Discurso del Papa: “No tenerle miedo a las organizaciones que custodian una vida especial”
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completo
(27
oct. 2019).- El Papa Francisco ha señalado que, aunque la
exhortación postsinodal “no es obligatoria” para el Santo Padre,
“de todas maneras, una palabra del Papa de lo que ha vivido en el
Sínodo puede hacer bien”, y ha adelantado que le gustaría hacerla
antes de fin de año.
***
Discurso
del Papa Francisco
Primero
de todo quiero agradecer a todos ustedes que han dado este testimonio
de trabajo, de escucha, de búsqueda, de buscar, poner en práctica
este espíritu sinodal que estamos aprendiendo quizás a fijar y que
todavía no atinamos a completarlo pero estamos en un buen camino,
estamos en un buen camino, y estamos entendiendo cada vez más que es
esto de caminar juntos, y estamos entendiendo que significa
discernir, que significa escuchar, que significa incorporar la rica
tradición de la Iglesia a los momentos coyunturales.
Algunos
piensan que la tradición es un museo de cosas viejas, ¿no? A mí me
gusta repetir aquello que Gustav Mahler decía: “La tradición
es la salvaguarda del futuro y no la custodia de las cenizas. Es como
la raíz de la cual viene la savia que hace crecer el árbol para que
de frutos. Es como andar adelante, como concebían los primeros
padres lo que era la tradición. O sea, recibir y caminar en un mismo
sentido. Con esa triple dimensión tan linda, de Vicente de Lerins,
ya en el siglo noveno. Gracias por todo esto.
Uno
de los temas que se ha votado que tuvieron mayoría –tres temas
tuvieron mayoría para el próximo Sínodo– es el de la
sinodalidad. Yo no sé si será elegido ese o no, todavía no me he
decidido, estoy reflexionando y pensando, pero ciertamente puedo
decir que hemos caminado mucho y todavía tenemos que caminar más en
este camino de la sinodalidad. Muchas gracias a ustedes por esta
compañía.
La
exhortación postsinodal –no es obligatorio que el Papa lo haga,
¿eh?–, lo más fácil sería decir “bueno, acá está el
documento, vean ustedes”. De todas maneras, una palabra del Papa de
lo que ha vivido en el Sínodo puede hacer bien. Yo quisiera hacerla
antes de fin de año, de tal manera que no pase mucho tiempo. Todo
depende del tiempo que tenga para pensar. (Aplauso)
Hablamos
de cuatro dimensiones. La dimensión cultural la hemos trabajado,
hablamos de inculturación, de valoración de la cultura, eso con una
fuerza muy grande, y yo quedé contento con lo que se ha dicho al
respecto, que está dentro de la tradición de la Iglesia. La
inculturación, ya Puebla había abierto esa puerta, por nombrarlo
más cercano.
Segundo:
la dimensión ecológica. Quiero rendir homenaje a uno de los
pioneros de esta conciencia dentro de la Iglesia, es el patriarca Bartolomé
de Constantinopla, fue de los primeros que abrieron camino para crear
esta conciencia, y después de él tantos lo han seguido y con esa
inquietud y cada vez con aceleración de progresión geométrica en
el equipo de París y siguiendo los demás encuentros, ahí
nació Laudato
Si’ en
la que trabajó tanta gente, trabajaron científicos, teólogos,
pastoralistas… Bueno, esta conciencia teológica que va delante y
que hoy nos denuncia un camino de explotación compulsiva, de
destrucción, en la cual en la Amazonia es uno de los puntos más
importantes de esto. Es un símbolo, yo diría.
La
dimensión ecológica en la que se nos juega el futuro, ¿no es
cierto? en las manifestaciones hechas por los jóvenes, ya sea en el
movimiento de Greta o tantos otros. Los chicos salían con el
cartel “el futuro es nuestro”, o sea, no decían “ustedes por
nuestro futuro”, decían: “es nuestro”. Ya la conciencia del
peligro ecológico que hay con eso, evidentemente no solo en la
Amazonia, en otros lugares; el Congo es otro punto, otros sectores…
En mi patria está El Chaco, la zona del impenetrable también, que
es pequeña pero también conocemos esto de alguna manera.
Junto
a la dimensión ecológica está la dimensión social de la cual
hablamos, que ya no es solo lo que se explota salvajemente, lo
creado, la Creación, sino las personas y en Amazonía aparece todo
tipo de injusticias, destrucciones de personas, explotación de
personas a todo nivel y destrucción de la identidad cultural.
Me
acuerdo que llegando a Puerto Maldonado –creo que lo dije esto–,
en el aeropuerto, no más, donde había una imagen de una chica
muy linda, muy bonita, que decía: “Defendete y cuidate de la
trata”, o sea, la advertencia al turista que llega. La trata es
mucha, ¿no? Y la trata al más alto nivel de corrupción, pero de
personas… a todo nivel. Y esto junto con la destrucción de la
identidad cultural, que es otro fenómeno que ustedes han señalado
muy bien en el documento. La identidad cultural, cómo se destruye…
Y
la cuarta dimensión, que es la que incluye todas, y yo diría que es
la principal, es la pastoral. El anuncio del Evangelio urge, pero que
sea entendido, que sea asimilado, que sea comprendido por esas
culturas.
