4 d’abr. 2019

PAPA- ABRIL


Santa Marta: Rezar “en presencia de Jesús, con Jesús”, recomienda el Papa

Jesús es nuestro coraje, nuestra seguridad”

(4 abril 2019).- “Que el Señor nos dé gracia para aprender a interceder”, ha pedido el Papa Francisco. “Y cuando alguien nos pide que oremos… hágalo seriamente, en presencia de Jesús, con Jesús, que intercede por todos nosotros ante el Padr El Pontífice advierte contra la oración “tibia”, especialmente cuando uno ora “por alguien”: esto es lo que dijo en la homilía que se dio en la misa en la capilla de la Casa Santa Marta en el Vaticano el jueves por la mañana, 4 de abril de 2019, dice Vatican News en italiano.
El presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, participó esta mañana en la Misa presidida por el Santo Padre en la capilla de la Domus Sanctae Marthae, ha anunciado Alessandro Gisotti, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
La verdadera oración está allí: con el Señor”, dice el Papa. “Cuando hacemos una valiente oración de intercesión… lo hacemos con Jesús: Jesús es nuestro valor, Jesús es nuestra seguridad, quien intercede por nosotros en ese momento”.
Cuando oro”, continúa el Papa, es Cristo “quien toma mi oración y la presenta al Padre. Y Jesús no necesita hablar delante del Padre: le muestra las heridas. El Padre ve las heridas y da gracias. Cuando oramos, pensemos que lo hacemos con Jesús”.
Hay muchos ejemplos de oraciones de intercesión en la Biblia, dice el Papa Francisco, y “se necesita valor para orar así”. El Papa cita el ejemplo de Moisés (primera lectura) que intercede ante Dios por su gente que se apartó de Dios al adorar a un becerro de oro. Moisés le ruega a Dios que no “inflame” su “ira” contra ellos, y le habla “como maestro a su discípulo”, es decir, como si le dijera:” Pero, Señor, vas a causar una mala impresión”.
El Papa también evoca las historias de Abraham, Ana y la de Caná. Abraham intercede para salvar a su sobrino que vive en Sodoma. Anne, la madre de Samuel, que “en silencio, tartamudeando en voz baja, reza, reza y reza otra vez, moviendo los labios, hasta el punto de que el sacerdote que estaba allí piensa que está borracha”. Ella oró para tener un hijo. Es “la angustia de una mujer” quien intercede ante Dios.
05.04.19



Exhortación apostólica a los jóvenes: “Dios te ama”, “Cristo te salva”, y “¡Él vive!”

El Papa proponer 3 verdades en el 4 capítulo

Capítulo cuarto: “El gran anuncio para todos los jóvenes” 
(ZENIT – 5 abril 2019).- El Papa Francisco propone tres verdades en el cuarto capitulo de la Exhortación Apostólica Christus vivit: Dios te amaCristo te salva, y ¡Él vive!Dios te ama, Cristo te salva, y ¡Él vive!.
La exhortación post-sinodal se presentó en la Santa Sede el pasado 2 de abril de 2019, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, después de que el Papa firmara el documento original en el Santuario de Loreto, en Italia, el 25 de marzo de 2019, encomendándoselo a la Virgen.
El Papa anuncia a todos los jóvenes tres grandes verdades. La primera: “Dios que es amor” y por tanto “Dios te ama, no lo dudes nunca”. (112) y puedes “arrojarte con seguridad en los brazos de tu Padre divino” (113). Francisco afirma que la memoria del Padre “no es un “disco duro” que registra y archiva todos nuestros datos, su memoria es un tierno corazón de compasión, que se alegra de borrar definitivamente todo rastro de nuestro mal….”. Porque él te ama. Trata de permanecer un momento de silencio dejándote querer por Él” (115). Y su amor es el que “sabe más de ascensos que de caídas, de reconciliación que, de prohibición, de dar nuevas oportunidades que, de condenar, del futuro que del pasado” (116).
La segunda verdad es que “Cristo te salva”. “Nunca olvides que Él perdona setenta veces siete. Vuelve a llevarnos sobre sus hombros una y otra vez” (119). Jesús nos ama y nos salva porque “sólo lo que amamos puede salvarse”. Sólo lo que abrazamos puede ser transformado.
El amor del Señor es mayor que todas nuestras contradicciones, todas nuestras debilidades y todas nuestras mezquindades” (120). Y “su perdón y salvación no son algo que hayamos comprado o debamos adquirir a través de nuestras obras o esfuerzos. Él nos perdona y nos libera libremente” (121). La tercera verdad es que “¡Él vive! “Debemos recordar esto…. porque corremos el riesgo de tomar a Jesucristo sólo como un buen ejemplo del pasado, como un recuerdo, como alguien que nos salvó hace dos mil años. Esto no nos haría ningún bien, nos dejaría como antes, no nos liberaría” (124). Si “Él vive, esto es una garantía de que el bien puede entrar en nuestras vidas…”. Entonces podemos dejar de quejarnos y mirar hacia adelante, porque con Él siempre podemos mirar hacia adelante” (127).
En estas verdades aparece el Padre y aparece Jesús. Y donde están, también está el Espíritu Santo. “Cada día invocas al Espíritu Santo… No pierdes nada y Él puede cambiar tu vida, iluminarla y darle una mejor dirección. No te mutila, no te quita nada, al contrario, te ayuda a encontrar lo que necesitas de la mejor manera” (131).
06.04.19



