama justicia pero sin bajar a detalles. Si se le piden cuentas de cómo hacer las cosas, seguramente no sabrá qué decir. El profeta acierta en lo fundamental y se equivoca en todo los demás.
¿Y si los chilenos fuéramos los equivocados y el Papa tuviera la razón? Los profetas apelan a la imaginación. ¿Cómo no se nos ocurrirá algo para acabar con una guerra que, según parece, no terminó bajo todos los respectos y que nunca debió ser?
















UN PROFETA CADA VEZ MÁS INCÓMODO


GABRIEL Mª OTALORA, gabriel.otalora@outlook.com
BILBAO (VIZCAYA).
ECLESALIA, 27/07/15.- Los mensajes del Papa Francisco son cada vez más claros y contundentes sus denuncias contra las injusticias estructurales. El problema añadido a la incomodidad creciente para los dirigentes a los que van dirigidas sus denuncias (dirigentes políticos pero sobre todo económicos y financieros) es que su lenguaje pastoral solo es interpretado en clave política: o eres de derechas o de izquierdas, sin aceptarle que un cristiano como él, en calidad de Papa, pueda ser crítico con los sistemas totalitarios de izquierdas y de derechas exigiendo un cambio de estructuras que alivien la desigualdad creciente, con millones de pauperizados ajenos al sueño, no ya de la justicia, sino del consumismo.
El profeta Francisco ha llegado muy lejos en sus críticas y es atacado directamente por Jeff Bush y por la prensa estadounidense de estar fomentando la desobediencia social y “la rebelión de las masas contra los capitalistas” en su reciente gira latinoamericana de principio de julio: “El reciente viaje de Francisco a América del Sur reveló un obvio mensaje socialista y anticapitalista que insta a un cambio estructural de la economía global que atenta contra el proyecto de Jesús”, escribe Paul Farrel. Atención a esto último: no atenta Francisco contra los capitalistas sino contra el evangelio, es decir, que el sistema capitalista está alineado con las enseñanzas del Maestro y socavar sus bases es ir en contra de Cristo, en este caso el mismísimo Papa.
¿Decir que todos tienen derecho a la Tierra, a la vivienda (techo) y al trabajo, y que son “derechos sagrados”, es atentar contra el mensaje cristiano? ¿O es precisamente evitárselos a una gran masa de seres humanos lo que supone un atentado humanitario y cristiano? ¿Es la ley del máximo beneficio la que agrede al mensaje de Dios o es su denuncia a favor de los desheredados de la Tierra por tanta codicia? Escuece escuchar del Papa -aunque muchos medios no lo han recogido con esta claridad- que se refiera al capitalismo no controlado como “dictadura sutil” y “estiércol del diablo”, porque si gobierna “la ambición desenfrenada de dinero”, el “servicio para el bien común queda relegado”. En su Exhortación a la alegría, se refirió al capitalismo como que “esta economía mata” y “destruye a la madre Tierra”.
El que un profeta diga estas cosas, no deben escandalizar a un cristiano que ya debería saber cómo se las gastaban aquellos profetas (Amós. Elías, Miqueas, Isaías…) frente a poderosos mucho menos sutiles que los prebostes del capitalismo, a no ser que su hipocresía sea todavía mayor a sus ganas por controlar a la opinión pública. No hay nada en el discurso de Francisco que sea ajeno a la enseñanza social de la Iglesia. Su invitación a un profundo cambio en las estructuras lo hace desde el Evangelio, desde la realidad de la Buena Noticias a los pobres, ante la cual, los cristianos deberíamos decir lo que Francisco, vista la situación de infra humanidad que se precisa para que el Sistema mantenga sus retos del máximo beneficio posible a costa de todo y de todos.
Es hora de respondernos con sinceridad hasta qué punto estamos de acuerdo con Bush o el periodista Farrel, que manipula sin pudor alguno la Buena Noticia. La vida no es comunista o capitalista: existen otras alternativas de justicia a pesar de quienes nos quieren obligar a posicionarnos entre estas dos perversiones económicas que tanto daño vienen haciendo a la humanidad. Necesitamos muchos profetas que sigan a Francisco y se manifiesten públicamente en defensa de la denuncia profética.



El Papa: los divorciados vueltos a casar no están excomulgados y son parte de la Iglesia
Tras la pausa del mes de julio, Francisco ha retomado las audiencias generales prosiguiendo con el ciclo de catequesis sobre la familia. Hoy ha reflexionado sobre la acogida y el acompañamiento a las parejas divorciadas que se han vuelto a casar

Ciudad del Vaticano, 05 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El papa Francisco ha celebrado de nuevo la audiencia general de los miércoles, tras un mes de descanso. De este modo, el Santo Padre ha llegado al Aula Pablo VI, donde se celebrarán en agosto debido al calor, y ha ido saludando a los fieles en torno al pasillo. Con calma, se ha detenido a bendecir a los más pequeños y conversar algunos instantes con algunos de los peregrinos venidos de todas las partes del mundo, que le entregaban algunos regalos. Igualmente, ha acariciado con ternura a los enfermos y ancianos sentados en las primeras filas.
La catequesis de esta mañana, prosiguiendo con el ciclo sobre la familia, se ha centrado en una de las heridas a las que se enfrentan las familias de hoy. Personas divorciadas que se han vuelto a casar por lo civil. 
De este modo, en el resumen hecho por Francisco en español ha indicado que “retomando las reflexiones sobre la familia, deseo referirme hoy a la situación de los que tras la ruptura de su vínculo matrimonial han establecido una nueva convivencia, y a la atención pastoral que merecen”.
La Iglesia --ha asegurado-- sabe bien que tal situación contradice el sacramento cristiano, pero con corazón de madre busca el bien y la salvación de todos, sin excluir a nadie. Y así, el Papa ha añadido que la Iglesia, “animada por el Espíritu Santo y por amor a la verdad, siente el deber de discernir bien las situaciones, diferenciando entre quienes han sufrido la separación y quienes la han provocado”.
Del mismo modo, ha observado que “si se mira a la nueva unión desde los hijos pequeños vemos la urgencia de una acogida real hacia las personas que viven en tal situación”. Por eso se ha preguntado: “¿Cómo podemos pedirle a estos padres educar a los hijos en la vida cristiana si están alejados de la vida de la comunidad?” Al respecto, el Santo Padre ha afirmado que “es necesario una fraterna y atenta acogida, en el amor y en la verdad, hacia estas personas que en efecto no están excomulgadas como algunos piensan: ellas forman parte siempre de la Iglesia”.
Finalmente, el Pontífice ha señalado que “no tenemos recetas sencillas” pero “es preciso manifestar la disponibilidad de la comunidad y animarlos a vivir cada vez más su pertenencia a Cristo y a la Iglesia con la oración, la escucha de la Palabra de Dios, la participación en la liturgia, la educación cristiana de los hijos, la caridad, el servicio a los pobres y el compromiso por la justicia y la paz”. La Iglesia --ha concluido-- no tiene las puertas cerradas a nadie.
A continuación ha saludado a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. A ellos ha pedido que “en la memoria litúrgica de la Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor, confiemos a la Madre de Dios a todas las familias”.
Después de los saludos en las distintas lenguas, el Santo Padre ha dirigido unas palabras a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Así, ha recordado que hoy celebramos la Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor, donde se venera el icono de la Salus Populi Romani. De este modo, ha invitado a los jóvenes a que invoquen a la Madre de Dios, “para sentir la dulzura de su amor”. A los enfermos les ha exhortado a que recen a la Virgen "en los momentos de cruz y de sufrimiento”. Finalmente, a los recién casados les ha invitado a que la miren “como el modelo de vuestro camino conyugal de dedicación y lealtad”.
 06.08.15



