"El peor error es
que la Iglesia no cambie con los tiempos"
Jorge Costadoat sj:
"Los Papas se equivocan"
"El profeta
incomoda. Nunca tiene toda la razón. Es insoportable. Nadie lo acalla"
Jorge
Costadoat, 02 de agosto de 2015
Este Papa es muy libre. Se salta los protocolos. No se
deja presionar
Benedicto XVI y la
conquista de América
(Jorge Costadoat, SJ).-
El concilio
de Constantinopla III (681) condenó al papa Honorio por negarle una voluntad
humana a Cristo. Recortaba su humanidad. Un Cristo así concebido no habría
sido un ser humano capaz de discernir su camino a Dios como debe hacerlo
cualquier cristiano.
El papa Bonifacio VIII le "aserruchó" el
piso al papa Celestino. Lo obligó a renunciar. El papa Julio II emprendió la guerra contra
Francia. ¡Qué hace un Papa con lanza en ristre!
El papa Pío IX
condenó a quienes postulaban la libertad de culto. El Estado, según él, sólo
debía admitir una única religión, la católica. El Vaticano II lo habría
condenado a él. Este Concilio innovó en la doctrina. Admitió la libertad
religiosa. Pero sería tal vez un anacronismo condenar a Pío IX a posteriori.
Los tiempos cambian. El peor error es que la Iglesia no cambie con los tiempos.
Todos los Papas
han debido confesarse. Dudo que alguno no se haya considerado pecador. Pablo VI
se equivocó. Juan Pablo II declaró líder de juventudes a Marcial Maciel.
Mal. Lo engañaron. Hicieron que se equivocara.
Benedicto XVI puso
remedio al error anterior. Redujo a Maciel. Pero se equivocó en Aparecida
(2007): enalteció la llegada del cristianismo con la Conquista de América. A
los diez días tuvo que dar explicaciones.
El papa
Francisco, según los chilenos, no debió hablar del mar en Bolivia. Se esperaba que no lo hiciera. Sus propios
consejeros diplomáticos han debido decirle que mejor no hiciera. Pero este Papa
es muy libre. Se salta los protocolos. No se deja presionar. Ha hablado del mar
justo cuando se revisa un tema en La Haya. ¿No sabe que Chile ha querido
establecer relaciones diplomáticas con Bolivia y que Bolivia no ha querido?
¿Alguien le dijo que si insinuaba una solución justa en favor de nuestros
vecinos, cerraba las puertas a convertirse a futuro en un mediador entre los
dos países, como lo fue Juan Pablo II en el diferendo con Argentina? Se perdió
esta posibilidad. Un error. ¿Uno o varios errores?
Pero también cabe
la posibilidad de que Francisco no se haya equivocado. Tal vez los chilenos no
hemos prestado suficiente atención a la opinión que tienen los demás países
sobre nosotros. Decimos que los tratados no se tocan: pacta sunt servanda! Éste
es el quicio del derecho internacional. Tocarlos podría llevar al planeta
al caos. Sí, pero el derecho cambia. Otras fuentes nutren la idea actual de
justicia. Dicen.
El Papa ha dicho que no es injusto que Bolivia
reclame. Hoy no se puede insistir tan fácilmente en que las guerras generen
títulos de dominio justos. Puede ser que la apelación del Papa sea
profética, como otras muchas suyas. El profeta incomoda. Nunca tiene toda la
razón. Es insoportable. Nadie lo acalla. Reclama justicia pero sin bajar a
detalles. Si se le piden cuentas de cómo hacer las cosas, seguramente no sabrá
qué decir. El profeta acierta en lo fundamental y se equivoca en todo los
demás.
¿Y si los chilenos fuéramos los equivocados y el Papa
tuviera la razón? Los profetas
apelan a la imaginación. ¿Cómo no se nos ocurrirá algo para acabar con una
guerra que, según parece, no terminó bajo todos los respectos y que nunca debió
ser?
UN PROFETA CADA VEZ MÁS INCÓMODO
GABRIEL Mª
OTALORA, gabriel.otalora@outlook.com
BILBAO (VIZCAYA).
BILBAO (VIZCAYA).
ECLESALIA, 27/07/15.- Los mensajes del Papa Francisco son
cada vez más claros y contundentes sus denuncias contra las injusticias
estructurales. El problema añadido a la incomodidad creciente para los
dirigentes a los que van dirigidas sus denuncias (dirigentes políticos pero
sobre todo económicos y financieros) es que su lenguaje pastoral solo es
interpretado en clave política: o eres de derechas o de izquierdas, sin
aceptarle que un cristiano como él, en calidad de Papa, pueda ser crítico con
los sistemas totalitarios de izquierdas y de derechas exigiendo un cambio de
estructuras que alivien la desigualdad creciente, con millones de pauperizados
ajenos al sueño, no ya de la justicia, sino del consumismo.
El profeta Francisco ha llegado muy lejos en sus
críticas y es atacado directamente por Jeff Bush y por la prensa estadounidense
de estar fomentando la desobediencia social y “la rebelión de las masas contra
los capitalistas” en su reciente gira latinoamericana de principio de julio:
“El reciente viaje de Francisco a América del Sur reveló un obvio mensaje
socialista y anticapitalista que insta a un cambio estructural de la economía
global que atenta contra el proyecto de Jesús”, escribe Paul Farrel. Atención a
esto último: no atenta Francisco contra los capitalistas sino contra el
evangelio, es decir, que el sistema capitalista está alineado con las
enseñanzas del Maestro y socavar sus bases es ir en contra de Cristo, en este
caso el mismísimo Papa.
¿Decir que todos tienen derecho a la Tierra, a la
vivienda (techo) y al trabajo, y que son “derechos sagrados”, es atentar contra
el mensaje cristiano? ¿O es precisamente evitárselos a una gran masa de seres
humanos lo que supone un atentado humanitario y cristiano? ¿Es la ley del
máximo beneficio la que agrede al mensaje de Dios o es su denuncia a favor de
los desheredados de la Tierra por tanta codicia? Escuece escuchar del Papa
-aunque muchos medios no lo han recogido con esta claridad- que se refiera al capitalismo
no controlado como “dictadura sutil” y “estiércol del diablo”, porque si
gobierna “la ambición desenfrenada de dinero”, el “servicio para el bien común
queda relegado”. En su Exhortación a la alegría, se refirió al capitalismo como
que “esta economía mata” y “destruye a la madre Tierra”.
El que un profeta diga estas cosas, no deben
escandalizar a un cristiano que ya debería saber cómo se las gastaban aquellos
profetas (Amós. Elías, Miqueas, Isaías…) frente a poderosos mucho menos sutiles
que los prebostes del capitalismo, a no ser que su hipocresía sea todavía mayor
a sus ganas por controlar a la opinión pública. No hay nada en el discurso de
Francisco que sea ajeno a la enseñanza social de la Iglesia. Su invitación a un
profundo cambio en las estructuras lo hace desde el Evangelio, desde la
realidad de la Buena Noticias a los pobres, ante la cual, los cristianos
deberíamos decir lo que Francisco, vista la situación de infra humanidad que se
precisa para que el Sistema mantenga sus retos del máximo beneficio posible a
costa de todo y de todos.
Es hora de respondernos con sinceridad hasta qué punto
estamos de acuerdo con Bush o el periodista Farrel, que manipula sin pudor
alguno la Buena Noticia. La vida no es comunista o capitalista: existen otras alternativas
de justicia a pesar de quienes nos quieren obligar a posicionarnos entre estas
dos perversiones económicas que tanto daño vienen haciendo a la humanidad.
Necesitamos muchos profetas que sigan a Francisco y se manifiesten públicamente
en defensa de la denuncia profética.
Angelus Domini nuntiavit Mariae...
18.08.15
Angelus Domini nuntiavit Mariae...
El
Papa: los divorciados vueltos a casar no están excomulgados y son parte de la
Iglesia
Tras la pausa del mes de julio,
Francisco ha retomado las audiencias generales prosiguiendo con el ciclo de
catequesis sobre la familia. Hoy ha reflexionado sobre la acogida y el
acompañamiento a las parejas divorciadas que se han vuelto a casar
Ciudad del
Vaticano, 05 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El papa Francisco ha celebrado de nuevo la audiencia
general de los miércoles, tras un mes de descanso. De este modo, el Santo Padre
ha llegado al Aula Pablo VI, donde se celebrarán en agosto debido al calor, y
ha ido saludando a los fieles en torno al pasillo. Con calma, se ha detenido a
bendecir a los más pequeños y conversar algunos instantes con algunos de los
peregrinos venidos de todas las partes del mundo, que le entregaban algunos
regalos. Igualmente, ha acariciado con ternura a los enfermos y ancianos
sentados en las primeras filas.
La catequesis de esta mañana, prosiguiendo con el
ciclo sobre la familia, se ha centrado en una de las heridas a las que se
enfrentan las familias de hoy. Personas divorciadas que se han vuelto a
casar por lo civil.
De este modo, en el resumen hecho por Francisco en
español ha indicado que “retomando las reflexiones sobre la familia, deseo
referirme hoy a la situación de los que tras la ruptura de su vínculo
matrimonial han establecido una nueva convivencia, y a la atención pastoral que
merecen”.