Ángelus: Tercer centenario de San Juan Bautista de La Salle

Sean valientes testigos de Jesús y del Evangelio”

(7 abril 2019).- Después del Ángelus de este domingo, 7 de abril de 2019, el Papa Francisco saludó a los estudiantes italianos que han venido a la Plaza San Pedro con la bandera del 300 aniversario del “nacimiento en el cielo” del fundador de los hermanos de las Escuelas Cristianas San Juan Bautista de La Salle, nacido en Reims, el 30 de abril de 1651 y fallecido en Ruán en el Manoir de Saint-Yon, el 7 de abril de 1719.
Este santo francés dedicó su vida a la educación de los niños pobres y a la pedagogía. San Juan Pablo II lo elogió como un “genio pedagógico” y Benedicto XVI un “maestro espiritual” para los maestros. El Papa Pío XII lo había  convertido en el “patrón de todos los educadores”.
Fue proclamado bienaventurado en 1888 y canonizado en 1900 por  León XIII . Su fiesta se ha fijado para el 7 de abril. En 1937, sus reliquias fueron trasladadas a Roma.
Una misa del tricentenario ha sido celebrada en la catedral de Notre-Dame de Rouen con motivo de este aniversario.
Los Hermanos de las Escuelas Cristianas son religiosos no sacerdotes, que viven en comunidad y dedican sus vidas a Dios a través de la educación de los jóvenes. Hoy los Hermanos trabajan en 77 países, con un millón de jóvenes en los cinco continentes.
Luego, el Papa alentó a los muchos jóvenes presentes en el Ángelus a ser “testigos valientes de Jesús y del Evangelio”.
Y les pide que piensen en orar por él: “Les deseo a todos un buen domingo. Por favor, no os olvidéis de orar por mí. Buen almuerzo y adiós!”.
Alrededor de las 16:00 h, se espera que el Papa Francisco visite la parroquia de San Giulio en el distrito de Monteverde de Roma, al sur del Vaticano: esta será la 19a visita del obispo de Roma a una parroquia en su diócesis.
AB
Después del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas,
Los saludo cordialmente a todos ustedes presentes aquí, fieles de Roma y del mundo entero.
Hoy están presentes muchos escolares!
Saludo a los estudiantes españoles de A Coruña y Albacete; Los de Telfs (Austria) y Colmar (Francia).
Saludo a los estudiantes de Bolonia, Nicosia y Génova, así como a los de las escuelas lasalianas de Turín y Vercelli, que recuerdan el tercer centenario de la muerte de San Juan Bautista de la Salle.
Dirijo un pensamiento especial a los Confirmandos de Settignano, Scandicci y a los de la diócesis de Saluzzo, acompañados por su obispo, Mons. Cristiano Bodo. ¡Sean valientes testigos de Jesús y del Evangelio! ¡Sean valientes testigos de Jesús y del Evangelio!, con la confirmación debemos crecer siempre en el coraje, sean valerosos.
Saludo a los niños de 14 años del decanato “Romana Vittoria” de Milán, a los fieles de Pescara, Nápoles y Terni.
Les deseo a todos un buen domingo. Por favor, no se olviden orar por mí. Gracias. ¡Buen almuerzo y adiós!
07.04.19