Y
se habló de laicos, de sacerdotes, de diáconos permanentes, de
religiosos y religiosas, un que apuntar a ese punto. Y se habló de
lo que hacen, y fortalecer eso. Se habló de nuevos ministerios,
inspirados en la Ministeria
quaedam de
Pablo VI, tener creatividad en esto. Creatividad en los nuevos
ministerios y ver hasta donde se puede llegar.
Se
habló de seminarios indígenas, y con mucha fuerza. Yo le agradezco
la valentía que tuvo el cardenal O’Malley para esto, porque nos
puso el dedo en la llaga en algo que es una verdadera injusticia
social, que no se les permite, de hecho, a los aborígenes el camino
seminarístico y el camino del sacerdocio, ¿no? Creatividad en todo
esto, de nuevos ministerios.
Asumo
el pedido de rellamar a la Comisión, o quizás abrirla con los
nuevos miembros para seguir estudiando como existía en la Iglesia
primitiva el diaconado permanente. Ustedes que llegaron a un acuerdo
entre todo que no era claro. Yo entregué eso a las religiosas, a la
Unión General de Religiosas que fueron las que me pidieron la
investigación, se lo entregué, y ahora, cada uno de los teólogos
está con su línea buscando, investigando en eso. Yo voy a procurar
rehacer esto con la Congregación para la Doctrina para la Fe y
asumir nuevas personas en esta Comisión recojo el guante que han
puesto por allí (las mujeres), y “que seamos escuchadas”. Recojo
el guante. (Aplauso).
Aparecieron
algunas cosas que hay que reformar, la Iglesia siempre tiene que ir
reformándose, ¿no? la formación sacerdotal en el país. Algunos
países, oí decir, acá se dijo una vez, que yo haya escuchado, que
se notaba una cierta falta del celo apostólico en el clero de las
zonas no amazónicas respecto a la zona amazónica. El cardenal
Filoni hemos tenido dificultades cuando una congregación religiosa
deja un vicariato de encontrar sacerdotes de ese país que tomen el
vicariato. “No, claro, yo no soy para eso”. Bueno, eso hay que
reformarlo, ¿no? La formación sacerdotal en el país, que es
universal, y que hay una responsabilidad de hacerse cargo de todos
los problemas de países geográficos, digamos, de esa conferencia
episcopal. Pero reformar eso, que no exista la falta de celo.
Lo
mismo algunos, recuerdo dos, señalaron el tema que quizás no se vea
la falta de celo tan fuerte, perdón, haya falta de celo, fuerte o no
en jóvenes religiosos como una cosa que hay que tener en
cuenta. Bueno, los jóvenes religiosos tienen una vocación muy
grande y hay que formarlos en el celo apostólico para ir a las
fronteras. Sería bueno que en el plan de formación de los
religiosos existiera una experiencia de un año o más en regiones
limítrofes.
Lo
mismo, y esto es una sugerencia que he recibido, por escrito, pero la
digo, que en servicio diplomático de la Santa Sede, en el
curriculum del servicio diplomático, los jóvenes sacerdotes, al
menos pasen un año en tierra de misión, pero no haciendo el
tirocinio en el nunciatura, como se hace y es muy útil, sino
simplemente al servicio de un obispo en un lugar de misión. Eso será
estudiado pero también es una reforma a ver.
Y
la redistribución del clero en el mismo país. ¿No es cierto? Se
dijo, refiriéndose a una situación, hay una cantidad grande de
sacerdotes de ese país en el primer mundo, dígase Estados Unidos o
Europa, etc, y no hay para mandar a la zona amazónica de ese
país. Eso habrá que evaluarlo, pero estar de acuerdo.
Los fidei
donum interesados.
Es verdad que a veces, y esto me pasó a mí siendo obispo en otras
diócesis, te viene uno que vos lo mandaste a estudiar y se enamoró
del lugar y quedó en el lugar y con todo lo que ofrece el primer
mundo y no te quiere volver a la Diócesis y claro, uno por salvar la
vocación cede, pero en ese punto, tener mucho cuidado y no
favorecer. Agradezco los verdaderos sacerdotes fidei
donum que
vienen a Europa de África, de Asia, y de América. Pero los que
son fidei
donum,
que devuelven aquel fidei
donum que
hizo Europa para con ellos, pero es un peligro los que vienen y se
quedan… Una cosa un poco triste, me decía un obispo de Italia que
tiene tres de estos que se quedaron y que van a celebrar una misa a
los pueblitos de la montaña si antes no les llega la oferta. Esto es
histórico, de acá, de ahora. Estemos alerta con eso y seamos
valientes en hacer esas reformas de redifusión del clero del mismo
país.
Y
un punto de la parte pastoral fue de la mujer, ¿no es cierto?