El Papa envía su cercanía a los refugiados iraquíes en Jordania
El secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana viaja a Jordania con ocasión del primer aniversario de la llegada de refugiados procedentes de Irak y lleva el mensaje del Santo Padre
Ciudad del Vaticano, 06 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana, monseñor Nunzio Galantino, por invitación del Patriarca Latino de Jerusalén, Su Beatitud Fouad Twal, y del vicario patriarcal para Jordania, monseñor Maroun Lahham, realiza un viaje a esta nación en ocasión del primer aniversario de la llegada de refugiados iraquíes a Jordania, el 8 de agosto de 2014. El viaje de monseñor Galantino será del 6 al 9 de agosto, y en esos días participará en varias iniciativas y encuentros, entre los que se incluyen visitas a centros de acogida a refugiados.
Aprovechando la ocasión, el papa Francisco ha querido enviar un mensaje de cercanía a los refugiados, de gratitud a los que se hacen cargo de sus problemas y un llamamiento a la comunidad internacional para que no permanezca pasiva ante esta dramática situación.
De este modo, en la misiva que el Santo Padre envía a monseñor Lahham quiere llegar “con una palabra de esperanza a cuántos, oprimidos por la violencia, se han visto obligados a abandonar sus casas y su tierra”.
Tal y como recuerda el Pontífice, en más ocasiones ha querido “dar voz a las atroces, deshumanas e inexplicables persecuciones de quien en tantas partes del mundo --y sobre todo entre cristianos-- son víctimas del fanatismo y discriminados por su fidelidad al Evangelio”.
El recuerdo del Papa, que se hace llamamiento solidario, quiere ser “el signo de una Iglesia que no olvida y no abandona a sus hijos exiliados a causa de su fe: sabemos que una oración cotidiana se alza por ellos, junto al reconocimiento por el testimonio que nos ofrecen”.
Del mismo modo, dedica unas palabras a las comunidades que han sabido hacerse cargo de estas personas, “evitando mirar a otro lado”. A ellos el Santo Padre les dice: “Vosotros anunciáis la resurrección de Cristo al compartir el dolor y con la ayuda solidaria que prestáis a cientos de miles de refugiados; con vuestro agacharse por sus sufrimientos, que corren el riesgo de sofocar la esperanza; con vuestro servicio de fraternidad, que correrá también el riesgo en momentos oscuros de la existencia”.  Por esto, el Papa ha deseado que el Señor les recompense, “como solo Él puede hacer, con la abundancia de sus dones”.
A su vez, el Pontífice ha deseado que la opinión pública mundial esté cada vez más atenta, sensible y participativa frente “a las persecuciones que sufren los cristianos y, en general, de las minorías religiosas”.
Finalmente, renueva su exhortación para que la comunidad internacional no permanezca muda e inerte frente a tal crimen inaceptable, “que constituye una preocupante pérdida de los derechos humanos más esenciales e impide la riqueza de la convivencia entre los pueblos, las culturas y las religiones”.
 07.08.15



El Papa a los jóvenes del MEJ: "Las tensiones se resuelven con diálogo"
El Movimiento Eucarístico Juvenil celebra su centenario con el Santo Padre en el Vaticano

Ciudad del Vaticano, 07 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
Primero: no tener miedo a las tensiones porque nos hacen crecer. Segundo: resolver las tensiones con el diálogo. Tercero: no unirse demasiado a un tensión porque hace mal. ¿Ha quedado claro? Estos son algunos de los consejos que los miembros de la sección juvenil del apostolado de la oración, conocida como Movimiento Eucarístico Juvenil, han recibido hoy del papa Francisco. Con ocasión del centenario de la organización, han celebrado un encuentro con el Pontífice en el Aula Pablo VI, donde han participado más de 1.500 jóvenes, muchos de ellos acompañados de sus padres, procedentes de 35 países.  
Tras los saludos del padre general de la Compañía de Jesús, Adolfo Nicolás, y del responsable del movimiento, padre Frédérik Fornos, seis jóvenes de distintas nacionalidades han planteado sus interrogantes al Santo Padre. Mientras, Francisco tomaba notas y a continuación ha hablado improvisando y respondiendo a las preguntas de los jóvenes.
En primer lugar ha reflexionado sobre la “tensión y el conflicto”, dos temas planteados en las preguntas con los que el Papa ha reconocido sentirse conmovido. Un familia o un grupo de amigos “sin tensión ni conflicto” sería un cementerio, ha asegurado. Así, ha indicado que cuando hay vida hay tensión y conflicto y “por eso es necesario desarrollar este concepto” y “buscar en mi vida cuáles son las verdaderas tensiones”. También ha subrayado que cada uno debe ndividuar las tensiones de su vida, recordando que “la tensión te hace crecer, desarrolla la valentía”.
A continuación, el Pontífice ha explicado que el diálogo es la forma de resolver las tensiones. “Cuando en una familia hay diálogo, cuando hay esta capacidad de decir espontáneamente qué piensa cada uno, las tensiones se resuelven bien”, ha indicado.  Por eso ha invitado a no tener miedo a las tensiones pero tener cuidado y no unirse demasiado a ellas. “La tensión viene para dar paso a la armonía”, ha añadido.
A propósito de los conflictos, el Santo Padre ha asegurado en su discurso que también “los conflictos pueden hacernos bien porque nos hacen entender las diferencias”. Y el conflicto se resuelve --ha precisado-- con respeto a la identidad. Por eso ha puesto como ejemplo las miles de personas que se lanzan al mar para buscar un futuro mejor y cuando llegan a puerto o a una playa, se les da agua y comida y se les vuelve a echar al mar. “Esto es un conflicto no resuelto. Y esto es guerra. Se llama matar”, ha advertido.
Por otro lado ha hablado de Oriente Medio, donde “estamos viendo que tanta gente no es respetada, las minorías religiosas, los cristianos, pero no solo no son respetadas, sino que muchas veces son perseguidos y matados”. Y esto sucede ”porque no se respeta su identidad”, ha insistido Francisco.
Respondiendo a la pregunta de una joven brasileña sobre el mayor desafío al que se ha enfrentado, el Papa ha respondido que “encontrar siempre la paz en el Señor”. Un desafío --ha precisado-- al que nos enfrentamos todos. Al respecto, el Pontífice ha hablado de la paz que solo Jesús puede dar. El desafío de encontrar esa paz --ha explicado-- que significa que el Señor te acompaña, que el Señor está cerca. En relación con esto, ha recordado que hay otro desafío: saber distinguir la paz de Jesús de otra paz, que no es de Jesús. De este modo, ha invitado a los jóvenes a pedir al Señor “la gracia de saber discernir la verdadera paz de la falsa paz”. La paz del enemigo es superficial, estás contento pero dentro hay un engaño. El demonio “te hace creer que este es el camino y después, al final, te deja solo”. Así, Francisco ha recordado que el diablo siempre engaña, es un “mal pagador”, “te hace ver las cosas maquilladas”. Y el signo de la paz de Jesús --ha asegurado-- es la alegría profunda.
Sobre las señales reales de alegría que el Papa ve en la Iglesia del mundo de hoy, ha indicado que “ver jóvenes como vosotros” es una de ellas. Otro punto que ha querido también destacar, ha sido la sabiduría de los abuelos. El Pontífice ha recordado que “los abuelos son la memoria de una familia, la memoria del país, la memoria de la fe”. Por esta razón ha pedido a los jóvenes presentes que hablen y pregunten cosas a sus abuelos porque “son una fuente de sabiduría”.
Otro consejo que el Santo Padre ha dado a los presentes ha sido no olvidarse de “encontrar a Jesús”. Y hay que buscarlo “en la oración, en la eucaristía, en la vida cotidiana, en la ayuda a los otros, en las responsabilidades”. Del mismo modo ha recordado el “asombro” que se siente al sentir dentro a Jesús.
Finalmente, ha exhortado a los jóvenes a recordar en cada eucaristía la Última Cena, y hacer memoria de que Él “dio su vida por mí”. La eucaristía --ha recordado-- no es solamente una ceremonia o un ritual.
La intervención del papa Francisco ha concluido con un “ánimo y adelante”, recordando que a pesar de las cosas feas que hay en el mundo, también hay “muchas cosas bonitas y buenas” y  “muchos santos escondidos en el pueblo de Dios”. Dios está presente --ha finalizado-- y hay muchos motivos de esperanza para ir adelante.
 08.08.15