Francisco en San Giulio: “El Señor se hace escuchar. No tengáis miedo de las dudas”

Visita pastoral al barrio romano Monteverde

(8 abril 2019).- En la tarde del pasado domingo, 7 de abril de 2019, el Obispo de Roma hizo una  visita pastoral a la parroquia de San Giulio en Monteverde, en el sector oeste de la diócesis, una vez concluidas las obras de consolidación, después de que la comunidad parroquial pasara tres años en una arquitectura textil  debido al derrumbe de un solar.
Antes de llegar a la parroquia de San Giulio, el Papa saludó a algunos invitados de la cercana residencia de ancianos Città di Roma que se habían reunido para saludarle mientras pasaba en automóvil.
A su llegada a la parroquia romana fue recibido por el cardenal vicario Angelo De Donatis, por el obispo auxiliar del sector Oeste, Mons. Paolo Selvadagi,  por el párroco, padre Darío Frattini y por el padre Rinaldo Guarisco, Superior General de los Canónigos Regulares de la Inmaculada Concepción que están a cargo de la parroquia.
Antes de la Santa Misa, el Papa encontró a los enfermos y a los ancianos en una sala en la planta baja y, después, en la rectoría, saludó a los que habían contribuido a la realización del Nacimiento Viviente, obra de los fieles de San Giulio en  Porta Asinaria con el objetivo de recaudar fondos para las obras.
Posteriormente, el Santo Padre encontró a los recién casados ​​y a los que asisten a los cursos de preparación para el matrimonio; luego saludó a los voluntarios y a las personas asistidas por Caritas: entre ellos, algunas personas sin domicilio fijo que la parroquia ha albergado durante los días más crudos del invierno.
Grupos de niños y jóvenes
Inmediatamente después, en el oratorio, el Papa saludó a los miembros de la Oficina de construcción de culto del Vicariato de Roma junto con los de la empresa que ha efectuado las obras de reconstrucción y consolidación y con todos los trabajadores.
Asimismo, el Santo Padre luego se dirigió a la arquitectura textil que albergaba a los fieles durante las obras, donde lo esperaban los niños y jóvenes que se preparan para la Comunión y la Confirmación, junto  con las familias de los que han recibido o están a punto de recibir el bautismo.

El Papa respondió a unas preguntas que le dirigieron los chicos y chicas de la parroquia, saludó a los sacerdotes de la comunidad y administró el sacramento de la Reconciliación a tres jóvenes y una madre.
Misa y dedicación del altar
A las 17:40 horas presidió la celebración de la Santa Misa en la iglesia parroquial renovada, con el ritual de dedicación del altar. Antes de la bendición final, el párroco, el padre Darío Frattini, dirigió unas palabras de agradecimiento al Santo Padre por su visita. Después el Santo Padre volvió al Vaticano.
Hablando con los enfermos y ancianos, que le habían dedicado una poesía y le habían dicho que estaban contentos porque había ido a verles “Pedro”, el Papa dijo que intentaba hacer lo que Jesús había pedido al apóstol, “confirmar”: “Confirmar a los hermanos en la fe, en la esperanza, en la caridad. Y deciros que sí, que existe la vejez, que existen las enfermedades, que hay tantos problemas, pero está Jesús. Y Jesús no defrauda nunca…”.
Y Jesús dice “Yo también sé que es el sufrimiento”. “Todas las quejas que podamos hacer a Jesús, Él las transforma en plegaria y las presenta al Padre porque ha pasado por todo esto antes que nosotros”.
Las dudas del Papa
Entre las preguntas que le hicieron después los chicos y chicas de la parroquia estuvo la de si él también había tenido dudas en su itinerario de fe y de ser así, cómo las había resuelto. “Todos los hombres, todas las mujeres, todos los niños –respondió- en algún momento tienen dudas; dudar forma parte de la vida. Y dudar es un poco poner a Dios a prueba: si es verdad que 