Evidentemente, la mujer, lo que se dijo en el documento queda corto,
de lo que es la mujer, en la transmisión de la fe y en conservar la
cultura. Quisiera solamente subrayar esto: Que todavía no hemos
caído en la cuenta de lo que significa la mujer en la Iglesia, y por
ahí nos quedamos solamente en la parte funcional, que es importante,
que tiene que estar en los consejos o en todo lo que se dijo, eso sí,
pero el papel de la mujer en la Iglesia va mucho más allá de la
funcionalidad, y eso es lo que hay que seguir trabajando.
Después
se habló de reorganizaciones. Se hace al final del documento y vi
que algunos, por los votos, no les parecía. Organismos de servicio,
siguiendo a la REPAM. Hacer una especia de no sé, que la REPAM tenga
más consistencia, una especial de conferencia amazónica, de cara
amazónica. No sé… de progresar en la organización, progresar en
las semi-conferencias episcopales, o sea, que haya una conferencia
episcopal del país, pero también que haya una semi-conferencia
episcopal parcial de una zona. Y eso se hace en todos lados, acá en
Italia está la conferencia episcopal lombarda… O sea, hay
conferencias episcopales que tienen conferencias sectoriales. ¿Por
qué no los países que tienes conferencias hacer pequeñas
conferencias episcopales amazónicas que pertenecen a la general pero
que trabajan su trabajo? Ir organizando su estructura de tipo REPAM,
tipo CELAM amazónico, no sé. Ir abriendo, abriendo…
Se
habló de una reforma ritual, a veces los ritos, esto está dentro de
la competencia de la Congregación para el culto divino, y puede
hacerlo, siguiendo los criterios, y sé que lo pueden hacer muy bien,
y hacer las reformas necesarias que la inculturación quiere, pero
siempre jueguen al desborde, siempre más allá. No solo organización
ritual, organización de otro tipo, lo que vaya inspirando el Señor.
De las 23 iglesias con rito propio, que se mencionaron en el
documento, que fueron saliendo, al menos en el pre-documento, que al
menos 18, si no 19, son iglesias sui iruis que empezaron
de chiquito, ir armando tradición hasta donde el Señor nos lleve,
no tenerle miedo a las organizaciones que custodian una vida
especial, siempre con la ayuda de la Santa Madre Iglesia, madre de
todos que nos va guiando en este camino para no separarnos. No le
tengan miedo.
Y
respecto a la organización de la Curia Romana, también una
contribución. Me parece que hay que hacerlo. Y yo hablaré como
hacerlo con el cardenal Turkson: Abrir una sección amazónica dentro
del Dicasterio para el desarrollo humano integral, de tal manera que
como no tiene trabajo, le doy más.
Quiero,
antes de agradecerles a ustedes, que ya lo hice, quiero agradecer a
todos los que trabajaron fuera de este aula, bueno, algún secretario
que han ayudado… a la secretaría escondida, a los medios, al
equipo de difusión, a los que prepararon los encuentros y las
informaciones, y a los grandes escondidos que hicieron posible que la
cosa vaya adelante. La famosa regia,
¿no es cierto? que han ayudado tanto. Incluyo a la presidencia y a
la secretaría general que han ayudado con todo.
Y
un agradecimiento a los medios de comunicación, –que yo pensé que
iban a estar acá para escuchar la votación, como es pública la
votación– por lo que han hecho. Gracias por este asunto, por esta
favor que nos hacen al difundir este Sínodo. Yo les pediría un
favor: que en la difusión que hagan del documento final, se detengan
sobre todo en los diagnósticos, que es la parte pesada, que es la
parte realmente donde el Sínodo se expresó mejor. El diagnóstico
cultural, el diagnóstico social, el diagnóstico pastoral, y el
diagnóstico ecológico, porque la sociedad tiene que hacerse cargo
de esto.
El
peligro puede ser que se entretengan quizás –no digo que lo
hagan–, pero la sociedad lo pide, a veces, el “a ver que
decidieron en esta disciplinar, que decidieron en otra”, “ganó
este partido, perdió este”, en pequeñas cosas disciplinares, que
tienen su trascendencia, pero que no harían el bien que tienen que
hacer en este Sínodo, que la sociedad se haga cargo del diagnóstico
que nosotros hemos realizado, en las cuatro dimensiones. Yo le
pediría a los medios que lo hagan.
Siempre
hay un grupo de cristianos “elite” que les gusta meterse, como si
fuera lo universal, en este tipo de diagnósticos, más pequeñitos,
o en este tipo de resoluciones más disciplinares intraeclesiásticas,
no digan intereclesial, intraeclesiásticas, y hacer al mundo: ganó
tal sección, ganó tal otra. No, ganamos todos en los diagnósticos
que hicimos y hasta donde llegamos en las cuestiones pastorales e
intraeclesiásticas. Pero que no se encierren en eso.
Pensando
hoy en estas “elites” católicas y cristianas, pero sobre todo
católicas, que quieren ir a la “cosita” y se olvidan de lo
grande, me acordé de una frase de Péguy, la fui a buscar, trato de
traducirla bien, creo que nos puede ayudar. Cuando describe a estos
grupos que quieren la “cosita” y se olvidan de la “cosa”.
