1 de nov. 2018

PAPA NOVEMBRE


6º mandamiento: Nuestro cuerpo, “lugar donde se realiza nuestra vocación de amor”

Resumen de la catequesis en español  

(31 oct. 2018).- “El adúltero, el lujurioso, el infiel es aquel que no ha pasado del yo al nosotros, y busca en los demás su propia satisfacción, sin un encuentro fruto de la acogida y la propia donación” advierte el Santo Padre.
El Papa Francisco ha vuelto a dedicar la catequesis de la audiencia general al 6º mandamiento «No cometerás adulterio» continuando así el ciclo de reflexiones sobre el Decálogo. Así, a las 9:20 horas, del 31 de octubre de 2018, el Pontífice ha llegado a la plaza de San Pedro, donde le han recibido numerosos grupo de fieles y visitantes, procedentes de todo el mundo.
Nuestro cuerpo no está destinado a ser instrumento de placer, sino a ser el lugar donde se realiza nuestra vocación de amor”, ha aclarado el Obispo de Roma.
Asimismo, ha resaltado que el amor fiel de Cristo “es la luz para vivir la belleza de la afectividad humana”. Por más que es un mandamiento referido a los esposos, su llamada a la fidelidad “está destinada a todos”, ha asegurado Francisco.
Actitud nupcial y paterna
Es un camino en el que “vamos aprendiendo” y “madurando nuestra capacidad de amar” hasta que somos capaces de hacernos cargo del cuidado de los demás, ha señalado el Papa. “Esta es la actitud nupcial y paterna”, que se puede manifestar de varias formas, pero que rige nuestras relaciones humanas profundas.
Todas las vocaciones en la Iglesia –ha explicado el Papa– incluso el sacerdocio y la virginidad, deben estar marcadas por esta “relación nupcial”, es el Espíritu que llama a un amor sin reservas por la Esposa de Cristo, amando al Pueblo de Dios con la ternura y la fuerza de un padre y una madre, de un esposo y de una esposa.
En el matrimonio –indica– del mismo modo se deben cumplir estos requisitos, “percibiendo la bondad intrínseca de la polaridad de lo masculino y de lo femenino, del cuerpo y del espíritu”.
01.11.18



Ángelus: El amor a Dios y el amor al prójimo son inseparables

Palabras del Papa antes del Ángelus

(4 nov. 2018).- El corazón del Evangelio de hoy está en el mandamiento del amor, el amor a Dios y al prójimo, dijo el Papa este domingo presidiendo la la oración del Ángelus al mediodía en la Plaza de San Pedro, en presencia de unas 20.000 personas, cubiertas con paraguas.
Palabras del Papa antes del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! En el corazón del Evangelio de este domingo (cf. Mc 12, 28b-34), está el mandamiento del amor: el amor de Dios y el amor al prójimo. Un escriba le pregunta a Jesús: “¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?” (V. 28). Responde citando la profesión de fe con la que cada israelita abre y cierra su día y comienza con las palabras “¡Escucha, Israel! El Señor nuestro Dios es el único Señor “(Dt 6: 4). De esta manera, Israel mantiene su fe en la realidad fundamental de toda su creencia: hay un solo Señor y ese Señor es “nuestro” en el sentido de que él está vinculado a nosotros con un pacto indisoluble, nos amó, nos ama y nos amará por siempre. De esta fuente proviene el doble mandamiento para nosotros: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. […] Amarás a tu prójimo como a ti mismo “(v. 30-31)
Al elegir estas dos palabras dirigidas por Dios a su pueblo y juntarlas, Jesús enseñó de una vez por todas que el amor a Dios y el amor al prójimo son inseparables, y más aún, se apoyan mutuamente.  Incluso si se colocan en secuencia, son las dos caras de una sola moneda: vividas juntas, ¡son la verdadera fuerza del creyente! Amar a Dios es vivir de él y para él, por lo que es y por lo que hace. Y nuestro Dios es donación sin reservas, es perdón sin límites, es una relación que promueve y crece. Amar a Dios significa invertir tus energías todos los días para ser sus colaboradores en servir a nuestro prójimo sin reservas, en buscar perdonar sin límites y en cultivar relaciones de comunión y fraternidad.
El evangelista Marcos no se molesta en especificar quién es el prójimo, porque el prójimo es la persona que encuentro en el viaje de mis días. No se trata de preseleccionar a mi prójimo, esto no es cristiano, sino de tener ojos para verlo y un corazón para querer su bien. Si nos ejercitamos para ver con la mirada de Jesús, siempre escucharemos y estaremos al lado de los necesitados. Las necesidades de los demás requieren ciertas respuestas efectivas, pero primero aún piden compartir. Con una imagen podemos decir que el hambriento necesita no solo un plato de alimento, sino de una sonrisa, para ser escuchado e incluso una oración, tal vez juntos.
El Evangelio de hoy nos invita a todos a ser proyectados no solo hacia las urgencias de los hermanos más pobres, sino, sobre todo, a estar atentos a su necesidad de acercamiento fraterno, al sentido de la vida y la ternura. Esto desafía a nuestras comunidades cristianas: se trata de evitar el riesgo de ser comunidades que viven de muchas iniciativas pero con pocas relaciones, yo diría: “estaciones de servicio” pero de poca compañía, en el sentido pleno y cristiano de este término. Dios, que es amor, nos creó por amor y para que podamos amar a los demás al permanecer unidos a Él. 
Sería una ilusión afirmar que amamos a nuestro prójimo sin amar a Dios; y sería igualmente ilusorio pretender amar a Dios sin amar a nuestro prójimo. Las dos dimensiones del amor, para Dios y para el prójimo, en su unidad caracterizan al discípulo de Cristo.
Que la Virgen María nos ayude a testimoniar esta enseñanza luminosa en nuestra vida cotidiana.
05.11.18