es fiel, si es verdad que nos escucha. –’Señor ¿por qué?’–. En momentos como esos tenemos que apostar por una cosa: la fidelidad de Jesús, Jesús es fiel, totalmente fiel. La suya es una fidelidad que no defrauda nunca, antes o después el Señor se hace escuchar. No tengáis miedo de las dudas”.
Yo he tenido dudas, tantas. Ante las calamidades, pero también con cosas que me habían pasado en la vida. Cómo logré salir… Creo que no salí solo, nunca puedes salir de la duda por ti mismo. Se necesita la compañía de alguien que te ayude a avanzar, por eso es  importante estar siempre en un grupo, juntos, con amigos. Tú solo nunca puedes… También nos ayuda hablar de nuestras dudas con los padres o los amigos o con un catequista … pero siempre hablar con alguien. Y luego hablar de las dudas con Jesús. A veces he oído a alguno decir: ‘Yo no hablo con Jesús porque me ha destrozado la vida. Estoy  enfadado con Jesús…’ Pero incluso enfadarse con Jesús puede ser una forma de rezar; es decirle a Jesús: ‘Mira esto, me enfada…’. A Jesús le gusta ver la verdad de nuestro corazón. No finjáis ante Jesús”. Al grupo del Nacimiento Viviente el Papa reveló que le había gustado mucho un libro del obispo de Chieti, Italia, titulado “El Nacimiento, el Evangelio viviente”. “Pensad –destacó- que San Francisco también evangelizaba solamente con esto: ver a Jesús, imitar a Jesús, imitar a la Virgen, imitar a San José, imitar la sencillez de los pastores, no imitar a Herodes… Seguid así. Gracias”.
A este propósito el Santo Padre dio la noticia de que este año con el Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización se llevará a cabo una jornada o una semana del Nacimiento, para impulsar a las personas a que sigan esta tradición en sus casas o en las plazas.
Preparación al matrimonio, un “catecumenado”
En su encuentro con los recién casados,  subrayó la importancia de la preparación al matrimonio que es “un camino, un catecumenado”.
Cuando los adultos quieren bautizarse –explicó- deben aprender la doctrina, deben hacer un itinerario con la comunidad. El matrimonio es lo mismo, es un catecumenado. La preparación previa no es solo saber algo sobre el matrimonio, sino vivir con la comunidad, es escuchar las experiencias de otras personas, compartir dudas. Y luego el catecumenado no termina ahí. Es muy importante que continúe después de la boda y que acompañe los primeros años de matrimonio”.
Sólo diría dos cosas. La primera: Para la vida matrimonial hay tres palabras clave, tal vez las sepáis pero debéis aprenderlas con la mente y el corazón: ‘¿Puedo?’, ‘Gracias’, ‘Perdona’. ‘¿Puedo?’. Pedir siempre permiso al esposo o a la esposa, no ser intrusivo, somos dos…. Agradecer, dar las gracias, siempre. Y ‘perdona’. Tener la humildad de decir: Sí, me he equivocado, perdóname. Punto y termina la historia. Si no se dice esta tercera palabra la historia sigue y va mal… Y la segunda cosa: En los matrimonios normales se riñe. No hay que tener miedo de reñir…. Pero hay algo muy importante: No terminar el día sin haber hecho las paces …Porque la guerra fría del día siguiente es la polilla que empieza a corroer un matrimonio”.
Voluntarios de Cáritas

Por último, el Santo Padre departió con los voluntarios de Cáritas que le pusieron al corriente de sus iniciativas, entre las cuales, además de la acogida a las personas sin techo, la donación de sangre y la ayuda a las futuras madres con dificultades, se encuentra el proyecto de albergar a los familiares de los niños ingresados en el departamento de Oncología del cercano hospital, Bambin Gesú. “Con esta lista –dijo el representante de la parroquia- esperamos no haberle dado la impresión de un “supermercado de la caridad”, una frase que empleó el director de Cáritas diocesana cuando vino para que entendiéramos que la parroquia no es el sitio donde cada uno entra, elige algo y se va”.
El cotilleo es una enfermedad muy grave”
Yo diría que hay tres señales que demuestras si una parroquia funciona –contestó el Papa- La primera es la oración, cuando la gente reza: una parroquia que reza, la gente viene a rezar y reza también en casa. Esta es la primera señal… y es una de las cosas que evitan que se caiga en ese “supermercado” del que hemos hablado. La segunda es la caridad de los hechos: hacerse cargo de las necesidades de los hermanos… de las familias. También de las necesidades ocultas, que no se muestran por vergüenza, pero las hay y tantas. Esa es la segunda señal. Y la tercera es la caridad pasiva. ¿Qué quiere decir caridad pasiva? Que os queráis y no os critiquéis entre vosotros. El cotilleo es una enfermedad muy grave y cuando lo hay en una parroquia, esa parroquia no funciona”.
09.04.19