“Porque no tienen el coraje de estar con el mundo, ellos se creen
estar con Dios, porque no tienen el coraje de comprometerse en las
opciones de la vida del hombre se creen de luchar por Dios, porque no
aman a ninguno, se creen amar a Dios”. A mí me iluminó mucho. No
caer prisioneros de estos grupos selectivos que del Sínodo van a
querer ver qué se decidió sobre este punto intereclesiástico o
sobre este otro, y van a negar el cuerpo del Sínodo, que son los
diagnósticos que hemos hecho en las 4 dimensiones
Gracias
de corazón, perdónenme la petulancia y recen por mí, por favor.
Ángelus: Abrir nuevos caminos para anunciar la Buena Nueva
Palabras del
Papa antes de la oración mariana
(27
octubre 2019).- A las 12 del mediodía de hoy, al final de la Santa
Misa celebrada en la Basílica Vaticana al finalizar la Asamblea
Especial del Sínodo de los Obispos para la Región Panamazónica
(6-27 de octubre de 2019) sobre el tema: Amazonía:
nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral,
el Santo Padre Francisco se asoma a la ventana del estudio del
Palacio Apostólico para recitar el Ángelus con los fieles y
peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro para la cita habitual de
cada domingo.
***
Palabras
del Papa antes del Ángelus
Queridos
hermanos y hermanas, ¡buenos días!
La
Misa celebrada esta mañana en San Pedro clausuró la Asamblea
Especial del Sínodo de los Obispos para la Región Panamazónica. La
primera lectura, del Libro de la Sirácide, nos recordaba el punto de
partida de este camino: la invocación del pobre, que “atraviesa
las nubes”, porque “Dios escucha la oración del oprimido” (Sir
35,21.16). El grito de los pobres, junto con el grito de la tierra,
nos ha llegado desde la Amazonía. Después de estas tres semanas no
podemos hacer como que no lo hemos escuchado. Las voces de los
pobres, junto con las de muchos otros dentro y fuera de la Asamblea
sinodal. Pastores, jóvenes, científicos, nos impulsan a no
quedarnos indiferentes. A menudo hemos oído hablar de la frase, “más
tarde es demasiado tarde”, esta frase no puede seguir siendo un
eslogan.
¿Qué
fue el Sínodo? Fue, como dice la palabra, un paseo juntos,
reconfortados por la valentía y el consuelo que vienen del Señor.
Hemos caminado mirándonos a los ojos y escuchándonos con
sinceridad, sin ocultar las dificultades, experimentando la belleza
de ir hacía delante juntos, para servir. En esto el apóstol Pablo
nos estimula en la segunda lectura de hoy (cf. 2 Tm 4,6), en un
momento dramático, mientras sabe que está a punto de ser ofrecido
como sacrificio y el tiempo de su partida ha llegado. En ese momento
escribe: “El Señor ha estado cerca de mi y me ha dado fuerza para
que yo pueda llevar a cumplimiento el anuncio del Evangelio a toda
las naciones” (véase 17) . Este es el último deseo de Pablo: no
algo para sí mismo ni para ninguno de los suyos, sino por el
evangelio, para que sea anunciado a todas las naciones. Esto es lo
primero de todo y cuenta más que todo.
Cada
uno de nosotros se habrá preguntado muchas veces qué puedo hacer de
bien por mi propia vida; hoy es el momento, preguntémonos: “Yo,
¿qué cosa de bueno puedo hacer por el Evangelio?” En el Sínodo
lo hemos hecho nos hemos preguntado, deseando abrir nuevos caminos
para el anuncio del Evangelio. Y, ante todo, hemos sentido la
necesidad, como el publicano del Evangelio de hoy (cf. Lc. 18,13-14),
nos hemos sentido impulsados a dejar las comodidades de nuestros
puertos seguros para ir y navegar en aguas profundas, no en las aguas
fangosas de las ideologías sino en el mar abierto en el cuál
el Espíritu nos invita a tirar las redes.
Para
el camino que viene, invoquemos a la Virgen María, venerada y amada
como Reina de la Amazonía. No se hizo así por conquista, sino por
“inculturación” de sí mismo: con el humilde coraje del la madre
se convirtió en la protectora de sus hijos, la defensora de los
oprimidos, siempre caminando con la cultura del pueblo, no hay una
búsqueda standar, no hay una cultura pura que purifica las otras, es
el Evangelio puro que se incultura A ella, que en la pobre casa de
Nazaret cuidó de Jesús, confiamos a sus hijos más pobres de
nuestra casa común.
Mes del Rosario: El Papa pide rezar por la paz y por los misioneros
“El
Evangelio y la paz caminan juntos”
(27
octubre).- El Papa Francisco renovó su llamado a rezar el Rosario
por la paz, después del Ángelus del domingo 27 de octubre de 2019
en la Plaza de San Pedro, al final de este mes de octubre, mes del
Rosario pero también mes misionero extraordinario.