El Papa a una delegación de rabinos: “Sin una memoria viva, no habrá futuro”

Mensaje a miembros del ‘World Congress of Mountain Jews’ del Cáucaso

(5 nov. 2018).- La conmemoración del Holocausto es “necesaria” para que permanezca una “memoria viva del pasado”, ha anunciado el Papa Francisco. “Sin una memoria viva, no habrá futuro, ya que si las páginas más oscuras de la historia no nos enseñan a evitar los mismos errores, la dignidad humana seguirá siendo papel mojado”.
Esta mañana a las 11:45 horas en la Sala de los Papas del Palacio Apostólico, el Santo Padre Francisco ha recibido en audiencia a una delegación de los rabinos del World Congress of Mountain Jews del Cáucaso.
El Papa ha indicado que la unión entre católicos y judíos es un “diálogo” que en estos tiempos, estamos llamados a promover y ampliar en ámbito interreligioso por el bien de la humanidad.
Discurso del Santo Padre
Queridos amigos,
Os doy una cálida bienvenida, delegados del World Congress of Mountain Jews, procedentes de diferentes países. Es la primera vez que los hermanos judíos pertenecientes a vuestra antigua tradición vienen juntos para visitar al Papa, y también por eso nuestro encuentro de hoy es motivo de alegría.
Mi último encuentro con una comunidad hebrea tuvo lugar en Lituania el pasado 23 de septiembre. Fue un día dedicado a la conmemoración de la Shoah, setenta y cinco años después de la destrucción del gueto de Vilnius y el asesinato de miles de judíos. Recé ante el monumento a las víctimas del Holocausto y pedí al Altísimo que consolara a su pueblo. La conmemoración del Holocausto es necesaria para que permanezca una memoria viva del pasado. Sin una memoria viva, no habrá futuro, ya que si las páginas más oscuras de la historia no nos enseñan a evitar los mismos errores, la dignidad humana seguirá siendo papel mojado.