La Iglesia --ha
asegurado-- sabe bien que tal situación contradice el sacramento cristiano,
pero con corazón de madre busca el bien y la salvación de todos, sin excluir a
nadie. Y así, el Papa ha añadido que la Iglesia, “animada por el Espíritu Santo
y por amor a la verdad, siente el deber de discernir bien las situaciones,
diferenciando entre quienes han sufrido la separación y quienes la han provocado”.
Del mismo modo, ha
observado que “si se mira a la nueva unión desde los hijos pequeños vemos la
urgencia de una acogida real hacia las personas que viven en tal situación”.
Por eso se ha preguntado: “¿Cómo podemos pedirle a estos padres educar a los
hijos en la vida cristiana si están alejados de la vida de la comunidad?” Al
respecto, el Santo Padre ha afirmado que “es necesario una fraterna y atenta
acogida, en el amor y en la verdad, hacia estas personas que en efecto no están
excomulgadas como algunos piensan: ellas forman parte siempre de la Iglesia”.
Finalmente, el
Pontífice ha señalado que “no tenemos recetas sencillas” pero “es preciso
manifestar la disponibilidad de la comunidad y animarlos a vivir cada vez más
su pertenencia a Cristo y a la Iglesia con la oración, la escucha de la Palabra
de Dios, la participación en la liturgia, la educación cristiana de los hijos,
la caridad, el servicio a los pobres y el compromiso por la justicia y la paz”.
La Iglesia --ha concluido-- no tiene las puertas cerradas a nadie.
A continuación ha
saludado a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos
provenientes de España y Latinoamérica. A ellos ha pedido que “en la memoria
litúrgica de la Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor, confiemos a
la Madre de Dios a todas las familias”.
Después de los
saludos en las distintas lenguas, el Santo Padre ha dirigido unas palabras a
los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Así, ha recordado que hoy
celebramos la Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor, donde se venera
el icono de la Salus Populi Romani. De este modo, ha invitado a los
jóvenes a que invoquen a la Madre de Dios, “para sentir la dulzura de su amor”.
A los enfermos les ha exhortado a que recen a la Virgen "en los momentos
de cruz y de sufrimiento”. Finalmente, a los recién casados les ha invitado a
que la miren “como el modelo de vuestro camino conyugal de dedicación y
lealtad”.
06.08.15
El
Papa envía su cercanía a los refugiados iraquíes en Jordania
El secretario general de la Conferencia Episcopal
Italiana viaja a Jordania con ocasión del primer aniversario de la llegada
de refugiados procedentes de Irak y lleva el mensaje del Santo Padre
Ciudad del
Vaticano, 06 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El secretario general de la Conferencia Episcopal
Italiana, monseñor Nunzio Galantino, por invitación del Patriarca Latino de
Jerusalén, Su Beatitud Fouad Twal, y del vicario patriarcal para
Jordania, monseñor Maroun Lahham, realiza un viaje a esta nación en
ocasión del primer aniversario de la llegada de refugiados iraquíes a Jordania,
el 8 de agosto de 2014. El viaje de monseñor Galantino será del 6 al 9 de
agosto, y en esos días participará en varias iniciativas y encuentros, entre
los que se incluyen visitas a centros de acogida a refugiados.
Aprovechando la ocasión, el papa Francisco ha querido
enviar un mensaje de cercanía a los refugiados, de gratitud a los que se hacen
cargo de sus problemas y un llamamiento a la comunidad internacional para que
no permanezca pasiva ante esta dramática situación.
De este modo, en la misiva que el Santo Padre envía a
monseñor Lahham quiere llegar “con una palabra de esperanza a cuántos,
oprimidos por la violencia, se han visto obligados a abandonar sus casas y
su tierra”.
Tal y como
recuerda el Pontífice, en más ocasiones ha querido “dar voz a las atroces,
deshumanas e inexplicables persecuciones de quien en tantas partes del mundo
--y sobre todo entre cristianos-- son víctimas del fanatismo y discriminados
por su fidelidad al Evangelio”.
El recuerdo del
Papa, que se hace llamamiento solidario, quiere ser “el signo de una Iglesia
que no olvida y no abandona a sus hijos exiliados a causa de su fe: sabemos que
una oración cotidiana se alza por ellos, junto al reconocimiento por el
testimonio que nos ofrecen”.
Del mismo modo,
dedica unas palabras a las comunidades que han sabido hacerse cargo de estas
personas, “evitando mirar a otro lado”. A ellos el Santo Padre les dice:
“Vosotros anunciáis la resurrección de Cristo al compartir el dolor y con
la ayuda solidaria que prestáis a cientos de miles de refugiados; con vuestro
agacharse por sus sufrimientos, que corren el riesgo de sofocar la esperanza;
con vuestro servicio de fraternidad, que correrá también el riesgo en momentos
oscuros de la existencia”. Por esto, el Papa ha deseado que el Señor les
recompense, “como solo Él puede hacer, con la abundancia de sus dones”.
A su vez, el
Pontífice ha deseado que la opinión pública mundial esté cada vez más atenta,
sensible y participativa frente “a las persecuciones que sufren los cristianos
y, en general, de las minorías religiosas”.
Finalmente,
renueva su exhortación para que la comunidad internacional no permanezca muda e
inerte frente a tal crimen inaceptable, “que constituye una
preocupante pérdida de los derechos humanos más esenciales e impide
la riqueza de la convivencia entre los pueblos, las culturas y las religiones”.
07.08.15
El
Papa a los jóvenes del MEJ: "Las tensiones se resuelven con diálogo"
El Movimiento
Eucarístico Juvenil celebra su centenario con el Santo Padre en el Vaticano
Ciudad del
Vaticano, 07 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
Primero: no tener miedo a las tensiones porque nos
hacen crecer. Segundo: resolver las tensiones con el diálogo. Tercero: no
unirse demasiado a un tensión porque hace mal. ¿Ha quedado claro? Estos son
algunos de los consejos que los miembros de la sección juvenil del apostolado
de la oración, conocida como Movimiento Eucarístico Juvenil, han recibido hoy
del papa Francisco. Con ocasión del centenario de la organización, han
celebrado un encuentro con el Pontífice en el Aula Pablo VI, donde han
participado más de 1.500 jóvenes, muchos de ellos acompañados de sus padres,
procedentes de 35 países.
Tras los saludos del padre general de la Compañía de
Jesús, Adolfo Nicolás, y del responsable del movimiento, padre Frédérik Fornos,
seis jóvenes de distintas nacionalidades han planteado sus interrogantes al
Santo Padre. Mientras, Francisco tomaba notas y a continuación ha hablado
improvisando y respondiendo a las preguntas de los jóvenes.
En primer lugar ha
reflexionado sobre la “tensión y el conflicto”, dos temas planteados en las
preguntas con los que el Papa ha reconocido sentirse conmovido. Un familia o un
grupo de amigos “sin tensión ni conflicto” sería un cementerio, ha asegurado.
Así, ha indicado que cuando hay vida hay tensión y conflicto y “por eso es
necesario desarrollar este concepto” y “buscar en mi vida cuáles son las
verdaderas tensiones”. También ha subrayado que cada uno debe ndividuar las
tensiones de su vida, recordando que “la tensión te hace crecer, desarrolla la
valentía”.
A continuación, el
Pontífice ha explicado que el diálogo es la forma de resolver las tensiones.
“Cuando en una familia hay diálogo, cuando hay esta capacidad de decir
espontáneamente qué piensa cada uno, las tensiones se resuelven bien”, ha
indicado. Por eso ha invitado a no tener miedo a las tensiones pero tener
cuidado y no unirse demasiado a ellas. “La tensión viene para dar paso a la
armonía”, ha añadido.
A propósito de los
conflictos, el Santo Padre ha asegurado en su discurso que también “los
conflictos pueden hacernos bien porque nos hacen entender las diferencias”. Y
el conflicto se resuelve --ha precisado-- con respeto a la identidad. Por eso
ha puesto como ejemplo las miles de personas que se lanzan al mar para buscar
un futuro mejor y cuando llegan a puerto o a una playa, se les da agua y comida
y se les vuelve a echar al mar. “Esto es un conflicto no resuelto. Y esto es
guerra. Se llama matar”, ha advertido.
Por otro lado ha
hablado de Oriente Medio, donde “estamos viendo que tanta gente no es
respetada, las minorías religiosas, los cristianos, pero no solo no son
respetadas, sino que muchas veces son perseguidos y matados”. Y esto sucede
”porque no se respeta su identidad”, ha insistido Francisco.
Respondiendo a la
pregunta de una joven brasileña sobre el mayor desafío al que se ha enfrentado,
el Papa ha respondido que “encontrar siempre la paz en el Señor”. Un desafío
--ha precisado-- al que nos enfrentamos todos. Al respecto, el Pontífice ha
hablado de la paz que solo Jesús puede dar. El desafío de encontrar esa paz
--ha explicado-- que significa que el Señor te acompaña, que el Señor está
cerca. En relación con esto, ha recordado que hay otro desafío: saber distinguir
la paz de Jesús de otra paz, que no es de Jesús. De este modo, ha invitado a
los jóvenes a pedir al Señor “la gracia de saber discernir la verdadera paz de
la falsa paz”. La paz del enemigo es superficial, estás contento pero dentro
hay un engaño. El demonio “te hace creer que este es el camino y después, al
final, te deja solo”. Así, Francisco ha recordado que el diablo siempre engaña,
es un “mal pagador”, “te hace ver las cosas maquilladas”. Y el signo de la paz
de Jesús --ha asegurado-- es la alegría profunda.