Santa Marta: El Papa advierte sobre el apego al fracaso y la insatisfacción

Que el Señor nos libere de esta enfermedad”

(9 abril 2019).-Estamos más apegados a la insatisfacción, al cansancio, al fracaso. Que el Señor nos libere de esta enfermedad ha pedido el Papa en su homilía diaria.
Hoy, 9 de abril, el Santo Padre ha contado con la participación de Mons. Celestino Aós, nuevo administrador apostólico en Santiago de Chile desde el 23 de marzo, en la Misa en Santa Marta.
Según Vatican News, el Pontífice ha hecho referencia a la lectura del libro de los Números (Nm 21, 4-9) para hablar sobre el “cansancio” y la caída en la “desolación”. Durante la huida de la esclavitud, el pueblo de Dios “no soportó el viaje”, perdió el entusiasmo y la esperanza, y esto le lleva a la murmurar en contra de Moisés.
Y nosotros, cuando estamos en la desolación, no soportamos el viaje y buscamos refugio en los ídolos o en la murmuración, o en tantas cosas… Este es un modelo para nosotros. Y este espíritu del cansancio en nosotros, los cristianos, también nos lleva a un modo de vivir insatisfecho: el espíritu de la insatisfacción”, dice el Papa.
El Santo Padre también comentó que las personas estamos inclinadas a dicha insatisfacción, al cansancio y al fracaso y tenemos miedo a las caricias del Señor, a la esperanza, facilitándole el camino a la siembra del diablo: “Esta es la vida de muchos cristianos. Viven quejándose, viven criticando, viven murmurando y viven insatisfechos”.
Al final de su homilía, el Papa Francisco pidió “Que el Señor nos libere de esta enfermedad”.
10.04.19




Perdona nuestras ofensas”- Catequesis del Papa en la Audiencia general

La soberbia, actitud peligrosa
(10 abril 2019).- En la Audiencia general de este miércoles 10 de abril de 2019, celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco ha dedicado la catequesis a la petición del Padre Nuestro que dice: “Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.


Catequesis del Santo Padre
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! No hace buen día, pero ¡buenos días, lo mismo!
Después de pedir a Dios el pan de cada día, la oración del “Padre Nuestro” entra en el campo de nuestras relaciones con los demás. Jesús nos enseña a pedirle al Padre: “Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mt 6,12). Lo mismo que necesitamos el pan, así necesitamos el perdón. Y esto cada día.
El cristiano que reza pide a Dios ante todo que le perdone sus ofensas, es decir, sus pecados, el mal que hace. Esta es la primera verdad de cada oración: aunque fuéramos personas perfectas, aunque fuéramos santos cristalinos que no se desvían nunca de una vida de bien, somos siempre hijos que le deben todo al Padre. La actitud más peligrosa de toda vida cristiana ¿cuál es? Es la soberbia. Es la actitud de quien se coloca ante Dios pensando que siempre tiene las cuentas en orden con Él: el soberbio cree que hace todo bien. Como ese fariseo de la parábola, que en el templo cree que está rezando pero que, en realidad, se elogia ante Dios “Te doy gracias, Señor, porque no soy como los demás”. Es la gente que se siente perfecta, la gente que critica a los demás, es gente soberbia. Ninguno de nosotros es perfecto, ninguno. Por el contrario, el publicano, que estaba detrás, en el templo, un pecador despreciado por todos, se detiene en el  umbral del templo y no se siente digno de entrar y se confía a la misericordia de Dios. Y Jesús comenta: “Este, a diferencia del otro, regresó a su casa justificado” (Pc 18, 14), o sea, perdonado, salvado. ¿Por qué? Porque no era soberbio, porque reconocía sus limitaciones y sus pecados.