Pensando en la Shoah, me gustaría conmemorar  otros dos eventos trágicos. El pasado 16 de octubre caía otro dramático setenta y cinco aniversario: el del rastreo del gueto de Roma. Dentro de pocos días, el 9 de noviembre marcará el ochenta aniversario de la llamada “Kristallnacht”, cuando muchos lugares de culto judíos fueron destruidos, también con la intención de arrancar del corazón del hombre y de un pueblo aquello que es absolutamente inviolable: la presencia del Creador. Cuando se quiso reemplazar al Buen Dios con la idolatría del poder y la ideología del odio se terminó con la locura de exterminar a las criaturas. Por eso, la libertad religiosa es un bien supremo que debe salvaguardarse, un derecho humano fundamental y un baluarte contra las pretensiones totalitarias. Desgraciadamente, todavía están presentes en nuestros tiempos  las actitudes antisemitas. Como he recordado muchas veces, un cristiano no puede ser antisemita. Compartimos las mismas raíces. Sería una contradicción de la fe y de la vida. Estamos llamados, en cambio, a comprometernos a desterrar el antisemitismo de la comunidad humana.
Siempre he querido subrayar la importancia de la amistad entre judíos y católicos. Basada en una fraternidad enraizada en la historia de la salvación, se concreta en la atención recíproca… Junto con vosotros, quisiera dar las gracias al Dador de todo bien por el don de nuestra amistad, impulso y motor del diálogo mutuo. Es un diálogo que en estos tiempos, estamos llamados a promover y ampliar en ámbito interreligioso por el bien de la humanidad.
En este sentido, me gusta recordar con vosotros el hermoso encuentro interreligioso en Azerbaiyán hace dos años, donde hablé de la armonía que las religiones juntas pueden construir “a partir de las relaciones personales y de la buena voluntad de los responsables”. Este es el camino: “Dialogar con los demás y rezar por todos: estos son nuestros medios para convertir  las lanzas en podaderas (cf. Is 2: 4), para que brote el amor donde hay odio y perdón donde hay ofensa, para no cansarnos nunca de implorar y recorrer caminos de paz”. Sí, porque “no es tiempo de soluciones violentas y bruscas, sino la hora urgente de emprender procesos pacientes de reconciliación.” (2 de octubre de 2016). Es una tarea fundamental a la que estamos llamados.
Pido al Todopoderoso que bendiga nuestro camino de amistad y confianza, para que podamos vivir siempre en paz y ser, donde sea que nos encontremos, artesanos y constructores de paz. ¡Shalom alechem!
06.11.18



Santa Marta: “Rechazar a Jesús es cerrar la puerta por dentro y Él no puede entrar”

Reflexión del capítulo 14 de San Lucas

( 6 nov. 2018).- “Si tú cierras la puerta de tu corazón por dentro, Él no puede abrirla, porque es muy respetuoso de nuestro corazón. Rechazar a Jesús es cerrar la puerta por dentro y Él no puede entrar”, ha advertido el Santo Padre Francisco en la homilía de esta mañana en Santa Marta.
El Papa se preguntó cuántas veces también nosotros le pedimos a Jesús que nos disculpe cuando Él “nos llama para encontrarnos, para hablar, para tener una buena charla”. Y también nosotros rechazamos la invitación de Jesús.
Jesús nos invita a hacer fiesta con Él, pero ¿cuántas veces nos inventamos pretextos para rechazar su invitación?, ha planteado el Pontífice.
Cada uno de nosotros pensemos –ha propuesto Francisco–: en mi vida, ¿cuántas veces he sentido la inspiración del Espíritu Santo para hacer una obra de caridad, para encontrar a Jesús en esa obra de caridad, para ir a rezar, para cambiar de vida en esto, en esto que no va bien? Y siempre he encontrado un motivo para disculparme, para rechazar”.
Evangelio
El Papa ha reflexionado en torno al pasaje del Evangelio del día, tomado del capítulo 14 de San Lucas.