El Papa en una radio comunitaria: "El hombre no es un hongo, es para vivir en familia"
Francisco  volvió a comunicarse telefónicamente con dos sacerdotes amigos de la localidad de Campo Gallo, en Argentina
Madrid, 08 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El papa Francisco pidió este sábado a los jóvenes que “sueñen cosas grandes” en un diálogo que mantuvo con dos sacerdotes amigos de una radio comunitaria de la ciudad santiagueña de Campo Gallo, en Argentina.
Durante la charla telefónica con los padres Joaquín Giangreco y Juan Ignacio Liebana, el Pontífice aseguró que tiene un deseo cuando piensa en Santiago del Estero, “que pronto se pueda hacer la beatificación de Mamá Antula”. “Recen por eso, pidan esa gracia, Mamá Antula es un ejemplo del pueblo santiagueño, de esa fortaleza del pueblo santiagueño”, indicó.
Además, el Santo Padre señaló que “hay jóvenes que se jubilan antes de tiempo. No quiero jóvenes tristes, jubilados, quiero que trabajen, que trabajen fuerte por darles felicidad a otras personas, caminar juntos, estar juntos. Cuando uno está peleado es como la perinola, pierde todo. Que los jóvenes se jueguen por cosas grandes y tendrán alegría”. 
“No envejezcan antes de tiempo y no se jubilen porque si no van a tener una vida muy triste”, insistió el Papa. “A mí me duele ver un joven triste. Ese joven ya está viejo, está esperando que la vida pase, que se le escurra”, añadió.
Preguntado sobre la encíclica Laudato si’, Francisco afirmó que hay que hacer un esfuerzo para aprender a cuidarnos, si nos cuidamos entre nosotros cuidamos “la casa común”. Así, invitó a saber cuidar a los chicos, a los abuelos con “esa ternura que Jesús nos enseñó”. Y reiteró que hay que cuidar la casa común, “esta tierra que Dios nos dio”. “Me dan pena las deforestaciones para plantar soja”, expresó. “Cuiden la tierra, cuiden el agua, cuiden todo lo que Dios nos ha dado”, enfatizó.
El Pontífice habló también de la importancia de la convivencia pacífica: “Hay que caminar juntos. Siempre es mejor la amistad que la pelea, la paz que la guerra. Hay una sola manera de ganar una guerra: no hacerla. Cuando hay una guerra se pierde la paz, la alegría, la concordia. Hay que caminar juntos. Cuando uno está en la mala se le pone el hombro. El hombre no es un hongo, es para vivir en familia”.
Por último, el Santo Padre saludó a “todo el pueblo de Campo Gallo, chiquita pero linda” y dedicó una bendición especial para los chicos y los abuelos: “Que Jesús los bendiga y la Virgen los cuide”.
El Papa concluyó su conexión rezando junto a los sacerdotes un Ave María y se despidió con “un abrazo grande, que Dios los bendiga”.
De esta manera, Francisco se comunicó por segunda vez con la FM Virgen del Carmen, 99.9, radio comunitaria que sirve para los que los misioneros expandan su mensaje evangelizador a todo el norte de la provincia.
 09.08.15



El Papa en el Ángelus: 'Si tienes el corazón cerrado, la fe no entra'
Texto completo. Francisco explicó este domingo que la fe no es propiedad privada, sino que es un don para compartir
Ciudad del Vaticano, 09 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
Como cada domingo, el papa Francisco rezó el Ángelus desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico, ante una multitud que le atendía en la Plaza de San Pedro.
Dirigiéndose a los fieles y peregrinos venidos de todo el mundo, que le acogieron con un largo y caluroso aplauso, el Pontífice les dijo:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En este domingo prosigue la lectura del capítulo sexto del Evangelio de Juan, donde Jesús, habiendo cumplido el gran milagro de la multiplicación de los panes, explica a la gente el significado de aquel “signo” (Jn 6,41-51).Como había hecho antes con la Samaritana, a partir de la experiencia de la sed y del signo del agua, aquí Jesús parte de la experiencia del hambre y del signo del pan, para revelarse e invitarnos a creer en Él.
La gente lo busca, la gente lo escucha, porque se ha quedado entusiasmada con el milagro, ¡querían hacerlo rey! Pero cuando Jesús afirma que el verdadero pan, donado por Dios, es Él mismo, muchos se escandalizan, no comprenden, y comienzan a murmurar entre ellos: “De él --decían--, ¿no conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo puede decir ahora: 'Yo he bajado del cielo'? (Jn 6,42)”. Y comienzan a murmurar. Entonces Jesús responde: “Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió”, y añade “el que cree, tiene la vida eterna” (vv 44.47).
Nos sorprende, y nos hace reflexionar esta palabra del Señor: “Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre”, “el que cree en mí, tiene la vida eterna”. Nos hace reflexionar. Esta palabra introduce en la dinámica de la fe, que es una relación: la relación entre la persona humana, todos nosotros, y la persona de Jesús, donde el Padre juega un papel decisivo, y naturalmente, también el Espíritu Santo, que está implícito aquí. No basta encontrar a Jesús para creer en Él, no basta leer la Biblia, el Evangelio, eso es importante ¿eh?, pero no basta. No basta ni siquiera asistir a un milagro, como el de la multiplicación de los panes. Muchas personas estuvieron en estrecho contacto con Jesús y no le creyeron, es más, también lo despreciaron y condenaron. Y yo me pregunto: ¿por qué, esto? ¿No fueron atraídos por el Padre? No, esto sucedió porque su corazón estaba cerrado a la acción del Espíritu de Dios. Y si tú tienes el corazón cerrado, la fe no entra. Dios Padre siempre nos atrae hacia Jesús. Somos nosotros quienes abrimos nuestro corazón o lo cerramos.
En cambio la fe, que es como una semilla en lo profundo del corazón, florece cuando nos dejamos “atraer” por el Padre hacia Jesús, y “vamos a Él” con ánimo abierto, con corazón abierto, sin prejuicios; entonces reconocemos en su rostro el rostro de Dios y en sus palabras la palabra de Dios, porque el Espíritu Santo nos ha hecho entrar en la relación de amor y de vida que hay entre Jesús y Dios Padre. Y ahí nosotros recibimos el don, el regalo de la fe.
Entonces, con esta actitud de fe, podemos comprender el sentido del “Pan de la vida” que Jesús nos dona, y que Él expresa así: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo” (Jn 6,51). En Jesús, en su “carne” --es decir, en su concreta humanidad-- está presente todo el amor de Dios, que es el Espíritu Santo. Quien se deja atraer por este amor va hacia Jesús, y va con fe, y recibe de Él la vida, la vida eterna.
Aquella que ha vivido esta experiencia en modo ejemplar es la Virgen de Nazaret, María: la primera persona humana que ha creído en Dios acogiendo la carne de Jesús. Aprendamos de Ella, nuestra Madre, la alegría y la gratitud por el don de la fe. Un don que no es “privado”, un don que no es “propiedad privada”, sino que es un don para compartir: es un don “para la vida del mundo”.
Al término de estas palabras, el Santo Padre rezó la oración mariana:
Angelus Domini nuntiavit Mariae...
Al concluir la plegaria, el Papa recordó a Hiroshima y Nagasaki en el 70 aniversario del trágico suceso:
Queridos hermanos y hermanas,
Hace setenta años, el 6 y el 9 de agosto de 1945, sucedieron los tremendos bombardeos atómicos en Hiroshima y Nagasaki. A distancia de tanto tiempo, este trágico suceso suscita todavía horror y repulsión. Este se ha convertido en el símbolo del ilimitado poder destructivo del hombre cuando hace un uso equivocado del progreso de la ciencia y de la técnica, y constituye una advertencia continua para la humanidad, para que repudie para siempre la guerra y destierre las armas nucleares y toda arma de destrucción masiva. Esta triste ocasión nos llama sobre todo a rezar y a comprometernos por la paz, para difundir en el mundo una ética de fraternidad y un clima de serena convivencia entre los pueblos. De cada tierra se eleve una única voz: ¡no a la guerra, no a la violencia, sí al diálogo, sí a la paz! Con la guerra siempre se pierde. ¡El único modo de vencer una guerra es no hacerla!
Además, el Pontífice manifestó su preocupación por la situación que atraviesa El Salvador:
Sigo con viva preocupación las noticias que llegan desde El Salvador, donde en los últimos tiempos se ha agravado la situación de la población a causa de la carestía, de la crisis económica, de agudos contrastes sociales y de la creciente violencia. Animo al querido pueblo salvadoreño a perseverar unido en la esperanza, y exhorto a todos a rezar para que en la tierra del beato Óscar Romero florezcan de nuevo la justicia y la paz.
A continuación llegó el turno de los saludos que tradicionalmente realiza el Santo Padre:
Dirijo mi saludo a todos ustedes, romanos y peregrinos; en especial a los jóvenes de Mason Vicentino, Villaraspa, Nova Milanese, Fossò, Sandon, Ferrara, y a los monaguillos de Calcarelli.
Saludo a los motociclistas de San Zeno (Brescia), comprometidos a favor de los niños hospitalizados en el Hospital Bambin Gesú.
Como de costumbre, el papa Francisco concluyó su intervención diciendo:
Y a todos les deseo un buen domingo. Y por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!
10.08.15