Hay pecados que se ven y pecados que no se ven. Hay pecados flagrantes que hacen ruido, pero también hay pecados tortuosos, que se anidan en el corazón sin que nos demos cuenta. El peor es la soberbia que también puede contagiar a las personas que viven una vida religiosa intensa. Había una vez un convento de monjas, en el año 1600- 1700, famoso, en la época del jansenismo: eran perfectísimas y se decía de ellas que eran purísimas, como los ángeles, pero soberbias como los demonios. Es algo muy feo. El pecado divide la fraternidad, el pecado nos hace suponer que somos mejores que los demás, el pecado nos hace creer que somos similares a Dios.
Y, en cambio, ante Dios, todos somos pecadores, y tenemos razones para darnos golpes de pecho -¡todos!- como el publican en el templo. San Juan, en su Primera Carta, escribe: “Si decimos no tenemos pecado, nos engañamos y la verdad no está en nosotros” (1 Jon 1: 8). Si quieres engañarte, di que no tienes pecados: así te engañas.
Somos deudores sobre todo porque en esta vida hemos recibido mucho: la existencia, un padre y una madre, la amistad, las maravillas de la creación … Incluso si a todos nos toca pasar días difíciles, siempre debemos recordar que la vida es una gracia, es el milagro que Dios ha sacado de la nada.
En segundo lugar, somos deudores porque, aunque consigamos amar, ninguno de nosotros puede hacerlo solamente con sus propias fuerzas. El amor verdadero es cuando podemos amar, pero con la gracia de Dios. Ninguno de nosotros brilla con luz propia. Es lo que los antiguos teólogos llamaban un “mysterium lunae” no solo en la identidad de la Iglesia, sino también en la historia de cada uno de nosotros. ¿Qué significa este mysterium lunae“? Que es como la luna, que no tiene luz propia: refleja la luz del sol. Tampoco nosotros tenemos luz propia: nuestra luz es un reflejo de la gracia de Dios, de la luz de Dios. Si amas es porque alguien, que no eras tú, te sonrió cuando eras un niño, enseñándote a responder con una sonrisa. Si amas es porque alguien a tu lado te despertó al amor, haciendo que entendieras que en él reside el sentido de la existencia.
Tratemos de escuchar la historia de una persona que ha cometido un error: un prisionero, un convicto, un drogadicto… conocemos a tanta gente que se equivoca en la vida. Sin perjuicio de la responsabilidad, que siempre es personal, a veces te preguntas a quién se debe culpar por sus errores, si sea solamente su conciencia, o la historia de odio y abandono que algunos llevan tras de sí.
Y este es el misterio de la luna: amamos, ante todo,  porque hemos sido amados, perdonamos porque hemos sido perdonados. Y si alguien no ha sido iluminado por la luz solar, se vuelve tan frío como la tierra en invierno.
¿Cómo podemos dejar de reconocer, en la cadena de amor que nos precede también la presencia providente del amor de Dios? Ninguno de nosotros ama tanto a Dios como Él nos ha amado. Basta ponerse ante un crucifijo para comprender la desproporción: Él nos ha amado y nos ama siempre a nosotros primero.
Recemos, pues: Señor, incluso el más santo de nosotros no deja de ser deudor tuyo. Oh Padre, ¡ten piedad de todos nosotros!
Al final de la catequesis el Papa ha saludado, entre otros, a los peregrinos de lengua española provenientes de España y de América Latina. “Acercándonos cada vez más a las fiestas de Pascua, -ha dicho- los animo a no dejar de mirar a Cristo en la cruz, para que su amor purifique todas nuestras vidas y nos libre del orgullo de pensar que somos autosuficientes. Que la gracia de la resurrección de Cristo transforme totalmente nuestra vida. ¡Qué Dios los bendiga!
11.04.19


El Papa denuncia “la mercantilización de la sociedad”