Casi todo gira en torno a un banquete que un jefe de los fariseos ha organizado y al que también ha invitado a Jesús. En aquella ocasión el Señor había curado a un enfermo y había observado que muchos invitados trataban de ocupar los primeros puestos. Por lo tanto to había recomendado al fariseo que invitara a comer más bien a los últimos, a aquellos que no pueden devolver el favor, señala ‘Vatican News’ en español.
En un determinado momento, durante el banquete, y aquí comienza el pasaje de Lucas de hoy, uno de los comensales, exclama: “¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios!”.
Es el pasaje del “doble rechazo”, ha dicho el Papa, reporta ‘Vatican News’. Y entonces Jesús relata la historia de un hombre que ofreció una gran cena y convidó a mucha gente. Sus siervos dicen a los invitados: “¡Vengan, ya está preparado! Pero todos comenzaron a excusarse para no ir. Quien porque había comprado un campo, quien cinco yuntas de bueyes, quien porque acababa de casarse. “Y siempre excusas. Se excusan. Excusarse es la palabra educada para no decir: “Rechazo”. Rechazan, pero educadamente”. Entonces el patrón manda a los siervos a la calle a llamar a los pobres, a los enfermos, a los cojos y a los ciegos, y ellos llegan a la fiesta. “Es el pasaje del Evangelio  – afirmó Francisco – y termina con el segundo rechazo, pero esto de la boca de Jesús”. (…). “Quien rechaza a Jesús, Jesús espera, da una segunda oportunidad, quizá una tercera, una cuarta, una quinta… Pero al final rechaza Él”.
Y esto del rechazo nos debe hacer pensare en nosotros, en las veces en que Jesús nos llama; nos llama a hacer fiesta con Él, a estar cerca de Él, a cambiar de vida. Piensen que busca a sus amigos más íntimos ¡y ellos lo rechazan! Después busca a los enfermos… y van; tal vez alguno lo rechace. Cuántas veces nosotros sentimos la llamada de Jesús para ir con Él, para hacer una obra de caridad, para rezar, para encontrarlo, y nosotros decimos: ‘Pero, disculpa Señor, estoy atareado, no tengo tiempo. Sí, mañana, no puedo…’. Y Jesús permanece allí”.
07.11.18



52ª Jornada Mundial de la Paz: “La buena política está al servicio de la paz”

Tema del Mensaje del Papa Francisco

(6 nov. 2018).- “La buena política está al servicio de la paz” es el tema del Mensaje del Papa Francisco para la 52ª Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2019.
Así lo ha anunciado la Oficina de Prensa de la Santa Sede, acompañado de un comentario, esta mañana, martes, 6 de noviembre de 2018.
Estamos llamados a llevar y anunciar la paz” como la buena noticia de un futuro en el que cada ser vivo será considerado “en su dignidad y sus derechos”, es parte del mensaje que el Pontífice publicará con motivo de esta jornada, instaurada por San Pablo VI el 1 de enero de 1968.
En dicho comentario al tema del mensaje, se puede leer: “El compromiso político, -que es una de las expresiones más altas de caridad-  comporta la preocupación por el futuro de la vida y del planeta, de los más jóvenes y de los más pequeños, en su sed de realización”.
No hay paz sin confianza mutua”
Y se matiza: “La responsabilidad política pertenece a cada ciudadano, y en particular a aquellos que han recibido el mandato de proteger y gobernar. Esta misión consiste en salvaguardar el derecho y fomentar el diálogo entre los actores de la sociedad, entre las generaciones y entre las culturas. No hay paz sin confianza mutua. Y la confianza tiene como primera condición el respeto por la palabra dada”.
Asimismo, se indica que cuando el hombre es respetado en sus derechos, como recuerda San Juan XXIII en la encíclica Pacem in Terris (1963), “brota en él el sentido del deber de respetar los derechos de otros”. De este modo, “los derechos y los deberes del hombre acrecientan la conciencia de pertenecer a una misma comunidad, con los demás y con Dios” (cf. ibid., 45).
El Mensaje del Santo Padre para la 51ª Jornada Mundial de la Paz, celebrada el pasado 1 de enero de 2018, estuvo enfocado a “Migrantes y refugiados: hombres y mujeres que buscan la paz”.
07.11.18



Audiencia general, 7 noviembre 2018 – Catequesis completa

El 7º mandamiento significa “ama con tus bienes”

(7 nov. 2018).- “Lo que nos hace ricos no son los bienes sino el amor”, ha indicado el Papa Francisco esta mañana, en la audiencia general celebrada a las 9:30 horas en la Plaza de San Pedro, antes miles de peregrinos y fieles de Italia y de todo el mundo.
Catequesis del Papa Francisco
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Continuando con la explicEación del Decálogo, hoy llegamos a la Séptima Palabra: “No robarás”. Al escuchar este mandamiento, pensamos en el robo y el respeto por la propiedad de otros. No hay cultura en la que el robo y el abuso de bienes sean lícitos; en efecto,  la sensibilidad humana es muy susceptible por lo que respecta a la defensa de la posesión.
Pero vale la pena abrirnos a una lectura más amplia de esta Palabra, centrándonos en el tema de la propiedad de los bienes a la luz de la sabiduría cristiana.
En la doctrina social de la Iglesia se habla del destino universal de los bienes. ¿Qué significa esto? Escuchemos lo que dice el Catecismo: “Al comienzo Dios confió la tierra y sus recursos a la administración común de la humanidad para que tuviera cuidado de ellos, los dominara mediante su trabajo y se beneficiara de sus frutos (cf. Gen 1, 26-29). Los bienes de la creación están destinados a todo el género humano “(No. 2402). Y nuevamente: “El destino universal de los bienes continúa siendo primordial, aunque la promoción del bien común exija el respeto de la propiedad privada, de su derecho y de su ejercicio”. (No. 2403). [1]

