El dolor
Em sembla que és a un llibre de Murakami que vaig llegir
que el dolor és inevitable, però el patiment és opcional. És veritat. El dolor
el portem sovint amagat en els plecs de la nostra ànima, com un amic massa
fidel que ens acompanya.
El patiment, però, ve quan ens recolzem en aquest dolor i el fem la causa principal dels nostres dies. Quan el dolor passa a ser el leit-motiv de les nostres vides. Perquè podem escollir no donar-li ales. No patir. Acceptar el dolor, com qui accepta el fred de l'hivern, saps que ve, que molesta, però saps que marxarà. No deixar (i se que és difícil, en molts moments) que tot giri al voltant d'allò que ens fa mal, d'allò que no tenim, d'allò que hem perdut, d'aquell dolor, en definitiva.
Però quan aquest dolor és a causa de l'amor, molt sovint volem, a més, patir. Una mica per donar-nos la raó, perquè si no patim sembla que no hàgim estimat prou. Davant un desengany amorós, la incredulitat fa que ens agafem al dolor, com a prova que tot allò no ens ho vam inventar, que realment vam estimar.
Fa dies vaig llegir una frase que deia que és normal trobar-se pedres pel camí, però és dolent encarinyar-nos d'aquestes pedres. A tots ens ha passat. Potser les pel·lícules romàntiques ens han fet massa mal.
Pedro Salinas, un dels meus poetes favorits, va parlar d'aquest sentiment molt millor del que jo us podria parlar. Us deixo, doncs, amb les lletres del poeta, del llibre "la voz a ti debida"
No quiero que te vayas,
Dolor, última forma
De amar, me estoy sintiendo
Vivir cuando me dueles
No en ti, ni aquí, más lejos;
En la tierra, en el año
De donde vienes tú,
En el amor con ella
Y todo lo que fue.
En esa realidad
Hundida que se niega
A sí misma y se empeña
En que nunca ha existido,
Que sólo fue un pretexto
Mío para vivir.
Si tú, dolor, no me quedaras
Dolor irrefutable
Yo me creería;
Pero me quedas tú.
Tu verdad me asegura
Que nada fue mentira.
Y mientras yo te sienta,
Tú me serás, dolor,
La prueba, a lo lejos,
De que existió, que existe,
De que me quiso, sí,
De que aún la estoy queriendo
El patiment, però, ve quan ens recolzem en aquest dolor i el fem la causa principal dels nostres dies. Quan el dolor passa a ser el leit-motiv de les nostres vides. Perquè podem escollir no donar-li ales. No patir. Acceptar el dolor, com qui accepta el fred de l'hivern, saps que ve, que molesta, però saps que marxarà. No deixar (i se que és difícil, en molts moments) que tot giri al voltant d'allò que ens fa mal, d'allò que no tenim, d'allò que hem perdut, d'aquell dolor, en definitiva.
Però quan aquest dolor és a causa de l'amor, molt sovint volem, a més, patir. Una mica per donar-nos la raó, perquè si no patim sembla que no hàgim estimat prou. Davant un desengany amorós, la incredulitat fa que ens agafem al dolor, com a prova que tot allò no ens ho vam inventar, que realment vam estimar.
Fa dies vaig llegir una frase que deia que és normal trobar-se pedres pel camí, però és dolent encarinyar-nos d'aquestes pedres. A tots ens ha passat. Potser les pel·lícules romàntiques ens han fet massa mal.
Pedro Salinas, un dels meus poetes favorits, va parlar d'aquest sentiment molt millor del que jo us podria parlar. Us deixo, doncs, amb les lletres del poeta, del llibre "la voz a ti debida"
No quiero que te vayas,
Dolor, última forma
De amar, me estoy sintiendo
Vivir cuando me dueles
No en ti, ni aquí, más lejos;
En la tierra, en el año
De donde vienes tú,
En el amor con ella
Y todo lo que fue.
En esa realidad
Hundida que se niega
A sí misma y se empeña
En que nunca ha existido,
Que sólo fue un pretexto
Mío para vivir.