El Papa instituye la Jornada de Oración por la Creación
Se celebrará cada año el 1 de septiembre, siguiendo la propuesta de la Iglesia Ortodoxa
Ciudad del Vaticano, 10 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El papa Francisco ha instituido la Jornada Mundial de Oración para el Cuidado de la Creación, y lo ha hecho a través de una carta enviada al cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, y al cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Se celebrará cada año el 1 de septiembre. Esta jornada será un nuevo signo visible de la preocupación del Santo Padre y de la Iglesia por la Creación y su cuidado, tal y como ha quedado reflejado en la recién publicada encíclica Laudato Si’.                    
El Metropolita Ioannis de Pérgamo, durante su intervención en la presentación de la Encíclica Laudato si’, contó que ya desde 1989, el Patriarcado Ecuménico decidió dedicar el 1 de septiembre de cada año para orar por el medio ambiente. Y se preguntó si no podría ser una jornada de oración para todos los cristianos. Tal y como lo explica Francisco al inicio de su carta, acogiendo esta sugerencia, ha decidido instituir también en la Iglesia Católica la «Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación».
El Pontífice recuerda una vez más que como cristianos, “queremos ofrecer nuestra contribución para superar la crisis ecológica que está viviendo la humanidad”. Para ello --asegura-- debemos ante todo extraer de nuestro rico patrimonio espiritual las motivaciones que alimentan la pasión por el cuidado de la creación.
De este modo, el Papa advierte que “la crisis ecológica nos llama por tanto a una profunda conversión espiritual”. Por eso, subraya que los cristianos están llamados a una "conversión ecológica, que implica dejar brotar todas las consecuencias de su encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que los rodea".
La Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, explica Francisco en su carta, ofrecerá a cada creyente y a las comunidades “una valiosa oportunidad de renovar la adhesión personal a la propia vocación de custodios de la creación, elevando a Dios una acción de gracias por la maravillosa obra que Él ha confiado a nuestro cuidado, invocando su ayuda para la protección de la creación y su misericordia por los pecados cometidos contra el mundo en el que vivimos”.
Además, también reconoce que la celebración de la Jornada en la misma fecha que la Iglesia Ortodoxa “será una buena ocasión para testimoniar nuestra creciente comunión con los hermanos ortodoxos”.
Al repecto, asegura que vivimos en un tiempo en el que los cristianos afrontan idénticos e importantes desafíos, y a los que se debe dar respuestas comunes, “si queremos ser más creíbles y eficaces”. Asimismo, el Santo Padre manifesta su deseo de que esta Jornada pueda contar con la participación de otras Iglesias y Comunidades eclesiales y se pueda celebrar en sintonía con las iniciativas que el Consejo Ecuménico de las Iglesias promueve sobre este tema.
A continuación, el Papa pide al cardenal Turkson que ponga en conocimiento de las Comisiones de Justicia y Paz de las Conferencias Episcopales, así como de los Organismos nacionales e internacionales que trabajan en el ámbito ecológico, la institución de esta Jornada, para que la celebración “se organice debidamente con la participación de todo el Pueblo de Dios: sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos”. Este dicasterio deberá llevar a cabo iniciativas adecuadas de promoción y animación, “para que esta celebración anual sea un momento intenso de oración, reflexión, conversión y asunción de estilos de vida coherentes”.
Finalmente, la petición para el cardenal Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, es que se ponga en contacto con el Patriarcado Ecuménico y con las demás realidades ecuménicas, “para que dicha Jornada Mundial sea signo de un camino que todos los creyentes en Cristo recorren juntos”. Este dicasterio se ocupará de la coordinación con iniciativas similares organizadas por el Consejo Ecuménico de las Iglesias.
 11.08.15




El Papa regala víveres a los inmigrantes del centro Boabab
El Pontífice ha enviado pasta, aceite, leche, galletes y otros alimentos a través del limosnero, monseñor Konrad Krajewski

Ciudad del Vaticano, 11 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
La caridad del papa Francisco no se va de vacaciones: durante el caluroso agosto romano, el Pontífice no se olvida de los numerosos pobres que viven en la Ciudad Eterna. Por eso, ha querido enviar algunos regalos a los inmigrantes del centro de acogida Baobab, en la zona de Tiburtina.
Se trata de paquetes de pasta, leche y galletas enviados a través del limosnero pontificio, Konrad Krajewski, más conocido como “Don Corrado”. Monseñor Krajewski, ha acudido al centro en dos ocasiones: la primera el pasado fin de semana y la segunda ayer por la tarde, lunes 10 de agosto.
“Don Corrado --cuenta uno de los voluntarios del Baobab al diario italiano La Repubblica-- ha llegado con una furgoneta llena de cajas de comida con pasta, aceite de oliva, galletas, arroz, tortellini, leche y productos enlatados. La primera vez el fin de semana pasado, y después otra vez esta tarde, explicando que se trataba de víveres enviados ‘directamente por el Santo Padre’. Se ha ha ido hace poco”.
 12.08.15



Texto completo de la catequesis del Papa del 12 de agosto
El Santo Padre recuerda que la fiesta no es la pereza de estar en el sofá, sino una mirada amorosa y agradecida por el trabajo bien hecho. Advierte que la codicia del consumir nos hace estar más cansados al final que antes

Ciudad del Vaticano, 12 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
Publicamos a continuación la catequesis del papa Francisco durante la audiencia general:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hoy abrimos un pequeño recorrido de reflexión sobre las tres dimensiones que marcan, por así decir, el ritmo de la vida familiar: la fiesta, el trabajo, la oración.
Comenzamos por la fiesta. Y decimos enseguida que la fiesta es una invención de Dios. Recordamos la conclusión del pasaje de la creación, en el Libro de Génesis: “El séptimo día, Dios concluyó la obra que había hecho, y cesó de hacer la obra que había emprendido. Dios bendijo el séptimo día y lo consagró, porque en él cesó de hacer la obra que había creado”.(2,2-3). Dios mismo nos enseña la importancia de dedicar un tiempo a contemplar y a gozar de lo que en el trabajo se ha hecho bien. Hablo de trabajo, naturalmente, no solo en el sentido de la labor y la profesión, sino en un sentido más amplio: cada acción con la que nosotros hombres y mujeres podemos colaborar a la obra creadora de Dios.
Por tanto, la fiesta no es la pereza de estar en el sofá, o la emoción de una tonta evasión. La fiesta es sobre todo una mirada amorosa y agradecida por el trabajo bien hecho. También vosotros, recién casados, estáis festejando el trabajo de un bonito tiempo de noviazgo: ¡y esto es bello! Es el tiempo para ver a los hijos, o los nietos, que están creciendo, y pensar: ¡qué bello! Es el tiempo para mirar nuestra casa, a los amigos que hospedamos, la comunidad que nos rodea, y pensar: ¡qué bueno! Dios lo ha hecho así. Y continuamente lo hace así, porque Dios crea siempre, también en este momento.
Puede suceder que una fiesta llegue en circunstancias difíciles y dolorosas, y se celebra quizá “con un nudo en la garganta”. Y, también en estos casos, pedimos a Dios la fuerza de no vaciarla completamente. Vosotros, mamás y papás sabéis bien esto: ¡cuántas veces por amor a los hijos, sois capaces de apartar las penas para dejar que ellos vivan bien la fiesta, gusten el sentido bueno de la vida! ¡Hay tanto amor en esto!
También en el ambiente del trabajo, a veces --sin dejar de lado los deberes-- sabemos  “infiltrar” algún toque de fiesta: un cumpleaños, un matrimonio, un nuevo nacimiento, como también una despedida o una nueva llegada… es importante. Es importante hacer fiesta. Son momentos de familiaridad en el engranaje de la máquina productiva: ¡nos hace bien!
Pero el verdadero tiempo de la fiesta suspende el trabajo profesional, y es sagrado, porque recuerda al hombre y a la mujer que son hechos a imagen de Dios, quien no es esclavo del trabajo, sino Señor, y por tanto tampoco nosotros debemos ser nunca esclavos del trabajo, sino “señores”. Hay un mandamiento para esto, un mandamiento que es para todos, ¡nadie excluido! ¡Y sin embargo hay millones de hombres y mujeres e incluso niños esclavos del trabajo! En este tiempo existen esclavos ¡Son explotados, esclavos del trabajo y esto es en contra de Dios y en contra de la dignidad de la persona humana! La obsesión por el beneficio económico y la eficiencia de la técnica amenaza los ritmos humanos de la vida, porque la vida tiene sus ritmos humanos.
El tiempo de descanso, sobre todo el del domingo, está destinado a nosotros para que podamos gozar de lo que no se produce ni consume, no se compra ni se vende.
Y sin embargo vemos que la ideología del beneficio y del consumo quiere comerse también la fiesta: también a veces es reducida a un “negocio”, a una forma para hacer dinero y para gastarlo. ¿Pero trabajamos para esto? La codicia del consumir, que implica desperdicio, es un virus malo que, entre otras cosas, nos hace estar más cansados al final que antes. Perjudica el verdadero trabajo y consume la vida. Los ritmos desregulados de la fiesta causan víctimas, a menudo jóvenes.
Finalmente, el tiempo de la fiesta es sagrado porque Dios lo habita de una forma especial. La Eucaristía del domingo lleva a la fiesta toda la gracia de Jesucristo: su presencia, su amor, su sacrificio, su hacerse comunidad, su estar con nosotros… Y así cada realidad recibe su sentido pleno: el trabajo, la familia, las alegría y las fatigas de cada día, también el sufrimiento y la muerte; todo es transfigurado por la gracia de Cristo.
La familia es dotada de una competencia extraordinaria para entender, dirigir y sostener el auténtico valor del tiempo de la fiesta. Pero ¡qué bonitas son las fiestas en familia, son bellísimas! Y en particular la del domingo. No es casualidad si las fiestas en las que hay sitio para toda la familia ¡son aquellas que salen mejor!
La misma vida familiar, mirada con los ojos de la fe, nos parece mejor que los cansancios que comportan. Nos aparece como una obra de arte de sencillez, bonito precisamente porque no es artificial, no fingido, sino capaz de incorporar en sí todos los aspectos de la vida verdadera. Nos aparece como una cosa “muy buena”, como Dios dijo al finalizar la creación del hombre y de la mujer (cfr Gen 1,31). Por tanto, la fiesta es un precioso regalo que Dios ha hecho a la familia humana: ¡no lo estropeemos!
 13.08.15