Discurso en la Conferencia internacional sobre la trata de personas


(11 de abril 2019).- El Papa Francisco ha recibido hoy a las 12 de la mañana del 11 de abril de 2019 en el Aula Nueva del Sínodo a los participantes de la Conferencia Internacional sobre la trata de seres humanos, organizada por la Sección Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
Discurso del Santo Padre
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Gracias por haberme invitado al final de vuestro congreso dedicado a la actuación de las Orientaciones pastorales sobre la trata de seres humanos, publicadas por la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, por mí aprobadas. Doy las gracias al P. Michael Czerny por las palabras que me ha dirigido en nombre de todos los participantes.
Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10:10). En esta frase del Evangelio de Juan se resume la misión de Jesucristo: ofrecer a todos los hombres y mujeres de todas las edades la vida en plenitud, de acuerdo con el plan del Padre. El Hijo de Dios se hizo hombre para indicar a todos los seres humanos el camino de la realización de su humanidad, de conformidad con el carácter único e irrepetible  de cada uno.
Desafortunadamente, el mundo actual se caracteriza tristemente por situaciones que dificultan el cumplimiento de esta misión. Como demuestran las Orientaciones pastorales sobre la trata de seres humanos, “nuestra época ha sido testigo de un incremento del individualismo y el egocentrismo, actitudes que tienden a considerar a los demás desde una perspectiva puramente utilitaria, atribuyéndoles un valor que se determina según criterios de conveniencia y beneficio personal»(n. 17).
Se trata esencialmente de esa tendencia a la mercantilización del otro, que he denunciado repetidamente. (1) La trata de seres humanos es una de las manifestaciones más dramáticas de esta mercantilización. En sus múltiples formas, constituye una llaga “en el cuerpo de la humanidad contemporánea”(2), una llaga profunda en la humanidad de quienes la padecen y de quienes la llevan a cabo. La  trata, en efecto,  desfigura la humanidad de la víctima, ofendiendo su libertad y su dignidad. Pero, al mismo tiempo, deshumaniza a quienes la llevan a cabo, negándoles el acceso a la “vida en abundancia”. La trata, en fin, daña gravemente a la humanidad en su conjunto, destrozando a la familia humana y al Cuerpo de Cristo.
La trata, como decíamos, constituye una violación injustificable de la libertad y la dignidad de las víctimas, dimensiones constitutivas del ser humano deseado y creado por Dios, por lo que debe considerarse un crimen de lesa humanidad.(3)  Y esto sin duda.  La misma gravedad, por analogía, debe atribuirse a todos los vilipendios de  la libertad y la dignidad de todo ser humano, ya sea un compatriota o un extranjero.
Los que se manchan de este crimen causan daños no solo a los demás, sino también a ellos mismos. Efectivamente, cada uno de nosotros está creado para amar y cuidar a los demás, y esto llega al culmen en el don de sí: “Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos” (Jn 15, 13). En la relación que establecemos con los demás, nos jugamos nuestra humanidad, acercándonos o alejándonos del modelo de ser humano deseado por Dios Padre  y revelado en el Hijo encarnado. Por lo tanto, toda elección contraria a la realización del proyecto de Dios sobre nosotros es una traición a nuestra humanidad y una  renuncia a la “vida en abundancia” ofrecida por Jesucristo. Es bajar los peldaños de la escalera, volverse animales.
Todas las acciones que se proponen restaurar y promover nuestra humanidad y la de los demás están en línea con la misión de la Iglesia, como una continuación de la misión salvadora de Jesucristo. Y esta valencia misionera es evidente en la lucha contra todas las formas de trata y en el compromiso encaminado a la redención de los sobrevivientes; una lucha y un compromiso que también tienen efectos beneficiosos en nuestra propia humanidad, abriendo el camino a la plenitud de la vida, el fin último de nuestra existencia.
Vuestra presencia, queridos hermanos y hermanas, es un signo tangible del compromiso que muchas iglesias locales han asumido generosamente en este campo pastoral.  Son dignas de admiración las numerosas iniciativas que desempeñáis  en la línea del frente para prevenir el tráfico, proteger a los sobrevivientes y perseguir a los culpables. Siento que debo expresar un agradecimiento especial a las numerosas congregaciones religiosas que  obran y continúan obrando, -también en red, entre ellas-  como “vanguardias” de la acción misionera de la Iglesia contra todas las formas de trata.
Mucho se ha hecho y se está haciendo, pero queda mucho por hacer. Ante un fenómeno tan complejo como oscuro, como la trata de seres humanos, es esencial asegurar la coordinación de las diversas iniciativas pastorales, tanto a nivel local como internacional. Las estructuras de las Iglesias locales, las congregaciones religiosas y las organizaciones católicas están llamadas a compartir experiencias y conocimientos y a unir sus fuerzas en una acción sinérgica que concierna a los países de origen, tránsito y destino de las personas objeto de trata.
Para que vuestra acción sea más adecuada y eficaz la Iglesia debe saber cómo recurrir a la ayuda de otros actores políticos y sociales. La estipulación de colaboraciones estructuradas con instituciones y otras organizaciones de la sociedad civil garantizará resultados más incisivos y duraderos.
Os agradezco de todo corazón lo que hacéis en nombre de muchos de nuestros hermanos y hermanas, víctimas inocentes de la mercantilización de la persona humana, digamos la palabra sin vergüenza, “mercantilización de la persona humana”. Tenemos que decirla y subrayarla porque es la verdad. Os animo a perseverar en esta misión, a menudo arriesgada y anónima. Arriesgada también para los laicos, tanto, pero también para los religiosos. ¡Es arriesgada dentro de la congregación porque te miran mal! Las monjas dicen que sí. Es arriesgada, pero hay que seguir adelante. Es anónima pero precisamente por eso, prueba irrefutable de vuestra gratuidad
A través de la intercesión de Santa Josefina Bakhita, reducida a la esclavitud de niña, vendida y comprada, pero luego liberada y “florecida” en plenitud como hija de Dios, rezo por vosotros, invoco abundantes bendiciones para todos vosotros  y para aquellos que están comprometidos en la lucha contra la trata. Os aseguro mi recuerdo en la oración. Rezo por vosotros Y por favor, vosotros,  no os olvidéis de rezar  por mí.
12.04.19