La Providencia, sin embargo, no ha organizado un mundo en “serie”, existen diferencias, condiciones diversas, culturas distintas, por lo que se puede vivir ayudándose unos a otros. El mundo es rico en recursos para asegurar a todos los bienes primarios. Sin embargo, muchos viven en una situación de pobreza escandalosa y los recursos naturales, mal utilizados, se van deteriorando. ¡Pero el mundo es uno solo! ¡La humanidad es solo una! [2] La riqueza del mundo, hoy, está en manos de una minoría, de pocos, y la pobreza, todavía más, la miseria y el sufrimiento, de tantos, de la mayoría.
Si hay hambre en la tierra, ¡no es porque falten alimentos! De hecho las necesidades del mercado a veces llevan a destruirlos, a tirarlos. Lo que falta es una iniciativa empresarial libre y con visión de futuro, que garantice una producción adecuada y un enfoque solidario que asegure una distribución equitativa. El Catecismo también dice: “El hombre, al servirse de esos bienes, debe considerar las cosas externas que posee legítimamente no sólo como suyas, sino también como comunes, en el sentido de que puedan aprovechar no sólo a él, sino también a los demás” ( Nº 2404). Toda riqueza, para ser buena, debe tener una dimensión social.
En esta perspectiva, aparece el significado positivo y amplio del mandamiento No robarás. “La propiedad de un bien hace de su dueño un  administrador de la  providencia” (ibíd.).  Nadie es dueño absoluto de los bienes: es un administrador de los bienes. La posesión es una responsabilidad: “Pero yo soy rico de todo…” – esta es una responsabilidad que tienes-. Y todo bien sustraído a la lógica de la Providencia de Dios es traicionado, traicionado, en su sentido más profundo. Lo que poseo realmente es lo que sé dar. Esta es la medida para saber si administro bien o mal las riquezas; esta palabra es importante: lo que realmente poseo es lo que sé dar. Si yo sé dar, si estoy abierto, entonces soy rico, no solamente de lo que poseo, sino también de generosidad, generosidad también como un deber de dar riqueza para que todos participen de ella. De hecho, si no puedo dar algo, es porque eso me posee, tiene poder sobre mí y me esclaviza. La posesión de los bienes es una oportunidad para multiplicarlos con creatividad y usarlos con generosidad, y así crecer en amor y libertad.
Cristo mismo, a pesar de ser Dios, “no retuvo ávidamente el ser igual a Dios, sino que se despojó de sí mimo” (Fil. 2: 6-7) y nos enriqueció con su pobreza (cf. 2 Co 8,9).
Mientras la humanidad se afana por tener más, Dios la redime haciéndose pobre: ​​ese Hombre Crucificado ha pagado por todos un rescate inestimable por parte de Dios Padre, “rico en misericordia” (Ef. 2, 4, ver St.5, 11). Lo que nos hace ricos no son los bienes sino el amor. Muchas veces hemos escuchado lo que dice el Pueblo de Dios: “El diablo se cuela por los bolsillos”. Se empieza por el amor al dinero, la fama que hay que poseer; luego llega la vanidad: “Ah, soy rico y presumo de ello”; y al final, el orgullo y la soberbia. Así actúa el diablo en nosotros. Pero la puerta son los bolsillos.
Queridos hermanos y hermanas, una vez más Jesucristo nos revela el pleno sentido de las Escrituras. «No robarás» significa: ama con tus bienes, aprovecha tus medios para amar como puedas. Entonces tu vida será buena y la posesión se convertirá verdaderamente en un don. Porque la vida no es el tiempo de poseer sino de amar. Gracias