Gran expectativa en la ONU por la llegada del Papa
Mons. Auza, observador vaticano en el Palacio de Cristal, cuenta el clima que se respira a poco más de un mes de la visita del Pontífice a Nueva York
Ciudad del Vaticano, 13 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
Falta poco más de un mes para la llegada del papa Francisco a la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.  Por ello, monseñor Bernardito Auza, observador vaticano ante la ONU, explica en una entrevista a Radio Vaticano que en el ámbito de su trabajo, y escuchado las intervenciones oficiales de los países miembros de la organización --sobre todo de los países en vías de desarrollo-- y las de las grandes organizaciones internacionales que tienen que ver con la economía y el comercio, ha percibido “una creciente concienciación sobre la importancia de la comprensión de una economía más integral”. Y asegura que el llamamiento del Pontífice por una economía “más atenta a los pobres, más atenta con la ecología” es precisamente el espíritu que la ONU quiere poner en el centro de la agenda del desarrollo sostenible hasta el 2030.
A propósito de la relevancia y el impacto que la encíclica Laudato Si’ está teniendo en la comunidad internacional, monseñor Auza asegura que estuvo  muy contento desde el inicio por las reacciones positivas que tuvo. Asimismo, indica que durante las recientes negociaciones intergubernamentales sobre la “Agenda post-2015 sobre el desarrollo sostenible” muchas delegaciones citaron el documento pontificio.
Del mismo modo, el prelado cree que “la influencia inspiradora” de la encíclica es muy evidente. Y a propósito de la Conferencia de París de finales de año sobre el cambio climático, asegura que “la inspiración y la filosofía, la teología moral que empuja a los Estados, hombres y mujeres a llegar a un acuerdo, el Papa ya lo ha dado en esta encíclica”.
Finalmente, comentando la visita del Santo Padre a la ONU, el observador vaticano afirma que en las Naciones Unidas “se habla cada día” sobre ello. El primer indicativo de esta expectativa son “las miles de peticiones de billetes que lamentablemente no podemos dar”. Se está trabajando para responder de la mejor forma posible a las muchas expectativas y peticiones para poder ver, incluso de lejos, al papa Francisco, asegura el prelado.
14.08.15




El Papa pide coraje y creatividad para el proceso de paz en Colombia
El XVIII Encuentro de la Jurisdicción Ordinaria que se celebra en Cartagena de Indias recibe una misiva del Santo Padre 
Roma, 14 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El papa Francisco pide a los jueces de Colombia que contribuyan con coraje y creatividad a identificar soluciones que refuercen la paz y la justicia. Así lo ha manifestado en una carta dirigida al presidente de la Corte Suprema de Justicia, José Leonidas Bustos Martínez, con ocasión del XVIII Encuentro de la Jurisdicción Ordinaria, cuyo tema central es ‘Justicia transicional, paz y posconflicto’. Dicho encuentro se celebra en la ciudad de Cartagena de Indias los días 13 y 14 de agosto.
En la misiva, firmada por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, se recuerda que “el tema de esta reunión es de crucial importancia para el futuro de Colombia” y en la actual época globalizada, “tiene un alcance que supera las mismas fronteras nacionales”.
Por eso, el Santo Padre acompaña “con la oración” los trabajos de este encuentro, para que “en el cuadro de la institucionalidad, contribuyan con coraje y creatividad a identificar soluciones que refuercen la paz y la justicia, en el respeto del ordenamiento jurídico nacional e internacional”.
De esta forma, se asegura en el carta, “el encuentro ayudará a la construcción de una sociedad cada vez más incluyente y a conseguir una paz estable y duradera”.
En cinco décadas de conflicto, el enfrentamiento entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno ha dejado 220.000 muertos, más de 25.000 desaparecidos y casi 30.000 secuestrados, además 5,7 millones de desplazados. El actual presidente Juan Manuel Santos inició el proceso de paz con las FARC en noviembre de 2012 y se lleva a cabo en La Habana.
 15.08.15



Texto completo del ángelus del Papa del 16 de agosto
Francisco recuerda que la Eucaristía no es una oración privada o una bonita experiencia espiritual, no es una simple conmemoración de lo que Jesús hizo en la Última Cena. La Eucaristía es memorial que actualiza y hace presente la muerte y resurrección de Jesús
Ciudad del Vaticano, 16 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El santo padre Francisco se ha asomado a la ventana del Palacio Apostólico para rezar, como cada domingo, el ángelus con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro.
Estas son las palabras del Papa antes de la oración mariana:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!                           
 En estos domingos, la Liturgia nos está proponiendo, del Evangelio de Juan, el discurso de Jesús sobre el Pan de la vida, que es Él mismo y que es también el sacramento de la eucaristía. El pasaje de hoy (Jn 6, 51 -58) presenta la última parte de este discurso, y habla de algunos que se escandalizaron porque Jesús dijo: “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día” (Jn 6,54). El estupor de los oyentes es comprensible; Jesús, de hecho, usa el estilo típico de los profetas para provocar en la gente --y también en nosotros-- preguntas y, al final, una decisión. Primero de todo las preguntas: ¿qué significa “comer la sangre y beber la sangre” de Jesús? ¿es solo una imagen, un símbolo, o indica algo real? Para responder, es necesario intuir qué sucede en el corazón de Jesús mientras parte el pan entre la multitud hambrienta. Sabiendo que deberá morir en la cruz por nosotros, Jesús se identifica con ese pan partido y compartido, y eso se convierte para Él en “signo” del Sacrificio que le espera. Este proceso tiene su cúlmen en la Última Cena, donde el pan y el vino se convierten realmente en su Cuerpo y su Sangre. Y la eucaristía, que Jesús nos deja con un fin preciso: que nosotros podamos convertirnos en una sola cosa con Él. De hecho dice: “Quien come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él” (v. 56). Ese permanecer en Jesús y Jesús en nosotros.  La comunión es asimilación: comiéndole a Él, nos hacemos como Él. Pero esto requiere nuestro “sí”, nuestra adhesión a la fe.
A veces, se escucha sobre la santa misa esta objeción: “¿Para qué sirve la misa? Yo voy a la iglesia cuando me apetece, y rezo mejor en soledad”. Pero la eucaristía no es una oración privada o una bonita experiencia espiritual, no es una simple conmemoración de lo que Jesús hizo en la Última Cena. Nosotros decimos, para entender bien, que la eucaristía es “memorial”, o sea, un gesto que actualiza y hace presente el evento de la muerte y resurrección de Jesús: el pan es realmente su Cuerpo donado por nosotros, el vino es realmente su Sangre derramada por nosotros.
La eucaristía es Jesús mismo que se dona por entero a nosotros. Nutrirnos de Él y vivir en Él mediante la Comunión eucarística, si lo hacemos con fe, transforma nuestra vida, la transforma en un don a Dios y a los hermanos. Nutrirnos de ese “Pan de vida” significa entrar en sintonía con el corazón de Cristo, asimilar sus elecciones, sus pensamientos, sus comportamientos. Significa entrar en un dinamismo de amor oblativo y convertirse en personas de paz, personas de perdón, de reconciliación, de compartir solidario. Lo mismo que Jesús ha hecho.
Jesús concluye su discurso con estas palabras: “Quien come este pan tendrá vida eterna” (Jn 6, 58). Sí, vivir en comunión real con Jesús sobre esta tierra, nos hace pasar de la muerte a la vida. Y el Cielo empieza precisamente en esta comunión con Jesús.  En el Cielo nos espera ya María nuestra Madre --ayer celebramos este misterio. Ella nos obtenga la gracia de nutrirnos siempre con fe de Jesús, Pan de vida.
Palabras del Santo Padre después del ángelus:
Queridos hermanos y hermanas, os saludo a todos con afecto, romanos y peregrinos: las familias, los grupos parroquiales, las asociaciones, los jóvenes.
Saludo al grupo folclórico “Organización de arte y cultura mexicana”, los jóvenes de Verona que están viviendo una experiencia de fe en Roma, y los fieles de Beverare.
Dirijo un saludo especial a los numerosos jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano, reunidos en Turín en los lugares de San Juan Bosco para celebrar el bicentenario de su nacimiento; les animo a vivir en lo cotidiano la alegría del Evangelio para generar esperanza en el mundo.
Os deseo a todos un feliz domingo. Y por favor, ¡no os olvidéis de rezar por mí! ¡Buen almuerzo y hasta pronto!
 17.08.15