Sobre las señales
reales de alegría que el Papa ve en la Iglesia del mundo de hoy, ha indicado
que “ver jóvenes como vosotros” es una de ellas. Otro punto que ha querido
también destacar, ha sido la sabiduría de los abuelos. El Pontífice ha
recordado que “los abuelos son la memoria de una familia, la memoria del país,
la memoria de la fe”. Por esta razón ha pedido a los jóvenes presentes que
hablen y pregunten cosas a sus abuelos porque “son una fuente de sabiduría”.
Otro consejo que
el Santo Padre ha dado a los presentes ha sido no olvidarse de “encontrar a
Jesús”. Y hay que buscarlo “en la oración, en la eucaristía, en la vida
cotidiana, en la ayuda a los otros, en las responsabilidades”. Del mismo modo
ha recordado el “asombro” que se siente al sentir dentro a Jesús.
Finalmente, ha
exhortado a los jóvenes a recordar en cada eucaristía la Última Cena, y hacer
memoria de que Él “dio su vida por mí”. La eucaristía --ha recordado-- no es
solamente una ceremonia o un ritual.
La intervención
del papa Francisco ha concluido con un “ánimo y adelante”, recordando que a
pesar de las cosas feas que hay en el mundo, también hay “muchas cosas bonitas
y buenas” y “muchos santos escondidos en el pueblo de Dios”. Dios está
presente --ha finalizado-- y hay muchos motivos de esperanza para ir adelante.
08.08.15
El
Papa en una radio comunitaria: "El hombre no es un hongo, es para vivir en
familia"
Francisco volvió a
comunicarse telefónicamente con dos sacerdotes amigos de la localidad de
Campo Gallo, en Argentina
Madrid, 08
de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El papa Francisco pidió este sábado a los jóvenes
que “sueñen cosas grandes” en un diálogo que
mantuvo con dos sacerdotes amigos de una radio comunitaria de la ciudad
santiagueña de Campo Gallo, en Argentina.
Durante la charla telefónica con los padres
Joaquín Giangreco y Juan Ignacio Liebana, el Pontífice aseguró
que tiene un deseo cuando piensa en Santiago del Estero,
“que pronto se pueda hacer la beatificación de Mamá Antula”. “Recen
por eso, pidan esa gracia, Mamá Antula es un ejemplo del pueblo
santiagueño, de esa fortaleza del pueblo santiagueño”, indicó.
Además, el Santo Padre señaló que “hay jóvenes
que se jubilan antes de tiempo. No quiero jóvenes tristes, jubilados, quiero
que trabajen, que trabajen fuerte por darles felicidad a otras personas,
caminar juntos, estar juntos. Cuando uno está peleado es como la perinola, pierde todo.
Que los jóvenes se jueguen por cosas grandes y tendrán alegría”.
“No envejezcan antes de tiempo y no se jubilen porque
si no van a tener una vida muy triste”, insistió el Papa. “A mí me duele
ver un joven triste. Ese joven ya está viejo, está esperando que la vida pase,
que se le escurra”, añadió.
Preguntado sobre
la encíclica Laudato si’, Francisco afirmó que hay que hacer
un esfuerzo para aprender a cuidarnos, si nos cuidamos entre nosotros cuidamos
“la casa común”. Así, invitó a saber cuidar a los chicos, a los abuelos con
“esa ternura que Jesús nos enseñó”. Y reiteró que hay que cuidar la casa común,
“esta tierra que Dios nos dio”. “Me dan pena las deforestaciones para plantar
soja”, expresó. “Cuiden la tierra, cuiden el agua, cuiden todo lo que Dios
nos ha dado”, enfatizó.
El Pontífice habló
también de la importancia de la convivencia pacífica: “Hay que caminar
juntos. Siempre es mejor la amistad que la pelea, la paz que la
guerra. Hay una sola manera de ganar una guerra: no hacerla. Cuando hay
una guerra se pierde la paz, la alegría, la concordia. Hay que caminar juntos.
Cuando uno está en la mala se le pone el hombro. El hombre no es un hongo, es
para vivir en familia”.
Por último, el
Santo Padre saludó a “todo el pueblo de Campo Gallo, chiquita
pero linda” y dedicó una bendición especial para los chicos y los
abuelos: “Que Jesús los bendiga y la Virgen los cuide”.
El Papa concluyó
su conexión rezando junto a los sacerdotes un Ave María y se despidió
con “un abrazo grande, que Dios los bendiga”.
De esta manera,
Francisco se comunicó por segunda vez con la FM Virgen del Carmen, 99.9, radio
comunitaria que sirve para los que los misioneros expandan su mensaje
evangelizador a todo el norte de la provincia.
09.08.15
El Papa en el Ángelus: 'Si tienes el corazón cerrado, la fe no entra'
Texto completo. Francisco explicó
este domingo que la fe no es propiedad privada, sino que es un don para
compartir
Ciudad del
Vaticano, 09 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
Como cada domingo, el papa Francisco
rezó el Ángelus desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico, ante
una multitud que le atendía en la Plaza de San Pedro.
Dirigiéndose a los fieles y
peregrinos venidos de todo el mundo, que le acogieron con un largo y caluroso
aplauso, el Pontífice les dijo:
Queridos
hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En este domingo prosigue la lectura del capítulo sexto
del Evangelio de Juan, donde Jesús, habiendo cumplido el gran milagro de la
multiplicación de los panes, explica a la gente el significado de aquel “signo”
(Jn 6,41-51).Como había hecho antes con la Samaritana, a partir de la
experiencia de la sed y del signo del agua, aquí Jesús parte de la experiencia
del hambre y del signo del pan, para revelarse e invitarnos a creer en Él.
La gente lo busca, la gente lo escucha, porque se ha
quedado entusiasmada con el milagro, ¡querían hacerlo rey! Pero cuando Jesús
afirma que el verdadero pan, donado por Dios, es Él mismo, muchos se
escandalizan, no comprenden, y comienzan a murmurar entre ellos: “De él
--decían--, ¿no conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo puede decir ahora: 'Yo
he bajado del cielo'? (Jn 6,42)”. Y comienzan a murmurar. Entonces Jesús
responde: “Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió”, y
añade “el que cree, tiene la vida eterna” (vv 44.47).
Nos sorprende, y
nos hace reflexionar esta palabra del Señor: “Nadie puede venir a mí, si no lo
atrae el Padre”, “el que cree en mí, tiene la vida eterna”. Nos hace
reflexionar. Esta palabra introduce en la dinámica de la fe, que es una
relación: la relación entre la persona humana, todos nosotros, y la persona de
Jesús, donde el Padre juega un papel decisivo, y naturalmente, también el
Espíritu Santo, que está implícito aquí. No basta encontrar a Jesús para creer
en Él, no basta leer la Biblia, el Evangelio, eso es importante ¿eh?, pero no
basta. No basta ni siquiera asistir a un milagro, como el de la multiplicación
de los panes. Muchas personas estuvieron en estrecho contacto con Jesús y no le
creyeron, es más, también lo despreciaron y condenaron. Y yo me pregunto: ¿por
qué, esto? ¿No fueron atraídos por el Padre? No, esto sucedió porque su corazón
estaba cerrado a la acción del Espíritu de Dios. Y si tú tienes el corazón
cerrado, la fe no entra. Dios Padre siempre nos atrae hacia Jesús. Somos
nosotros quienes abrimos nuestro corazón o lo cerramos.
En cambio la fe,
que es como una semilla en lo profundo del corazón, florece cuando nos dejamos
“atraer” por el Padre hacia Jesús, y “vamos a Él” con ánimo abierto, con
corazón abierto, sin prejuicios; entonces reconocemos en su rostro el rostro de
Dios y en sus palabras la palabra de Dios, porque el Espíritu Santo nos ha
hecho entrar en la relación de amor y de vida que hay entre Jesús y Dios Padre.
Y ahí nosotros recibimos el don, el regalo de la fe.
Entonces, con esta
actitud de fe, podemos comprender el sentido del “Pan de la vida” que Jesús nos
dona, y que Él expresa así: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma
de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la vida
del mundo” (Jn 6,51). En Jesús, en su “carne” --es decir, en su concreta
humanidad-- está presente todo el amor de Dios, que es el Espíritu Santo. Quien
se deja atraer por este amor va hacia Jesús, y va con fe, y recibe de Él la
vida, la vida eterna.
Aquella que ha
vivido esta experiencia en modo ejemplar es la Virgen de Nazaret, María: la
primera persona humana que ha creído en Dios acogiendo la carne de Jesús.
Aprendamos de Ella, nuestra Madre, la alegría y la gratitud por el don de la fe.
Un don que no es “privado”, un don que no es “propiedad privada”, sino que es
un don para compartir: es un don “para la vida del mundo”.
Al término de estas palabras, el Santo Padre
rezó la oración mariana:Angelus Domini nuntiavit Mariae...