1] Ver Enc. Laudato si ‘, 67: ” Cada comunidad puede tomar de la bondad de la tierra lo que necesita para su supervivencia, pero también tiene el deber de protegerla y de garantizar la continuidad de su fertilidad para las generaciones futuras. Porque, en definitiva, «la tierra es del Señor » (Sal 24,1), a él pertenece « la tierra y cuanto hay en ella » (Dt. 10,14). Por eso, Dios niega toda pretensión de propiedad absoluta: « La tierra no puede venderse a perpetuidad, porque la tierra es mía, y vosotros sois forasteros y huéspedes en mi tierra » (Lev, 25 33)
[2] Ce. San Pablo VI, Enc. Populorum progressio, 17: “Pero cada uno de los hombres es miembro de la sociedad, pertenece a la humanidad entera. Y no es solamente este o aquel hombre sino que todos los hombres están llamados a este desarrollo pleno.. […]Herederos de generaciones pasadas y beneficiándonos del trabajo de nuestros contemporáneos, estamos obligados para con todos y no podemos desinteresarnos de los que vendrán a aumentar todavía más el círculo de la familia humana. La solidaridad universal, que es un hecho y un beneficio para todos, es también un deber”.
08.11.18


Santa Marta: El testimonio siempre “rompe un hábito” y “te pone en riesgo”

El Papa reflexiona sobre testimonio, murmuro y pregunta

(8 nov. 2018).- Francisco ha reflexionado en la Misa matutina a partir del Evangelio según San Lucas (Lc 15, 1-10), que parte del testimonio que da Jesús: publicanos y pecadores se acercan a Él para escucharlo y Él come con ellos, a pesar de las murmuraciones de los escribas y fariseos.
Así, el Santo Padre ha centrado su homilía pronunciada hoy, 8 de noviembre de 2018, en la Residencia de Santa Marta, en tres conceptos: El testimonio, el murmullo y la pregunta, señala ‘Vatican News’ en español.
Testimonio
Testimoniar nunca en la historia es fácil, ni para los testigos -quienes muchas veces pagan con su martirio- ni para los poderosos”. Asimismo, Francisco ha expresado que el testimonio siempre “rompe un hábito” y “te pone en riesgo”.
Así lo ha explicado: “Ser testigo es romper un hábito, una forma de ser…. Romper para mejor, cambiarlo. Por eso la Iglesia avanza con sus testimonios. Lo que atrae es el testimonio, no son las palabras las que ayudan, sino el testimonio lo que atrae y hace crecer a la Iglesia. Y Jesús testifica”.
Es algo nuevo”, ha afirmado el Papa, “pero no tan nuevo porque la misericordia de Dios también estaba presente en el Antiguo Testamento”, ha aclarado. “Nunca entendieron – estos doctores de la ley – lo que significaba: ‘Misericordia quiero y no sacrificios’. Lo leyeron, pero no entendieron lo que era la misericordia. Y Jesús, con su manera de actuar, proclama esta misericordia con su testimonio”.
Murmuro
El Papa pone en guardia contra el pecado de murmurar, “nuestro pan de cada día” –ha observado– a nivel personal, familiar, parroquial, diocesano y social.

¿Cuánto se murmura en las parroquias? con tantas cosas…”, ha advertido el Pontífice, afirmando que cuando hay “un testimonio que no me gusta o una persona que no me gusta, el murmullo se desata inmediatamente”.
¿Y en la diócesis?” ha hecho reflexionar el Papa. “Las luchas intradiocesanas… las luchas internas de las diócesis, ustedes las conocen. Y también en política. Y eso es malo”, ha indicado Francisco, haciendo hincapié en que cuando un gobierno no es honesto, trata de ensuciar a sus oponentes con murmuraciones: ya sea difamación, calumnia, siempre se está buscando algo.
Pregunta
La “pregunta de Jesús” a la que se refiere el Obispo de Roma se trata de “una laguna para no mirar a la realidad, para no dejar que la gente piense”. Jesús lo sabe, pero es bueno y “en vez de condenarlos por murmurar”, hace una pregunta.
Jesucristo “usa el mismo método que ellos”, que es hacer preguntas. La diferencia es que ellos preguntan para poner a prueba a Jesús, “con mala intención”, “para hacerlo caer”: por ejemplo, con preguntas sobre los impuestos que hay que pagar al imperio o sobre el repudio a una esposa. Jesús utiliza el mismo método pero con una finalidad diferente.
El testimonio, que interpela y que hace crecer a la Iglesia”, el murmullo, que es “como un guardia interior para que el testimonio no me haga daño”, y “la pregunta” de Jesús, así ha resumido el Pontífice su mensaje.
09.11.18