El Papa medió para mejorar la situación de los reclusos bolivianos
Francisco se reunió con los delegados de las cárceles del país durante su visita a Palmasola. El Gobierno incrementó en agosto el "pre diario" por privado de libertad
Madrid, 17 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
La mediación del papa Francisco, que el pasado 10 de julio se reunió con los delegados de las cárceles bolivianas en su visita oficial al país, ha posibilitado elevar en el mes de agosto el “pre diario” a favor de 13.573 reclusos.
“En reunión que tuvieron delegados de centros penitenciarios de Bolivia en la cárcel de Palmasola, le pidieron a Su Santidad interceda por ellos para que sean atendidos, por eso, nosotros hemos trabajado con las gobernaciones para atender sus demandas", explicó este viernes el director general de Régimen Penitenciario, Jorge López, en rueda de prensa.
Por este motivo, dijo que se aprobó la Resolución Administrativa 62/2015 que establece un incremento del “pre diario” por privado de libertad en los centros penitenciarios de Bolivia de 6,60 a 8 bolivianos. Ese beneficio fue refrendado mediante una resolución del Ministerio de Gobierno a favor de 13.573 presos.
Además, López informó que mejorará la atención sanitaria y para el efecto este lunes se firmará un convenio entre los ministerios de Gobierno y Salud con la finalidad de brindar asistencia integral con neumólogos, psiquiatras, ginecólogos y otros.
“Se firmara la primera adenda del convenio con el Ministerio de Educación de fecha 3 de junio, que permitirá mejorar los servicios educativos que les prestan a los privados de libertad, a través del Programa de Implementación de Centro de Apoyo Integral Pedagógico”, añadió.
Por último, el director general de Régimen Penitenciario aseguró que impulsarán la Terapia Laboral y Post-Penitenciaria, los Centros Penitenciarios Productivos, la Formulación de Programas de Inclusión Laboral y la Generación de Empleo y Justicia Restaurativa.
18.08.15



El Papa alienta en su labor a los Servicios Sacerdotales de Urgencia y Nocturnos de Argentina
Esta iniciativa nació hace más de 60 años con el objetivo de asegurar a los fieles los sacramentos en horarios en los que no es fácil encontrar un sacerdote
Ciudad del Vaticano, 18 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El próximo Jubileo Extraordinario de la Misericordia será “una buena ocasión para intensificar la colaboración entre los pastores y los laicos en la misión de acudir con afecto y asistir con ternura a los enfermos y los moribundos”.
Así lo desea el papa Francisco en una carta enviada a Manuel Martín Sjöberg, presidente del Servicio Sacerdotal de Urgencia, una experiencia nacida en 1952 en la ciudad argentina de Córdoba con el fin de asegurar a los fieles los sacramentos en horarios en los que no es fácil encontrar un sacerdote.
Asimismo, el Santo Padre asegura en la misiva su apoyo y su aliento a la “obra de misericordia cristiana que, desde hace sesenta años, realizan los voluntarios de la Federación de Servicios Sacerdotales de Urgencia y Nocturno”.
Igualmente, hablando de los necesitados, pide que “ nuestras manos estrechen sus manos, acercándolos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad”.
Y añade que “no podemos escapar a las palabras del Señor según las cuales seremos juzgados. Si dedicamos tiempo para acompañar al que estaba enfermo o prisionero, sabiendo que en cada uno de estos ‘más pequeños’ está presente Cristo mismo”.
Para finalizar la carta, el Pontífice anima “a todos los que ya realizan ese servicio o se sumarán al mismo” y les pide que recen por él.
Los Servicios Sacerdotales de Urgencia es un servicio gratuito que ofrece la Iglesia para poder llegar a los más necesitados de los sacramentos en horarios en los que no es fácil encontrar un sacerdote. Sus guardias están constituidas por un religioso y por dos o cuatro laicos que entre las 21:30 horas y las 6:30 de la mañana están atentos a las llamadas para asistir a quien lo solicite.
19.08.15



Texto completo de la catequesis del Papa del 19 de agosto

Francisco recuerda que el trabajo es sagrado y da dignidad a una familia



Ciudad del Vaticano, 19 de agosto de 2015 (ZENIT.org)

Queridos hermanos y hermanas,

después de haber reflexionado sobre el valor de la fiesta en la vida de la familia, hoy nos detenemos sobre el elemento complementario, que es el del trabajo. Ambos forman parte del diseño creador de Dios. La fiesta y el trabajo.

El trabajo, se dice comúnmente, es necesario para mantener a la familia, para hacer crecer a los hijos, para asegurar a sus seres queridos una vida digna. De una persona seria, honesta, lo más bonito que se puede decir: “Es un trabajador”, es uno que trabaja, es uno que en la comunidad no vive a costa de los otros. Hay muchos argentinos hoy, que he visto, y diré como decimos nosotros ‘no vive de arriba’. ¿Entendido?