Al concluir la
plegaria, el Papa recordó a Hiroshima y Nagasaki en el 70 aniversario del
trágico suceso:
Queridos hermanos y hermanas,
Hace setenta años,
el 6 y el 9 de agosto de 1945, sucedieron los tremendos bombardeos atómicos en
Hiroshima y Nagasaki. A distancia de tanto tiempo, este trágico suceso suscita
todavía horror y repulsión. Este se ha convertido en el símbolo del ilimitado
poder destructivo del hombre cuando hace un uso equivocado del progreso de la
ciencia y de la técnica, y constituye una advertencia continua para la
humanidad, para que repudie para siempre la guerra y destierre las armas
nucleares y toda arma de destrucción masiva. Esta triste ocasión nos llama
sobre todo a rezar y a comprometernos por la paz, para difundir en el mundo una
ética de fraternidad y un clima de serena convivencia entre los pueblos. De
cada tierra se eleve una única voz: ¡no a la guerra, no a la violencia, sí al
diálogo, sí a la paz! Con la guerra siempre se pierde. ¡El único modo de vencer
una guerra es no hacerla!
Además, el
Pontífice manifestó su preocupación por la situación que atraviesa El Salvador:
Sigo con viva
preocupación las noticias que llegan desde El Salvador, donde en los últimos
tiempos se ha agravado la situación de la población a causa de la carestía, de
la crisis económica, de agudos contrastes sociales y de la creciente violencia.
Animo al querido pueblo salvadoreño a perseverar unido en la esperanza, y
exhorto a todos a rezar para que en la tierra del beato Óscar Romero florezcan
de nuevo la justicia y la paz.
A continuación
llegó el turno de los saludos que tradicionalmente realiza el Santo Padre:
Dirijo mi saludo a
todos ustedes, romanos y peregrinos; en especial a los jóvenes de Mason
Vicentino, Villaraspa, Nova Milanese, Fossò, Sandon, Ferrara, y a los
monaguillos de Calcarelli.
Saludo a los
motociclistas de San Zeno (Brescia), comprometidos a favor de los niños
hospitalizados en el Hospital Bambin Gesú.
Como de costumbre, el papa Francisco concluyó
su intervención diciendo:
Y a todos les
deseo un buen domingo. Y por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen
almuerzo y hasta pronto!
10.08.15
El
Papa instituye la Jornada de Oración por la Creación
Se celebrará cada año
el 1 de septiembre, siguiendo la propuesta de la Iglesia Ortodoxa
Ciudad del
Vaticano, 10 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El papa Francisco ha instituido la Jornada Mundial de
Oración para el Cuidado de la Creación, y lo ha hecho a través de una carta
enviada al cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, presidente del Pontificio
Consejo Justicia y Paz, y al cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio
Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Se celebrará cada año
el 1 de septiembre. Esta jornada será un nuevo signo visible de la preocupación
del Santo Padre y de la Iglesia por la Creación y su cuidado, tal y como ha
quedado reflejado en la recién publicada encíclica Laudato Si’.
El Metropolita Ioannis de Pérgamo, durante su intervención
en la presentación de la Encíclica Laudato si’, contó que ya desde 1989, el
Patriarcado Ecuménico decidió dedicar el 1 de septiembre de cada año para orar
por el medio ambiente. Y se preguntó si no podría ser una jornada de oración
para todos los cristianos. Tal y como lo explica Francisco al inicio de su
carta, acogiendo esta sugerencia, ha decidido instituir también en la Iglesia
Católica la «Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación».
El Pontífice recuerda una vez más que como cristianos,
“queremos ofrecer nuestra contribución para superar la crisis ecológica que
está viviendo la humanidad”. Para ello --asegura-- debemos ante todo extraer
de nuestro rico patrimonio espiritual las motivaciones que alimentan la pasión
por el cuidado de la creación.
De este modo, el
Papa advierte que “la crisis ecológica nos llama por tanto a una profunda
conversión espiritual”. Por eso, subraya que los cristianos están llamados a
una "conversión ecológica, que implica dejar brotar todas las
consecuencias de su encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que
los rodea".
La Jornada Mundial
de Oración por el Cuidado de la Creación, explica Francisco en su carta,
ofrecerá a cada creyente y a las comunidades “una valiosa oportunidad de
renovar la adhesión personal a la propia vocación de custodios de la
creación, elevando a Dios una acción de gracias por la maravillosa obra que
Él ha confiado a nuestro cuidado, invocando su ayuda para la protección de la
creación y su misericordia por los pecados cometidos contra el mundo en el que
vivimos”.
Además, también
reconoce que la celebración de la Jornada en la misma fecha que la Iglesia
Ortodoxa “será una buena ocasión para testimoniar nuestra creciente comunión
con los hermanos ortodoxos”.
Al repecto,
asegura que vivimos en un tiempo en el que los cristianos afrontan idénticos e
importantes desafíos, y a los que se debe dar respuestas comunes, “si queremos
ser más creíbles y eficaces”. Asimismo, el Santo Padre manifesta su deseo de
que esta Jornada pueda contar con la participación de otras Iglesias y
Comunidades eclesiales y se pueda celebrar en sintonía con las iniciativas que
el Consejo Ecuménico de las Iglesias promueve sobre este tema.
A continuación, el
Papa pide al cardenal Turkson que ponga en conocimiento de las Comisiones de
Justicia y Paz de las Conferencias Episcopales, así como de los Organismos
nacionales e internacionales que trabajan en el ámbito ecológico, la
institución de esta Jornada, para que la celebración “se organice debidamente
con la participación de todo el Pueblo de Dios: sacerdotes, religiosos,
religiosas y fieles laicos”. Este dicasterio deberá llevar a cabo iniciativas
adecuadas de promoción y animación, “para que esta celebración anual sea un
momento intenso de oración, reflexión, conversión y asunción de estilos de
vida coherentes”.
Finalmente, la
petición para el cardenal Koch, presidente del Pontificio Consejo para la
Promoción de la Unidad de los Cristianos, es que se ponga en contacto con el
Patriarcado Ecuménico y con las demás realidades ecuménicas, “para que dicha
Jornada Mundial sea signo de un camino que todos los creyentes en Cristo
recorren juntos”. Este dicasterio se ocupará de la coordinación con
iniciativas similares organizadas por el Consejo Ecuménico de las Iglesias.
11.08.15
El Papa regala víveres a los inmigrantes del centro Boabab
El Pontífice ha enviado pasta,
aceite, leche, galletes y otros alimentos a través del limosnero, monseñor
Konrad Krajewski
Ciudad del
Vaticano, 11 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
La caridad del papa Francisco no se va de vacaciones:
durante el caluroso agosto romano, el Pontífice no se olvida de los numerosos
pobres que viven en la Ciudad Eterna. Por eso, ha querido enviar algunos
regalos a los inmigrantes del centro de acogida Baobab, en la zona de
Tiburtina.
Se trata de paquetes de pasta, leche y galletas
enviados a través del limosnero pontificio, Konrad Krajewski, más conocido como
“Don Corrado”. Monseñor Krajewski, ha acudido al centro en dos ocasiones: la
primera el pasado fin de semana y la segunda ayer por la tarde, lunes 10 de
agosto.
“Don Corrado --cuenta uno de los voluntarios del
Baobab al diario italiano La Repubblica-- ha llegado con una furgoneta
llena de cajas de comida con pasta, aceite de oliva, galletas, arroz,
tortellini, leche y productos enlatados. La primera vez el fin de semana
pasado, y después otra vez esta tarde, explicando que se trataba de víveres
enviados ‘directamente por el Santo Padre’. Se ha ha ido hace poco”.
12.08.15
Texto completo de la catequesis del Papa del 12 de agosto
El Santo Padre recuerda que la
fiesta no es la pereza de estar en el sofá, sino una mirada amorosa y
agradecida por el trabajo bien hecho. Advierte que la codicia del consumir nos
hace estar más cansados al final que antes
Ciudad del
Vaticano, 12 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
Publicamos a continuación la catequesis del papa
Francisco durante la audiencia general:
Queridos
hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hoy abrimos un pequeño recorrido de reflexión sobre
las tres dimensiones que marcan, por así decir, el ritmo de la vida familiar:
la fiesta, el trabajo, la oración.
Comenzamos por la fiesta. Y decimos enseguida que la
fiesta es una invención de Dios. Recordamos la conclusión del pasaje de la
creación, en el Libro de Génesis: “El séptimo día, Dios concluyó la obra que
había hecho, y cesó de hacer la obra que había emprendido. Dios bendijo el
séptimo día y lo consagró, porque en él cesó de hacer la obra que había
creado”.(2,2-3). Dios mismo nos enseña la importancia de dedicar un tiempo a
contemplar y a gozar de lo que en el trabajo se ha hecho bien. Hablo de
trabajo, naturalmente, no solo en el sentido de la labor y la profesión, sino
en un sentido más amplio: cada acción con la que nosotros hombres y mujeres
podemos colaborar a la obra creadora de Dios.
Por tanto, la
fiesta no es la pereza de estar en el sofá, o la emoción de una tonta evasión.
La fiesta es sobre todo una mirada amorosa y agradecida por el trabajo bien
hecho. También vosotros, recién casados, estáis festejando el trabajo de un
bonito tiempo de noviazgo: ¡y esto es bello! Es el tiempo para ver a los hijos,
o los nietos, que están creciendo, y pensar: ¡qué bello! Es el tiempo para
mirar nuestra casa, a los amigos que hospedamos, la comunidad que nos rodea, y
pensar: ¡qué bueno! Dios lo ha hecho así. Y continuamente lo hace así, porque
Dios crea siempre, también en este momento.
Puede suceder que
una fiesta llegue en circunstancias difíciles y dolorosas, y se celebra quizá
“con un nudo en la garganta”. Y, también en estos casos, pedimos a Dios la
fuerza de no vaciarla completamente. Vosotros, mamás y papás sabéis bien esto:
¡cuántas veces por amor a los hijos, sois capaces de apartar las penas para
dejar que ellos vivan bien la fiesta, gusten el sentido bueno de la
vida! ¡Hay tanto amor en esto!