Viernes de la Misericordia: Francisco visita a las personas con Alzheimer de ‘Villaggio Emanuele’

A las afueras de Roma

(12 abril 2019).- Continuando con sus emotivas visitas en el ámbito de los Viernes de la Misericordia, el Obispo de Roma ha visitado esta tarde, viernes, 12 de abril de 2019, una institución destinada a personas con Alzheimer llamada el Villaggio Emanuele, en las afueras de Roma, ha informado la Oficina de Prensa del Vaticano.
Este último viernes de Cuaresma, el Pontífice se ha trasladado al Villaggio Emanuele acompañado de Mons. Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, con la intención de “evidenciar el interés por la condición de exclusión social y de soledad que una enfermedad como el Alzheimer puede generar en las personas que la padecen así como de desorientación, malestar y sufrimiento en sus familiares”, señala la Santa Sede.
La llegada inesperada del Papa en coche al patio del pueblo, fue motivo de sorpresa y alegría para los residentes, con los que el Santo Padre, -acompañado por el profesor honorario de la Fundación Roma, Emanuel, y por el presidente actual Franco Parasassi- departió y a algunos de los cuales visitó en sus habitaciones.
Villaggio Emanuele
El “villaggio” (pueblo en italiano) está realmente organizado como un pueblo y sus habitantes pueden vivir en condiciones normales, prosiguiendo muchos aspectos de su vida diaria, necesarios para aquellos que viven esta patología difícil, creando y manteniendo así  un puente de comunicación con el exterior.
El pueblo lleva el nombre de su fundador, el profesor Emanuele F.M. Emanuele, presidente honorario de la Fundación Roma, y un innovador en la atención domiciliaria de las personas con Alzheimer. es único en Italia y obedece a la constatación de que esa enfermedad, también debido al aumento de la expectativa de vida, se ha convertido en una prioridad social y necesita, por lo tanto, un modelo de asistencia que garantice una vida lo más normal y respetuosa posible.

Identidad propia
El Villaggio Emanuele está formado por 14 casas, cada una de las cuales con capacidad para seis personas. También hay un mini supermercado, bar, restaurante y salón de belleza. Los residentes pueden comprar en el supermercado, ayudar en la cocina, ocuparse de las tareas cotidianas conservando así el sentido de la realidad y su identidad propia.
Cada apartamento está amueblado de la forma más parecida al domicilio en que vivía el residente y no hay una “jornada típica”, ya que cada persona puede decidir cómo quiere pasar su día. En la estructura hay médicos, psicólogos, fisioterapeutas y diverso personal sanitario y la asistencia es completamente gratuita.
La iniciativa de los Viernes de la Misericordia se trata de una actividad pastoral que Francisco comenzó durante el Jubileo de la Misericordia, y que ha llevado al Santo Padre a hospitales, clínicas, casas de acogida o de rehabilitación para drogo dependientes, entre otras instituciones caritativas.
13.04.19




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