Y de hecho, el trabajo, en sus muchas formas, a partir del de amo de casa, también cuida del bien común. ¿Y dónde se aprende este estilo de vida trabajador?
Antes que nada se aprende en familia. La familia educa al trabajo con el ejemplo de los padres: el papá y la mamá que trabajan por el bien de la familia y de la sociedad.
En el Evangelio, la Sagrada Familia de Nazaret aparece como una familia de trabajadores, y Jesús mismo es llamado “hijo del carpintero” (Mt 13,55) o incluso “el carpintero” (Mc 6,3). Y san Pablo no dejará de advertir a los cristianos: “Quien no quiera trabajar, que no coma” (2 Ts 3,10). Una buena receta para adelgazar. Si no trabajas no comes.
El apóstol se refiere explícitamente al falso espiritualismo de algunos que, de hecho, viven a costa de sus hermanos y hermanas “sin hacer nada”  (2 Ts 3,11). El compromiso del trabajo y la vida del espíritu, en la concepción cristiana, no están en contradicción entre ellas. ¡Es importante entender esto! Oración y trabajo pueden y deben estar juntos en armonía, como enseña san Benito. La falta de trabajo daña también el espíritu, como la falta de oración daña también la actividad práctica.
Trabajar --repito, en muchas formas-- es propio de la persona humana. Expresa su dignidad de ser creada a imagen de Dios. Por eso, se dice que el trabajo es sagrado. El trabajo es sagrado, y por eso, la gestión de la ocupación es una gran responsabilidad humana y social, que no puede quedar en las manos de unos pocos o descargada sobre un “mercado” divinizado. Causar una pérdida de puestos de trabajo significa causar un grave daño social. Me entristece cuando veo que no hay trabajo, que hay gente sin trabajo, que no encuentra trabajo y que no tiene la dignidad de llevar el pan a casa. Y me alegro mucho cuando veo que los gobernantes hacen tantos esfuerzos y tanto trabajo para encontrar puestos de trabajo y para tratar que todos tengan un trabajo. El trabajo es sagrado, el trabajo da dignidad a una familia. Debemos rezar para que no falte el trabajo en ninguna familia.
Por tanto, también el trabajo, como la fiesta, forma parte del diseño del Dios Creador. En el libro del Génesis, el tema de la tierra como casa-jardín, a cargo del cuidado y el trabajo del hombre (2, 8.15), es anticipado con un pasaje muy conmovedor: “Cuando el Señor Dios hizo la tierra y el cielo, aún no había ningún arbusto del campo sobre la tierra ni había brotado ninguna hierba, porque el Señor Dios no había hecho llover sobre la tierra. Tampoco había ningún hombre para cultivar el suelo, pero un manantial surgía de la tierra y regaba toda la superficie del suelo” (2,4b-6a). No es romanticismo, es revelación de Dios; y nosotros tenemos la responsabilidad de comprenderla y asimilarla hasta el fondo. La Encíclica Laudato Si’, que propone una ecología integral, contiene también este mensaje: la belleza de la tierra y la dignidad del trabajo están hechas para ir juntas. La tierra se hace bella cuando es trabajada por el hombre. Van juntas las dos.
Cuando el trabajo se desvincula de la alianza de Dios con el hombre y la mujer, cuando se separa de sus cualidades espirituales, cuando es rehén de la lógica del beneficio y desprecia los afectos de la vida, la degradación del alma contamina todo: también el aire, el agua, la hierba, la comida... La vida civil se corrompe y el hábitat se estropea. Y las consecuencias golpean sobre todo a los más pobres y a las familias más pobres. La organización moderna del trabajo muestra a veces una peligrosa tendencia a considerar a la familia una carga, un peso, una pasividad, para la productividad del trabajo. Pero preguntémonos: ¿qué productividad? ¿Y para quién? La llamada “ciudad inteligente” es sin duda rica de servicios y de organización; pero, por ejemplo, a menudo es hostil con los niños y los ancianos.
A veces, quien proyecta está interesado en la gestión de fuerza-trabajo individual, para ensamblar y utilizar o descartar según la conveniencia económica. La familia es un gran lugar de prueba. Cuando la organización del trabajo la tiene como rehén, o incluso le obstaculiza el camino, ¡entonces estamos seguros de que la sociedad humana ha comenzado a trabajar contra sí misma! Las familias cristianas reciben de esta coyuntura un gran desafío y una gran misión. Estas ponen en juego los fundamentos de la creación de Dios: la identidad y la unión del hombre y la mujer, la generación de los hijos, el trabajo que hace doméstica la tierra y habitable el mundo. ¡La pérdida de estos fundamentos es algo muy serio, y en la casa común ya hay muchas grietas! La tarea no es fácil. A veces, a las asociaciones de familias les puede parecer que son como David contra Goliat… ¡pero sabemos cómo terminó ese desafío! Se necesitan fe y astucia. Que Dios nos conceda acoger con alegría y esperanza su llamada, en este momento difícil de nuestra historia. La llamada al trabajo para dar dignidad a sí mismo y a la propia familia. Gracias.



20.08.15




Emigrantes y refugiados nos interpelan. La respuesta del Evangelio de la misericordia
Tema elegido por el Santo Padre para la celebración de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, el 17 de enero de 2016
Ciudad del Vaticano, 20 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
Emigrantes y refugiados nos interpelan. La respuesta del Evangelio de la misericordia”.  Este es el tema elegido por el papa Francisco para la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado en el año 2016, palabras que se deben situar en el contexto del Año de la Misericordia que se celebrará del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016.  Con este tema, explica el comunicado del Pontificio Consejo de la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes, “quieren subrayarse dos aspectos”.
De este modo, se indica que con la primera parte del tema --emigrantes y refugiados nos interpelan-- se quiere hacer presente “la dramática situación de tantos hombres y mujeres, obligados a abandonar su propia tierra”. Y así, se advierte que no se deben olvidar “las actuales tragedias del mar que tienen por víctimas a los inmigrantes”.  Frente al riesgo evidente de que este fenómeno sea olvidado, “el Santo Padre presenta el drama de los inmigrantes y refugiados como una realidad que nos debe interpelar”.
Con la segunda parte del tema --la respuesta del Evangelio de la misericordia-- se quiere unir de forma explícita el fenómeno de la migración con la respuesta del mundo y, en particular, de la Iglesia.  En este contexto, “el Santo Padre invita al pueblo cristiano a reflexionar durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporal y espiritual, entre las que se encuentra la de acoger a los forasteros”.
En línea con el deseo del Santo Padre, que quiere que cada Iglesia particular esté “directamente implicada para vivir este Año Santo”, el Pontificio Consejo de la Pastoral para los Migrantes e Itinerantes ofrece algunas indicaciones.
En primer lugar sugiere que “la jornada jubilar sea celebrada particularmente a nivel diocesano y nacional, en el ámbito más cercano a los inmigrantes y refugiados, con su participación, e implicando también a las comunidades cristianas”. Asimismo, propone que “el evento jubilar central sea el próximo 17 de enero de 2016, en el día que se celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado”. También “anima a las diócesis y las comunidades cristianas, que aún no lo hacen, a programar iniciativas, aprovechando la ocasión que ofrece este Año de la Misericordia”. El dicasterio vaticano invita además a “no olvidar el aspecto de la sensibilización en las comunidades cristianas al fenómeno migratorio”. Desea también que “la atención hacia los inmigrante y su situación no se reduzca a una única jornada”. Y finalmente recuerda que “también es importante realizar signos concretos de solidaridad, que tengan un valor simbólico, y que expresen la cercanía y la atención a los inmigrantes y refugiados”.
La Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado tiene su origen en la carta circular “El dolor y las preocupaciones” que la Sagrada Congregación Consistorial envió el 6 de diciembre de 1914 a los  Ordinarios Diocesanos Italianos. En ella se pedía, por primera vez, “instituir una jornada anual de sensibilización sobre el fenómeno de la migración y  también para promover una colecta a favor de las obras pastorales para los inmigrantes italianos y para la preparación de los misioneros que iban a emigrar”. Como consecuencia de esa carta, el 21 de febrero de 1915 tuvo lugar la primera celebración de tal jornada.
21.08.15



Colombia: el Papa propone a un observador de la Santa Sede en las negociaciones de paz
La aceptación de esta figura debe recibir el consenso de ambas partes, Gobierno colombiano y FARC
Madrid, 21 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El arzobispo de Tunja y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Mons. Luis Augusto Castro Quiroga, ha afirmado que el papa Francisco ha propuesto a un observador de la Santa Sede en las negociaciones de paz que se están llevando a cabo en La Habana. Se trata de un “acompañante” del proceso, ha precisado.
“Está es la forma en la que el Papa Francisco puede apoyar el proceso de paz colombiano”, ha señalado Mons. Castro Quiroga en una radio local, al tiempo que ha reiterado que “la aceptación de esta figura debe recibir el consenso de ambas partes, Gobierno colombiano y FARC”.
Los diálogos en la capital cubana, que comenzaron el 19 de noviembre de 2012, abordan desde hace 14 meses el tema de las víctimas, que incluye los principios de verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición, y para ayudar en ese punto el Gobierno convocó una comisión de expertos como asesores.
Ese grupo, anunciado el pasado 27 de julio por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, está integrado por los juristas Manuel José Cepeda y Juan Carlos Henao, y por el estadounidense Doug Casssel.
Esta comisión trabajará en paralelo a la discusión del punto de las víctimas, que se desarrolla de manera simultánea con la subcomisión técnica del fin del conflicto, en la que se discute la desmovilización y dejación de las armas por parte de la guerrilla colombiana.
El proceso de paz se ha reforzado en las últimas semanas por la decisión de las partes de reducir la intensidad del conflicto y acelerar las negociaciones. En esta línea, el Gobierno celebró la semana pasada el anuncio del nombramiento del diplomático francés Jean Arnault en calidad de representante de Naciones Unidas en la subcomisión sobre el fin del conflicto.
El nombramiento responde a la petición efectuada por el Gobierno de Colombia y las FARC de solicitar a la ONU la incorporación de un delegado a esa subcomisión técnica, que tiene como objetivo trabajar en un alto el fuego bilateral y definitivo, en la que también estará presente un delegado de Uruguay en representación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).
 22.08.15