También en el
ambiente del trabajo, a veces --sin dejar de lado los deberes-- sabemos
“infiltrar” algún toque de fiesta: un cumpleaños, un matrimonio, un nuevo
nacimiento, como también una despedida o una nueva llegada… es importante. Es
importante hacer fiesta. Son momentos de familiaridad en el engranaje de la
máquina productiva: ¡nos hace bien!
Pero el verdadero
tiempo de la fiesta suspende el trabajo profesional, y es sagrado, porque
recuerda al hombre y a la mujer que son hechos a imagen de Dios, quien no es
esclavo del trabajo, sino Señor, y por tanto tampoco nosotros debemos ser nunca
esclavos del trabajo, sino “señores”. Hay un mandamiento para esto, un
mandamiento que es para todos, ¡nadie excluido! ¡Y sin embargo hay millones de
hombres y mujeres e incluso niños esclavos del trabajo! En este tiempo existen
esclavos ¡Son explotados, esclavos del trabajo y esto es en contra de Dios y en
contra de la dignidad de la persona humana! La obsesión por el beneficio
económico y la eficiencia de la técnica amenaza los ritmos humanos de la vida,
porque la vida tiene sus ritmos humanos.
El tiempo de descanso,
sobre todo el del domingo, está destinado a nosotros para que podamos gozar de
lo que no se produce ni consume, no se compra ni se vende.
Y sin embargo
vemos que la ideología del beneficio y del consumo quiere comerse también la
fiesta: también a veces es reducida a un “negocio”, a una forma para hacer
dinero y para gastarlo. ¿Pero trabajamos para esto? La codicia del consumir,
que implica desperdicio, es un virus malo que, entre otras cosas, nos hace
estar más cansados al final que antes. Perjudica el verdadero trabajo y consume
la vida. Los ritmos desregulados de la fiesta causan víctimas, a menudo
jóvenes.
Finalmente, el
tiempo de la fiesta es sagrado porque Dios lo habita de una forma especial. La
Eucaristía del domingo lleva a la fiesta toda la gracia de Jesucristo: su
presencia, su amor, su sacrificio, su hacerse comunidad, su estar con nosotros…
Y así cada realidad recibe su sentido pleno: el trabajo, la familia, las
alegría y las fatigas de cada día, también el sufrimiento y la muerte; todo es
transfigurado por la gracia de Cristo.
La familia es
dotada de una competencia extraordinaria para entender, dirigir y sostener el
auténtico valor del tiempo de la fiesta. Pero ¡qué bonitas son las fiestas en
familia, son bellísimas! Y en particular la del domingo. No es casualidad si
las fiestas en las que hay sitio para toda la familia ¡son aquellas que salen
mejor!
La misma vida
familiar, mirada con los ojos de la fe, nos parece mejor que los cansancios que
comportan. Nos aparece como una obra de arte de sencillez, bonito precisamente
porque no es artificial, no fingido, sino capaz de incorporar en sí todos los
aspectos de la vida verdadera. Nos aparece como una cosa “muy buena”, como Dios
dijo al finalizar la creación del hombre y de la mujer (cfr Gen 1,31). Por
tanto, la fiesta es un precioso regalo que Dios ha hecho a la familia humana:
¡no lo estropeemos!
13.08.15
Gran expectativa en la ONU por la llegada del Papa
Mons. Auza,
observador vaticano en el Palacio de Cristal, cuenta el clima que se respira a
poco más de un mes de la visita del Pontífice a Nueva York
Ciudad del
Vaticano, 13 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
Falta poco más de un mes para la llegada del papa
Francisco a la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Por ello,
monseñor Bernardito Auza, observador vaticano ante la ONU, explica en una
entrevista a Radio Vaticano que en el ámbito de su trabajo, y escuchado las
intervenciones oficiales de los países miembros de la organización --sobre todo
de los países en vías de desarrollo-- y las de las grandes organizaciones
internacionales que tienen que ver con la economía y el comercio, ha percibido
“una creciente concienciación sobre la importancia de la comprensión de una
economía más integral”. Y asegura que el llamamiento del Pontífice por una
economía “más atenta a los pobres, más atenta con la ecología” es precisamente
el espíritu que la ONU quiere poner en el centro de la agenda del desarrollo
sostenible hasta el 2030.
A propósito de la relevancia y el impacto que la
encíclica Laudato Si’ está teniendo en la comunidad internacional,
monseñor Auza asegura que estuvo muy contento desde el inicio por las
reacciones positivas que tuvo. Asimismo, indica que durante las recientes
negociaciones intergubernamentales sobre la “Agenda post-2015 sobre el
desarrollo sostenible” muchas delegaciones citaron el documento pontificio.
Del mismo modo, el prelado cree que “la influencia
inspiradora” de la encíclica es muy evidente. Y a propósito de la Conferencia
de París de finales de año sobre el cambio climático, asegura que “la
inspiración y la filosofía, la teología moral que empuja a los Estados, hombres
y mujeres a llegar a un acuerdo, el Papa ya lo ha dado en esta encíclica”.
Finalmente, comentando la visita del Santo Padre a la ONU, el
observador vaticano afirma que en las Naciones Unidas “se habla cada día” sobre
ello. El primer indicativo de esta expectativa son “las miles de
peticiones de billetes que lamentablemente no podemos dar”. Se está trabajando para
responder de la mejor forma posible a las muchas expectativas y peticiones para
poder ver, incluso de lejos, al papa Francisco, asegura el prelado.
14.08.15
El Papa pide coraje y creatividad para el proceso de paz en Colombia
El XVIII Encuentro de la Jurisdicción Ordinaria
que se celebra en Cartagena de Indias recibe una misiva del Santo Padre
Roma, 14 de
agosto de 2015 (ZENIT.org)
El papa Francisco pide a los jueces de Colombia que
contribuyan con coraje y creatividad a identificar soluciones que refuercen la
paz y la justicia. Así lo ha manifestado en una carta dirigida al
presidente de la Corte Suprema de Justicia, José Leonidas Bustos Martínez, con
ocasión del XVIII Encuentro de la Jurisdicción Ordinaria, cuyo tema central es
‘Justicia transicional, paz y posconflicto’. Dicho encuentro se celebra en la
ciudad de Cartagena de Indias los días 13 y 14 de agosto.
En la misiva, firmada por el cardenal Pietro Parolin,
secretario de Estado, se recuerda que “el tema de esta reunión es de crucial
importancia para el futuro de Colombia” y en la actual época globalizada,
“tiene un alcance que supera las mismas fronteras nacionales”.
Por eso, el Santo Padre acompaña “con la oración” los
trabajos de este encuentro, para que “en el cuadro de la institucionalidad,
contribuyan con coraje y creatividad a identificar soluciones que refuercen la
paz y la justicia, en el respeto del ordenamiento jurídico nacional e
internacional”.
De esta forma, se asegura en el carta, “el encuentro
ayudará a la construcción de una sociedad cada vez más incluyente y a conseguir
una paz estable y duradera”.
En cinco décadas
de conflicto, el enfrentamiento entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC) y el Gobierno ha dejado 220.000 muertos, más de 25.000
desaparecidos y casi 30.000 secuestrados, además 5,7 millones de
desplazados. El actual presidente Juan Manuel Santos inició el proceso de
paz con las FARC en noviembre de 2012 y se lleva a cabo en La Habana.
15.08.15
Texto completo del ángelus del Papa del 16 de agosto
Francisco recuerda que la Eucaristía no es una
oración privada o una bonita experiencia espiritual, no es una simple
conmemoración de lo que Jesús hizo en la Última Cena. La Eucaristía es memorial
que actualiza y hace presente la muerte y resurrección de Jesús
Ciudad del
Vaticano, 16 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El santo
padre Francisco se ha asomado a la ventana del Palacio Apostólico para rezar,
como cada domingo, el ángelus con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro.
Estas son
las palabras del Papa antes de la oración mariana:
Queridos
hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En estos
domingos, la Liturgia nos está proponiendo, del Evangelio de Juan, el discurso
de Jesús sobre el Pan de la vida, que es Él mismo y que es también el
sacramento de la eucaristía. El pasaje de hoy (Jn 6, 51 -58) presenta la última
parte de este discurso, y habla de algunos que se escandalizaron porque
Jesús dijo: “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le
resucitaré el último día” (Jn 6,54). El estupor de los oyentes es comprensible;
Jesús, de hecho, usa el estilo típico de los profetas para provocar en la gente
--y también en nosotros-- preguntas y, al final, una decisión. Primero de todo
las preguntas: ¿qué significa “comer la sangre y beber la sangre” de Jesús? ¿es
solo una imagen, un símbolo, o indica algo real? Para responder, es necesario
intuir qué sucede en el corazón de Jesús mientras parte el pan entre la multitud
hambrienta. Sabiendo que deberá morir en la cruz por nosotros, Jesús se
identifica con ese pan partido y compartido, y eso se convierte para Él en
“signo” del Sacrificio que le espera. Este proceso tiene su cúlmen en la Última
Cena, donde el pan y el vino se convierten realmente en su Cuerpo y su Sangre.