Santa Marta: Las celebraciones deben ser “bellas” pero “no mundanas”, dice el Papa

Las iglesias son la “casa de Dios”, no “mercados”

( Que las iglesias sean “casa de Dios” y no “mercados” o salones sociales dominados por la “mundanidad”, es el deseo que el Papa Francisco ha expresado esta mañana, en la celebración de la Eucaristía.
Este viernes, 9 de noviembre de 2018, partiendo del Evangelio de San Juan, propuesto por la liturgia del día (Jn 2,13-22), el Santo Padre explicó las motivaciones que causan el ímpetu de Jesús, que expulsa a los mercaderes del templo. El Hijo de Dios se siente impulsado por el amor, “por el celo” por la casa del Señor, “convertida en un mercado”.
Así, el Papa ha comentado el episodio evangélico de la “purificación del templo” y ha invitado a reflexionar acerca del celo y del respeto que hoy reservamos a “nuestras iglesias”, informa ‘Vatican News’ en español.
Siguiendo este pasaje, el Pontífice ha narrado que al entrar en el templo, donde se vendían “bueyes, ovejas y palomas”, ante la presencia de los “cambistas”, Jesús reconoce que ese lugar estaba poblado por idólatras, hombres dispuestos a servir “el dinero” en lugar de “a Dios”. “Detrás del dinero está el ídolo, que son siempre de oro. Y los ídolos esclavizan”.
En esta línea, el Papa Bergoglio ha explicado que esto “llama nuestra atención y nos hace pensar cómo nosotros tratamos nuestros templos, nuestras iglesias; si verdaderamente son casa de Dios, casa de oración, de encuentro con el Señor; si los sacerdotes favorecen eso”.

O si se parecen a los mercados. Lo sé… algunas veces yo he visto – no aquí en Roma, sino en otra parte – he visto una lista de precios”, ha comentado. “‘¿Pero cómo se pagan los Sacramentos?’. ‘No, sino que es una oferta’. Pero si queremos dar una oferta – que deben darla – que la pongan en la caja de las ofertas, a escondidas, que nadie vea cuánto das”, ha propuesto Francisco.
Mundanidad
También hoy está este peligro: “‘Debemos mantener a la Iglesia. Sí, sí, sí, verdaderamente’. Que la mantengan los fieles, pero en la caja de las ofertas, no con una lista de precios”, advierte.
Del mismo modo, el Santo Padre advirtió acerca de la “tentación de la mundanidad”, señala ‘Vatican News’. “Pensemos en algunas celebraciones de algún Sacramento quizá, o conmemoraciones, donde tú vas y ves: tú no sabes si la casa de Dios es un lugar de culto o un salón social. Algunas celebraciones que se deslizan hacia la mundanidad”, observa Francisco.
Es verdad que las celebraciones deben ser bellas –bellas– pero no mundanas, porque la mundanidad depende del dios dinero. También es una idolatría. Esto nos hace pensar, y también en nosotros, acerca de cómo es el celo por nuestras iglesias, el respeto que nosotros tenemos allí cuando entramos”.
El dios dinero
Yo no pregunto cuál es tu pecado, mi pecado. Pregunto si dentro de ti hay un ídolo, si está el señor dinero”, ha planteado Francisco en la homilía de esta mañana.
Porque cuando está el pecado está el Señor Dios misericordioso que perdona si tú te diriges a Él. Pero si está el otro señor –el dios dinero– tú eres un idólatra, es decir un corrupto: ya no un  pecador, sino un corrupto. El núcleo de la corrupción es precisamente una idolatría: es haber vendido el alma al dios dinero, al dios poder. Es un idólatra”.
10.11.18

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