“Es
el último domingo de octubre, mes misionero, que este año tiene un
carácter extraordinario y también es el mes del Rosario”, dijo el
Papa en italiano antes de agregar: “Renuevo la invitación a rezar
Rosario por la misión de la Iglesia hoy, especialmente para los
misioneros y misioneras que enfrentan mayores dificultades. Y al
mismo tiempo, seguimos rezando el Rosario por la paz. El
Evangelio y la paz caminan juntos”.
Líbano: El Papa llama al “diálogo” para resolver la crisis
Llamada a
favor de los jóvenes y del modelo libanés
(27
octubre 2019).- El Papa Francisco ha lanzado una llamada al “diálogo”
para resolver la crisis interna en el Líbano.
Después
de la oración del Ángelus de este domingo 27 de octubre de 2019 en
la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco tuvo un pensamiento especial
para los jóvenes libaneses: “Dirijo un pensamiento particular al
querido pueblo libanés, especialmente a los jóvenes quienes, en los
últimos días, han hecho oír su voz frente a los desafíos y
problemas sociales y económicos del país”.
Elogió
el modelo de coexistencia pacífica que es el Líbano: “Insto a
todos a buscar soluciones justas a través del diálogo, y rezo a la
Virgen María, Reina del Líbano, para que con el apoyo de la
comunidad internacional, Este país siga siendo un área de
convivencia pacífica y respeto por la dignidad y la libertad de
todas las personas, en beneficio de toda la región del Oriente
Medio”
Es
San Juan Pablo II quien dijo que el Líbano era un “mensaje” en
su carta apostólica del 7 de septiembre de 1989 : “La Iglesia
desea manifestar al mundo que el Líbano es más que un país: es un
¡Un mensaje de libertad y un ejemplo de pluralismo para Oriente y
Occidente! ”
El
periodista libanés Fady Noun explicó: “Vio con una mirada
profética lo que el Líbano podía dar, la radiación, la gran
misión que podía tener”
27.10.19
Carta Apostólica de Francisco: El Archivo Secreto Vaticano pasa a llamarse “Archivo Apostólico Vaticano”
En forma de Motu Proprio (Texto
completo)
(28
oct. 2019).- El Papa Francisco ha decidido que el actual Archivo
Secreto Vaticano, a partir de ahora, se denomine Archivo
Apostólico Vaticano, “sin cambiar nada de su identidad,
de su estructura y de su misión”.
Así
lo ha indicado en la Carta Apostólica, en forma de Motu
Proprio,
firmada por él mismo el 22 de octubre de 2019, y publicada por la
edición diaria del L’Osservatore
Romano.
Reafirmando
la voluntad efectiva de servir a la Iglesia y a la cultura, Francisco
señala que la nueva denominación “resalta el estrecho vínculo
entre la Sede Romana y el Archivo, instrumento indispensable del
ministerio petrino”, y al mismo tiempo “subraya su dependencia
inmediata del Romano Pontífice, como ya sucede en paralelo con el
nombre de la Biblioteca Apostólica Vaticana”.
Secretum
El
término Secretum, –explica Francisco– se ha
convertido en el nombre propio de la institución y que ha
prevalecido en los últimos siglos, así es como todavía lo definen
hoy en día, sin ninguna dificultad, los estudiosos. Y aclara
que “está justificado porque indicaba que el nuevo Archivo,
querido por mi predecesor Pablo V hacia 1610-1612, no era otro que el
archivo privado, separado y reservado del Papa. Así es como todos
los pontífices quisieron definirlo siempre”.
En
este contexto, el Papa declara que “mientras perduró la conciencia
de la estrecha relación entre la lengua latina y las lenguas que de
ella se derivan, no hubo necesidad de explicar o incluso justificar
este título de Archivum Secretum“.
“Al
haber perdido el verdadero significado del término secretum y
asociando instintivamente su valencia al concepto expresado por la
palabra moderna ‘secreto'”, explica Francisco, “en algunos
ámbitos y ambientes, incluso en aquellos de cierta importancia
cultural, este término ha asumido el significado prejudicial de
escondido, de no revelado y reservado para unos pocos”.
A
continuación, ofrecemos la Carta Apostólica completa:
***
Carta
Apostólica en forma de Motu Proprio
La
experiencia histórica nos enseña que toda institución humana, si
bien haya surgido con las mejores garantías y con esperanzas de
progreso vigorosas y fundadas, tocada fatalmente por el tiempo, para
permanecer fiel a sí misma y a los objetivos ideales de su
naturaleza, siente la necesidad, no ya de cambiar su fisonomía, sino
de transponer a las diversas épocas y culturas sus valores
inspiradores y de efectuar las actualizaciones que son convenientes y
a veces necesarias.
También
el Archivo Secreto Vaticano, al que los Romanos Pontífices han
reservado siempre solicitud y cuidado debido al ingente y relevante
patrimonio documental que conserva, tan precioso para la Iglesia
Católica como para la cultura universal, no escapa, en su historia
de más de cuatrocientos años de antigüedad, a esos
condicionamientos inevitables.