Y la eucaristía, que Jesús nos deja con un fin preciso: que nosotros podamos
convertirnos en una sola cosa con Él. De hecho dice: “Quien come mi carne y
bebe mi sangre permanece en mí y yo en él” (v. 56). Ese permanecer en Jesús y
Jesús en nosotros. La comunión es asimilación: comiéndole a Él, nos
hacemos como Él. Pero esto requiere nuestro “sí”, nuestra adhesión a la
fe.
A veces, se
escucha sobre la santa misa esta objeción: “¿Para qué sirve la misa? Yo voy a
la iglesia cuando me apetece, y rezo mejor en soledad”. Pero la eucaristía no
es una oración privada o una bonita experiencia espiritual, no es una simple
conmemoración de lo que Jesús hizo en la Última Cena. Nosotros decimos, para
entender bien, que la eucaristía es “memorial”, o sea, un gesto que actualiza y
hace presente el evento de la muerte y resurrección de Jesús: el pan es
realmente su Cuerpo donado por nosotros, el vino es realmente su Sangre
derramada por nosotros.
La eucaristía es
Jesús mismo que se dona por entero a nosotros. Nutrirnos de Él y vivir en Él
mediante la Comunión eucarística, si lo hacemos con fe, transforma nuestra
vida, la transforma en un don a Dios y a los hermanos. Nutrirnos de ese “Pan de
vida” significa entrar en sintonía con el corazón de Cristo, asimilar sus elecciones,
sus pensamientos, sus comportamientos. Significa entrar en un dinamismo de amor
oblativo y convertirse en personas de paz, personas de perdón, de
reconciliación, de compartir solidario. Lo mismo que Jesús ha hecho.
Jesús concluye su
discurso con estas palabras: “Quien come este pan tendrá vida eterna” (Jn 6,
58). Sí, vivir en comunión real con Jesús sobre esta tierra, nos hace
pasar de la muerte a la vida. Y el Cielo empieza precisamente en esta comunión
con Jesús. En el Cielo nos espera ya María nuestra Madre --ayer
celebramos este misterio. Ella nos obtenga la gracia de nutrirnos siempre con
fe de Jesús, Pan de vida.
Palabras del Santo Padre después del ángelus:
Queridos hermanos
y hermanas, os saludo a todos con afecto, romanos y peregrinos: las familias,
los grupos parroquiales, las asociaciones, los jóvenes.
Saludo al grupo
folclórico “Organización de arte y cultura mexicana”, los jóvenes de Verona que
están viviendo una experiencia de fe en Roma, y los fieles de Beverare.
Dirijo un saludo
especial a los numerosos jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano, reunidos en
Turín en los lugares de San Juan Bosco para celebrar el bicentenario de su
nacimiento; les animo a vivir en lo cotidiano la alegría del Evangelio para
generar esperanza en el mundo.
Os deseo a todos
un feliz domingo. Y por favor, ¡no os olvidéis de rezar por mí! ¡Buen almuerzo
y hasta pronto!
17.08.15
El
Papa medió para mejorar la situación de los reclusos bolivianos
Francisco se reunió con los delegados de las cárceles
del país durante su visita a Palmasola. El Gobierno incrementó en
agosto el "pre diario" por privado de libertad
Madrid, 17
de agosto de 2015 (ZENIT.org)
La mediación del papa Francisco, que el pasado 10 de
julio se reunió con los delegados de las cárceles bolivianas en su visita
oficial al país, ha posibilitado elevar en el mes de agosto el “pre diario” a
favor de 13.573 reclusos.
“En reunión que tuvieron delegados de centros
penitenciarios de Bolivia en la cárcel de Palmasola, le pidieron a Su Santidad
interceda por ellos para que sean atendidos, por eso, nosotros hemos trabajado
con las gobernaciones para atender sus demandas", explicó este viernes el
director general de Régimen Penitenciario, Jorge López, en rueda de prensa.
Por este motivo, dijo que se aprobó la Resolución
Administrativa 62/2015 que establece un incremento del “pre diario” por privado
de libertad en los centros penitenciarios de Bolivia de 6,60 a 8 bolivianos.
Ese beneficio fue refrendado mediante una resolución del Ministerio de Gobierno
a favor de 13.573 presos.
Además, López informó que mejorará la atención
sanitaria y para el efecto este lunes se firmará un convenio entre los
ministerios de Gobierno y Salud con la finalidad de brindar asistencia integral
con neumólogos, psiquiatras, ginecólogos y otros.
“Se firmara la primera adenda del convenio con el
Ministerio de Educación de fecha 3 de junio, que permitirá mejorar los
servicios educativos que les prestan a los privados de libertad, a través del
Programa de Implementación de Centro de Apoyo Integral Pedagógico”, añadió.
Por último, el director general de Régimen Penitenciario
aseguró que impulsarán la Terapia Laboral y Post-Penitenciaria, los Centros
Penitenciarios Productivos, la Formulación de Programas de Inclusión Laboral y
la Generación de Empleo y Justicia Restaurativa.
El Papa alienta en su labor a los Servicios Sacerdotales de Urgencia y
Nocturnos de Argentina
Esta iniciativa nació hace más de 60
años con el objetivo de asegurar a los fieles los sacramentos en horarios en
los que no es fácil encontrar un sacerdote
Ciudad del
Vaticano, 18 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El próximo Jubileo Extraordinario de la Misericordia
será “una buena ocasión para intensificar la colaboración entre los pastores y
los laicos en la misión de acudir con afecto y asistir con ternura a los
enfermos y los moribundos”.
Así lo desea el papa Francisco en una carta enviada a
Manuel Martín Sjöberg, presidente del Servicio Sacerdotal de Urgencia, una
experiencia nacida en 1952 en la ciudad argentina de Córdoba con el fin de
asegurar a los fieles los sacramentos en horarios en los que no es fácil
encontrar un sacerdote.
Asimismo, el Santo Padre asegura en la misiva su apoyo
y su aliento a la “obra de misericordia cristiana que, desde hace sesenta años,
realizan los voluntarios de la Federación de Servicios Sacerdotales de Urgencia
y Nocturno”.
Igualmente, hablando de los necesitados, pide que “
nuestras manos estrechen sus manos, acercándolos a nosotros para que sientan el
calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad”.
Y añade que “no podemos escapar a las palabras del
Señor según las cuales seremos juzgados. Si dedicamos tiempo para acompañar al
que estaba enfermo o prisionero, sabiendo que en cada uno de estos ‘más
pequeños’ está presente Cristo mismo”.
Para finalizar la carta, el Pontífice anima “a todos
los que ya realizan ese servicio o se sumarán al mismo” y les pide que recen
por él.
Los Servicios Sacerdotales de Urgencia es un servicio
gratuito que ofrece la Iglesia para poder llegar a los más necesitados de los
sacramentos en horarios en los que no es fácil encontrar un sacerdote. Sus
guardias están constituidas por un religioso y por dos o cuatro laicos que
entre las 21:30 horas y las 6:30 de la mañana están atentos a las llamadas para
asistir a quien lo solicite.
19.08.15
Texto completo de la catequesis del Papa del 19 de agosto
Francisco recuerda que el trabajo es
sagrado y da dignidad a una familia
Ciudad del
Vaticano, 19 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
Queridos
hermanos y hermanas,
después de haber reflexionado sobre el valor de la
fiesta en la vida de la familia, hoy nos detenemos sobre el elemento
complementario, que es el del trabajo. Ambos forman parte del diseño creador de
Dios. La fiesta y el trabajo.
El trabajo, se dice comúnmente, es necesario para
mantener a la familia, para hacer crecer a los hijos, para asegurar a sus seres
queridos una vida digna. De una persona seria, honesta, lo más bonito que se
puede decir: “Es un trabajador”, es uno que trabaja, es uno que en la comunidad
no vive a costa de los otros. Hay muchos argentinos hoy, que he visto, y diré
como decimos nosotros ‘no vive de arriba’. ¿Entendido?
Y de hecho, el trabajo, en sus muchas formas, a partir
del de amo de casa, también cuida del bien común. ¿Y dónde se aprende este
estilo de vida trabajador?
Antes que nada se aprende en familia. La familia educa
al trabajo con el ejemplo de los padres: el papá y la mamá que trabajan por el
bien de la familia y de la sociedad.
En el Evangelio,
la Sagrada Familia de Nazaret aparece como una familia de trabajadores, y Jesús
mismo es llamado “hijo del carpintero” (Mt 13,55) o incluso “el carpintero” (Mc
6,3). Y san Pablo no dejará de advertir a los cristianos: “Quien no quiera
trabajar, que no coma” (2 Ts 3,10). Una buena receta para adelgazar. Si no
trabajas no comes.
El apóstol se
refiere explícitamente al falso espiritualismo de algunos que, de hecho, viven
a costa de sus hermanos y hermanas “sin hacer nada” (2 Ts 3,11). El
compromiso del trabajo y la vida del espíritu, en la concepción cristiana, no
están en contradicción entre ellas. ¡Es importante entender esto! Oración y
trabajo pueden y deben estar juntos en armonía, como enseña san Benito. La
falta de trabajo daña también el espíritu, como la falta de oración daña
también la actividad práctica.