Los cardenales Sturla y Cordes, enviados especiales a los congresos eucarísticos de Bolivia y la República Checa
El quinto encuentro boliviano se celebrará en Tarija del 16 al 20 septiembre. La primera cita checa tendrá lugar en Brno del 15 al 17 de octubre
Ciudad del Vaticano, 22 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El papa Francisco ha nombrado este sábado a los enviados especiales que lo representarán en los actos de clausura de los congresos eucarísticos nacionales que se celebrarán próximamente en Bolivia y en la República Checa. Se trata del cardenal Daniel Fernando Sturla Berhouet, arzobispo de Montevideo, y del cardenal Paul Joseph Cordes, presidente emérito del Pontificio Consejo "Cor Unum", respectivamente, según informó la Sala de Prensa de la Santa Sede.
El Congreso Eucarístico Nacional de Bolivia --el quinto en el país-- fue inaugurado virtualmente por el Pontífice después de la misa en Santa Cruz de La Sierra, durante su viaje a América Latina del pasado mes de julio. Se llevará a cabo en Tarija, del 16 al 20 de septiembre, y contará con la participación de todas las diócesis bolivianas que abordarán la relación entre la Eucaristía y la familia, también en vista del próximo Sínodo.
En el caso de la República Checa es el primer Congreso Eucarístico Nacional. El encuentro tendrá lugar en Brno del 15 al 17de octubre, pero los preparativos ya están en marcha desde el pasado mes de enero, gracias a las iniciativas propuestas a los fieles por la Conferencia Episcopal. En esta línea, cabe destacar el Congreso Eucarístico que se celebró en la diócesis de Olomouc los días 15 y 16 mayo.
 23.08.15



El Papa en el Ángelus: "¿Quién es Jesús para mí?"
Texto completo. Francisco pidió este domingo que la Virgen María nos ayude a “ir” siempre a Jesús, para experimentar la libertad que Él nos ofrece 
Ciudad del Vaticano, 23 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
Como cada domingo, el papa Francisco rezó el Ángelus desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico, ante una multitud que le atendía en la Plaza de San Pedro.
Dirigiéndose a los fieles y peregrinos venidos de todo el mundo, que le acogieron con un largo y caluroso aplauso, el Pontífice les dijo:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Concluye hoy la lectura del capítulo sexto del Evangelio de Juan, con el discurso sobre el Pan de la vida, pronunciado por Jesús, al día siguiente del milagro de la multiplicación de los panes y peces.
Al final de este discurso, el gran entusiasmo del día anterior se apagó, porque Jesús había dicho que era el Pan bajado del cielo y que daba su carne como alimento y su sangre como bebida, aludiendo así claramente al sacrificio de su misma vida. Estas palabras suscitaron desilusión en la gente, que las juzgó indignas del Mesías, no ‘ganadoras’.
Así, algunos miraban a Jesús como a un mesías que debía hablar y actuar de modo que su misión tuviera éxito, ¡enseguida!
¡Pero, precisamente sobre esto se equivocaban: sobre el modo de entender la misión del Mesías!
Ni siquiera los discípulos logran aceptar ese lenguaje, lenguaje inquietante del Maestro. Y el pasaje de hoy cuenta su malestar: “¡Es duro este lenguaje! --decían-- ¿Quién puede escucharlo?”.
En realidad, ellos entendieron bien las palabras de Jesús. Tan bien que no quieren escucharlo, porque es un discurso que pone en crisis su mentalidad. Siempre las palabras de Jesús nos ponen en crisis; en crisis, por ejemplo, ante el espíritu del mundo, a la mundanidad. Pero Jesús ofrece la clave para superar la dificultad; una clave hecha con tres elementos. Primero, su origen divino: Él ha bajado del cielo y subirá allí donde estaba antes.
Segundo, sus palabras se pueden comprender solo a través de la acción del Espíritu Santo, Aquel que “da la vida”. Y es precisamente el Espíritu Santo el que nos hace comprender bien a Jesús.
Tercero: la verdadera causa de la incomprensión de sus palabras es la falta de fe: “hay entre ustedes algunos que no creen”, dice Jesús. En efecto, desde ese momento, dice el Evangelio, “muchos de sus discípulos se alejaron de él y dejaron de acompañarlo”. Ante estas defecciones, Jesús no hace descuentos y no atenúa sus palabras, aún más obliga a realizar una opción precisa: o estar con Él o separarse de Él, y dice a los Doce: “¿También ustedes quieren irse?”.
En ese momento, Pedro hace su confesión de fe en nombre de los otros Apóstoles: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna”. No dice: “¿dónde iremos?”, sino “¿a quién iremos?”. El problema de fondo no es ir y abandonar la obra emprendida, sino a quién ir. De esa pregunta de Pedro, nosotros comprendemos que la fidelidad a Dios es cuestión de fidelidad a una persona, con la cual nos unimos para caminar juntos por el mismo camino. Y esta persona es Jesús. Todo lo que tenemos en el mundo no sacia nuestra hambre de infinito. ¡Tenemos necesidad de Jesús, de estar con Él, de alimentarnos en su mesa, con sus palabras de vida eterna!
Creer en Jesús significa hacer de Él el centro, el sentido de nuestra vida. Cristo no es un elemento accesorio: es el “pan vivo”, el alimento indispensable. Unirse a Él, en una verdadera relación de fe y de amor, no significa estar encadenados, sino ser profundamente libres, siempre en camino.
Cada uno de nosotros puede preguntarse, ahora: ¿Quién es Jesús para mí? ¿Es un nombre, es una idea, es un personaje histórico solamente? O es verdaderamente aquella persona que me ama, que ha dado su vida por mí y camina conmigo. ¿Para ti quién es Jesús? ¿Estás con Jesús? ¿Intentas conocerlo en su palabra? ¿Lees el Evangelio todos los días, un pasaje del Evangelio, para conocer a Jesús? ¿Llevas el pequeño Evangelio en el bolsillo, en el bolso, para leerlo, en todas partes? Porque cuanto más estamos con Él, más crece el deseo de permanecer con él. Ahora les pediré amablemente, hagamos un momentito de silencio y cada uno de nosotros en silencio, en su corazón, se pregunte: ¿quién es Jesús para mí? En silencio, cada uno responda, en su corazón: ¿quién es Jesús para mí?
Que la Virgen María nos ayude a “ir” siempre a Jesús, para experimentar la libertad que Él nos ofrece, y que nos consiente limpiar nuestras opciones de las incrustaciones mundanas y también de los miedos.
Al término de estas palabras, el Santo Padre rezó la oración mariana:
Angelus Domini nuntiavit Mariae...
Al concluir la plegaria, el Pontífice renovó su llamamiento para que se respeten los acuerdos de paz en Ucrania:
Queridos hermanos y hermanas,
Con preocupación, sigo el conflicto en Ucrania oriental, que se ha agravado nuevamente en estas últimas semanas. Renuevo mi llamamiento para que se respeten los acuerdos asumidos para alcanzar la pacificación, y con la ayuda de las organizaciones y de las personas de buena voluntad, se responda a la emergencia humanitaria en el país.
Que el Señor conceda la paz a Ucrania, que se prepara a celebrar, mañana, la fiesta nacional. ¡Que la Virgen María interceda por nosotros!
A continuación llegó el turno de los saludos que tradicionalmente realiza el Santo Padre:
Saludo cordialmente a todos los peregrinos romanos y a los procedentes de varios países, en particular a los nuevos seminaristas del Pontificio Colegio Norteamericano, llegados a Roma para realizar los estudios teológicos.
Saludo al grupo deportivo de San Giorgio su Legnano, a los fieles de Luzzana y de Chioggia; a los chicos y los jóvenes de la diócesis de Verona.
Y no se olviden, esta semana, deténganse cada día un momentito y háganse la pregunta: “¿quién es Jesús para mí?”. Y cada uno responda en su corazón. ¿Quién es Jesús para mí?
Como de costumbre, el papa Francisco concluyó su intervención diciendo:
A todos les deseo un buen domingo. Y por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!
24.08.15



El papa Francisco celebra su 100ª audiencia general
El primer encuentro con el Santo Padre tuvo lugar el 27 de marzo de 2013 y estuvo dedicado a la Semana Santa
Ciudad del Vaticano, 24 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El papa Francisco celebrará este miércoles en el Aula Pablo VI su centésima audiencia general. El tradicional encuentro con el Santo Padre en el Vaticano está previsto para las 10 horas ante la presencia de miles de fieles y peregrinos procedentes de diversos países, que escucharán la catequesis del Pontífice y recibirán su bendición apostólica.
De este modo, se cumplirán las cien primeras audiencia semanales del papa Francisco desde el inicio de su pontificado el pasado 13 de marzo de 2013. La primera cita tuvo lugar el 27 de marzo de ese mismo año y estuvo dedicada a la Semana Santa.
Según datos de la Prefectura de la Casa Pontificia de la Santa Sede, hasta el momento más de tres millones de personas han participado en los encuentros papales, que comprenden tanto los actos públicos del Pontífice, como las audiencias generales de los miércoles y los ángelus de los domingos, a los que se suman además otras audiencias especiales.
 25.08.15

























 

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