Si tú, dolor, no me quedaras
Dolor irrefutable
Yo me creería;
Pero me quedas tú.
Tu verdad me asegura
Que nada fue mentira.
Y mientras yo te sienta,
Tú me serás, dolor,
La prueba, a lo lejos,
De que existió, que existe,
De que me quiso, sí,
De que aún la estoy queriendo
Otoño florido… preñado de vida eterna
OTOÑO FLORIDO… PREÑADO DE VIDA
ETERNA
JOSÉ MORENO LOSADA, sacerdote capellan de la UEx y consiliario de Acción Católica, jose.moreno.losada@gmail.com
BADAJOZ.
JOSÉ MORENO LOSADA, sacerdote capellan de la UEx y consiliario de Acción Católica, jose.moreno.losada@gmail.com
BADAJOZ.
ECLESALIA,
27/11/12.- Otoño florido…mañana de sábado, hoy con la alegría de bautizar a
mediodía a una niña que se llamará “Celia” y de celebrar con la comunidad
parroquial a la tarde, me da tiempo para acercarme en paseo otoñal al centro de
la ciudad, para mirar algún libro y hacerme de la agenda nueva. En el paseo,
bruma y niebla regalada por el Guadiana, pero en la cabeza del puente el jazmín
enorme y siempre florido, a pie de calle para ser de todos sin ser de nadie
en un edificio municipal – aunque siempre regado por la mano anónima-, donde
solo nos separa de él una valla cruzada, y dando continuamente color y olor de
primavera… y pienso en el otoño florido… en el que necesitamos sembrar
para que no se olvide la primavera y podamos recoger frutos en verano… en este
tiempo de bruma y niebla de crisis y sufrimiento, del que escribo en una carta
al Director en el diario “HOY”…
Le voy
dando vueltas en mi cabeza a estas ideas, y entro en la librería –a la que le
seguimos otorgando el calificativo de “diocesana”- miro la estantería tentadora
de las novedades y allí me encuentro libros que me hacen sentir que en la Iglesia tampoco faltan
flores de esperanza en su otoño, con los ojos fijos en Jesús y la mirada hacia
la vida eterna…ese otoño eclesial que quiere ser de siembra en la nueva
evangelización, que mira al Concilio con la nostalgia de que otra iglesia es
posible para otro mundo que también es posible, pero que aún no ha dado con el
discurso original de Cristo entendible para el hombre de hoy, que ha de tener
como siempre las claves de la compasión y la misericordia con el que sufre, y
alimento de esperanza para todos… algunos parecen que lo intuyen, aunque tengan
que sufrir por ello.
Y en
este paseo otoñal, sabatino, orante, vuelvo a casa por el puente viejo,
dedicado a los peatones, con mis libros para el calor del hogar, en la mesa
camilla con brasero, para el espíritu, y la agenda nueva para un año
preñado de esperanza florida. Un año de regalo del Padre, que cuenta con
nosotros para que avance el Reino de Dios… y por qué no decirlo, para que
luchemos contra toda situación infernal que se da en este mundo; cada vez que
nos enfrentamos a la muerte que produce sufrimiento y dolor, causados por la
injusticia y la indiferencia, estamos construyendo el Reino del amor y la
justicia, y a nosotros los cristianos en ellos nos va la vida, porque tenemos
los ojos fijos en El, creemos en sus sentimientos, y estamos enamorados de la
vida eterna que se no ha prometido. Vida que olemos en cada rendija de
cada día y de cada rostro humano al que nos acercamos… y respiro profundo y
agradecido de poder andar en estos pensamientos y sentimientos, y mirar el
jazmín florido, con la esperanza de una Iglesia en la que siempre algo nuevo está
brotando, y en un mundo donde el grito por lo justo y lo humano está creciendo
día a día. Y siento que es imparable dibujar un horizonte de fraternidad, de
vida y eternidad en el amor pleno. Por eso, desde esta agenda para
estrenar de lo diario y lo cotidiano, yo también creo en la Vida Eterna, y lo hago
desde este jazmín florido, preñado de luz y color, en las entrañas del
otoño. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus
artículos, indicando su procedencia).
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