Trabajar --repito,
en muchas formas-- es propio de la persona humana. Expresa su dignidad de ser
creada a imagen de Dios. Por eso, se dice que el trabajo es sagrado. El trabajo
es sagrado, y por eso, la gestión de la ocupación es una gran responsabilidad
humana y social, que no puede quedar en las manos de unos pocos o descargada
sobre un “mercado” divinizado. Causar una pérdida de puestos de trabajo
significa causar un grave daño social. Me entristece cuando veo que no hay
trabajo, que hay gente sin trabajo, que no encuentra trabajo y que no tiene la
dignidad de llevar el pan a casa. Y me alegro mucho cuando veo que los
gobernantes hacen tantos esfuerzos y tanto trabajo para encontrar puestos de
trabajo y para tratar que todos tengan un trabajo. El trabajo es sagrado, el
trabajo da dignidad a una familia. Debemos rezar para que no falte el trabajo
en ninguna familia.
Por tanto, también
el trabajo, como la fiesta, forma parte del diseño del Dios Creador. En el
libro del Génesis, el tema de la tierra como casa-jardín, a cargo del cuidado y
el trabajo del hombre (2, 8.15), es anticipado con un pasaje muy conmovedor:
“Cuando el Señor Dios hizo la tierra y el cielo, aún no había ningún arbusto
del campo sobre la tierra ni había brotado ninguna hierba, porque el Señor Dios
no había hecho llover sobre la tierra. Tampoco había ningún hombre para
cultivar el suelo, pero un manantial surgía de la tierra y regaba toda la
superficie del suelo” (2,4b-6a). No es romanticismo, es revelación de Dios; y nosotros
tenemos la responsabilidad de comprenderla y asimilarla hasta el fondo. La
Encíclica Laudato Si’, que propone una ecología integral, contiene también este
mensaje: la belleza de la tierra y la dignidad del trabajo están hechas para ir
juntas. La tierra se hace bella cuando es trabajada por el hombre. Van juntas
las dos.
Cuando el trabajo
se desvincula de la alianza de Dios con el hombre y la mujer, cuando se separa
de sus cualidades espirituales, cuando es rehén de la lógica del beneficio y
desprecia los afectos de la vida, la degradación del alma contamina todo:
también el aire, el agua, la hierba, la comida... La vida civil se corrompe y
el hábitat se estropea. Y las consecuencias golpean sobre todo a los más pobres
y a las familias más pobres. La organización moderna del trabajo muestra a
veces una peligrosa tendencia a considerar a la familia una carga, un peso, una
pasividad, para la productividad del trabajo. Pero preguntémonos: ¿qué
productividad? ¿Y para quién? La llamada “ciudad inteligente” es sin duda rica
de servicios y de organización; pero, por ejemplo, a menudo es hostil con los
niños y los ancianos.
A veces, quien
proyecta está interesado en la gestión de fuerza-trabajo individual, para
ensamblar y utilizar o descartar según la conveniencia económica. La familia es
un gran lugar de prueba. Cuando la organización del trabajo la tiene como
rehén, o incluso le obstaculiza el camino, ¡entonces estamos seguros de que
la sociedad humana ha comenzado a trabajar contra sí misma! Las familias
cristianas reciben de esta coyuntura un gran desafío y una gran misión. Estas
ponen en juego los fundamentos de la creación de Dios: la identidad y la unión
del hombre y la mujer, la generación de los hijos, el trabajo que hace
doméstica la tierra y habitable el mundo. ¡La pérdida de estos fundamentos es
algo muy serio, y en la casa común ya hay muchas grietas! La tarea no es fácil.
A veces, a las asociaciones de familias les puede parecer que son como David
contra Goliat… ¡pero sabemos cómo terminó ese desafío! Se necesitan fe y
astucia. Que Dios nos conceda acoger con alegría y esperanza su llamada, en
este momento difícil de nuestra historia. La llamada al trabajo para dar
dignidad a sí mismo y a la propia familia. Gracias.
20.08.15
Emigrantes
y refugiados nos interpelan. La respuesta del Evangelio de la misericordia
Tema elegido por el Santo Padre para
la celebración de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, el 17 de
enero de 2016
Ciudad del
Vaticano, 20 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
“Emigrantes y refugiados nos interpelan. La respuesta del Evangelio de la
misericordia”. Este es el tema elegido por el papa Francisco para la
Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado en el año 2016, palabras que
se deben situar en el contexto del Año de la Misericordia que se celebrará del
8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016. Con este tema, explica
el comunicado del Pontificio Consejo de la Pastoral de los Migrantes e
Itinerantes, “quieren subrayarse dos aspectos”.
De este modo, se indica que con la primera parte del
tema --emigrantes y refugiados nos interpelan-- se quiere hacer presente “la
dramática situación de tantos hombres y mujeres, obligados a abandonar su
propia tierra”. Y así, se advierte que no se deben olvidar “las actuales
tragedias del mar que tienen por víctimas a los inmigrantes”. Frente al
riesgo evidente de que este fenómeno sea olvidado, “el Santo Padre presenta el
drama de los inmigrantes y refugiados como una realidad que nos debe
interpelar”.
Con la segunda parte del tema --la respuesta del
Evangelio de la misericordia-- se quiere unir de forma explícita el fenómeno de
la migración con la respuesta del mundo y, en particular, de la Iglesia.
En este contexto, “el Santo Padre invita al pueblo cristiano a
reflexionar durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporal y espiritual,
entre las que se encuentra la de acoger a los forasteros”.
En línea con el
deseo del Santo Padre, que quiere que cada Iglesia particular esté
“directamente implicada para vivir este Año Santo”, el Pontificio Consejo de la
Pastoral para los Migrantes e Itinerantes ofrece algunas indicaciones.
En primer lugar
sugiere que “la jornada jubilar sea celebrada particularmente a nivel diocesano
y nacional, en el ámbito más cercano a los inmigrantes y refugiados, con su
participación, e implicando también a las comunidades cristianas”. Asimismo,
propone que “el evento jubilar central sea el próximo 17 de enero de 2016, en
el día que se celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado”. También
“anima a las diócesis y las comunidades cristianas, que aún no lo hacen, a
programar iniciativas, aprovechando la ocasión que ofrece este Año de la
Misericordia”. El dicasterio vaticano invita además a “no olvidar el aspecto de
la sensibilización en las comunidades cristianas al fenómeno migratorio”. Desea
también que “la atención hacia los inmigrante y su situación no se reduzca a
una única jornada”. Y finalmente recuerda que “también es importante realizar
signos concretos de solidaridad, que tengan un valor simbólico, y que expresen
la cercanía y la atención a los inmigrantes y refugiados”.
La Jornada Mundial
del Migrante y del Refugiado tiene su origen en la carta circular “El dolor y
las preocupaciones” que la Sagrada Congregación Consistorial envió el 6 de
diciembre de 1914 a los Ordinarios Diocesanos Italianos. En ella se
pedía, por primera vez, “instituir una jornada anual de sensibilización sobre
el fenómeno de la migración y también para promover una colecta a favor
de las obras pastorales para los inmigrantes italianos y para la preparación de
los misioneros que iban a emigrar”. Como consecuencia de esa carta, el 21
de febrero de 1915 tuvo lugar la primera celebración de tal jornada.
21.08.15
Colombia: el Papa propone a un observador de la Santa Sede en las
negociaciones de paz
La aceptación de esta
figura debe recibir el consenso de ambas partes, Gobierno colombiano y FARC
Madrid, 21
de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El arzobispo de Tunja y presidente de la Conferencia
Episcopal de Colombia (CEC), Mons. Luis Augusto Castro Quiroga, ha afirmado que
el papa Francisco ha propuesto a un observador de la Santa Sede en las
negociaciones de paz que se están llevando a cabo en La Habana. Se trata de un
“acompañante” del proceso, ha precisado.
“Está es la forma en la que el Papa Francisco puede
apoyar el proceso de paz colombiano”, ha señalado Mons. Castro Quiroga en una
radio local, al tiempo que ha reiterado que “la aceptación de esta figura
debe recibir el consenso de ambas partes, Gobierno colombiano y FARC”.
Los diálogos en la capital cubana, que comenzaron el
19 de noviembre de 2012, abordan desde hace 14 meses el tema de las víctimas,
que incluye los principios de verdad, justicia, reparación y garantía de no
repetición, y para ayudar en ese punto el Gobierno convocó una comisión de
expertos como asesores.
Ese grupo, anunciado el pasado 27 de julio por el
presidente colombiano, Juan Manuel Santos, está integrado por los juristas
Manuel José Cepeda y Juan Carlos Henao, y por el estadounidense Doug Casssel.
Esta comisión trabajará en paralelo a la discusión del
punto de las víctimas, que se desarrolla de manera simultánea con la
subcomisión técnica del fin del conflicto, en la que se discute la
desmovilización y dejación de las armas por parte de la guerrilla colombiana.
El proceso de paz
se ha reforzado en las últimas semanas por la decisión de las partes de reducir
la intensidad del conflicto y acelerar las negociaciones. En esta línea,
el Gobierno celebró la semana pasada el anuncio del nombramiento del
diplomático francés Jean Arnault en calidad de representante de Naciones Unidas
en la subcomisión sobre el fin del conflicto.
El nombramiento
responde a la petición efectuada por el Gobierno de Colombia y las FARC de
solicitar a la ONU la incorporación de un delegado a esa subcomisión técnica,
que tiene como objetivo trabajar en un alto el fuego bilateral y definitivo, en
la que también estará presente un delegado de Uruguay en representación de la
Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).