El
Archivo Pontificio, que surgió del núcleo documental de la Cámara
Apostólica y de la misma Biblioteca Apostólica (la
llamada Bibliotheca secreta) entre la primera y segunda
década del siglo XVII, comenzó a llamarse Secreto (Archivum
Secretum Vaticanum) sólo a mediados de ese siglo; instalado en
las salas apropiadas del Palacio Apostólico, alcanzó con el tiempo
una consistencia notable y se abrió desde el principio a las
peticiones de documentos que llegaban al Romano Pontífice, al
Cardenal Camarlengo y luego al Cardenal Archivero y Bibliotecario de
toda Europa y del mundo. Si bien es cierto que la apertura oficial
del Archivo a los investigadores de todos los países se produjo
solamente en 1881, también lo es que, entre los siglos XVII y XIX,
muchas obras eruditas pudieron ser publicadas con la ayuda de copias
documentales fieles o auténticas que los historiadores obtuvieron de
los custodios y prefectos del Archivo Secreto Vaticano. Tanto es así
que el famoso filósofo y matemático alemán Gottfried Wilhelm von
Leibniz, que también se sirvió de él, escribió en 1702 que podría
considerarse en cierto modo el Archivo Central de Europa (quod
quodam modo totius Europae commune Archivum censeri debet).
Este
largo servicio prestado a la Iglesia, a la cultura y a los estudiosos
de todo el mundo siempre ha hecho acreedor de estima y gratitud al
Archivo Secreto Vaticano, sobre todo desde la muerte de León XIII
hasta nuestros días, tanto por la progresiva “apertura” de la
documentación puesta a disposición para su consulta (que a partir
del 2 de marzo de 2020, por disposición mía, se extenderá hasta el
final del pontificado de Pío XII), como por el aumento del número
de investigadores que son admitidos diariamente en dicho Archivo y
ayudados en todo lo posible en sus investigaciones.
Este
meritorio servicio eclesial y cultural, tan apreciado, bien responde
a las intenciones de todos mis predecesores, que según los tiempos y
las posibilidades han favorecido la investigación histórica en un
Archivo tan vasto, dotándolo, según las sugerencias de los
cardenales Archiveros o de los prefectos pro tempore, de
personas, medios y también de nuevas tecnologías. De ese modo, la
estructura de los Archivos ha ido creciendo poco a poco en vista de
su servicio cada vez más intenso a la Iglesia y al mundo de la
cultura, dando siempre fe de las enseñanzas y directrices de los
Papas.
Hay,
sin embargo, un aspecto que creo que podría ser útil actualizar,
reafirmando los objetivos eclesiales y culturales de la misión del
Archivo. Este aspecto se refiere a la denominación misma de la
institución: Archivo Secreto Vaticano.
Nacido,
como ya se ha dicho, de la Bibliotheca secreta del
Romano Pontefice, es decir, de la parte de los códigos y escrituras
más particularmente de propiedad y bajo la jurisdicción directa del
Papa, el Archivo se llamaba primero simplemente Archivum
novum, luego Archivum Apostolicum y
luego Archivum Secretum (las primeras atestaciones
del término se remontan aproximadamente a 1646).
El
término Secretum, que se ha convertido en el nombre
propio de la institución y que ha prevalecido en los últimos
siglos, estaba justificado porque indicaba que el nuevo Archivo,
querido por mi predecesor Pablo V hacia 1610-1612, no era otro que el
archivo privado, separado y reservado del Papa. Así es como todos
los pontífices quisieron definirlo siempre, y así es como todavía
lo definen hoy en día, sin ninguna dificultad, los estudiosos. Esta
definición, por otra parte, estaba muy extendida, con un significado
análogo en las cortes de soberanos y príncipes, cuyos archivos se
definían propiamente como secretos.
Mientras
perduró la conciencia de la estrecha relación entre la lengua
latina y las lenguas que de ella se derivan, no hubo necesidad de
explicar o incluso justificar este título de Archivum
Secretum.
Con los progresivos cambios semánticos que se han producido en las
lenguas modernas y en las culturas y sensibilidad social de las
diferentes naciones, en mayor o menor medida, el término Secretum,
adosado al Archivo Vaticano, comenzó a ser malinterpretado y a
colorearse de matices ambiguos, incluso negativos. Al haber perdido
el verdadero significado del término secretum y
asociando instintivamente su valencia al concepto expresado por la
palabra moderna “secreto”, en algunos ámbitos y ambientes,
incluso en aquellos de cierta importancia cultural, este término ha
asumido el significado prejudicial de escondido, de no revelado y
reservado para unos pocos. Todo lo contrario de lo que siempre ha
sido y pretende ser el Archivo Secreto Vaticano, que -como decía mi
santo predecesor Pablo VI- conserva “ecos y vestigios” del paso
del Señor en la historia (Enseñanzas de Pablo VI, I, 1963, p. 614).