22.08.15
Los
cardenales Sturla y Cordes, enviados especiales a los congresos eucarísticos de
Bolivia y la República Checa
El quinto encuentro boliviano se celebrará en
Tarija del 16 al 20 septiembre. La primera
cita checa tendrá lugar en Brno del 15 al 17 de octubre
Ciudad del
Vaticano, 22 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El papa Francisco ha nombrado este sábado a los enviados
especiales que lo representarán en los actos de clausura de los congresos
eucarísticos nacionales que se celebrarán próximamente en Bolivia y en la
República Checa. Se trata del cardenal Daniel Fernando Sturla Berhouet,
arzobispo de Montevideo, y del cardenal Paul Joseph Cordes, presidente emérito
del Pontificio Consejo "Cor Unum", respectivamente, según informó la
Sala de Prensa de la Santa Sede.
El Congreso Eucarístico Nacional de Bolivia --el
quinto en el país-- fue inaugurado virtualmente por el Pontífice después de la
misa en Santa Cruz de La Sierra, durante su viaje a América Latina del pasado
mes de julio. Se llevará a cabo en Tarija, del 16 al 20 de septiembre, y
contará con la participación de todas las diócesis bolivianas que abordarán la relación
entre la Eucaristía y la familia, también en vista del próximo Sínodo.
En el caso de la República Checa es el primer Congreso
Eucarístico Nacional. El encuentro tendrá lugar en Brno del 15 al 17de octubre,
pero los preparativos ya están en marcha desde el pasado mes de enero, gracias
a las iniciativas propuestas a los fieles por la Conferencia Episcopal. En esta
línea, cabe destacar el Congreso Eucarístico que se celebró en la diócesis de
Olomouc los días 15 y 16 mayo.
23.08.15
El
Papa en el Ángelus: "¿Quién es Jesús para mí?"
Texto completo. Francisco pidió este domingo
que la Virgen María nos ayude a “ir” siempre a Jesús, para
experimentar la libertad que Él nos ofrece
Ciudad del
Vaticano, 23 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
Como cada domingo, el papa Francisco rezó el Ángelus
desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico, ante una multitud que
le atendía en la Plaza de San Pedro.
Dirigiéndose a los fieles y peregrinos venidos de todo
el mundo, que le acogieron con un largo y caluroso aplauso, el Pontífice les
dijo:
Queridos
hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Concluye hoy la lectura del capítulo sexto del
Evangelio de Juan, con el discurso sobre el Pan de la vida,
pronunciado por Jesús, al día siguiente del milagro de la multiplicación
de los panes y peces.
Al final de este discurso, el gran entusiasmo del día
anterior se apagó, porque Jesús había dicho que era el Pan bajado del cielo y
que daba su carne como alimento y su sangre como bebida, aludiendo así
claramente al sacrificio de su misma vida. Estas palabras suscitaron desilusión
en la gente, que las juzgó indignas del Mesías, no ‘ganadoras’.
Así, algunos miraban a Jesús como a un mesías que
debía hablar y actuar de modo que su misión tuviera éxito, ¡enseguida!
¡Pero,
precisamente sobre esto se equivocaban: sobre el modo de entender la misión del
Mesías!
Ni siquiera los
discípulos logran aceptar ese lenguaje, lenguaje inquietante del Maestro. Y el
pasaje de hoy cuenta su malestar: “¡Es duro este lenguaje! --decían-- ¿Quién
puede escucharlo?”.
En realidad, ellos
entendieron bien las palabras de Jesús. Tan bien que no quieren escucharlo,
porque es un discurso que pone en crisis su mentalidad. Siempre las palabras de
Jesús nos ponen en crisis; en crisis, por ejemplo, ante el espíritu del mundo,
a la mundanidad. Pero Jesús ofrece la clave para superar la dificultad; una
clave hecha con tres elementos. Primero, su origen divino: Él ha bajado del
cielo y subirá allí donde estaba antes.
Segundo, sus
palabras se pueden comprender solo a través de la acción del Espíritu Santo,
Aquel que “da la vida”. Y es precisamente el Espíritu Santo el que nos hace
comprender bien a Jesús.
Tercero: la
verdadera causa de la incomprensión de sus palabras es la falta de fe: “hay
entre ustedes algunos que no creen”, dice Jesús. En efecto, desde ese momento,
dice el Evangelio, “muchos de sus discípulos se alejaron de él y dejaron de
acompañarlo”. Ante estas defecciones, Jesús no hace descuentos y no atenúa sus
palabras, aún más obliga a realizar una opción precisa: o estar con Él o
separarse de Él, y dice a los Doce: “¿También ustedes quieren irse?”.
En ese momento,
Pedro hace su confesión de fe en nombre de los otros Apóstoles: “Señor, ¿a
quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna”. No dice: “¿dónde iremos?”, sino
“¿a quién iremos?”. El problema de fondo no es ir y abandonar la obra
emprendida, sino a quién ir. De esa pregunta de Pedro, nosotros comprendemos
que la fidelidad a Dios es cuestión de fidelidad a una persona, con la cual nos
unimos para caminar juntos por el mismo camino. Y esta persona es Jesús. Todo
lo que tenemos en el mundo no sacia nuestra hambre de infinito. ¡Tenemos
necesidad de Jesús, de estar con Él, de alimentarnos en su mesa, con sus
palabras de vida eterna!
Creer en Jesús
significa hacer de Él el centro, el sentido de nuestra vida. Cristo no es un
elemento accesorio: es el “pan vivo”, el alimento indispensable. Unirse a Él,
en una verdadera relación de fe y de amor, no significa estar encadenados, sino
ser profundamente libres, siempre en camino.
Cada uno de
nosotros puede preguntarse, ahora: ¿Quién es Jesús para mí? ¿Es un nombre, es
una idea, es un personaje histórico solamente? O es verdaderamente aquella
persona que me ama, que ha dado su vida por mí y camina conmigo. ¿Para ti quién
es Jesús? ¿Estás con Jesús? ¿Intentas conocerlo en su palabra? ¿Lees el
Evangelio todos los días, un pasaje del Evangelio, para conocer a Jesús?
¿Llevas el pequeño Evangelio en el bolsillo, en el bolso, para leerlo, en todas
partes? Porque cuanto más estamos con Él, más crece el deseo de permanecer
con él. Ahora les pediré amablemente, hagamos un momentito de silencio y cada
uno de nosotros en silencio, en su corazón, se pregunte: ¿quién es Jesús para
mí? En silencio, cada uno responda, en su corazón: ¿quién es Jesús para mí?
Que la Virgen
María nos ayude a “ir” siempre a Jesús, para experimentar la libertad que Él
nos ofrece, y que nos consiente limpiar nuestras opciones de las incrustaciones
mundanas y también de los miedos.
Al término de estas palabras, el Santo Padre
rezó la oración mariana:Angelus Domini nuntiavit Mariae...
Al concluir la
plegaria, el Pontífice renovó su llamamiento para que se respeten los acuerdos
de paz en Ucrania:
Queridos hermanos y hermanas,
Con preocupación,
sigo el conflicto en Ucrania oriental, que se ha agravado nuevamente en estas
últimas semanas. Renuevo mi llamamiento para que se respeten los acuerdos
asumidos para alcanzar la pacificación, y con la ayuda de las organizaciones y
de las personas de buena voluntad, se responda a la emergencia humanitaria en
el país.
Que el Señor
conceda la paz a Ucrania, que se prepara a celebrar, mañana, la fiesta
nacional. ¡Que la Virgen María interceda por nosotros!
A continuación
llegó el turno de los saludos que tradicionalmente realiza el Santo Padre:
Saludo
cordialmente a todos los peregrinos romanos y a los procedentes de varios
países, en particular a los nuevos seminaristas del Pontificio Colegio
Norteamericano, llegados a Roma para realizar los estudios teológicos.
Saludo al grupo
deportivo de San Giorgio su Legnano, a los fieles de Luzzana y de Chioggia; a
los chicos y los jóvenes de la diócesis de Verona.
Y no se olviden,
esta semana, deténganse cada día un momentito y háganse la pregunta: “¿quién es
Jesús para mí?”. Y cada uno responda en su corazón. ¿Quién es Jesús para mí?
Como de costumbre, el papa Francisco concluyó
su intervención diciendo:
A todos les deseo
un buen domingo. Y por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y
hasta pronto!
24.08.15
El
papa Francisco celebra su 100ª audiencia general
El primer encuentro con el Santo
Padre tuvo lugar el 27 de marzo de 2013 y estuvo dedicado a la Semana
Santa
Ciudad del
Vaticano, 24 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El papa Francisco celebrará este miércoles en el Aula
Pablo VI su centésima audiencia general. El tradicional encuentro con el
Santo Padre en el Vaticano está previsto para las 10 horas ante la presencia de
miles de fieles y peregrinos procedentes de diversos países, que escucharán la
catequesis del Pontífice y recibirán su bendición apostólica.
De este modo, se cumplirán las cien primeras audiencia
semanales del papa Francisco desde el inicio de su pontificado el pasado 13 de
marzo de 2013. La primera cita tuvo lugar el 27 de marzo de ese mismo año
y estuvo dedicada a la Semana Santa.
Según datos de la Prefectura de la Casa Pontificia
de la Santa Sede, hasta el momento más de tres millones de personas han
participado en los encuentros papales, que comprenden tanto los actos públicos
del Pontífice, como las audiencias generales de los miércoles y los ángelus de
los domingos, a los que se suman además otras audiencias especiales.
25.08.15
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