Y la Iglesia “no tiene miedo de la historia, al contrario, la ama y
la gustaría amarla más y mejor, ¡como Dios la ama!” (Discurso a
los funcionarios del Archivo Secreto Vaticano, 4 marzo
2019: L’Osservatore
Romano,
4-5 marzo 2019, p. 6).
Instado
en estos últimos años por algunos estimados Prelados, así como por
mis colaboradores más cercanos, y habiendo escuchado también el
parecer de los Superiores del mismo Archivo Secreto Vaticano, con
este Motu
Proprio decido
que:
A
partir de ahora, el actual Archivo Secreto Vaticano, sin cambiar nada
de su identidad, de su estructura y de su misión, se
denomine Archivo Apostólico Vaticano.
Reafirmando
la voluntad efectiva de servir a la Iglesia y a la cultura, la nueva
denominación resalta el estrecho vínculo entre la Sede Romana y el
Archivo, instrumento indispensable del ministerio petrino, y al mismo
tiempo subraya su dependencia inmediata del Romano Pontífice, como
ya sucede en paralelo con el nombre de la Biblioteca Apostólica
Vaticana.
Dispongo
que la presente Carta Apostólica en forma de Motu
Proprio sea
promulgada mediante su publicación en el diario L’Osservatore
Romano,
entrando en vigor inmediatamente después de dicha publicación, para
incorporarse inmediatamente a los documentos oficiales de la Santa
Sede, y que, posteriormente, se inserta en las Acta
Apostolicae Sedis.
Dado
en Roma, en San Pedro, el 22 de octubre de 2019, séptimo de nuestro
Pontificado.
Francisco
29.10.19
Santa Marta: “Vivir en tensión hacia el encuentro con el Señor”
Meditación del Santo Padre en la
Misa
(29
oct. 2019).- El Papa subrayó que la esperanza consiste en “vivir
en tensión hacia la revelación del Señor, hacia el encuentro con
el Señor” y reiteró “la esperanza es vivir en tensión,
siempre, sabiendo que no podemos hacer el nido aquí: la vida del
cristiano está’ ‘en tensión hacia’”.
Hoy,
29 de octubre de 2019, en la homilía de la Misa en la Casa Santa
Marta, el Santo Padre ha meditado en torno de la primera lectura del
día que corresponde a la Carta de san Pablo a los Romanos (Rm 8,
18-25), en la que el Apóstol “canta un himno a la esperanza”,
indica Vatican
News.
Fe
y esperanza
Para
Francisco, si un cristiano pierde la perspectiva de vivir en la
citada “tensión hacia”, “su vida se vuelve estática y las
cosas que no se mueven se corrompen”.
Así,
de acuerdo al medio vaticano, propuso el ejemplo del agua, que
cuando “está
quieta, no corre, no se mueve, se corrompe. Al cristiano que no es
capaz de estar en tensión hacia la otra orilla, le falta algo:
terminará corrupto. Para él, la vida cristiana será una doctrina
filosófica, la vivirá así, dirá que es fe pero sin esperanza no
lo es”.
Esperanza,
virtud “humilde”
El
Pontífice manifestó que es “difícil es comprender la esperanza”
y aludió a las tres virtudes telologales. La fe se refiere al Credo
que habla de “cosas concretas”, mientras que hablar de caridad
consiste en “hacer el bien al prójimo, a los demás, muchas obras
de caridad que se hacen al otro”. En el caso de la esperanza,
expuso, esta es “la más humilde de las virtudes” que “solo los
pobres pueden tener”.
De
este modo, para ser hombres y mujeres de esperanza, “debemos ser
pobres, pobres, no apegados a nada. Pobres. Y abiertos hacia la otra
orilla. La esperanza es humilde, y es una virtud que se trabaja –
por decirlo así – todos los días: todos los días es necesario
volver a tomarla, todos los días debemos tomar la cuerda y ver que
el ancla está fija allí y que yo la tengo en la mano; todos los
días es necesario recordar que tenemos el anticipo, que es el
Espíritu que trabaja en nosotros
con las cosas pequeñas”, apuntó
el Obispo de Roma.
La
esperanza requiere paciencia
Después,
para explicar cómo se puede vivir la esperanza el Santo Padre
remitió a la enseñanza de Jesús en el pasaje del Evangelio de hoy
(Lc 13,
18-21) cuando compara el Reino de Dios con el grano de mostaza
arrojado al campo.
Como
señala Pablo, “la esperanza tiene necesidad de paciencia”. Esto
es, “la paciencia de saber que nosotros sembramos, pero es Dios
quien hace crecer”. “La esperanza es artesanal, pequeña”,
prosiguió, “es sembrar un grano y dejar que la tierra la haga
crecer”.
Además,
en el Evangelio Jesús también recurre a la imagen de la “levadura”
que una mujer tomó y mezcló con harina.
Respirar
“el aire de la esperanza”
Como
la levadura en la masa, como la semilla en la tierra “la esperanza
es una virtud que no se ve: trabaja desde abajo; nos hace ir y mirar
desde abajo. No es fácil vivir en la esperanza, pero yo diría que
debería ser el aire que respira un cristiano, el aire de la
esperanza; de lo contrario, no podrá caminar, no podrá seguir
adelante porque no sabe adónde ir”, describió el Papa.
Y
agregó que dicha virtud “nos da seguridad: la esperanza no
defrauda. Jamás. Si tú esperas, no te decepcionarás. Debemos
abrirnos a esa promesa del Señor, inclinándonos hacia esa promesa,
pero sabiendo que hay un Espíritu que trabaja en nosotros”.
“Que
el Señor nos dé a todos nosotros esta gracia de vivir en tensión,
en tensión, pero no por los nervios, los problemas, no: en tensión
por el Espíritu Santo que nos arroja hacia la otra orilla y nos
mantiene en la esperanza”, pidió finalmente Francisco.
30,10,19
Santa Marta: “Comprender la ternura del amor de Dios”
Reflexión del Santo Padre en la
Misa
(31
oct. 2019).- El Papa Francisco indicó que, como hizo san Pablo, es
preciso “comprender la ternura del amor de Dios en Jesús por cada
uno de nosotros”, para entender lo que verdaderamente es “el amor
de Cristo”.
Hoy,
15 de octubre de 2019, en la Misa en la Casa Santa Marta, el Santo
Padre ha meditado sobre la primera lectura, tomada de la Carta de san
Pablo a los Romanos, indica Vatican
News.
A
partir de dicho pasaje, en su homilía, Francisco explicó cómo el
apóstol de los gentiles podría resultar “un poco soberbio”,
“demasiado seguro de sí mismo” al declarar que ni siquiera “la
tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez,
el peligro, ni la espada” lograrían separarnos “del amor de
Cristo”
Un
amor fuerte
Por
otra parte, según el medio vaticano, el Pontífice señaló que
“somos más que ganadores” con el amor del Señor y que san Pablo
lo fue “porque desde el momento en que el Señor lo llamó en el
camino a Damasco, comenzó a comprender el misterio de Cristo”: “se
había enamorado de Cristo”.
El
apóstol fue tomado por “un amor fuerte”, “grande”, no por un
“argumento” de “telenovela”. Un amor “en serio”, hasta el
punto de sentir que Dios “siempre lo acompañaba en lo bueno y en
lo malo”.
Ante
este hecho, el Obispo interpeló: “¿amo al Señor así? Cuando
llegan momentos feos, ¿cuántas veces sentimos el deseo de decir:
‘El Señor me ha abandonado, ya no me ama’ y le gustaría dejar
al Señor”.
Así,
remitió de nuevo al ejemplo de Pablo, que “estaba seguro de que el
Señor nunca abandona. Él entendió el amor de Cristo en su propia
vida. Este es el camino que nos hace ver Pablo: el camino del amor,
siempre, en lo bueno y en lo malo, siempre delante. Esta es la
grandeza de Pablo”.
Un
amor cercano
Para
el Obispo de Roma, el amor de Dios, “no se puede describir” y
recordó que Jesús dio su vida para salvarnos y que: “no hay amor
más grande que dar la vida por el otro”.
Después
propuso el ejemplo del amor de una madre “que da la vida por su
hijo, siempre lo acompaña en la vida, en los momentos difíciles
pero aún así es poco…Es un amor cercano a nosotros, no es un amor
abstracto el amor de Jesús, es un amor Yo-tú, yo-tú, cada uno de
nosotros, con nombre y apellido”.
Un
amor tierno
En
el Evangelio de san Lucas, el Papa Francisco considera que se percibe
“algo del amor de Jesús”, ya que al hablar de Jerusalén,
rememoró los momentos en los que trató de reunir a sus hijos, “como
una gallina con sus polluelos debajo de sus alas” y se lo
impidieron.
Esto
le hizo llorar: “El amor de Cristo lo lleva al llanto, al llanto
por cada uno de nosotros. Hay mucha ternura en esta expresión. Jesús
podía condenar a Jerusalén, decir cosas malas… Y se queja porque
no se dejan amar como los polluelos de la gallina”, expuso el Santo
Padre.
Pensar
en la ternura de Jesús
Asimismo,
remarcó que se trata de un amor que espera pacientemente “el amor
que juega esa última carta con Judas: ‘Amigo’, le da la salida,
hasta el final. Incluso con grandes pecadores, hasta el final. Él
ama con esta ternura”.
“No
sé si pensamos en Jesús así de tierno, en Jesús que llora, cómo
lloró ante la tumba de Lázaro, cómo lloró aquí, mirando
Jerusalén” . Por ello, pidió que nos preguntemos si Jesús está
llorando por nosotros: “Él que nos ha dado ‘tantas cosas”,
mientras que a menudo nosotros elegimos ir ‘por otro camino”.
Finalmente,
de acuerdo a la citada fuente, Francisco reiteró que el amor
de Dios “se convierte en una lágrima, en llanto, llanto de ternura
en Jesús” y que esta la razón por la que san Pablo “se había
enamorado de Cristo y nada podía separarlo de Él”.
31.10.19
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